El Caracol del Norte
Una ciudad en la Ciudad para el Encuentro, las Artes, los Oficios y la Educación
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[email protected] 0381 434 0944 Pje. Unamuno 2185 - Tucumán
¿Por qué un Sueño de Caracoles? Quisieramos, en este sueño compartido, recuperar la riqueza simbólica del Caracol.. No podemos hablar de Caracoles sin detenernos en su caparazón en espiral, esa forma presente en tantos procesos originarios de la vida, de esa a vida que se desplega en espirales... como el caracol. Diseñar y dis(s)oñar proyectos que busquen ser respuestas a los hambres más urgentes necesitan de este anclaje que confirme la opción por la ultimidad de la vida. Tal vez por la potencia que representa el espiral como salto de la bidimensionalidad a la tridimensionalidad, así lo experimentamos cada vez que con una tira de papel jugamos a hacer espirales materializando esta dinámica. Tal vez como una invitación a superar las miradas acotadas para generar miradas mas integrales, mas holísticas, el caracol en sus espirales nos pueda inspirar. Para el observador desatento esa espiral recurre en la aparente repetición de círculos... pero es solo apariencia, ningun punto en la línea de su espiral es igual a otro, el proceso es envolvente, dinámico, recurre pero de manera diferente y da impulso a avanzar en la trayectoria espiralada. Toda esta serie de puntos en la linea no pierden su continua referencia al centro original y originante. Cuantas políticas estarían destinadas a transformarse en exitosas si no perdieran en el camino esta referencia a ciertos centros: el sujeto, el ciudadano, etc; y no perder su paciencia en avanzar en procesos envolventes sin considerarlos pérdida de tiempo. No caer en la tentación de la falsa oposición entre lo local y lo global. ¿Hacer grandes gestos políticos? versus ¿Actuar localmente con un grupo o sujeto bien determinado?; el caracol en su dinámica nos plantea una lógica superadora, es posible actuar localmente con conciencia global y su contradinámica también es lo que llamamos Glocalidad. La espiral nos inspira esta dinámica Glocal, con esa sabiduría que da reconocer en la simbólica del espiral del caparazón del caracol ese equilibrio que incluye en la medida en que se descubre la apertura, la integración, la practica global en relación a la dinámica de concreción, localización, visivilización histórica y territorializada. Por último, el mismo caracol nos enriquece la metáfora; en la misma construcción de su caparazón tiene mucho de relación con su proceso endógeno, con un equilibrio entre la dureza y la vulnerabilidad; es rica simbólicamente también la lentitud del proceso y la adecuación y pertinencia de manera coherente. El mismo andar del caracol, lento y dejando estela, hace referencia a este sueño que compartimos en este Programa.
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El Caracol representa una propuesta alterna−
La propuesta se articula con la presencia y
tiva e integral de intervención cultural. Su obje− expresión territorial del ˆColectivo del Arco Iris˜, tivo es brindar una oferta de espacios para la que busca la reapropiación y semantización del promoción de la Cultura Juvenil y Popular, en los espacio público, con muestras e instalaciones en territorios de los barrios de influencia y con es− diversas plazas y espacios públicos de barrios pecial énfasis en el protagonismo de su pobla− vecinos de condiciones similares; que traslada ción Juvenil.
a artesanos y artistas posibilitando a la pobla−
La propuesta articulada busca integrar la di− ción acceder a los bienes simbólicos como acto versidad territorial y de identidades de las cul− cotidiano. Tanto El Caracol como el Colectivo turas juveniles hacia dentro de cada Caracol y disponen de Galería para Exposiciones, Biblio− teca, Ludoteca, Librería y diversas ofertas de articulando con otros futuros Caracoles. El Caracol se configura como una combina− Talleres Libres. El Caracol cuenta además con un espacio de ción integral de Formación Profesional, de For− mación Artística y Artesanal de articulación con atención integral de la salud, con especificación la Terminalidad Educativa y la constitución de un en las problemáticas de adicciones, contando espacio cultural multimedial y participativo de re− con un centro de atención ambulatoria las veinti− valorización de la cultura alternativa y apropiación cuatro horas con servicios que van desde el de los bienes simbólicos de la cultura tradicio− acompañamiento terapéutico básico hasta la in− ternación en los casos que así lo requieran, nal. Con una opción preferencial por atender a los constituyendo una pequeña comunidad terapéu− sectores que padecen cualquier tipo de vulnera− tica que integra parte de sus actividades en la bilidad (física, social, económica, simbólica, oferta global del Caracol. etc.) y desde esa población a toda la ciudada− nía. 3
El Centro de nuestro Caracol (Fundamentación) Este Programa surge del análisis de la realidad General de nuestro Contexto, la realidad Específica de los Adolescentes y Jóvenes de nuestras comunidades y el deseo de contribuir al cambio de las condiciones de vida de las poblaciones a las que se pueda alcanzar desde los componentes de los diferentes proyectos del Programa. La ejecución del mismo busca recuperar y potenciar la experiencia de trabajo de la Orga− nización en el territorio de Barriadas de alta vulnerabilidad social. Partiendo de las acciones y proyectos en ejecución y ya ejecutados, que demostraron su impacto y evaluación positiva, se busca consolidar esta oferta integral de desarrollo, promoción, producción y socialización de cultura juvenil y popular. En su globalidad el Programa busca, mediante la producción de bienes culturales originados en una propuesta alternativa de intervención cultural y desde un abordaje multidisciplinario entre las áreas de Cultura, Educación, Desarrollo Social, Salud y Deporte, estimular y proponer modelos de vida plena, la prevención de las problemáticas que afectan a las poblaciones de adolescentes y jóvenes de alta vulnerabilidad social y el desarrollo de un modelo de sujeto pleno. Dicho espacio generado busca instalar las condiciones para desarrollar prácticas educati− vas integrales de todos los actores que intervienen convocados en torno a los siguientes ejes: u
Experiencia de otras maneras de convivencia y de construcción de un colectivo que permita el desarrollo de subjetividades autónomas, creativas y protagónicas.
u
La producción simbólica y efectiva de bienes culturales con capacidad de recuperar las notas propositivas de la cultura alternativa y de diálogo con la cultura tradicio− nal.
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u
Trayectos didáctico/pedagógicos que acompañen la formación en y para el trabajo asociada directamente a la concreción del derecho a la educación básica y obliga− toria.
u
La sustentabilidad de las proyecciones producidas en las experiencias educativas, ya sea en forma de producciones artísticas, artesanales, de empleabilidad y de emprendibilidad.
u
La atención integral de las problemáticas vinculadas a las adicciones abordándolas en intervenciones multidisciplinarias y complejas que aseguren la progresiva reinser− ción de los sujetos en las experiencias propuestas en el Caracol.
El especial énfasis en propuestas que prioricen los espacios de encuentro, reflexión ˘ ac− ción, formación y conformación de grupos de pertenencia y referencia de los/as adolescentes y jóvenes. Posibilitando entre otras cosas: u
la Participación y el Protagonismo,
u
la reflexión ˘ acción,
u
el grupo como potenciador en contextos de aprendizaje cooperativo,
u
la reconstrucción de la Autoestima,
u
la promoción de un desarrollo emocional e intelectual Integral,
u
el reconocimiento de capacidades propias y el desarrollo de nuevas competencias,
u
la generación de recursos materiales y simbólicos para la resolución de conflictos, la convivencia en la diversidad y la equidad, la resignificación de los mandatos socia− les y familiares,
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u
los procesos educativos que recuperen la cotidianeidad de los AJs como punto de partida para construir/reconstruir sus identidades y prácticas sociales en función de hacer de su Proyecto de Vida una realidad sustentable. Partimos de la convicción de que la decisión de vivir una vida mejor no puede impo−
nerse. Se trata por el contrario de una construcción propia y en estrecha relación con la trayectoria educativa de los propios NAJs (Niños, Adolescentes y Jóvenes) y de sus padres, el capital simbólico/cultural al que pueden acceder, las posibilidades de conec− tarse con sus deseos, las expectativas y las características personales, las posibilida− des de superación de los mandatos sociales y los imaginarios que los habitan, los trayectos formativos y los trayectos laborales de los adultos en los hogares, el acceso a los servicios que aseguren calidad de vida, las experiencias familiares y del entorno so− cial y comunitario, etc. Se pretende entonces revertir las situaciones de riesgo social de los Adolescentes y Jóvenes de nuestras comunidades a fin de superar esa dinámica de verdaderas ˆprofe− cías autocumplidas˜ que los destina al fracaso, la apatía, la pérdida del sentido de la vida, la pérdida de sus potenciales, etc. Por ello proponemos entornos donde sea posible construir relaciones fundadas en los Valores, en el respeto a la diversidad, el ejercicio pleno de los derechos, la reciprocidad, la entreayuda, la sensibilidad estética, la cultura de la paz, la conciencia crítica y la práctica de la libertad como un derecho propio y de los demás.
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Formación Profesional y Formación en Artes y Oficios Para nuestra Organización representa un gran desafío el implementar un proyecto inno− vador e integral que contemple a una población de adolescentes y jóvenes de distintos grupos sociales, en diversidad de género, territorialidad y en edades que van desde los 6 años hasta los 18; dicho proyecto se inscribe en la lógica cotidiana de nuestro actuar y focalizará en aquéllos/as que el sistema expulsa a diario sin ver en ellos las consecuencias negativas que genera que adolescentes y jóvenes permanezcan desocupados/as u ocupados/as en pe− ores condiciones que los otros grupos poblacionales. Educar en y para el trabajo enseña a vivir la espiritualidad del trabajo y acompaña a los/las adolescentes y jóvenes y acompaña en el descubrimiento del propio proyecto de vida.
El andar del Caracol (Acciones a Realizar) A.
Formación Profesional y Educación para el Trabajo: dicha actividad buscará ejecutar una propuesta de FP que articule: el análisis del mercado productivo y de la economía local, la estructuración del plan con algunas Familias Productivas (computación, diseño gráfico, gastronomía, hotelería y turismo, artesanía, talabartería, etc), los perfiles que aseguren la empleabilidad mediata o inmediata de los AJs, una concepción integral del hacer Edu− cativo y la realidad concreta de nuestros adolescentes y jóvenes. En la misma se busca dotarlos/as de competencias productivas y profesionalizantes, la reinstalación de una concepción viable de la Cultura del Trabajo, del hacer cooperativo, la sustentabilidad ecoambiental, de la educación para el Consumo responsable y de la formación sindical y financiera. La propuesta global de FP buscará modelos descentralizados para la oferta educativa articulando en un trabajo en red con otros centros de formación profesional que
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permita dar un servicio educativo de calidad, optimizar el equipamiento instalado, enri− quecer las miradas educativas y optimizar los recursos humanos y el intercambio en la di− versidad. B.
Formación en Oficios: donde se busca formar en las competencias para el desarrollo y re− cuperación de actividades artesanales perdidas y que en el contexto actual tienen una condición positiva para el desarrollo de emprendibilidad a proponer en la lógica de pro− ducción de artesanías con valor directo e indirecto referidas al recupero de la identidad popular y el desarrollo sustentable.
C.
Terminalidad educativa: por medio de la cual buscamos asegurar el reingreso, la promo− ción, la acreditación y la certificación de nuestros adolescentes y jóvenes en el sistema educativo formal convencional del que muchos han desertado. Esto exige la producción de un proyecto educativo y curricular que integre los saberes propios de la FP con los sabe− res de los campos de ciencias expresados en los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios del sistema educativo nacional. Dicha actividad encuentra como segundos destinatarios a los adultos jefes/as de familia cada vez que lo requieran.
D.
Formación profesional para padres y madres: esta actividad busca regenerar las capaci− dades productivas y laborales de los jefes y jefas de hogar. Existe una estrecha relación entre: la vinculación de estos/as actores/as con el mundo del trabajo y las condiciones de vida de sus hijo/as. Nutrición, Estimulación Temprana y Desarrollo Infantil se encuen− tran directamente relacionadas a la posibilidad de los Padres/Madres de generar los recursos económicos, simbólicos y culturales mediante su vinculación con el Trabajo Digno/Dignificante. Simultáneamente esperamos que el efecto modélico del mundo adulto se imponga como una motivación para la permanencia y promoción de los/as adolescen− tes y jóvenes en sus trayectos de Formación Profesional.
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E.
Capacitación de instructores/as, Maestros/as de taller, Docentes, Educadores/as y Maestros/as de enseñanza práctica: en función de buscar los dispositivos didáctico− pedagógicos más adecuados a la realidad de nuestros AJs, las concepciones pedagógi− cas producidas desde Crecer Juntos, los requerimientos de Iniciación, Capacitación Básica, Especialización, Actualización y Recalificación Laboral, las demandas de los desarrollos tecnológicos, la construcción participativa y la evaluación permanente del Pro− yecto Educativo Institucional y de su Proyecto Curricular.
F.
Banco de herramientas: en la búsqueda de los primeros empleos muchas veces los Jóve− nes encuentran la dificultad de no poder contar con herramientas que les servirían para emprender tareas de mayor complejidad a las que no acceden por los costos o por las características de las herramientas necesarias que hacen que las mismas no sean de uso cotidiano sino en casos puntuales.
G.
Becas y Fondo de ahorro: ˆMis primeras herramientas˜: esta línea de actividades busca generar las condiciones para sostener la permanencia de los AJs dentro de la pro− puesta, solventando las necesidades de viáticos y desanimar la búsqueda de empleos temporarios y sin calificación y el ingreso prematuro en el mundo del trabajo. Por otro lado dicha beca se destinará en un 50% a un fondo de ahorro cuyo monto final le es entre− gado a cada AJs contra la búsqueda de presupuestos para la compra de las ˆPrimeras Herramientas˜ para el oficio en que se formó.
H.
Fondo de apoyo a Microemprendimientos: esta actividad busca recuperar el eje de capa− citación financiera, formación cooperativa, educación para el consumo y el desarrollo sus− tentable. Con la misma buscamos sostener las experiencias organizativas y productivas de los Ajs.
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Animación Sociocultural Es fundamental para nuestra Organización construir junto a los/las adolescentes y jóvenes un espacio de Encuentro que promueva, oriente y acompañe un proceso de producción de sabe− res y competencias adecuados a sus etapas psicoevolutivas, actitudes, expectativas, capaci− dades y su creatividad. Dicha animación pretende: estimular en ellos la construcción colectiva de cultura; el protagonismo y el Empoderamiento; la revalorización de si mismos, la confianza y la autoestima; la socialización entre pares y la convivencia en la diversidad (genérica, social, generacional, étnica, etc.); el vínculo con el mundo adulto y la negociación cultural; la resolución de conflictos y la Cultura de la Paz, fomentando una interacción igualitaria y protagónica en la diferencia inter subjetiva y grupal. A corto plazo puede convertirse en una vía para que cientos de adolescentes y jóvenes descubran sus talentos artísticos y una fuente inagotable de dinamismo y creatividad social. Con el reto de transformarse en un modelo de promoción cultural novedoso y flexible para las poblaciones que no tienen acceso al arte y la cultura. Se busca propiciar propuestas alternativas e integrales de intervención cultural en espa− cios de integración, sociabilización y aprendizaje cooperativo. Afianzando ofertas multidiscipli− narias de talleres de artes y oficios para niños/as, adolescentes y jóvenes en un ambiente que posibilite espacios de protagonismo y promoción de la cultura juvenil y popular.
El andar del Caracol (Acciones a Realizar) A.
Educarte: esta actividad se configura por una serie de propuestas de talleres y cursos con los que buscamos proponer a los AJs reconstruir su rol frente al ˆhacer cultural˜ que los posicione como productores de cultura y no como meros consumidores de los universos simbólicos instalados por los medios de la comunicación y la información o ciertas lógicas asimétricas presentes en nuestros barrios (el patriarcado, el adultocentrismo, la inequi−
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dad, el racismo en sus diversas formas, etc.). Simultáneamente nos proponemos generar en nuestros jóvenes las competencias básicas por medio de las cuales les sea posible construir nuevas territorialidades (desarrollando sus capacidades para resemantizar sus espacios: los domésticos y los públicos), la recuperación de la memoria familiar y social, la negociación cultural con las generaciones de los adultos, etc. Las disciplinas y los ta− lleres a priorizar son: la Murga: expresión que une danza, teatro, música−percusión, ex− presión corporal, memoria colectiva, etc.; el Teatro y la Expresión Corporal: como medio de despliegue y relectura de las subjetividades, el reconocimiento de la alteridad, la me− diación de la palabra, la relectura del entorno, etc; la Literatura: subrayando las estra− tegias para la recuperación de la palabra, el paradigma narrativo, la recuperación de la memoria (Personal, Familiar, Social),etc; la Danza: en sus diversas expresiones (tango, folclore, hip−hop, etc.) en función de posibilitarles un contacto con su corporeidad, el despliegue de su subjetividad, el contacto con lo armónico, el trabajo en grupos y la lec− tura crítica de los modelos instalados en la cultura de masas; la Música: donde se ac− ceda a las diversas expresiones de esta disciplina (la música popular, la música llamada ˆculta˜, las expresiones musicales de las culturas juveniles, etc.) desde una lógica de apropiación, resignificación y contacto con aquellos dispositivos culturales que les permita pasar del ser meros consumidores de música a constituirse en productores de música y que les permita reconocer su propia realidad y la de los otros, expresar su subjetividad y desarrollar las competencias hermenéuticas para reconocer en los otros las diferencias positivas. B.
El Colectivo del Arco Iris: con esta actividad pretendemos que los AJs beneficiarios de este Programa pongan en acto los saberes producidos y asuman un rol protagónico frente a otros AJs y a las comunidades de otros Barrios, en una dinámica propositiva y proac− tiva. Buscamos de esta manera resignificar los imaginarios que nuestras comunidades se han formado de nuestros AJs con los consiguientes mandatos sociales y ˆtemor colec−
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tivo˜ frente a lo juvenil. Por otro lado esta actividad busca la recuperación y apropiación del espacio público en función de reconfigurar el tejido social, animar en la confianza, sos− tener la solidaridad, vincular en la alegría y motivar la experiencia de animación en la co− munidad. C.
Conectividad, producción multimedial y cibercultura: con estas actividades buscamos opti− mizar los recursos instalados en la Organización, ampliando la cobertura de conectividad y acceso a la cibercultura de nuestros AJs. En contextos de sociedades organizadas en torno al conocimiento las ofertas de conectividad muchas veces distan de proponer roles activos y de alfabetización informática. Nuestros AJs en los Ciber son cooptados como meros consumidores simbólicos y concretos de esos espacios. Buscamos con esta activi− dad proponerles formas mas protagónicas de acceso, más equitativas, más educativas, de acercamiento a la tecnología (priorizando el software libre) y la resignificación de las Nuevas Tecnologías aplicadas a un hacer cultural cargado de sentidos y significativo para su desarrollo integral.
D.
Deportes y recreación: estas actividades proponen a los AJs una línea importante para su desarrollo psicofísico, armónico e integral a la par que pretende generar otros espa− cios de socialización y ocupación del tiempo libre o de ocio donde sea posible proponer ló− gicas educativas que les ayuden a reconocer −acompañados por diversos profesionales− su propia corporeidad y las de los otro/as, el desarrollo de su motricidad, la educación para la salud (educación sexual y reproductiva), el trabajo en grupos y cooperativo, la recuperación de los espacios públicos , la generación de nuevos espacios recreativos y el desarrollo de la dimensión lúdica. Los deportes propuestos son: fútbol, básquet, jockey, voley, gimnasia rítmica y artística, aeróbic, etc.
E.
Formación de Facilitadores Culturales: la intencionalidad de este eje se sustenta en la propuesta de procesos de formación para el protagonismo. Ello supone construir junto a los actores, desde sus propias necesidades, inquietudes y recursos subjetivos, un conjunto
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de competencias básicas para la prosocialidad, la transformación, el trabajo en equipo, el análisis de su realidad y el aprendizaje de y con los otros. Todo ello en un marco en el que de manera sistemática y mediante procesos educativos orgánicos, se les propongan tra− yectos de formación en estos campos, con el objetivo de reconstruir real y simbólicamente el empoderamiento subjetivo y la conformación de modelos de ciudadanía responsable en permanente diálogo con su propio entorno. Ello sólo encuentra su sentido pleno en la asun− ción de la corresponsabilidad protagónica al formarse y constituirse como actores multipli− cadores de esta propuesta entre sus pares. A manera de enumeración: u
Generar espacios de formación para agentes culturales, donde la práctica y la teo− ría estén estrechamente vinculadas a la realidad de los sujetos con los que traba− jamos diariamente. Articulando la Educación Popular y la Cultura Popular y las propuestas de Educación Formal y Sistemáticas.
u
Fomentar espacios de cultura con un sentido distributivo, equitativo, plural y popu− lar, estableciendo las bases para que las actividades culturales en la Provincia lle− guen a todos los sectores de la población y a todas las zonas de la Ciudad.
u
Diseñar y llevar adelante programas de investigación, difusión y promoción de las actividades del Caracol del Norte.
u
Coordinar los espacios de socialización que se generen en conjunto con el ˆColectivo del Arco Iris˜. Un medio para poner en la calle, en los espacios públicos, las pro− ducciones generadas en el Caracol y en las múltiples propuestas educativas que allí se desarrollen.
u
Generar espacios multidisciplinarios y comunitarios que desarrollen en la práctica concreta los conocimientos y habilidades adquiridas a través de los diferentes ta− lleres de formación.
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Asistencia Terapeutica y Prevención de la Salud Teniendo en cuenta el déficit en las ofertas que atienden a un sector de la población de nuestros adolescentes y jóvenes que sufren problemáticas de salud vinculadas a las adicciones, este eje busca dar una alternativa mediante:
El andar del Caracol (Acciones a Realizar) A.
Hogar Centro Abierto: Dedicado a la atención preferncial y ambulatoria, las 24 hs del día, de adolescentes y jóvenes con problemas de salud con las drogas. El mismo trabaja articulado con los Caps de la zona con los aspectos clínicos u otros y cuenta con un servi− cio de acompañantes terapéuticos para la recepción, evaluación, derivación y acompaña− miento de los adolescentes y jóvenes que llegan al servicio y, en coordinación con un equipo interdisciplinario, orientan la potencial internación en la otra área del Hogar Centro Abierto destinada a la conformación de una Comunidad terapéutica. La dinámica de este Hogar Centro Abierto se encuentra conformada por una oferta nutricional, y articulada al conjunto de las actividades educativas del Caracol
B.
Comunidad Terapéutica: Contando la provincia con los recursos humanos capacitados para esta modalidad de intervención se buscará un modo de gestión que permita articular las lógicas de intervención en un sistema de internación abierto con la progresividad y el acompañamiento preventivo y personalizado para el involucramiento de los/as adolescen− tes y jóvenes en el conjunto de actividades que se desarrollan en el Caracol.
C.
Acompañamiento y Capacitación de familiares, voluntarios locales y operadores de calle: Con esto se busca generar un espacio de conceptualización y apropiación protagónica de la pedagogía del cuidado por parte de la comunidad y en vínculo con el mismo núcleo fami− liar.
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Sistematización, Monitoreo y Evaluación Recuperando la experiencia de la Organización en la forma de construir saberes, compren− demos todos nuestros procesos inscriptos en una metodología de investigación/acción partici− pativa. Para ello descubrimos como una estrategia valiosa acompañar todos nuestros procesos de acción de su correspondiente sistematización como así también el seguimiento, el monitoreo y la evaluación de procesos y resultados de las líneas de intervención de adolescentes y jóvenes. Ello significa reflexionar sistemáticamente sobre la propia práctica con el fin de cualificar las estrategias, reorientar los procesos y socializar los saberes.
El andar del Caracol (Acciones a Realizar)
A.
Taller de sistematización, monitoreo y seguimiento: Esta actividad pretende recuperar los saberes producidos, producir nuevas herramientas que sirvan para la gestión diaria y para la socialización y el compartir dichos procesos con otras Organizaciones.
B.
Producción de materiales: Busca materializar la reflexión y las actividades del proyecto en un conjunto de recursos gráficos y multimediales con el fin del intercambio, el fortaleci− miento de la propia organización y de otras y la disponibilidad de recursos didáctico−pe− dagógicos.
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El Territorio donde se desarrolla El Caracol La provincia de Tucumán está ubicada entre los paralelos 26° y 28° de latitud sur y los meridianos 64° 30¹ y 66° 30¹. Limita al norte con Salta, al sur y al oeste con Catamarca y al este con Santiago del Estero. Es la provincia más pequeña del país (ocupa el 0,8 % de la superficie argentina). El territorio de la provincia está dividido en 17 departamentos; cada uno de ellos tiene municipalidades dependientes o comunas rurales en el caso de pequeñas poblaciones. En el departamento Capital, se encuentra la ciudad capital, San Miguel de Tucumán. La provincia tiene una superficie de 22.524 km2; su población es de 1.421.824 habitantes, lo que representa una densidad de 63,12 habitantes por km2. La población urbana representa el 76,63% de la población total. La densidad demográfica es muy poco uniforme en la provincia: 2 municipios, San Miguel de Tucumán y Banda del Río Salí concentran algo más del 45% de la población provincial. (Censo Nacional de Población 2001).
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Según datos oficiales del INDEC, la tasa de desempleo en el primer semestre del año 2007 fue del 10,9% en el aglomerado Gran Tucumán – Tafí Viejo, superior al 9,2% correspondiente a la media nacional. Al considerar las tasas de subocupación, la brecha es aún mayor: mientras que en Tucumán la subocupación es del 12,6%, en el total del país la proporción desciende a 9,7%. Más grave aún es la brecha registrada en las proporciones de población en situación de pobreza y de pobreza extrema. En efecto, el 26,6% de los hogares tucumanos vive en condiciones de pobreza y el 7,8% no alcanza siquiera a cubrir las necesidades alimentarias básicas. Los valores respectivos para el total nacional descienden, sin que dejen por ello de ser preocupantes, al 16,3% y 5,7%. Fruto de la crisis de los años 80 - 90 y de la desatención por parte del Estado en la ejecución de Políticas Publicas para frenar el proceso de exclusión creciente, nuestro país se vio confrontado al hecho inimaginable de que miles de compatriotas experimentaban el Hambre en el
contexto de un país productor mundial de alimentos. A partir del año 2002 la provincia de Tucumán pasó a la consideración Nacional e Internacional a causa de los casos de Desnutrición Aguda que alcanzaron difusión en los medios periodísticos. Dicha situación comenzó a ser debatida por el impacto de los medios al mostrar un cuadro que para nosotras no tenía nada de novedad. El Hambre ya nos había convocado algunos años antes, eran nuestros/as niños/as en los que veíamos de manera inapelable los signos de la desnutrición o la amenaza de ella. En nuestros debates no alcanzábamos a comprender cómo era posible que en un país de tales características: “todo hecho de pan”, y donde nos decían que pertenecíamos al primer mundo (por la aplicación de políticas tan claras que supuestamente traerían bienestar a nosotras y nuestras familias), nuestra realidad inmediata sin embargo nos mostraba que eso no era así y que las promesas distaban mucho de esa quimera y el Hambre era una realidad instalada. La crisis azucarera de los 60 impactó fuertemente en la economía de nuestra provincia tan dependiente de esta industria, los 70 y los 80 profundizaron el proceso dejando a nuestras familias: con jefes o jefas de hogar en el grupo de los desocupados/as, con la desactivación, pér-
dida de capacidades productivas, la desactualización de los saberes profesionalizantes y el consiguiente efecto en nuestra subjetividad y autoestima. Poco a poco nuestro grupo familiar experimentaba junto a la mayoría de las familias vecinas una nueva situación que nos dejaba por fuera de TODO: eran tiempos de Exclusión. Un proceso casi imperceptible pero que se instalaba aceleradamente entre nosotras, sabíamos que el hambre experimentado en nuestros/as hijos/as no era más que una manifestación y que sus causas estaban en la raíz del nuevo modelo de País que se estaba configurando, pero el hambre para nosotras era una urgencia, algo teníamos que hacer y así nos convocamos. El análisis general desde el que abordamos nuestras prácticas se encuentra inscripto en un proceso colectivo de producción de saberes donde partimos de la expresión de las problemáticas más sentidas por nuestras compañeras y los niños/as, adolescentes y jóvenes, el conjunto de familias y las Organizaciones con las cuales venimos trabajando y compartiendo nuestra práctica desde hace 16 años. En los últimos años Crecer Juntos tuvo que afrontar nuevos desafíos e incorporar nuevas temáticas y ejes de intervención, ya que la realidad de nuestras comunidades y las nuevas problemáticas así lo demandaban. Vemos como algo nece-
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sario el desarrollo de acciones que atiendan con efectividad estos nuevos contextos, que recuperen el saber acumulado, que optimicen los recursos existentes, que ahonden y desarrollen nuevos proyectos y nuevas estrategias, etc. En esta lógica vamos sumando a profesionales y técnicos en función de que nos ayuden a producir e incorporar nuevas herramientas para estas intervenciones. Somos conscientes de que nuestra trayectoria nos confirma como efectivas en ciertos campos y con menos experiencia en otros. Hasta el momento nuestra experiencia tiene muy buena evaluación desde la misma Organización y desde los diferentes organismos del Estado, Organizaciones No Gubernamentales nacionales e internacionales y Movimientos Sociales con los que venimos compartiendo el caminar. Como organización de mujeres nuestro eje está en impulsar un modelo de desarrollo e inclusión con equidad desde el protagonismo social, promoviendo el derecho a la vida digna como derecho inalienable, la participación protagónica de la ciudadanía, y la superación de las condiciones socio económicas que afectan en el presente y minan al futuro el proyecto de vida de tantos y tantas que viven en la exclusión. Atrás de este compromiso existe una explí-
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cita demanda de un derecho que nos corresponde, derechos que el Estado tiene obligación de asegurarnos y que coyunturalmente estamos asumiendo como Organización en su gestión. Visto esto, todas las problemáticas que nos afectan como sector y que se expresan como necesidades, tienen detrás de cada una ellas un derecho negado. Es obligación del Estado restituir todos y cada uno de ellos, y nuestra Organización, como actor social, tiene la obligación de luchar por el cumplimiento de todos y cada uno de ellos. Esta negación de derechos se da por la desigualdad en la distribución de la riqueza, por un desconocimiento de nuestra identidad de iguales aunque diferentes, por la estructura política, simbólica / cultural, económica, etc, que no hacen más que acrecentar la brecha, donde hay muchos que no tenemos nada para que unos pocos tengan todo. Hablar de desarrollo e inclusión en el marco de un país para todo/as significa comprender estas dinámicas como una realidad integral donde: u el derecho a la alimentación asegura el derecho a una vida digna de nuestros niño/as; adolescentes, jóvenes, mujeres y adultos.
el derecho a la educación como el proceso de construcción y de(s)construcción de saberes que permita la transformación de la realidad individual y colectiva; u el derecho a la salud donde se exprese no sólo la enfermedad como campo de intervención sino la prevención como campo de acción con equitativo acceso y servicio de calidad para todas y todos; u el derecho al trabajo como fuente constructora de identidad humana y dignidad, que en nuestros barrios adquiere un rostro complejo, visto que tenemos tercera generación de desempleados en un contexto donde está todo por hacerse, con falta de calificación laboral, con falta de un horizonte productivo y con falta de políticas de estado sobre el tema y la falta de formación profesional que tiene rango constitucional como obligación del Estado nacional; u el derecho a la vivienda y al desarrollo urbano digno, donde el hábitat es algo más que techos y paredes, es el territorio donde es posible plantear estrategias de estimulación y desarrollo, de generar estrategias de organización comunitaria, de fortalecimiento de la sociedad civil, de apropiación del espacio público, de nuevas maneras de producción y consumo simbólico y de integración con el medio ambiente. Si bien en la coyuntura nacional los datos hablan de un panorama que ha mejorado sustancialu
mente, sería ingenuo y tal vez miope afirmar que la exclusión está superada. Necesitamos sostener una mirada que no sólo se resigne a subrayar el estar “adentro”, aún a costa de que esto se reduzca simplemente al sobrevivir cada día, contrastando con el “estar fuera” caracterizado como sobrevivir al limite de todo, vacíos de todo, llenos de nada. Son nuestros adolescentes y jóvenes, la generación que en los 90 nos convocó para cuidarlos y defenderlos de la amenaza del hambre, los que de manera significativa experimentan cotidianamente los efectos de la exclusión estructural y del modelo de país dual configurado y donde vemos que tanto las Políticas de Estado como algunas de las intervenciones de las ONGs no terminan de demostrar el impacto que posibilite generar las condiciones mínimas para revertir en el mediano plazo los efectos devastadores que produce en ellos/as este estado de cosas. A manera de caracterización podemos citar: u Son la generación de la desnutrición y la mal nutrición. u Son la generación de la pérdida del significado de la cultura del trabajo (mucho ello/as son hijo/as o nieto/as de desocupado/as). u Son la generación de la asimetría en el acceso a las nuevas tecnologías. u Son la generación de la anomia y el vaciamiento del sistema educativo nacional. u Son la generación del consumismo y la cultura de masas.
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u
Son la generación de la narcoeconomía.
Son la generación del descreimiento y la crisis de las estructuras básicas de socialización. u Son la generación de la cultura de la muerte. Frente a cierta tentación triunfalista existen otros datos desde los cuales nuestras perspectivas tienen que verse reconfiguradas, particularmente los que se refieren a la distribución de la riqueza en general, las particularidades de cada provincia, las poblaciones afectadas, la pertenencia de género y generación y sus contextos particulares. Valga de ejemplo el dato aportado por la Encuesta Permanente de Hogares, que establece que el 10% más rico de la población de la Argentina posee un ingreso mensual individual de $ 2.951, contra $ 367 que es el ingreso individual promedio de los más humildes. En términos de los hogares, ello se traduce en que el 10% más pobre de los hogares percibe el 1,6% del ingreso total familiar mientras que el 10% más rico percibe el 32% (Primer trimestre de 2007). Necesitamos recuperar una concepción más integral que dé cuenta de estrategias de intervención para la inclusión social, donde los actores puedan explicitar qué es lo que comprenden por u
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inclusión o lo que es lo mismo, incluir dónde, para qué y quién incluye a quién. Allí hemos de reconocer que la inclusión social tiene también que ver, entre otras cosas, con la calidad de los servicios públicos, con la salud, con la educación, con el transporte, con la vivienda, el empleo, la recreación y la participación ciudadana. Si nos detenemos en la lectura parcial de las variables que expresan el impacto de la crisis reciente y la estructural histórica sobre la población mas vulnerable y su nutrición, podemos constatar que si bien existen algunos datos que alimentan una lectura optimista en cuanto a revertir la curva ascendente de la desnutrición, no podemos dejar de tener en cuenta por lo menos dos aspectos fundamentales que tienen un impacto dramático en la calidad de vida de la población, y particularmente, en la de niños/as, adolescentes y jóvenes. Esto se puede constatar en la mala alimentación y sus consecuencias (desnutrición crónica, desnutrición oculta) que afectan a dicha población, como así también la des-atención que a lo largo de estos años han sufrido de parte del Estado y la sociedad en general los niño/as, adolescentes y jóvenes que hoy nos acompañan en el camino de la búsqueda de estrategias creativas, viables y transformadoras de su propia realidad. Todo
esto se potencia si en la configuración de sus hogares los jefes y jefas no cuentan con las mínimas competencias laborales y productivas que aseguren empleabilidad donde desocupación va directamente asociada a condiciones desfavorables de nutrición, de desarrollo infantil y, en el caso de adolescentes y jóvenes, de la presencia de figuras modélicas para la construcción de un proyecto de vida donde el trabajo tenga un valor articulador. Lo social no sólo puede resumirse al análisis de variables que tengan que ver con la alimentación, la educación, la salud, etc. A nuestro entender, estas variables están comprendidas en un contexto más amplio que hace al desarrollo económico real de un país: el aspecto laboral; ya que no es posible el pleno desarrollo de las comunidades, la proyección a futuro de las familias y la recuperación de la dignidad, sin trabajo y empleo genuino. En el contexto de la pobreza somos testigos de una configuración de culturas juveniles emergentes, donde el horizonte de sentidos se les manifiesta como un dato al margen de su existencia. Es un lugar común describir la población infantojuvenil de los sectores populares desde lecturas que expresan sólo sus rasgos negativos. Adolescentes y jóvenes son actores en nuestras comunidades generalmente asociados a fenómenos que parecen haberse instalado en nuestras comunidades de manera permanente y fatalista: el tráfico y consumo de drogas, la prostitución infantil y juvenil, la barras y pandillas organizadas, el alcoholismo, las tratas de blancas, etc. Un análisis que busque una lectura integral para la inclusión tendría que comenzar por reconocer que estas problemáticas no son más que manifestaciones con causales complejas pero que impactan dramáticamente sobre las historias de vidade los AJs. Nos encontramos ante la paradoja presente en nuestras sociedades donde: por un lado no nos hacemos cargo de la sustentabilidad
de la calidad de vida de nuestros descendientes y, por otro lado, se producen respuestas a los fenómenos de estas culturas con estrategias que no alcanzan a verificar un impacto tal que revierta significativamente la tendencia o con estrategias represivas que no hacen más que subrayar verdaderas profecías auto-cumplidas o generar la judicialización de la exclusión. Ni en el corto ni el en el mediano plazo reconocemos políticas públicas que hayan asegurado impacto en lo educativo, en lo laboral, en lo cultural, ni en el resto de variables que hacen al conjunto de propuestas que aseguren verdaderos cambios en el proyecto de vida de los/as AJs. Si analizamos la realidad educativa constatamos que las estructuras del sistema de educación formal convencional y no convencional no aseguran la inclusión de más niños/as, adolescentes y jóvenes dentro del sistema, situación que se agrava en la medida en que por diversas causales (concepción didáctico pedagógica, diseños curriculares, cultura escolar y cultura de la escuela, infraestructura, presupuestos, capacitación docente, etc.) se genera la exclusión progresiva de ellos/as de dicho sistema. Alrededor del 70% de los menores de 18 años vive en hogares pobres o indigentes, y el 30% de la población urbana vive en viviendas precarias. Dicha población posee una baja escolarización en el nivel secundario y una alta deserción escolar en general. En el contexto provincial los indicadores de calidad e inclusión en el nivel educativo aparecen por debajo de la media nacional: al colegio secundario ingresa sólo el 58,2% de los chicos con edad escolar, cuando el promedio del país es del 66,4%.
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