EJERCICIOS ESPIRITUALES EN LA VIDA CORRIENTE.
Autor: S. Ignacio de Loyola Expositor: Hernando Silva, S. J.
Bogotá.
TERCER MES
El segundo mes estuvo dedicado a preparar un proyecto de vida, que se concretaba en uno o varios propósitos. Este tercer mes está dedicado a meditar la vida y doctrina de N. S. Jesucristo con dos finalidades: a) iluminar el entendimiento con el ejemplo y la predicación de Jesús. b) Aumentar mi amor a la persona de N. S. Jesucristo. Cuando se crea conveniente, se pueden leer los textos del Evangelio, correspondientes a cada meditación, y repetirlos mentalmente en todos sus detalles, como ejercicio de la memoria. Para ese efecto, al principio de cada meditación se pone el correspondiente texto del Evangelio. Los puntos para las meditaciones serán muy breves, para que se entre prontamente en la oración. Por otra parte, esa es la recomendación que nos dejó S. Ignacio. De ordinario, tendrán dos partes: primero, un ejercicio de la memoria, que consistirá en recordar la historia; y, luego, viene la meditación. Para ella se expondrá la misma historia, pero a manera de consideraciones diversas y breves.
PRIMERA SEMANA Del tercer mes. Día 1°: Juan el Bautista (Mt. 3, 1-7). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a Juan el Bautista predicando a orillas del Jordán. c) Petición: que yo conozca a Jesús como lo conoció Juan el Bautista. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Juan el Bautista, desde muy joven, fue llevado por el Espíritu Santo al desierto para prepararlo a su misión de precursor de Jesús. Allí estuvo, durante años, entregado a la oración. Se alimentaba con saltamontes y miel silvestre. Vestía una túnica hecha con pelo de camello y ceñida a la cintura por una correa de cuero. Cuando el Espíritu Santo se lo inspiró, Juan salió a la ribera del Jordán predicando la conversión y bautizando a la gente. De todas partes acudían a él. Cuando Juan vio a Jesús, lo reconoció y dio testimonio de él: dijo que él era el cordero de Dios y que había visto al Espíritu Santo descender sobre él Meditación. La meditación se hace a la manera de aplicación de sentidos: • • • • • • • •
Contemplar la figura de Juan: su porte austerísimo, como quien ayuna todos los días; como quien habla permanentemente con el Señor; como quien acaba de salir del desierto, donde pasó años haciendo oración. Comprender su mensaje: invita a la austeridad en la vida. Dejarnos de cosas superfluas. Mirar a las multitudes escuchándolo. Oír su predicación: llama a la conversión. Contemplar lo que hace: bautiza con agua, como símbolo del cambio de vida. Cuando llega Jesús lo reconoce. Avisa que ese es el cordero de Dios. Da testimonio de que él vio al Espíritu Santo descender sobre Jesús.
Coloquio con Juan el Bautista pidiéndole que yo también alcance, del Señor, un mayor conocimiento de N. S. Jesucristo. Terminar la oración con un Padre Nuestro.
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Día 2°: El bautismo del Señor (Mt. 3, 13ss). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar la escena del bautismo de Jesús. c) Petición: que yo conozca mejor y ame más a Jesús. Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la historia: N. S. Jesucristo estaba trabajando en Nazaret, cuando oyó hablar de Juan el Bautista. Todo judío piadoso estaba yendo a las riberas del Jordán para oír a Juan. N. S. Jesucristo sintió que había llegado su hora y bajó al Jordán para ser bautizado por Juan. Juan reconoce a Jesús como el Mesías y, por humildad, se niega a bautizarlo. Pero Jesús insiste y Juan lo bautiza. Al salir del agua, se abren los cielos, el Espíritu Santo desciende sobre él en forma de paloma y se oye una voz que dice: “este es mi Hijo único. Mi amado. En él tengo mis complacencias” (Mt. 3, 17). Meditación. La meditación se hace a manera de aplicación de sentidos. • • • •
Ver la escena: las riberas del río Jordán; a Juan el Bautista, que predica con extraordinario fervor; las multitudes que acuden a él; y a Jesús que, también, se acerca para oír a Juan. Escuchar lo que dicen: a Juan que invita a la conversión; a Jesús que le pide el bautismo; Juan primero se niega; pero, ante la insistencia de Jesús, acepta bautizarlo. Mirar lo que hacen las distintas personas: Jesús, que comprende, en Nazaret, que ha llegado su hora; se pone en camino; llega al Jordán; escucha, humildemente, a Juan; y entra al río Jordán para ser bautizado. Contemplar la escena del Bautismo de Jesús: Jesús entra al agua; Juan lo bautiza; se abren los cielos; el Espíritu Santo baja sobre Jesús en forma de paloma; se oye la voz del Padre que dice: este es mi Hijo amado; mi predilecto; en él tengo mis complacencias; escuchadlo.
N. B.: No hace falta que considere todas las escenas. Si en alguna escena siento devoción; en ella me puedo demorar todo el tiempo, si hace falta. Coloquio con Juan el Bautista, pidiéndole que me alcance, del Señor, un mejor conocimiento y en mayor amor a Jesús. Terminar con un Padre Nuestro.
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Día 3°: Los 40 días de oración de Jesús en el desierto (Mc. 1, 12s). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a Jesús haciendo oración en el desierto. c) Petición: que el Señor me conceda mayor conocimiento y más amor a Jesús. Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) A manera de contemplación. Se puede pasar la oración entera contemplando a Jesús orando en el desierto. B) Se pueden hacer consideraciones, como las que luego propongo; pero anotando que no hace falta hacer todas las consideraciones: me puedo detener todo el tiempo en alguna de ellas. Consideraciones: • Cuando el Espíritu Santo se apoderó del Profeta Elías, lo llevó al desierto, durante cuarta días y cuarenta noches, hasta que llegó al monte del Señor Horeb. • Cuando el Espíritu Santo se apoderó del Señor Jesús, lo llevó al desierto a hacer oración durante cuarenta días y cuarenta noches. • Era necesario que las palabras de Jesús se oyeran como las de un profeta, las de un hombre de oración, las de una persona que estaba en permanente comunicación con Dios, y no como las de un simple pensador. • Por otra parte, Jesús necesitaba ordenar sus pensamientos y sus sentimientos y prepararse a su vida pública. • Durante toda su vida Jesús practicó la oración. Pasaba las noches haciendo oración. (Cf. Lc. 6, 42). • La soledad es el sitio más apropiado para comunicarse con Dios, fuera del bullicio de la gente y de la agitación de las ocupaciones diarias. • Siempre puedo orar. En toda circunstancia puedo orar. Pero necesito momentos fuertes de oración. Necesito sacar un tiempo, a ser posible todos los días, para comunicarme con Dios. • La oración, el silencio, la soledad, dan gran paz al alma. • En la oración hallo fuerza para cumplir mis propósitos. • En la oración hallo la luz que me ilumine en la vida. Coloquio con Jesús en el desierto. Le podemos preguntar cuáles eran sus pensamientos, sus angustias, sus preocupaciones. Terminar la oración con un Padre Nuestro.
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Día 4°: El ayuno de Jesús en el desierto. (Mt. 4, 1s). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a Jesús en el desierto. c) Petición: que el Señor me conceda mayor conocimiento y mayor amor a N. S. Jesucristo. Meditación. Lo mismo que la meditación pasada, esta meditación se puede hacer de dos maneras: A) Como contemplación, imaginando a N. S. Jesucristo ayunando en el desierto. En esta contemplación puedo pasar todo el tiempo. B) Se puede, también, hacer las consideraciones que propongo a continuación, pero recordando que no hace falta hacer todas esas consideraciones, pues, si encuentro devoción en alguna de ellas, en esa me puedo demorar todo el tiempo. Consideraciones: • El profeta Elías no comió ni bebió durante los 40 días que duró su travesía por el desierto. Esto lo hizo porque estaba completamente poseído por el Espíritu de Dios. (Cf. 1 Reg. 19, 8). • El Espíritu de Dios también se apoderó de N. S. Jesucristo, en su bautismo, lo llevó al desierto y allí duró 40 días y 40 noches sin comer ni beber. • El ayuno total del Señor no se debió a que el alimento fuera pecaminoso, ni a que el ideal de la vida fuera no comer. Se debió a que el Espíritu Santo se había apoderado de él y, también, a que el ayuno le facilitaba la comunicación con Dios. • La santa Iglesia prescribe algunos días de ayuno y de abstinencia. Esta legislación es hoy muy benigna. Pero debo estar atento para guardarla, pues el ayuno trae muchos bienes al espíritu. • Hoy casi toda persona mayor tiene algún tipo de dieta. Estas dietas suelen ser muy provechosas para el cuerpo y para el espíritu. • Por lo menos, debo evitar los vicios. • El tenor general de mi vida debe ser de austeridad. Coloquio con el Señor Jesús preguntándole sobre los motivos de su ayuno. Terminar la oración con un Padre Nuestro. ____________________
Día 5°: Las tentaciones de Jesús (Mt. 4, 1-12). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a Jesús siendo sometido a la tentación. c) Petición: que Dios me conceda mayor conocimiento y mayor amor del Señor Jesús. Meditación. En cada una de las tentaciones, la meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando, simplemente la escena y demorándome en ello el tiempo que fuere necesario, aunque no se alcancen a contemplar las tres tentaciones. B) En cada una de las tentaciones, recordar la historia y hacer alguna consideración; pero debo demorarme en el aspecto en el que encuentre devoción. Primera tentación: después de los 40 días de ayuno, Jesús sintió hambre. Entonces se le apareció el tentador y le dijo: Si eres el Hijo de Dios haz que estas piedras se conviertan en panes. Pero Jesús le respondió: no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Consideración: el tentador invita a Jesús a que emplee, en provecho propio, los inmensos poderes que se le habían dado como Salvador de los hombres. Segunda tentación. El tentador llevó a Jesús al pináculo del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice que los ángeles lo llevarán en sus palmas para que su pie no tropiece con ninguna piedra. Jesús le respondió: también la Escritura dice: no tentarás al Señor tu Dios. Consideración: el tentador le propone a Jesús que haga un milagro espectacular para que todos reconozcan que él es el Mesías. Pero lo planes de Dios no eran esos. Dios quería un Mesías sometido al fracaso y al dolor. Tercera tentación. El tentador lleva a Jesús a un monte muy alto; le muestra todos los reinos de la tierra y le dice: todo eso te lo daré si me adoras. Jesús le respondió: apártate de mí Satanás, porque escrito está: al Señor tu Dios adorarás y solo a él darás gloria. Consideración: probablemente esta tentación signifique que, si Jesús se somete a los ídolos del mundo (el poder, la gloria y la riqueza), de esa manera iba a conseguir la aceptación de las gentes. Pero Jesús no se somete a los ídolos del mundo: él adora y se somete solamente a Dios. Coloquio con el Señor Jesús, preguntándole porqué se sometió a la tentación y cuáles fueron sus tentaciones. Terminar con un Padre Nuestro. N. B.: Sábado y domingo, repetir algunas de las meditaciones de la semana. ____________________
SEGUNDA SEMANA Del tercer mes Día 1°: La vocación de los apóstoles (Mt. 4, 18 – 23) Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: Imaginar la escena, junto al lago de Galilea, cuando Jesús llama a sus apóstoles. c) Petición: que yo mire mi profesión como una vocación de Dios. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús pasaba por la ribera del lago de Galilea. Ve a dos hombres: a Pedro y a su hermano Andrés, que estaban pescando. Jesús los llama, para que lo sigan, y para que sean pescadores de hombres. Ellos al instante lo siguieron. Más adelante vio Jesús a otros dos hermanos, Juan y Santiago, que estaban arreglando sus redes con su padre, el Zebedeo. Jesús los llama también a ellos. Ellos, dejando las redes y a su padre, siguen a Jesús. Ejercicio del entendimiento. Jesús llama a unos hombres del pueblo, que no eran sabios, y con ellos funda su Iglesia. No solamente la vocación sacerdotal y religiosa es vocación de Dios. También la vocación a las profesiones civiles son vocaciones de Dios, pues fue Dios el que dio las cualidades para esa profesión y, además, toda profesión es un servicio a los hijos de Dios. Ejercicio de la voluntad. Puedo pasar la meditación entera contemplando la escena de la vocación de los apóstoles. También puedo recordar las peripecias de mi propia vocación (aunque sea a una profesión civil) y mirarlas como vocación de Dios. Coloquio con N. S. Jesucristo, agradeciéndole mi vocación. Terminar con un Padre Nuestro.
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Día 2°: La boda de Caná de Galilea (Jn. 2, 1-12) Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar el momento en que María dice a Jesús que no tienen vino. c) Petición: que el señor Jesús me transforme a mí en persona espiritual. Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la historia: Jesús, con su madre y sus discípulos, fue invitado a una boda en el vecino pueblo de Caná de Galilea. A los novios se les acabó el vino. María se lo dijo a Jesús. Jesús dijo a los sirvientes que llenaran de agua la tinajas. Cuando estuvieron llenas, Jesús pidió que le llevaran al maestresala. Cuando este probó el agua, convertida en vino, le protestó al novio por haber dejado el mejor vino para el final de la fiesta. Este fue el primer signo que hizo Jesús, ante sus discípulos, y ellos creyeron en él. (Es recomendable leer el Evangelio y repetir la escena en todos sus pormenores). Meditación. La meditación se puede hacer a manera de una contemplación, de la siguiente manera: a) Contemplar a María: Participando de la fiesta. Cuando cae en la cuenta de que no tienen vino. Cuando intercede ante su hijo para atender a esa necesidad. Cuando da la orden a los criados para que hagan lo que Jesús dice. b) Contemplar a Jesús: Participando de la fiesta. Conversando con los invitados. Atendiendo a su madre. Ordenando llenar con agua las tinajas. Ordenando llevar, al maestresala, el agua convertida en vino.
c) Contemplar a los discípulos: Participando de la fiesta. Se dan cuenta del milagro. Creen en Jesús. Coloquio. Hacer un coloquio con la Virgen María. Que yo me transforme en persona espiritual. Terminar con un Padre Nuestro. _____________________
Día 3°: La pesca milagrosa (Lc. 5, 1-12). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar el momento en que los discípulos echan la red a la derecha y la sacan llena de peces. c) Petición: que el Señor me conceda mayor conocimiento y más amor a N. S. Jesucristo. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús sube a la barca de Pedro y le pide que la aparte un poco de la orilla, para predicar, desde allí, a la gente. Cuando terminó de predicar pidió a Pedro que bogara mar adentro y, cuando ya se habían apartado de la orilla, le pidió que echara la red para pescar. Pedro le respondió que habían bregado toda la noche sin coger ni un pez, pero que, por la palabra de Jesús, echaría la red. Echó, pues, la red y cogió tal cantidad de peces que casi se rompía la red. Tuvieron que pedir ayuda a la otra barca, la de Juan y Santiago; y las dos barcas casi se hundían por la multitud de peces. Entonces Pedro, en el colmo del estupor, se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: apártate de mi, Señor, porque soy un hombre pecador. Jesús le respondió: no temas, en adelante serás pescador de hombres. (Conviene leer el pasaje en el Evangelio y repetirlo en todos sus detalles). Meditación. Conviene hacer la meditación contemplando los diversos detalles de esta historia: Jesús predica a la gente a la orilla del lago de Galilea. Sube a la barca de Simón Pedro, para predicar desde allí. Cuando termina de hablar, pide a Pedro que se adentre en el mar. Al llegar a aguas profundas pide a Pedro que eche la red para pescar. Pedro le responde que han bregado toda la noche sin coger nada; pero que echará la red. Echó la red y cogió tal cantidad de peces que la red casi se rompía. Pide ayuda a la barca de sus amigos Juan y Santiago. Las dos barcas casi se hunden por la multitud de peces. El estupor se apodera de Pedro y de sus compañeros. Pedro se echa a los pies de Jesús y le dice: apártate de mi, porque soy pecador. Jesús le responde: no temas, en adelante serás pescador de hombres. Aquellos pescadores dejan sus barcas y sus redes y siguen a Jesús. N. B.: en el punto en que se encuentre devoción, ahí se debe detener. No hace falta considerar todos los puntos. Coloquio con los apóstoles, sobre lo que sintieron cuando comprendieron el prodigio. Terminar la oración con un Padre Nuestro. _____________________
Día 4°: La multiplicación de los panes (Jn. 6, 1-15). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar la escena, cuando los apóstoles reparten el pan y los peces a la multitud. c) Petición: que el Señor me conceda conocimiento y amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús pasó al otro lado del lago de Galilea y lo siguió mucha gente para oír su palabra y ver los signos que hacía. Jesús se preocupó porque esa gente no había comido nada y había caminado mucho. Preguntó a Felipe: ¿dónde compraremos pan para toda esa gente? Felipe le respondió que doscientos denarios de pan no bastarían. Andrés terció en la conversación y dijo que ahí había un muchacho con cinco panes y dos peces. Jesús hizo que la gente se sentara en la hierba y multiplicó los cinco panes y los dos peces de manera que alcanzó para todos. Con los sobras los apóstoles llenaron doce canastos. La gente empezó a decir que ese era el profeta que tenía que venir al mundo. Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) como contemplación, observando, durante toda la meditación, cómo Jesús multiplica los panes y los peces y da de comer a la multitud. B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones: • La misión de Jesús era, principalmente espiritual, pero él también se preocupa por las necesidades materiales de la gente. • La misión de la Iglesia y de los fieles, igualmente, es principalmente espiritual; pero también tenemos la obligación de procurar el bienestar de nuestros hermanos. • Jesús, además del alimento material, trae el alimento espiritual: • Su palabra ha sido alimento espiritual para todos los hombres. • Él mismo se ha hecho alimento espiritual de la humanidad de todos los tiempos al quedarse en la sagrada Eucaristía. Coloquio con el Señor Jesús conversando con él sobre su preocupación por el hambre, tanto espiritual como material, de la humanidad. Terminar la oración con un Padre Nuestro.
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Día 5°: La tempestad calmada (Mt. 8, 23-28). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar el momento en que Jesús ordena al viento y al mar que se calmen. c) Petición: que el Señor me conceda mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús se había embarcado, con sus apóstoles, para ir a la otra orilla del lago. Jesús se quedó dormido. Entre tanto, se levantó una gran tempestad, de manera que los apóstoles temieron que se fueran a hundir. Despertaron a Jesús y le pidieron que los salvara. Jesús, primero los reprendió por su falta de fe; pero, luego, ordenó al viento y al mar que se calmaran, y vino una gran bonanza. Los apóstoles, en el colmo de la admiración, se preguntaban quién era ese hombre que daba órdenes al viento y al mar y le obedecían. Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras. A) Como una contemplación, deteniéndome en imaginar cuando Jesús duerme durante la tempestad, o cuando calma al viento y al mar. (Es la manera que más recomiendo). B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones: • Jesús se muestra como Señor de los elementos de la tierra. • Eso significa que él también tiene alguna misión con la dimensión material de nuestra existencia. • Eso significa que también nosotros tenemos alguna misión con los elementos de la tierra: • Debemos cuidar nuestro cuerpo y todas nuestras cosas; • Debemos preocuparnos por la naturaleza; • Debemos cultivar la naturaleza. • También podemos considerar que Jesús puede calmar nuestras tempestades de la vida: • Puede calmar nuestras tempestades interiores dándonos luz, paz y fortaleza; • Pero también puede calmar nuestras tempestades exteriores dándonos sabiduría para sabernos comportar en ellas. Coloquio se puede hacer un coloquio con alguno de los apóstoles preguntándole sobre lo que ellos sintieron cuando vieron que Jesús calmaba la tempestad. Terminar la meditación con un Padre Nuestro. N. B.: Sábado y domingo, repetir alguna de las meditaciones de la semana. ____________________
TERCERA SEMANA Del tercer mes. Día 1°: Curación del paralítico (Mc. 2, 1-13). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar la escena: bajan al paralítico, por el techo, en medio de una casa llena de gente. Jesús lo cura. c) Petición: que el Señor aumente mi conocimiento y mi amor a Jesús. Ejercicio de la memoria. Consiste en recordar la historia: Jesús estaba predicando en una casa. Había mucha gente, de manera que no se podía entrar. Llegan unos hombres con un paralítico. Como no podían entrar por la puerta, entonces suben a la azotea, hacen un hueco en el techo, y por allí bajan al paralítico. Cuando Jesús lo vio le dijo: tus pecados están perdonados. Unos escribas pensaron que Jesús estaba blasfemando, pues solamente Dios puede perdonar pecados. Entonces Jesús les dijo: ¿qué es más fácil: decirle al paralítico que sus pecados están perdonados, o decirle, levántate y anda? Pues para que veáis que el Hijo del Hombre tiene poder de perdonar pecados, dijo al paralítico: yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El paralítico se levantó y la gente quedó admirada. (Conviene leer el texto en el Evangelio y repetirlo en todas sus partes). Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando cada una de las escenas de este relato y deteniéndome en la primera escena en la que sienta devoción. B) También se pueden hacer algunas consideraciones: • Jesús muestra poder sobre esa enfermedad. • La parálisis espiritual consiste en que, de hecho, no avanzamos en la vida espiritual. • Jesús puede curar mi parálisis espiritual. • Para eso estoy haciendo los Ejercicios en la vida corriente. • Espero un adelanto grande en mi vida espiritual. • Espero conseguir una familiaridad en el trato con el Señor. • También, Jesús muestra su poder para perdonar los pecados. • Ese poder se lo concedió a sus sacerdotes. • Ese poder ha llegado hasta mí y ha dado paz a mi alma. Coloquio con N. S. Jesucristo sobre el poder de perdonar los pecados y terminar con un Padre Nuestro.
Día 2°: Curación del ciego Bartimeo (Mc. 10, 46ss). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar el momento en que Jesús cura al ciego Bartimeo. c) Petición: que Dios me conceda mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: salía Jesús de Jericó, acompañado de una muchedumbre. El ciego Bartimeo preguntó qué era todo ese ruido. Le respondieron que Jesús pasaba por allí. Entonces Bartimeo empezó a gritar: Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí. La gente intentó callarlo, pero él gritaba más alto: Hijo de David, ten compasión de mí. Jesús se detuvo. Mandó que le trajeran al ciego y le preguntó: ¿qué quieres que haga por ti? El ciego le respondió: maestro, haz que yo vea. Jesús le dijo: tu fe te ha salvado. Al instante el ciego recobró la vista y siguió a Jesús. Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando las distintas escenas de este relato, pero deteniéndome en la escena en la que sienta devoción: • Jesús sale de Jericó acompañado de un gentío. • Bartimeo averigua que Jesús pasa por allí. • Empieza a gritar: Hijo de David, ten compasión de mí. • La gente intenta callarlo, pero él grita con más fuerza. • Jesús lo llama y le pregunta qué puede hacer por él. • Bartimeo le responde: maestro, haz que yo vea. • Jesús le dice: tu fe te ha salvado. Bartimeo queda curado y sigue a Jesús. B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones: • Jesús se interesa por el bienestar de las gentes. • Yo no me puedo desentender del bienestar de las personas. • Hay una ceguera espiritual, que consiste en la imposibilidad de ver las realidades sobrenaturales. • Si ese es problema mío, Jesús me puede curar de ese mal. Coloquio con el ciego Bartimeo, ya curado, cuando sigue a Jesús, preguntándole sobre sus sentimientos. Terminar la meditación con un Padre Nuestro. ___________________
Día 3°: Jesús cura al criado del centurión (Mt. 8, 5-14). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a Jesús conversando con el centurión. c) Petición: que Dios me conceda mayor amor y mejor conocimiento de Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: un centurión romano se presenta a Jesús y le pide que cure a su criado, que está enfermo y sufre mucho. Jesús mostró intención de ir a curarlo; pero el centurión le dijo: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; pero di una sola palabra y mi criado quedará curado, porque yo soy un militar y digo a un soldado ve, y va; y a mi criado haz esto y lo hace. Jesús quedó admirado de la fe del centurión y le dijo: vete y sea como haz creído. En ese momento quedó curado el criado. (Leer el texto en el Evangelio y repetirlo en todos sus detalles). Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando las principales escenas del relato y deteniéndome en alguna de ellas: • Un centurión pide a Jesús que cure a su criado. • Jesús muestra intención de ir a curarlo. • El centurión dice que no es digno de que Jesús entre en su casa. • Que basta con que diga una palabra y el criado quedará curado • Jesús se admira de la fe del centurión, • Le dice: vete y sea como has creído. • El criado quedó curado. B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones. • La fe del centurión es admirable. • Más admirable es el poder de Jesús que cura a un enfermo a distancia. • Considerar la bondad de Jesús que se apresta para curar al criado. • Examinar mi propia fe: probablemente es muy pequeña. Coloquio con el centurión, preguntándole porqué tiene tanta fe en Jesús. Terminar la oración con un Padre Nuestro.
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Día 4°: Jesús resucita al hijo de la viuda de Naím (Lc. 7, 11-18). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar cuando Jesús resucita al joven. c) Petición: que el Padre me conceda mayor conocimiento y mayor amor a Jesús. Ejercicio de la Memoria. Recordar la historia: Jesús se acercaba a la ciudad de Naím, cuando sacaban a enterrar a un joven, hijo único de una viuda. Jesús se compadece. Se acerca al féretro y lo toca. Este se detuvo. Jesús le dijo: joven, yo te lo mando, levántate. Al instante el joven se incorporó y empezó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre. El estupor se apoderó de todos y decían: un gran profeta ha aparecido entre nosotros; y Dios ha visitado a su pueblo. (Leer el relato en el Evangelio hasta repetirlo en todos sus detalles). Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando las distintas escenas del relato y deteniéndome en alguna: • Jesús se acerca a Naím acompañado de sus discípulos y de mucha gente. • Sacan a enterrar al hijo único de una viuda. • Jesús se compadece. • Detiene el féretro y dice al joven: levántate, yo te lo mando! • El joven se incorpora y dice algunas palabras. • Jesús se lo entrega a su madre. • El estupor se apodera de todos y empiezan a alabar a Dio. B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones: • Jesús posee un corazón compasivo. • Comprende la situación de la viuda. • Se muestra como Señor de la vida, al resucitar al joven. • Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. • El milagro es un signo que nos dice que Jesús nos puede dar la vida sobrenatural, aunque hayamos estado muertos por el pecado. Coloquio con la viuda, madre del joven que había muerto. Terminar la oración con un Padre Nuestro.
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Día 5°: La hemorroísa y la hija de Jairo (Lc. 8, 40ss). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar el momento en que Jesús resucita a la hija de Jairo. c) Petición: que Dios me conceda mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jairo, jefe de la sinagoga, tenía una hija que se estaba muriendo. Pidió a Jesús que fuera a su casa para curar a la niña. Cuando iban de camino, una mujer, que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, tocó el manto de Jesús y quedó curada. Jesús se volvió preguntando: ¿quién me ha tocado? Pedro le respondió que la gente lo apretujaba por todas partes; pero Jesús insistió diciendo que él había sentido salir de su cuerpo una virtud curativa. La mujer, entonces, confesó lo sucedido. Jesús le dijo: hija, vete en paz, tu fe te ha salvado. Entre tanto, vinieron a avisar a Jairo que su hija se había muerto, que no molestara más al maestro; pero Jesús le dijo a Jairo que no se angustiara, que tuviera fe y que la niña viviría. Al llegar a la casa encontraron a la gente llorando a la niña. Se burlaban de Jesús porque decía que la niña estaba dormida, cuando todos sabían que estaba muerta. Jesús entró a la habitación de la niña y le dijo: ¡levántate! La niña volvió a vivir y Jesús ordenó que le dieran de comer. (Leer el relato en el Evangelio y repetirlo fielmente). Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplar alguna de las principales escenas de ese relato: • Jairo pide a Jesús que cure a su hija. • La hemorroísa toca el manto de Jesús y queda curada.. • Jesús la despide con bondad. • La gente se burla de Jesús porque dice que la niña está dormida. • Jesús resucita a la hija de Jairo. B) También se puede hacer alguna de las siguientes consideraciones: • Jesús cura las enfermedades. • Jesús devuelve la vida. • La hemorroísa es símbolo de la persona que tiene algún defecto que le quita todas las fuerzas del espíritu. Coloquio con la hemorroísa. Terminar la oración con un Padre Nuestro. N.B.: Sábado y domingo, repetir alguna de las meditaciones de la semana. ____________________
CUARTA SEMANA del tercer mes. Día 1°: La última subida a Jerusalén (Jn. 11, 1-17). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a Jesús subiendo animosamente a Jerusalén, donde sería crucificado. c) Petición: que Dios Padre me conceda comprensión de lo que hace el Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús se halla al otro lado del río Jordán, en la región de Perea, cuando le llevan el recado de que su amigo Lázaro está enfermo. A pesar de la noticia, Jesús se queda otros dos días en el mismo lugar. Después, dice abiertamente a sus apóstoles que Lázaro ha muerto y los invita a subir a Jerusalén. Era natural que los apóstoles no quisieran subir a Jerusalén, pues eso significaba la muerte para Jesús; pero Tomás dice a sus compañeros: vamos también nosotros y muramos con él. El grupo emprende la empinada subida a Jerusalén y Jesús va adelante con gran ánimo. (Leer el Evangelio y repetir la escena con todos sus detalles). Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando las distintas partes de este relato, pero deteniéndome donde hallare devoción: • En Jerusalén están resueltos a matar a Jesús. • Jesús se halla, con sus apóstoles, cerca del río Jordán, lejos del peligro. • Recibe la noticia de que su amigo Lázaro está enfermo. • Jesús se queda otros dos día en el mismo sitio. • Dice a sus apóstoles que Lázaro ha muerto y los invita a subir a Jerusalén. • Esa subida significaba la muerte para Jesús. • Los apóstoles sienten miedo, pero Tomás los anima. • Jesús va adelante del grupo, subiendo con grande ánimo. B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones: • Jesús tuvo amistades muy queridas, como fue la familia de Lázaro. • Jesús sabe que va a morir. • Jesús sube con gran ánimo a Jerusalén, porque quiere morir por nosotros. • Los apóstoles van con pereza porque no quieren sufrimientos. • Los caminos de Dios son muy distintos de los caminos de los hombres. Coloquio con el apóstol Tomás, preguntándole sobre sus sentimientos mientras suben a Jerusalén, donde les espera la muerte. Terminar con un Padre Nuestro. ____________________
Día 2°: Marta y María (Jn. 11, 17-33). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar la conversación de Jesús con Marta. c) Petición: que Dios me dé mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: cuando llegó Jesús a Betania, Marta salió a recibirlo y le dijo; Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto; pero yo sé que Dios te concederá todo lo que le pidas. Jesús le dijo: tu hermano resucitará. Marta Respondió: ya sé que resucitará el último día. Jesús le dijo: yo soy la resurrección y la vida, el que crea en mí, aunque haya muerto, vivirá. Marta se fue a llamar a su hermana María, que estaba atendiendo las visitas. Esta se levantó y se fue al encuentro de Jesús. Los que estaban con ella también se levantaron y fueron al encuentro de Jesús. Cuando Jesús vio a la gente que lloraba, se conmovió profundamente y lloró. Los judíos comentaron: miren cuánto lo quería! Pero algunos de ellos dijeron: este, que devolvió la vista al ciego de nacimiento, no pudo haber hecho algo para que Lázaro no muriera? (Leer el Evangelio y repetirlo en todos sus detalles) Meditación. La meditación se puede hacer de cualquiera de las siguientes maneras: A) Meditando cada una de las palabras de Marta y de Jesús: • Marta: “si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. • Jesús: “tu hermano resucitará”. • Marta: “ya sé que resucitará el último día”. • Jesús: “yo soy la resurrección y la vida”. • Jesús: “el que crea en mí, aunque haya muerto, vivirá”. B) Contemplando las distintas escenas: • Jesús llega a la aldea de Betania. • Marta sale a recibirlo. • Marta expresa sus sentimientos y creencias a Jesús. • Marta llama a María y esta va al encuentro de Jesús. • Jesús llora por su amigo Lázaro. • Algunos judíos murmuran. C) Se pueden hacer las siguientes consideraciones: • Jesús tuvo sentimientos humanos. • Jesús llora por su amigo Lázaro. Coloquio con Marta y María sobre su amistad con Jesús. Terminar la oración con un Padre Nuestro.
Día 3°: La resurrección de Lázaro (Jn. 11, 33-45). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar la resurrección de Lázaro. c) Petición: Que Dios Padre me conceda mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Cuando Jesús llegó a Betania, ya hacía cuatro días que Lázaro había muerto. Jesús pidió que lo llevaran al sepulcro. Cuando llegó, pidió que quitaran la piedra que cerraba el sepulcro. Marta le recordó que Lázaro ya llevaba cuatro días de muerto y que ya olía mal. Pero Jesús respondió: no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? Destaparon, pues, el sepulcro. Entonces Jesús exclamó: Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por la gente que me rodea, par que crea que tú me has enviado. Dicho esto, exclamó en voz alta: Lázaro, sal fuera! Entonces el que estaba muerto salio como estaba: atado con las vendas y el rostro cubierto con el sudario. Jesús ordenó que lo soltaran y lo dejaran caminar. Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A) Contemplando las distintas escenas de este relato y demorándome en la escena que me produzca devoción: • Jesús llega a Betania y Marta lo recibe. Se dirige al sepulcro. • Jesús llora por su amigo Lázaro. • Pide que quiten la piedra que cierra el sepulcro. • Marta recuerda que ya huele mal porque lleva cuatro días de muerto. • Quitan la piedra. • Jesús da gracias al Padre porque lo ha escuchado. • Jesús dice: “¡Lázaro, sal fuera!” • El que estaba muerto, sale, atado con sus vendas. • Jesús pide que lo suelten y lo dejen caminar. B) También se pueden hacer las siguientes reflexiones: • Jesús tuvo amistad humana con Lázaro y con sus hermanas. • Jesús se muestra sensible al dolor humano y llora por su amigo Lázaro. • Jesús da gracias al Padre porque lo ha escuchado. • Dice que el Padre lo escucha siempre. • Hace el prodigio para que crean que él es enviado por el Padre. Coloquio con Marta y con María, sobre sus sentimientos por la resurrección de su hermano Lázaro, y terminar con un Padre Nuestro. ___________________
Día 4°: Los jefes de los judíos quieren matar a Jesús (Jn. 11, 45ss). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar el momento en el que los jefes del pueblo se resuelven a matar a Jesús. c) Petición: que Dios me conceda conocimiento de mi propio corazón y de mis propias intenciones. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia. Con la resurrección de Lázaro muchos judíos creyeron en Jesús; pero otros se lo comunicaron a sus jefes. Estos se reunieron. Temieron que hubiera una revuelta y que vinieran los romanos y destruyeran todo el pueblo. Caifás, sumo sacerdote, les dijo que era preferible que muriera un solo hombre y no que pereciera toda la nación. Jesús tuvo que retirarse a la ciudad de Efrén. Cuando llegó la pascua, le gente se preguntaba si Jesús se atrevería a subir a Jerusalén, pues los jefes habían dado la orden de prenderlo. Ejercicio del entendimiento. Se pueden hacer las siguientes reflexiones: • Qué equivocados suelen ser los juicios de los hombres. • Jesús no iba a perder a la nación, sino a salvarla. • Los jefes iban a cometer una injusticia muy grande: iban a matar a un inocente. • El condenado a muerte fue el hombre justo por excelencia. El cordero de Dios. • Los jefes estaban equivocados sobre sus intenciones: el verdadero motivo era la envida, no la salvación del pueblo. • Qué fácilmente me puedo equivocar yo sobre mis intenciones. • Los signos que había hecho Jesús no hablaban de perdición del pueblo, sino de salvación. • Los hombres no alcanzamos a ver las consecuencias de nuestras malas acciones. Ellos mataron al Salvador y acarrearon la destrucción de Jerusalén y la dispersión del pueblo. Ejercicio de la voluntad. • Admirarme del desvarío de los hombres. • Sentir todo el peso de la injusticia que recae sobre Jesús. • Pensar que yo también me puedo equivocar gravemente. Coloquio con Caifás sobre sus intenciones al mandar matar a Jesús. Terminar la oración con un Padre Nuestro. ____________________
Día 5°: La unción de Betania (Jn. 12, 1-10). Preparación para la oración. a) Presencia de Dios y oración preparatoria, como de costumbre. b) Composición de lugar: imaginar a María que unge los pies de Jesús. c) Petición: que Dios me conceda mayor conocimiento y más amor al Señor Jesús. Ejercicio de la memoria. Recordar la historia: Jesús volvió a Betania y allí le ofrecieron una cena. Lázaro, al que había resucitado, estaba con Jesús, a la mesa. María, la hermana de Lázaro, tomó una libra de perfume de nardo, preciosísimo, y lo derramó sobre los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Toda la casa quedó llena con la fragancia del nardo. Pero Judas Iscariote intervino preguntando: ¿por qué no se ha vendido ese perfume en trescientos denarios para darlo a los pobres? A Judas no le interesaban los pobres, sino que era ladrón y robaba las limosnas que les daban. Pero Jesús respondió: déjala, está ungiendo mi cuerpo para la sepultura, porque a los pobres los tendréis siempre, pero a mí no siempre me tendréis. Muchos judíos fueron a Betania, no solamente por ver a Jesús, sino también por ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Meditación. La meditación se puede hacer de dos maneras: A)
Contemplando las distintas escenas de este relato y deteniéndome donde hallare devoción: • La familia de Lázaro ofrece una cena a Jesús. • María derrama un perfume finísimo sobre los pies de Jesús. • Los seca con sus cabellos. • La casa queda llena con la fragancia del perfume. • Judas protesta: que ese perfume su pudo haber vendido y dado el dinero a los pobres. • Jesús dice que María ha ungido su cuerpo para la sepultura. • Que pobres siempre los tendremos. • Pero que a él no siempre lo tendremos.
B) También se pueden hacer las siguientes consideraciones: • A Jesús le ungieron los pies dos veces. Primero, una pecadora, que lo hizo por arrepentimiento (Lc. 7, 36ss). Ahora lo unge María, que lo hace por amistad, por gratitud, por amor. • La crítica de Judas es malintencionada. • Yo debo ungir los pies de Jesús con mi amor, con mi vida toda. Coloquio con María, la hermana de Lázaro. Terminar con un Padre Nuestro. N. B.: Sábado y domingo, repetir algunas de las meditaciones de la semana. ___________________