La ecología se enseña mejor en el patio de la escuela Edmundo Rivera Edmundo Rivera atribuye a la casualidad el haber encontrado la herramienta propicia, en momentos en que más convencido estaba de que la educación era el fundamento para “mejorar el mundo”. Pero no fue fruto de la casualidad la vehemencia con la que ha impulsado la creación de una organización, REMA (Rescate en tus Manos), y la difusión de una estrategia pedagógica que fomenta un pensamiento autónomo, crítico y reflexivo, la EEPE (Ecología en el Patio de la Escuela). Edmundo no considera que el trabajo que actualmente realiza sea un trabajo, por el gusto que siente al realizarlo. Y porque esta actividad lo vincula, de una u otra forma, con la gente del campo, personas con las que se siente habitualmente vinculado: “Si bien soy fanático de hablar y charlar, no lo hago con cualquiera. Me gusta hablar con las personas de las comunidades porque su vida es más honesta; cazarán, deforestarán, pero esa es su vida” nos dice Edmundo. Cuando salió del cuartel, su elección profesional oscilaba entre Ingeniería Civil y Agronomía. De lo que sí estaba seguro era de que su futura profesión estaría dedicada al trabajo directo con las personas: “Con Ingeniería Civil podía soñar en una serie de proyectos de infraestructura para las comunidades, o Agronomía, que es la base de la producción, porque si la gente no come bien y no tiene medios económicos, no tiene sentido pedirle que cuide, que conserve, que se porte bien, que ame a su bandera; si la gente no come bien lo demás no importa”. Después de graduarse de Agronomía, durante un viaje de cuatro meses a Brasil
para realizar prácticas, conoció una comunidad de agricultores que no tenían las mismas carencias, ni estaban sometidos a un trato injusto como ocurre en algunas zonas de nuestro país; regiones donde el monocultivo, lo abarca todo celosamente y no permite la presencia de productos alternativos ni siquiera para el consumo de los mismos campesinos del lugar: “Por las zonas de Pailón y Tres Cruces, dice Edmundo, un kilo de tomate es muy caro, porque allí sólo hay soya, esa es la idiosincrasia del monocultivo”. En la década del 90 empieza a conocerse, en Latinoamérica, un método innovador que conjuga la educación, la investigación y el medio ambiente. A través de Peter Feisinger, uno de los “sembradores de esta filosofía y/o herramienta”, Edmundo Rivera conoce y se apasiona por el tema y se convierte en uno de los principales impulsores de la difusión y aplicación del método de la Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE), en Bolivia.
La EEPE utiliza al Ciclo de Indagación como herramienta pedagógica y articula la educación formal o alternativa con la educación ambiental y la investigación. El objetivo es que a través del conocimiento y la reflexión, se promueva una cultura de conservación, en la comunidad, a través de los y las estudiantes. El Ciclo de Indagación es una versión simplificada del método científico que comprende tres pasos básicos:
A su vez, la EEPE es sólo una rama más del Ciclo de Indagación que abarca otros ámbitos y otros actores que tienen que ver con la conservación y uso sostenible de los recursos naturales: comunidades, sectores turísticos, investigadores biólogos y conservacionistas y por supuesto estudiantes y maestros de colegio y escuela. La EEPE ha tenido gran éxito en la educación, especialmente porque está 1
profesores a que nos dejaran ayudarlos con este método. Eso resultó agotador y frustrante en cierto sentido”.
basada en los lineamientos básicos del método constructivista, que impulsa la Reforma Educativa. Cuenta con el apoyo y respaldo del SEDUCA - SC (Servicio Departamental de Educación de Santa Cruz), para su aplicación en la educación formal, según explica Edmundo: “Todos los pilares de la Reforma Educativa estaban inmersos en el taller. A partir de eso empezó nuestro proceso de capacitación sobre los elementos esenciales de la Reforma Educativa, estudiamos cuáles son las transversales, etc. Y desde ese momento se convirtió en el monstruo que es ahora y que no pudimos ni queremos detener”. Para difundir esta metodología era necesaria la creación de una organización, a través de la cual pudieran canalizarse las actividades, los recursos, y el apoyo de otras organizaciones. Por esta razón Edmundo Rivera y otros compañeros crearon REMA (Rescate en tus Manos), una organización no gubernamental sin fines de lucro. Para Edmundo, REMA es
no puede auto sustentarse, por eso debemos buscar ayuda. Pero el proceso de auto capacitación sí es sostenible. Puede que REMA desaparezca, pero la EEPE, no. Son los maestros los que a lo largo de su vida lo van a aplicar”. Pero a pesar de los talleres y charlas a los maestros, sobre las bondades de esta metodología, estos no siempre han tenido la voluntad expresa de aplicarlo o darle continuidad. Esto puede justificarse desde el punto de vista de que el maestro tiene demasiadas obligaciones y, a veces, un tiempo restringido para innovaciones que a corto plazo no tienen un resultado evidente: “Al principio, dice Edmundo, tuvimos dificultades porque los maestros no lo aprovechaban. Si algo no te resulta útil como herramienta no lo aplicas, puede ser una experiencia novedosa e interesante, pero debe tener utilidad práctica, entonces aprendimos de la Reforma Educativa para decirles, ‘esto es investigación y combina con las secuencias didácticas, con los
“Me interesa difundir el trabajo que los chicos hacen junto a sus profesores, cómo, desde tan pequeños aportan a la sociedad, brindando conocimiento a partir de un pensamiento crítico. Me gustaría que por todos los medios posibles se difunda lo que ellos hacen” sólo circunstancial, lo que realmente importa es el trabajo de capacitación y difusión de una conciencia ecológica y ambiental en todo el país: “REMA, como cualquier ONG,
proyectos de aula, con los módulos de aprendizaje, etc.’ Mejoró la recepción de la propuesta, pero aún así no funcionaba muy bien, teníamos que insistirles a los
La EEPE fomentando la investigación de primera mano. En la educación formal tiene resultados favorables con los estudiantes: además de ejercitarse en los lineamientos básicos de la investigación y desarrollar una visión crítica de su entorno, les permite tomar decisiones concientes acerca de lo que deciden conservar, ya que no se puede cuidar lo que no se conoce. De esta manera se construye una cultura de conservación, en un entorno social y político de apatía, cuando no de irresponsabilidad. Los trabajos y las investigaciones, con que los estudiantes aportan a la sociedad, se presentan en un Congreso Científico de Estudiantes que es organizado por REMA y se realiza anualmente. Dice Edmundo: “Pensamos que como los chicos estaban haciendo investigación, necesitaban un espacio como investigadores. Así nació el 1er Congreso Científico de Estudiantes de Primaria y Secundaria y ahí, tanto los que trabajaron con proyectos nuestros como los que no, fueron convocados al congreso. Esa fue la primera experiencia, y salió muy bien, la segunda salió mejor aún, porque los profesores, a los que no les había interesado aplicar este método, empezaron a trabajarlo para poder participar en el congreso”. Desde hace cuatro años, niños y niñas de primaria y chicos y chicas de secundaria investigan, se preparan, aportan ideas, y exponen ante los demás sus descubrimientos. En todos los lugares del país, donde se ha difundido la EEPE y el Ciclo de Indagación, se nota un cambio de mentalidad, tanto en los estudiantes como entre sus padres: “A nivel del campo, mucho más todavía, aclara Edmundo, los chicos ya no se tragan cualquier cosa y los padres que han participado con nosotros, en el proceso, les han generado conflictos a otras organizaciones, porque los cuestionan. En una de las regiones, cuando una organización les quiso imponer lo que debían sembrar, los padres se levantaron y les dijeron ‘¿Cuándo han hecho ustedes una investigación como hacen nuestros hijos en el colegio, donde diga que ése es el alimento que necesitamos?’ ”.
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