Editorial Somos Unidos 2609

Todos formamos parte de la comunidad del Colegio Punta Arenas. De eso no tenemos dudas desde el momento en que decidimos integrarnos para estudiar en nuestro colegio. Pero ¿cuánto estamos comprometidos con lo que ocurre y vivimos dentro del CPA? Una respuesta que cada uno sabrá calibrar y responder acorde al grado de compromiso que asumió al ingresar y que se supone ha desarrollado al máximo en todo este tiempo. Sin embargo, en todo nivel de estamentos de nuestra sociedad podemos apreciar cuántas veces las personas pueden faltar al compromiso de identidad y desarrollo cuando son parte de alguna comunidad o estamento social, educativo, político, deportivo o religioso. Muchos suelen olvidar el compromiso de participar y aportar y a veces caen en el concepto de estar por estar. Y también es más grave cuando se dedican a criticar, sin ser propositivos ni menos participativos en trabajar por mejorar o solucionar las diversas dificultades que suelen presentarse en las gestiones directivas. Es en estas instancias donde suelen perfilarse los verdaderos líderes que de continuar por esta senda pueden llegar en el futuro a ser autoridades locales o nacionales. Reflexionemos un poco sobre esta idea de saber trabajar en comunidad y siempre dispuestos a ser propositivos, colaboradores y siempre con ganas por salir adelante en cuanto desafío se nos presente. Se imaginan cómo funcionaría nuestra sociedad si todas las personas actuáramos así dejando de lado los orgullos, las envidias y los afanes personalistas que sólo pueden conducir a divisiones o competencias inútiles. Allí surgen los líderes natos, aquellos dispuestos siempre a sacrificar sus personalismos en bien del conjunto de personas con las cuales hay que trabajar. Pero esos líderes también tienen dificultades para desarrollarse y deben saber enfrentarse al permanente exitismo que suele caer sobre sus hombros. La humildad puede ser una de las mejores defensas para no caer en el exitismo fácil que luego nos puede llevar al individualismo y trabajar por el triunfo personal. Si caemos en esa práctica nuestro liderazgo correrá peligro. Con nuestra humildad sabremos disponernos a corregir nuestros errores y seguir disponiéndonos al servicio del bien común con la capacidad de saber guiar la gestión encomendada por nuestros compañeros. Y para el logro de cada uno de los objetivos una llave maestra será trabajar en unidad. De lo contrario todos los esfuerzos serán en vano. Aún cuando una parte esté unida no faltarán quienes luchen por personalismos y divisiones, atentando a lo básico de la unidad. El trabajo de todos en forma unida hará siempre que la gestión tenga resultados positivos y quizás los logros lleguen más rápidos y fáciles.