VIRUS DEL ÉBOLA MANIFESTACIONES CLÍNICAS El periodo de incubación es menor a 10 días, considerando el tiempo entre la infección y la aparición de los síntomas. Las manifestaciones clínicas ocurren entre los días 10 a 21 a partir del contacto. Entre las manifestaciones clínicas más frecuentes están: fiebre súbita mayor a 37.5ºC, fatiga, pérdida del apetito, vómito, diarrea, cefalea, dolor abdominal, artralgias, erupciones cutáneas, anorexia, dolor de garganta, taquipnea, choque y hemorragias. En algunos brotes la taquipnea se asoció con mayor mortalidad. Algunos pacientes pueden padecer neuropatía periférica en los miembros inferiores.
La mayor parte de las muertes condicionadas por la infección por el virus del Ébola se deben principalmente a disfunción multiorgánica, choque séptico o coagulación intravascular diseminada. También se sospecha que las anormalidades electrolíticas, como hipocalemia y los cambios de volumen, pueden causar arritmias cardiacas y muerte súbita en algunos pacientes. En varios pacientes se informó que la hipoalbuminemia, hipocalcemia, elevación de amilasa y de la fosfatasa alcalina se asocian con mayor mortalidad en los pacientes infectados con el virus del Ébola. METODOS DIAGNÓSTICOS Para diagnosticar un caso de ébola, es preciso realizar una historia clínica adecuada y una exploración física exhaustiva (siguiendo las medidas de bioseguridad y con equipo de protección adicional, que incluye guantes, mascarillas, protectores oculares, mandil impermeable y en lo posible desechable) nos ayudará a descartar signos y síntomas parecidos a los del virus del Ébola.
Las medidas de control de infección deben aplicarse a todos los pacientes sintomáticos que tienen un riesgo identificable de padecer enfermedad por el virus del Ébola. Para determinar infección por virus del Ébola deben hacerse pruebas en conjunto con los departamentos de salud locales, estatales y reportar a la dirección general de epidemiología. La enfermedad por el virus del Ébola tiene cinco periodos clave de acuerdo con su historia natural: infección, detección, atención, recuperación o muerte y trasmisión del virus; este último se puede dar en cualquier momento de la enfermedad; la Organización Mundial de la Salud estableció el periodo de contagio entre 2 y 21 días. La clasificación temprana de personas que han estado expuestas al virus debido a viajes o contacto con casos confirmados de Ébola es de vital importancia y se hace de la siguiente manera:
Caso sospechoso Es una persona viva o muerta con enfermedad después de haber tenido contacto con caso sospechoso, probable o definitivo de Ébola, animal muerto y con tres o más síntomas incluida la fiebre >37.5ºC. Caso probable Presencia de enfermedad en un caso sospechoso de tener virus del Ébola que fue evaluado por un médico y que tiene una relación directa epidemiológica con un caso confirmado o no, pero sin pruebas de laboratorio confirmadas.
Caso confirmado Es un caso sospechoso que se confirma por: 1. 2. 3. 4.
Prueba transcriptasa inversa de polimerasa de reacción en cadena (RT PCR). Prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA) Detección de antígenos Aislamiento o cultivo del virus (lento y peligroso)
El diagnóstico temprano resulta primordial para el personal médico, familiares y personas que pudieron haber estado en contacto directo con el cuerpo post mortem. Las manifestaciones clínicas son muy similares a las de otras entidades, por lo que debemos considerar de manera inicial los siguientes diagnósticos diferenciales: paludismo, malaria, fiebre tifoidea, shigelosis, cólera, leptospirosis, fiebre hemorrágica asociada con otros virus, meningitis, hepatitis, entre otras. La prueba rápida de sangre de secuencias específicas de ARN se realiza por reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa y antígenos virales por ELISA: éstos se realizarán tres a diez días después de la aparición de los síntomas. Para minimizar el riesgo de exposición en los laboratorios, se sugiere realizar el diagnóstico presuntivo y diferencial únicamente con técnicas moleculares. Los cambios ocasionados en el genoma por el virus del Ébola dan como prioridad la vigilancia cuidadosa para asegurar la continua sensibilidad del diagnóstico por RT PCR. La detección de antígenos se puede utilizar como prueba confirmatoria para el diagnóstico inmediato. Para dar de alta a un paciente se requieren dos pruebas de PCR negativas en un lapso de 48 horas; según la Organización Mundial de la Salud, en pacientes que no tienen signos ni síntomas, la prueba de anticuerpos es útil para evaluar la existencia de infección pasada y valorar la respuesta inmunitaria. Los estudios diagnósticos se deben realizar en pacientes sintomático con cualquier riesgo de exposición al virus del Ébola y que manifiesten síntomas. Las pruebas no se justifican cuando el paciente esté asintomáticos con riesgo de exposición, posteriormente se aprobarán los estudios cuando aparezcan los síntomas y se descartarán cuando no haya riesgo identificable. El virus del Ébola requiere ser manipulado en un nivel de bioseguridad equivalente (BSL4). Los ensayos moleculares para diagnóstico pueden realizarse en bioseguridad nivel 3 (BSL-3) e, incluso, BSL-2, siempre que la muestra haya sido inactivada. Aunado al difícil diagnóstico del Èbola, se han detectado problemas en la obtención de las muestras de sangre (religión, miedo, ignorancia), por lo que se han buscado alternativas para su diagnóstico, como los fluidos orales, lo que permitiría reducir los tiempos para la confirmación, aunque éstos aún se encuentran en desarrollo.
FISIOPATOLOGÍA
MEDIDAS DE PREVENCIÓN La vía principal de transmisión persona a persona de la enfermedad del virus del ébola es a través del contacto directo o indirecto con fluidos corporales y hemáticos. La transmisión a los trabajadores de salud ha ocurrido cuando no se han implementado adecuadamente las medidas de prevención y control de infecciones. Precauciones estándares No siempre es posible identificar de forma precoz casos de ébola, porque los síntomas iniciales pueden ser no específicos. Por esta razón, es importante que los trabajadores de salud apliquen las precauciones estándar de manera consistente con todos los pacientes – sin tener en cuenta su diagnóstico – y en todo momento durante su práctica de trabajo. Estas precauciones estándares incluyen:
Lavado de manos. Manipulación segura de instrumentos punzo-cortantes. Limpiar y desinfectar derrames de secreciones, medio ambiente y los equipos de seguridad reutilizables.
Precauciones en el contacto directo con el paciente
Restringir el número de personal dedicado al cuidado del paciente. Limitar el número de visitas. Mantener un libro de registro tanto del personal a cargo del cuidado del paciente como de las visitas. Uso de EPP tanto por parte del personal de salud como las visitas. Lavado de manos. Uso de mascarillas quirúrgicas, protectores oculares-preferiblemente con visor antiempañante, delantal impermeable, guantes y zapatos cerrados, antes del ingreso a la habitación del paciente. Retirar el equipo de protección personal (EPP) antes de salir del área de aislamiento. Se deberá tener especial cuidado en el momento de remover el EPP para evitar contacto con los ojos y las mucosas. Designar personal dedicado a la supervisión del uso correcto del EPP tanto en el personal de salud como en las visitas. En general, se recomienda utilizar EPP desechables. Cuando no sea posible obtener, o no se cuente con equipos desechables, los siguientes ítems pueden ser reutilizados después de proceder con su desinfección: o Protectores oculares: deberán ser lavados previamente con agua y jabón y posteriormente desinfectados con alcohol al 70%. - 10 - o Delantales o batas impermeables que no pueden ser enviadas a la lavandería del hospital deberán ser desinfectados con hipoclorito al 0.05%.
BIBLIOGRAFÍA
Organización Panamericana de la Salud (OPS): Enfermedad por el virus del Ébola, implicaciones de la introducción en las Américas (2014)
Raúl Carrillo-Esper, Juan Alberto Díaz Ponce-Medrano, Carlos Alberto PeñaPérez, Oscar Iván Flores-Rivera, Iván de Jesús Barragán-Hernández, Elías Hernández-Trujillo, Sandra Estefanía Sáenz-Rodríguez, Amado Quetzalcoatl Nicasio-Delgado. Ébola, una enfermedad emergente. (2015)