qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasd fghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx Drogas y Adolescencia cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxc vbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmrtyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopas dfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklz xcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnm qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty Exposición para Instituto de Criminología de Madrid
Deborah Martín ( Pedagoga, Psicóloga Forense y Criminóloga) Alicia Martinez (Psicologa Forense y Criminóloga) Año 2002
1. SÍNTOMAS DE LA ADICCIÓN La definición de adicción, fármaco dependencia o drogadicción hace referencia al estado psicofísico causado por la interacción de un organismo vivo con un fármaco, caracterizado por la modificación del comportamiento y otras reacciones, generalmente a causa de un impulso irreprimible por consumir un fármaco en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos psíquicos y en ocasiones para evitar el malestar producido por la privación e éste, o el llamado síndrome de abstinencia.
Para que esto ocurra debe haber una droga adictiva, sustancia capaz de interactuar con el organismo vivo, de tal forma que produce un estado de dependencia psíquica, física o ambas. La drogadicción consiste, por tanto, en el consumo de drogas prohibidas e ilegales (cocaína, morfina, marihuana, cementos y solventes inhalables, entre otras). Estas drogas están prohibidas debido a que son altamente nocivas para la salud física como mental de los individuos y de la sociedad. La drogadicción es uno de los grandes males del mundo actual. El consumo, fomento y distribución de las drogas son causa de matanzas, extorsiones, tragedias familiares, degeneración de la juventud y autodestrucción física y mental. En nuestra sociedad las drogas más utilizadas son: -
Tabaco
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Alcohol
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Marihuana
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Solventes inhalantes
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Cocaína
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Heroína
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Benzodiacepinas
El consumo de estas drogas se está extendiendo a casi todos los niveles escolares, incluyendo el de la primaria.
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Los daños físicos y mentales que padecen las personas que habitualmente consumen estas sustancias son de tipo irreversible, es decir son daños permanentes que no tienen remedio en los huesoso, la sangre, el hígado, los pulmones y el sistema nervioso entre otros. Las personas adictas suelen incurrir en distintos tipos de delitos como el robo, el vandalismo, el pandillerismo (actualmentes denominadas tribus urbanas), homicidio, etc. En la solución de este problema no solo es necesaria la participación de las autoridades, sino también de médicos, maestros, psicólogos, padres de familia y en fin de todos los miembros de la sociedad incluyendo a los niños y a los jóvenes. Los adolescentes pueden estar envueltos en varias formas adictivas con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las drogas durante las adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad aumenta el riesgo del uso de otras drogas luego. Algunos adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas, o continúan usándolas ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros desarrollarán una dependencia, usarán drogas más peligrosas y se causarán daños significativos a ellos mismos y posiblemente a otros. La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo, es decir identificarse con sus pares. Es difícil el poder determinar cuáles de los adolescentes van a desarrollar problemas serios. Algunos de ellos a la temprana edad de la adolescencia presenta trastornos serios y otros adolescentes corren el riesgo de desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas. Alguna de los denominadores comunes al consumo de drogas que los adolescentes manifiestas son los siguientes:
con un historial familiar de abuso de substancias,
que están deprimidos,
que sienten poco amor propio o autoestima, y
que sienten que no pertenecen y que están fuera de la corriente.
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Sin embargo, no siempre son estos los factores desencadenantes, si no que van más allá de lo puramente manifestado del adolescente. Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto legales como ilegales. Las drogas legales disponibles incluyen las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y solventes) y medicinas de venta libre para la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar. Las drogas ilegales de mayor uso común son la marihuana , los estimulantes (cocaína y "speed"), LSD, PCP, los derivados del opio, la heroína y las drogas diseñadas (éctasis). El uso de las drogas ilegales está en aumento, especialmente entre los jóvenes o adolescentes. La edad promedio del menor que consume marihuana por vez primera suele ser de 14, y el uso del alcohol puede comenzar antes de los 12. El uso de la marihuana y el alcohol en la educación secundaria se ha convertido en algo común. Las señales principales del uso de alcohol y del abuso de drogas por los adolescentes pueden incluir:
Físicas: fatiga, quejas continuas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y una tos persistente.
Emocionales: cambios en la personalidad, cambios rápidos de humor, irritabilidad, comportamiento irresponsable, poco amor propio o autoestima, carencia de juicio, depresión y una falta general de interés.
Familia: el comenzar argumentos, desobedecer las reglas, el retraerse o dejar de comunicarse con la familia.
Escuela: interés decreciente, actitud negativa, faltas al deber, calificaciones bajas, ausencias frecuentes y problemas de disciplina.
Problemas Sociales: amigos nuevos a quienes no les interesan las actividades normales de la casa y de la escuela, problemas con la ley y el cambio hacia estilos poco convencionales en el vestir y en la música.
Algunas de estas señales de aviso pueden también ser señales indicativas de otros problemas, no son exclusivos de la drogadicción. Los padres, profesores y entorno cercano al adolescente pueden reconocer las señales de que efectivamente, existe algún problema. Sin embargo habrá que determinar, por los profesionales, si esos indicios, son propios de la adolescencia, o bien, que exista un problema mayor.
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Algunos indicios o señales de alerta que te pueden poner en alerta al entorno más directo del menor, en relación a si consume drogas, podrían estar las siguientes características: - Cambios radicales de estado de ánimo como agresividad, euforia, ataques de risa, etc… - Repentinamente cambia de amistades y no quiere hablar sobre ellas. - Un descenso en sus calificaciones muy notable. - Falta a clases con asiduidad o llega muy tarde. - Posesión de grandes cantidades de dinero que no puede justificar. - Posesión de artículos relacionados con drogas como llaves y cucharas quemadas, alguna jeringa, papel para envolver cigarros, navajas de afeitar y espejos sucios. - Descuido en el aseo personal. - No se puede concentrar y se le olvidan fácilmente las cosas. - Ojos irritados y pupilas dilatadas. Los mencionados son alguno de los signos evidentes de consumos de tóxicos.
2. EL PROCESO DE ADICCIÓN Como Se Desarrolla El Consumo De Drogas Las influencias sociales juegan un papel esencial al hacer atractivo el consumo de drogas. Las primeras tentaciones para consumir drogas pueden darse en situaciones sociales en forma de presiones para " aparentar ser adulto " y " pasarlo bien " al fumar cigarrillos o consumir alcohol o marihuana. Una encuesta aplicada en 1987 en países latinos encontró que la televisión y las películas ejercían un gran influencia sobre los estudiantes al hacerles parecer atractivo el consumo de drogas y alcohol; Debido a los diferentes roles que se determinan en dichas emisiones televisivas. La encuesta ilustra sobre las razones por las cuales los estudiantes toman drogas. Los preadolescentes de 12 a 14 años, aproximadamente, piensan que el motivo más importante para consumir alcohol y marihuana es " estar a tono con los demás", y enseguida porque desean " pasarla bien ". También ellos poseen una información incompleta o inexacta, esto reafirma la necesidad de poner en práctica programas preventivos desde los primeros grados, programas que se ocupen de enseñar a los niños la realidad acerca de las drogas y el alcohol, y educarlos a fin de que puedan resistir la presión de los compañeros que los inducen a consumirlas. 5
Los estudiantes que se vuelven hacia las drogas más potentes generalmente lo hacen después de haber usado cigarrillos y alcohol, y luego marihuana. Lógicamente, son sustancias que están más al alcance y por tanto, por las que se empieza. Lo que hay que aclarar es que las personas que consumen estas sustancias en la adolescencia, no todas terminan siendo adictos. Sus primeras pruebas, juegos o flirteos, como veremos más adelante, pueden no producirles un " gran viaje "; sin embargo, los estudiantes que continúan consumiendo drogas aprenden que éstas pueden alterar sus pensamientos y sensaciones. Esto produce un mayor placer porque dependiendo del tipo de droga que se consuma produce unos efectos u otros. Si es cierto, por otra parte que mientras más se enrede un adolescente con la marihuana, es más probable que comience a consumir otras drogas junto con ella. Por ejemplo, alcohol. Posteriormente puede ir aumentando debido a las diferentes sensaciones que produce, con otras sustancias más. Por lo común el consumo de drogas avanza por etapas, desde el uso ocasional hasta el uso habitual, pasando por el consumo de diversas drogas, hasta una total dependencia. En cada etapa, el consumo aumenta, se diversifica y, cada vez más, sus efectos son extenuantes, pero tal progresión no es inevitable. El consumo de drogas puede detenerse en cualquier etapa. La mejor manera de luchar contra las drogas es empezar a prevenir su consumo antes de que los niños comiencen a probarlas. Las acciones preventivas dirigidas hacia los pequeños son el medio más eficaz de combatir el consumo de drogas. Esto es interesante cuando todavía no se ha iniciado el consumo abusivo de tóxicos, sin embargo cuando esto ya está presente en el adolescente hay tener en cuenta otros aspectos para realizar una intervención. Normalmente las personas con síntomas de adicción no son conscientes de que realmente existe un problema y ante la situación de detección de síntomas lo niegan y pasan por diferentes fases. Las adicciones son diagnosticables ya que sus síntomas pueden ser reconocidos y descritos. Sin embargo, generalmente es difícil y costoso que una persona acepte que tiene un problema de adicción; por eso lo mejor es dejar que la adicción sea 'autodiagnosticada'. Lamentablemente, el adicto suele ser el último en enterarse de su propio problema, debido a un mecanismo de defensa denominado 'negación'.
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Según recomienda el Dr. Arnold M. Washton en su libro 'Querer No es Poder', publicado por la editorial Paidos en 1991, lo mejor que se puede hacer -en lugar de poner una etiqueta- es transmitirle a esa persona reflexiones concretas sobre su conducta y sobre el modo en que ésta le afecta a uno. Los Cuatro Signos (Síntomas) Cardinales De La Adicción Son: OBSESIÓN La conducta adictiva es, por lo general, apremiante y obsesiva. Cuando se es adicto a menudo no se puede pensar en otra cosa que no sea la droga, el modo de conseguirla, la forma de administrarla, etc. En general, la adicción es vivida como una obsesión que dirigirá gran parte de su tiempo, su energía y su atención. El estilo de vida se vuelve monótono y 'unimodal': todo gira en torno a la adicción, y el resto de personas, cosas, intereses, obligaciones,... pasa a un plano secundario. CONSECUENCIAS NEGATIVAS Lo que hace que una adicción sea una adicción nociva es que se vuelve en contra de uno mismo y de los demás. Al principio se obtiene cierta gratificación aparente, igual que con un hábito. Pero más temprano que tarde su conducta empieza a tener consecuencias negativas en su vida. Las conductas adictivas producen placer, alivio y otras compensaciones a corto plazo, pero provocan dolor, desastre, desolación y multitud de problemas a medio plazo. Las consecuencias negativas asociadas a las adicciones afectan a muchos aspectos diferentes de la vida de una persona. Los más importantes son:
Relaciones: La relación con la familia, amigos o pareja se altera, aparecen discusiones frecuentes, desinterés sexual, la comunicación se interrumpe, hay pérdida de confianza, alejamiento, etc.
Trabajo: Cuando una persona tiene una adicción suele restarle tiempo a su trabajo para buscar la droga o recuperarse de su uso, suele llegar tarde, hay menor productividad, deterioro de la calidad del trabajo o pérdida del propio trabajo.
Economía: Al destinar la mayor parte del dinero a comprar las drogas, apenas queda dinero para otras cosas. Los ahorros se agotan y suele aparecer el endeudamiento. A veces para poder sufragar los gastos de la adicción se ve obligado a recurrir a actividades ilegales. 7
Salud psíquica: Los adictos suelen padecer una amplia gama de trastornos psicológicos, como estados de ánimo negativos e irritabilidad, actitudes defensivas, pérdida de autoestima e intensos sentimientos de culpa.
Conducta: Como conseguir y usar la droga se ha vuelto casi más importante que ninguna otra cosa, los adictos se vuelven egoistas y egocéntricos: no les importa nadie más que ellos mismos.
Salud Física: La adicción suele conllevar la aparición de multitud de síntomas físicos incluyendo trastornos del apetito, úlcera, insomnio, fatiga, más los trastornos físicos y enfermedades provocadas por cada sustancia en particular. FALTA DE CONTROL El rasgo distintivo de la conducta adictiva es que al tratar de controlarla, la voluntad resulta insuficiente. La sustancia o actividad en cuestión controla a la persona, en lugar de ser al contrario. La falsa percepción de autocontrol es uno de los grandes paradigmas para entender las adicciones. Los drogodependientes creen que pueden controlar la droga: la cantidad, las dosis, la frecuencia, etc. sin embargo nada hay más equivocado que esta creencia. Pensar que uno posee cierta omnipotencia frente a las drogas es una ingenuidad, y más aún cuando ya existen antecedentes de consumo. Si para las personas abstemias resulta difícil controlar la ingestión de alcohol, para las personas que tienen una historia de consumo y/o abuso de alcohol resulta muy difícil parar, decir no o evitar una situación. NEGACIÓN A medida que los adictos empiezan a acumular problemas (en el trabajo, hogar, socialmente), inevitablemente comienzan a negar dos cosas:
Que la droga o actividad en cuestión constituya un problema que no pueden controlar
Que los efectos negativos en sus vidas tengan alguna conexión con el uso de la droga o actividad.
Como la negación es un proceso mental ficticio, negar la propia adicción o sus consecuencias significa, literalmente, estar fuera de contacto con la realidad.
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Negar terminantemente: 'No, yo no tengo ningún problema'.
Minimizar: 'No es tan grave'.
Evitar el tema por completo (ignorarlo, negarse a abordarlo o desviar la atención a otro tema).
Culpar a otros: 'Quién no haría esto en mi situación'.
Racionalizar: 'Lo mío no es tan grave', 'Yo no estoy tan enganchado'
Etapas en el proceso de adicción Las drogas, todas las drogas, presentan una doble cara. Primero aparecen con la imagen positiva, favorable y que tanto atrae a jóvenes y mayores. Posteriormente, esa cara desaparece. Rápidamente las drogas empiezan a mostrarse tal como son: dolor, problemas, infelicidad y múltiples trastornos. En esta dualidad que las drogas presentan reside parte de la potencial dificultad para evitar que nuevas personas las consuman y abusen de ellas. Si desde el principio, la cara imperante fuera la negativa, el atractivo y mística que rodea el mundo de las drogas desaparecería. En muchos sentidos el proceso de adicción ha sido comparado con el de entablar una relación; pero en este caso se trataría de una relación desdichada. A medida que atravesamos las sucesivas etapas, el compromiso se intensifica y el influjo que ejerce sobre el adicto se vuelve más fuerte. ENAMORAMIENTO Las primeras experiencias con las drogas suelen dejar una marca grabada, como decíamos en el apartado anterior. Si este primer contacto ha sido agradable, se produce un enamoramiento o atracción apasionada por volver a tomar la sustancia o realizar la actividad. Esta percepción distorsionada de la realidad, sin embargo, emociona, produce euforia o tranquiliza lo que hace aumentar la probabilidad de que haya una nueva toma u ocasión para consumir. Se produce un cambio de estado de ánimo que, en muchos casos, se experimenta a nivel visceral (todo ello causado por la lógica alteración de la química cerebral) y que genera ese encandilamiento al igual que uno se enamora de una chica/o. En el juego, una fuerte ganancia inicial incrementa las probabilidades de adquirir adicción al juego. Pues en estos casos pasa exactamente lo mismo. 9
LA LUNA DE MIEL Una vez que el individuo ha aprendido -a través de su familia, de la sociedad o por experiencia propia- que ciertas actividades o el consumo de ciertas sustancias pueden transportarlo como por arte de magia lejos de cualquier sentimiento o estado de ánimo negativo, el paso a la adicción es muy sencillo. Al haber 'aprendido' en la etapa 1 que es posible obtener cierto alivio (refuerzo negativo) o placer (refuerzo positivo) a través de la sustancia o actividad adictiva, la persona puede sentirse impulsado a borrar los malos sentimientos o dolorosos con algo positivo. La baja tolerancia a la frustración o la incapacidad para hacer frente a esas adversidades lleva a la búsqueda de 'soluciones mágicas'; entonces se busca el recurso químico que facilite el cambio. Durante la fase de luna de miel, el futuro adicto experimenta todas las gratificaciones sin ninguna de las consecuencias negativas: siente que ejerce control, que la actividad es inofensiva y que él la merece. Puede sentirse mejor instantáneamente y disfrutar la sensación de olvidarse de todo. Pero de lo que no se da cuenta es de que ninguna relación basada en el engaño y la fantasía puede funcionar bien a largo plazo.
TRAICIÓN Sin embargo, lo que uno vislumbra durante la luna de miel no es lo que en realidad obtiene. Con el paso del tiempo, es traicionado. Así, además del deterioro sufrido en las principales esferas de su vida, es muy probable que el adicto esté haciendo cosas que normalmente no haría, para matener su adicción (robar, participar en otras actividades ilícitas). Los paraísos artificiales que se le prometían en la fase anterior se tornan en oscuros callejones repletos de trampas. La traición es real y el declive comienza.
EN LA RUINA Ahora el adicto debe consumir cada vez más para evitar que los crecientes sentimientos y estados de ánimo negativos profundicen en su conciencia y para tratar de mantener los efectos positivos que cada vez son menores. Está desarrollando tolerancia y tiene que consumir no para obtener placer o alivio sino para evitar el malestar asociado al síndrome de abstinencia. La dependencia física creada químicamente por la acción de la sustancia sobre el sistema nervioso tiene apresado al individuo. Psicológicamente, la estrategia de afrontamiento desarrollada hasta ahora sigue manteniéndose con lo cual, los problemas lejos de resolverse se acrecientan aún más. 10
APRISIONADOS Con el tiempo, el adicto llega a un estado de desesperación en su relación con la sustancia o actividad adictiva, dejando de lado todo lo demás. Se comporta de manera cada vez más impulsiva e incontrolada, preso de su adicción. Esta etapa de la relación adictiva es un descenso a la desesperación y la destrucción personal. El servilismo ante las drogas no permite tregua y esta espiral tiende a autoperpetuarse, a menos que suceda algo que la detenga. El retorno, no obstante existe, aunque sea un proceso también duro y difícil
3.TRATAMIENTO Un tratamiento de drogodependencias es un proceso que persigue la mejora de las condiciones en la situación del consumidor y un cambio en su estilo de vida. Este proceso, de duración variable, comienza por el paso previo e indispensable del reconocimiento del problema, del convencimiento de la necesidad de realizar un cambio en el estilo de vida y la aceptación de ayuda externa para mejorar su situación. Una vez iniciado el tratamiento existen diferentes metodologías, modalidades asistenciales, objetivos... todos ellos desarrollados a través de estrategias terapéuticas (psicológicas y sanitarias) educativas y sociales. Dejar este hábito sin ayuda externa puede resultar peligroso (debido a los síntomas de abandono) y difícil (debido a la necesidad psicológica). Debemos tener claro que la dependencia es un síntoma psicológico. Un objetivo deseable y que se consigue a través de la intervención asistencial, es que la persona permanezca en la abstinencia a las drogas, es decir, que no necesite consumir, abordando su dependencia tanto a nivel físico como psicológico. También existen tratamientos en los que no se plantean estas metas, sino que se persigue una mejora en la calidad de vida, o lo que es lo mismo, una reducción del daño producido por los consumos, sin pretender la abstinencia a la sustancia consumida. Puede obtenerse ayuda y/o información a través de muchas agencias, dependencias y personas privadas y públicas. Por ejemplo:
Centros y clínicas de tratamiento de drogadicción, que se especializan en tratar a personas con problemas de drogas.
Hospitales que tratan a pacientes internados o externos.
Centros de salud mental y de orientación, que pueden tratar a personas con problemas de drogas analizando los problemas subyacentes. 11
Agencias de salud pública y de servicio social, pueden proporcionar consejos prácticos, derivar profesionales, etc.
Residencias intermedias, que brindan tratamientos en residencias para personas con problemas de Drogas.
Centros de desintoxicación, que se ocupan específicamente de los problemas de alcoholismo y otros relacionados a éste.
Según
los
objetivos
marcados
por
los
programas,
existen:
- Programas Libres de Drogas: Su objetivo es la abstinencia y el cambio en el estilo de vida del drogodependiente. Tienen tres fases; desintoxicación (se trata la dependencia física), rehabilitación (se reestructura la vida del individuo recuperando las relaciones familiares, sociales...) y la reinserción
(se
facilita
su
adaptación
al
medio
social).
- Programas de Reducción de Daños: su objetivo es la mejora de la calidad de vida del consumidor sin pretender su abstinencia (programas de metadona, centros de emergencia social, dispositivos móviles...). Dentro de los programas anteriores se ofrecen diversos programas de intervención. Cada persona, de acuerdo a su caso, puede recibir uno o más clases de tratamiento:
Supervisión médica, para ayudar con los síntomas de abandono de la droga (como vómito, temblores, calambres, depresión severa, etc.). Todos estos producidos por la dependencia física que se ha establecido con la sustancia tóxica., de tal manera que al dejar dichas sustancias, el organismo vivo del que hablamos anteriormente precisa las drogas como medio en el que se desenvuelto.
Mantenimiento de la metadona, para los adictos a la heroína. Ésta bloquea la necesidad física de la heroína y deja que la persona vuelva a tener un estilo de vida más normal.
Orientación, psicoterapia, grupos de encuentro, etc. brindan un apoyo moral y contribuyen a tratar las causas de abuso de drogas.
Rehabilitación, incluyendo orientación vocacional puede ayudar a la persona a retomar una vida comunitaria más productiva.
Empleo de drogas, para eliminar los efectos de los narcóticos.
Comunidades terapéuticas, ayudan las personas que abusan de las drogas a mantenerse alejados de ellas y superar los problemas.
En los programas de tratamiento se utilizan varios métodos para ayudar al paciente a encarar las ansias por la droga y, tal vez, a evitar una recaída. La investigación muestran que la adicción es 12
tratable. El tratamiento que se ajusta a las necesidades individuales permite al paciente aprender a controlar su condición y vivir una vida relativamente normal. El tratamiento puede tener un efecto profundo no solo sobre las personas que abusan de las drogas, sino también sobre toda la sociedad, al mejorar significativamente el funcionamiento social y sicológico, disminuir la delincuencia y la violencia relacionadas con las drogas. También puede aminorar espectacularmente los costos del abuso de droga para la sociedad. La duración de los tratamientos es bastante variable, ya que depende mucho de la evolución de cada persona, de su situación personal y social, de los objetivos a alcanzar…. Los tratamientos son llevados a cabo por equipos multidisciplinares de distintos ámbitos de actuación, principalmente el sanitario, el educativo y el social, así se incluyen médicos, psicólogos, trabajadores sociales, educadores, monitores, personal de enfermería, etc FASES BÁSICAS DEL TRATAMIENTO El tratamiento se puede resumir en términos de un proceso dinámico secuencial o como un programa sistemático de tres fases relacionada:. Aceptar la impotencia de las drogas. La primera meta del tratamiento, una vez pasada la desintoxicación y el proceso de evaluación diagnóstica, es ayudar al paciente a admitir y aceptar que es impotente ante las drogas que alteran el estado de ánimo. En esta fase se le ayuda a aceptar el hecho que su vida se ha vuelto incontrolable (ingobernable) a causa de la adicción. Reconocer la necesidad de cambio La segunda meta del tratamiento es ayudar al paciente a reconocer que es crucial para su sobrevivencia cambiar su conducta. En este momento crítico, el equipo profesional necesita transmitir al paciente la convicción de que el tiene la capacidad para hacer cambios. Otro aspecto importante es ayudar al paciente a ver y entender que la estructura del programa, la rutina básica para llevarlo a cabo, es el vehículo para posteriormente lograr los cambios. El período de internamiento es de tratamiento, la recuperación se logrará después, poniendo en práctica lo que se aprendió en el programa. Se introduce al paciente al grupo de autoayuda (Narcóticos Anónimos [NA]) como una herramienta esencial para poder realizar el trabajo de su recuperación. Planear para actuar La tercera meta del tratamiento es ayudar al paciente a actuar, tomar decisiones y cambiar las 13
conductas que necesitan ser cambiadas. La meta es apoyar al paciente a empezar a visualizar que podrá y necesitará realizar cambios en su estilo de vida Todos los tratamientos son los adecuados para todos los casos. Por lo tanto, es muy importante adaptar las necesidades que presenta el consumidor con respecto a los objetivos que se van a plantear
para
su
recuperación
y
por
lo
tanto,
al
recurso
que
se
seleccione.
No podemos olvidar a la familia, ya que ésta desempeña un papel importante en el proceso asistencial de un drogodependiente, además de facilitar que el consumidor tome la decisión de hacer algo para remediar su situación, de motivarle para el tratamiento, puede ofrecer un apoyo paralelo al mismo, decisivo en la rehabilitación. Paralelamente al proceso que se realiza con los afectados, existen programas en los que se orienta y se facilitan pautas de actuación para los familiares, capacitándoles para abordar mejor estas situaciones.
La posibilidad de éxito de los tratamientos depende de muchos factores, entre ellos la motivación del afectado por salir del problema, su implicación en el programa, el apoyo familiar con el que cuente, el equipo de profesionales y el programa terapéutico elegido…. La actuación coordinada entre todos los factores que componen el proceso asistencial, favorece el avance del proceso y, por lo tanto, el éxito terapéutico.
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