Documento-traducido..docx

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Revista Internacional de Ciencias del Cuidado 2011 Septiembre-Diciembre Vol. 4 Número 3 www.inernationaljournalofcaringscienes.org 114 DOCUMENTO DE REVISIÓN Mejora de la seguridad de la transfusión: el papel del enfermero Kyriazi Vasiliki, Hematóloga, MD, MSc. Servicio de transfusión, Hospital General “Pammakaristos”, Atenas, Grecia Autor correspondiente: Kyriazi Vasiliki, Doxara 2, 11143, Atenas, Grecia Correo electrónico: [email protected], número de teléfono: +302102584869 Resumen Antecedentes: A pesar de las medidas clínicas estrictas, hay distintos pasos en el proceso de transfusión que requieren atención aguda. El enfermero es responsable de asegurar que la unidad correcta se administre al paciente correcto. El conocimiento de los riesgos es esencial para administrar y vigilar las transfusiones de forma segura. Objetivo: Este estudio resume los datos disponibles sobre los eventos adversos de transfusión y proporciona información teórica y técnica para mejorar la práctica transfusional. Metodología: Se realizó una revisión sistemática en las bases de datos PubMed, MedLine y MDConsult. Entre los límites de la investigación está el que los textos se hallan en inglés, que se refieren a riesgos de transfusión y medios tecnológicos que apuntan a la seguridad de la transfusión. Resultados: La transfusión de sangre es una intervención médica que salva vidas y mejora la calidad de vida. Las regulaciones para

garantizar la disponibilidad y garantizar la calidad del componente sanguíneo no pueden evitar errores de transfusión, que colocásen a los pacientes en riesgo. Los errores más frecuentes se atribuyen a los profesionales involucrados en el proceso de transfusión clínica. Basado en informes a Riesgos graves de transfusión (SHOT, por sus siglas en inglés), el riesgo de error de transfusión se estima en 1:16,500. En los últimos años los comités han recomendado orientación para mejorar la seguridad de los pedidos y la administración de sangre. Por otra parte, nuevas tecnologías como el código de barras en la pulsera del paciente han logrado mejorar el rendimiento en cada paso. Conclusión: El proceso de transfusión seguro depende de una serie de procesos vinculados y los enfermeros deben tomar medidas específicas con referencia a las etapas pre y post transfusión. Las innovaciones tecnológicas podrían ayudar a los pacientes que necesitan terapia de transfusión. Palabras clave: transfusión, errores, seguridad, enfermeros, tecnología. Introducción. La administración de componentes sanguíneos es común en la práctica clínica, especialmente en Departamentos de cirugía y hematológicos. La seguridad sanguínea y las normas de calidad se refieren a la recogida, pruebas, procesamiento, almacenamiento y distribución de la sangre humana (Dzik WH, 2007). En las últimos dos décadas, la expansión de la selección de donantes de sangre y métodos de identificación de patógenos en laboratorio han reducido en gran medida el riesgo de transmisión viral de infecciones por transfusión. Al día de hoy existe una gran preocupación sobre prácticas de transfusión en los departamentos clínicos, y los enfermeros tienen la última palabra a la hora de prevenir la transfusión errónea, a través del control final de cabecera. (Mole LJ, Hogg G, Benvie S, 2007). Según el programa SHOT (Peligros graves de Transfusión, por sus siglas en inglés) alrededor del 70% de todas las reacciones adversas

notificadas se atribuyen a la transfusión incorrecta del componente sanguíneo. Además, la mitad de estos eventos implican más de un error en el proceso de transfusión (Gray A, Illingworth J, 2005). El riesgo de error en la cadena de transfusión se estima en 1:16,500, y el riesgo de una transfusión incompatible ABO a 1: 100.000, mientras que el riesgo de muerte es alrededor de 1: 1,500,000 (SHOT, 2003, por sus siglas en inglés). Recientemente las pautas publicadas recomiendan una muestra de recogida cuidadosa, comprobación previa a la transfusión y cierre al seguimiento del paciente al que se le ha realizado la transfusión (Rowe R, Doughty H, 2000; Hainsworth T, 2004). Los enfermeros pueden reducir el potencial de error mediante el desarrollo de políticas de transfusión segura de sangre, estándares verificables de desempeño, e iniciativas educativas (Gray A, Howell C, Pirie E, 2005). Metodología. A los efectos de este estudio, se buscan artículos en las bases de datos PubMed, MedLine y MDConsult, utilizando las palabras clave: transfusión, errores, seguridad, enfermero y tecnología. Los límites de búsqueda incluyen acceso a textos completos en inglés con bibliografía incluida, publicados del año 2000 hasta noviembre del 2010. Fueron hallados un total de 109 artículos, instrucciones de orientación y referencias de libros de texto. Fueron excluidos noventa informes sobre trasplante de órganos, banco de tejidos, infecciones transmitidas y métodos avanzados relativos a la decisión de hacer transfusión. Errores de transfusión. La transfusión de sangre salva vidas, pero un error en el proceso de transfusión también se las lleva. El número de errores de transfusión están subestimados, porque solo un tercio de los eventos adversos tienen obvias consecuencias clínicas, y por tanto los Hospitales no reportan todos los casos a los Servicios de Registro. El proceso de transfusión es complejo; con una serie de puntos críticos en los

pasos que abren la posibilidad al error. Por lo tanto, la hemólisis aguda por incompatibilidad ABO es el resultado final de fallos ocurridos durante la identificación del paciente, etiquetado de la muestra, prescripción del componente sanguíneo, pruebas de laboratorio, recogida y administración (Stainsby D et al, 2005). En medicina de transfusión, los errores pueden deberse a falta de conocimiento o información incompleta, pero más a menudo son más el resultado de distracción, fatiga o falta de atención (Dzik WH, 2007). Si bien es una responsabilidad médica prescribir componentes sanguíneos, la finalización del formulario de solicitud, el muestreo previo a la transfusión, y la administración del componente pueden ser delegados al personal de enfermería (Sullivan P, 2005). Errores de solicitud y prescripción. La decisión de hacer transfusión debe basarse en síntomas clínicos y signos apoyados por descubrimientos de laboratorio. Recientes directrices estipulan que la sangre no debe administrarse profilácticamente, y el umbral de transfusión es un nivel de hemoglobina 7.00 a 8.00 gr / dL (Comité británico para Estándares en Hematología-Transfusión Sanguínea. Grupo de trabajo, 2001). Una transfusión que no cumpla ciertos criterios puede resultar en mayor morbilidad, mortalidad y aumento de la escasez de suministro sanguíneo. Los desajustes entre el informe de laboratorio y los síntomas clínicos deben ser cuidadosamente examinados, ya que los resultados incorrectos pueden deberse a muestras inadecuadas o a errores analíticos. Los informes telefónicos pueden ser transcritos erróneamente o ser asignados al paciente equivocado. Los eventos adversos también pueden ocurrir por faltas en proporcionar el servicio de transfusión con información sobre el historial de transfusiones del paciente o requisitos especiales de sangre (por ejemplo, antígeno o citomegalovirus, sangre negativa, irradiación o leucodepleción de productos) (Stainsby D et al, 2005). Después de la decisión de hacer transfusión, un formulario de solicitud debe ser

completado y enviado al servicio de transfusión. El formulario de petición incluye el nombre completo del paciente, la edad, enfermedad, historia de transfusión y embarazos previos. La necesidad de la terapia de transfusión y la necesidad de procedimientos especiales de sangre como la irradiación también deben ser informadas. Los errores suelen ocurrir porque la sangre u otros componentes se ordenan para el paciente equivocado. o el paciente es transfundido sin sangre irradiada (Sullivan P, 2005). Además, antes de administrar el componente sanguíneo, un formulario de consentimiento debe ser firmado por el paciente o un representante calificado, bien en situaciones de urgencia, o cuando el paciente es incapaz de tomar esa decisión. La decisión de transfundir debe ser registrada en las notas del caso del paciente y la prescripción de sangre debe proporcionar instrucciones sobre la medicación previa, tasa y volumen de transfusión. (Comité británico de normas en Grupo de trabajo de hematología-transfusión de sangre, 2001; Sazama K, 2007). Errores en la recogida de muestras previas a la transfusión. En la mayoría de los países, la muestra de sangre del posible receptor se toma para ABO y Pruebas de Rhesus, detección de anticuerpos y pruebas cruzadas. Los errores en la toma de muestras de sangre son especialmente peligrosos, ya que pueden iniciar un mal proceso. Se estimó que el 14% de transfusiones incompatibles ABO se debieron a errores en la muestra de colección (Linden JV et al, 2000). Las prácticas que resultan en sangre incorrecta en el tubo incluyen etiquetado de los tubos de muestra lejos de la cabecera, falta de verificación de la identidad del paciente y el uso de etiquetas preimpresas (Cummins D et al, 2000). Un Estudio internacional multicentro de 650.000 de muestras enviadas a servicios de transfusión, informó que la frecuencia media de las muestras mal recolectadas fue de 1 en 1986 (Dzik WH et al, 2003). Además, las malas técnicas el muestreo de sangre pueden terminar

por arrojar un resultado erróneo de hemoglobina, y así, en una decisión inadecuada de transfundir, con consecuencias severas. Para evitar el riesgo de errores de muestreo, el personal de enfermería debe tener la formación adecuada. Las muestras deben tomarse de un sitio de venopunción que fluya libremente, el tubo lleno a capacidad y adecuadamente mezclado. (Stainsby D et al, 2005). La identidad del paciente debe ser revisada cuidadosamente y el etiquetado de la muestra se debe hacer antes de dejar al paciente. Los detalles de la etiqueta incluyen: fecha, nombre completo y patronímico del paciente, fecha de nacimiento, número de código de barras, origen clínico y firna (Gray A, Illingworth J, 2005). Errores de laboratorio. Aproximadamente el 30% de los eventos de sangre incorrecta surgen en el laboratorio (Linden JV et al, 2000). Estos errores usualmente ocurren fuera de las horas centrales, cuando hay un número limitado de personal que puede no tener experiencia y trabajar bajo presión. Además, los problemas de interpretación y documentación podrían surgir debido a la agrupación urgente de sangre mediante técnicas manuales. Un adecuado servicio de transfusión con personal preparado en todo el período de 24 horas es esencial para reducir errores de laboratorio; la solicitud de transfusión "fuera de horario" se debe restringir a aquellos que clínicamente más lo requieran (Stainsby D et al, 2005). Errores en la recolección y administración de sangre. La etapa de mayor riesgo en la cadena de transfusión es la recolección del componente sanguíneo del refrigerador de sangre y su administración al paciente. Los errores en estas etapas constituyeron el 40% del error en eventos de transfusión de sangre informados a SHOT en 2003 y se estima que 1 de las 14 mil transfusiones involucradas por incompatibilidad ABO. Chequeo de sangre lejos de la cabecera, distracción del personal de enfermería,

pulsera del paciente faltante, oculta o desfigurada y rendimiento transfusional en situaciones clínicas urgentes son algunos de los factores que facilitan la ocurrencia de estos eventos (Stainsby D et al, 2005). Sin duda, estos errores pueden ser fatales y solo la buena suerte a veces evita un mal resultado. Consistentemente, el error más común es una falla al llevar a cabo un control de "cabecera" antes de la transfusión. Los elementos básicos de esta verificación incluyen identificación positiva del paciente, emparejar la identidad del paciente con el formulario de solicitud de sangre, y revisión de la compatibilidad, a su vez como la caducidad, de la información. La comprobación previa a la transfusión debe repetirse durante cada componente administrado. Si hay alguna discrepancia en este punto, la transfusión no debe empezar hasta que hayan sido resueltas las mismas (Gris A, Illingworth J, 2005; Dzik WH, 2007). Aspectos prácticos para el cuidado de enfermería Equipos de administracion y filtros. Los filtros se utilizan para retener coágulos y otros residuos de los componentes de la sangre. Los filtros de sangre en línea estándar tienen un tamaño de poro de 170 micras. El equipo no se puede usar por más de cuatro horas, porque el riesgo de contaminación bacteriana aumenta sustancialmente. Los equipos para plaquetas y la infusión de plasma fresco congelado tienen una línea más corta y un filtro más pequeño (Mole LJ, Hogg G, Benvie S, 2007). Infusión intravenosa. La sangre y otros componentes suelen ser infundidos a un adulto a través de una aguja de calibre 18-20. Un calibre de 24 o una aguja de la vena del cuero cabelludo de pared delgada más grande pueden ser utilizados para niños y adultos cuyas venas grandes son inaccesibles. Durante el proceso de transfusión, solo una solución de

cloruro de sodio al 0,9% puede ser administrada. Otras soluciones o medicamentos deben ser añadida a los componentes sanguíneos (Comité británico de Estándares en Hematología – Sangre. Equipo especial de transfusión, 2001). Filtros de reducción de leucocitos. Están disponibles filtros especiales de “tercera generación” que puede reducir efectivamente el número de leucocitos en los glóbulos rojos o plaquetas a menos de 5 × 10 (6) , un nivel que reduce el riesgo de alo-inmunización HLA (Antígeno Leucocito Humano, HLA, por sus siglas en inglés), transmisión de citomegalovirus, enfermedad Creutzfeldt-Jakob y reacciones no hemolíticas. Los métodos de leucodepleción disponibles se dividen en prealmacenamiento y leucodepleción selectiva, el primero se realiza durante la extracción de sangre, el segundo utiliza filtros de cabecera. Hay filtros especiales para glóbulos rojos y plaquetas que difieren en tecnología utilizada para la eliminación de leucocitos y deben ser utilizados de acuerdo con las instrucciones del fabricante (Ratko TA et al, 2001). Dispositivos de infusión. Los dispositivos de infusión electromecánicos permiten la infusión a velocidad controlada y puede alertar cuando se ha producido un problema. En algunos casos los glóbulos rojos pueden sufrir hemólisis, sin embargo sin importancia clínica. Dispositivos de presión externos. Se utilizan para infundir grandes cantidades de células rojas en un corto período de tiempo. Estos dispositivos se emparejan con el catéter de luz ancha y la presión máxima debe ser de 300mmHg. Los esfigmomanómetros estándar aplican una presión desigual y no deben utilizarse. Calentadores de sangre.

Estos dispositivos se utilizan en casos urgentes, que demandan un caudal elevado (> 50 ml / kg / h en adultos y > 15 ml / kg / h en niños) y en caso de presencia de aglutininas frías. También solían prevenir hipotermia, arritmias cardíacas y/o paro cuando se transfunde una gran cantidad de sangre. Actualmente, hay muchos dispositivos disponibles en el mercado como intercambio de calor a contracorriente, calor seco, baño de agua controlado termostáticamente, microondas en línea. Los dispositivos de calentamiento deben estar equipados con un sistema de alerta para prevenir calor excesivo (Comité británico de normas en Hematología - Grupo Especial de Transfusión Sanguínea, 2001). . Duración y velocidad de infusión. La tasa de transfusión apropiada depende de la condición del paciente y debe ser especificada por el médico. La transfusión debe iniciarse lentamente (2 ml / min) durante los primeros 15 minutos, debido a mayor riesgo de reacción severa durante este período. Una unidad de glóbulos rojos debe ser infundida durante 3-4 horas; plaquetas y plasma fresco congelado son administrados a aproximadamente 50 ml/hora durante el período crítico, y si no se observa ningún problema, la tasa se puede aumentar (Gris A, Howell C, Pirie E, 2005). Monitorización del paciente. Todo paciente que reciba una transfusión debe ser supervisado durante todo el proceso y rol del enfermero en esta etapa es crucial. Los signos vitales del paciente (temperatura, pulsos del corazón, frecuencia respiratoria y presión arterial) deben ser revisados y registrados antes de la transfusión y 15 minutos después de la iniciación del proceso, y luego cada hora. La velocidad de flujo de los componentes debe ser regulada, según las indicaciones del médico (Gray A, Illingworth J, 2005). El paciente debe ser observado periódicamente para detectar signos y síntomas de reacciones relacionadas con la transfusión. Al finalizar

la transfusión, las constantes vitales deben ser revisadas y comparadas con los valores anteriores. Igualmente importante es la evaluación de laboratorio de terapia de transfusión, medición de hemoglobina, recuento de plaquetas, PT / INR, APTT y fibrinógeno. El tiempo de tales pruebas puede variar para cada paciente, dependiendo de la condición clínica (Nuevo Consejo de Estado de New York sobre la sangre humana y Servicios de transfusión y la Junta del Estado de Nueva York para Enfermería, 2008). Reacciones de transfusión. Las reacciones relacionadas con la transfusión suelen ser subestimadas porque muchos síntomas no son específicos. La tasa de mortalidad es de 1 a 1,2 casos por 100.000 pacientes que reciben una transfusión (Sazama K, 1990). En general, pueden clasificarse como agudas o de retraso. Las reacciones agudas se producen durante la transfusión o dentro de las horas posteriores a la finalización de la transfusión. Las manifestaciones clínicas comunes incluyen fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos, diarrea, sofocos, picazón, urticaria, sibilancias bronquiales, disnea, dolor de cabeza, hipertensión, dolor de pecho, dolor de espalda, colapso circulatorio, insuficiencia respiratoria, shock (Cherry T, 2008). En caso de retraso en la transfusión se observan reacciones, síntomas y signos en los días, meses o incluso años después de la transfusión, y no se pueden explicar por la condición médica del paciente. Presentación clínica de los últimos eventos suele consistir en fiebre, erupción cutánea, funciones hepáticas elevadas, ictericia, lactato elevado, deshidrogenasa, trastornos de la coagulación (Brecher M, 2005).

Reacciones agudas (Hoffman R, 2005).

A) Reacciones inmunomediadas. • Reacción hemolítica aguda debida a incompatibilidad entre donante y paciente sangre • Reacciones febriles, no hemolíticas relacionadas con glóbulos blancos infundidos o citoquinas • Reacciones alérgicas (media) a las proteínas plasmáticas. • Reacciones alérgicas (severas) por reacción antigénica de anticuerpos. • Lesión pulmonar aguda relacionada con la transfusión. (Síndrome TRALI) debido a la reacción entre el donante HLA o anticuerpo de glóbulos blancos y receptor leucocito B) Reacciones no inmunitarias. • Contaminación bacteriana del componente sanguíneo. • Sobrecarga circulatoria, cuando la administración de sangre es más rápida que el acomodo de la circulación. • Embolia aérea, debido al aire bombeado a los pacientes por bombas de rodillos contenidas en varios dispositivos de transfusión. • Hipotermia, en caso de infusión rápida de grandes cantidades de sangre refrigerada. Reacciones tardías (Hoffman R, 2005). A) Reacciones inmunomediadas. • Reacción hemolítica tardía debido a una anticuerpo eritrocítico, desarrollado como resultado de un embarazo o transfusión en el pasado. • Aloinmunización a antígenos de eritrocitos. • Alo-inmunización a HLA y HPA (Antígenos plaquetarios humanos, HPA, por sus siglas en inglés) • Enfermedad de injerto contra huésped, cuando los linfocitos del donante T atacan los tejidos receptores.

• Postransfusión púrpura por presencia del anticuerpo contra antígeno plaquetario extraño. • Efectos inmunomoduladores. B) Reacciones no inmunitarias. • Sobrecarga de hierro • Transmisión de agentes infecciosos (ej. virus, parásitos) Los pacientes deben estar al corriente sobre los posibles eventos adversos durante el proceso de transfusión, y alentados a notificar al personal de enfermería si tienen síntomas como escalofríos, enrojecimiento, dolor o falta de aliento. Si se produce la reacción, la transfusión debe ser detenida inmediatamente y el médico debe ser informado. La infusión salina normal es útil para mantener la línea intravenosa y la estabilidad hemodinámica del paciente (Stainsby D, 2007). El enfermo debe reconfirmar la identidad del paciente y de la unidad. La muestra de sangre y orina del paciente, junto con la unidad de sangre restante, deben ser enviados al banco de sangre. La reacción debe ser registrada en las notas del caso del paciente. La aplicación de la nueva tecnología. En los últimos años, las innovaciones tecnológicas han mejorado las condiciones de transfusión y restringido el riesgo de errores humanos. Las maquinas no se pueden distraer, no tienen pensamientos arbitrarios que conducen al error y son mucho mejores para emparejamiento repetitivo. El reto para practicantes es el uso apropiado de la tecnología, que se basa en la formación específica a través de cursos.

Avances tecnológicos en la recogida de sangre. Y etiquetado. Los dispositivos de mano identifican los datos del paciente a través de la pulsera y se acoplan con pequeñas impresoras automatizadas que crean etiquetas de muestras utilizando datos tomados directamente de la pulsera del paciente. (Aller R, 2005) Avances tecnológicos en administración de sangre. El código de barras en la cabecera es un medio estable y de bajo costo de identificación legible por máquina. Está basado en el uso de pulseras especiales con un código de barras, mientras que la etiqueta de la unidad es de la misma estructura. Al lado de la cama, un enfermero escanea al paciente y la unidad utilizando un lector de mano para verificar la exactitud del control de cabecera. La tecnología del código de barras es muy útil para pacientes que dependen de una una transfusión de “un día” al ingresar al hospital (Sandler SG, Langeberg A, Dohnalek L, 2005). La tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés) utiliza un chip que contiene muchos más datos que el sistema de código de barras, e incluye grupo sanguíneo, detección de aloanticuerpos y necesidades especiales de sangre. En adición, los chips RFID son simplemente interrogados por proximidad a un lector electrónico pasivo sin necesidad de que ningún usuario contribuya en lo absoluto (Dzik WH, 2007). Discusión Los enfermeros tienen un papel crucial en el proceso de transfusión, comenzando con muestras de sangre y terminando con la administración de sangre. Los errores que resultan en la transfusión inapropiada sigue siendo el mayor riesgo, y por lo general ocurren cuando los detalles de identificación de los pacientes se pasan por alto. Casi todo los pasos de transfusión pueden ser complicados por errores que amenacen la vida, y que comienzan con la prescripción y

el formulario de solicitud, toma de muestras y etiquetado, pruebas de laboratorio, recogida y la administración del producto sanguíneo. Cursos de formación en enfermería podrían educar en la eliminación del riesgo de transfusión y facilitar la intervención del enfermero y la toma de decisiones. Los conocimientos de fisiopatología de la transfusión, reacciones, síntomas y manejo podrían mejorar la monitorización del paciente. El personal de enfermería debe estar al tanto de los recientes logros tecnológicos en la planificación y gestión de la medicina de transfusión. Los recientes avances tecnológicos mejoran el rendimiento en cada punto de la cadena de transfusión. La tecnología en relación con el etiquetado de sangre antes de la transfusión y el sistema de identificación de código de barras han asegurado exitosamente el proceso. Lo anterior combinado con el desarrollo de habilidades técnicas y el uso racional de los dispositivos disponibles puede mejorar el cuidado de enfermería. El gran reto es familiariza a los practicantes en la práctica rutinaria con el uso de los recursos disponibles. Las buenas prácticas de transfusión, las iniciativas educativas exitosas y los sistemas de referencia de eventos adversos podrían lograr reducir la número de errores de transfusión. Así, las directrices clínicas, programas de garantía de calidad y los sistemas para reportar e investigar los eventos adversos, deben estar disponibles en todos los hospitales, evitando consecuencias perjudiciales. Bibliografía. Aller R. (2005). Positive patient identification: more than a double check. CAP Today. 1; 26-34 Brecher M. (2005). Technical manual 15th ed. Bethesda MD, USA British Committee for standards in Haematology–Blood Transfusion Task Force. (2001). Guidelines for

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