Dioses Egipcios

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    imn  "!#%$&' AMEN/ I MEN  "!#($ %$&)* +

 ZEUS   $

,.-/ + Dios ant ropomAMÓN/ or fo de piel negra o azul ( com o el lapislázuli) ; car nero, ador nado con

una t iara en for m a de m or t ero, del que salen dos alt as plum as de halcón fraccionadas horizont alm ent e en siet e divisiones, lo que denot a que pudo ser un dios del cielo. En la base de su t ocado puede llevar un disco solar . Ocasionalm ent e lo encont ram os baj o apariencia m om iform e, com o ocurre con ot ros dioses creador es. Carnero con una o cuat ro cabezas, cuer nos r obust os alrededor de las or ej as ( Ovis plat yra aegy pt iaca) , esfinge criocéfala, .ser pient e, león u oca.

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La prim era m ención conocida se encuent ra en los Text os de las Pirám ides del Reino Ant iguo. Su nom bre significa “ El Ocult o” y fue t om ando im port ancia a part ir del final del Pr im er Periodo I nt erm edio, asent ándose en Tebas. Desde el Reino Medio, los reyes Am enem hat , lo solarizaron e int roduj eron com o el dios pr incipal del reino, denom inándole “ El Rey de los Dioses” , convirt iéndose en Am ón- Ra, y, t om ando at ribut os y funciones de Min ( cor ona, soport e dorsal, et c.) . A com ienzos del Reino Nuevo se t ransform ó en dios dinást ico, en virt ud de la devoción que le profesaban unos reyes m ilit ar es y expansionist as del área t ebana. Así, el cult o a Am ón creció ost ensiblem ent e en im port ancia, m erm ando el predom inio de ot ra divinidad vener ada en la zona desde t iem pos m ás rem ot os: el dios guer rero Mont u, al que casi llega a eclipsar. Am ón es una de las divinidades m ás im por t ant es del pant eón egipcio, a part ir del Reino Nuevo, y repr esent a una serie de concept os abst ract os. Es el aire que se encuent ra en t odos los lugares y en t odos los m om ent os ( no el vient o, personificado en su par edra Am onet ) . Los hum anos no podían verle, t an sólo sent irle, pero era capaz de at ender generosam ent e las pet iciones y súplicas que el pueblo le hacía llegar a t ravés de sus r uegos. Venerado en los oasis, llevaba el t ít ulo de “ Señor de los Oasis” . En Debod se le r ever enció baj o la form a de “ Am ón de Debod” . Tant o aquí com o en las vecinas Dakka y Dendur t enía por com pañera a Sat is, pudiendo est ablecerse una est recha relación de ident idad ent re Jnum , “ Señor de la Prim era Cat arat a” y est e Am ón local. En el t em plo de Luxor y en el t em plo de Medinet Habu ( Tebas Occident al) fue reverenciado baj o el aspect o de Am enem ope, que significa precisam ent e “ Am ón de Opet ” , es decir, el t em plo de Luxor. Com o “ Am ón- Ra Rey de los Dioses” , m ás conocido por el nom bre griego de Am onrasont her, adquirió un car áct er m ucho m ás universal, ya en Época Tardía. En Napat a recibió especial veneración, com o Am ón de Napat a, desde la dinast ía XVI I I . La im port ancia de est e Am ón individual im pulsó la const rucción, en época ram ésida, de un colosal conj unt o de sant uarios m enores a lo largo de Nubia, con car áct er procesional, que j alonaban el cam ino al Gebel Bárkal. La barca sagrada que em pleaba en sus desplazam ient os se llam aba Userhat .

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,.-/ + Algunos aut oresANUBI difieren en cuant o a la ident ificación del cánido que represent a a

Anubis ( perro, chacal o lobo) . Cánido negr o u hom bre con cabeza de cánido que puede llevar en la m anos una hoj a de palm era. Ent r e sus at ribut os dest aca un collar, en for m a de venda de color roj o, que le rodea y cr uza el cuello ( en su form a de cánido) . En Heliópolis se le represent a com o una ser pient e alada, present e en el papiro Jum ilhac.

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Present e en los Text os de las Pirám ides, fue uno de los pr im eros dioses del Más Allá. Est a condición pudo est ar fij ada por la propia observación de la nat uraleza y de los hábit os de sus anim ales rondando las necrópolis. Est a divinidad t om ó para sí, ant es que Osiris, el t ít ulo del ant iguo dios local de Tinis: Jent yam ent iu, cuyo apelat ivo significa “Señor de los Occident ales” ( los difunt os) . Dependiendo del lugar donde se le rindier a cult o, adopt ó ot ras acredit aciones; así, podríam os cit ar algunos ej em plos com unes a los “dos Egipt os”: “El Señor de las Necr ópolis”, “ El que est á Posado sobr e su Mont aña” ( ver Tepydyuef) ; “El que Preside la Tienda Divina” ( en relación con el lugar donde se em balsam aban los difunt os) o “El Señor de Nubia” ( t ít ulo que lleva en Abu Sim bel) , et c. En la fórm ula LXI X del Libro de los Muert os, est á fundido a Sepa, una for m a del propio Osiris, venerado en el nom o XVI I I del Alt o Egipt o. Haciendo una breve sínt esis de los apelat ivos de Anubis, podem os concluir diciendo que baj o “El que Preside la Tienda ( o el pabellón) Divina”, “El que est á en las Vendas” y “El que est á en la Cám ara del Em balsam am ient o” se confundió con I m y- ut , aspect o recogido en los Text os de las Pir ám ides y epít et o de Anubis, que t iene una est recha conexión con la nébrida o I m y- Ut ( ver Nem t y) , es decir, las vendas em pleadas en la m om ificación. Ést e es el sím bolo de Anubis por excelencia. Com o “Señor de la Tierra Sagr ada” recibe el nom br e de Nebt adyeser. Anubis est aba conect ado con el lugar donde se pract icaba el em balsam am ient o y se llevaba a cabo la cer em onia de “ Apert ura de los Oj os y la Boca”. Él pr act icó sobre Osiris la prim era m om ificación de la que se t iene not icia en los t ext os. Er a el guardián de las necrópolis que acogía a los difunt os en la puert a de su t um ba y les guiaba al ot ro m undo, asist ido, en ocasiones, por ot r o dios cánido con el que puede ser confundido: Upuaut “El Abridor de Cam inos” . Durant e la dinast ía XI I I se docum ent a un raro epít et o de Anubis en la zona m enfit a, “Señor de los Em balsam adores”, probablem ent e una for m a local de Anubis, venerada en especial por la fam ilia del rey Sanj pt ahi, según se desprende de una est ela de est e rey ( Ryholt 1997) , hoy aloj ada en los fondos del Museo Arqueológico Nacional de Madr id. En la “Sala de las Dos Ver dades” o “Sala de la Pesada” , Anubis y Horus son los encargados de conducir al difunt o para que su corazón sea pesado en la balanza, pero adem ás, Anubis vigilar á el fiel de est e inst rum ent o par a que no pueda ser t rucado. El Libr o de las Cavernas nos da ot ra visión del dios. En est e caso, Anubis es el encargado de ilum inar a los difunt os con la luna, que lleva en sus m anos. Anubis puede est ar vinculado con el cet ro sej em ( com o Osiris y Thot ) ya que con fr ecuencia ést e se encuent ra sobr e su lom o.

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 API S/ ÉPAFO   $

,.-/ + Hom bre con cabeza de t oro, disco sobr e crecient e lunar y dos alt as plum as. En las

m anos lleva el pilar dyed de Osiris, dios con el que se le fusiona t ras su m uert e. Toro negro con pat as y vient re blanco, disco solar sobre la cabeza y/ o ureo. En la iconografía t ar día lleva la luna.

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Fue el heraldo de Pt ah, sím bolo de la fecundidad del suelo y del poder germ inador. Const at ado desde la dinast ía I ( piedr a de Palerm o) , perm aneció en el pant eón hast a el Periodo Pt olem aico. Relacionado con Osiris; según la leyenda fue engendrado gracias a un rayo de luz solar que fert ilizó a una vaca, m am ífero que personificaba a I sis. El bienest ar de Apis er a m ot ivo de preocupación par a los egipcios, por ello vivía en un palacio en Menfis y, a su m uert e, era cuidadosam ent e m om ificado, si escat im ar m edios, am ulet os ni rit uales, y ent errado en t um bas específicas par a él ( Serapeum de Sakkara) . Ent re su aj uar funerario encont ram os un núm ero im port ant e de ushebt is. En vida se le proveía de un harén de vacas sagradas, que a su vez sim bolizaban las 7 Hat hor; al m orir se convert ía en Osorapis. La elección de un nuevo t oro Apis, encarnación t errest re del dios, era m uy r igur osa e im port ant e par a el pensam ient o egipcio. El anim al t enía que poseer 29 m arcas específicas com o prueba de que el t oro era la ver dadera encarnación del dios. Aunque ya desde el Reino Nuevo est aba relacionado con Osir is, el cult o de Apis, con Pt olom eo I se fusionó com plet am ent e con el dios del Más Allá, dando origen a una nueva divinidad llam ada Serapis, es decir, Apis ident ificado con Osiris al m orir. Est a cr eación habría sido or denada por m andat o r eal, t r as un sueño del m onarca. Relacionado en los prim eros t iem pos con el dios solar, fue la deidad m ás im port ant e de la fer t ilidad. Más t arde, se ident ificó en vida a Pt ah, m anifest ándose com o su encarnación anim al ( dinast ía XXVI ) . Tam bién podía llevar el t ít ulo de “Hij o de Pt ah” com o una em anación del m ism o dios. A part ir de Reino Nuevo, según el papiro Harris, se ent endió que Apis er a el ba de Pt ah y com enzó a ser cit ado com o su “heraldo”.

En el últ im o periodo de la civilización faraónica, se convir t ió en dios de los m uert os con caráct er psicopom po y se ent endió que el dios conducía al difunt o hast a su t um ba, le ayudaba y prot egía par a que el finado cont rolara los cuat ro vient os del Más Allá. Es curioso que en algunos t ext os egipt ológicos exist a ciert a confusión a la hor a de dist inguir el anim al en que se m anifiest a Apis. Sabem os que est e m am ífero se apar eaba, por lo que, sin duda, no podem os hablar de un buey, que no es m ás que un t or o cast rado, y sí de un t oro.

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 ATUM/ TAMES   $

,.-/ + Aspect o hum ano, sobre la cabeza lleva la doble corona. Arquero.

Baj o su apar iencia anim al podem os encont rarlo en form a de león, de t or o ( Mnevis o Mer - Ur) , babuino, ofidio, icneum ón o m angost a que lucha cont ra las serpient es. Tam bién puede apar ecer baj o el aspect o de anguila, lagart ij a, gat o o serpient e con cabeza de león en el periodo t ardío. Personificando al sol del m undo subt erráneo t iene form a de hom bre con cabeza de carnero, pero t am bién lo encont ram os en una de sus for m as m ás cur iosas y prim ordiales: la de dos ser pient es con car act er es dist int os y ant agónicos. La serpient e dañina ser ía At um ant es de ser conscient e de sí m ism o, y la beneficiosa At um cuando t om a cuerpo para poner en m archa la creación.

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Su nom br e significa “Tot alidad”, “Est ar Com plet o”. Los t ext os le m encionan com o “El que ha llegado a Exist ir por sí Mism o”, “ El Padre de t odos los Dioses”, dej ándonos bien pat ent e su función de dem iurgo, andrógino y pr im igenio que se encont raba diluido en las aguas del Nun, m anifest ándose en el prim er t rozo de m at eria sólida que em ergió del océano pr im or dial: la colina benben.. Se hallaba a la cabeza de la Enéada Heliopolit ana. En origen, pudo est ar personificado por un t ót em local que poco a poco fue t om ando aspect o hum ano, int er pret ándose que era la conciencia de Ra. At um pr ot agoniza un m it o de creación com plet am ent e sexual. El dios em erge del océano prim or dial, en el que se encont raba baj o la form a de ser pient e sin t ener conciencia de sí m ism o. En ese m om ent o, al sent irse solo, decide m ast urbar se o escupir ( segúnlas versiones) y cr ea a la prim era parej a de un conj unt o de nueve dioses que se agrupar án en la denom inada Enéada Heliopolit ana, for m ada por: At um , del que nacen Shu y Tefnut ; Gueb y Nut , hij os de la parej a ant erior y padres de Osiris, I sis, Set h y Neft is.

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    Ht-Hr  "!#%$&' HATHOR  "!#($ %$&)* +

 AFRODI TA   $

,.-/ + Muj er con cabeza de vaca o con cabeza de m uj er, orej as de vaca, cuernos liriform es y

disco solar colocado ent re ést os. Com o diosa de occident e puede llevar est e sím bolo sobr e la cabeza. Vaca en su t ot alidad. Leona o una gat a, vinculada a Sej m et , Tefnut y por t ant o al Ureo. Diosa serpient e que recibe el nom bre de I aret . En algunas ocasiones se asocia a Horus, ent endiéndose que era un halcón hem bra. Tiene por obj et os sagrados dos inst rum ent os de percusión: el collar m enat , de poderes curat ivos, y el sist ro; am bos sim bolizan la vida. Muj er que lleva sobre la cabeza un pilono- capilla, flanquea- do por dos cobr as y rodeado de un t ocado veget al. Con est e aspect o es la “Señora de los Jubileos”. Desde el principio se m anifiest a en el sicom or o y así se r e- present a con fr ecuencia durant e el Reino Nuevo, dot ando al ár bol de br azos o pechos que am am ant an al finado. En el periodo Pt olem aico, se represent ó m ediant e la im agen de una m uj er con cuat ro cabezas, dirigidas a los punt os cardinales y enfat izando su aspect o cósm ico.

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Su nom br e significa “La Mansión de Horus” en su papel de m adr e de est e dios y haciendo referencia al cielo. Com o m adre del rey se encuent r a a part ir de la dinast ía I V, siendo ent onces cuando se convirt ió en una deidad m uy im por t ant e, ínt im am ent e ligada a Ra, y com enzó a t ener un papel prim or dial en los t em plos solar es de la dinast ía siguient e. Muy unida a la m uj er y m uy posiblem ent e personificando la divinización del aspect o fem enino, su cult o se llevaba a cabo en su m ayor par t e por sacer dot isas, m uchas de las cuales, ya en el Reino Ant iguo, oficiaban t am bién en el cult o a Neit . Est á relacionada con el am or , la alegr ía, la m úsica, el sexo, la fert ilidad y la em br iaguez; en sus fiest as se perm it ían los placeres sensuales y corría el alcohol. En definit iva, fue una diosa m uy popular . Desde el Reino Nuevo es una de las divinidades que encar nan al Oj o del Sol; por ello aparece en el m it o de la diosa lej ana. Est a leyenda est á dir ect am ent e relacionada con la inundación anual del r ío Nilo. El m it o se recoge por pr im era vez en la t um ba de Set hy I , en el Valle de los Reyes, y m ás t arde se repit e en los t em plos pt olem aicos con dist int as ver siones. Su cent ro de cult o m ás im port ant e fue Dendera. El nom bre egipcio ant iguo ( I unyt ) de est a ciudad significa “La del Pilar”, siendo quizá un em blem a sagrado del pr edinást ico, absor bido por Hat hor post eriorm ent e. En su m at iz funerario es la “Señora de Occident e”, es decir , del lugar donde se pone el sol par a ent rar en su reino noct urno. Com o “ La que est á en la Mont aña Occident al”, acoge al difunt o al anochecer. Así fue venerada en Tebas- Oest e, relacionada con Anubis. Se la consider ó una de las plañider as divinas, acom pañada de Shent yt , Merj et es, I sis y Neft is.

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 ARSAFES/ HERACLES/ HÉRCULES   $

,.-/ + Hom bre con cabeza de carnero, cuernos ondulados y corona at ef con disco solar,

aunque en algunas ocasiones aparece con la cor ona blanca.

*  '*# Su nom bre significa “El que est á sobre su Lago”, posiblem ent e relacionándolo con su función creadora en el pequeño lago que había en la ant igua ciudad de Her acleópolis, y m ás concr et am ent e en su t em plo. Su cult o par ece rem ont arse a com ienzos del Per iodo Tinit a alcanzando im por t ancia durant e el Prim er Periodo I nt er m edio. Aparece m encionado en la Piedra de Palerm o. La fórm ula CLXXV del Libro de los Muert os narr a su leyenda; m enciona cóm o Her yshef, ident ificado con un aspect o de Osiris, se hizo port ador de la corona at ef. Por su índole de dios de la fert ilidad est á conect ado con el agua, así com o con la j ust icia. Él hacía posible la buena crecida y part icipaba en rit os agrícolas. A causa de la vinculación ent re lo “fért il” y lo “creador”, Heryshef se asim iló a dioses t ant o creadores com o a deidades conect adas con el Nilo. Precisam ent e por ello lo encont ram os con epít et os m uy explícit os: “Aquel del Falo Pot ent e”. I dent ificado con Shu, Her yshef es uno de los pilar es del cielo, m ient ras que, com o Nefert um , em er ge de las aguas caót icas para com enzar la creación. Fusionado a Jonsu, fue una form a del dios en el Nort e. La Madre Divina en Her acleópolis port aba un t ít ulo que guar daba relación con Jonsu.

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 HORO, HORUS, HAROERI S..., APOLO   $

,.-/ + Halcón u hom bre con cabeza de halcón. Niño que se int r oduce un dedo de la m ano en

la boca. La prim er a vez que aparece con aspect o de hom bre y con cabeza hum ana es en la dinast ía I I I ( Louvre E.25982) . Lleva la doble cor ona o la corona at ef, aunque t am bién est á represent ado con la corona blanca o la hem hem . Baj o su apar iencia anim al lo encont r am os, pr incipalm ent e, com o un halcón o un león ( Harm aj is) , pese a que puede verse en sus num er osas m anifest aciones adopt ando ot ras for m as.

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Horus es uno de los dioses m ás ant iguos e im port ant es del pant eón egipcio. Sus orígenes podrían r em ont ar se a una divinidad relacionada con el cielo y los ast ros, caráct er que nunca perdió. Su nom bre significa “El Dist ant e”, apelat ivo que describe perfect am ent e su sit uación en el cielo cuando se encuent ra en pleno vuelo. Est a deidad celest e pr ont o se convirt ió en un dios ínt im am ent e ligado a la r ealeza y t ut elar de los m onarcas t init as, cuyo cent r o de cult o era Hieracóm polis. Fue, por t ant o, el prot ect or del soberano y del palacio ( com o edificio sede de la realeza) . La veneración del halcón peregrino en el ant iguo Egipt o fue habit ual en los dist int os t errit or ios predinást icos. Baj o la influencia de Horus se agrupó a t odos los dioses locales con apar iencia de halcón, dando lugar a diversas var iant es de una m ism a divinidad, aspect os que se repr esent ar on de diversos m odos. Así podem os percibir una variabilidad asom brosa que, en ningún caso es excluyent e, pues aunque t odas las form as divinas adquirieron los r asgos de Horus, m ant uvieron det alles de su propia personalidad. Asociado pr im ero al cult o est elar y m ás t arde al solar, se int egró igualm ent e en el osiríaco, donde ent ró com o hij o de I sis y Osiris. Desde el Reino Ant iguo, Horus est á encarnado en el rey, es decir , el soberano es la m anifest ación de Horus en la t ierra, pero al m orir se convert irá en un Osiris y, adem ás, pasará a form ar part e del dios creador Ra. Se int egr a en dos de los cinco nom bres del rey: el “Horus de Oro” y “Horiano”. En su papel solar desem peña una doble labor: por un lado, com part e con Set h la defensa de la barca de Ra, arponeando a la serpient e Apofis ( en est e caso concret o el dios Set h no t iene connot aciones negat ivas y puede pr oducirse la r elación ent re am bas deidades) ; por el ot ro, Hor us ar ponea a Apofis, es decir, som et e al aspect o dañino de Set h. La lan- za con la que hiere al ofidio est á conect ada dir ect am ent e con la diosa Mafdet . Tradicionalm ent e, Horus represent a el Nort e del país y su t ío Set h el Sur. Por ello figura en la cer em onia del Sem a- Taui, grabada en los lat er ales de los t r onos de los m onar cas y sobre las par edes de los t em plos. Est e sím bolo r epresent a la unión de las Dos Tierras, el Egipt o unificado que, de form a alegórica, se plasm a at ando las dos plant as heráldicas del Alt o y Baj o Egipt o: el lot o y el papir o. Horus t am bién per sonifica la franj a fért il del Valle del Nilo, m ient r as que Set h encarna la zona est éril ( el desiert o) . La causa real de est a hist oria m it ológica es bien sencilla y en ella se inspiraron los t eólogos egipcios: Horus debe cont ener al desiert o que incesant em ent e am enaza con avanzar sobre el valle pudiendo llegar a elim inarlo por com plet o; allí es donde habit an los hom br es, los anim ales y las plant as.

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 HERA/ JUNO   $

,.-/ + Tiene el aspectIoSIdeS/ DEMETER/ una m uj er que lleva el sím bolo de su nom bre sobr e la cabeza ( el

t r ono) . A part ir del Reino Nuevo t am bién puede llevar dos cuernos lir iform es y disco solar ent re ellos. En su m anifest ación anim al, se m uest ra en form a de m ilano o de v aca.

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Es una de las diosas m ás im por t ant es del pant eón egipcio, t ant o es así, que t raspasó sus propias front eras y se veneró en el m undo rom ano. Est á present e en los Text os de las Pirám ides, donde ya se la asocia a Osiris, aunque en ningún m om ent o se especifica su calidad de esposa de est e dios de form a direct a. Sin em bargo, figura claram ent e com o m adre de Horus. Repr esent a el asient o, el t rono, y personifica la m agia, la fidelidad conyugal y a la gran m adre, m ost rando una im agen m ás hum ana que la de ot r as diosas. Precisam ent e, por su asociación con el t rono se unió a Osiris. Prot agonizó, j unt o a su esposo Osiris, una leyenda de pro- fundo sent ido hum ano donde se enfat iza su am or conyugal y m at ernal, que será r ecogida por Plut arco ( c. 46- 126 d.C) en su libr o “De I side et Osiride”. Asist ida por Anubis, recom puso el cuer po de su esposo asesinado y pract icó la cerem onia de “Aper t ura de Oj os y Boca” y la m om ificación, act os que se repet ir ían sobre los cuerpos de los difunt os para asim ilarlos a Osiris y posibilit ar su exist encia et erna. Unida a Osiris ya fallecido, concibió a Horus, hij o póst um o del pr im ero, al que cuidó y defendió del asesino de su padre: Set h. Por ello, fue diosa t ut elar de la infancia. I sis se hacía acom pañar de siet e escorpiones que le servían de defensa y la ayudaban a prot eger al j oven Horus. La leyenda de I sis y los escor piones se r ecoge especialm ent e en la est ela de Met t ernich, y, pero desde la dinast ía XI I , era invocada en el t r at am ient o de picaduras venenosas de serpient es o escorpiones. Ot ras narraciones nos present an a I sis con un car áct er m ucho m ás pendenciero y cruel; est e es el caso del m it o que narra cóm o int ent ó r obar el nom bre secret o de Ra. El relat o est á recogido en el llam ado papiro m ágico de Turín y en el papiro Chest er Beat t y XI , am bos t ext os, de la dinast ía XI X. Un par alelo de est a hist oria acont ece t am bién ent re ot r os dioses del pant eón, t al es el caso de Nem t y y Horus, así com o de Am ón y Jonsu. Pero Nem t y y Horus prot agonizan ot r as leyendas en las que est án involucradas I sis y Hat hor. Nos est am os refiriendo a la nar ración que relat a el crim en com et ido por Nem t y, m uy sim ilar al perpet rado por Horus e I sis, que se r ecoge en el papiro r am ésida Chest er Beat t y I . En la ciudad de Tebas se la llegó a considerar una diosa prim or dial. Los t eólogos elabor ar on la idea de que el rest o del pant eón no era m ás que una em anación de la propia diosa, ot orgándole un aspect o de dem iurgo. Unida al m it o osiríaco, I sis es, j unt o a su esposo Osiris, la personificación del principio hist órico, del orden polít ico; r epresent a t odos los aspect os beneficiosos del am or fam iliar y la fidelidad conyugal. En la dinast ía XXI fue vener ada en la m eset a de Guiza, donde poseía un t em plo baj o la fórm ula de “I sis Señora de las Pi rám ides”; est e cult o perm aneció hast a el Periodo Pt olem aico. Pero quizá el rit ual m ás im port ant e de la diosa en Egipt o t enía lugar en su t em plo de Filé, donde, secundado en los anexos ( Abat ón, t em plos de la Baj a Nubia) , el m it o de I sis cobr aba anualm ent e vida baj o una form a dr am at izada. En Época Grecorrom ana se le dedicaron unos t em plos denom inados I seum . Ent re ellos, podem os dest acar el que se localiza en la ciudad de Pom pey a ( I t alia) o el de Behbeit el- Haggar, dent r o de Egipt o.

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,.-/ + HomJEPRI bre con cabeza de escarabaj o alado o no. Hom bre que lleva sobre la cabeza un

escarabaj o. Según Bonnet ( 1971) , com o dios prim ordial puede aparecer, en det erm inados cont ext os, en form a de serpient e.

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Docum ent ado en los Text os de las Pirám ides, su caráct er t eológico y solar irá parej o a su crecient e cult o popular ( escarabeo, com o am ulet o de prot ección) , uniéndose así a su cariz cosm ogónico

el post erior apot ropaico. De t odos los aspect os que el Sol t om a cada día, Jepr i es uno de los m ás im por t ant es y repr esent at ivos del pant eón egipcio. Su nom bre significa “Quien viene a Ser”, “El que viene a la exist encia”. La divinidad t om a la form a de escar abaj o, en paralelo con el escarabaj o pelot ero. Est e anim al pone los huevos en una bola de est iér col que em puj a pacient em ent e. Al pasar ciert o t iem po, del int erior de la bola em er gen las lar vas, que se han alim ent ado de la sust ancia orgánica de la pelot a. Los egipcios relacionaron est e nacim ient o, aparent em ent e espont áneo, con el del sol en la m añana. Es decir, el coleópt ero que em puj a la bolade est iércol se ent endió com o la ent idad divina que em puj aba el disco solar hacia el nuevo día, renaciendo com plet am ent e rej uvenecido, después de haber recor rido el Mundo Subt erráneo. En su aspect o funerario es un dios que r enace y, com o t al, una deidad present e sobre los m uros de las t um bas, en analogía con el renacim ient o del difunt o en el Más Allá.

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 JNUFI S/ JNUMI S   $

,.-/ + Jnum t iene la apariencia de un hom bre con cabeza de carnero y cuernos ondulados,

que por t a sobre ella la doble corona o una j arra de agua. Carnero ( Ovis longipes palaeoaegypt iacus) o carnero de 4 cabezas; cocodr ilo con cabeza de car nero y con la cor ona hem hem , halcón. I dent ificado con el dios del Nilo, puede llevar en las m anos unos recipient es donde rezum a agua del río. Ocasionalm ent e ant ropom orfo com o “Señor de la Cat arat a”.

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Dios m uy ant iguo, posiblem ent e pr edinást ico, que perm anece en el pant eón durant e t oda la hist or ia faraónica. Su m it ología se recoge en los Text os de las Pirám ides, en el t em plo de Esna y en el papiro West car . En origen fue una deidad relacionada con el r ío Nilo llam ada “ Señor de la Prim era Cat arat a”. Relacionado con el agua, com o origen de la vida, vigila las fuent es del Nilo, cont rolando la crecida. Los egipcios supusieron que las fuent es del Nilo se encont raban en Elefant ina, que las aguas de la crecida brot aban del Nun y que ést e se hallaba baj o t ier ra. Com o Jnum era el “Señor de la Crecida” y el “Señor de Elefant ina”, los t eólogos deduj eron que el agua salía de dos cavernas y que, por t ant o, él era el responsable de conducirlas en dos direcciones: una hacia el Nort e y ot ra hacia el Sur , regando t odo el país. En t al com et ido est abaasist ido por Hapy, que habit aba las caver nas de donde el r ío em erge. En Elefant ina form ó t ríada con las diosas Sat is y Anukis, am bas de caráct er sureño. En los nom os donde Jnum no fue considerado dios creador, t am bién figur a com o una deidad ident ificada con el Nilo y personifica la inundación. Lleva el t ít ulo de “Señor de los Pescados” por su relación con la diosa Hat m ehyt . Pero, adem ás, fue t am bién un dios de la t ier ra, del m undo subt err áneo y del cielo, al que suj et aba m ediant e cuat ro pilares. Com o dios cr eador es una deidad que dio origen al huevo de donde nació Ra. Él form aba a los hom br es y a sus “kas” en su t orno de alfar er o para, m ás t arde, hacer- los pasar al seno m at erno m ediant e el sem en m asculino. Por ello llevó el t ít ulo de “El Padre de los Padres y la Madr e de las Madr es”, “ Señor del Dest ino” y t am bién por est a razón, aparece en las t eogam ias. En Ant inoópolis, for m ó parej a con Heqet y se sit uó en el puest o de un dios m ás ant iguo llam ado Hir ur, divinidad que or iginalm ent e cum plía la función de esculpir a los hom br es y a sus “kas ”, cualidad que heredó Jnum .

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 MI N/ PAN   $

,.-/ + Hom bre at aviado con un t raje ceñido, piernas j unt as y falo en erección. Sobre la

cabeza port a un casquet e coronado por dos alt as plum as rect as y una cint a que cae por su espalda. Lleva el brazo derecho levant ado lat eralm ent e, izando un flagelo que suj et a por encim a del hom bro; con el izquier do suj et a la base de su falo er ect o y t iene la piel color eada en negro com o sím bolo de fert ilidad. Su m anifest ación anim al es la de un t oro blanco con dos plum as sobre la cabeza, llam ado Tep Hesepet ( en el Reino Nuevo) . Tam bién podem os encont rarlo baj o la apariencia de un león ( t em plo de Jonsu en Karnak) . El fet iche que ident ifica a Min de Aj m ín , al igual que el j eroglífico con el que se designa desde el

Predinást ico, no ha podido ser aclarado con cer t eza; consist e en dos t riángulos isósceles, opuest os, por sus bases, con un disco ent re ellos ( quizá un Belem m it es) o una flecha ( a veces dent ada) con punt a en cada uno de los ext rem os del ast a.

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Min es uno de los dioses m ás ant iguos de Egipt o. Est á pr esent e en el pant eón desde el Periodo Pr edinást ico, sobre t odo en Nagada I I . Ent onces pudo ser una divinidad relacionada con el cielo y la lluvia, ya que en las prim eras m anifest aciones escrit as ost ent a el t ít ulo de “ Señor del Cielo” o “Abridor de las Nubes”. Dur ant e el Reino Medio, se asim iló a Horus el Viej o y a Horus hij o de Osiris y se le consider ó hij o de Ra o de Shu ( dependiendo del t ext o) . Por su vinculación con Horus hij o de Osir is, alcanzó j er arquía com o dios de la fert ilidad, haciéndose deidad de las cosechas, de la veget ación, personificación de la fuerza generadora de la nat ur aleza y, sobre t odo, del grano. En est e sent ido se le denom inó“El que ha Creado la Veget ación para Per m it ir que Viva el Ganado”. Así, se r elacionó con la realeza, ya que poseía cualidades para proveer con abundancia y durant e el Reino Nuevo se asoció con la fert ilidad m asculina, celebrándose num erosas fiest as en su honor donde se hacían sacrificios rit uales para que las m uchachas quedaran em bar azadas; la Fiest a de la Escalera es un buen ej em plo de est as celebr aciones asociadas a la fer t ilidad del cam po. En est a función se hacía acom pañar de lechugas, verdura considerada afr odisíaca debido al líquido lechoso que r ezum a al ser cort ada, el cual se ident ificó con el sem en. Ot ra de las im port ant es funciones de Min fue la de dios del desiert o Est e, defensor de los viaj eros, de los cazadores, de las car avanas y de los cam inos. Podía r epeler a los nóm adas host iles que habit aban dichas t ierras y pr ot eger a los pacíficos. En m uchas ocasiones lleva el epít et o de “ Toro de su Madre” , poniéndolo en relación direct a con Kam ut ef y haciendo de él un dios prim ordial. Est e t ít ulo, que originariam ent e pudo pert enecer al dios Ra, explicaba cóm o el Sol renacía cada m añana de la diosa del cielo Jent yiabet ( “La que Preside el Orient e” ) , después de haberla fecundado. El m it o lo vinculaba a la gener ación, a la fecundidad del suelo y al poder germ inador. Apor t a al dios Am ón gr an cant idad de elem ent os iconogr áficos a part ir de la dinast ía XI I .

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 MONTH   $

,.-/ + Tiene aspect o de hom bre con cabeza de halcón. Sobr e ést a lleva dos alt as plum as y un

disco solar con dos ureos. En las m anos puede suj et ar una m aza, un hacha y un arco. En Época Baj a se repr esent a con la cabeza de t oro. Puede aparecer con cuat r o cabezas que vigilan y velan sobre los cuat ro punt os cardinales y en su m anifest ación anim al se encuent ra, en Época Baj a, encarnado en el t oro blanco Bujis de la ciudad de Me- dam ud.

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Fue el dios pat rono del nom o t ebano y ent ró a form ar part e del pant eón egipcio en la dinast ía VI . Más t ar de se hizo dios de la guerra y de las bat allas asociándosele a la vit alidad conquist adora del rey hast a que, en el Reino Nuevo, Am ón usurpó su lugar y t om ó el puest o de dios dinást ico. Fue ent onces cuando pasó a figur ar baj o la hegem onía de Am ón y nunca m ás volvió a est ar a la cabeza de la enéada de Karnak, quedándose en un segundo plano. Tam bién a par t ir de est e m om ent o se le relegó a las fort alezas de la zona, es decir, a las de Erm ant y Medam ud, aunque su im agen siguió repr esent ándose en Tebas. Er a una for m a de Ra- Horaj t y, el “ba” vivient e del Sol y su fuerza dest r uct iva; m anifest ado en un t oro, repr esent aba la fecundidad del suelo y su poder germ inador . Los m onarcas de la dinast ía XI le convirt ieron en un dios con idiosincrasia guer rera y se le elevaron al rango de divinidad prim ordial. Es m ás, los reyes Ment uhot ep le at ribuyeron sus vict orias; a Mont u le ident ificaron con el “ Horus del Br azo Fuert e”, el que les dio fuerza y vigor en las bat allas som et iendo a los enem igos del país. En su aspect o funerario, lucha cont ra los enem igos de Ra, de los dioses y del soberano desde la proa de la barca solar, elim inándoles con una lanza.

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,.-/ + Muj er que llevaNEIsobre la cabeza el j eroglífico de su nom bre, consist ent e en un escudo

con dos flechas cruzadas. Tam bién puede port ar la corona roj a del Baj o Egipt o, a part ir de la dinast ía XI I , y se la denom ina “La de la Corona Roj a del Baj o Egipt o”. Baj o el aspect o zoom orfo, se ident ifica con el pez lat es ( en Esna) y la abej a ( sím bolo de las diosas m adres) . Puede m anifest arse en form a de un escarabaj o de la fam ilia de los elat éridos, denom inado Agripnus not odont a. En Baj a Época, ocasionalm ent e, pr esent a aspect o de ser pient e o de vaca.

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Est a divinidad pudo ser, en origen, una diosa vaca predinást ica de finales del Guer zense, que, m ás t arde y progresivam ent e, sufr ió una ant r opom orfización consolidada en la dinast ía I . Fue m uy vener ada durant e el periodo t init a a j uzgar por los sellos hallados en la necrópolis de Abidos. Es una deidad de difícil com prensión, or iginaria de la ciudad de Sais, aunque su principal cent ro de cult o se encuent ra en Esna. Posee m últ iples funciones y asim ilaciones pero, en t odas ellas, se hace not ar su papel pr incipal y poderoso, según se despr ende de m uchos de sus t ít ulos, t ales com o “La Terrorífica”. En cuant o a su facet a de diosa creador a asexuada, repr esent a las aguas prim ordiales de donde surge la colina pr im igenia, el m undo. Es la m adre del dios solar y de t odo lo que se ext iende en la faz de la t ierra o en los cielos. Para la cr eación no necesit a ningún elem ent o m asculino. En el t em plo de Jnum , en Esna, exist e un t ext o donde se relat a la creación de m anos de Neit . En él se dice que, aun siendo una deidad fem enina, es dos t ercios m asculina y un t ercio fem enina y se la califica de padr e de padres y m adre de m adr es. Aunque la inscripción est á dat ada en el siglo I I d.C., sabem os que la fuent e original cor responde a un per iodo m ucho m ás t em prano, pues su acción creadora se recoge ya en la dinast ía XI X, concret am ent e sobre el sar cófago de Merenpt ah. Ella es ant erior a Tat enen y a Nun. La leyenda cuent a que la diosa apareció en prim er lugar baj o for m a de vaca, sim ult áneam ent e em ergió de las aguas prim ordialesy nadó hacia el Nort e hast a encont rar al pez lat es, su com pañero, que a su vez es ot ra de sus num erosas t ransform aciones. Baj o la apariencia de pez lat es, fue vener ada en Oxirrinco y en Esna. Ést e es el punt o de unión con el m it o osiríaco; se cr eía que el pez había nacido de las heridas de Osiris ( al est ar en cont act o con el agua) producidas cuando su herm ano Set h le asesinó y lanzó sus rest os m ort ales al Nilo. Según la t eología local, la t um ba de Osiris est aba sit uada pr ecisam ent e en el t em plo de Neit en Sais, ya que ella era la guardiana del m ism o. No es frecuent e encont r ar en los t ext os egipcios una ent idad creadora fem enina. Com o hem os vist o, Neit es la hacedora de t odos los seres nacidos gracias a su palabra; ella los definía, los pronunciaba, y ést os, m ágicam ent e, venían a la vida. Según el m it o, la cr eación se produj o m ediant e siet e palabras prim or diales ( o siet e flechas) de cuyo fr ut o ocurrió lo siguient e: 1º 2º 3º 4º

Hizo surgir la colina pr im ordial donde ella se sit uó ( est a 1º colina era a la vez Esna y Sais) . Creó a RaAm ónJnum . Creó a la ogdóada de Herm ópolis. Creó a Thot .

En form a de escarabaj o, apar ece con ciert a frecuencia en los obj et os predinást icos y en el Reino Ant iguo; en form a de abej a, t iene conexión con el Baj o Egipt o y con uno de los cinco nom bres del m onarca. De hecho, en la ciudad de Sais exist ía un t em plo encom endado a la diosa que llevaba el nom bre de “La Casa de la Abej a”. Baj o su aspect o funerario y com o diosa invent or a del t ej ido, Neit es la que ofr ece las vendas y el sudario para que el cuerpo del difunt o sea ent errado corr ect am ent e. En el Reino Nuevo se convirt ió en la pat r ona de los t ej edores, y en est a función se confunde con Tayt . Desde el Reino Ant iguo fue la prot ect ora de Osiris, de Ra y del rey, defendiéndolos con su arco cont r a los enem igos de la noche y los genios de los m alos sueños, a los que adorm ecía con sus flechas. Por ello, y com o vigilant e de los sueños, es frecuent e encont rarla represent ada en las cabecer as de las cam as. Neit vigila y cuida los vasos canopos j unt o a I sis, Selkis, y Neft is, asociada al dios Duam ut ef. Conect ada con la m edicina, su t em plo en Sais t uvo una gran r esonancia.

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 I LI TÍ A   $

,.-/ + Diosa buit re blanca. Muj er con la corona blanca del Alt o Egipt o sobre la cabeza. Ot ra

cur iosa apariencia, que sólo se encuent ra cuando se quiere enfat izar su papel de m adre, es la de una vaca. Punt ualm ent e puede present ar aspect o de cobr a con la Corona Blanca sobre la cabeza.

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Nej bet es una diosa del Pr edinást ico que per m anece en los Text os de las Pirám ides, donde se la cit a com o “ Cor ona Blanca”, “Señora de Per Ur ” y se considera una “m adre” divina. A com ienzos del Reino Ant iguo no figura con el nom br e de Nej bet , sino int egrándose en el aspect o de una de “Las Dos Dam as” que, por ot ro lado, es uno de los t ít ulos que lleva el r ey en uno de sus cinco nom bres. Ellas am am ant an con su leche al soberano para infundirle divinidad y am bas perm anecerán en el pant eón de divinidades egipcias hast a la dom inación rom ana. Así com o la cobra Uadyet era la diosa t ut elar del Baj o Egipt o ( Nort e) , el buit re Nej bet fue la repr esent ant e del Alt o Egipt o ( Sur) ; am bas fueron pr ot ect oras del m onarca en su función de “Rey de las Dos Tierras” y personificaban las coronas en sí m ism as. Su nom bre significa “La de Nej eb” y se la denom inó “La Blanca de Nej eb”, t ít ulo que guarda relación dir ect a con el color de su anim al caract eríst ico, el buit re, y con el color de la corona a la que represent a, la m it r a blanca del Sur ( del Alt o Egipt o) . Tam bién por est e color se vinculó con uno de los oj os de Ra, es decir, con la Luna. Pert enece al ciclo solar; algunos t ext os la hacen “Madr e del Sol”, del r ey y de los dioses, a los que asist e en el nacim ient o. En ot r os figura com o “Hij a de Ra”. Lleva el t ít ulo de “Señora de los Uadis Desért icos” en relación con la ent rada a est os cauces secos de ríos ant iguos, en las pr oxim idades de su ciudad, Nej eb. Nej bet es una diosa poderosa y t em ible que se sit úa sobre la cabeza de Ra y del m onarca para servirles de defensa, escupiendo fuego y aniquilando a t odo el que consider e dañino. De est e m odo, aparece sobre la frent e de am bos baj o for m a de buit re, acom pañado de la cobra ( Uadyet ) . Tam bién puede figur ar baj o el aspect o de una cobr a –com o su com pañera Uadyet – para dej ar m ás pat ent e la necesaria dualidad y exist encia de dos punt os geográficos m uy diferent es en t odos los sent idos dent ro de Egipt o: el Nort e y el Sur. Fue una diosa dem iurgo, que est ableció la cr eación de m odo sim ilar a Neit : con siet e palabr as. Est e papel ya se recoge en los Text os de las Pirám ides.

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 HEFESTO, VULCANO   $

,.-/ + Hom bre de pequeña est at ura envuelt o en un sudario del que salen sus m anos. Ést as

suj et an un cet ro com puest o por el pilar dyed ( veget ación y fert ilidad) . A part ir de Reino Medio, a est e cet ro se le añade el uas ( est abilidad) y el anj ( vida) , com binando t odos. Sobre la cabeza port a un bonet e. Es el único dios que ost ent a una barba rect a, en lugar de la t radicional con el ext r em o curvado. En algunas ocasiones puede aparecer sin aspect o m om iform e, repr esent ado com o un hom bre con cuernos que lleva sobr e la cabeza un disco solar y plum as, confundiéndose con algunas form as de Osiris. Baj o su m anifest ación anim al se encuent ra com o el t oro Apis ( considerado, en Época Tardía, su ba y su heraldo) .

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Es uno de los dioses m ás im por t ant es del pant eón; se encuent ra desde finales del Periodo Predinást ico, cuando ya aparece con el m ism o aspect o que m ant endrá a lo largo de t oda la hist oria faraónica. No hay seguridad del significado de su nom bre, pero se baraj a ent re “el Modelador ” y “el Creador” y com o t al t uvo una im port ant e función relacionada con el dest ino del r ecién nacido. Su im por t ancia se m ant uvo por ser una deidad adorada en la capit al del Reino Ant iguo: Menfis y una de

sus asim ilaciones m ás t em pranas fue con Tat enen, dios local y creador, de donde t om ó su caráct er de dem iurgo, est ando a la cabeza de la t eología m enfit a, un m it o m ucho m ás elaborado y filosófico de lo que nos t iene acost um brados el pensam ient o egipcio, donde se evit a la int ervención del sexo en la creación; Pt ah creó, por m edio de concept os t an espirit uales com o su corazón ( sede del pensam ient o) , su lengua ( el verbo creador) y la Maat ( concept o del or den y la j ust icia) , siendo t odos ellos aspect os del dios dem iurgo. El m it o se recoge en la llam ada Piedra de Shabaka de la dinast ía XXV, donde se afirm a que corresponde a un t ext o m ás ant iguo de dat ación inciert a, copiado para evit ar su dest rucción, y en el Papiro Harris, ent re ot ros. Ot ra de sus funciones, quizá la m ás ant igua, es la de pat r onode los ar t esanos ( sobre t odo orfebres y escult ores) ya que se consideró el invent or de las t écnicas y las práct icas m anuales. Cum pliendo est e papel fue vener ado en las proxim idades de las aldeas de art esanos. Dur ant e el Reino Ant iguo los t r abaj os relacionados con la j oyería podían ser ocupados por enanos, que se encont raban baj o la t ut ela de Pt ah y de los hij os de ést e: los Pat ecos. Est a función de divino art ífice pudo ser causa de que fuera considerado un dios cr eador del m undo y de los seres vivos. Adem ás se le consideró pat rono de la realeza y direct or de las fiest as j ubilares. Él garant izaba al sober ano el éxit o de su r egeneración. Su t rascendencia puede colegirse del hecho de ser la única divinidad que no se fundió con Ra, a part ir del Prim er Periodo I nt er m edio. Baj o el aspect o de t oro Apis, represent ó la fecundidad del suelo y el poder germ inador. Su sant uario de Menfis explica su t ít ulo: “El que est á sobre su Muro”.

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 HELI OS   $

,.-/ + Hom bre con cabeza de halcón o de carnero, t ocado con un disco solar y ureo.

Cuando figura con cabeza de carnero t iene dos cuernos horizont ales ret orcidos ( Ovis longipes palaeoagy pt iacus) . Baj o su m anifest ación anim al se present a com o un halcón, carner o, páj aro benu y, quizá, un salt am ont es. Tam bién puede t ener form a de gat o, de león o de t oro Merur , considerado el ba de Ra. I gualm ent e es un icneum ón, una m angost a o un escarabaj o ( baj o la for m a de Jepri) . La esfinge t iene t am bién un m arcado caráct er solar.

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Durant e el Reino Ant iguo fue el dios m ás poderoso y cont ó con un clero consider able e influyent e, el dios solar m ás t rascendent al del pant eón, “El Padr e de Todos los Dioses”. Él se fusionó y se super puso a At um y a Horaj t y, siendo ést os aspect os de Ra, es decir, del Sol en el cénit , con el que pront o se confunden. Tiene la carne de or o, los huesos de plat a y el pelo de lapislázuli y sobre la cabeza lleva el ureo, que le prot ege escupiendo fuego cont ra sus enem igos, siendo ést e una part e del dios y , a la vez, su propia hij a. Su im por t ancia arranca del Per iodo Tinit a per o verdaderam ent e em pezó a despunt ar en la dinast ía I V; Radyedef int roduj o en el prot ocolo real el t ít ulo de “Hij o de Ra” , y los m onarcas dej ar on de ser idént icos al Sol a convert ir se en hij os de ést e. En la dinast ía V, el poder de Ra y de su clero quedó com plet am ent e est ablecido, alcanzando una im port ancia que j am ás había t enido ningún ot ro dios. Tant o es así, que casi t odos los dioses del pant eón sufrieron una solar ización a part ir de la dinast ía V, consolidándose en el Reino Medio. De est e m odo, v em os aparecer divinidades que conservan su caráct er original pero a las que se añaden cualidades del Sol. A sus pr opios nom br es se les agrega el de Ra; Am ón Ra, Mont u Ra, Sobek Ra, Horus Ra, son algunos de est os ej em plos. Sólo Pt ah, dios creador de la cosm ogonía m enfit a, no sufrió est a fusión. Ra es el art ífice de la creación y de t odo lo que se encuent ra en la t ier ra y en los cielos; est á a la cabeza de la cosm om ogonía heliopolit ana, pero t am bién part icipa en ot r os m uchos m it os de creación. Lam ent ablem ent e no exist e un t rat ado com plet o que recoj a la t r adición heliopolit ana, para ello debem os dir igirnos a dist int as fuent es, ent re las que caben dest acar los Text os de las Pirám ides, el Papiro del Museo Brit ánico 10188, Versión B y el papiro Brem ner Rhind I I I . Una leyenda, recogida en el papiro West car, hace de Ra el padr e de los prim eros reyes de la dinast ía V. El Sol se habría encarnado en el rey para fecundar a Raddyedet , m adre de los t r illizos Niuserr a, Sahura y Neferirkar a ( t eogam ia) , fundadores de esa dinast ía. Para él se const ruyeron t em plos solares, obeliscos, esfinges y grandes pirám ides ( est as últ im as son la repr esent ación pét r ea de los rayos del Sol al llegar a la t ier ra) , y en Heliópolis se le veneraba baj o la form a de la piedra Benben. En el Reino Nuevo, y en su aspect o funerario, se fundió con Osiris y con Am ón,. Él era el Sol en el cielo diurno y Auf Ra el Sol en el Mundo de los Muert os, dos aspect os de una m ism a divinidad. El Sol debía at ravesar cada noche el int erior del cuerpo de Nut y recorrer el Mundo Subt erráneo, para am anecer en la m añana r ej uvenecido. En est e deam bular t enía com o enem igo principal a la serpient e Apofis. Prot agonizó una curiosa leyenda, recogida en dos papiros de la dinast ía XI X que se conservan en el

Museo Egipcio de Turín y en el Museo Brit ánico de Londres. En dicha hist oria, la diosa I sis, am parada por su m agia, logró enferm ar seriam ent e al dios par a, por m edio de prom esas de cur ación, r obar le su nom bre secret o y obt ener su poder y su fuer za. Baj o el aspect o de t oro Mer ur ( su heraldo) repr esent a la fecundidad del suelo y el poder germ inador. Manifest ado en un carner o, es preciso recor dar que dicho m am ífero repr esent ó en Egipt o un concept o de fert ilidad, dot ado de un m arcado caráct er sexual. Los car neros fueron siem pre dioses cr eadores. Según Budge, desde la dinast ía I V t am bién puede aparecer com o un salt am ont es, personificando a Ra j ubiloso. En cuant o a su relación con At ón, Ra parece ser la esencia del Disco durant e el per iodo am arniense, y a la cual se fusiona el rey, que es Uaen Ra ( “Uno en Ra”) . En las t errazas de t odos los t em plos t ardíos se m at erializaba el r it o anual de la fusión del ka del dios de dichos t em plos con el ka de Ra, en la llam ada capilla del Año Nuevo.

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,.-/ + Leona o m ujer con cabeza de leona. Lleva sobr e la cabeza un disco solar con el ur eo y

ocasionalm ent e present a apariencia it ifálica. Puede m ost r ar se baj o el aspect o de una m uj er con cabeza de cocodrilo o r epresent ada m ediant e el Udyat , aunque est a iconografía es poco frecuent e. Com o defensora, la encont ram os arm ada con un cuchillo que suj et a con sus m anos.

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Su nom br e significa “La Poderosa”; se encuent ra ent re los dioses que figuran en los Text os de las Pirám ides. Repr esent a la energía dest ruct iva del Sol y, com o t al, en ella se aunaron los poderes beneficiosos del ast ro diurno j unt o a sus cualidades negat ivas. Fue diosa de la guerra con connot aciones t rem endam ent e sanguinarias cuando se encolerizaba. Capaz de causar dolencias y epidem ias, se convirt ió en pat rona de los m édicos. Ést os, al conocer bien a su divinidad, podían poner en m archa los m edios necesarios para que las cur aciones fueran efect ivas, obt eniendo el apaciguam ient o de Sej m et y el r et or no de la salud. Unida al m it o solar, for m ó part e de la leyenda de la Diosa Lej ana, repr esent ando su aspect o colérico. La narr ación relat a la part ida de los dioses, enviados por Ra, en busca de Sej m et que se había ret irado enfurecida a Nubia. Ella m at aba a t odo aquel que se encont rar a a su paso y er a necesario apaciguar la. Los dioses t r at arán de aplacarla con m úsica y danzas; at urdida, se lava en las aguas de la prim era cat ar at a del río Nilo y se conviert e en una her m osa m uj er ( en ot ros t ext os se em briaga y de est e m odo, con los ánim os calm ados, se conviert e en Bast et o Hat hor) . Unido al m it o, anualm ent e y dur ant e la est ación de la inundación, los egipcios celebraban “La Fiest a de la Em briaguez” , cuyo obj et ivo era m ant ener a la diosa aplacada. Aquí los t eólogos j ugaron con un paralelism o ent re la leyenda de la diosa que se m ar cha de Egipt o para volver después de un t iem po y la crecida del río. Adem ás, el brebaj e que preparan los dioses par a engañar a Sej m et se derram a por el suelo y, m it ológicam ent e, lo inunda, al igual que ocur re con las aguas del Nilo, personificando una variant e agraria del m it o del et erno ret orno. La sangre y el vino est aban ínt im am ent e relacionados en la m it ología egipcia. Baj o el rey m eroít ico Nat akam ani, recibe cult o en el m ism o Mer oe.

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,.-/ + Muj erSESHAT que lleva sobre la cabeza un vást ago que t erm ina en un obj et o no ident ificado,

parecido a una est rella de siet e punt as. En las m anos puede suj et ar los ut ensilios de la escrit ura, un pequeño r enacuaj o y una hoj a de palm era.Se cubre con una piel de leopardo.

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Est am os frent e a una diosa arcaica que se encuent ra en el pant eón desde el Periodo Tinit a y que, en origen, pudo t ener ciert as conexiones celest es. Dur ant e el Reino Ant iguo ya est á incluida en la llam ada “Cerem onia de Fundación” y, en concr et o, en la

de “Est irar la Cuerda”.Por ello era la encargada de calcular , or ient ar y m edir los t errenos sagrados para que se llevara a cabo la const rucción, revisar los planos y vigilar las est rellas para em it ir sus cálculos. El rit o er a uno de los episodios de la“ cerem onia de fundación”, donde, en el Reino Nuevo, se desdoblará en la apariencia de Sefj et auy. Ligada a est as ocupaciones fue pat rona de arquit ect os y const ruct ores. Seshat es una diosa t radicional que aparece junt o a At um y Thot en el árbol sagrado de Heliópolis, la peséa, escribiendo en sus hoj as ( o fr ut os) los años de reinado de los m onarcas y los j ubileosque ést e iba a llevar a cabo, t ant o en vida com o después de la m uert e. Llevaba el epít et o de “Señora de la Escrit ur a” lo que la hace est ar m uy pr óxim a a Thot , con el que com part e est a función. En algunos t ext os se int erpr et a que ella no es m ás que una cont r apar t ida fem enina del dios ibis. Es decir , am bos se relacionan con funciones conect adas con las escrit ur as sagradas, las let ras, y aparecen en event os t ales com o los regist r os de los anales reales, los result ados de la conducción del ganado t raído desde países ext ranj er os, los t ribut os que est os países pr esent aban al rey, y t odo acont ecim ient o m er ecedor de ser regist rado e inm ort alizado para la et ernidad. Por su conexión con las art es y las let ras se ident ificó con la m agia. Pudo ser una for m a de Neft is.

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    swty / swtx  "!#%$&' SUTY, SUTEJ ( Sem it a) .  "!#%$&' TI FÓN   $

,.-/ + AnimSETH, al t ifónico ( cuadrúpedo) en su t ot alidad u hom bre con cabeza de anim al t ifónico.

Anim al fant ást ico form ado con par t es de ot ros. No se ha podido det er m inar con exact it ud si la best ia que represent ó a Set h fue o no un cuadrúpedo hoy ext inguido. Ent re las m uchas int er pret aciones que de él se dan, podríam os dest acar: lebrel, asno, perr o, okapi, j irafa, et c. En ot r os lugar es apar ece m anifest ado en un cerdo m acho, un oryx ( nom o 16 del Alt o Egipt o) o una ser pient e con cabeza de asno.La m it ología cuent a que t enía los oj os y el pelo de color r oj o, t ono ident ificado t radicionalm ent e con las arenas del desiert o y los daim ones. En Edfú est á r epresent ado baj o la for m a de un peligr oso hipopót am o m acho. I gualm ent e lo encont r am os con aspect o de cocodr ilo, que personifica el anim al en el que fue t ransfor m ado por obra del dios Gueb, después de que Set h asesinara a Osiris. En Oxirrinco se conviert e en el Morm yrus kannum e, el pez responsable de haber devor ado el falo de Osiris. Toro alado con un doble par de cuernos, unos largos y pr oy ect ados hacia delant e y ot ros de carnero dispuest os en t orno a las orej as. Baj o est a figura represent a al “Toro de Om bos”. En Época Ram ésida, puede t ener cuerpo hum ano, cabeza de per ro y orej as de asno.

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Originario de Om bos, pudo suplant ar y asim ilar a ot ro dios m ás ant iguo, llam ado Ash, siendo am bos pr ot ect ores de la producción y fert ilidad en los oasis. La pr im era represent ación conocida se encuent ra sobre la cabeza de m aza del rey Escorpión, m onarca de la dinast ía I . En los com ienzos no debió de ser una deidad con connot aciones negat ivas, caráct er que adquirió con el paso del t iem po, m uy posiblem ent e respondiendo a sucesos polít icos que pasaron a form ar part e de la m it ología y que se pueden ent rever en la leyenda osiríaca. Es decir , a m edida que la devoción hacia Osiris se hizo m ás popular, Set h se int egró en el m it o desem peñando el papel de herm ano envidioso y adquirió su aspect o de dios del m al. Así, aparece en m uchos t ext os com o una divinidad violent a desde su nacim ient o. Él desgarr ó el cuerpo de su m adre Nut al nacer en la ciudad de Om bos. Dur ant e el Reino Ant iguo, est á en la onom ást ica de algunas reinas: “ Aquella que ve a Hor us y a Set h”. Las luchas acaecidas ent r e Hor us y Set h se desencadenan par a vengar un asesinat o. Set h ha m at ado a Osiris y su hij o Hor us debe hacer pagar la ofensa. En est as cont iendas Horus pier de su Oj o y Set h sus t est ículos, según recogen los Text os de las Pirám ides. Con dicha narración se pret ende legit im ar el derecho de Horus para reinar sobre t odo Egipt o. En ot r o plano, era el represent ant e del Sur de Egipt o, m ient ras que Horus encarnaba el Nort e, hecho que se ut ilizó t ant o con connot aciones negat ivas com o posit ivas. En el prim er caso se em pleó para personificar las bat allas acaecidas ent re los habit ant es de am bos punt os geográficos, cont iendas que aparecen bien det alladas en el papiro Chest er Beat t y nº 1 o en el t em plo de Horus de Edfú. En el segundo caso, sirvió para encarnar a un represent ant e benéfico, prot ect or del Alt o Egipt o y vinculado con la realeza. Así aparece en la cerem onia del Sem aTauy ( función de at ar las plant as sim bólicas del Nort e y el Sur, el papiro y el lot o) , acom pañado de Horus ( repr esent ant e del Nort e) . En est e sent ido, es frecuent e encont rarlo en las cerem onias de invest idura donde Set h, j unt o a Horus, coronaba al m onarca.

Am bas deidades sim bolizaron a los dioses de la realeza y a las divinidades del Nort e y el Sur. La hist oria de Set h pasó por difer ent es fases. Sint et izando m ucho podem os hacer una pequeña descripción de sus fases m ás im por t ant es: durant e el periodo t init a fue obj et o de veneración oficial, siendo un dios del rango de Horus ( reinados de Jasej em ui, Per ibsen) . Adquirió connot aciones dist int as en el periodo hicso, m om ent o en el que es dios nacional y se ident ifica con Baal. La reacción subsecuent e ( dinast ía XVI I I ) , ot orgó al dios la im agen abom inable que se deriva de ser la deidad nacional de la ciudad de Avaris. Los ram ésidas rehabilit an t em poralm ent e al dios, ya que son reyes originarios de la zona de cult o, y, dur ant e el Reino Nuevo ( en especial en la dinast ía xix) , se le asocia con asunt os m ilit ar es. Durant e el pr im er m ilenio a.C., vuelve a ser el dios asesino de Osiris. Ot ras leyendas vinculan a Set h con la violencia y con el desiert o, en cont rapart ida con su herm ano Osiris que per sonifica el Valle Fért il. El m it o narra el asesinat o de Osiris por Set h, en perfect a analogía con el Valle del Nilo, t errit orio que debía luchar día a día para no ser aniquilado por las peligr osas arenas del desiert o, que const ant em ent e am enazan con avanzar hacia la t ierra fért il. Cuando se present a con for m a de ant ílope, personifica el m om ent o en el que se había com ido el Oj o de Horus. Por ello, el t ipo de anim al que adopt a ( or yx dam m ah) se sacrificaba en las fiest as de Osiris y Sokar. Pese a que en la personalidad de Set h exist en aspect os negat ivos, hem os de recordar que est a apariencia era absolut am ent e necesaria y vit al en el pensam ient o egipcio. Num er osos son los casos en los que la m it ología egipcia nos m uest ra facet as de las fuerzas del m al; t odas ellas pueden explicar se gracias a una ecuación bien sencilla: sin la pr esencia del m al, el concept o del bien no puede exist ir y los aspect os beneficiosos carecerían de sent ido. Es m ás, sin la pr esencia de am bos, el orden, es decir la m aat , sería inexist ent e o, al m enos, no sería est able. Era necesaria la exist encia de elem ent os posit ivos y negat ivos que cohabit aran sim ult áneam ent e. En el Reino Nuevo, baj o su función funer aria, aparece en la barca de Ra defendiendo al Sol y al rey y som et iendo a la dañina serpient e Apofis, a la que at raviesa con una pot ent e lanza. Est e papel prot ect or fue posiblem ent e el m ás ant iguo. Set h fue t am bién pat r ono de las t orm ent as, de la guerra y de la violencia, pero en cont rapart ida fue igualm ent e la divinidad pat r ona de la producción de los oasis, al m enos en la dinast ía XI X. Se denom inó “Nubet y”, que significa “El de la Ciudad de Oro”, es decir , Nubt .

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    Sw  "!#%$&' SHU  "!#%$&' SOSI S   $

,.-/ + HomSOS/ bre que lleva sobr e la cabeza una plum a de avest ruz. Tiene los brazos levant ados

suj et ando a la diosa del cielo Nut . Baj o su m anifest ación anim al apar ece com o un león.

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Deidad cósm ica present e en los Text os de las Pirám ides, donde personifica el alient o del difunt o, el aire. Sus huesos pueden adivinarse en el cielo, en form a de nubes que ayudan al rey en su ascensión a las alt ur as. Su nom bre significa “Est ar vacío” y “Luz”; const it uye el principio de vida. Es el aire ( en el sent ido de at m ósfera, air e seco) que se encuent ra ent re el cielo y la t ier ra, su soport e, el lugar gracias al cual pueden vivir y respirar hom bres, anim ales y plant as. Es el responsable de t odos los fenóm enos at m osféricos, siem pre que est os no sean violent os. Su función com o sust ent ador de la bóveda celest e queda m uy clar a en el Libro de los Muert os y se ent endió que Herm ópolis fue el lugar en el que “el dios Shu había levant ado el cielo”. Así, es el creador de ocho Heh nacidos para poder suj et ar la bóveda celest e en for m a de vaca. Relacionado con Onuris, form ó part e del m it o de la Diosa Lej ana y pr esent ó aspect os agresivos conect ados con la m ít ica per sonalidad del rey. Com o dios funerario habit a en el Más Allá. Tiene un caráct er m uy host il, aunque sólo deben t em erle aquellos que no hubieran sido suficient em ent e j ust os en la t ierr a. Él era el “fiscal” en el t ribunal que j uzgaba las acciones del finado y det erm inaba si era m erecedor de vida et erna. For m ando part e de la enéada heliopolit ana fue el elem ent o m asculino de la pr im er a pareja creada por At um , nacido gr acias a la expect oración o a la saliva de est e dios. Era un aspect o de la deidad suprem a ( At um Ra) en la cr eación, que sim bolizaba la fuerza vit al que anim a el universo. Junt o a su esposa, la leona Tefnut , est a par ej a de gem elos expr esan la realidad de lo m asculino y lo fem enino, personificando el orden que debe m ant enerse y la m ult iplicidad de for m as. Baj o t al im agen se represent a com o un león que, por ot ro lado, siem pre fue sím bolo guer rer o, de prot ección y de creación. Por eso, en los Text os de los Sarcófagos figura com o un dios creador. Gozó de un im port ant e cult o en Época Ram ésida.

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    sbk  "!#%$&' SOBEK  "!#%$&' SUCHOS/ SUJOS/ KRONOS   $

,.-/ + Cocodrilo. Cocodrilo con cabeza de halcón. Hom bre con cabeza de cocodrilo. Sobr e la

cabeza lleva cuernos ret orcidos de los que em ergen dos plum as, un disco solar y dos ur eos. Puede adornarse con la corona at ef. En Época baj a es posible localizarlo con cabeza de t oro, halcón, car nero o león. En su t em plo de Daham sha aparece t am bién port ando un disco solar sobre la cabeza.

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Su nom br e significa “El Cocodrilo”. El origen de Sobek habr ía que buscarlo en una divinidad con form a de halcón que se veneraba en su principal cent r o de devoción y que, por alguna causa desconocida, fue desapareciendo en favor del cocodr ilo. Sobek par ece r em ont ar se a la dinast ía I , a j uzgar por la im presión de algunos sellos de est e periodo. Ciert os aut ores piensan incluso que podría ser aún m ás ant iguo, un dios de la veget ación, que m ás t ar de se conviert e en una deidad relacionada con t odas las m anifest aciones del universo. Tiene innum erables aspect os que a m enudo se cont r adicen, en función del m it o en que se le int egre. De est e m odo se explica que sea aliado o enem igo de Set h, m ient r as que en ot ras ocasiones se ident ifica con Osiris. En el área pant anosa de el- Fayum se le veneró desde ant iguo y en .la localidad de Daham sha t uvo un cult o m uy im port ant e, que floreció en el Reino Nuevo. En los Text os de las Pirám ides apar ece com o hij o de Neit ( baj o su apar iencia de vaca celest e) y, en algunos pasaj es, de su esposo Set h. Precisam ent e en est e cor pus religioso, Sobek figura con el epít et o de “Rabiar”, quizá por su cercana relación con Set h. Se indican así las connot aciones nefast as de est e últ im o, pero, en ot r os pasaj es, t am bién quedan pat ent es las cualidades benéficas de su personalidad. Su cult o t uvo un im port ant e auge durant e el Reino Medio. Durant e la dinast ía XI I I los sober anos le adopt aron com o pat r ón de la realeza. Fue ent onces cuando algunos reyes incluyer on el nom bre de Sobek en el suyo propio, hecho m uy habit ual cuando se pr et endía pot enciar el cult o de algún dios det erm inado. En una de sus leyendas se le relaciona direct am ent e con la pérdida del falo de Osiris, aunque en est a narr ación Sobek no elim ina o pierde el pene de una form a conscient e sino en un act o que podr íam os calificar de “despist e” . El m it o m enciona que, una vez que el falo había sido lanzado al río por Set h, Sobek, que no era conscient e de a quién pert enecía, se lo com ió y fue cast igado por ello con la ablación de su lengua. A la vez, en algunas versiones del m it o de Osiris, Sobek se relaciona con Horus, con el que com part ió el t ít ulo de “Rey de Egipt o”. El cocodrilo es uno de los aspect os t om ados por Horus para buscar los fragm ent os de su padr e Osiris, después de que fuer a asesinado y desm em brado por su herm ano Set h, que lanzó el cuerpo al río. En la leyenda en la que Horus m ant iene relaciones hom osexuales con su t ío Set h, Sobek es el dios que encuent ra y devuelve las m anos cercenadas de Horus ( que habían sido cort adas por su m adre en un at aque de ir a) . De est e m odo, la m adre de Horus, por m edio de la m agia, podr á colocarlas de nuevo en su lugar . Relacionado con Set h se le ador ó en Kom Om bo, pero en est a asociación carece de aspect os m alignos y su personalidad se vincula a una de las zonas geográficas del país. De est e m odo, en una sección del t em plo se adoraba a Horus m ient ras que en la ot ra se reverenciaba a Sobek, con cult os perfect am ent e diferenciados. Su papel de dios creador, de la fert ilidad y de las aguas, le puso en relación direct a con Ra y con Jnum , función que surgió por la observación del hábit at del cocodr ilo. Est e anim al vive en las aguas pant anosas ( ident ificadas con el Nun) , de ellas había surgido en el com ienzo de los t iem pos sobre una colina prim igenia ( equiparándose a Ra y al propio Nun) y había creado a la vaca Mehet uret ( hija o esposa de Sobek, según el m it o) , form ando el cosm os. Adem ás, en los t ext os figura com o un dios favor able defensor de los enem igos de Ra. Sobek per sonificó la acción fecundador a y beneficiosa del agua, per o a la vez, t am bién fue su pot encia dest ruct ora.

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    DHwty  "!#%$&' DYEHUTY  "!#($ %$&)* +

 / HERMES, PAUTNUFI S ( Thot de Pnubs) .   $

,.-/ + I bis o babuino.THOT Hom bre con cabeza de ibis o de babuino que lleva sobr e ést a un disco y

un cr ecient e lunar . Suj et a en las m anos los ut ensilios de escrit ura. Apariencia hum ana o de m ono, sent ado baj o un árbol ( Thot de Pnubs) , con un t ocado form ado por cuat ro plum as.

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Su nom br e significa “El de Dyehut ” . Se encuent ra desde el periodo t init a, pudiendo ser, incluso, ant er ior. Sin em bargo, com o ocurre con ot ros m uchos dioses del pant eón, es frut o de la fusión de varias deidades m ás t em pranas. En origen, adopt a part e de la personalidad y los at ribut os de I ah, “El Disco Blanco” ( form a m om iform e, disco y crecient e lunar) . I ah era el “Dirigent e de la Casa de los Dioses en las Est rellas”, función que por ot ra part e t am bién asum irá Thot . I dent ificado con el t am bién lunar Hedyur t om a de ést e su apar iencia de babuino. Así, Thot es un dios vinculado con la luna o, para ser m ás pr ecisos, es el que vigila el proceso lunar , el cont able del t iem po y el prot ect or de aquélla. Por ello, con ciert a frecuencia, lo encont r am os ident ificado con la m ism a. Se int egr ó en el m it o de creación de Herm ópolis al relacionar al Sol creador y a la Luna ( com o un aspect o noct urno del Sol) . En est a localidad se le denom inó “El August o” y represent ó los poderes m ent ales de Ra. Llevó el t ít ulo de “Tor o de las Est r ellas”. En est a ciudad personificó la esencia del ver bo divino y se em plazó a la cabeza de la ogdóada, form ada por cuat ro par ej as de ranas y serpient es que se vinculan a “Los bas de Thot ” . Así, fue el “ Señor de los ocho” y cum pliendo est e papel puede est ar repr esent ado con form a com plet am ent e hum ana. Cabe afirm ar que Thot fue el int erm ediario ent re los dioses y el dem iur go. A él debían ser not ificadas t odas las órdenes par a que las regist rar a y fueran cum plidas. En el Periodo Tar dío se le ident ificó con At ón y se le denom inó “At ón de Plat a”, enfat izando el color de la Luna, y creando una clara fusión ent re el disco solar y el sat élit e de la Tierra. Est a conexión con el ast ro de la noche es la que le report a la responsabilidad de soberano del t iem po, siendo, por t ant o, el invent or del calendario. Él calculaba los años y los apunt a cuidadosam ent e con sus út iles de escr it ur a, se encargaba de escribir los anales reales y los años de reinado de los m onarcas sobre los frut os de la peséa, árbol sagrado de Heliópolis. En est a función le acom pañan la diosa Seshat y el dios At um . Por t odo ello, se convirt ió en pat rono de los escribas, invent or de la escrit ura y de t odo lo relacionado con las art es, las ciencias, las let r as y la int elect ualidad. A él se le at ribuía la invención de las lenguas y de la palabra, dist ribuyéndolas según los pueblos. Gracias a su enorm e conocim ient o se le consider ó “Mago” y pat r ono de aquellos que debían desem peñar t ales disciplinas. Por la m ism a causa, se convirt ió t am bién en “Juez” y com o t al r egía la “Casa de la Vida”. I nt egr ado al conflict o de Horus y Set h, se le veneró en Herm ópolis Par va donde llevó el t ít ulo de “El Que Separa a los Com bat ient es”. Est a leyenda narra cóm o, en el t ranscurso de las cont iendas, Horus perdió un oj o, que fue curado y rest it uido gracias a Thot . Par a ello em pleará la m agia, r ellenando con saliva m ilagrosa el oj o dañado por Set h. Precisam ent e, su int ervención será prem iada m ediant e la ent r ega del cont r ol sobre la luna. En ot r as leyendas se le hace árbit ro de la j ust icia. Así, por ej em plo, podem os relat ar la narración en la que la diosa I sis se present a ant e el t ribunal de los dioses para defender a su hij o Horus, al que se acusa de haber t enido pr áct icas hom osexuales con Set h. Mediant e una serie de art im añas ella dem uest ra que su hij o no ha sido el elem ent o pasivo en esa unión sexual, hecho que apar ece est igm at izado en la lit erat ura egipcia, sino que, por el cont rario, había sido Set h. El t ribunal llam ó ent onces al sem en, que salió de la cabeza del dios m alévolo, t om ando la for m a de Thot y declarando lo ocurr ido. En Heliópolis se le consideró la lengua o el corazón de Ra, y en Menfis se ligó a la lengua de Pt ah, per o t am bién fue el escriba de la Enéada Heliopolit ana, el encar gado de los archivos, de los papiros y de solucionar las disput as ent re los dioses, el designado para aparecer, en la sala de la pesada del alm a ( Psicost asia) , donde, ant e Osiris, se j uzgaba el corazón del finado, ocupándose de la t area de regist r ar el veredict o. Precisam ent e, relacionado con el m it o osiríaco, fue el prot ect or de Osiris y, por ext ensión, de los difunt os a los que ayudaba en su t ránsit o. Una form a local y sureña de Thot es la de “Thot de Pnubs”, llam ado t am bién “Thot el León de Kalabsha” , “El Dos Veces Grande de Jem enu ( Ej m enu?) ”, deidad cercana a Thot de Her m ópolis.

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    wADt  "!#%$&' UADYET ( Transcrit o en algunos t ext os com o Edj o o But o) .  "!#($ %$&)* +

 UTO, UREUS

  $

,.-/ +

Cobra, leona con el ur eo en lo alt o de la cabeza. Muj er o leona que lleva sobre la cabeza la cor ona del Baj o Egipt o. Muj er con una cobr a sobre su cabeza.

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Originalm ent e, fue una diosa que represent ó el crecim ient o de la veget ación, convert ida en m adre y prot ect ora del r ey y de la corona del nort e. Est á cit ada en los Text os de las Pir ám ides. Su nom bre significa “La Verde”, “La del color del Papir o”, “La Vigorosa”, nom bre por el cual sería diosa de los t ej idos t eñidos con est e color . Tam bién por est os apelat ivos se la consideró cont rapart ida fem enina del “Gran Ver de” ( Uadyur) , y est a conexión con el agua fue la que la llevó a vincularse con la regeneración. Su función m ás im port ant e fue la de represent ar a la corona del Baj o Egipt o y en est e com et ido suele est ar acom pañada por la diosa buit re Nej bet , que personifica la corona del Sur y que, adem ás, es la deidad t ut elar del Alt o Egipt o. Am bas son las responsables de la prot ección del rey. I ncorporada al m it o solar, se ident ificó con el oj o izquierdo de Ra y se unió al círculo de diosas que sim bolizaban el m ism o ór gano ( Sej m et , Tefnut , et c) . Ella se m uest ra sobr e la frent e del dios solar y del m onarca, act uando com o defensora y escupiendo fuego a los enem igos de am bos. Tant o Nej bet com o Uadyet form an el llam ado ureo, que en est a función se denom ina “La Llam a”y por su vínculo con el m it o solar hizo que fuera una de las deidades que pervivieron en el pant eón egipcio durant e el reinado de Aj enat ón. I nt egr ada en la leyenda de Osiris, ayudó a I sis cuando escondió al j oven Horus en los pant anos del Delt a, alim ent ándole con su leche.

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