Dinámicas de inicio de clases 1. Paseando B1/C2 Se habilita un lugar en el aula por donde los estudiantes puedan pasear. El profesor pone música (no demasiado alta) y les pide que se muevan por el aula según las instrucciones que vaya dando el profesor: mostrándose alegres, cantando, con una maleta que pesa mucho, como un/a modelo, a cámara lenta, como un flamenco (el ave), como una persona con mucha autoestima, etc. Cuando se encuentren con alguien tienen que saludarse y aquí también jugamos con ellos. Primero que lo hagan mirándose a los ojos, después dándose la mano, después haciéndose una reverencia, en plan raperos con un saludo informal chocándose la mano, imaginando que vivimos en un país donde la gente se saluda chocando las rodillas o los hombros, etc. Durante la actividad, les puedes pedir que mientras se mueven de una determinada forma, vayan diciendo un trabalenguas o refrán a nuestra elección. ¡Puede ser muy divertido!
2. EL TRÉBOL. Una vez sentados, queremos que cada uno de los alumnos se presente al resto de la clase y nos cuente cosas: ¿de dónde es?, ¿dónde vive?... y también aporte, si así lo desea, información más personal como sus gustos, lo que hace en su tiempo libre, cómo se siente, qué espera del curso, etc. Para que resulten más dinámicas estas presentaciones y que, a la vez, se consiga el objetivo de que se vayan conociendo y relacionando entre sí, a mí gusta organizar a los alumnos en parejas y que cada miembro de la misma presente a su compañero/a, en vez de que se presente a sí mismo. También es otra forma de ir rompiendo el hielo. Para que sirva de motivación y de inspiración, entrego una hoja con un trébol de cuatro hojas, con mariquita y todo (para empezar con buen pie, ¿no dicen que da buena suerte? ¡Pues que no sea por falta de talismanes!). En cada una de las hojas del trébol está escrito el inicio de una frase que corresponde al nombre de la persona, a su trabajo y a lo que espera del curso. La “cuarta hoja” la dejo para que el alumno realice al compañero/a una pregunta libre. Las preguntas son una guía, un guión al que se pueden ceñir o no. Podemos dar esas preguntas u otras, o ningunas, y que sean los propios alumnos los que pregunten lo que desean a sus compañeros sobre sí mismos. A mí me gusta, dependiendo del nivel del grupo, proponedles una pregunta más que es: ¿en qué os consideráis “especiales”? ¡Toma ya! Me gusta comprobar lo complicado que nos resulta muchas veces encontrar algo que nos diferencia de los demás, tampoco tiene que ser una cosa absolutamente extraordinaria, pero sí alguna cualidad, algo que hayamos hecho, alguna cosa que nos guste de nosotros. Me encantan las respuestas (cuando se dan, que no es siempre). Yo suelo poner el ejemplo de que “he montado en globo o en elefante” (bueno, no todo el mundo va por ahí montando en globo o en elefante, ¿no?).
Tiempo: Les damos unos 10 minutos para que hablen sobre sí mismos y luego pongan la información en común (un minuto hablando cada persona es suficiente para que no se alargue demasiado). De todas formas, seremos flexibles si se crea buen ambiente. Para que todos estén atentos, les digo que, al final, voy a hacer dos o tres preguntas sobre la información que han dado los compañeros: ¿a quién le gusta tocar la batería? ¡A John!; ¿quién es de Turquía? ¡Berk!; ¿quién ha subido al Everest? ¡Nadie!... Otra cosa, es coger notas de los aspectos que nos parezcan más relevantes de cada alumno/a. Si a alguien le gusta la interpretación, dibujar, cantar, bailar… son cosas que durante el curso podemos rentabilizar de muchas maneras (Ya os contaré…). Y, por último, nos presentamos nosotros, recordando hablar también de algunas cositas más íntimas, alguna cosillas que nos tocan un poquito el corazón. ¡Objetivo cumplido!: se han relacionado, todos han participado y ya sabemos un poco más sobre los miembros del grupo. Niveles: Todos, excepto el principiante absoluto o un nivel A1 muy bajo. Y recordad, que hay que ADAPTAR las actividades a los grupos que tenemos, siempre. 5. BUSCA A ALGUIEN QUE… ¡Es otra de mis actividades favoritas! La podéis utilizar para una infinidad de cosas. Ahora vamos a rentabilizarla para levantar a las personas de sus asientos, que llevan ya casi una hora sentadas, y moverlas un poquito por la clase. También, lógicamente, para cumplir con el objetivo marcado de ir haciendo grupo y creando un ambiente afectivo donde el alumno se sienta seguro y en confianza para asumir retos, y no tener tanto miedo a cometer errores. Descubrí esta fabulosa dinámica en un libro de inglés de los años 90. ¡Figuraos! Es muy versátil; como os digo, iremos viendo sus múltiples usos. El objetivo de la actividad es que los alumnos busquen en la clase a personas que respondan afirmativamente a los enunciados que les damos. “Busca a alguien que… tenga dos hermanos”; “Busca a alguien que… hable tres lenguas extranjeras”, etc. Cuando el alumno encuentre a alguien que le responda que tiene dos hermanos, escribe su nombre; sigue preguntando y si encuentra a alguien que habla tres idiomas, escribe su nombre. Así hasta completar todos los enunciados con nombres de sus compañeros/as. Me vais a decir: “si ya, pero esta es una actividad donde se está utilizando el subjuntivo, es complicada para un curso bajito”. La verdad es que “No”. Si los enunciados son sencillos, los estudiantes tendrán que hacer preguntas como ¿hablas tres idiomas?, ¿eres holandés?, ¿tienes cuatro hermanos?, etc. Es decir, preguntas de un nivel A1. Truquito: Si os sentís más cómodos sin el “temido” subjuntivo, en vez de “Busca a alguien que…”, cambiad la pregunta por “QUIÉN…” (quién… tiene dos hijos, o cuatro nietos, o quién… es polaco, etc.), y problema solucionado.
Insistid en que no tienen que hacer el cuestionario a una persona concreta, sino que se trata de que hablen con el mayor número de personas posibles. Aparte de la motivación de la propia actividad en sí, podéis añadir el elemento “competición” diciéndoles que el primero que termine con la lista tiene premio (los lacasitos a estas horas son muy bien acogidos). Al final, cuando alguien termine, se pone en común la actividad y es realmente estupendo ver el ambiente que hemos creado en 5 minutos. Todos quieren hablar, todos quieren aportar información, todos están risueños y encantados. Funciona bien el escribir alguna pregunta cuya respuesta sea más improbable ya que da bastante juego por dos cosas: va a ser una persona difícil (o imposible) de encontrar por lo que tendrán que hablar con todos y al final, va a resultar algo curioso y divertido que compartir: una persona que hable cinco idiomas, o que tenga más de cinco hijos, o más de tres nietos… por poner algunos ejemplos. Tiempo: 10/15 minutos. Niveles: Para ir más sobre seguro a partir de un A2. Pero un A1 lo podría también hacer si no son principiantes absolutos y trabajamos bien las instrucciones. Posición del profesor: Puede estar perfectamente implicado en la actividad como uno más respondiendo también a las preguntas de los alumnos, o puede responder si alguien le pregunta algo y mantenerse un poco al margen controlando que la actividad se desarrolle de la mejor manera.