PEDAGOGIA SENSUALISTA DIDEROT (1713-1784) BIOGRAFÍA Diderot nació el 5 de octubre de 1713 en Langres (Francia), en el seno de una familia artesana acomodada. Se fugó del colegio jesuita de su ciudad natal y se dirigió a París. Allí acabó obteniendo el doctorado en Artes (1732) y comenzó a estudiar Derecho. Optó por dedicarse por la escritura en lo que fue el inicio de la vida bohemia que llevaría durante 10 años, en los que conocería a Mably, Condillac, Voltaire y Rosseau. En 1745 realizó la traducción del “Ensayo sobre el mérito y la virtud” de Shaftesbury. Este trabajo le permitió precisar sus ideas, que expresó con claridad en “Pensamientos filosóficos” en 1746, donde reflejó sus creencias deístas. Además, esta primera etapa la completó con un pequeño ensayo sobre la suficiencia de la religión natural. En su obra “Paseo del escéptico” en 1747, Diderot se preguntó por el sentido de su vida, al mismo tiempo que criticó las extravagancias del catolicismo. Además, trató de establecer una relación entre los descubrimientos científicos y la especulación metafísica en “Carta sobre los ciegos” en 1749. Estas obras le encumbraron como pensador original y, sobre todo, como un gran escritor. pero Diderot es considerado unánimemente como el "alma" de la Enciclopedia.
PENSAMIENTO
Según Konstantinov, N.A, Medinski,E.N, Shabaeva, M.F (1984) “historia de la pedagogía”, no dice que: Diderot aspiraba a sobrevivir en una especie de Panteón invisible en compañía de los próceres de la Antigüedad clásica. Sus obras fueron prohibidas por las autoridades. Tan pronto vio la luz su obra Carta sobre los ciegos como ejemplo para los que ven fue arrestado. Después de liberado se entregó por completo a preparar la publicación de La Enciclopedia de las ciencias, las artes y les oficios. Alrededor de este trabajo reunió la flor y nata de la intelectualidad burguesa de entonces. La Enciclopedia jugó un enorme
papel en la preparación ideológica de la Revolución francesa. De todos los filósofos materialistas franceses, él fue el más consecuente con su posición; defendió constantemente la idea de la no destrucción de la materia y de lo imperecedero de la vida. Diderot concedía gran importancia a las sensaciones; sin embargo, no lo redujo todo a ellas. Precisamente, él señaló la importancia que tiene la reelaboración de las sensaciones por la razón. Los órganos de los sentidos son solamente testigos. El juicio es el resultado de la actividad de la razón, sobre la base de los datos obtenidos por los sentidos. Diderot dio un alto valor al papel de la educación. Sin embargo, en sus objeciones a Helvecio no consideraba a la educación como todo poderosa. Escribió en forma de diálogo su famosa Refutación sistemática al libro de 51 Helvecio (El hombre) (l773 l774). Citemos un pasaje característico: Helvecio, Yo considero la razón, el genio y la virtud como un producto de la educación. Diderot: ¿Solamente de la educación?, Helvecio: Esa idea me parece cada vez más verídica. Diderot: Es falsa, y debido a eso no se logra jamás mostrarla por completo en forma convincente. Helvecio: Ud. convino conmigo en que la educación tiene una mayor influencia en el genio y el carácter de las personas y de los pueblos de lo que Ud. pensaba. Diderot. Eso es todo en lo cual se puede estar de acuerdo con Ud. Diderot niega con firmeza la posición de Helvecio de que la educación lo puede hacer todo. Considera que con la educación se puede lograr mucho, pero mediante ella lo que puede hacerse es desarrollar lo que la naturaleza le dio al niño. Mediante la educación es posible desarrollar buenas disposiciones naturales y eliminar las malas, pero solamente en el caso de que la educación tenga en cuenta la organización física del hombre y sus rasgos naturales. Las concepciones de Diderot sobre la importancia que tienen las diferencias naturales de las personas en su desarrollo y sobre la necesidad de considerar en la educación las particularidades de la organización física del niño, son merecedores de nuestra aprobación. Sin embargo, debido a la limitación de la filosofía materialista francesa del siglo XVIII, Diderot considera erróneamente la naturaleza humana como algo invariable y abstracto. Además, como posteriormente establecieron los fundadores del marxismo, la naturaleza del hombre cambia en el curso del desarrollo histórico; las personas en el proceso de la práctica revolucionaria cambian su propia naturaleza. Diderot consideraba que las buenas disposiciones naturales no son privilegio de ningún grupo de elegidos, sino que, por el contrario, el pueblo es, con muchísima más frecuencia, portador de
talentos que los representantes del poder. "El número de chozas y viviendas humildes y el número de palacios están en la relación de 10000 a 1; y de acuerdo con esto tenemos diez mil posibilidades contra una de que el genio, el talento y la virtud salgan de las paredes de la choza que de las paredes del castillo." Además, Diderot expresó con justicia que los talentos que pueden descollar en las masas populares perecen con más frecuencia, ya que el régimen social deficiente en que viven no les ofrece una buena enseñanza y educación que los desarrolle. Era partidario de la instrucción. de las grandes masas populares, pues reconocía el gran papel liberador de la instrucción. Según Diderot, la instrucción dignifica al hombre y hace que el esclavo sienta enseguida que él no nació para ser esclavo. Como Helvecio, Diderot criticó también categóricamente el sistema feudal francés de educación al destacar que, en las escuelas primarias, que se encontraban en manos del clero, menospreciaban la educación de los niños del pueblo y en las escuelas medias, privilegiadas, del tipo clásico, enseñaban solamente en rechazo a las ciencias y los resultados eran íntimos. Todo el sistema de educación y enseñanza es inservible y "es necesario cambiar desde la base el método de enseñanza". Es necesario que en las escuelas se eduquen todos los niños, independientemente de su posición social. Las escuelas deben sustraerse a la dirección del clero y deben pasar a ser estatales. La educación primaria debe ser gratuita y obligatoria y en ella se debe proporcionar alimentación a los alumnos los hijos de los pobres aprecian mejor el valor de la instrucción que los hijos de los ricos. Diderot exigía la transformación total de la escuela media. Estaba en contra de la preponderancia de la enseñanza clásica en las mismas y consideraba necesario garantizar la enseñanza en ellas, sobre las bases 52 científicas de la Matemática, la Física, la Química, las Ciencias Naturales, la Astronomía, e insistía en que se realizase una enseñanza efectiva. En 1773 Diderot realizó un viaje a San Petersburgo, por invitación de Catalina II, y vivió allí dos años. Como se sabe, en aquella época Catalina jugaba el papel de una "personalidad culta" y protectora de filósofos perseguidos. En 1775, Diderot confeccionó un plan para la organización de la educación nacional en Rusia sobre nuevas bases con el nombre de "Plan de la universidad para Rusia" (aquí se entiende por universidad, todo el sistema de la instrucción pública). Desde luego Catalina no llevó a cabo el plan de Diderot por considerarlo demasiado radical.
OBRAS
A) La Enciclopedia Según Ginzo. A, (1996), no dice que: Diderot, en un principio, trabajaba únicamente como traductor. La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios vio la luz como proyecto autónomo con el Prospectus de 1750, en el que Diderot, como director del proyecto, manifestaba su ambición de hacer el inventario de todo el conocimiento humano. Su objetivo era el de oponerse al Diccionario de Trévoux de los jesuitas y favorecer la difusión de la filosofía de la Ilustración. Diderot recurrió a autores conocidos de la talla de Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Buffon, Du Marsais o Daubenton y a otros menos conocidos. D’Alembert se ocupaba de las Matemáticas, Diderot de la Historia de la Filosofía, el abate Morellet de la Teología, Buffon de las Ciencias de la Naturaleza, PaulJoseph Barthez (1734-1806) de la Medicina, Quesnay y Turgot de la Economía. El caballero de Jaucourt ayudaba a Diderot en tareas de redacción y de edición. La Enciclopedia está marcada sobre todo por el interés de Diderot por la tecnología, aunque algunas laminas estén inspiradas en otras enciclopedias, o algunas definiciones parezcan arcaicas. El destinatario era el pueblo y, por lo tanto, los suscriptores eran intelectuales, eclesiásticos, nobles y parlamentarios. El artículo ‘Enciclopedia’, redactado por Diderot y situado al principio del primer volumen después del discurso preliminar de D’Alembert, define el programa global de la obra: el proyecto de la Enciclopedia era el de reunir todos los conocimientos adquiridos por la humanidad, su espíritu, una crítica de los fanatismos religiosos y políticos, y una apología de la razón y la libertad de pensamiento. Diderot aúna el proyecto enciclopédico con la filosofía, que tiene en este siglo su máximo desarrollo. Las corrientes filosóficas que mejor caracterizan la Enciclopedia, son el sensualismo y el empirismo, base fundamental de la filosofía de la Ilustración. Diderot influido por la lectura de una obra del pastor y erudito alemán Johann Jakob Brucker (1696-1770) autor
también de una historia crítica de la filosofía (1742-1744) que fundamenta una apología de la reforma sobre la idea del progreso de la humanidad, cree en el poder de la sabiduría: la Enciclopedia debe hacer una síntesis y clasificación del saber humano y trazar una genealogía de los conocimientos. Diderot emplea la imagen del árbol tan apreciado por Descartes y por la escolástica medieval: desde las raíces hasta las últimas ramas, el conocimiento progresa y da sus frutos. La imagen es mordaz si se piensa que ese árbol es, por tanto, el del conocimiento. La imagen bíblica del libro del Génesis se invierte, el proyecto antirreligioso se explicita. No sólo no se prohíbe el conocimiento, sino que además se afirma que éste está construido por el hombre, y que en él debe basarse para obtener la felicidad.
B) “El drama y la crítica de arte modernos" Según Ginzo. A. (1996), no dice respecto a esta obra que: Diderot fue sin duda una de las encamaciones paradigmáticas del hombre moderno, de su talante proteico, pero a la vez establece un diálogo profundo con el legado de la Antigüedad Clásica, con una intensidad que en el siglo XVIII sólo alcanzó Rousseau. El artículo analiza especialmente el proceso de identificación de Diderot con Diógenes, Sócrates y Séneca, desde el horizonte del pensamiento moderno. Diderot se disfraza bajo las máscaras del sabio antiguo a la hora de enfrentarse con los problemas de su tiempo. Diderot contribuye a diseñar la "moderna" sociedad. Su estudio de la dialéctica del alumno y del esclavo, con el que vamos a concluir este trabajo, lo pone de manifiesto. En segundo lugar, la cuestión de saber si Diderot anticipa o no la dialéctica hegeliana es hoy un problema que merece un estudio aparte. Sólo me permito apuntar algunas referencias, las cuales, además de enmarcar el debate, guardan relación con la tesis de este ensayo. Por otra F. de Azúa dice: "Que en Diderot haya intuición de la dialéctica no quiere decir que utilice conscientemente el método", en consecuencia, considera que no se debe sustituir el término "diálogo" por el de "dialéctica", puesto que no se da en ningún caso la superación hegeliana, sino la escisión o la mera contradicción.
que no duda en calificar de "moderno" precisamente por el constante movimiento al que dan lugar las tensiones de los opuestos: al explicar, Diderot interroga, y la nueva explicación inmediatamente contestada, da lugar a una nueva interrogación. Lo cual sitúa a Diderot, contra el tiempo, entre la vanguardia de las ideas.
C) El Sueño de d'Alembertjes
Según Ginzo. A (1996), nos dice que: Diderot es por su originalidad y creatividad un hombre moderno, pero sigue deseando presentarse bajo el manto de un filósofo antiguo. En lo que sigue vamos a intentar aproximamos a ese problema. Varias son las figuras del pensamiento antiguo bajo cuya máscara juega a disfrazarse Diderot, un autor tan dotado para la expresión teatral, en el Mercare, en febrero de 177 Precisamente su experiencia como bohemien, desempeña un papel importante en los años de aprendizaje (Bildungsjahre) del pensador ilustrado. Cuando el joven provinciano Diderot llega a la capital, a aquel París corrupto y decadente del Antiguo Régimen, pero también estimulante y cosmopolita, se ve sometido a un aprendizaje existencial en el que veía obligado luchar por la supervivencia, inmerso en la marginalidad, en las cercanías del boato y del derroche de una corte corrupta. París le ofrecía al recién llegado, observa P. Vemiére, un extraño mundo de vividores y desclasados, de bohemia literaria y gente de teatro, que trata de sobrevivir en su marginalidad económica y social, en un estilo de vida más bien anárquico, lejos de las convenciones de la buena sociedad y que, por lo mismo, suscitaban la atención y la vigilancia de la policía y, dado el caso, también del clero. Todo induce a pensar que esta experiencia bohemia y libertaria no sólo constituyó un duro período de su existencia, sino que respondía también, a un nivel más profundo, alma bohemia e inconvencional que Diderot llevaba dentro. Por ello esa segunda alma diderotiana que encontró su climax en esa primera experiencia parisina, no va a desaparecer sin más cuando se consolida la imagen del filósofo comprometido y respetable.
D) El sobrino de Rameau Según Ginzo. A. (1996), nos dice que es: una de las obras maestras del siglo XVIII, Aunque sigue siendo una cuestión discutida la verdadera naturaleza del escrito, parece bastante plausible la interpretación de aquellos especialistas según la que Diderot entablaría un diálogo consigo mismo, entre el filósofo respetable y maestro de virtud y la actitud cínica y bohemia. El "sobrino" no sólo pone al descubierto las miserias de la sociedad contemporánea y de sus convencionalismos, sino que también somete a análisis varios tópicos de los filósofos. Diderot que ejerce de "filósofo" en el diálogo, no disimula la fascinación que ejerce sobre él la figura disolvente y anárquica del sobrino, de tal manera que parecía confrontarse no con un interlocutor externo sino dialogar propiamente consigo mismo. Pero, por otra parte, no sólo el sobrino parece reflejar determinados aspectos de la conducta de Diógenes, sino que el propio filósofo encamado por Diderot hace referencia al cínico antiguo no tanto por lo que se refiere a sus contenidos doctrinales como por su actitud austera y desprendida. Por ello cuando se refiere al filósofo como alguien que por dignidad renuncia a la pantomima y al servilismo ante los grandes, pues nada tiene, pero tampoco nada pide, no puede menos de referirse explícitamente a Diógenes: ''Las costumbres del cínico eran en aquel tiempo, lo que son en la actualidad las costumbres monásticas y sus virtudes. Los cínicos eran los carmelitas y los franciscanos de Atenas". Pero no sólo la austeridad monacal constituía un referente moderno de la actitud vital del sabio antiguo. También lo sería el filósofo tal como lo concibe Diderot, en clara oposición a la forma como lo entendía Voltaire, decidido amante del lujo y de las comodidades que le brindaba la vida moderna. Diderot, por el contrario, siempre amo la sencillez y llevó una vida austera. Según escribía a la princesa Dashkoff: "Para nú hay tantas cosas de las que puedo prescindir fácilmente, que no me cuesta despreciar las riquezas". Evocando claramente la autarkía del sabio antiguo, Diderot revela el exiguo repertorio de sus necesidades: un trozo de pan, y un jarro de agua fresca, algunos libros, un amigo y el cariño de una mujer.
BIBLIOGRAFIA Konstantinov. N.A. Medinski. E.N, Shabaeva. M.F. (1984) “historia de la pedagogía”, Elena valencia, España, Pág.50-52 Arsenio Ginzo Fernández (1996), Revista de ideas y formas políticas de la Antigüedad, Clásica Universidad de Alcalá de Henares, 2(3), pp. 51-100. Recuperado de: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-LosAntiguosYLosModernos-148833.pdf