Desaparecidas Muertes Para La Muerte

  • Uploaded by: José-Christian Páez
  • 0
  • 0
  • May 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Desaparecidas Muertes Para La Muerte as PDF for free.

More details

  • Words: 6,365
  • Pages: 96
1

2

DESAPARECIDASMUERTES PARALAMUERTE

EDICIONES 3

DEL

GALLO

TÍTULOS de nuestro sello editorial

CUENTO La diversidad de los duendes, de Máximo González Sáez Alzheimer y otros cuentos, de Luis Gutiérrez Infante

POESÍA Peñalolén, nacido de las profundidades, de Amante Eledín Parraguez Pena de alumbramiento, de Marcelo Rojas Los peces no construyen catedrales, de Fernando Hernández Jara La canción extraña, de Amante Eledín Parraguez Lota sobre la tierra, de Reynaldo Lacámara Hidrógeno, de Guillermo García González Caballo negro, de Diego Valdés Ramírez Desaparecidas muertes para la muerte, de José-Christian Páez

PROSA Takes, de Mario Valdovinos

NOVELA 666 Hijos de la ceguera, de José-Christian Páez

4

JOSÉ-CHRISTIAN PÁEZ

DESAPARECIDAS MUERTES PARA LA MUERTE Poemas 1996

con cinco dibujos originales del autor Edición cosida y encuadernada a mano por el propio autor

2001 5

Primera edición: Agosto de 2001. © José Christian Páez Velásquez, 2001. Inscripción Nº 88.056 DERECHOS RESERVADOS Pintura tapa: Detalle de Caballero, tapiz noruego del s. XII © Dibujos páginas 11,25,39,63,73: José-Christian Páez. © Diseño de tapa: José-Christian Páez.

EDICIONES DEL GALLO h t t p : / / w w w. e l g a l l o . c l Mac Iver 484 • Oficina 102 Santiago - CHILE Correo-E: [email protected] Tels. 253-0664 • 09-848-4061

6

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

EL POR QUÉ DE ESTOS VERSOS

HACE CINCO AÑOS, exactamente, leí y oí decir a personas vinculadas al poder político en ejercicio, que el problema de los desaparecidos era un problema resuelto. Así como se lee. Por una parte se daba a entender que esta situación ante todo humana, ya distante de todo entendimiento político, no tenía dicha connotación y se clasificaba como problema. Por la otra, se manifestaba que todo diálogo al respecto, estaba al margen porque este dolor humano se entendía como un caso residual. Destaco algunos conceptos en cursiva porque me parecen del todo equivocados y crueles. Entonces, ante este panorama, me decidí a escribir este poema Desaparecidas muertes para la muerte, queriendo entender poéticamente las razones por las cuales un hombre es capaz de asesinar a otro. Para ello revisé el concepto de la muerte que se desarrolló en 7

EL

P O R Q U É D E E STO S V E R SO S

algunas culturas como la egipcia, la tibetana, la de los onas o selknam, hasta llegar a la nuestra judeo-cristiana. No encuentro justificación al ánimo de verter la sangre de otro semejante, por más que éste sustente ideas distintas o contrarias; y menos encuentro sentido al móvil político, comercial o de poder, que ven en el crimen una forma de conseguir lo que las circunstancias les niegan. Confío en que finalmente siempre se impone la verdad y que la justicia termina siendo entendida y aceptada por todos los hombres con el objeto de continuar viviendo unos con otros, como seres de una misma comunidad. EL AUTOR

Invierno de 2001 8

A mi abuelo, que a mis cuatro años, me enseñó el desamparo y el sufrimiento de la muerte… con su eterna despedida… y a quienes se fueron caminando por la vida y por la muerte hasta desaparecer, para dejarnos, cual evanescencia, la memoria…

9

10

I GÉNESIS DEL GÉNESIS Y GÉNESIS DE LA MUERTE 11

12

Quien nace mortal, camina hacia la muerte. Calino de Éfeso, Himno de guerra.

13

14

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

EL HOMBRE QUE BUSCA SIEMPRE REGRESA

El hombre que busca siempre regresa Sabe que ni el mar adentro de su alma ni el destemplado cabello de las montañas sacia la sed cuando no sabe de dónde y hasta dónde ir El cielo del espíritu no soporta al navegante que huye y le abre desiertos de hastío que su propia imaginación envanece Ese hombre debe quedarse en el agua y en la sombra de la luz que le vio nacer vaho de los vahos: soplo de los soplos Desde la claridad el hombre que es hombre divinizado 15

G ÉN E SI S

D EL G É N ES IS Y G ÉN ES I S D E LA M U E RT E

navega sin temer y eleva en estallido la plegaria que es su primera sombra amparada por el Creador El cielo del hombre es el cielo del cual procede Cuanto más se oculta a sus ojos más fatigoso es su peregrinar La tierra del hombre es la madre de la cual procede El soplo... el Dios que resguarda su unidad.

16

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

LA ESPERANZA DEL ALFARERO VIVE ENTRE SUS MANOS

La esperanza del alfarero vive entre sus manos La greda modela a la greda construye una vasija que contenga vida para el sediento vida para el hambriento La tierra es su forma de amar ¿cómo podría pensar en poseerla para sí? El alfarero es dueño de la tierra: no tiene cercas a su alrededor ni perturba su sueño el ser amo del universo que no cabe en sus manos El alfarero modela una jarra para habitar el cosmos y el agua y el aire y todas las músicas que a ella visitan 17

G ÉN E SI S

D EL G É N ES IS Y G ÉN ES I S D E LA M U E RT E

El alfarero es un cuenco que guarda dentro de sí todo el universo y navega libre de amanecer a amanecer: Nada tiene fuera de sí y todo aquello que no le pertenece lo alcanza para sí sin pretenderlo Un día la esperanza del alfarero se encontró con la fiereza del herrero Se miraron frente a frente como dos cosmogonías La sombra de la belleza no pudo con la belleza transparente y su sangre derramó sobre la tierra catedrales inmortales y un grito que se ahogó en el bosque Los cerros guardan el secreto y oran por la greda 18

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

que navegó hacia otro paraíso que se hizo semi-eterna Desde aquel sitio las nieblas se pasean por la mente del hombre y la esperanza del herrero vive con cada golpe y con cada lanza que enrojece la piedad del metal El herrero forja para vivir los caminos del caballo y las historias del caballero que empuñará las heridas del cielo en la carne De cada golpe nace una forma Nace también un grito que a la belleza del objeto parece un canto.

19

G ÉN E SI S

D EL G É N ES IS Y G ÉN ES I S D E LA M U E RT E

EL INCESTO LLENA LA NOCHE DE TINIEBLAS

El incesto llena la noche de tinieblas y la cama iluminada de placer se torna enjambre de víboras Como si germinara el más allá y el escudo de la vida naufragara ante lo finito alguien nace con la luna envenenada alguien huye de su propio temblor alguien busca un filo que lo aparte de su propia sombra Hijo del padre y de la hija Cuanyip es la encarnada Babel invertida que el antecesor del ona engendró para visitar al infierno Todo tiempo es inútil 20

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

aunque el incestuoso duerma en los hielos para rejuvenecer aunque crea ser como Anteo del agua que retorna a su vigor resistiendo a la muerte de vivir perseguido por su memoria ¿cómo podrá recordar su mañana? ¿cómo sabrá dónde los orígenes se reúnen para danzar de lo eterno? Entre la niebla de la duda visitó la casa del tiempo tendió un camino con pieles de guanaco mas siguió siendo el paria del incesto Entonces pensó en resucitar a la muerte para poder vivir

21

G ÉN E SI S

D EL G É N ES IS Y G ÉN ES I S D E LA M U E RT E

Prolongó su mano hasta su propio temblor y arribó a la transparente sábana del austro Fue a la eternidad del agua Cuando su hermano Ancmec yacía en la cama de hielo le hurtó el espíritu del sueño para que nunca más despertara Siembra la muerte el que destruye el recuerdo Querrá olvidar el que no puede huir de su pasado Desde entonces la muerte vive del olvido gracias a Cuanyip el ladrón de sueños.

22

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

LA ESPADA DE DAMOCLES

La espada de Damocles concluye su exterminio a la tarde de un sueño El varón de la mañana no sabe dónde su mano empuñó la muerte Es vacía la catedral y la montaña como el bosque sin la amada y vacío su corazón cuando no quiere morir su vida El varón sólo recuerda la copa envenenada de los cuerpos y la horca de la ambición Sabe que la piel no tiene luz si no oye de lo eterno

23

G ÉN E SI S

D EL G É N ES IS Y G ÉN ES I S D E LA M U E RT E

Su alma pregunta y sólo encuentra en el eco su filo de Damocles encendido en la existencia como una presa de odio y de amor.

24

II INVITACIÓN A LA MUERTE 25

26

Quienquiera que matare a Caín lo pagará siete veces. Génesis 4:15.

27

28

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

TENGO LA SANGRE DE LOS SUICIDAS

Tengo la sangre de los suicidas en cada uno de mis actos Yo soy el dios de la vida y de la muerte el siete veces vengado para dolor vuestro Puedo engendrar como el primero de mi estirpe o asesinar a mi hermano cercano Puedo herir la quietud de mi mismísimo dios pues de mí él nació Mi destino es reinar sobre ti carne amarga como la verdadera alma de mi siglo y de mi trono que aquí tenéis: esta mente y este puño Nadie sabe mi enigma hasta que muere y adivina en su rostro mis ojos 29

I N V ITA C I Ó N

A LA M U E RT E

el primero y el último sólo yo soy tu calma Bienamado: no huyas a la ciudad de la muerte no me temas refúgiate en mí aunque no seas libre Mira: He aquí a tu dios al patriarca de todo hijo de Babel Soy la copa bebida siglo tras siglo en los burdeles y en ti zona oscura del hombre que no sabe pensar Soy el dios que os clama ¡dejadme vivir! ¡Dejadme vivir en la lluvia de la muerte oh suicidas retenidos en la vida de ser nadie! Glóbulo a glóbulo 30

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

yo tengo vuestra causa pegada a mi piel Venid a conocer los tibios horizontes del barro Venid a modelar al hombre nuevo que no vuela ni respira de ilusiones Mira en mí la vuestra y nuestra noche no olvidéis que en mi sangre se bebe todos los cementerios En mí veréis vuestro rostro porque yo con la muerte del primero de mis muertos os inventé para regocijo mío ¡Oh inocentes de la vida y de la muerte!

31

I N V ITA C I Ó N

A LA M U E RT E

LA LLUVIA DE LA MUERTE VIENE CON SOMBRERO DE PAJA

La lluvia de la muerte viene con sombrero de paja para arrullar en su pensamiento al sol negro que la conmueve y la hace llorar La lluvia de la muerte trae un rifle de carne y lo apunta hacia sí misma desde la Galaxia Sur La lluvia de la muerte se aferra a su caballo y relincha No teme a los huesos que se disparará ni a los pensamientos y miradas ni a las flores que desprenden mariposas en todos los cementerios y cabezas que su mano acaricia El sol negro se ríe de sus niñeces de seda y graba en sus muñecas velludas 32

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

la mano del destino y la mano que arrulla los puentes y caminos por donde pasan todas las caravanas de estrellas Porque no quiere que sea su tristeza el volcán que incendie su sombrero o su pensamiento o su rifle de carne Lalluvia delamuerte vienecon subastónde amapolas a descentrar la duda del abismo La espero con mi pecho abierto para que moje mi corazón y mi efímera ropa cualquier día deste caluroso invierno de uvas y de almendras de leche y de néctar que esperan ser comidas y bebidos por su mansedumbre incierta 33

I N V ITA C I Ó N

A LA M U E RT E

La lluvia de la muerte está en mis ojos y no los puedo cerrar.

34

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

LA MUERTE TIENE FORMA DE GUSANO

La muerte tiene forma de gusano o de atardeceres que se esfuman de la mano que dejó de amar y de sentir Puede vivir en el velo caudaloso de la vida creer que puede vestirse con el columpio de unos ojos pero renunció su diamante a la frente desde donde mana cielos y cielos... y tras esos cielos otros cielos de más cielos encielados La muerte es muerte cuando es otra forma de la vida Cuando rehúye ante su imagen y busca refugiarse en un trozo de sí misma que no existe es apenas una sombra 35

I N V ITA C I Ó N

A LA M U E RT E

La muerte que es muerte no traiciona a su propia eternidad no se envenena con la falsa efigie de su infancia La muerte que es muerte habita en un costado de la vida abrigada con cielos y más cielos y reposa su cabeza en almohadas de nubes o de resplandor de soles La muerte que es vida no tiene dos cabezas no venera luz y sombra Tiene la forma del guerrero arrepentido y se viste de blanco de montaña y blancas son las alas de sus sueños

36

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

Esa muerte nos ilumina nos enciende el paso y nos entrega a la frontera donde inicia el silencio su cabalgata y nos refresca el beso profundo Esa muerte debemos de arrullar en nuestra alma Esa muerte que no muere porque nunca nace y existe porque no es de oscuridad.

37

38

III DESAPARECIDAS MUERTES PARA LA MUERTE 39

40

Tuve que explicarle a mi hijo de cinco años que así como a los animales y a las flores, a los hombres también a veces los matan los hombres.

Hijo, anda al cementerio, busca la tumba más abandonada y visítala como si fuera la de tu padre.

Estas citas anónimas, están tomadas del Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, La Nación, Santiago de Chile, 6-III-1991: pp. 175 y 176, respectivamente.

41

42

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

DESAPARECIDAS MUERTES PARA LA MUERTE

No quiero forzar a la mano ni al corazón para que entren por el pantano de luz de algunas perdidas almas no quiero entregar la flor engendrada por el amanecer a la turbulenta mirada del abismo no quiero entrar como una gota de espejo al eclipse dorado de los dioses de piedra Dioses que al crepúsculo escondieron la carne de aquellos que tenían alas para otros amaneceres dioses que poco sabían de las cumbres metafísicas y encomendaron sus almas a los toros de plomo Con hierro construyeron catedrales y humeantes locomotoras 43

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

queriendo hacer más digno el hondo presentimiento del no ser Mas no pudieron sembrar jardines ni gorjear las manzanas del cielo ni pintar con mano maestra el cuerpo de los ríos Con pólvora no se puede sujetar a la vida y menos aún a la encaprichada muerte Más bien es posible dividir la tierra y mutilar a los hijos para llenar al tiempo de islas Por ello no quiero forzar al espíritu ni a la piel que se seca de tristeza pero las hojas del otoño cubren todos los caminos y bajo ellas no se halla la luz de los ojos que no pudieron decir adiós ni sentir la mano del hijo cerrando sus párpados 44

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

¿Qué amada podrá sostener en sus manos la cabeza muerta del amante y posando sus labios como en una losa fría iluminar la cortina que desgarró su noche? ¿Qué madre podrá reunir los huesos y ante el corazón de su hijo vestirlo con su ropa de niño? ¿Qué hijo podrá decir: “Padre, la mesa te espera, tu hijo te espera porque te quiere”? ¿Qué Dios podrá escalar por la sangre sin ser devorado y entregar ante aquel que canta en el infierno a las almas que arrancaron vidas de las vidas que 45

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

no eran sus vidas? ¿Qué amada qué madre qué hijo qué Dios? Si nadie sabe de esas bocas cerradas ante el soplo si hubo hombres que inventaron desaparecidas muertes para la muerte.

46

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

EL MÁS DURO DESTIERRO

El más duro destierro es el de la muerte El más duro destierro es aceptar como patria a la aquella que nos recibe y nos asombra siendo la única posible La más oscura manzana la más dura de las Evas De ella nadie regresa a la patria escondida y la vida es un niño destruido un puente que cuelga entre la luna y la desesperanza De nada sirve la tristeza El cuerpo que se corrompe ya no es de amanecer ya no sueña con la rosa o el trigo Allí es inútil deslizar la mirada o el pensamiento 47

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

en busca de alguien allí no hay labios ni manos que acaricien el alma Es inútil creer que ahí la pared del sentimiento cederá y vendrá el amor a reemplazar al odio y a llenar los odres con la vida que se perdió en la última aurora Es inútil creer que en ese sitio el peregrinar termina y el alma descansará De nada sirve la tristeza ni el manto de la nostalgia cuando sólo nos abriga el concierto de gusanos y la tierra se enferma por tanta muerte que murió sin ser la muerte propia del que moría.

48

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

DESPUÉS DEL TERREMOTO A Santiago Nattino, José Manuel Parada y Manuel Guerrero.

Después del terremoto después que la tierra calmó la polvareda y las cenizas el amor negó al amor la noche asesinó a la noche Después del terremoto se estiró a ritmo de kultrún la danza de los cuchillos Dios no estaba en Dios ¿Dormía Dios? ¿No eran acaso hijos de Dios los que asesinaban a otros hijos de Dios? No pudo Caín no hubo trigo que saciara su hambre de muerto El lobo pensó como hombre y como hombre el hombre se hizo lobo 49

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

y aullido que enmudeció a la luna La lluvia demencial del odio degolló tres veces a la oveja y tres veces el cuervo negó el sacrificio dejó para sí la hoja de olivo Después del terremoto envueltos en sábanas de niebla desnudos ante la soledad de la muerte tres gritos partieron la oscuridad del bosque de piedras ¿A qué cielo se fueron esas almas? ¿de qué batalla celestial fueron sus títeres? Si yacen en la tierra invisible perseguirán sus manos la memoria del asesino 50

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

rodarán sus cabelleras como astros y sabremos por la noche que un bosque de sueños los protege Después del terremoto la tierra ya no fue el lecho del pastor.

51

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

LA CIUDAD QUE ESTÁ ABAJO

La ciudad que está abajo de las montañas y de las lomas La ciudad que se negó el agua y cerró hasta de día sus puertas al cielo esa ciudad es la de la muerte Fue fundada por el fuego de los demonios iberos y lloraron los ángeles como trompetas cuando nadie sollozó ni imploró ni creyó en los milagros del Creador de sus esencias La ciudad de la muerte tiene la luz de la nieve por corona reposa sus pies en el mar de la purificación y su cuerpo es los valles que no se cansan de ser verdes 52

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

Pero la habitan quienes no ven ni sienten los milagros de la tierra Caminan como Betsaida se duermen como Sodoma sueñan como Corazín respiran como Tiro y Sidón son como Cafarnaúm esperando el atardecer ¿Quién se refugiará en su asco? Una mano afirmó a las otras que cortaron dos mil cabezas y rodaron los pensamientos como lágrimas y como escarcha de rosa Aquello fue el sacrificio que desde la torre del oro alzó la sangre como una gran fiesta para el Maligno

53

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

Nadie preguntó por las golondrinas cada ciudadano grabó la primavera como un gran toro amarillo y el corazón de la ciudad tejido de todos los latidos se volvió oscuro como el plomo... y de azufre se llenaron las palabras Así se formó y creció la ciudad con nombre de santo Hoy es muerte enemiga del perdón Sus muros son gólgotas de plata oro y cobre Amurallada por el amor que sus habitantes convirtieron en desamor repta bajo su propio cielo de hierro desde donde extiende el río como una gran 54

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

bufanda roja para olvidar y transformar su miseria en olvido La ciudad de la muerte sólo tiene ojos y oídos para la ciudad de la muerte.

55

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

LOS MUERTOS SIN CONJURO

¿Dónde están estos muertos sin conjuro? Les negaron la espina de la rosa No pudieron morir sus propias muertes ... y la tierra que ya vivía de sombras se llenó de fantasmas que se despiden de sí mismos con los ojos vueltos hacia la inmensidad del adentro y ante su propio ciego resplandor ... y sosteniendo piedras quieren detener el reloj para ganar un espacio y tener vida para tanta despedida que no se despidió Pero ¿dónde están? 56

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

¿Quién los esconde y enciende su olvido? ¿Quién osa desafiar sus cenizas? ¿Quién cree ser más poderoso que el Señor de la Muerte?

57

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

SÚPLICA

¡Dios!: como un hijo más te pido: Detén el sol sobre estos muertos y sobre aquellos que murieron con sus muertes fija la luna en sus pupilas así el día amanezca desde su quietud Y cuando el tiempo se haya cansado de estar tan quietecito sobre tu almohada y bajo mis palabras desboca a los ríos y al viento arrastra las últimas líneas del otoño purifica los llantos que hirieron al invierno Te pido que lo detengas para iluminar yo también mi propia muerte.

58

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

LA VIDA ESTÁ HECHA DE MUERTE

Esa vida está hecha de muerte mas habrá día en el cual la vida esté apoyada en la vida como hubo tiempo en el cual la vida que siempre ha nacido de la vida estaba moldeada por la vida de donde se desprende Mas como hoy la vida existe por la muerte hemos de lanzar muerte sobre nuestras cabezas como quien abre el infinito de su alma sobre sí y sueña alcanzar la luz de la verdad.

59

D ES A PA R E C ID A S

M U E RT E S PA R A LA M U E RT E

ESTÁ HECHA DE RECUERDOS LA MUERTE

Está hecha de recuerdos la muerte y de jueces con el rostro del enjuiciado un ojo se vuelve desde el ataúd al cabello del mañana y deposita a un niño sobre el libro del juramento y sobre el corazón de su corazón que busca una forma distinta de amar entre su propio amor El túnel tiene paredes largas y profundas y un techo mineral grabado por el pensamiento Las paredes son las palmas del compareciente amparando su propio rostro de sombra o su propia lucecita entre sus propias preguntas El techo es sus pensamientos destilados gota a gota sobre su ser 60

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

como extendida alfombra de amaneceres y de retornos El hombre está ante la muerte Con la cabeza cubierta teme desnudar su mirada ante el encapuchado juez Teme conocer la faz de aquel que lo sentencia Teme contemplar que ante sí es su mí mismo el que lo juzga.

61

62

IV LA VOZ DEL VERDUGO 63

64

El hombre débil teme a la muerte; el desgraciado la llama; el valentón la provoca y el hombre sensato la espera. Benjamín Franklin, Pensamientos.

Y yo estoy mudo para decirle al verdugo que su cuerpo vil está hecho de mi arcilla. Dylan Thomas, La fuerza que por el verde tallo impulsa la flor.

65

66

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

VOZ DEL VERDUGO

I Déjame pensar con la música y huir del sonido de las palabras vaciar mi corazón como si fuese la sombra de una lápida Soy apenas un ave de ceniza que se pudre en el viento estoy lleno de alimañas que me comen el alma y de cuervos que se llevan los últimos pasadizos del perdón Yo no tengo vida se me fue quedando en las vidas que asesiné y ya ni siquiera me queda la muerte porque en mí no hay un sombrero de cielo ni un paraguas abofeteando la luz ni una cárcel de pájaros... 67

LA

V O Z D E L V ER D U G O

sólo abismos que no se cansan de ser abismos abismos que devoran a las estrellas y de mis manos las líneas del tiempo Soy apenas también una nada que pretende mirar desde el atardecer los tallos cortados de un jardín de cabelleras que florece con la memoria Desde este atardecer la tarde sólo atardece aunque el jardín truncado amanezca y vuelva a aurorar el círculo de flores hasta aquí no llega hasta mí la vida teme llegar hasta aquí no... El olor de la sangre se desprende de mis ojos Ahora que no soy un toro enceguecido por las 68

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

palabras de los edictos marchito caigo de una piedra a otra El silencio se muerde la túnica cuando me huele Estoy clavado por los olores de mis muertos Ellos me buscan por cada hendidura de la madera pero no lloro... Yo no sé llorar.

69

LA

V O Z D E L V ER D U G O

II ¡Maldito Dios que me creaste sin ni siquiera conocerte a ti mismo! Nace tu ser de las tinieblas y desde las tinieblas debo amarte como un perdido rayo de luz Tu amor de muerte es el espejo que engaña a los tímidos viajeros que viven de arena en arena tu amor que se alimenta de sangre y de fuego es la cuerda que aprieta a mis pensamientos Tú eres el que huye cuando elevo mi plegaria tú el que juega con nuestras vidas como el viento o la tierra cuando asuela el tornado y el terremoto Te llamas el dios guerrero 70

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

y alimentas con el filo de tu espada la boca de tus hijos tú miras con ramas y cenizas la fragilidad de nuestros corazones y el destino que aúlla desde el barro y desde la soledad de no saber quiénes somos Si tú creaste la lumbre ¿¡por qué me has llenado de tinieblas!? si tú las lumbreras ¿¡ por qué desaromas el pienso de mis aves!? Maldito Dios que me robas el tiempo.

71

72

V LA VOZ DE LOS ESPERANZADOS 73

74

La muerte, con la potencia de un rayo de sol, toca la carne y despierta el alma. Robert Browning, La huida de la duquesa.

75

76

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

VIVIR CON LA INCERTIDUMBRE

Vivir con la incertidumbre de llegar a uno mismo vivir sin vivir porque no se vive cuando no se sabe si seremos lo que somos Vivir con la incertidumbre ahogarse en el destino y en la duda si estarán en los ríos y el viento o en las hojas que se quiebran resecas por los años Vivir con la incertidumbre sentir cómo el tiempo nos ahoga con su bufanda de niebla.

77

LA

V O Z D E LO S E SP E R A N Z A D O S

DESDE EL OTRO LADO DE LA VIDA

Desde el otro lado de la vida ellos nos dicen: ¿Cómo saldremos de esta noche larga? ¿Cómo abriremos el seno de la vida? ¿Cómo seremos los que siempre fuimos y nunca debimos dejar de ser? Y cómo contestarles: ¡Lázaros! ¡levántense y anden! si no sabemos dónde están estos lázaros si el pensamiento emigra como una serpiente reptando latidos que ya no laten oliendo sombras que fueron consumidas por el sol Queremos despedir sus huesos con esta deshuesada inquietud que atrapa nuestra carne 78

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

¡María! ¡Hortensia!: falta en este lugar el último beso de amor y la última sonrisa ¡Juan! ¡Pedro!: hace falta construir la mesa y las sillas y el último diálogo Queremos caminar por lagos y mares la morada que contiene vuestras miradas Por eso les decimos: atrapen el silencio conviértanlo en viento que sepamos leer Queremos abrazar con nuestras soledades el temblor de vuestras muertes.

79

LA

V O Z D E LO S E SP E R A N Z A D O S

LA CASA DE LUZ

La tumba es una casa de luz para el muerto para el desaparecido: lejana utopía Sin cortejo los deudos no hallan su propia luz no pueden desplazar la lágrima desde su tiempo Caín piensa y pasea por los bordes de la muerte la sangre de Abel clama justicia por todos los vientos... y la justicia es expulsar al asesino del segundo paraíso hasta el tercer infierno La vida condena a la muerte con la vida para que inicie su evolución desde una sombra más primitiva que la nuestra 80

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

Ya vendrá la nueva aurora cuando recordemos el estado de la luz y la consciencia de lo inconsciente nos desengrille del sabor de la muerte Ya no serán necesarias las casas de la luz ni nuestros queridos ni nuestros desaparecidos sólo la vida sólo los niños jugando con la nuestra seriedad para mostrarnos el camino.

81

LA

V O Z D E LO S E SP E R A N Z A D O S

LA CUNA DE LA MEMORIA

Algún día los encontraremos en la cuna de la memoria junto al sueño estarán blancos como la mirada emocionada de la nieve quietos bajo la nube y dentro de la toga del universo que los cobija Mas hoy la tierra de los desesperados los necesita para guardar la duda entre los almendros y entre la tierra del sur que busca su norte en el cielo Algún día quizá dejaremos de preguntarnos dónde sus uñas arican el surco que traga sangre para la tierra y entraremos a las viñas como ríos en nuestras miradas 82

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

Será cuando las voces arrepentidas habrán descubierto que no quieren islas para sus miedos y leven las anclas de la fortaleza movidas por el velamen de la verdad Algún día nos encontraremos para reconstruir la tierra que yace sembrada de cenizas En ese entonces será vergel el canto de los niños y el sueño ya habrá despertado de aquel turbio amanecer.

83

LA

V O Z D E LO S E SP E R A N Z A D O S

LA CERTEZA DE LA MUERTE

Con la tranquilidad que emana cuando se tiene la certeza de la muerte desgrano los pensamientos de una copa en el universo de una flor El viento que atraviesa a las piedras no es el aliento de los ríos ni el de las praderas ni el de las bestias cuando alumbran la primavera El viento que atraviesa a las piedras es el soplo del trance al más allá donde las almas noctambulan por la reflexión y el reflejo ceniciento de los cañaverales es el labio seco de la muerte La muerte como la vida 84

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

no es el torbellino de fuego que anuncian en las madrigueras los profetas del odio los iluminados de lo oscuro La muerte como la vida es una flor abierta al milagro de la luz es un respirar de ríos transparentes y de valles interiores sobre lomas que son las virtudes invisibles del que sueña.

85

LA

V O Z D E LO S E SP E R A N Z A D O S

DEJAD QUE TODO FLUYA

Más allá del tiempo que enreda vuestra luna más allá de la columna que se arrebata como una serpiente y reparte su oro como un agua o un espejo dejad que todo sueñe Dejad que todo fluya como una espada de luz entre el bosque Triste es la flecha que no sabe de sí misma nada sabe de la aurora ni del centro de su destino Dejad que todo viaje hacia una edad de trompos y de burdeles mientras la soledad se apodera de la tierra y del papel de los cines Dejad que todo sueñe 86

J O S É -C H R I S TI A N P ÁE Z

esta es la edad de una primavera que nada sabe de peces o de diamantes esta es la edad de los cirios que navegan por el mar de bronce del porvenir como una sombra de cristal doblada Dejad que todo viaje hacia su sueño.

87

88

ÍNDICE

89

90

EL POR QUÉ DE ESTOS VERSOS • 7 I GÉNESIS DEL GÉNESIS Y DE LA MUERTE • 11 El hombre que busca siempre regresa • 15 La esperanza del alfarero vive entre sus manos • 17 El incesto llena la noche de tinieblas • 20 La espada de Damocles • 23

II INVITACIÓN A LA MUERTE • 25 Tengo la sangre de los suicidas • 29 La lluvia de la muerte viene con sombrero de paja • 32 La muerte tiene forma de gusano • 35

III DESAPARECIDAS MUERTES PARA LA MUERTE • 39 Desaparecidas muertes para la muerte • 43 El más duro destierro • 47 Después del terremoto • 49 La ciudad que está abajo • 52 Los muertos sin conjuro • 56 Súplica • 58 91

La vida está hecha de muerte • 59 Está hecha de recuerdos la muerte • 60

IV LA VOZ DEL VERDUGO • 63 Voz del verdugo I • 67 Voz del verdugo II • 70

V LA VOZ DE LOS ESPERANZADOS • 73 Vivir con la incertidumbre • 77 Desde el otro lado de la vida • 78 La casa de luz • 80 La cuna de la memoria • 82 La certeza de la muerte • 84 Dejad que todo fluya • 86

92

93

94

COLOFÓN Esta tirada aparte de la primera edición de DESAPARECIDAS MUERTES PARA LA MUERTE, consta de 40 ejemplares, numerados con arábigos del 1 al 40, y uno con la denominación 1-40, el cual quedará en poder del autor. Los ejemplares han sido numerados, firmados, cosidos y encuadernados por el propio autor. Para el interior, se uso PAPEL DE 90 GRS.; para la tapa, RECICLADO VAINILLA DE 200 GRS. Se terminó de imprimir en la impresora láser de E D I C IO N E S el 19 de agosto de 2001, en la ciudad de Santiago de Chile.

EJEMPLAR Nº

95

DEL

1

G A L LO ,

96

Related Documents

La Muerte
November 2019 45
La Muerte
May 2020 23
La Muerte!
December 2019 39
La Muerte
October 2019 40

More Documents from ""