DEL LLANO VS NESTLE KAREN DAYANA AVILA DUEÑES
DEL LLANO S.A.S La explotación petrolera en Colombia trae cuantiosos beneficios económicos para el
país, pero también tiene un fuerte impacto en el medio ambiente, no sólo por la actividad de las empresas sino también por las acciones delictivas de grupos armados ilegales que atentan contra esta industria y causan desastres. En Colombia, según la Agencia Nacional de Hidrocarburos, se obtuvieron
$51.303.077.160 en regalías por explotación petrolera, sólo en el año 2011. En ese mismo año, se intervinieron 25.570.130 hectáreas para exploración y 2.090.941 en producción. Esta actividad económica genera empleo; fortalece el fisco nacional, departamental y municipal y genera divisas al país.
Sin embargo, la explotación petrolera tiene un alto impacto ambiental en sus diferentes etapas
(exploración sísmica, perforación exploratoria, producción, transporte y refinación). Los explosivos usados durante la exploración sísmica, por ejemplo, envían los recursos hídricos a mayor profundidad o desvían su cauce, generando la desaparición de nacederos. Además, durante estas etapas se generan desechos, se presenta contaminación por gases y sobre los suelos, deforestación y se construyen trochas de penetración a lugares de reserva natural o de importancia para la conservación ecosistémica. Uno de los recursos naturales más afectados por la explotación petrolera es el agua. Según el
ingeniero de petróleos Óscar Vanegas, profesor de la Universidad Industrial de Santander, “el 98% de lo que produce un pozo en Caño Limón es agua y sólo el 2% es petróleo. Allí se producen a diario 3.200.000 barriles de agua dulce. Eso mismo pasa Apiay, cerca de Villavicencio; en Castilla; en Rubiales; etc. Desde que comenzó a producirse petróleo en esa zona, el caudal del río Guaviare ha bajado 30% y se estima que si la producción llega a los 500.000 barriles diarios de petróleo se puede secar el Río”.
A pesar de esto, otros expertos señalan que el agua encontrada durante la
exploración petrolera no es apta para el uso humano por su alta carga mineral y otros factores. No obstante, los efectos ambientales van más allá de la actividad de explotación en sí
misma. El conflicto colombiano hace que la actividad petrolera sea un blanco de los grupos armados, que atentan contra los oleoductos e interceptan el petróleo durante su transporte y ocasionan a su derrame. Así lo evidencia el último derrame obligado por las Farc en Valle del Guamez,
Putumayo, donde 5.100 barriles de petróleo fueron derramados y fue muy complicado implementar el plan de contingencia activado por razones de orden público.
Según Luz Helena Sarmiento, ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, el
impacto ambiental por este último hecho “en temas de biodiversidad y agua va a tener una afectación directa sobre los ecosistemas y la seguridad alimentaria de los habitantes de la zona”. De acuerdo con la Ministra, estos hechos vulneran no sólo el área, sino un ecosistema que presta servicios a la región, al país y al mundo, por ser una zona de gran riqueza biológica e hídrica. Además, este ataque de la guerrilla no es un hecho aislado. En enero de 2014, el frente 48
de las Farc ocasionó otro derrame en Puerto Asís, Putumayo. También a principio de este año, en el mismo departamento, fueron derramados 4.500 barriles en Puerto Vega y en abril, hubo una apertura intencional de válvulas de los pozos de Paz de Ariporo, que ocasionó la contaminación del Río Tocaría en Casanare. Esto sin contar los accidentes ocurridos en los oleoductos
Frente a este panorama, es necesario aclarar que no se trata de satanizar la
explotación petrolera en Colombia, que tantos beneficios tiene para el país. Es necesario mejorar las condiciones tecnológicas, protocolarias y de seguridad para mejorar sus procesos industriales y disminuir su impacto ecológico.
IMPACTO EN EL MOMENTO
Lo preocupante, dicen, es que con el auge de las exploraciones petroleras se pretenden implantar siete nuevos bloques, que están en proceso de aprobación y a esos se suman al bloque Pompeya, en Apiay; el bloque CP0-9 (en 5 municipios), el bloque Cubarral y está en proceso Llanos 36, Llanos 37 y el Llanos 59.
“Si se aprueban y se implementan esos bloques petroleros el panorama se torna bien difícil, y con una grave amenaza que oscurece cualquier propósito de preservar el medio ambiente”. Igual piensa el secretario del Medio Ambiente de Villavicencio, quien dice que “con un solo bloque petrolero está contaminada la parte baja de los ríos Guayuriba, Guatiquía y de los caños Morroco y Quenane, simplemente porque la intervención ha sido despiadada”.
LO QUE SE HA HECHO
Aunque el horizonte se vea un tanto oscuro en materia ambiental, en los dos últimos
años en Villavicencio la Alcaldía ha hecho tareas de protección al medioambiente como el de la recolección de 1.915 toneladas de residuos sólidos y 9.200 llantas usadas.
Igualmente se han plantado 60.000 árboles nativos en los ríos Ocoa y Guatiquía, en
los caños Negro, Maizaro, Buque, Tigre y en el sector de Caños Negros y en los humedales La Madrid y Coroncoro.
Son esfuerzos que de una u otra manera sirven como un ‘pañito de agua tibia’ para
aliviar y tratar de cerrar un poco ese enorme boquete que a diario los habitantes le abrimos a la ciudad contaminándola y deforestándola sin pensar en lo que se viene para el futuro.
PERSIGUEN A INVASORES Y DEPREDADORES La Unidad de Delitos Ambientales de la Fiscalía, aunque no hace mucho fue creada, ya está trabajando en temas
que tienen que ver con invasiones en cerca de 130 fincas y predios a las afueras de Villavicencio donde la Policía judicial ha tenido que actuar para preservar la propiedad privada y evitar los daños ambientales.
Según datos entregados por la Fiscalía, a principios de este año encontraron que fueron arrasadas 53 hectáreas y que los invasores taponaron caños tributarios del río Ocoa. Por ese hecho hubo cinco personas capturadas que están ahora libres, pero que todavía siguen vinculadas al proceso. Fuentes de la Fiscalía señalaron que a finales de este mes el ente acusador presentará un escrito de acusación contra estas personas las cuales, si resultan culpables, podrían recibir una pena de entre 48 y 108 meses de prisión por el delito de daño en los recursos naturales. Si tenemos bien en cuenta la afectación ambiental va desde la calidad de vida hasta la fauna, flora y recursos
hídricos del ambiente, como se pudo ver durante los años anteriores la muerte de animales fue muy numerosa, junto con la contaminación de los ríos, el calentamiento global.
NESTLE Bugalagrande (Colombia), 20 sep (EFE).- La compañía multinacional Nestlé invirtió
3,5 millones de dólares en proyectos de cuidado ambiental en Colombia en los últimos cuatro años como parte de su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, informó hoy la empresa. Para 2020, la meta en reducción de consumo de agua de la compañía en Colombia
era del 35 % y a junio de 2017 se ha alcanzado una reducción del 62 %; en consumo de energía la meta era del 20 % y llegó al 55 %, indicó Nestlé en un comunicado. Además, esperaban reducir la gestión de gases de efecto invernadero en un 35 % y en
junio de 2017 fue del 33 %, mientras que la generación de residuos pasó de 475 toneladas en 2010 a 30.
Para llegar a esos niveles, la compañía invirtió esos 3,5 millones de dólares en varios
proyectos de eficiencia y mejora de procesos dentro de un plan denominado "Planeta" que busca preservar los recursos para generaciones futuras. Por medio de una mejor gestión ambiental en las operaciones, el compromiso de los
empleados y una fuerte inversión económica, se alcanzaron prácticamente las metas que se había planteado Nestlé para sus fábricas en Colombia con vistas a 2020.
En este sentido, el presidente de Nestlé Colombia, Javier Teixidó, indicó que "hay un
compromiso muy fuerte de reducción", un tema en el que aseguró estar "muy por delante del objetivo". Estos objetivos se han alcanzado con técnicas como la utilización de residuos como
combustible para alimentar la maquinaria de las plantas, la implementación de motores de eficiencia y la utilización de paneles solares para la iluminación de las instalaciones.
La fábrica de Nestlé en el municipio de Bugalagrande, departamento de Valle del
Cauca (suroeste), fue fundada en 1944 y es la única multiproducto en Colombia, además de ser la primera de la compañía en el país. "Es una apuesta a largo plazo y si hoy sembramos podemos cosechar mucho para las
próximas generaciones", dijo a Efe el director de la planta de Bugalagrande, Andrés Atehortúa. Nestlé, que cuenta con otras cuatro fábricas en Colombia, espera que próximamente
sus fábricas no produzcan residuos y buscará ser un ejemplo para las empresas del país en materia de cuidado ambiental. EFE