Dejar las cosas peor, o igual, en el mejor de los casos. Su misión incumplida era integrar Grecia.
Más que servir al puesto o servirse de él, se sirvió a sí mismo, a sus anchas, con un curioso liderazgo narcisista-inmaduro, con problemas de identidad no resueltos.
Respecto a su misión a cumplir, cumplió con su devoción lúdica caprichosa-militar antes que con su obligación política de estadista. Alejandro vivió una intensa vida hacia delante sin llegar a conocerla hacia atrás. Su liderazgo fue más el de un heroico general y aventurero que el de un estadista. Como tantos otros divos y estrellas fulgurantes ungidas por los dioses, poseía un prodigioso.