Debate Socialista N7

  • May 2020
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Editorial:

NO ASESINEN LA FLOR Las manos vacías de los niños alertaron al pueblo. Horas atrás habían salido a buscar flores para adornar la iglesia, y regresaron con la sorprendente noticia: "las flores desaparecieron". El cura convocó a las beatas y rezaron hasta el anochecer. El chamán tomó aquello como un mal augurio y se fue al río a buscar señales en las orillas. El farmacéutico vendió toda la existencia de valeriana y flores de tilo, en la policía cantaron el himno dos veces. El Pueblo todo se conmocionó. Los días siguientes fueron de alarma. El sol comenzó a calentar mucho, primero las hierbas se secaron, luego desaparecieron los pájaros y los insectos, el suelo se agrietó, se desataron incendios, el agua escaseó, anochecía más temprano y amanecía más tarde, la penumbra tenía el silencio de los campos santos. Al cuarto día y la tercera noche decidieron mandar una comisión a la capital con la novedad. Tres voluntarios salieron en los dos caballos que aún vivían y tenían fuerzas. Cinco jornadas les tomó llegar a la capital, en el peaje dejaron los caballos, la ciudad ahíta de carros no los aceptaba. Fueron a la gobernación, bello edificio rodeado de plazas con hermosos jardines llenos de tulipanes, gardenias y rosas de todos colores. Todo fulgurante. Hablaron con el portero, y éste, oriundo de aquel Pueblo de montaña en emergencia, les consiguió audiencia con el gobernador. Señor gobernador, dijeron: "en el Pueblo ha ocurrido una desgracia, se acabaron las flores y el sol empezó a calentar de más, después desaparecieron las abejas…" y así deshilaron toda la historia sorprendente en la oficina del gobernador. Que en honor de la verdad no se angustió, pensó, este es un susto de campesinos ignorantes y supersticiosos. Y siguió planificando la inauguración de un estacionamiento. La comisión, cumplido el encargo del Pueblo se dispuso a regresar. Cinco jornadas les tomó el retorno, y cuando llegaron a la meseta que albergaba al Pueblo de Camajuaní, que ese era el nombre de aquella aldea alarmada… No encontraron nada, todo había desaparecido, se había convertido aquella frondosa montaña en un desierto de arenas abrasadas. Volvieron aterrorizados a la capital, llegaron en dos jornadas, los caballos fallecieron en el esfuerzo. Al llegar a la gobernación se aterrorizaron, los jardines que la rodeaban no tenían flores, estaban agotados. El portero les explicó que así habían amanecido, sólo quedaba una rosa roja resplandeciente en uno de los jardines interiores. Despavoridos entraron a la oficina del gobernador dando gritos de ¡no asesinen la flor!, ¡no asesinen la flor! El gobernador, iracundo los hizo salir. Ni la vista levantó del escritorio donde planificaban nuevas avenidas. Atribuyó la alarma de los campesinos a la consabida ignorancia de los aldeanos. Y siguió absorto en los planos. Este número de Debate Socialista, trata de cómo impedir que asesinen la flor

EDITOR Eduardo Hernández R. CONSEJO DE DIRECCIÓN German Zambrano Franklin Villegas Editado por Editorial Capicúa C.A.

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COLABORADORES Antonio Aponte Néstor Kohan Frank Llegas Alejandro Mena Colectivo AMAUTA (Argentina) Neptalí Reyes

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DIAGRAMACIÓN David Luhan ILUSTRACIONES Rúkleman Soto

POR UNA CAUSA JUSTA Antonio Guerrero

Supón que no has tenido la manera de confesarle a la gente quién eres; a la gente que extrañas y más quieres, a los que dignifican tu bandera. Supón que no has intentado siquiera dedicarte a algo más que a tus deberes; que has privado a tu vida de placeres que ser útil es toda tu quimera. Desde ese sitio y con esa asunción, imagínate andando por la tierra entregado a la paz y la justicia: Verás que no hay mayor satisfacción que el tratar de evitar alguna guerra aunque te falte a diario una caricia.

- Rafael Correa Recuerdo cuando nos visitó, meses antes de la campaña electoral donde pensaba presentarse como candidato a la Presidencia de Ecuador. Había sido Ministro de Economía del gobierno de Alfredo Palacio, médico cirujano con prestigio profesional, que también nos había visitado en su condición de Vicepresidente, antes de acceder a la presidencia, por situaciones imprevistas que se dieron en Ecuador. Este había sido receptivo a un programa de operaciones oftalmológicas que le ofrecimos como forma de cooperación. Existían buenas relaciones entre ambos gobiernos. Correa, no hacía mucho, había renunciado al Ministerio de Economía. Estaba inconforme con lo que calificó de corrupción administrativa promovida por Oxy, empresa extranjera que exploró e invirtió importantes sumas, pero que se quedaba con cuatro de cada cinco barriles de petróleo extraído. No habló de nacionalizar, sino de cobrarle elevados impuestos que asignaba de antemano a inversiones sociales pormenorizadas. Ya había aprobado las medidas y un juez las declaró válidas. Como no mencionaba la palabra nacionalizar, pensé que experimentaba temor al concepto. No me extrañaba, porque era economista graduado con grandes reconocimientos por una conocida universidad de Estados Unidos. No me ocupé mucho en profundizar, lo acosaba con preguntas del arsenal acumulado en la lucha contra la deuda externa de América Latina en 1985 y de la propia experiencia cubana. Existen inversiones de riesgo sumamente altas y de sofisticada tecnología, que ningún país pequeño como Cuba y Ecuador podría asumir. Como estábamos ya en el año 2006 decididos a impulsar la revolución energética, que fuimos el primer país del planeta en proclamar como cuestión vital para la humanidad, le había abordado el tema con especial énfasis. Me detuve, había comprendido una de sus razones. Le conté la conversación que hacía poco había sostenido con el presidente de la empresa española REPSOL. La misma, asociada a otras empresas internacionales, acometería una operación costosa para perforar en el fondo del mar, a más de 2 000 metros de profundidad, con empleo de sofisticadas tecnologías, dentro de las aguas jurisdiccionales de Cuba. Dije al jefe de la empresa española: ¿Cuánto vale un pozo exploratorio? Le hago la pregunta porque queremos participar aunque sea en el uno por ciento del costo, deseamos saber lo que ustedes quieren hacer con nuestro petróleo. Correa, por su parte, me había contado que de cada cien dólares que extraían las compañías, solamente veinte iban para el país; ni siquiera entraban en el presupuesto, expresó, se dejaban en un fondo aparte para cualquier cosa menos para mejorar las condiciones de vida del pueblo. Yo derogué el fondo, me dijo, y asigné 40 por ciento para educación y salud, desarrollo tecnológico y vial, el resto para recomprar la deuda

“...A sangre fría nadie absolutamente tiene derecho a matar. Si aceptamos ese método imperial de guerra y barbarie, bombas yanquis dirigidas por satélites pueden caer sobre cualquier grupo de hombres y mujeres latinoamericanos, en el territorio de cualquier país, haya o no guerra. El hecho de que se produjera en tierra probadamente ecuatoriana es un agravante...” si el precio de la misma nos favorecía, o de lo contrario invertirlo en otra cosa más útil. Antes teníamos que comprar cada año una parte de esa deuda que se encarecía. En el caso del Ecuador -me añadió- la política petrolera rayaba en traición a la patria. ¿Por qué lo hacen?, le pregunto. ¿Por miedo a los yanquis o presión insoportable? Me responde: Si tienen un Ministro de Economía que les dice que privatizando mejora la eficiencia, usted puede imaginarse. Yo no hice eso. Lo estimulo a seguir y me explica con calma. La compañía extranjera Oxy es una empresa que ha roto su contrato y de acuerdo con la ley ecuatoriana se requiere la caducidad. Significa que el campo operado por esa empresa tiene que pasar al Estado, pero por presiones de los yanquis el gobierno no se atreve a ocuparlo, se crea una situación no contemplada por la legislación. La ley dice caducidad y nada más. El juez de primera instancia, que era presidente de PETROECUADOR, lo hizo así. Yo era miembro de PETROECUADOR y nos llamaron de urgencia a una reunión para expulsarlo del cargo. Yo no asistí y no pudieron despedirlo. El juez declaró la caducidad. ¿Qué querían los yanquis?, pregunto. Querían una multa, explica él rápido. Escuchándolo comprendí que lo había subestimado. Yo estaba apurado por multitud de compromisos. Lo invité a presenciar el encuentro con un numeroso grupo de profesionales cubanos altamente calificados que partirían para Bolivia, a fin de integrarse a la Brigada Médica; esta cuenta con personal para más de 30 hospitales, entre otras actividades 19 posiciones quirúrgicas que pueden realizar más de 130 mil operaciones oftalmológicas por año; todo bajo forma de cooperación gratuita. Ecuador dispone de tres centros similares con seis posiciones oftalmológicas. La cena con el economista ecuatoriano fue ya entrada la madrugada del 9 de febrero de 2006. Apenas hubo puntos de vista que yo no abordara. Le hablé hasta del mercurio tan dañino que las

industrias modernas esparcen por los mares del planeta. El consumismo fue por supuesto un tema enfatizado por mí; el alto costo del kiloWatt/hora en las termoeléctricas; las diferencias entre las formas de distribución socialista y comunista, el papel del dinero, el millón de millones que se gasta en publicidad sufragado forzosamente por los pueblos en los precios de las mercancías, y los estudios realizados por brigadas sociales universitarias que descubrieron, entre los 500 mil núcleos de la capital, el número de personas ancianas que vivían solas. Expliqué la etapa de universalización de los estudios universitarios en que estábamos envueltos. Quedamos muy amigos, aunque tal vez se llevara la imagen de que yo era autosuficiente. Si eso ocurrió, fue realmente involuntario por mi parte. Desde entonces observé cada uno de sus pasos: proceso electoral, enfoque de los problemas concretos de los ecuatorianos, y victoria popular sobre la oligarquía. En la historia de ambos pueblos hay muchas cosas que nos unen. Sucre fue siempre una figura extraordinariamente admirada junto a la de El Libertador Bolívar, quien para Martí, lo que no hizo en América está por hacer todavía, y como exclamó Neruda, despierta cada cien años. El imperialismo acaba de cometer un monstruoso crimen en Ecuador. Bombas mortíferas fueron lanzadas en la madrugada contra un grupo de hombres y mujeres que, casi sin excepción, dormían. Eso se deduce de todos los partes oficiales emitidos desde el primer instante. Las acusaciones concretas contra ese grupo de seres humanos no justifican la acción. Fueron bombas yanquis, guiadas por satélites yanquis. A sangre fría nadie absolutamente tiene derecho a matar. Si aceptamos ese método imperial de guerra y barbarie, bombas yanquis dirigidas por satélites pueden caer sobre cualquier grupo de hombres y mujeres latinoamericanos, en el territorio de cualquier país, haya o no guerra. El hecho de que se produjera en tierra probadamente ecuatoriana es un agravante. No somos enemigos de Colombia. Las anteriores reflexiones e intercambios demuestran cuánto nos hemos esforzado, tanto el actual Presidente del Consejo de Estado de Cuba como yo, de atenernos a una política declarada de principios y de paz, proclamada desde hace años en nuestras relaciones con los demás Estados de América Latina. Hoy que todo está en riesgo, no nos convierte en beligerantes. Somos decididos partidarios de la unidad entre los pueblos de lo que Martí llamó Nuestra América. Guardar silencio nos haría cómplices. Hoy a nuestro amigo, el economista y presidente del Ecuador Rafael Correa, quieren sentarlo en el banquillo de los acusados, algo que no podíamos siquiera concebir aquella madrugada del 9 de febrero de 2006. Parecía entonces que mi imaginación era capaz de abarcar sueños y riesgos de todo tipo, menos algo parecido a lo que ocurrió la madrugada del sábado 1º de marzo de 2008. Correa tiene en sus manos los pocos sobrevivientes y el resto de los cadáveres. Los dos que faltan demuestran que el territorio de Ecuador fue ocupado por tropas que cruzaron la frontera. Puede exclamar ahora como Emilio Zola: ¡Yo acuso!

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Neftalí Reyes Lo que ayer parecía fruto de la fantasía de escritores y guionistas de películas, lo que estaba limitado a la denuncia de algunos cabezas calientes extremistas, hoy es una posibilidad que se concreta ante nuestros ojos, aceptada por todas las mentes sensatas del planeta: "La Humanidad Corre Peligro" Lo denuncia Fidel, una de las mentes más claras de la humanidad, y también lo denuncia Al Gore, que conoce las entrañas del monstruo porque de allí pertenece. El grupo de los ocho, que agrupa a los países más industrializados del mundo, muestra su preocupación por la situación, y también lo hace la UNESCO. Prácticamente es unánime la sentencia: la humanidad corre peligro y con ella toda la vida planetaria. Ya no se trata de una predicción, de una posibilidad para el futuro, estamos viviendo el deterioro alarmante de las condiciones que hacen posible la vida en el planeta. Los ríos se secan, los glaciares se diluyen, inundaciones azotan en sitios inverosímiles, los Polos se derriten, los bosques desaparecen en desiertos, el clima está loco, los huracanes son cada vez más fuertes, se extinguen flora y fauna, la temperatura sube a niveles incompatibles con la vida de muchas especies. Todos están de acuerdo en que el Mundo Corre Peligro. Todos aceptan que el planeta no soporta el impacto ecológico de la civilización depredadora. Donde comienzan las divergencias es en las causas de ese peligro y la manera de superarlo. No intentan resolver el apremio, salvar a la humanidad, por el contrario, intentan salvar al capitalismo, buscan las maneras de seguir con su carrera demencial de robo, consumo y producción insano. Esconden la realidad, la deforman, en definitiva, nos llevan al suicidio. Reconocen la alarma pero escamotean la causa, se limitan a tratados y propósitos de enmienda que nadie cumple. La causa fundamental del peligro que corre

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la humanidad, digámoslo de una vez, es EL CAPITALISMO. Para salvar a la humanidad es necesario estudiar al capitalismo, y conseguir la manera de superarlo. Veamos. EL CAPITALISMO ES EL CAMINO A LA BARBARIE El capitalismo es la culminación de la evolución de sistemas de organización de la sociedad humana basados en la posibilidad de la apropiación de unos hombres por otros hombres. Al principio fue la apropiación de la vida entera. Unos hombres eran literal y absolutamente dueños de otros hombres, era la esclavitud. El dueño debía velar por el esclavo, como quien cuida a un animal de su propiedad, alimentarlo, cobijarlo, vestirlo, y el esclavo y su trabajo pertenecían enteramente a su dueño. Otra forma de organización social, pero con la misma esencia, es aquella donde unos hombres se apropian, no ya del hombre sino del producto del trabajo de esos hombres, le arrebatan sus cosechas, le dejan una parte suficiente para una vida miserable. De esta forma se desentienden de las responsabilidades que tendrían si fuesen dueños del trabajador, pero tienen los beneficios, el fruto del trabajo. Otra manera de organización social, es el capitalismo, donde unos hombres se apropian del tiempo vital de otros hombres, este sistema es en esencia igual a los dos anteriores, es una forma de esclavitud, pero da una sensación de libertad. A los hombres se les hace trabajar lo necesario para mantenerse y además deben trabajar un plus, sobre tiempo necesario para mantener la opulencia de los apropiadores y la reproducción de su riqueza. Se crea una sensación de libertad que cubre la feroz

situación de esclavitud que obliga a los hombres a trabajar para el apropiador, es la perfección máxima del sistema de vasallaje. Las cadenas dejaron de ser metal, para convertirse en creencias, miedos, cultura. Es la culminación de un proceso evolutivo de la civilización humana, basado en la propiedad privada, que ha llevado a la especie a una encrucijada de definiciones vitales. Veamos como el capitalismo nos ha llevado a los linderos del infierno: En una sociedad donde la forma de propiedad hegemónica de los medios de producción sea la propiedad nosocial, necesariamente existirá la posibilidad de que unos hombres compren el trabajo de otros hombres, o dicho más directo, los hombres se transforman en mercancías. Eso la caracteriza. Si hasta los hombres se pueden comprar y vender, entonces todo en esa sociedad será factible de compra y venta. La transacción entre mercancías, es la esencia de la economía de esa sociedad. En esta situación se erige un mercado donde las transacciones entre mercancías se efectúan. En el mercado se produce una lucha feroz, una competencia entre mercancías, todas pugnan por conseguir cambiarse por dinero, que es la mercancía universal. Esta competencia es consustancial al mercado, el hombre ya no se relaciona con otros hombres sino a través de las mercancías. El hombre entra en esta feroz competencia como la mercancía que él mismo es, y como poseedor de mercancías. Ahora bien, para que esta cruel competencia sea posible, es necesario que exista una cultura que la justifique, la reproduzca, la perpetúe. Es la cultura capitalista. Tiene que existir una ética, una moral que calce con esa situación de guerra de todos contra todos, de fragmentación de la sociedad.

Así se instaura el imperio del egoísmo, ese es el principal soporte del capitalismo, donde lo que importa no es el humano, sino salir individualmente bien librado en la lucha del mercado. La cultura sirve a la causa del egoísmo, sirve para reproducir, perpetuar, hacer del egoísmo un valor fundamental del hombre. Todo lo que dé lucro es ético, lo demás no importa, las consecuencias no cuentan, sólo el aumento del capital. Guiados por esa ética se produce sólo lo que dé lucro a los dueños de los medios de producción, y de la manera que dé más lucro, no importa si para eso se contamina al planeta, se extinguen especies, se desertiza la tierra, se contaminan los océanos, se cambia el clima. Se hacen guerras, para poder quemar más petróleo. Todo vale si es para ganar más dinero, producir más mercancías, vender. Se desarrolla así una espiritualidad propia del capitalismo, que ha trastocado la armonía que es la vida, en una desarmonía inviable, que lleva a la humanidad al infierno. El humano del capitalismo se relaciona entre sí de manera depredadora, y de esa misma forma se relaciona con la naturaleza, la depreda. La humanidad fragmentada por el mercado, por el capitalismo, es demente, suicida, se condena, desbasta al planeta, y no es conciente de su autodestrucción. El capitalismo es el camino a la barbarie, es el causante de la situación de peligro que hoy padece el planeta. No es posible salvar a la humanidad sin superar el capitalismo. ¿CÓMO SUPERAR AL CAPITALISMO? La Revolución Socialista, es la única forma de sanación, la única Esperanza que tiene la humanidad de romper el maleficio del egoísmo, y truncar así el camino al infierno. Sólo el Socialismo puede restaurar el carácter social de la sociedad. Sólo la Revolución Socialista puede

desandar el camino al infierno. El desandar comienza por impregnar a la sociedad de la Conciencia del Deber Social, y eso se consigue construyendo la economía capaz de generarla, la economía de Propiedad Social. Sin la Propiedad Social, no se puede acabar con el despojo del trabajo, con el hombre que para subsistir necesita transformarse en mercancía, con el mercado, con la competencia que necesariamente de allí surge. No se puede acabar con la conciencia egoísta que genera, en resumen, no se puede acabar con la peste capitalismo. Son muchos los intentos de construir Socialismo sin la hegemonía de la Propiedad Social de los medios de producción, en el fondo de estos experimentos yace el error de desligar economía y conciencia, y de desconocer que el Socialismo es ante todo un asunto de conciencia. Por eso debemos ponderar las formas de propiedad a la luz de la conciencia que sustenten. Si así analizamos las formas de propiedad distintas a la Propiedad Social, veremos claramente que son formas generadoras de egoísmos colectivos o individuales, formas de conciencia capitalistas. Aclaramos, en una sociedad en tránsito hacia el Socialismo y en el Socialismo mismo pueden existir diversas formas de propiedad. Lo que se discute, lo importante es la forma hegemónica, es decir la forma que dirige a la sociedad. Si la forma hegemónica es la propiedad nosocial necesariamente se entrelazará con la conciencia egoísta y necesariamente reproducirá capitalismo. Ahora, si la forma hegemónica es la Propiedad Social, ésta se entrelazará con la Conciencia del Deber Social propia del Socialismo. En Venezuela, país rentista sui generis, hay quien piensa que es suficiente para avanzar hacia el Socialismo, con la Propiedad Social de la petrolera, que genera 90% de la riqueza,

y que no habría problema de invertir esa renta en crear y sustentar un sector capitalista alrededor de esa industria. Se equivocan los que esto proponen. En Venezuela donde se capta la riqueza, la renta, no se genera la conciencia. La formación de conciencia depende del entorno de la petrolera, es decir, la conciencia dependerá de la forma como invirtamos la renta, si la invertimos filantrópicamente, tendremos un país clientelar. Si la invertimos creando capitalismo, tendremos un país capitalista periférico con todas las taras del capitalismo multiplicadas. Si la invertimos creando Propiedad Social de los medios de producción tendremos las bases materiales para el Socialismo. EL COMPROMISO BOLIVARIANO Con la Revolución Bolivariana, se abrió el camino a la esperanza, salimos del desierto de años de escepticismo en que el derrumbamiento soviético sumió al mundo. El Socialismo se vigorizó con la Revolución. El compromiso Bolivariano va mucho más allá de lo nacional, es un compromiso con la humanidad, este intento Socialista debe demostrar, señalar al mundo que otra vía diferente a la capitalista es viable. Si nosotros conseguimos concretar el sueño, la Esperanza de los pueblos del mundo tendrá una referencia, ya no será un anhelo utópico, así las luchas se potenciarán, y sólo así se formará el verdadero bloque de poder alterno al capitalismo. A nosotros no nos está permitido fallar, es necesario construir el Socialismo, es un deber para con la humanidad. Es retomar la vía de su salvación. Este Pueblo y sus dirigentes deben erguirse por sobre las pequeñeces, romper el cerco espiritual del pasado, desechar las molicies, los logros burocráticos y retomar el camino hacia el Socialismo con la fuerza formidable de los próceres libertadores.

“...Sin la Propiedad Social, no se puede acabar con el despojo del trabajo, con el hombre que para subsistir necesita transformarse en mercancía, con el mercado, con la competencia que necesariamente de allí surge. No se puede acabar con la conciencia egoísta que genera, en resumen, no se puede acabar con la peste capitalismo...”

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DISCURSO PRONUNCIADO EN RÍO DE JANEIRO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO EN LA CONFERENCIA DE NACIONES UNIDAS SOBRE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO, EL 12 DE JUNIO DE 1992.

naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto.

(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)

La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza constituye una violación flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada año en el Tercer Mundo a consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción del medio ambiente.

Sr. Presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello; Sr. Secretario General de Naciones Unidas, Butros Ghali; Excelencias: Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. Con solo el 20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la

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Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre. Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta? Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo. Gracias. (Ovación)

Néstor Kohan (Colectivo AMAUTA - Argentina) Vivimos un nuevo tiempo latinoamericano. A través de rebeliones populares, insurrecciones, luchas callejeras y diversas confrontaciones sociales hemos logrado poner en crisis al neoliberalismo en su forma paradigmática y brutal, tal como lo padecimos en la década del '90. Por diversas vías, el movimiento popular de Nuestra América ha iniciado un difícil proceso de cambios sociales. Desde la insurgencia colombiana hasta el ascenso electoral de los movimientos sociales en Bolivia, pasando por el proceso bolivariano en Venezuela, nuevas experiencias con pretensiones de cambio y aspiraciones radicales acompañan hoy a la revolución cubana, que ya no está sola. En ese nuevo contexto continental conviven las mencionadas experiencias con otras notablemente diferenciadas, como la que conforman los gobiernos gatopardistas de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil (en los cuales la retórica seudoprogresista y la apelación a simbologías vinculadas a un pasado de izquierda apenas alcanza para disimular el viejo neoliberalismo ahora reciclado y adaptado a los tiempos que corren). Los foros sociales mundiales con que se inauguró el siglo XXI abrieron la puerta, por la cual todavía no pasamos. La consigna, ampliamente consensuada, fue: "Otro mundo es posible". Bien, pero, ¿cuál es ese otro mundo? ¿Será quizás un capitalismo sojero con retórica "progre"? ¿Un capitalismo de Estado y "con rostro humano"? ¿Tal vez una tercera vía que mezcle empresas cooperativas con economía de mercado? ¿O, en cambio, será la profundización revolucionaria de la perspectiva socialista por la vía de una estrategia de poder popular, un camino de combate contra el capital y la empresa privada (incluso contra el capital que para sobrevivir y seguir acumulando se titula tramposamente "progresista", "nacional", "bolivariano", "andino", etc), la superación progresiva del mercado, el predominio creciente de la propiedad colectiva de los principales medios de producción y la planificación como herramienta central de la transición socialista? La respuesta sigue

pendiente y está abierta a una compleja y difícil disputa social, ideológica y política de largo alcance. En Bolivia, en Venezuela y en gran parte de América Latina. El guevarismo no es algo nostálgico ni "antiguo". Tiene impactante actualidad y mucho que aportar en esas polémicas contemporáneas y disputas futuras. Como pensamiento político y proyecto ideológico, el guevarismo constituye la continuación de la herencia de Mariátegui (el "primer marxista de América") y la máxima expresión latinoamericana de la tradición radical inaugurada por Marx y Lenin. En ellos nos inspiramos. Por su importancia el guevarismo merece estudiarse seriamente. Con esa intención y para intervenir en esa disputa ideológica, acumulando fuerzas en una dirección al mismo tiempo antimperialista y anticapitalista de alcance continental, fortaleciendo la formación política de la militancia de base y combatiendo la nefasta influencia ideológica de las fundaciones del imperialismo, la socialdemocracia, las ONGs y otras instituciones del mismo tenor, el Colectivo AMAUTA de Argentina impulsa la formación de Cátedras Che Guevara a nivel continental. En Argentina la historia de las Cátedras Che Guevara comienza en el año 1997, en el 30 aniversario de la caída del Che. Nosotros participamos de esas iniciativas desde el comienzo. Mucho alentaron y ayudaron entonces los compañeros del Centro Che Guevara de La Habana. En medio de disputas feroces y una aguda batalla de las ideas (donde las posiciones marxistas radicales, mariateguianas y guevaristas, polemizaron y polemizan con el populismo nacionalista y el reformismo institucionalista, con el autonomismo y también con diversas variantes que trivializan y despolitizan al Che) a lo largo de todos esos años hasta hoy hemos logrado instalar en un sector importante del movimiento popular la necesidad de formarse, estudiar sistemáticamente y apropiarse para la lucha del pensamiento del Che y

de su perspectiva política radical. Con paciencia, militancia, estudio y método, logramos ganarnos el respeto y la confianza política de muchos compañeros que valoran la seriedad, el compromiso y la rigurosidad con que encaramos esa tarea. Actualmente, la Cátedra Che Guevara que impulsa el Colectivo AMAUTA es convocada desde los lugares más diversos de Argentina y de nuestra América para reproducir la experiencia, adaptándola a cada país. Así hemos inaugurado Cátedras Che Guevara más allá de nuestra patria (aunque dentro de la patria grande) en Chile, en Bolivia y pronto abriremos experiencias similares en Uruguay y en Venezuela. También hemos socializado nuestra experiencia de formación política en la Escuela Florestan Fernandes del MST de Brasil. Cada una de estas iniciativas guevaristas las hemos encarado codo a codo y brazo a brazo, al lado de compañeros y compañeras radicales, antimperialistas y anticapitalistas, de estos diversos países. Continuando esa labor de formación política, el martes 1 de abril comenzaremos en Buenos Aires, Argentina, el ciclo 2008, de la Cátedra Che Guevara. También, en ocasión del 80 aniversario del Che, estamos organizando con numerosas organizaciones de inspiración guevarista, una serie de iniciativas (actos, conferencias, ciclos de cine político, etc.) junto con un SEMINARIO GUEVARISTA INTERNACIONAL (se pueden consultar el programa de la cátedra y la iniciativa del seminario y los actos en http://amauta.lahaine.org). Ya nos han manifestado la intención de participar del Seminario Internacional compañeros de Guatemala, El Salvador, Venezuela, Cuba, Colombia, País Vasco, Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil, estado español, Nicaragua, entre otros. Te invitamos a compartir esta iniciativa apasionante y aportar tu granito de arena. La tarea es grande, el desafío y la responsabilidad son inmensos, pero vale la pena intentarlo.

El Folleto Junios: La Crisis de la Socialdemocracia Alemana (Fragmentos) Documento realizado por Rosa Luxemburgo mientras cumplía la sentencia de un año de cárcel por un discurso antibélico pronunciado a principios de 1914, conocido con el nombre de Folleto Junius. Lo terminó en abril de 1915 y consiguió sacarlo de la prisión, pero dificultades de orden técnico, la falta de una imprenta y otros problemas, impedirían su publicación hasta abril de 1916. La escena ha cambiado totalmente. La marcha de 6 semanas sobre París se ha convertido en un drama mundial. El asesinato en masa se ha convertido en una tarea monótona, pero la solución final no parece estar más cerca. El capitalismo ha quedado atrapado en su propia trampa y no puede exorcizar el espíritu que ha invocado. El espectáculo ha terminado. El telón ha descendido sobre los trenes colmados de reservistas, que parten en medio de la alegre vocinglería de muchachas entusiastas. Ya no vemos sus rostros risueños, sonriendo alegremente desde las ventanillas del tren a una población hambrienta de guerra. Trotan silenciosamente por las calles, con los atados al hombro. Y el público, con rostro preocupado, vuelve al quehacer diario. Los negocios florecen sobre las ruinas. Las ciudades se convierten en escombros, países enteros en desiertos, aldeas en cementerios, naciones enteras en mendigos, iglesias en establos. Los derechos del pueblo, las alianzas, los tratados, las palabras santas, las más grandes autoridades, están hechos pedazos; cada soberano por la gracia de Dios recibe el mote de estúpido, de desgraciado y desagradecido por parte de su primo del otro lado de la frontera; cada canciller califica a sus colegas de los países enemigos de criminales desesperados; cada gobierno mira a los demás como si fueran el ángel malo de su pueblo, digno tan sólo del desprecio del mundo. El hambre campea en Venecia, en Lisboa, en Moscú, en Singapur; la peste en Rusia, la miseria y la desesperación en todas partes. Avergonzada, deshonrada, nadando en sangre y chorreando mugre: así vemos a la sociedad capitalista. No como la vemos siempre, desempeñando papeles de paz y rectitud, orden, filosofía, ética, sino como bestia vociferante, orgía de anarquía, vaho pestilente, devastadora de la cultura y la humanidad: así se nos aparece en toda su horrorosa crudeza.

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El socialismo es el primer movimiento popular del mundo que se ha impuesto una meta y ha puesto en la vida social del hombre un pensamiento consciente, un plan elaborado, la libre voluntad de la humanidad. Por eso Federico Engels llama a la victoria final del proletariado socialista el salto de la humanidad del reino animal al reino de la libertad. Este paso también está ligado por leyes históricas inalterables a los miles de peldaños de la escalera del pasado, con su avance lento y tortuoso. Pero jamás se logrará si la chispa de la voluntad consciente de las masas no surge de las circunstancias materiales que son fruto del desarrollo anterior. El socialismo no caerá como maná del cielo. Sólo se lo ganará en una larga cadena de poderosas luchas en las que el proletariado, dirigido por la socialdemocracia, aprenderá a manejar el timón de la sociedad para convertirse de víctima impotente de la historia en su guía consciente. Federico Engels dijo una vez: "La sociedad capitalista se halla ante un dilema: avance al socialismo o regresión a la barbarie". ¿Qué significa "regresión a la barbarie" en la etapa actual de la civilización europea? Hemos leído y citado estas palabras con ligereza, sin poder concebir su terrible significado. En este momento basta mirar a nuestro alrededor para comprender qué significa la regresión a la barbarie en la sociedad capitalista. Esta guerra mundial es una regresión a la barbarie. El triunfo del imperialismo conduce a la destrucción de la cultura, esporádicamente si se trata de una guerra moderna, para siempre si el periodo de guerras mundiales que se acaba de iniciar puede seguir su maldito curso hasta las últimas consecuencias. Así nos encontramos, hoy tal como lo profetizó Engels hace una generación, ante la terrible opción: o triunfa el imperialismo y provoca la destrucción de toda cultura y, como en la antigua Roma, la despoblación, desolación, degeneración, un inmenso cementerio; o triunfa el Socialismo, es decir, la lucha consciente del proletariado internacional contra el imperialismo, sus métodos, sus guerras. Tal es el dilema de la historia universal, su alternativa de hierro, su balanza temblando en el punto de equilibrio, aguardando la decisión del proletariado. De ella depende el futuro de la cultura y la humanidad. En esta guerra ha triunfado el imperialismo. Su espada brutal y asesina ha precipitado la balanza, con sobrecogedora brutalidad, a las profundidades del abismo de la vergüenza y la miseria. Si el proletariado aprende a partir de esta guerra y en esta guerra a esforzarse, a sacudir el yugo de las clases dominantes, a convertirse en

dueño de su destino, la vergüenza y la miseria no habrán sido en vano. La expansión acelerada del capitalismo, por una Europa reconstituida después de las guerras de los años sesenta y setenta, sobre todo después de la gran depresión que siguió a la inflación y el pánico de 1873, llegó a su cenit en la prosperidad de los años noventa y abrió una nueva etapa de tormenta y peligro entre las naciones europeas. Estas competían en su expansión hacia los países y áreas no capitalistas del mundo. Ya en los años ochenta se reveló una fuerte tendencia hacia la expansión. Inglaterra se aseguró el control de Egipto y creó un poderoso imperio colonial en el sur de África. Francia tomó posesión de Túnez en el norte de África y Tonkín en el este de Asia; Italia se estableció en Abisinia; Rusia logró conquistas en Asia Central y penetró en Manchuria; Alemania ganó sus primeras colonias en África y en el Mar del Sur, y Estados Unidos ingresó al círculo con la conquista de las Filipinas y la adquisición de "intereses" en el este de Asia. Este periodo de conquistas febriles ha provocado, a partir de la guerra chino-japonesa de 1895, una cadena casi ininterrumpida de cruentas guerras, que alcanzaron el clímax en la Gran Invasión China y culminaron con la guerra ruso-japonesa de 1904. Es cierto que el socialismo otorga a cada pueblo el derecho a la independencia y la libertad de control independiente de sus propios destinos. Pero es una verdadera perversión del socialismo considerar que la sociedad capitalista contemporánea constituye una expresión de esta autodeterminación de las naciones. ¿Dónde hay una nación en la que el pueblo haya tenido el derecho de determinar la forma y condiciones de su existencia nacional, política y social? Los políticos capitalistas, para quienes los que gobiernan al pueblo y las clases dominantes constituyen la nación, pueden con toda honestidad hablar del "derecho a la autodeterminación nacional" en relación al imperio colonial. Para el socialista, ninguna

nación es libre si su existencia nacional se basa en la esclavización de otro pueblo, porque para él los pueblos coloniales también están formados por seres humanos y, como tales, son parte del estado nacional.

en su contra. El capital es una necesidad histórica, pero en la misma medida lo es su sepulturero, el proletariado socialista. El dominio mundial del imperialismo es una necesidad histórica, que la internacional proletaria lo derribe también lo es.

El socialismo internacional reconoce el derecho de las naciones libres e independientes, con igualdad de derechos. Pero sólo el socialismo puede crear tales naciones, puede dar a sus pueblos la autodeterminación. (…) Mientras existan los estados capitalistas, es decir, mientras la política mundial imperialista determine y regule la vida interna y externa de una nación, no puede haber "autodeterminación nacional" ni en la guerra ni en la paz.

Las dos necesidades históricas coexisten en constante conflicto. Nuestra necesidad es el socialismo. Nuestra necesidad recibe su justificación en el momento en que la clase capitalista deja de ser la portadora del progreso histórico, cuando se convierte en un freno, en un peligro para el desarrollo futuro de la sociedad. La guerra mundial demuestra que el capitalismo ha alcanzado esa etapa.

El imperialismo no es la creación de un estado o grupo de estados imperialistas. Es el producto de determinado grado de madurez en el proceso mundial del capitalismo, condición congénitamente internacional, una totalidad indivisible, que sólo se puede reconocer en todas sus relaciones y del que ninguna nación se puede apartar a voluntad. Solamente desde este punto de vista es posible comprender correctamente el problema de la "defensa nacional" en la guerra actual. El capitalismo es incompatible con las divisiones económicas y políticas que acompañan el desmembramiento en pequeños estados. Para desarrollarse requiere grandes territorios unificados y un grado de desarrollo mental e intelectual de la nación que eleve las tareas y necesidades de la sociedad a un plano concomitante con el estadio prevaleciente de la producción capitalista y el mecanismo del moderno dominio de clase capitalista. El capitalismo, antes de poder desarrollarse, trató de crear para sí un territorio demarcado en forma tajante por las limitaciones nacionales Esta tendencia general del capitalismo contemporáneo determina las políticas de los estados individuales como su ley suprema y ciega, así como las leyes de la competencia económica determinan las condiciones de producción del empresario individual. El imperialismo, con su política de fuerza bruta, con la cadena incesante de catástrofes sociales que provoca es, por cierto, una necesidad histórica de las clases dominantes del mundo contemporáneo. Sin embargo, nada podría ir en mayor detrimento del proletariado, que el que éste arribara a la menor ilusión, a partir de la guerra actual, de que es posible un desarrollo idílico y pacífico del capitalismo. Hay una sola conclusión que el proletariado puede extraer de la necesidad histórica del imperialismo. Capitular ante el imperialismo significará vivir para siempre a su sombra, alimentándose de las migajas que caigan de las mesas de sus victorias. La historia avanza por medio de contradicciones, y por cada necesidad que trae al mundo, trae también su opuesto. La sociedad capitalista es, sin duda, una necesidad histórica, pero también lo es la rebelión de la clase obrera

La avidez capitalista por la expansión imperialista, como expresión de su máxima madurez en el último periodo de su vida, tiene una tendencia económica a transformar todo el mundo en naciones donde impera el modo de producción capitalista, a barrer todos los métodos productivos y sociales perimidos precapitalistas, sojuzgar todas las riquezas de la tierra y todos los medios de producción al capital, convergir a las masas trabajadoras de todos los pueblos de la tierra en esclavos asalariados. En África y en Asia, desde las regiones más septentrionales hasta el extremo austral de Sudamérica y en los Mares del Sur, el capitalismo destruye y liquida los remanentes de los viejos grupos sociales comunitarios, de la sociedad feudal, de los sistemas patriarcales y de la antigua producción artesanal. Pueblos enteros son exterminados, antiguas civilizaciones destruidas, y en su lugar se instalan las formas más modernas del lucro. Esta bárbara marcha triunfal del capitalismo en todo el mundo, acompañada por la fuerza, el pillaje, la infamia en todos sus aspectos, tiene un rasgo bueno: ha creado las premisas para su propia liquidación final, ha implantado el dominio capitalista en el mundo, cuyo único sucesor puede ser la revolución socialista mundial. Tal es el único rasgo cultural y progresivo de las llamadas obras magnas de la cultura llevadas a otros países primitivos. Para los economistas y políticos capitalistas, progreso y cultura es ferrocarriles, cerillas, cloacas y almacenes. En sí estas obras, injertadas en las condiciones primitivas, no significan cultura ni progreso, porque se las paga demasiado caras con el repentino desastre económico y cultural de los pueblos que deben beber el amargo cáliz de miseria y horror de dos órdenes sociales, del

terratenientismo agrícola tradicional y de la explotación capitalista supermoderna y supersofisticada al mismo tiempo. Las consecuencias de la marcha triunfal capitalista a través del mundo no pueden llevar el blasón del progreso en un sentido histórico, más que en su carácter de creadora de las condiciones materiales para la destrucción del capitalismo y la abolición de la sociedad de clases. También en este sentido, el imperialismo actúa a favor nuestro. El derramamiento de sangre de junio aplastó al movimiento obrero francés por una década y media. El derramamiento de sangre de la Comuna volvió a retrasarlo en más de una década. Lo que vemos ahora es una masacre como el mundo jamás ha conocido, que reduce a la población trabajadora de todas las naciones principales a los viejos, las mujeres y los lisiados; un derramamiento de sangre que amenaza desangrar al movimiento obrero europeo. Una guerra más, y la esperanza del socialismo quedará enterrada bajo la barbarie imperialista. Es algo más que la destrucción de Lieja y de la Catedral de Rheims. Es un golpe que no atenta contra la civilización capitalista del pasado, sino contra la civilización socialista del futuro, un golpe mortal contra la fuerza que lleva al futuro de la humanidad en su vientre, la única que puede trasmitir los preciados tesoros del pasado a una sociedad mejor. Aquí el capitalismo muestra su calavera, demuestra que ha sacrificado su derecho histórico de existir, que su dominio ya no es compatible con el progreso humano. Pero demuestra también que la guerra no es sólo el asesinato en gran escala, sino también el suicidio de la clase obrera europea. Los soldados del socialismo, los obreros de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, se matan mutuamente bajo las órdenes del capitalismo, clavan hierros asesinos en sus pechos, tambalean sobre sus tumbas, se estrechan en abrazos mortales. La demencia no tendrá fin, la sangrienta pesadilla del infierno no cesará hasta que los obreros de Alemania, de Francia, de Rusia y de Inglaterra despierten de su borrachera; se estrechen fraternalmente las manos y ahoguen al coro brutal de los agitadores belicistas y el grito ronco de las hienas capitalistas en el poderoso grito del trabajo, "¡Proletarios de todos los países, uníos!"

“...Mientras existan los estados capitalistas, es decir, mientras la política mundial imperialista determine y regule la vida interna y externa de una nación, no puede haber "autodeterminación nacional" ni en la guerra ni en la paz...”

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Alejandro Mena “...muchos analistas ya alertan sobre la eventual reaparición de las hambrunas y confrontaciones sociales por el acceso a los alimentos en una sociedad que estimula el uso de los alimentos para producir combustibles...” El hombre constituye el producto más acabado del mundo natural y en cada momento histórico es una expresión del tipo de relaciones que establece la especie humana con el resto del mundo natural. Un águila puede ver más lejos que el ojo humano, el oído de un elefante es más agudo y el olfato de un perro es hipersensible. Pero el ojo del águila no puede evaluar una obra de arte, ni el oído del elefante comprender el significado del himno nacional o el olfato del perro entenderá el sentido de una fragancia. Los órganos del ser humano están socialmente programados, codificados, socialmente elaborados. Los gustos, costumbres y conductas de la especie humana se generan en cada sociedad en correspondencia con los valores y relaciones sociales vigentes. Cada sociedad establece unas relaciones con la naturaleza que se corresponde con el sistema social imperante en su época. Es así que las relaciones de las sociedades esclavistas y feudales con la naturaleza estuvieron condicionadas con los valores establecidos en estas sociedades. El capitalismo impuso una nueva lógica al evolucionar hacia sociedades donde la explotación de un hombre por otro presupone la destrucción de la naturaleza. El capitalismo es una sociedad ecocida, su funcionamiento supone la desaparición de la especie humana y la destrucción del ecosistema. En un estudio del Worldwatch Institute de Washington, el analista norteamericano Lester Brown, que publicó el libro: "Plan B-2 para salvar un planeta estresado y una civilización en peligro", demuestra que el llamado "Sueño Americano" es insostenible. Brown estima que el modelo económico occidental sustentado en energías fósiles, automóviles y productos

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desechables no es viable. Afirmó que cada seis horas desaparece una superficie de bosques del tamaño de París y 16 mil especies animales están en extinción. Si sólo India y China con 2,500 millones de habitantes trataran de reproducir el patrón consumista occidental, requerirían dos planetas para sostener sus economías. China en el 2005 consumió el 26% del acero mundial, el 32% del arroz, 37% del algodón y 47% del cemento. El informe subraya que estamos frente a una crisis de extinción, peor a la que eliminó a los dinosaurios y sentencia: "nos estamos suicidando ecológicamente". El analista Steve Bloomfield señala que "el cambio climático y la lucha por los recursos incendiarán el mundo" y explica que en los próximos 35 años desaparecerán la mayoría de los glaciares en el Himalaya lo que afectará a uno 500 millones de personas directamente y a 250 millones de forma indirecta. Otro problema que señala es el aumento del nivel del mar en Bangladesh que pondría en riesgo la vida de 34 millones de personas que probablemente iniciará una confrontación con India. Pero dice que África sería muy afectada, pues el aumento de las aguas pudiera destruir hasta el 30% de las costas del continente y entre el 25 y el 40% de los hábitats naturales para la segunda mitad del siglo. Sin embargo, muchos analistas ya alertan sobre la eventual reaparición de las hambrunas y confrontaciones sociales por el acceso a los alimentos en una sociedad que estimula el uso de los alimentos para producir combustibles. Según la FAO, organización de Naciones Unidas para la Alimentación, en el mundo hay 854 millones de personas hambrientas para las que no hay forma de garantizar los alimentos de forma sostenible. El máximo responsable de la Institución de la ONU, Jacques Diouf señaló que los países más pobres sólo en el año 2007 pagaron un 25% más que el año anterior por igual volumen de alimentos, mientras Estados Unidos dedica el 30% de su producción de granos a la elaboración de biocombustibles. Sólo en la

segunda mitad del año 2007 el precio de los alimentos creció en el 40%. Todos sin excepción afirman que el año 2008 será peor, pues los expertos calculan que se producirán unos 420 millones de toneladas de alimentos que equivalen a la menor cifra de producción desde 1983, en un momento cuando hay un aumento exponencial de la demanda de alimentos. El capitalismo muestra un esquema de reproducción social ya insostenible con la existencia de más de 1,300 millones de pobres en el mundo, de los que el 60% son mujeres. Sólo en América Latina y el Caribe hay más de 213 millones de pobres, de los que 53 millones viven en la pobreza crítica. El legado neoliberal es el de un mundo de acciones terroristas, catástrofes ambientales, amenazas de pandemias (como el sida y la gripe aviar), guerras energéticas, étnicas, entre otras. Las crisis del calentamiento global, energéticas, alimentarias y del agua se agravarán y en breve multiplicarán las crisis sociales y los conflictos entre los más diversos sectores en pos de controlar la energía, saciar la sed y mitigar el hambre en el planeta. La combinación de crisis económicas, energéticas, alimentarias, de materias primas, por el agua, ecológicas desencadenarán graves conflictos que pudieran evolucionar hacia serias confrontaciones políticas, militares y sociales en el planeta. La sociedad capitalista degeneró hacia una sociedad consumista, donde la naturaleza se agota a si misma. La batalla contra el capitalismo dejó de ser sólo un problema filosófico, de justicia social y redistribución de riqueza, para trocarse en un problema existencial, vital para preservar la vida. El nudo gordiano del debate actual sobre propuestas paradigmáticas para la convivencia humana es el límite ecológico. No hay propuesta social alternativa al capitalismo si no supone nuevas relaciones entre sistema social y ecosistema. La lucha por salvar la humanidad es la condición sine qua non para transformarla. ¡Capitalismo es muerte!

¡Socialismo es vida!

LIBROS POR ENTREGA Esta modalidad de presentación de textos, utilizada con profusión por los clásicos, ha sido muy útil para la difusión y estudio de las ideas revolucionarias. Hoy, en Debate Socialista, retomamos esta modalidad. La abrimos presentando el trabajo del Che Guevara editado por Ocean Sur y el Centro de Estudios Che Guevara "Síntesis Biográfica de Marx y Engels" texto hasta ahora inédito, escrito por el Che Guevara después de la contienda internacionalista del Congo. Es una biografía en la que se refleja la esencia humanista de los fundadores del marxismo, así como el contexto y las reflexiones que sobre FRAGMENTO 2 Del fruto de este matrimonio llegaron a la edad adulta tres mujeres, Jenny, Laura y Eleanor. Perdieron varios hijos más, pero el que dejó una herida profunda en ambos cónyuges fue Edgar, niño que murió a los ocho años y de quien los dos se acordaban frecuentemente con nostalgia en la correspondencia privada que se conserva. Aunque no ocupe el lugar de Engels, es imposible olvidar en una relación de los sucesos de la vida de Marx, por sucinta que sea, a la extraordinaria mujer que fue la compañera de toda su existencia adulta, y a quien sólo pudo sobrevivir poco más de un año. La carrera de Marx como escritor político comienza con un artículo sobre la censura que no fue posible publicar por intervención de la propia censurada; era para los Anales Alemanes, de Ruge, amigo de la juventud de quien se separaría pronto. Su obra de importancia, sin embargo, se iniciaría en La Gaceta del Rin, de la que se vendría redactor principal en corto plazo. En estas dos publicaciones comenzaba el joven Engels a pulir sus armas dialécticas bajo el seudónimo de Federico Oswald. La Gaceta del Rin provocó una gran desazón en los círculos reaccionarios, por lo que el gobierno prusiano decidió suprimirla, estableciendo, como paso previo, la censura. Marx abandonó la redacción al constatar que los accionistas pretendían dulcificar las críticas en un intento por salvar la publicación. Más o menos hacia octubre de 1842, se conocieron Marx y Engels en circunstancias en que el primero había roto con los jóvenes hegelianos y el segundo aún no, por lo que el primer encuentro fue más bien frío y no hacía sospechar la identificación que alcanzarían con el correr de los años. Ante la imposibilidad de publicar los Anales Alemanes en Alemania, Ruge y Marx decidieron crear los Anales Franco-Alemanes, revista editada en Francia de la que se tiró un solo número. Marx publicó allí: “Introducción a una crítica de la filosofía del derecho de Hegel”, en la que no rompe con sus convicciones antiguas, pero comienza a buscar en el cauce de la historia la interpretación de la sociedad. Engels publica en la revista “Bosquejos para una crítica de la economía nacional”, primer aldabonazo económico de uno de los fundadores.

Marx aprovechó el tiempo en París para profundizar sus estudios históricos, leyendo escritores burgueses como Thierry y Guizot, de quienes tomó una de las bases de su teoría: la lucha de clases. Mucho tiempo después, en 1854, decía a Engels, en una carta: …Un libro que me ha interesado mucho es el de Thierry, Historia de la formación y del progreso del Tercer Estado, de 1853. Es notable la indignación que con este caballero, padre de la “lucha de clases” en la literatura histórica francesa –se encoleriza- con los “nuevos” escritores que ahora ven un antagonismo también entre la burguesía y el proletariado y que incluso desearían detectar las huellas de esta oposición en la historia del Tercer Estado antes de 1879. Sin dejar de reconocer méritos intelectuales e históricos a sus predecesores, Marx apuntaba la falla crítica impuesta por su ideología a los pensadores de la burguesía. Poco más de un año debía durar su permanencia en Francia, de donde sería expulsado, trasladándose a Bruselas con su familia aumentada por el nacimiento de su hija mayor. Cuando Engels publicaba sus primeros escritos económicos, Marx había estudiado el tema, todavía desde una posición filosófica dada por su raíz hegeliano-feuerbachiana, pero las hojas en que se plasmaron esos estudios, extraordinarios por su penetración, sólo vieron la luz pública muchos años después de la muerte de ambos. Son los llamados Escritos económicosfilosóficos de 1844. La primera obra en colaboración se debe casi toda a Marx: La sagrada familia. En un conglomerado de crítica filosófica (contra los jóvenes hegelianos), crítica literaria y destellos de materialismo histórico. Una buena parte del libro transcurre en la crítica de la crítica, hecha por un joven hegeliano, de Los misterios de París, novelón de Eugenio Sue olvidado desde hace tiempo. En carta a Engels de 1867, Marx, que la había releído, le dice: “…Me sorprendió agradablemente ver que no necesitamos avergonzarnos de esta obra, si bien el culto de Feuerbach le produce a uno un efecto muy cómico ahora”. Continuará...

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Palabras del Dr. Osvaldo Martínez en la presentación del libro Apuntes Críticos a la Economía Política, de Ernesto Che Guevara. Casa de las Américas, 14 de junio de 2006 Hacer la presentación del libro de Ernesto Che Guevara, Apuntes críticos a la Economía Política, requiere ante todo, agradecer al Centro de Estudios Che Guevara, y a las editoriales Ocean Sur y de Ciencias Sociales haber culminado el arduo trabajo que nos permite tener en nuestras manos este libro deslumbrante. Para los que hemos vivido en Cuba en el ciclo histórico donde el Che actuó, para los que Che significa el más alto escalón del revolucionario y el comunista, para los que hemos sido marcados por su ejemplo heroico y su magisterio moral, para los que leímos Pasajes de la Guerra Revolucionaria, El Socialismo y el Hombre en Cuba, el Mensaje a la Tricontinental, la carta de despedida a Fidel y el Diario de Bolivia, parecía imposible que Che pudiera sorprendernos aún más y hacerse admirar y respetar más aún. El libro tiene 397 páginas y ni una sola de ellas fue preparada por el Che para ser publicada, con el cuidado que una publicación supone. Este caudal de páginas son, en su mayoría, apuntes de lecturas, esquemas de obras que se proponía desarrollar, anotaciones para sí mismo, en las que con su estilo capaz de sintetizar en pocas y precisas palabras un complejo problema, se interroga, se propone investigar más un asunto, acopiar datos, y de modo especial, deja escritos juicios críticos y agudas razones nacidas de su poderosa cultura, de su marxismo realmente dialéctico y de su incesante trabajo práctico. El libro es fascinante por contener el pensamiento del Che, pero también porque nos permite asomarnos a su intimidad de trabajo, en su taller intelectual, en el proceso de construcción de sus ideas, en las impresiones que le causaban ciertas lecturas, en los planes de obras a escribir que no pudieron serlo, porque los deberes del revolucionario fueron más apremiantes que los afanes del teórico marxista. Che nos sorprende con su síntesis biográfica de Marx y Engels que iba a ser según el plan tentativo del libro a escribir sobre economía política, uno de sus primeros contenidos. En 23 páginas nos ofrece una síntesis biográfica que cumple a cabalidad el objetivo de trasladar al lector "ese ser tan humano cuya capacidad de cariño se extendió a los sufrientes del mundo entero, pero llevándoles el mensaje de la lucha seria, del optimismo inquebrantable…..", pero que "ha sido desfigurado por la historia hasta convertirlo en un ídolo de piedra…..". "Para que su ejemplo sea aún más hermoso, es necesario rescatarle su dimensión humana".

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La síntesis biográfica es una pequeña joya de contenido y estilo, en la que aparecen balanceados el intelectual riguroso que fue Marx con el revolucionario y el ser humano de cálidos sentimientos familiares, de amistad ejemplar con Engels y de vida austera, enteramente dedicada a sustentar científicamente la necesidad del comunismo. Pero es la discusión crítica de la Economía Política la que ocupa el foco central del libro. Discusión crítica de la economía política marxista que gira en torno a El Capital de Marx, a las obras de Lenin, a la cultura filosófica del Che y a la Economía Política que llamándose marxista, encontraba su plasmación en el Manual de la Academia de Ciencias de la URSS. Este Manual redactado por orden de Stalin, publicado en 1954 en la primera de varias y cambiantes versiones y convertido por los años 60 en Biblia económica que en la práctica, sustituía a El Capital; en su parte más lamentable presentaba una Economía Política de la llamada transición al socialismo, y también del socialismo desarrollado o maduro y del tránsito al comunismo, que tenía como característica la apología de la experiencia soviética, presentando como leyes generales y objetivas lo que no eran más que especificidades de aquel país o peor aún, simples decisiones administrativas. Che utiliza las expresiones "herejía" y "osadía" para referirse a su plan tentativo de escribir una verdadera economía política marxista no apologética y que fuera como "un grito dado desde el subdesarrollo". La enorme tarea intelectual que se proponía era la de repensar el contenido teórico de El Capital, de las obras de Lenin y de otros autores, en el contexto de los problemas prácticos del imperialismo tal como éste existía en los años 60 y de la revolución socialista, teniendo en el comunismo su realización estratégica. Y hacerlo desde la realidad y con la óptica de los países subdesarrollados. Era grande el tamaño de la osadía, por más que el Che tenía la fuerza política e intelectual para hacerla. En los años 60 no era fácil advertir en la URSS los graves y básicos problemas que el Che apreció. Menos fácil aún era plantear las críticas sin ser tildado de antisoviético y anticomunista, pues no era raro encontrar la tendencia a establecer una igualdad absoluta entre socialismo-comunismo y la URSS.

La función bíblica que desempeñaba el Manual sin Ciencia de la Academia de Ciencias, se asentaba, entre otras cosas, en más de cuatro décadas de existencia de la URSS, en la epopeya de su revolución pionera, en sus victorias sobre la contrarrevolución interna y la intervención extranjera en los primeros años y sobre la Alemania fascista en la Segunda Guerra Mundial, en su capacidad para romper el monopolio nuclear de Estados Unidos, en la industrialización y el crecimiento económico que escondía sus graves falencias detrás de logros y avances reales. Para la joven Revolución Cubana, agredida y acosada, era lógico ver en la Unión Soviética ?que aparecía como el gran aliado natural frente al imperialismo agresor?, tal compendio de virtudes, experiencia y fortaleza que hacía muy difícil apreciar las debilidades. La crítica del Che al Manual de Economía Política se basa -como él expresó- en el "mayor rigor científico posible" y en "la máxima honestidad". Su crítica fue profunda, pero nunca asumiendo la posición de los oportunistas que atacaban desde la extrema izquierda con el aplauso del imperialismo. Che declara que "nos hemos hecho el firme propósito de no ocultar una sola opinión por motivos tácticos, pero al mismo tiempo, sacar conclusiones que por su rigor lógico y altura de miras, ayuden a resolver problemas y no contribuyan sólo a plantear interrogantes sin solución. Creemos importante la tarea porque la investigación marxista en el campo de la economía está marchando por peligrosos derroteros. Al dogmatismo intransigente de la época de Stalin ha sucedido un pragmatismo inconsistente. Y lo que es trágico, esto no se refiere sólo a un campo determinado de la ciencia; sucede en todos los aspectos de la vida de los pueblos socialistas, creando perturbaciones ya enormemente dañinas, pero cuyos resultados finales son incalculables". Para el Che el momento crucial que marcó el principio del fin de la construcción socialista en la URSS fue la adopción de la Nueva Política Económica (NEP) por Lenin. Esto fue un paso atrás en condiciones muy difíciles de agobio y asfixia económica, una concesión en una desfavorable correlación de fuerzas, una "paz de Brest" en el terreno de la economía con todo su amargo significado de repliegue. Che sostiene que por la lógica del pensamiento de Lenin y ciertos indicios en sus escritos finales; de haber vivido más el líder de los bolcheviques, hubiera ido variando el esquema de relaciones que estableció con la NEP. Después de muerto Lenin y a lo largo de un áspero y trágico período de agrias disputas que

condujeron a turbios procesos judiciales y una sucesión de penas de muerte, el debate teórico fue ahogado y sustituido por el dogmatismo y la apología.

Sobre categorías económicas entre las que se incluye el "cálculo económico":

La NEP, impuesta por una penosa necesidad, fue convertida en virtud permanente y elevada al rango de método adecuado para avanzar en la construcción del socialismo e incluso para alcanzar el comunismo.

"Entre las categorías económicas, junto a las importantes del capitalismo y a definiciones, como día de trabajo, se introduce el cálculo económico. Hay que tenerlo presente, para examinar las razones en que se basan para hacer de un método de administración una categoría económica".

Che lo expresa con palabras estremecedoras por su exactitud y por su asombrosa previsión un cuarto de siglo antes de que la URSS se derrumbara sin gloria: "Nuestra tesis es que los cambios producidos a raíz de la Nueva Política Económica (NEP) han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez más de forma más marcada las relaciones de producción, y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP se están resolviendo hoy a favor de la superestructura; se está regresando al capitalismo". Un cuarto de siglo antes de la desaparición de la URSS y la caída del muro de Berlín, Che apreció el proceso de restauración capitalista impulsado por la superestructura saturada de ideas mercantiles y expectativas consumistas. De su análisis se derivaba la falsedad del mito manualesco sobre la irreversibilidad del socialismo una vez establecido, y la suprema lección de que es en la conciencia y no en el estímulo material de los humanos donde el socialismo puede hacerse irreversible, si esa conciencia se educa y se alimenta con valores de solidaridad. En las páginas del libro que comentamos, hay una impresionante cantidad de filosas observaciones y críticas sobre el Manual de Economía Política, que hace imposible referirse siquiera a todas ellas aunque no sea más que mencionando el tema tratado. Pero, no resisto a la tentación de seleccionar algunas pocas. Sobre el aumento de la cohesión de la clase obrera y de su organización y grado de conciencia: "Esto está dentro del marxismo ortodoxo en la forma, pero choca con la realidad actual. La clase obrera de los países imperialistas ha aumentado en cohesión y organización pero no en conciencia, a menos que se le dé ese nombre a la conciencia de formar parte de los explotadores mundiales".

Sobre la expresión "capitalismo agonizante": "Hay que tener cuidado con afirmaciones como ésta. "Agonizante" tiene un significado claro en el idioma; un hombre maduro ya no puede sufrir más cambios fisiológicos, pero no está agonizante. El sistema capitalista llega a su madurez total con el imperialismo, pero ni siquiera éste ha aprovechado al máximo sus posibilidades en el momento actual y tiene una gran vitalidad. Es más preciso decir "maduro" o expresar que llega al límites de sus posibilidades de desarrollo". Sobre el papel de la clase obrera como supuesta fuerza dirigente del movimiento de liberación nacional: "Se insiste en una afirmación que va palpablemente contra la realidad. Es un caso de apologética ciega". Sobre "cambios en la correlación de fuerzas y la posibilidad de conjurar una nueva guerra mundial": "Ésta es una de las más peligrosas tesis de la URSS, que puede aprobarse como una posibilidad extraordinaria, pero no convertirse en el leit motiv de una política. Tampoco ahora las masas son capaces de impedir la guerra y las manifestaciones contra la de Viet Nam se deben a que la sangre corre. Es el heroísmo del pueblo vietnamita en lucha el que impone la solución; la política de apaciguamiento, por otro lado, ha reforzado la agresividad yanqui". "Sería bueno precisar a qué es lo que llaman "guerra" estas gentes". Sobre la "vía no capitalista de desarrollo": "Habría que investigar dónde Lenin pronunció o escribió esa frase "vía no

capitalista"; es ambigua y no creo que lo haya hecho. De todas maneras, si no es capitalista ¿qué es? ¿Hermafrodita? ¿Híbrida? Los hechos han demostrado que puede haber un corto período de lucha política antes de definir la vía, pero ésta será capitalista o socialista". Sobre la "ley económica de la distribución con arreglo al trabajo": "Muy vago y muy inexacto en cuanto a la realidad de hoy. ¿Cuánto trabajo invierte un mariscal y cuánto un maestro?, ¿cuánto un ministro y cuánto un obrero? Lenin en El Estado y la Revolución tenían una idea (marxista) que luego desechó de la equiparación de sueldos de funcionarios y obreros pero no estoy convencido de que su marcha atrás sea correcta". Sobre la "construcción de la economía socialista en los países europeos de democracia popular": "La puntilla. Esto parece escrito para niños o para estúpidos. Y el ejército soviético ¿qué?, ¿se rascó los huevos? Sobre la "eliminación del peligro de restauración del capitalismo en la URSS": "Afirmación que puede ser objeto de discusión. Las últimas resoluciones económicas de la URSS se asemejan a las que tomó Yugoslavia cuando eligió el camino que la llevaría a un retorno gradual hacia el capitalismo. El tiempo dirá si es un accidente pasajero o entraña una definida corriente de retroceso". "Todo parte de la errónea concepción de querer construir el socialismo con elementos del capitalismo sin cambiarles realmente la significación. Así se llega a un sistema híbrido que arriba a un callejón sin salida o salida difícilmente perceptible que obliga a nuevas concesiones a las palancas económicas, es decir al retroceso". Sobre el tránsito al comunismo basado en alcanzar un nivel de producción y productividad más alto que el capitalismo: "El modelo comunista de producción presupone una abundancia considerable de bienes materiales pero no necesariamente una comparación estricta con el capitalismo. Cuando el comunismo se haya impuesto como

“...La crítica del Che al Manual de Economía Política se basa -como él expresó- en el "mayor rigor científico posible" y en "la máxima honestidad". Su crítica fue profunda, pero nunca asumiendo la posición de los oportunistas que atacaban desde la extrema izquierda con el aplauso del imperialismo. Che declara que "nos hemos hecho el firme propósito de no ocultar una sola opinión por motivos tácticos, pero al mismo tiempo, sacar conclusiones que por su rigor lógico y altura de miras, ayuden a resolver problemas y no contribuyan sólo a plantear interrogantes sin solución...” w w w. d e b a t e s o c i a l i s t a . o rg

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Los Apuntes Críticos a la Economía Política escritos por el Che son mucho más que una instructiva lección de historia acerca del debate de los 60 sobre el socialismo, el cálculo económico y el sistema presupuestario de financiamiento. Es este libro lo que me atrevo a decir que el Che quiso que fuera: un arma políticointelectual de alta eficacia para contribuir a ese permanente combate contra el imperialismo y contra el egoísmo y la complacencia que cada día debemos expulsar de nosotros. sistema mundial, vivirán en él pueblos de diferente desarrollo, hasta que se nivelen luego de muchos años. Hacer del comunismo una meta cuantitativa y cambiante, pues debe aparearse al desarrollo capitalista que sigue hacia delante, es mecanicista por un lado y derrotista por el otro. Sin contar que nadie ha reglamentado, ni puede hacerlo, la tal emulación pacífica con el capitalismo, aspiración unilateral, noble en su sentido superficial, pero peligrosa y egoísta en su sentido profundo, pues desarma moralmente a los pueblos y obliga al socialismo a olvidarse de otros pueblos atrasados por seguir su emulación". Notas tan reveladoras de un pensamiento dialéctico afianzado en un marxismo creador y antidogmático, aparecen también en la selección de notas críticas sobre obras económico-filosóficas del marxismo que incluye el Manifiesto Comunista, el Anti-Duhring, El Estado y la revolución y otros numerosos trabajos de Lenin, así como Sobre la contradicción de Mao Tse Tung. En la selección de actas de reuniones efectuadas en el Ministerio de Industrias se encuentra otro tesoro de análisis sagaces, profundos; esta vez en el tono y a veces el desenfado del lenguaje oral en medio de reuniones de trabajo donde el Che aborda con flexibilidad y estilo didáctico, temas que van desde las complejidades conceptuales de la oposición al cálculo económico hasta el análisis de los datos estadísticos diarios de la industria y sus problemas de organización y operación. Che cumpliría hoy 78 años. Sería retórica gastada decir que no se ha ido, que nos acompaña, pero en cierta forma profunda y entrañable, no es retórica. ¿Cómo explicar que nuestro pequeño y pobre país, acosado por la guerra económica, a pocas millas de la "Roma Americana" haya resistido en soledad tanto la agresión como la seducción y que asombre al mundo derramando solidaridad en el Himalaya, en Indonesia, en Venezuela, en ¡Bolivia! donde Che entregó su vida y hoy su nuevo presidente le rinde honores en La Higuera? Las razones de esa descomunal resistencia, que contrasta con el triste derrumbe de aquellos que el Che critica en este libro, son diversas y la primera

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de ellas es la clarividencia estratégica, el liderazgo, la tenacidad y la autoridad moral de Fidel, e inmediatamente aparece el Che, símbolo por excelencia de la moral comunista, del combate al individualismo, a la banalidad, al lucro como ideal de vida. Si estamos aquí Comandante Guevara, ha sido también porque tu ejemplo caló bien adentro en el pueblo y eres parte de la coraza con que protegemos nuestro derecho a construir el socialismo después que otros capitularon. Tus Apuntes críticos a la economía política son mucho más que una interesante información sobre una polémica de los años 60, porque si bien hemos resistido a las ofertas del neoliberalismo, de la "tercera vía", del capitalismo disfrazado de socialismo, se mantienen vivas tu permanente advertencia contra "las armas melladas del capitalismo", tu suprema lección de ética y tu llamado aún no cumplido, para avanzar en una necesaria economía política del socialismo, que no existe aún y reclama un profundo trabajo teóricopráctico que los economistas cubanos no hemos sido capaces de hacer. Esa economía política pendiente de escribir tendrá que surgir utilizando como base general a Marx, Engels, Lenin e incorporando la revisión crítica - en el ambiente de debate a fondo que el Che practicó -, del pensamiento elaborado sobre el filo de la contradicción imperialismo-socialismo, esto es, Rosa Luxemburgo, Trotsky, Preobrazhenski, Bujarin, Gramsci y otros muchos, con especial atención al pensamiento de Fidel y sin olvidar el renaciente pensamiento de izquierda latinoamericano. En esta tarea la obra teórico-práctica del Che es de obligada presencia, pues en mi opinión, además de otros títulos de superior jerarquía histórica, Che es también el más creativo y original de los economistas cubanos. Nos ha entregado hasta el plan tentativo de la obra que no alcanzó a redactar y que en ausencia de su talento, será probablemente el resultado de un trabajo colectivo. La obra que el Che no pudo redactar es de Economía Política marxista. No se trata de un texto de economía neoliberal en el que la palabra política ha sido eliminada y que pretende encerrar el

pensamiento de los economistas en una jaula de trivialidades teóricas vestidas con lujoso aparato matemático. Las técnicas empresariales y de mercadeo, y los modelos matemáticos son útiles instrumentos auxiliares cuya aplicación tiene que estar determinada por la Economía Política que continúe alumbrando el camino que nos ha mantenido en el socialismo durante 47 años. Para avanzar en la tarea ya no es necesario enfrentar la Biblia que en forma de Manual pretendía ser compendio de supuestas verdades universales. Aquel Manual quedó enterrado junto a los escombros del derrumbe. De ese derrumbe es necesario también extraer y sintetizar conclusiones, así como repensar la economía política del socialismo en las condiciones de un país que continúa económicamente bloqueado, que se vio obligado a hacer concesiones en los inicios del período especial a una cierta ampliación de las relaciones mercantiles y otorgar facultades a las empresas en cuanto al uso descentralizado de la divisa, pero que nunca convirtió la necesidad en virtud ni perdió de vista el peligro que enfrentaba. El uso descentralizado de la divisa comenzó a emitir después de algún tiempo, síntomas ?aunque en escala incipiente? coincidentes con los análisis del Che sobre los efectos a favor del capitalismo, de la ampliación de las relaciones mercantiles en la construcción del socialismo. En las decisiones para la rápida rectificación de esas desviaciones, que incluyen el establecimiento de la Cuenta Única de Ingresos del Estado, la eliminación del dólar de la circulación y la lucha frontal contra la corrupción, están presentes las enseñanzas del Che. Los Apuntes Críticos a la Economía Política escritos por el Che son mucho más que una instructiva lección de historia acerca del debate de los 60 sobre el socialismo, el cálculo económico y el sistema presupuestario de financiamiento. Es este libro lo que me atrevo a decir que el Che quiso que fuera: un arma político-intelectual de alta eficacia para contribuir a ese permanente combate contra el imperialismo y contra el egoísmo y la complacencia que cada día debemos expulsar de nosotros. En esa Batalla incesante de Ideas el Che es imprescindible.

Frank Llegas “...Estos excelentes resultados tienen que ver con una política nacional, popular y revolucionaria. Nacional, porque hemos recuperado la soberanía sobre el manejo de nuestro principal recurso, un recurso que tiene un valor estratégico y geopolítico, que propicia guerras, invasiones y golpes de Estado; popular, porque PDVSA dejó de estar de espaldas al interés de nuestro pueblo, de sus requerimientos, de sus necesidades, y se convirtió en un instrumento extraordinariamente efectivo para hacer la Revolución, y revolucionaria, porque de lo que se trata es de capturar la renta petrolera para distribuirla en el seno del pueblo...” El capitalismo funciona con base en la maximización de la ganancia y se desarrolla mediante la acumulación de capital. Estas son las "máximas" sobre las cuales se sustenta la tan cuestionada "explotación del hombre por el hombre". Esta es la lógica salvaje e irracional que, en todos los campos, debemos combatir. No podremos avanzar en la construcción del Socialismo mientras, a la par, no reduzcamos los niveles de apropiación individual del resultado del trabajo ajeno (mientras haya explotación) ni robustezcamos las iniciativas que procuren el bienestar de la población. El vehículo fundamental para ir hacia el Socialismo es la socialización de los medios de producción y, en nuestro caso particular, de la renta petrolera. Es así como capital, tierra, trabajo y tecnología deben subordinarse al colectivo. Aunque de manera gradual y sosegada, esto ya comienza a ocurrir en Venezuela. La política de Plena Soberanía Petrolera que se adelanta actualmente en nuestro país es un intento en la dirección de la justa distribución de la riqueza, igualdad, independencia, solidaridad, eficiencia y productividad propias de las verdaderas sociedades socialistas. En esa dirección transitamos y hasta estadios mucho mayores de "felicidad posible" aspira llegar la Revolución Bolivariana. Un ejemplo de ello es el informe de gestión, correspondiente al año 2007, que PDVSA recientemente presentó, ya no sólo para el escrutinio de los organismos multilaterales ni de las transnacionales, sino para regocijo y beneficio de su auténtico dueño: el pueblo venezolano. La rendición de cuentas, además de reflejar el exitoso desempeño operacional y financiero de la industria, trasluce la firme decisión de la Revolución de colocar los recursos petroleros al servicio del país y de la construcción de un nuevo modelo económico socialista que progresivamente vaya reduciendo las brechas y desigualdades entre los venezolanos. Se trata, pues, de potenciar el desarrollo integral de Venezuela, a través de la distribución revolucionaria de la renta petrolera. Es así como los aportes al desarrollo social, en 2007 alcanzaron los 13 mil 897 millones de dólares. Según el Informe de Gestión y los Estados Financieros Auditados, aprobados el pasado 27 de marzo por la Asamblea de Accionistas de la estatal petrolera, los recursos fueron distribuidos de la siguiente manera: "6.761 millones de dólares al

Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), para la ejecución de obras y proyectos de infraestructura; 5.693 millones de dólares para las misiones sociales y otros programas nacionales (Misiones Barrio Adentro I, II y III, Ribas, Mercal, Milagro, Revolución Energética, Sucre e Identidad, entre otras), y 1.443 millones de dólares para planes especiales de inversión en Vivienda y Proyectos Agrícolas". En el pasado, el imperialismo se apropió de la renta petrolera y las sobras sirvieron para alimentar a nuestra "carroñera" oligarquía nacional. Ahora no. Ahora con la política de Plena Soberanía Petrolera recuperamos nuestros ingresos fiscales, a una participación cercana a 90% de los ingresos brutos por barril. El pago del Impuesto Sobre la Renta (ISLR) se ubicó en 5 mil 017 millones de dólares, mientras que la ganancia neta alcanzó los 6 mil 173 millones de dólares. Estos excelentes resultados tienen que ver con una política nacional, popular y revolucionaria. Nacional, porque hemos recuperado la soberanía sobre el manejo de nuestro principal recurso, un recurso que tiene un valor estratégico y geopolítico, que propicia guerras, invasiones y golpes de Estado; popular, porque PDVSA dejó de estar de espaldas al interés de nuestro pueblo, de sus requerimientos, de sus necesidades, y se convirtió en un instrumento extraordinariamente efectivo para hacer la Revolución, y revolucionaria, porque de lo que se trata es de capturar la renta petrolera para distribuirla en el seno del pueblo. Al respecto, el ministro del Poder Popular para la Energía y Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, señaló en su oportunidad que en Venezuela "estamos dando un salto en la profundización de la Revolución, en el modo de disponer de esa renta petrolera para nuestro pueblo, no solamente para construir la Revolución, sino además para superar el sistema económico actual, que es inhumano y basado en la explotación del hombre por el hombre". Uno de los aportes fundamentales de Marx a la ciencia social es que la lucha de clases concluye inexorablemente en el surgimiento del Socialismo, debido al recrudecimiento de las contradicciones del capitalismo. Profundicemos entonces esas contradicciones implícitas en el afán por la ganancia y la acumulación de capital, y arreciemos la política de socialización de los medios de producción, con nuestras particularidades derivadas de la dotación de recursos y la renta petrolera.

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Por: Antonio Aponte www.ungranodemaiz.blogspot.com

MOVILIZACIÓN

URGENTE

Ya es hora, es urgente dejar de lado los desvaríos teóricos pequeño burgueses, ya no hay tiempo para hacer concesiones a los socialismos y socialistas edulcorados, no hay tiempo para inventos raros, que han demostrado, aquí y ahora, su fracaso. Es necesario profundizar el Socialismo. Solo así saldremos triunfantes en las batallas que se asoman en el horizonte. Sólo un Pueblo entusiasmado con el Socialismo, conciente de que este es el camino, con sus errores, con sus dificultades, pero que es el camino, podrá saltar por sobre las pequeñeces, lo mezquino, y remontarse a las alturas necesarias para afrontar las tareas que la historia reclama. Es necesario sacar al Pueblo de las causas pequeñas, de ahogarse en su entorno, de tratar de resolver los problemas sólo en la inmediatez. Debemos darle dimensión universal a su vida, a su accionar, que es lo mismo que darle razones sagradas, altruistas, amorosas por las cuales luchar. Un Pueblo con estas motivaciones, será un Pueblo que ha recuperado su dignidad, luchará por su puesto en la marcha de la humanidad, tendrá papel estelar en las grandes y vitales luchas que esperan a la especie… y además resolverá sus problemas cotidianos. Empecemos ya a elevarnos como Pueblo, a demostrar que tenemos algo grande que escribir en la historia, algo que decir al mundo, algo que ofrecer en esta lucha por salvar a la humanidad, a la vida sobre el planeta. Retomemos el camino del Socialismo profundo.

Para eso debemos empezar por movilizarnos todos: partidos, organizaciones sociales, todos convocados a la calle, los viejos, los muchachos, mujeres, niños, hasta el gato, todo el que sea Socialista, todo el que ame a la humanidad, todos los hombres de buena voluntad, todos a la calle a movilizarnos. Es necesario decir al mundo que el Pueblo Socialista está aquí, respaldando al Comandante y al Socialismo. Una buena ocasión para este reencuentro, para el relanzamiento del entusiasmo Socialista, es el próximo 13 de abril, fecha vital para el proceso revolucionario. El 13 de abril afloró en el Pueblo, de nuevo y con igual fuerza, el espíritu altruista, solidario, amoroso del Paso de los Andes. Ese día el Pueblo se levantó en toda su hermosura humana, fue a la calle tras un objetivo político: a salvar la esperanza, intuyendo que en el Comandante estaba la única posibilidad de caminar hacia su redención. Ese día nadie pidió ni dio cuartel, ese día nadie pidió nada, los humildes salieron a la calle a dar lo único que tenían ¡la vida! Salieron a poner el pecho a las balas de los fascistas. Ese día se consolidó una vez más la alianza sagrada de las Fuerzas Armadas con su Pueblo, renació el espíritu que construyó el ejército de Bolívar, el Ejército Libertador. Ese día el Pueblo demostró, le dijo a sus dirigentes, que había pasta para avanzar hacia el Socialismo. Ese día debe ser el día del relanzamiento Socialista.

¡Socialismo es movilización! ¡Chávez es Socialismo!

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