Para “El libro para mis hijos” Tlapacoyan, Veracruz; 3 de febrero de 2008.
LECCIÓN SIMPLE PARA SER FELIZ INTROITO: La OSCURIDAD, el FRÍO o el VACÍO existen, pero no porque los podamos “producir”, sino porque podemos hacer que sus “contrapartes” disminuyan; dicho de otra manera: no los podemos “fabricar” como resultado de una actividad que tenga como producto final estos conceptos. Me explico:
A. La OSCURIDAD no existe… es la ausencia de luz. Es decir, si tratamos de fabricar una máquina que produzca OSCURIDAD… no podremos fabricarla nunca; lo que tenemos que hacer para lograr una OSCURIDAD ABSOLUTA es: Definir el espacio que deseamos sea oscuro y, entonces, evitar que llegue a él cualquier rayo de luz. B. El FRÍO no existe… es la ausencia de calor. En este caso, tampoco podemos fabricar una máquina que produzca FRÍO, es imposible; lo que se hace es “bombear” el calor de un espacio a otro, de manera tal que el calor que “bombeamos” hacia afuera, sea mayor que el calor que se filtre hacia adentro, logrando así disminuir la temperatura del espacio seleccionado y haciéndolo más frío cada vez. C. El VACÍO no existe… es la ausencia de algo. Para lograr el VACÍO lo que se hace es “sacar” del espacio seleccionado lo que lo llena, entre más saquemos, más VACÍO estará; pero nunca podremos producir VACÍO y “echarlo” a un espacio.
LECCIÓN ÚNICA Aprovechando estos ejemplos, me atrevo a afirmar, en el mismo sentido de los tres ejemplos usados, que: LA FELICIDAD NO SE PUEDE “PRODUCIR” sino que ÉSTA solo se logra en el momento en que no sentimos dolor alguno. Y los dolores que pueden evitar que seamos felices los clasifico en dos grandes apartados: EL DEL DOLOR FÍSICO y EL DEL DOLOR “ESPIRITUAL”. O sea: Bastará con no sentir dolores físicos ni espirituales SIMULTÁNEAMENTE para que en ese preciso momento seamos felices; tan pronto como nos percatemos de algún tipo de dolor, la felicidad disminuye, escapa, se acaba. A ello se debe que la felicidad sea tan efímera y tan recurrente, que se vaya y que venga conforme pasan los días o los momentos… y a ello se debe que siempre tengamos la esperanza de volverla a alcanzar. Pero si, como en los casos del frío, la oscuridad o el vacío, nos pasamos la vida tratando de encontrar o producir la felicidad… jamás lo lograremos. No debemos dedicarnos a perseguirla. En lo que debemos de trabajar para alcanzarla es en hacer las cosas de tal manera que jamás tengamos dolores físicos ni espirituales.
Como evitar LOS DOLORES FÍSICOS es simple de explicar: Coma bien, haga ejercicio, manténgase aseado y no se intoxique. Así de sencillo. Lleve una vida sana y será sano; y siendo sano, verdaderamente sano, no tendrá dolores físicos… salvo los que le provoquen los “accidentes” de la vida… pero esos, no sé cómo evitarlos, o los causados por defectos genéticos, que son gratuitos y recaen en alguien sin que haya hecho nada para merecerlos (el azar de las combinaciones adversas). Respecto a cómo evitar LOS DOLORES ESPIRITUALES me da más trabajo explicarlo. Primero debemos convenir que por DOLOR ESPIRITUAL entenderemos cualquier tipo de dolor NO FÍSICO… es decir: recuerdos, culpas, escalas morales trastocadas (cualesquiera que estas sean), sensaciones, sentimientos, etc., “cosas” que cuando asaltan a nuestra mente nos muerden el alma… cualquier tipo de “incomodidad mental” puede ser traducida como dolor, en mayor o menor escala, pero al final de cuentas: dolor. Y como no podemos fabricar el NO DOLOR… se me ocurre que la única forma de evitarlo es mediante la fabricación de BUENOS RECUERDOS. El pasado ya pasó y el futuro no ha llegado, eso ya lo sabemos y lo comprendemos; mi aportación es en el sentido de sugerir que dediquemos el presente a corregir nuestros recuerdos “malos” del pasado, los que nos duelen, y a fabricar recuerdos “buenos”, para que cuando el futuro se convierta en presente tengamos mayor oportunidad de que el NO DOLOR físico y el NO DOLOR espiritual coincidan, y así… tengamos más oportunidades de ser felices más seguido… y más tiempo. Así de simple es el ser feliz. Moisés Morales, un amigo experto en la cultura maya, dice: “Los dioses hicieron la vida simple… para complicársela a los sabios”. Así pues, no le “hagamos al sabio” y dediquémonos, “simplemente”, a ser felices. Luis Eduardo Lara Sánchez.