Trabajo científico
TAC, MÁS ALLÁ DEL SNC
Angel Ma Hernández Guerra Dpto Medicina y Cirugía Animal Facultad de Veterinaria- UCH-CEU
Introducción La tomografía Axial Computerizada o TAC, es un método de exploración inmediato y no invasivo, que nos permite obtener imágenes en dos dimensiones de distintos planos anatómicos del organismo. Aunque es especialmente valioso para visualizar tejidos óseos, tiene grandes aplicaciones en el diagnóstico de patologías de tejidos blandos. Su funcionamiento al igual que la radiografía convencional, su funcionamiento se basa en los rayos X o roentgen, aunque gracias al procesamiento de imágenes que disfruta, es capaz de discriminar diferencias de densidad radiológica del 0,05%, frente al 0,5% de la radiología convencional. Se puede decir que su uso, junto a la Resonancia Magnética, ha revolucionado el diagnóstico por imágenes. En veterinaria, éstas técnicas de diagnóstico por imágenes se aplican sobre todo en Neurología. Sin embargo, sus posibilidades son mucho mayores, con aplicaciones en casi todo el organismo.
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Figura 1, a y b: mismo corte visto en dos ventanas diferentes, tejidos blandos y hueso.
TAC, MÁS ALLÁ DEL SNC - HERNÁNDEZ, A.
Foto 2
Figura 2: tumor intracraneal.
Figura 3: luxación atlantoaxial traumática. Foto 3
Fundamentos Los principios físicos del TAC y la Resonancia Magnética implican la utilización de un ordenador para adquirir los datos y reconstruirlos en “rebanadas” o slices de diferentes planos. Estos datos acaban reflejándose como una imagen de la rebanadas de información siguiendo el eje longitudinal del animal. El ordenador lo que hace es procesar datos numéricos y representarlos en una imagen. Esta nos da la posibilidad de manipular la imagen, de modo parecido a manipular los valores de una radiografía según nos interese centrarnos en hueso, tejidos blandos, grasa, etc., acentuando aquellos rasgos que nos sean más útiles. De esta manera, podemos obtener varias “vistas” de un mismo corte, lo que nos permite centrarnos en distintas estructuras (Fig. 1, a y b).
Como se forma la imagen La adquisición de imágenes en un TAC se forma con un tubo de rayos X girando alrededor del paciente. Este tubo está acoplado a detectores de la radiación saliente tras atravesar el cuerpo del paciente. Como en la radiología convencional, los rayos X se atenúan al atravesar al paciente según el espesor y la densidad del tejido que ha atravesado el haz de rayos. El ordenador, con la información que le dan los detectores de rayos, y gracias a algoritmos matemáticos muy complejos, forma una imagen en blanco y negro. Está imagen representará en una escala de grises el coeficiente de atenuación (o radiodensidad) de cada tejido. Este coeficiente de atenuación de los diferentes tejidos se expresa en Unidades Humsfield (UH). Así el agua tiene un valor 0 UH, el hueso cortical de +3000 UH y el aire de -1000 UH. El ojo humano sólo es capaz de reconocer unas 15 escalas de grises entre el blanco y el negro. Por ello la información se ha de representar manipulada para que la escala de grises esta centrada en el tejido que queramos visualizar (+300 UH en tejidos blandos, +2000 en hueso, -500 en parénquima pulmonar, etc.), esto es lo que llamamos “ventana” (ventana ósea, de tejidos blandos, pulmonar, etc.).
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Indicaciones del TAC Como ya hemos indicado, tradicionalmente las utilizaciones más frecuentes del TAC en veterinaria, son en patologías del SNC, ya sea intracraneal o de la columna vertebral (Fig., 2 y 3). Sin embargo existen otras muchas indicaciones del TAC, donde se convierte en un método diagnóstico muy superior a la radiología convencional
Figura 4: no unión coronoides.
Sistema músculo-esquelético El TAC disfruta de una excelente (superior a ningún otro método de imagen) calidad de imagen en tejidos óseos. Ésta altísima definición le hace la prueba diagnóstica de elección en problemas articulares, que en numerosas ocasiones son difíciles, sino imposibles, de diagnosticar. Posiblemente el mejor ejemplo sería la no unión del proceso coronoides (Fig. 4). También está descrito su uso en veterinaria para la toma de biopsias óseas, algo muy frecuente en medicina humana.
Tórax El TAC de tórax es posiblemente la utilización más frecuente del esta técnica en medicina humana. En veterinaria, aunque utilizada con relativa frecuencia, no existen muchos estudios publicados. Sin embargo, recientemente (Prather et al, 2004) un estudio comparativo del TAC y radiología convencional en 33 perros y gatos, el TAC añadió información muy significativa en un 88% de los casos (29/33). Llegando a cambiar completamente el diagnóstico en el 65% de ellos. Se considera, pues, una técnica infrautilizada para el potencial diagnóstico que posee. 16
El TAC nos va a dar información inequívoca sobre la localización de masas, especialmente en la situadas en mediastino, donde en radiología convencional se solapan con el corazón, esófago, tráquea y grandes vasos,
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Figura 5: masa torácica.
dificultando enormemente el diagnóstico. Asimismo facilita enormemente la toma de biopsias y es capaz de demostrar nódulos de tan solo 3mm, frente a los 8 mm de resolución típica de la radiografía (Fig. 5).
Abdomen
Foto 7 Figura 7: Otitis media, se observa un bulla llena de líquido.
Figura 6: oído medio e interno. La flecha señala la cóclea, la cabeza de flecha la bulla, y la línea, los osículos. Foto 6
Es en veterinaria, una de las zonas con menos descripciones de exploraciones con TAC. Aunque también muy utilizada en medicina humana, la ecografía es capaz muchas veces de obtener toda la información necesaria. Sin embargo, a semejanza con humanos, tiene gran utilidad potencial. Las descripciones más utilizadas del TAC en cavidad abdominal se centran en el diagnóstico de enfermedades hepáticas, la medición de las glándulas adrenales cuando no se puede realiza por ecografía, el diagnóstico de masas pancreáticas, en especial el insulinoma, y problemas esplénicos.
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Figura 8: Masa intranasal con evidente destrucción ósea. La biopsia confirmó la naturaleza neoplásica de la lesión
Cabeza Aparte del SNC, existen otras indicaciones del TAC de cabeza. Destacando el oído interno y externo, la cavidad nasal y el espacio retrobulbar.
Oído interno y medio El TAC nos permite una excelente visualización de las estructuras del oído medio e interno (figura 6), por lo que es muy útil para su evaluación. Es mucho más sensible a cambios en la bulla, especialmente otitis media, que la radiografía convencional. (Figura, 7). En medicina humana es la técnica de elección, permitiendo diferenciar cambios inflamatorios, neoplasia y colesteatomas (Garosi et al., 2002). Dada la necesidad de sedación profunda / anestesia y la obtención de varios vistas en un estudio radiográfico conFigura 9: condrosarcoma retrobulbar. vencional, la diferencia entre un buen estudio radiográfico y uno tomográfico es pequeña en términos económicos, especialmente si consideramos las grandes ventajas que nos proprociona el TAC.
Fosas nasales Es mucho más sensible que la radiografía. Nos proporciona una gran cantidad de información. Sin embargo aunque exsiten varios hallazgos sugerentes de neoplasia nasal, ninguno de ellos, a pesar de tener una alta correlación con neoplasia son diagnósticos. Pese a ello, la alta correlación puede ser de gran ayuda en la interpretación de biopsias nasales, ya que a menudo las muestras obtenidas son superficiales. Por ello una imagen típica de neoplasia intranasal con un diagnóstico histopatológico negativo a neoplasia es muy sugerente que este negático sea falso, (Burk 1992). (figura 8).
Espacio retrobulbar 18
Es una técnica muy eficaz para demostrar masas retrobulbares, caracterizando la forma, tamaño y localización (figura 9). Por el contrario, por su menor capacidad de demostrar cambios en tejidos blandos que la RM, en desórdenes retrobulbares que no desplacen al ojo (que “no ocupen espacio”), su capacidad diagnóstica es menor que la RM.