Contaminacion Atmosferica Cesar Urive Ing. Ambiental.docx

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CONTAMINACION ELECTROMAGNETICA El concepto de contaminación electromagnética, también conocida como electro polución, se refiere a la presunta existencia de una exposición excesiva a las radiaciones de espectro electromagnético (o campos electromagnéticos) generadas por equipos electrónicos u otros elementos producto de la actividad humana. Se emplea el término "contaminación" puesto que se sospecha que ciertos campos electromagnéticos podrían ser, para las especies vivas, un factor de perturbación, pudiendo afectar a su salud o hábitos reproductivos. Estas cuestiones son objeto de polémica social y mediática, y también de intenso estudio académico. Algunos campos electromagnéticos a intensidades muy elevadas pueden presentar efectos nocivos comprobados, fundamentalmente por el efecto térmico que pueden causar (como por ejemplo el campo electromagnético en el interior de un horno microondas). Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud estima que, a los niveles promedio de intensidad a los que se somete un adulto en los países desarrollados, no existen efectos adversos para la salud. Un aspecto polémico refiere a los hipotéticos efectos nocivos que podrían producir, a largo plazo, las emisiones de radiación electromagnética. Algunos casos puntuales de supuestos aumentos en la probabilidad de cáncer en personas que viven en zonas cercanas a torres de alta tensión, como así también la reciente preocupación sobre el uso de la telefonía celular, y de las antenas de celulares han contribuido a despertar cierto grado de "alarma social".

CONTAMINACION RADIACTIVA Se denomina contaminación radioactiva o contaminación nuclear a la presencia no deseada de sustancias radioactivas en el entorno. Esta contaminación puede proceder de radioisótopos naturales o artificiales. La primera de ellas se da cuando se trata de aquellos isótopos radiactivos que existen en la corteza terrestre desde la formación de la Tierra o de los que se generan continuamente en la atmósfera por la acción de los rayos cósmicos. Cuando estos radioisótopos naturales se encuentran en concentraciones más elevadas que las que pueden encontrarse en la naturaleza (dentro de la variabilidad existente), se puede hablar de contaminación radiactiva. Ejemplos de estos radioisótopos pueden ser el Uranio235, el Polonio210, el radón, el potasio40 o el Berilio7. En el segundo caso (radioisótopos artificiales), son los radioisótopos que no existen de forma natural en la corteza terrestre, sino que se han generado en alguna actividad humana. En este caso la definición de contaminación es menos difusa que en el caso de los radioisótopos naturales, ya que su variabilidad es nula, y cualquier cantidad se podría considerar contaminación. Por ello se utilizan definiciones basadas en las capacidades técnicas de medida de estos radioisótopos, de posibles acciones de limpieza o de daño, que pueden causar hacia las personas o la biota. Ejemplos de estos radioisótopos artificiales pueden ser el Plutonio239, el Curio244, el Americo241 o el Cobalto60. Es común confundir la exposición externa a las radiaciones ionizantes (p.ej. en un examen radiológico) con la contaminación radiactiva. Es útil en este último caso pensar en términos de suciedad cuando se habla de contaminación. Como la suciedad, esta contaminación puede eliminarse o disminuirse mediante técnicas de limpieza o descontaminación, mientras que la exposición externa una vez recibida no puede disminuirse.

CONTAMINACION SONICA Se llama contaminación acústica, contaminación sónica o contaminación sonora al exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla bien o adecuadamente. El término "contaminación acústica" hace referencia al ruido (entendido como sonido excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas (tráfico, industrias, locales de ocio, aviones, barcos, la construcción de edificios, obras públicas entre otros.) que produce efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de los seres vivos. Se ha dicho por organismos internacionales, que se corre el riesgo de una disminución importante en la capacidad auditiva, así como la posibilidad de trastornos que van desde lo psicológico (paranoia, perversión) hasta lo fisiológico por la excesiva exposición a la contaminación sónica. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera los 70 dB (decibeles) como el límite superior deseable. En España, se establece como nivel de confort acústico los 55 dB. Por encima de este nivel, el sonido resulta pernicioso para el descanso y la comunicación. Según estudios de la Unión Europea (2005): «80 millones de personas están expuestas diariamente a niveles de ruido ambiental superiores a 65 dB y otros 170 millones lo están a niveles entre 55-65 dB.

INFORMACION RESTANTE EFECTOS DE LA CONTAMINACION ATMOSFERICA: Sobre los materiales: El efecto más importante de los contaminantes atmosféricos sobre los materiales es la corrosión. Los óxidos de azufre causan daños a muchos tipos de materiales, directa o indirectamente, además de la humedad y la temperatura, un alto contenido de SOx en el aire acelera la corrosión de metales como el acero al carbono, zinc, acero galvanizado, compuestos de cobre, níquel y aluminio. Específicamente, se han observado correlaciones entre tasas de corrosión en metales y concentraciones de SO2 en la atmósfera, con valores más altos en zonas industrializadas. Otros materiales de composición carbonatada también se ven muy afectados por la presencia de SO2. Por otra parte, los compuestos de azufre pueden producir daños en otro tipo de materiales como pinturas plásticas, papel, fibras textiles y sobre los contactos eléctricos de los sistemas electrónicos, dando lugar a deficiencias en su funcionamiento. Los oxidantes fotoquímicos afectan sobre todo a los cauchos y elastómeros, en los que causan un rápido envejecimiento y agrietamiento. Finalmente, los óxidos de nitrógeno decoloran y estropean las fibras textiles y los nitratos aumentan la corrosión de las aleaciones de cupro-niquel. Se denomina abrasión a la acción mecánica de rozamiento y desgaste que provoca la erosión de un material o tejido. Desgaste de la superficie, producido por rayado continuo, usualmente debido a la presencia de materiales extraños, o partículas metálicas en el lubricante. Esto puede también causar la rotura o resquebrajamiento del material (como en las superficies de los dientes de los engranes). También la falta de una adecuada lubricación puede dar como resultado la abrasión. Ataque químico indirecto por contaminantes Deposición o eliminación de pequeñas partículas sólidas o liquidas.

Sobre la vegetación y la flora: Se observa primeramente en las hojas, donde dañan las células y esto causa la formación de manchas color marrón que se blanquean después de algunos días. Los daños del ozono parecen más fuertes durante un mediodía soleado, pero el resultado neto rebasa los daños aparentes superficiales de las hojas causando una reducción de superficie con menor crecimiento y frutas más pequeñas. Depende del contaminante, su concentración y el tiempo de exposición. Puede causar desde manchas en las hojas hasta la muerte la toda la planta. La contaminación imposibilita el crecimiento de muchas especies vegetales, porque la presencia de sustancias químicas en el suelo altera los procesos vitales de las plantas. La lluvia ácida, es una consecuencia de las actividades industriales y del transporte, contamina la atmósfera y es responsable de la destrucción de grandes bosques. Afecta el suelo, que se contamina con sustancias ácidas que dificultan o impiden el crecimiento de nuevas especies vegetales, con lo cual se favorece la erosión del suelo.

Sobre la salud: Nuestro estado físico y psíquico puede verse resentido en función del tipo de contaminación atmosférica al que estemos expuestos. Existen multitud de órganos y funciones del cuerpo que pueden verse afectados, entre los que destacan: Enfermedades respiratorias, daños cardiovasculares, fatiga, dolor de cabeza y ansiedad, irritación de ojos y mucosas, daños en el aparato reproductor, daños en hígado, bazo y sangre, daños en el sistema nervioso. La población urbana está más expuesta a sufrir los efectos de la contaminación atmosférica, y dentro de este conjunto, son especialmente vulnerables aquellas personas que ya están enfermas, los niños y las personas de tercera edad.

Globales: La quema de combustibles fósiles provoca un aumento considerable de las concentraciones de CO2 en la atmósfera, uno de los principales gases de efecto invernadero. La acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera dificulta el escape de la radiación infrarroja emitida por la superficie terrestre hacia el exterior, lo que provoca un aumento de la temperatura global. La concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado significativamente desde la época preindustrial. Las zonas del planeta más vulnerables al cambio climático son las latitudes más septentrionales, a causa de la circulación general atmosférica y las condiciones físicas del globo. Si bien es cierto que la temperatura media del planeta durante el siglo XX ha variado 0,6° C, no se han producido las mismas variaciones en todas partes. Según el IV Informe del GIECC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), en Alaska, entre 1970 y 2004, se ha registrado un incremento de 2-3,5 °C. El incremento de la temperatura global podría derivar en alteraciones en las corrientes marinas a gran escala, interconectadas con posibles deshielos polares, especialmente en el Ártico, alteración de los regímenes de lluvias, disminución de los glaciares, aumento del nivel del mar, etc. En general, el aumento del efecto invernadero implicará un cambio en las condiciones climáticas globales, con grandes repercusiones ecológicas, sociales y económicas; es lo que conocemos con el nombre de cambio climático.

La capa de ozono se sitúa a una altitud de entre 15 y 40 km y protege la superficie terrestre de la radiación ultravioleta procedente del Sol (rayos UVA, UVB y UVC). Sin ella, los efectos sobre los seres vivos son muy perjudiciales, ya que produce quemaduras, depresiones del sistema inmunológico y afecciones en los ojos, y altera las células hasta producir cáncer de piel. Se calcula que una pérdida del 1% de la capa de ozono provoca un aumento del 2% de los casos de cáncer de piel.

A partir de los años ochenta, por efecto del uso de

clorofluorocarbonos (CFC) como propulsores de aerosoles, refrigerantes en aparatos de aire acondicionado, disolventes y plásticos expandidos, se detectó que el ozono en la estratosfera estaba disminuyendo de forma evidente sobre la Antártida y, en menor medida, sobre el Ártico, lo que provocaba un aumento de las alteraciones de la piel sobre el ganado y los habitantes de las regiones más cercanas. Entonces se habló de la existencia de un "agujero" en la capa de ozono. Sin embargo, en realidad la capa de ozono no tiene un agujero, sino que la concentración de ozono disminuye y la ozonosfera queda debilitada, con lo que deja pasar la radiación ultravioleta que es perjudicial. Para frenar la destrucción de la capa de ozono, en 1987 se aprobó el Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional que prohibía el uso de CFC. Esto ha permitido una lenta recuperación del ozono estratosférico, aunque la persistencia de estos gases hace que la capa de ozono todavía siga debilitándose durante el invierno de los respectivos hemisferios. Actualmente, en sustitución de los CFC se emplean otros compuestos menos nocivos para el ozono, como los hidrofluorocarburos (HCFC) y los perfluorocarburos (PFC); por el contrario, estos gases favorecen el efecto del cambio climático. A pesar de los avances, hoy sabemos que los CFC no son las únicas sustancias responsables de la destrucción de la capa de ozono. Otros compuestos que contienen cloro, los óxidos de nitrógeno o el bromuro de metilo (un plaguicida agrícola) también destruyen el ozono.

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