Comportamiento Lo que hace temible a la hiena es su habilidad social: son capaces de comunicarse entre sí y coordinar ataques y movimientos de manada de hasta 40 individuos. Este punto, combinado con sus poderosas bocas, las hace sumamente peligrosas, capaces de triturar huesos con sus colmillos afilados. La jauría suele ser liderada por una matriarca, que participa muy poco en la caza. A diferencia de otros carnívoros, suelen ser los machos quienes realizan la mayor parte en la cacería. No obstante, no todas las hienas son agresivas. Suelen ser animales muy cobardes, nunca atacan en solitario y siempre recurren a la multitud para sentirse seguras. En muchas ocasiones se retiran a toda velocidad si se sienten amenazadas por algo. La hiena parda y la hiena rayada no son nada agresivas en comparación con la hiena manchada africana. Estas dos subespecies recurren casi enteramente a la carroña para alimentarse. La hiena proteles —llamada también lobo de tierra— se alimenta mayormente de insectos, gracias a su lengua viscosa; también come roedores y aves. Durante la época de reproducción, las hienas tienen un tiempo de gestación relativamente corto; consta de 95 días aproximadamente, en cada especie de ellas. Algo curioso se da en las hembras de la hiena manchada, cuyo órgano reproductor es similar al pene de los machos.