Competencias Comunicativas En Educacion

  • May 2020
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COMPETENCIAS COMUNICATIVAS EN EDUCACION Resumen de la conferencia a cargo de VÍCTOR MIGUEL NIÑO ROJAS “Conocer es comunicar, comunicar es aprender”. Mario Kaplún Todo el mundo habla del cambio educativo. De subirse al tren del cambio. Porque si nos deja el tren, estaremos desactualizados. Este reto exige mirar alternativas, romper el cerco de la rutina, abrir brechas o “hacer caminos, al andar”, como diría Antonio Machado. Un camino que se está construyendo, o mejor, reconstruyendo para llevar el cambio al aula, es asumir el conocimiento como algo esencialmente compartido. Este se reconoce como tal, cuando al menos dos lo confrontan, lo viven, lo comparten. Es decir, cuando es comunicado. Siempre predicamos que aprender no es un evento individual de memorización; pero ni siquiera es de descubrimiento o construcción, si no está mediado, socializado. Porque “si hacemos un balance introspectivo de las cosas que realmente hemos aprendido en nuestra vida, comprobaremos que son aquellas en que hemos tenido la oportunidad y el compromiso de comunicarlas a otros” (Kaplún, 1992). Entonces tal vez el aprendizaje, el acto educativo, está indisolublemente ligado a la comunicación. Y es que la comunicación es la sangre que sostiene la existencia de una sociedad, es el instrumento para la creación y vigencia de la cultura, es la vida del espíritu. Y el acto educativo, que tiene lugar en la escuela, como espacio destinado al cultivo del ser humano, al fomento de la convivencia y a ser pilar de la democracia, tiene su cabal realización justamente en los actos comunicativos. Como dirían Beltrán Riaño y otros (2005), “Comunicación dialógica y democracia constituyen el protocolo de un proceso de convenciones simbólicas, que parte de la comunicación como elemento básico de todo acto de convivencia”. Las concepciones educativas andan parejas con las concepciones y prácticas de comunicación. Y éstas están ligadas, a su vez, a una cosmovisión, es decir, a la manera como se concibe el hombre, el universo, la sociedad, la cultura, el aprendizaje. Por esto, no siempre se ha concebido el acto comunicativo del mismo modo, en los distintos contextos históricos. Y por tanto, las prácticas comunicativas no han sido las mismas, en las distintas comunidades. Si hacemos referencia a la tan desprestigiada y vilipendiada educación tradicional (basada en la heteroconctrucción del conocimiento, según Not, 1994), veremos que allí estaba la mediación comunicativa. Pero se trata de una comunicación unilateral, vertical, unidireccional, monológica, de transmisión o información, a veces dominante, manipuladora y poco democrática. En rigor de verdad, se centraba en un solo interlocutor, pues el segundo sujeto apenas respondía a los requerimientos de control del primero, casi sin iniciativa.

Desde la otra orilla, en la pedagogía activa (la autoconstrucción del conocimiento, Not, 1994), la comunicación exigió unos roles en que el maestro tuvo que bajarse de su pedestal; la comunicación dejó de ser vertical y pasó a ser horizontal, pero la acción se centró en instrumentar una orientación en la actividad del estudiante, considerado éste con mayor autonomía, pero sin mayor participación y compromiso de parte del enseñante. Diríamos que la comunicación tendió a debilitarse, en la medida en que eventualmente se dejara solo al alumno. Hoy, cuando la proliferación de tendencias pedagógicas es el plato del día, se predica la comunicación dialógica, de ida y vuelta, de participación mutua, y de un aprendizaje que nace de la interacción (interestructuración del sujeto y objeto para el aprendizaje, según Not, 1994). En el campo educativo se ha empezado a hablar de “discurso pedagógico” “comunicación pedagógica” (Bernstein, 2000), “pedagogía de la comunicación” (Kaplún, ), “enseñanza dialogante” (Not, 1992), para no citar más. Es aquí donde surge nuestra propuesta de un “Modelo de Interacción Múltiple PedagógicoComunicativa”, expuesto en el libro de Niño Rojas y Pérez Grajales, “Los medios audiovisuales en el aula” publicado por Magisterio, Bogotá, 2005. El modelo involucra una comunicación dialógica, protagonizada por un sujeto primer interlocutor (maestro) y un sujeto segundo interlocutor, en donde ambos son aprendices, los dos interactúan, con posibilidades de iniciativa y autonomía, pero sin que el primero se adueñe del proceso ni el segundo prescinda del primero. La mediación es posible gracias a los diversos “sistemas simbólicos” (Not, 1994 - MEN, 1998- Niño y Pérez, 2005), o sea, el lenguaje verbal y no verbal. Dos autores básicos inspiran el modelo, quines sustentan esta acción dialógica. Uno es Mario Kaplún (1999) de quien destacamos estas palabras: “educarse es involucrarse y participar en un proceso de múltiples interacciones comunicativas” . El otro es Louis Not (1992), ya citado, del cual recogemos los siguientes principios:  “El que aprende construye su saber, pero recurre al que enseña, para que éste le aporte lo que él no puede encontrar por sí mismo”.  “La acción es recíproca, porque la actividad de uno provoca la del otro, pero sobre todo porque cada uno actúa sobre el otro y reacciona ante el otro”. Refiriéndose a esta problemática, Habermás (1996) nos habla de la “intersubjetividad”, la “interactividad” y el “reconocimiento recíproco”. En consecuencia, ni el maestro es el sabelotodo que se abroga el derecho de enseñar al que no sabe, pues el estudiante sí sabe y tiene iniciativa, pero tampoco éste lo puede todo. Necesita y tiene el derecho a que el otro le enseñe. Frente a la enseñanza tradicional, se rescata la iniciativa y participación del estudiante y, frente a la educación activa, se rescata el rol de “enseñante” del maestro, de orientador y dinamizador, de dialogante y acompañante del proceso. Pero, además, el modelo pretende superar el dialogismo: propone asumir con todas sus implicaciones la interacción múltiple, en donde participan más sujetos en una comunicación rica y valiosa, que va y viene de muchas direcciones. Pues, vemos que en el aula, además de los sujetos del ámbito institucional en que está inmersa, entran por

alguna mediación o virtualmente, otras personas y grupos, autores, ideólogos, comunicadores, productores, etc. Van y vienen mensajes que impactan a los interlocutores de la comunicación dialógica central de alumno maestro. El valor de los textos y de los medios audiovisuales no está en éstos en sí, sino en la interacción que por su conducto ejecutan muchas personas. Por todo, el maestro y el alumno tendrán que tomar conciencia de la necesidad de afrontar comprensiva y críticamente estas mediaciones. Entonces, ¿qué consecuencias trae este modelo propuesto? ¿Qué cambios es necesario suscitar en docentes, alumnos y demás sujetos educativos, para que respondan a un proceso pedagógico renovado, como el que se sugiere? Es necesario construir las respuestas, entre todos, en las prácticas educativas, como la misma validez del modelo. Salta a la vista, sin embargo, que lo más urgente es el cambio de actitud y de roles en los sujetos educativos. Entre las muchas tareas por emprender, se requiere la capacitación para el dominio de la competencia comunicativa, que incluye otras competencias: la competencia lingüística, la textual, la pragmática, la de manejo de lenguajes no verbales, etc. La idea de competencias en educación, que bien entendida podría jalonar el cambio, está ampliamente esclarecida por Tobón (2004). En fin, en la era de las comunicaciones, tal vez estemos entrando a una era educativa, en la que a nosotros los docentes nos incumbe el papel importantísimo de ser ante todo comunicadores, en un sentido integralmente humano. REFERENCIAS  Bernstein, Basil. Hacia una sociología del discurso pedagógico. Bogotá: Magisterio, 2000.  Habermás, J. Teoría de la acción comunicativa. Complementos y estudios previos. México: Rei, 1996.  Beltrán Riaño, Daniel y otros. Comunicación dialógica, Democracia y discurso pedagógico. Bogotá: Universidad Distrital, 2005.  Kaplún, Mario. Una pedagogía de la comunicación. Quito: Editorial Quipus, 1999.  Ministerio de Educación Nacional. Lineamientos curriculares: Lengua castellana. Bogotá: MEN – Magisterio, 1998.  Niño rojas, Víctor Miguel. Competencias en la comunicación. Hacia las prácticas del discurso. Bogotá: ECOE Ediciones, 2003.  Niño Rojas, Víctor Miguel y Pérez Grajales, Héctor. Los medios audiovisuales en el aula. Bogotá: Magisterio, 2005.  Not, Louis. La enseñanza dialogante. Hacia una educación en segunda persona. Barcelona: Herder, 1992.  __________. Las pedagogías del conocimiento. Bogotá: F.C.E., 1994.  Tobón, Sergio. Formación basada en competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica. Bogotá: ECOE Ediciones, 2004.

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