Comentarios a la presentación del libro “La Comunicación antes de Colón” Quetzaltenango, 26 de octubre de 2009 Eduardo Gularte Cosenza, Centro de Comunicación para el Desarrollo (CECODE)
Luis Ramiro Beltrán: Cronista de la comunicación de todos los tiempos en América Latina “Los tlahcuilos (en náhuatl), los ajtz’ib (en maya) o simplemente escribanos-pintores eran personajes superiores, sabios sacerdotes escribas. Cumplían, pues, funciones de alta valía: eran al mismo tiempo literatos, narradores, historiadores y, por supuesto, cronistas de su tiempo” (2009:161). Estas palabras registradas en la obra “La Comunicación antes de Colón” aplican de manera exacta al impulsor de esta iniciativa que hoy tenemos el honor de conocer en la ciudad de los k’iche’s, Xelajú: el Dr. Luis Ramiro Beltrán se ha convertido en ese ajtz’ib, el cronista de la comunicación de todos los tiempos en América Latina. Ya sea desde sus aportes hace varias décadas en la construcción de una comunicación alternativa, así como el registro y sistematización de las experiencias de la comunicación asociada al desarrollo en su texto “La comunicación para el desarrollo en Latinoamérica: Un recuento de medio siglo” (2005). Gracias a él y a otros autores como Daniel Prieto, Francisco Gutiérrez, Alfonso Gumucio, Mario Kaplún y Paulo Freire, podemos hablar de una propuesta propia de comunicación desde nuestros pueblos.
La comunicación no es nada nuevo en América Latina Y es gracias a su más reciente obra “La Comunicación antes de Colón” que hoy podemos incluso, afirmar que la historia de la comunicación en nuestro continente no es nueva, no vino de los europeos, tampoco es algo que asumimos de los países poderosos, la comunicación es algo tan originario de nuestros pueblos, como lo es el maíz. Siempre fue parte de nuestra vida diaria. Si bien, hasta hoy, los libros y los cursos que se estudian en las universidades para formar a comunicadoras y comunicadores, nos cuentan la historia de la comunicación desde los griegos, los romanos, la edad media, el renacimiento, el surgimiento de la imprenta, el nacimiento de la prensa, el telégrafo, la radio, el cine, la televisión o la internet. Hoy en día, nos damos cuenta que esos textos se han quedado cortos, son obras incompletas sobre todo, si lo analizamos desde nuestra condición de latinoamericanos y latinoamericanas.
1
¿Acaso en Mesoamérica no existían formas de comunicación? De igual manera en los Andes precolombinos.
Hace falta trascender esa visión centrada en lo occidental La comunicación que nos llegó de Europa… Podemos retomar lo que narra Eduardo Galeano, en su libro “Patas Arriba. La Escuela del Mundo Al Revés” cuando habla del arribo de los españoles a tierras americanas, quienes para tomar posesión de las tierras de los pueblos indígenas, les leían, en latín, un decreto llamado Jus Comunicationis. Con la lectura de este decreto, ellos daban por realizada la comunicación. Lo que en realidad era un despojo unilateral de los territorios de los pueblos originarios. Podríamos preguntarnos ¿cuánto ha cambiado esta comunicación que nos trajeron los europeos hoy en día? Y precisamente cuando se trata de uso de los territorios de los pueblos indígenas. Si nos quedáramos con la existencia de aquella comunicación, no podríamos explicar la plena vigencia de las culturas vivas de nuestro continente hoy en día. No podemos pensar que la comunicación es algo que se trajo junto con los barcos, misioneros y enfermedades en 1492… Nos indica la obra coordinada por el Dr. Beltrán que: “Tal visión etnocéntrica no sólo niega, entonces, las prácticas comunicacionales precolombinas, sino que, además, las reduce a formas rudimentarias carentes de significación investigativa y, a la vez, sustenta la creencia de que, para América, la cultura y la civilización habría comenzado sólo con el arribo de los conquistadores en 1492 (2009:20). El libro “La Comunicación antes de Colón” busca recuperar este valioso aporte. Y aunque, tal como lo explica el texto inicial, fue un trabajo arduo el localizar y sistematizar estudios y experiencias sobre el tema, el trabajo del equipo que acompañó en esta aventura al Dr. Beltrán logró, en coordinación con muchas más personas, consolidar en este documento “los tipos y las formas propias de comunicación de las culturas nativas de América Latina, en las regiones mesoamericana y andina, en su situación previa a la llegada de Cristóbal Colón (Período Precolombino)”.
Es un documento que nos permite analizar nuestra situación actual en Guatemala Quizá el no hablar de los aportes desde la comunicación de los pueblos indígenas, también responde a una estrategia vigente hasta el día de hoy en Guatemala, la de la invisivilización de los mayas, xinkas y garífunas. La invisivilización está asociada al no reconocimiento de los aportes de estos pueblos, o al menosprecio de los mismos. Lo cual está asociado a una práctica cotidiana desde el Estado y desde los ciudadanos y ciudadanas de discriminación étnica y racismo hacia estos pueblos. Esto lo revelaba ya en el año 2006 el “Diagnóstico del Racismo en Guatemala”, estudio realizado por la Vicepresidencia de la República. Por ejemplo, el Diagnóstico del Racismo señala que desde hace décadas, en Guatemala se ha venido construyendo una visión distorsionada de los indígenas y basta revisar los diarios
2
de 1928 a 1944 cuando se empezó a hacer grandes descubrimientos de la civilización maya, como el de Tikal. Y se empezó a valorar la cultura maya, pero como algo del pasado, desvinculado totalmente de los mayas contemporáneos. Es necesario recordar que muchas de las formas de comunicación que se presentan en el libro, muchas de ellas desde los mayas, aún tienen vigencia y forman parte de la reivindicación de los pueblos a su derecho a existir y a mantener su cultura. A pesar de todo. Y es que no podemos olvidar tampoco que incluso muchas formas de comunicación, colocadas en soportes materiales como códices, libros, cerámicas, etc. fueron destruidas por algunos misioneros, al considerarlos como manifestaciones del demonio.
No existen, y no existirían hoy en día, culturas sin comunicación El texto coordinado por el Dr. Beltrán nos plantea la pregunta en el capítulo 2: ¿si es posible entender la comunicación sin la cultura? ¿O la cultura sin comunicación? La comunicación es una capacidad humana, especialmente porque está dotada de sentido, de significados, se manifiesta por medio de lenguajes, compartidos con otros seres humanos, de ahí que, como se indica en el texto: “la cultura puede ser y está siendo leída en clave comunicacional (simbólica, semiótica) sino que la comunicación a su vez ha sido redescubierta como esencialmente cultural” (2009:37). Indican los autores que “la comunicación está en el principio de la historia… no puede haber vida social fuera de la comunicación”. El libro entonces, nos presenta las formas de comunicación en las culturas precolombinas de Mesoamérica y de la región de los Andes. En la primera región destacan los Olmecas, Zapotecas, Mayas y Aztecas. En la segunda, existen varias, pero destacan la Viscachami, Ayampitinense, Quiula-Quila, Lauricocha, Pacaicasa, etc. En el libro, los autores hacen una descripción de las mismas y sus formas de comunicación.
La comunicación antes de Colón en Guatemala Quiero hacer especial mención del capítulo 4, donde se presentan los tipos y formas de comunicación en Mesoamérica, región a la cual pertenece Guatemala. Y es que la región es una de las más ricas en comunicación en el continente, y lo sigue siendo a pesar del sometimiento y la exclusión hacia los pueblos indígenas. Destaco dos formas de comunicación que me llaman la atención por su plena vigencia hoy en día:
3
La comunicación oral La palabra hablada es un eje de la cultura de nuestros pueblos. Los autores mencionan una diversidad de expresiones de la comunicación oral que van desde diversos tipos de poesía hasta la prosa o narrativa. Destacan los autores que no se trata de una comunicación limitada al uso de la voz, sino que va acompañada de los gestos, la música, el movimiento de todo el cuerpo, integrándose en teatro y rituales. Al respecto, tenemos la muestra del drama del Rabinal Achí, declarado por la UNESCO como patrimonio intangible de la humanidad. Y aquí cabe la expresión que estas formas de comunicación aún sobreviven en la actualidad a pesar de todo, pues es una manifestación que aún se presenta en el municipio de Rabinal, en Baja Verapaz. Tampoco podemos olvidar los diversos bailes que se presentan en ferias patronales y que evocan mucho de la representación de escenas por medio de la danza y la palabra: el baile del venado, de los monos y otros. Dado que las culturas son vivas, no podemos negar la integración de nuevos elementos a estos bailes o representaciones. Es importante, especialmente en esta tierra de Xelajú, valorar el papel de la palabra y el oficio de los tertuleros, quienes se encargan de hablar a nombre de las personas que les han encargado esta tarea, debido a la misión comunitaria que los tertuleros tienen de ser medios de comunicación entre sujetos. La palabra hablada también se hace presente en las relaciones entre los integrantes de la comunidad maya, especialmente entre los ancianos y las nuevas generaciones, en la resolución de los conflictos y en la aplicación de las acciones de reparación de los daños hechos por algunas personas. La palabra hablada fue la que llevó el mensaje de la memoria de los indígenas a ser plasmada su historia en textos escritos, tal como sucedió con el Popol Vuh, pero como sucedió también en época reciente, con la memoria de dolor de miles de indígenas durante el conflicto armado interno. Testimonios orales recogidos en los informes de la Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH) y el Proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI) de la Iglesia Católica. La comunicación oral también ha servido para recoger otras tantas historias de las culturas indígenas de Guatemala, y plasmarlas en textos escritos más contemporáneos por editoriales dedicadas al rescate de la narrativa indígena, como OKMA y Cholsamaj. Quiero valorar la explicación que hacen los autores de un símbolo valioso en la comunicación maya, se trata de la “voluta”: “la palabra hablada estaba representada por una voluta o vírgula (rollo), signo característico de toda tradición simbólica en Mesoamérica… Esas volutas salían de la boca o de la mano de los hablantes…” (2009:156). Es importante destacar que los idiomas mayas son de por sí, de tradición oral. Y se conserva su uso en gran parte de las comunidades lingüísticas del país. Esto demuestra
4
también, la plena vigencia de esa comunicación oral en el idioma maya con sus derivaciones según territorios. La comunicación escrita y la visual La escritura maya ha dejado maravillados a los investigadores, así lo demuestra la cita del mayólogo moderno Michael Coe: “entre todos los pueblos del Nuevo Mundo precolombino, sólo los antiguos mayas poseyeron una escritura completa: podían escribir todo lo que desearan en su propia lengua” (128). Los mayas emplearon una escritura a base de glifos rica en significados. Es en soportes materiales como estelas, murales, cerámicas y decoraciones de edificios, que podemos observar hoy en día esos textos escritos. También nos recuerda la existencia de los códices. Hoy en día, existen iniciativas de recuperar esa escritura. De hecho, la numeración maya (con su respectiva forma de ser representada), así como el calendario maya, tienen plena vigencia en muchos sectores del país. Sin embargo, es necesario, que como los idiomas mayas, sean parte del aprendizaje obligatorio que debería realizar cualquier ciudadano o ciudadana de Guatemala. Lo visual también tiene mucho de vigencia en nuestros días: los colores que se mencionan, usaban los mayas, aún conservan ese significado asociado a la cosmovisión: rojo, amarillo, blanco, negro. Lo vemos en las ceremonias mayas: cada una de ellas, explota al máximo esa comunicación cargada de simbolismo en interrelación entre los seres humanos y los seres divinos: flores, azúcar, incienso, candelas de diversos colores, pom, pino, etc. Y no se puede dejar de mencionar el Popol Vuh, como la obra cumbre de la comunicación maya, dado que es más que una obra literaria, se trata de la recuperación de la historia del pueblo maya k’iche’, que da sentido a la misma cosmovisión que viven los mayas de hoy.
Todo en las culturas indígenas está cargado de comunicación El libro también dedica un capítulo a los tipos y formas de comunicación en los Andes prehispánicos, encontrándose algunas coincidencias, como: la comunicación oral, las danzas, rituales, teatro, comunicación escrita, visual y monumental. Si bien, la comunicación pudo haber estado circunscrita a unos pocos, es decir la interpretación de los que se escribía en las estelas, hoy en día cabe reconocer el valor de los aportes de esas formas de comunicación que nos dejaron nuestros antepasados y aprender de ellas, en cuanto a retomarlas como herramientas para su uso en promover una comunicación para el desarrollo de los pueblos. Por un lado, las universidades que forman comunicadores y comunicadoras en Guatemala deberían dedicar un buen espacio a conocer estas formas de comunicación precolombinas, para estudiarlas así como se estudian otras iniciativas que vienen de contextos diferentes al nuestro. El conocer de mejor manera estas formas de comunicación podría servir para
5
reivindicar un modelo propio de comunicación, claro que sin menospreciar los aportes que otras visiones puedan dar, de tal suerte que se pueda construir un modelo contextualizado desde lo nuestro. Urge una reapropiación de las maneras indígenas de hacer comunicación. Puede ser que en algunas comunidades se estén perdiendo, por ejemplo, la comunicación oral, el simbolismo de lo visual, la memoria escrita de los antepasados, etc. Existen iniciativas como la que realiza el grupo de jóvenes T’zoltzil Jay en la Aldea El Tablón en Sololá, que recuperan por medio de la oralidad, la memoria de los abuelos y la organizan para representarla por medio de la danza y el teatro. Es recomendable que estas iniciativas se multipliquen en todo el país. Entre las reivindicaciones de los mayas de hoy, de acuerdo con el Dr. Demetrio Cojtí, se encuentra el derecho a la comunicación de los pueblos indígenas. Los mayas requieren no solamente de reapropiarse de los elementos comunicacionales del pasado, sino que potenciar esa comunicación por medios tecnológicos, de tal manera que se requiere, como indica el Dr. Cojtí: “compensar la desventaja del pueblo maya en materia de medios y minimedios de comunicación: “Deben tomarse medidas urgentes y excepcionales para favorecer la edición y publicación de libros, revistas y periódicos en idiomas mayas. Debe favorecerse también el desarrollo de la industria del cine, el video, el disco, las bibliotecas, los museos y todas las formas de expresión cultural. Entre estas formas de expresión pueden haber tanto tradicionales como modernas, las cuales pueden utilizar los mayas como medios para obtener sus metas y como fines en sí puesto que manifiestan el grado de autogestión alcanzado” (Cojtí, 1994:69).
BIBLIOGRAFÍA Cojtí, Demetrio (1994). POLÍTICAS PARA LA REIVINDICACIÓN DE LOS MAYAS DE HOY. Guatemala: Editorial Cholsamaj. Vicepresidencia de la República de Guatemala (2006). DIAGNÓSTICO DEL RACISMO EN GUATEMALA. Guatemala: Vicepresidencia de la República de Guatemala. Beltrán, Luis R. (coordinador) (2009). LA COMUNICACIÓN ANTES DE COLÓN. Bolivia. Cnetro Interdisciplinario Boliviano de Estudios de Comunicación.
6