Colonizacion Y Descolonizacion.docx

  • Uploaded by: Jose Juarez
  • 0
  • 0
  • May 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Colonizacion Y Descolonizacion.docx as PDF for free.

More details

  • Words: 7,748
  • Pages: 14
AFRICA ARABE Y AFRICA NEGRA El medio natural en África llama la atención por una casi geométrica distribución zonal, con una gran regularidad de los fenómenos bioclimáticos en franjas casi simétricas a ambos lados del Ecuador; una regularidad en la que ejercen un papel hegemónico las condiciones climáticas; en tanto que el relieve, cuya infraestructura viene determinada por el zócalo en un 96 % del continente, y cuya sobria arquitectura sólo se ve transformada en los dos extremos N y S —Atlas y Drakensberg—-, en el sector oriental —de grandes macizos y rifts— y en alguna otra ramificación, ejerce un papel muy secundario, puesto que, aunque las grandes altitudes modifican sustancialmente los medios bioclimáticos, éstas son proporcionalmente escasas, en tanto que domina netamente la reiterada monotonía de las grandes plataformas de horizontes abiertos y llanos, salpicadas de monadnocks o inselbergs, y de los relieves monoclinales con suaves pendientes. Inselbergs: relieve aislado (colonia o pequeños macizos) que domina signifcativamente una llanura o una meseta subhorizontal El significado económico de las condiciones naturales es claro: los materiales del zócalo ofrecen un subsuelo extraordinariamente rico en minerales, que, tradicionalmente y en la actualidad, se exportan a los países industriales con muy poca incidencia en la transformación económica de las regiones productoras. Una generosidad térmica y pluviométrica, por otro lado, en casi los dos tercios del territorio supone un potencial agrario e hidroeléctrico muy por encima del actual y enormemente alejado de la situación que presentan quienes quieren hacer responsables del subdesarrollo africano a esas mismas condiciones naturales. Este tan vasto territorio ha tenido una escasísima ocupación hasta fechas recientes, en las que se está produciendo una cierta densificación, rebajada por la imposibilidad o dificultad de ocupación de los medios desérticos, donde la aridez juega un papel prohibitivo. En conjunto se estima la población africana en unos 743 millones en 1997; cifra que da una densidad media de 25 habs./km2. Pero esta débil ocupación está aumentando aceleradamente, a causa del crecimiento demográfico, que durante la década de los setenta se mantuvo en torno al 2,9 % y todavía en 1997 era del 2,64 % anual, mostrando una fuerte resistencia a la baja, debido al descenso de la mortalidad, que todavía es muy alta en el conjunto de las sociedades africanas, cifrándose en una media del 14 ‰, frente a un espectacular índice de natalidad del 40,2 ‰ índices que se agravan aún más en el África subsahariana. Esta baja densidad se debe a factores históricos, porque África no es sólo un continente semivacío, sino, sobre todo, semivaciado: ya desde los romanos se realizaba un importante tranco de esclavos negros, hecho que se aceleró a partir del siglo XV y que perduró hasta bien entrado el XIX A pesar de ello, las mayores acumulaciones humanas tienen una ubicación costera, como corresponde al papel jugado por la colonización; y sólo algunos oasis poblacionales, como los del valle del Nilo, Transvaal, región de los Grandes Lagos o del N de Nigeria, ocupan una posición interior. Han sido precisamente la colonización y el neocolonialismo los responsables de la ruptura de las estructuras tradicionales, sin que hayan sabido o querido cambiarlas por otras válidas para el desarrollo. Una escasa población, pero que, en virtud de la explosión demográfica y de la falta de posibilidades en el campo, se suma al éxodo rural y se acumula en las ciudades, alimentando de este modo la hipertrofia urbana y terciaria, y la típica dualidad urbana de las ciudades africanas; fenómeno que no es obstáculo para la ausencia, claramente perceptible, de una red urbana, el escaso número de ciudades, y la debilidad de los

efectivos urbanos: África no cuenta más que con un 31 % de población urbana, aunque con una nítida diferencia entre el África árabe —46 %— y el África al sur del Sahara —27 %. Todos estos hechos descansan en una estructura socioeconómica específica, tanto por lo que se refiere al medio rural como al urbano. En el primero se desenvuelve la vida de la mayor parte de los habitantes, dedicados a una agricultura mixta, de subsistencia y comercial, con técnicas tradicionales, entre las cuales la azada conserva un significativo valor como instrumento agrícola, incapaz de abastecer a una población en rápido crecimiento. Al lado del campesinado tradicional, la mano de obra de las plantaciones, con un empleo temporal y características análogas, no alcanza mejores perspectivas, aunque sí se ofrecen éstas a una pequeña porción de agricultores modernizados, dedicados a producciones comerciales en los entornos urbanos o en regiones o comarcas especializadas. En consecuencia, la presión sobre el suelo, a pesar de la baja densidad de población general, es evidente. El mismo fenómeno se observa en los medios urbanos: junto a unas oligarquías, escasas en número, pero enormemente poderosas, que residen en los centros o en barrios de lujo segregados, aparecen las masas de desposeídos en barrios marginales. Estas características generales admiten numerosos, matices regionales. Cabría establecer una regionalización basada en un criterio zonal, pues el medio natural resulta decisivo en la configuración del espacio africano, pero este criterio es totalmente insuficiente. Con un criterio étnico resultarían demasiadas razas y divisiones. No obstante, se puede partir de un criterio etno-cultural y espacial, distinguiendo dos grandes conjuntos, que establecen un principio de diferenciación: el África árabe y el África subsahariana (tradicionalmente conocida como África negra) AFRICA ARABE: Esta África septentrional también llamada África árabe o África mediterránea, es una región que se extiende por la zona norte del continente y comprende los países situados entre el Mediterráneo y el Sahara. La mayoría de la población, tanto autóctona (los bereberes), como la actual de etnia árabe es de raza blanca. En general el idioma oficial es el árabe. Se caracteriza por tener una cultura común vinculada por el islam; una sociedad de agricultores, arrendatarios al servicio de pastores y comerciantes; se asientan sobre estepas y desiertos, y representa el sector africano más poblado y urbanizado. Dentro del Africa septentrional se diferencian otros conjuntos 





El Magreb: en el NO, entre Atlas y el Sahara (vienen siendo Marruecos, Argelia, Tunez y Libia). Su economía esta en proceso de modernización y proporciona la cuarta parte de la riqueza de Africa. Actividades: la agricultura se limita a la costa, oasis y valles. La extracción de minerales, petróleo y gas natural origino el desarrollo de la industria y las ciudades. La población urbana representa mas del 50% de la población total. El Valle del Nilo: en Egipto y Sudan; son países desérticos con una economía débil; la mitad de sus habitantes vive de la agricultura y de la ganadería nómade. Sin embargo la actividad agraria ocupa el 42% de la población activa, y a pesar de que la agricultura alcanzo un gran rendimiento debido al regadio, la producción es insuficiente para satisfacer la demanda de la población y Egipto, debe comprar aimentos al exterior. El Cuerno de Africa: esta zona, que encuadra Etiopia, Somalia, Eritrea y Yibuti, en el NE del continente, constituye un caso singular. Estos países estuvieron vinculados históricamente al norte de Africa, pero sus habitantes son de piel oscura. Tales estados

son unos de los mas pobres del mundo. Alrededor del 75% de la población se dedica a la agricultura y habita en aldeas. AFRICA SUBSAHARIANA: al sur del Sahara, con una naturaleza fecunda y una baja densidad de población, donde el subdesarrollo se hace palpable, coexistiendo la agricultura de subsistencia con la agricultura colonial exportadora (grandes plantaciones de cacahuate, cacao, café, platanos, anana), a todo lo cual se suma la explotación de minerales. Es la zona mas desheredada, atrasada y dependiente. También llamada Africa subsahariana, la mayor parte de esta región esta habitada por población de raza negra. Al sur del Sahara existe una gran diversidad de pueblos y paisajes, pero se pueden distinguir tres grandes conjuntos: 





El sur del Sahara: se extienden varios países con escasos recursos; alrededor del 75% de la población practican la agricultura de subsistencia y vive en aldeas; la mayoría son musulmanes. Esta área vive bajo la amenaza del desierto, que avanza casi un metro por año. La carencia de agua provoca la ausencia de vegetación y los animales mueren de hambre y de sed. Africa central: en torno al golfo de Guinea, existe un gran numero de estados de mediano tamaño, y pequeños como Togo, Benin, entre otros, con abundantes recursos naturales. Su economía se basa sobre todo en la explotación de cultivos tropicales, maderas, minerales y petróleo, lo que permite un timido desarrollo industrial en algunos países como Nigeria y el crecimiento de algunas ciudades. Justamente en esta zona podemos destacar a Nigeria, con abundantes recursos petrolíferos que lo convierten en el mayor productor de petróleo de Africa, y uno de los principales del mundo. Africa oriental y meridional: en el este y sur del continente predomina la etnia bantú. Aun sobreviven algunos pueblos primitivos como los bosquimanos. En estos países los recursos naturales están poco explotados. En africa oriental la principal actividad económica es la agricultura que se destina sobre todo a la exportación. En el sur del continente, los recursos mineros son abundantes y la mayor parte de la superficie se dedica a prados y pastos. La Republica Sudafricana constituye un caso singular dentro del Africa Subsahariana. Este país, posee enormes recursos minerales, y proporciona un 27% de la riqueza del continente. Sin embargo, debido al régimen de discriminación racial (denominado apartheid) existente hasta 1994, la beneficiaria de la riqueza era una minoría blanca descendiente de europeos. En la actualidad, la población negra sigue vivendo en condiciones de extrema pobreza.

AFRICA UN CONTINENTE A TRASMANO EN LA HISTORIA

CONFORMACION GEOLOGICA Y GEOMORFOLOGICA El continente africano, incluida Madagascar, está constituido en un 96 % de su superficie por elementos del zócalo, bien esté aflorando o recubierto por una película sedimentaria o volcánica: un 2,5% corresponde a los pliegues hercinianos de El Cabo y el 1,5 % restante a las estructuras alpinas del Magreb En sus orígenes, el continente africano formaba parte del continente de Gondwana, que englobaba también América del Sur, India, Arabia, Australia y la Antártida. Tras su

fragmentación e individualización, la placa africana se inclina hacia el norte y se hunde bajo la placa europea. Se trata de un zócalo precámbrico muy antiguo, con una larga historia geológica, durante la cual se ha visto sometido a presiones tectónicas de distinto signo, que lo han desnivelado, y a procesos erosivos, que han permitido la acumulación de extensos depósitos sediméntanos de origen continental sobre las áreas deprimidas, como ha sucedido, por ejemplo, con las senes del karroo. En conjunto, el relieve del zócalo y su cobertera sedimentaria se configura como una vasta plataforma levantada, cuyas formas planas predominantes se ven interrumpidas por las cadenas montañosas de los extremos norte y sur, y por los macizos del oriente africano, o por las altas mesetas meridionales, como la de Bié en Angola. En este sentido, la distribución altitudinal de las tierras africanas se organiza en dos grandes sectores: Sector sudoriental, que supera los 900/1.000 m, culminando en los macizos volcánicos de Etiopía, Kenia y Tanzania. Sector noroccidental, de mesetas de escasa altitud y tierras bajas, que acaba en las elevaciones alpinas del Atlas, y que se encuentra interrumpido por los macizas intrasaharianos del Ahaggar, Tibesti y Air, dando lugar, en las depresiones, a cuencas sedimentarias de poco espesor, como la del Congo, alto Nilo, Chad o la del Níger. El área oriental de tierras altas del continente es la que va a conocer las mayores elevaciones, con la aparición de amplias fracturas que se extienden desde el Mar Rojo hasta Zambeze y que dan lugar a unas fosas tectónicas a lo largo de miles de kilómetros, los denominados Rifts occidental y oriental. Ciertas partes del zócalo se hunden y son ocupadas por lagos, mientras que otras se elevan dando lugar a la aparición de altas montañas y de volcanes, que son los puntos de mayor altitud de África oriental (Kilimanjaro, 5.895 m; Kenya, 5.199 m) y occidental (montes Camerún, 4.070 m). Madagascar ofrece casos comparables y las mesetas cristalinas del interior se ven dominadas por volcanes que sobrepasan los 2.500 m (Ankaratra, 2.643 m; Tsaratanàna, 2.876 m). Las dos cadenas montañosas de los extremos meridional y septentrional (Drakensberg y Atlas) tienen una estructura diferente: Los Mtes Drakensberg, corresponden al zócalo gondwaniano recubierto por depósitos de la serie karroo, que han sido involucrados en el plegamiento y por cuyas fallas han aflorado extensas capas basálticas. Los Mtes Atlas, representan una cordillera geosinclinal, con pliegues que afectan principalmente a materiales secundarios y terciarios. Las formas de relieve más extensas, sin embargo, vienen determinadas por el zócalo, esté o no cubierto por materiales sedimentarios. El zócalo gondwaniano, en cuya superficie quedan las huellas de diversos plegamientos precámbricos, aparece granitizado en unos casos, con materiales metamórficos arrasados en otros, o recubierto por lavas y por películas de sedimentos mesozoicos, depositados sobre las cubetas o depresiones (véase mapa geológico, fig. 13.1b). Por ello, las formas de relieve son predominantemente planas, ya se trate de sedimentos graníticos, salpicados de montes-isla, o de mesetas arenosas o calcáreas.

Un aspecto de gran interés económico relacionado con el zócalo es el relativo a las mineralizaciones. Por ejemplo, entre el Jurásico y el Cretácico se produjeron abundantes emisiones de kimberlita, una lava diamantífera, a la que se asocian los yacimientos de África del Sur, de Tanzania, de Kasai, de Angola y de la República Centroafricana. Asimismo, las minas de cobre de Tanzania y de Zambia se localizan sobre las raíces de una antigua cordillera precámbrica, al igual que los conglomerados auríferos del Witwatersrand. El escudo africano, sin embargo, suele carecer de capas carboníferas, aspecto del que la cordillera herciniana de El Cabo constituye una excepción, ya que las capas del karroo encierran grandes depósitos carboníferos. Ahora bien, el zócalo, con sus desnivelaciones, las cordilleras alpinas y los macizos volcánicos representan el sustrato o la base de las condiciones naturales, pero en éstas pesan más los aspectos climáticos. Las grandes unidades de relieve En líneas generales, y aunque predominan las formas llanas, África posee una elevada altitud media de 675 m, (división por altitud: 10% menos de 200 m; 63,5% hasta 1000 m; 23% de 1.000 a 2.000 m; 3,5% más de 2.000 m). La forma de relieve predominante es la meseta alternando con cubetas interiores; sólo encontramos elevaciones montañosas continuas en el extremo septentrional (el Atlas) y meridional (los Drakensberg).  Tierras Altas y Tierras Bajas En África se ha de distinguir, en primer lugar, entre las Tierras Altas y las Tierras Bajas (Figura 1). Esta diferenciación del continente en tierras altas y bajas tendrá grandes repercusiones en la regionalización bioclimática, en el proceso de asentamiento de la población y en la utilización del suelo y distribución de los diferentes tipos de cultivo: 



Las Tierras Altas abarcan Africa oriental y meridional, con una altitud media de 1.200 m. El zócalo ha sido dislocado y el relieve, más compartimentado, está caracterizado por la aparición de cuencas, mesetas, fosas, altos macizos y volcanes. El área de Tierras Bajas, con una altitud media de 300 m., se localiza en la región central y occidental del continente. En su parte septentrional se encuentra limitada por la cadena montañosa del Atlas.

Las llanuras litorales de África son estrechas y limitadas por relieves elevados y de fuertes pendientes, mientras que el fondo marino se hunde rápidamente, debido al débil desarrollo del zócalo submarino. El mar no penetra hacia el interior con profundidad en ninguna región y las bahías propicias a la instalación de buenos puertos naturales son escasas.  Cuencas y Mesetas Es característica, pues, la alternancia de mesetas y cuencas originadas por la acción de la tectónica sobre el zócalo (Figura IV.1). Las cuencas o cubetas se hallan situadas entre las mesetas y son antiguas áreas que fueron cubiertas por el mar o por lagos ya desaparecidos: en la región de las Tierras Bajas, destacan las cuencas del Zaire, Chad, Sudán y Níger. En la región suroriental del continente se localizan las cuencas de Kalahari y el lago Victoria (Unjambesi-Uganda). Se trata de amplias formaciones de materiales sedimentarios procedentes de las mesetas con una altitud media entre 300 y 900 m, y son, en gran parte, áreas pantanosas y de poco aprovechamiento.

Las mesetas están formadas por rocas cristalinas o sedimentos areniscos, reflejo del plegamiento del zócalo, originando un paisaje de elevaciones escalonadas de norte a sureste y desde el Mar Rojo hasta la región del Cabo, entre los 600 y los 2.600 m, delimitadas por bruscos escarpes. Destacan las de Agra, Tibesti, la meseta de Etiopía y la meseta oriental africana.  El Rift Valley y la formación de lagos Pero cuando el zócalo se ve afectado por grandes fuerzas tectónicas se fractura y aparecen las fosas tectónicas. Esta tectónica de fractura afecta a la morfología actual del relieve oriental del continente y también, aunque en menor medida, a la denominada línea del Camerún (fosa del Camerún-Tibesti), desde el Golfo de Guinea hasta el Sahara. La más representativa, el Rift Valley o «gran grieta», en el África oriental, presenta un entramado de fosas, que recorre la mitad oriental del continente a lo largo de más de 7.000 km (5.000 en África), en dirección norte-sur desde el Mar Rojo hasta el valle del Zambeze, al sureste de África y con una amplitud que oscila desde los 30 km a los más de 100 km en Kenia. La fractura paulatina de la corteza terrestre en esta región dio lugar a la formación de un paisaje de bloques levantados y hundidos, unidos por grandes escarpes. Esta gran grieta parece ser el comienzo de la formación de una dorsal oceánica semejante a la que ha separado la Península Arábiga y ha originado la aparición del Mar Rojo durante la era Terciaria. La formación de lagos, en general poco profundos, es un fenómeno ligado a los movimientos de la corteza terrestre en esta zona oriental del Rift Valley. Se observan lagos localizados a lo largo de la línea de fallas, como los lagos Tanganika (680 km de longitud y 50 km de ancho), Malawi, Kivu, Alberto (Mobuto), Kariva, Rodolfo/Turkana, Natron, Manyara; en los cráteres volcánicos, como los de Tana (Etiopía) y Magadi (Kenia); o bien al fondo de las grandes depresiones surgidas entre las ramas occidental y oriental del Rift Valley, como el lago Victoria (69.490 km2 y 82 m de profundidad). Esta tectónica de fractura va también acompañada de fenómenos volcánicos que han dado lugar a las mayores elevaciones del continente situadas en los volcanes de Elgon (4.321 m), Kenya (5.199 m), Kilimanjaro (5.898 m) y Longonot (2.777 m) y han formado las altas mesetas basálticas de Etiopía (4.620 m) y de Lesotho en África del sur.  Las cordilleras: El Atlas y los Drakensberg En los extremos septentrional y meridional del continente se encuentran dos cadenas montañosas: al norte, El Atlas, la única elevación formada en el plegamiento alpino. Surge, a finales de la era Terciaria, por la colisión de la placa africana con la placa eurasiática. Con una orientación oeste-suroeste/este-noreste, la cordillera se extiende a lo largo de 2.300 km; su altura más elevada se encuentra en el monte Toubkal a 4.165 m. Se pueden diferenciar dos secciones: la occidental, que atraviesa Marruecos y está integrada, de norte a sur, en el Atlas medio, Alto Atlas y Anti Atlas; y la oriental que recorre Argelia y Túnez y, se subdivide, de norte a sur, en el Pequeño Atlas y el Gran Atlas o Atlas sahariano, separados entre sí por una meseta elevada con pequeños lagos, los llamados chotts. En el extremo meridional del continente, los Drakensberg se elevan a más de 3.000 metros, de forma escalonada, desde la costa del Natal hasta Lesotho, a lo largo de 1.100 km. La cordillera herciniana del Cabo posee importantes capas sedimentarias de la serie karroo, donde se encuentran los depósitos carboníferos más importantes del continente.

VARIEDADES CLIMATICAS La localización de los climas en el continente africano presenta una clara disposición latitudinal a ambos lados del Ecuador. El relieve predominantemente llano y sin grandes elevaciones va a facilitar la disposición zonal de los climas y la vegetación. Mientras que los valores de las temperaturas permanecen elevados, en líneas generales, por la situación en áreas de baja latitud (la temperatura media anual es superior a los 20º en toda la zona intertropical) y las amplitudes térmicas anuales y diurnas no son elevadas más que en el desierto, son el volumen y la distribución anual de las precipitaciones los criterios que van a determinar las principales variaciones climáticas. Más del 75% de su superficie se encuentra en la zona intertropical y únicamente sus dos extremos, norte y sur, están dentro del dominio templado, por lo que se le puede considerar claramente un continente cálido y caracterizado por la aridez. La estructura maciza, la inexistencia de grandes entradas del mar y las depresiones del interior flanqueadas por grandes elevaciones que las separan de la influencia marítima, acentúan el carácter cálido del continente. En esta área intertropical se observan una gama de climas que van desde los climas ecuatoriales, caracterizados por las abundantes precipitaciones, hasta los climas desérticos, pasando por una serie de climas tropicales caracterizados por la alternancia de una estación seca y otra húmeda más o menos larga y por la acción de los vientos alisios, a medida que nos alejamos de la línea del Ecuador (Figura IV.3). La distribución climática de forma simétrica a ambos lados del Ecuador solamente se ve modificada por la estructura del relieve y la existencia de altas mesetas y macizos. Dominio ecuatorial Se extiende a una y otra parte de la línea del Ecuador, sobre la cubeta central del Congo, Gabón, Camerún, las áreas más elevadas del África oriental y las regiones costeras del golfo de Guinea entre los 3º N y los 4º S, en las costas occidentales alcanza hasta los 8º N. Está caracterizado por unas temperaturas elevadas y constantes (medias de 25º), una escasa oscilación térmica anual (inferior a los 3ºC), y una constante humedad relativa. Las precipitaciones son muy elevadas (media entre 1.500 y 2.000 mm), repartidas durante más de diez meses, en algunas zonas (áreas costeras del Golfo de Guinea y litoral occidental) superan los 2.400 mm. Aunque las precipitaciones son altas durante todo el año, hay dos estaciones con máximo pluviométrico: marzo-abril y septiembre-octubre, y son menores en junio-julio y diciembre- enero. Debido a las fuertes precipitaciones durante todo el año, los ríos son caudalosos y regulares (por ejemplo, el río Congo), pero con poca capacidad de erosión al transportar sobre todo materiales finos. Las precipitaciones disminuyen en las costas occidentales de Ghana y Togo, debido a la acción de la corriente fría que reduce la convección tropical y frena la humedad. Con el progresivo alejamiento de la zona ecuatorial se reducen las precipitaciones y el número de meses húmedos. Así, al sur de los 4º de latitud S y al norte de los 3º de latitud N se registra un retroceso de los meses húmedos a 6-7 meses. La vegetación característica es el bosque denso siempre verde, el denominado rain forest (selva ecuatorial). Cubre un área que se extiende a lo largo de 1.100 km de este a oeste y alrededor de 800 km de norte a sur. Dominio tropical de doble estación

Al alejarnos del Ecuador aumenta la oscilación térmica anual, aunque todavía no alcanza valores muy pronunciados. Es característica la existencia más marcada de dos estaciones secas que separan otras dos estaciones con máximos lluviosos (transición del ecuatorial al tropical), hasta alcanzar, paulatinamente, un clima caracterizado por la existencia de una alternancia entre una estación seca marcada y una estación lluviosa. En el hemisferio norte el alisio del noreste, denominado harmattán, acentúa la estación seca. La duración de la estación húmeda disminuye según nos acercamos a la zona de altas presiones subtropicales y nos distanciamos del Ecuador, reduciéndose de ocho meses a sólo tres, (en el Sahel la estación seca alcanza los ocho o nueve meses). Paralelamente, las amplitudes térmicas aumentan, el volumen de precipitaciones disminuye hasta menos de 500 mm anuales y, como consecuencia, se reduce la humedad relativa, las lluvias se hacen más irregulares y aumenta la evaporación. Por el contrario, a medida que nos acercamos a la línea del Ecuador aumenta la duración de la estación lluviosa, de tres a cuatro meses en las zonas semiáridas (tropical seco) a los siete/ocho en los bordes de la región ecuatorial (tropical húmedo). El volumen de las precipitaciones aumenta de 400 ó 500 mm hasta 1.500 mm en el área del Golfo de Guinea, por la acción de la corriente cálida del mismo nombre. Debido a la forma maciza del continente, la influencia de la latitud es preponderante en el hemisferio norte, donde las diferentes zonas tropicales se suceden en bandas paralelas al Ecuador. Las condiciones climáticas van a determinar la distribución de la vegetación de las zonas más húmedas a las más secas, con una progresiva degradación vegetativa que pasa de bosques tropicales (tropófilos), caracterizados por la variedad de especies caducifolias y perennifolias y un sotobosque más claro, a la extensión de la sabana, paisaje vegetal típico de este dominio y caracterizado por ser una formación herbácea con árboles caducifolios, hasta la vegetación de matorrales espinosos y estepa de las bandas situadas al límite de las regiones semiáridas (sabana seca y sabana espinosa). Los ríos son menos caudalosos e irregulares debido a la estacionalidad de las lluvias. a) Clima tropical húmedo (subecuatorial). Este tipo de clima se desarrolla a lo largo del Golfo de Guinea, desde Sierra Leona hasta el norte de Angola bordeando la región de clima ecuatorial. Las temperaturas son similares al dominio ecuatorial, aunque la amplitud térmica anual es algo mayor, oscilando entre los 3ºC y los 10ºC. Debido al desplazamiento en latitud de la CIT, se registran variaciones en la distribución de las precipitaciones. Se caracteriza por unas precipitaciones medias anuales entre 1.200 y 1.600 mm., que caen entre seis y nueve meses y disminuyen según nos vamos alejando del Ecuador. Es el área del cinturón de sabanas arboladas con bosques en galería. b) Clima tropical seco o sudanés. Este dominio abarca gran parte de la costa sudoriental del continente, regiones del Sudán, mesetas orientales y del sur de la cuenca del Zaire y las mesetas de Madagascar. Dentro de este dominio, cabe resaltar las costas orientales más húmedas, afectadas por la acción de los vientos alisios y donde el efecto de las altas presiones subtropicales es menor. La estación seca se alarga a medida que nos acercamos al trópico. La estación húmeda tiene lugar en verano, cuando el sol llega a su cenit. El total de lluvias anuales oscila: sobrepasa los 1.000 mm. al sur de Malí, pero es inferior a 800 mm al norte de Nigeria. La época de lluvias se concentra en seis/siete meses en una media de 1.300 mm. La época seca tiene lugar en los meses de junio a octubre en el hemisferio sur y de octubre a abril en el hemisferio norte. Esta variabilidad tanto en el volumen de precipitaciones como en su distribución puede actuar como factor limitativo de la utilización del suelo agrícola.

c) Clima tropical árido/semiárido o saheliense (senegalés según De Martonne). Forma una banda de transición hacia el clima desértico. Acercándonos a los trópicos aumenta la oscilación térmica anual, las precipitaciones son cada vez más escasas (menos de 500 mm) y aumenta la duración de la estación seca (seis/nueve meses). Son irregulares de un año a otro. Las temperaturas son más elevadas que en las regiones húmedas y alcanzan los 40ºC al final de la estación seca. La influencia del alisio del noreste es notable. Como ya hemos visto, la vegetación característica del dominio tropical es la sabana, formación herbácea de gran altura (2/3 m); posee grupos de árboles dispersos que en los bordes de los ríos forman los denominados bosques galería. d) Clima de montaña. Las montañas y macizos montañosos con alturas superiores a los 1.200 m, localizados en su mayoría en la región oriental del continente, pertenecen a los climas tropicales de altura (tierra templada, tierra fría, tierra helada). La altitud modifica los rasgos característicos marcados por la latitud en la que están localizados. Así, con la altitud disminuyen las temperaturas y aumentan las precipitaciones (3.000 mm), que en ocasiones aparecen en forma de nieve. Las formaciones vegetales se desarrollan escalonadamente en altura:    

El bosque denso ecuatorial deja paso al bosque mixto de montaña compuesto por especies tropicales, frondosas y coníferas. A medida que se asciende, aparecen los bosques de bambúes. Y de los 3.500 a los 4.000 m, piso subalpino, es el dominio de las ericáceas arbustivas y el bosque toma la forma de matorrales, senecios y lobelias; El piso alpino comienza a los 4.000 m y se caracteriza por una pradera clara; Por encima de los 5.000 m no es posible ningún tipo de vegetación. Por otro lado, no hay que olvidar las importantes modificaciones introducidas por la diferente orientación de las vertientes.

Dominio desértico El clima desértico y subdesértico se extiende en torno a los dos trópicos, en ambos hemisferios (boreal y austral) en función de la constante presencia de las altas presiones subtropicales. Al sur del Ecuador, el desierto ocupa una superficie mucho más reducida y se extiende por la región de Namib y la meseta de Kalahari, limitado, al este, por las altas tierras de África oriental que actúan de barrera a los vientos marítimos. En el hemisferio norte, se desarrolla en una gran extensión, desde la costa atlántica hasta Somalia. Su principal carácterística es la ausencia o escasez de precipitaciones, siempre inferiores a 250 mm. El régimen de las altas presiones (subtropicales) atmosféricas y la acción de las corrientes marinas frías son factores que explican la sequedad, acentuada por la acción de los vientos alisios secos que soplan de manera constante desde las altas presiones subtropicales hacia las bajas presiones ecuatoriales. Otra de sus características es la fuerte oscilación térmica anual y diurna producida por el calentamiento del suelo a lo largo del día y el enfriamiento por radiación a lo largo de la noche; las diferencias de temperatura entre el día y la noche pueden llegar a alcanzar los 50ºC, mientras que la amplitud térmica anual supera los 25ºC. Las precipitaciones son escasas e irregulares: no sobrepasan los 200 mm anuales, y en el interior del Sahara, la superficie desértica más amplia del continente, son inferiores a 20 mm. Por otro lado, la existencia de fuertes vientos produce una fuerte erosión por lo que aparecen amplias superficies de abrasión (regs), extensiones sin vegetación y caracterizadas por la fragmentación de las rocas debido a las fuertes amplitudes térmicas, que da como resultado un paisaje de guijarros; y de superficies que registran un modelado

característico por la acción del viento (ergs), formando un paisaje de dunas. En general, la vegetación es escasa y queda reducida a plantas espinosas a excepción de los enclaves de palmeras que se pueden encontrar en los oasis. Debido a la aridez, los suelos están poco evolucionados, mientras que adquieren grandes extensiones las costras superficiales formadas por concentraciones de yeso, cal y sal, que llegan a alcanzar varios metros de espesor. Son característicos los suelos salinos (solonchak o solonetz) originados por la salida al exterior de las sales del interior de la superficie. Dominio subtropical en los bordes del continente a) Clima subtropical estepario. En el borde externo de los desiertos aumenta el volumen de precipitaciones, debido a la influencia de los respectivos frentes polares, por lo que la vegetación es de carácter estepario, semiárido de tendencia mediterránea. b) Clima subtropical de veranos lluviosos del área oriental (tipo chino). En el área sureste del continente existe una banda, caracterizada por una constante humedad y un máximo pluviométrico en verano. Con seis/siete meses lluviosos, y con precipitaciones entre 500 y 1.000 mm durante el verano, contrastan con meses de invierno menos húmedos y fríos, en los que son frecuentes las heladas. Factor que explica la vegetación de sabana de altitud y sin arbolado tan característica de las altas mesetas sudafricanas (veld) de Transvaal, Natal y Orange. La precipitación en forma de nieve, debida a la entrada de aire frío subpolar, es negativa para la agricultura y ganadería. c) Clima subtropical de inviernos lluviosos (mediterráneo). Se encuentra localizado en los extremos septentrional y meridional del continente, a partir del paralelo 30º. La oscilación latitudinal de las masas de aire y los centros de acción atmosféricos dan lugar a unos veranos cálidos y secos, dominados por masas de aire cálido y los anticiclones subtropicales, y a unos inviernos fríos y húmedos, dominados por el paso frecuente de las borrascas asociadas del frente polar. La amplitud térmica es superior a 10ºC y las precipitaciones superan los 500 mm. En el área occidental la oscilación térmica es más suave y la humedad más constante. Las diferencias de temperatura se acentúan hacia el interior (mesetas de Argelia) donde se marca el carácter continental y donde el hielo y la caída de nieve son frecuentes. En el Magreb, la media térmica anual es de 18ºC en las llanuras, y sólo de 14ºC en las montañas del Atlas. En la región del Cabo, las elevaciones montañosas impiden su influencia en el interior, por lo que el clima mediterráneo de variedad oceánica se limita a una estrecha banda litoral meridional donde no llega la influencia de la corriente fría de Benguela. La vegetación característica del clima mediterráneo es la esclerófila mediterránea, adaptada a la alternancia de un invierno frío y húmedo y un verano cálido y seco: árboles de hoja perenne, encinas, pinos, cedros (Quercus ilex), el pino carrasco (pinus halepensis), alcornoques, etc. En algunas zonas, su degradación ha dado lugar a la aparición de matorrales (lentisco y acebuche) y de praderas de gramíneas (denominada veld en África del Sur). El bosque, degradado también por las actividades humanas, ha dejado paso, en extensas regiones, a una vegetación de arbustos y de maleza: la garriga y el maquis. En las regiones subtropicales de veranos secos del área mediterránea y del Cabo son típicos los suelos denominados terra rossa (suelos pardo/arcillosos), de color rojo debido al alto contenido de óxidos de hierro, pobres de humus, suelos arcilloso-rojizos de acidez media y ricos en sesquióxido de hierro (Fe2 O3) de donde proviene su color rojo. Estos

suelos están formados sobre caliza y son típicos del área mediterránea. Por su capacidad de acumulación y absorción de agua son aptos para la agricultura (cereales).

LA HISTORIA DEL CONTINENTE AFRICANO SE PUEDE SUBDIVIDIR EN TRES ETAPAS: Exploración y colonización de África (época de precolonización) El descubrimiento de restos arqueológicos y vestigios humanos que corresponden a los primeros estadios de la evolución de la especie hizo surgir la hipótesis de que la aparición de los primeros homínidos pudo haber sido en este continente y, con ellos, las culturas prehistóricas más remotas. Tras la etapa neolítica, comenzó a forjarse en el valle del Nilo, desde fines del S XI a.C., la civilización del antiguo Egipto. Existe alguna certidumbre de que en la antigüedad ya se conocía la posibilidad de circunnavegar este continente, y su existencia como tal. Según el historiador griego Heródoto (484 a. C.), una expedición fenicia auspiciada por el faraón Necao II (616 a. C.) circunnavegó el continente africano por primera vez. La fundación de Cartago, en el siglo IX a.C., marco el inicio de la colonización fenicia del Africa septentrional, fundando colonias mercantiles en la costa occidental de Marruecos. Después de la tercera guerra púnica (último enfrentamiento militar entre la República romana y la antigua colonia fenicia de Cartago entre los años 149 y 146 a. C.), y tras la victoria de 146 a. C., el África fue el premio de la victoria. Así, la conquista romana (ante el poder cartaginés) reforzó los vínculos de la región con la principal civilización europea, mientras que, al sur del Sahara, el resto del continente permanecía al margen de la evolución histórica. A fines del siglo VII, la conquista musulmana arrebataría el territorio para integrarlo en el Califato de Damasco (o califato de los omeyas). Desde entonces la región fue parte del mundo islámico. Los árabes de Siria pasaron a Egipto en el año 640 d.C.; y en los siglos siguientes el territorio septentrional africano quedo incluido en el poderoso califato de los omeyas (musulmanes). Luego, con su desmembramiento, surgieron en la región distintos estados árabes africanos, entre los que sobresalieron, entre los siglos X y XII, el fatiml, el almorávide y el almohade. Por su parte las diversas culturas de Africa dieron origen a varios reino e imperios: el de Ghana (S X-XI), el de los mandingo en Mali (S XII-XV), el de Shongay (S XIXVI), etc. La penetración europea se inicio con los portugueses en el S XV, aunque hasta el S XVIII se limitó a la fundación de establecimientos comerciales en las zonas costeras. Durantes estos siglos, la colonización de las tierras de America planteaba la necesidad de mano de obra que se cubrió con el trafico de esclavos, en el que llegaron a participar los propios soberanos del Africa negra. Los primeros territorios colonizados fueron Africa austral, por los holandeses o Boers, que en el S XVIII desplazaron a los bosquimanos y hotentotes, y Egipto, en el norte, incorporado a las conquistas napoleónicas. Las civilizaciones más antiguas surgen en el área central del Valle del Nilo (Kush, Nubia, Axum), con una avanzada organización social, política y religiosa. En la alta Edad Media, existía una franja de imperios africanos en el oeste de Sudán que formaban una unidad cultural ya desde la prehistoria, debido a los contactos comerciales que se establecieron

entre el este y el oeste (comercio transsahariano), así como por su situación geográfica entre las culturas mediterráneas más desarrolladas del norte, y los países del Golfo de Guinea ricos en materias primas, al sur. Por otro lado, desde el siglo XI, la islamización de la región septentrional jugó también un importante papel. En el medio y alto Níger se localizaban los antiguos reinos de Ghana, Mali y Songhai y los de Kanem, Oyo, y Hausa, entre otros, de origen posterior. En el área central y meridional del continente, el pueblo bantú funda varios núcleos: Congo, en la desembocadura del río Congo en el noroeste de Angola, Kuba, Luba, Lunda, Monomotapa.

Descubrimientos, colonización y partición de África (época de la colonización por parte de los países europeos) La colonización de África es una parte de la historia del comercio. Hasta el siglo XIX el continente africano era prácticamente desconocido para el resto del mundo, y solamente se crearon enclaves costeros que servían como punto de apoyo en el camino de los europeos hacia Oriente/Asia. Únicamente en el sur del continente, en la región del Cabo, se instalaron los holandeses (boers) en un territorio que posteriormente (1804) fue ocupado por los ingleses. Desde los centros costeros las grandes compañías comerciales europeas traficaban con materias primas y esclavos (de manera legal hasta 1820, e ilegal hasta 1870), mientras que el interior del continente permaneció ignorado, con excepción de algunos enclaves misioneros o aisladas expediciones. En 1786 se constituye en Londres la Asociación Internacional Africana, con el objetivo de fomentar las exploraciones en el continente. Durante el siglo XIX los crecientes intereses tanto económicos como políticos de las potencias europeas impulsaron la progresiva colonización del interior del continente africano. A mediados del XIX, Francia controlaba parte del área central y oriental (Senegal), los ingleses, Gambia, y Sierra Leona en la Costa de Oro, y los portugueses, Angola y Mozambique. No es hasta la segunda mitad del XIX cuando se penetra hacia el interior africano. Desde 1880 se realiza una colonización del espacio por motivos económicos y estratégicos (imperialismo). En la Conferencia de Berlín (1884/5), convocada por Bismarck, se reglamentan y fijan las esferas de influencia colonial y se reparte el continente entre los estados europeos que habían conquistado territorios para su explotación minera, agrícola y comercial. Se acordó el derecho a la ocupación hacia el interior por aquellas potencias que ya poseían un sector de la costa. La ocupación se realizó, procurando mantener el equilibrio internacional existente, por lo que Gran Bretaña, Francia y Alemania se apropiaron de extensos territorios, mientras que España, Italia, Portugal y Bélgica lo hicieron en menor magnitud. El continente africano quedó así dividido como si hubiese sido realizado con escuadra y cartabón, tomando como referencia las líneas de los paralelos y meridianos y sin tener en cuenta las peculiaridades étnicas y culturales de la población indígena de cada región. Ello, unido a un sistema de explotación colonial basado en el rendimiento económico, provocó una destrucción paulatina de los sistemas de vida tradicionales. Todo el territorio africano, excepto Liberia (fundación estatal con esclavos africanos de América) y Etiopía, quedó bajo la colonización europea, que perduraría hasta pasada la

primera mitad del siglo XX, exceptuando el caso de Egipto y la Unión sudanesa, que proclamarían su independencia antes de la Segunda Guerra Mundial. Así, a comienzos del siglo XX el continente estaba repartido entre las distintas potencias de la forma siguiente: 

Inglaterra: controlaba Gambia, Sierra Leona, Costa de Oro (actual Ghana) y Nigeria en África occidental, así como un largo pasillo desde Egipto hasta la Unión Sudafricana (que se formó después de haber eliminado a la población bantú y haber ganado la guerra que mantuvo contra los boers), pasando por Somalia británica, Uganda, Kenia, Nyasalandia, Rhodesia y los protectorados de Bechualandia, Basutolandia (actual Lesotho) y Swazilandia.  Francia: ocupo el territorio desde Senegal hasta el Chad y Cuenca del Zaire, que organizó en dos federaciones: El África Occidental Francesa (AOF) y el África Ecuatorial Francesa (AEF). La costa francesa de los somalíes, las islas Comores, Túnez y Madagascar  Alemania: controlaba Togo, Camerun, Africa del Suroeste y Africa oriental alemana (Tanganica/actual Tanzania). En 1919, por el tratado de Versalles, las colonias alemanas pasaron a estar bajo mandato de la Sociedad de Naciones.  Portugal: dominaba Angola, Mozambique. Tambien las Islas de Cabo Verde, Guinea, Islas del Príncipe y de Sto. Tomé y Cabinda  España: le pertenecían Rio Muni y la Isla de Fernando Poo, la actual Guinea española, parte de Marruecos, Sahara occidental.  Italia: controlaba Eritrea, Somalia y Etiopia (desde 1934 a 1942)  Bélgica: ocupo el estado independiente del Congo creado en 1885, que pasó a ser Congo belga en 1908. Este proceso de colonización favoreció el crecimiento de las regiones mejor comunicadas y más ricas, donde se instaló la Administración central, mientras que el resto del territorio permaneció relegado, y comenzó un progresivo movimiento espacial de la población hacia las ciudades, más desarrolladas y con mayores perspectivas, mientras que en las áreas rurales apenas se realizaron transformaciones agrarias y estructurales.

Periodo de descolonización (época de postcolonización, en la que comenzó la independencia de los distintos estados africanos) Al finalizar la Primera Guerra Mundial sólo existían dos Estados independientes: Liberia (formado en 1897) y Etiopía, que lo sería hasta 1934. Después de la Segunda Guerra Mundial comienza la descolonización (1960 fue denominado el año de África, fecha tan significativa como lo fue el año 1885 en la historia de la colonización). Sin embargo, la descolonización e independencia política de las distintas regiones de África, que se desarrolló con más vigor en la década de los sesenta (hasta 1975 cuando se independizan los territorios portugueses de Angola y Mozambique), no llevó consigo más que otro tipo de fuerte dependencia, la dependencia económica que actualmente todavía perdura y que la ha mantenido en el crónico subdesarrollo que hoy la caracteriza. En un primer momento, las potencias colonizadoras constituyeron instituciones parlamentarias semejantes a las existentes en sus regiones, pero estas instituciones no funcionaron una vez alcanzada la independencia, al no existir las condiciones adecuadas para que pervivieran. Así, en la década de los sesenta se produjeron múltiples golpes de estado, de los cuales muchos lograron su objetivo.

La estabilidad política es un factor fundamental para lograr alcanzar un mayor desarrollo y la independencia económica. La inestabilidad de los nuevos regímenes políticos es patente sobre todo en los países del África subsahariana, debido no sólo a la falta de tradición democrática sino motivado también por la constitución de Estados en los que no se han tenido en cuenta los determinantes sociales, históricos o culturales que conforman el espacio, con lo que han surgido importantes enfrentamientos étnicos como el de los hutu y los tutsi, en el Congo, Ruanda y Burundi, o el de musulmanes/islámicos y animistas, en Nigeria y Sudán. Estos factores determinan la existencia de áreas con un alto grado de subdesarrollo y el aumento creciente de los rasgos de dualidad interna y la dependencia económica del exterior. Por otro lado, las importantes reservas en riquezas minerales han seguido siendo explotadas por compañías multinacionales con el fin de abastecer a las grandes potencias económicas, con lo que a pesar de la independencia política surge una nueva forma de colonialismo (neocolonialismo) económico y político, como es el caso, por ejemplo, de las compañías francobelgas de la República Democrática del Congo (antiguo Zaire). Se han constituido uniones estatales de ámbito regional y continental para afrontar y solventar las dificultades económicas mediante la formulación de políticas globales, como es el caso de la Organization for African Unity (OAU), creada en 1963 en Addis Abeba para reforzar la unidad política. Pero, debido a los enfrentamientos internos, no han logrado alcanzar los objetivos de unificación. Otras organizaciones regionales y de carácter económico merecen destacarse: la Economic Community of West African States (ECOWAS), constituida por Mauritania, Mali, Níger, Nigeria, Benin, Togo, Ghana, Burkina Faso, Costa de Marfil, Liberia, Guinea, Sierra Leona, Guinea-Bissau, Gambia y Senegal; la Southern African Development Community (SADC), de la que son miembros integrantes: Angola, Zambia, Tanzania, Malawi, Mozambique, Zimbawe, Namibia, Botswana, República Sudafricana, Leshoto y Swazilandia; la Economic Community of Central African States (CEEAC), de la que forman parte los países de África central: Chad, República Centroafricana, Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Democrática del Congo, Ruanda y Burundi; La Unión Economique et Monétaire Ouest-Africaine (UEMOA), compuesta por Níger, Mali, Burkina Faso, Benin, Togo, Costa de Marfil, Gambia y Senegal; la Unión Árabe del Maghreb (UAM) constituida por Libia, Algeria, Túnez, Mauritania y Marruecos; o la Preferential Trade Area for Eastern and Southern African States (PTA), que desde 1994 pasó a denominarse Common Market for Eastern and Southern Africa (COMESA), de la que forman parte todos los países del África oriental y meridional, excepto la República Sudafricana y Botswana.

Related Documents


More Documents from ""

Info.txt
June 2020 19
June 2020 16
December 2019 1