Colegio del centro
Sección preparatoria
Reporte
3º “A”
Estefanía Márquez Escobedo # 14
En El arte de tratar con las mujeres, Franco Volpi ha recopilado y ordenado una antología de textos y sentencias en las que el feroz misógino que fue Arthur Schopenhauer (1788-1860) expone sus ideas acerca del papel de la mujer en la existencia humana. Volumen proyectado con un espíritu lúdico que respira ya la misma introducción, su contenido resulta hoy, afortunadamente, un risible catálogo de consejos destinados a prevenir al varón frente a la ardua relación con el bello sexo o un repertorio de resentidas invectivas más motivo de curiosidad que otra cosa. Según el lector, sus líneas políticamente incorrectas moverán sin duda a sonrisa o a indignación. Sea una u otra, no está de más, sin embargo, no perder de vista que el fondo que subyace tras muchas de estas sentencias es el que ha nutrido hasta hace muchos menos años de los que podríamos suponer buena parte de los pensamientos masculinos, y que posiblemente en muchos casos aún lo sigue haciendo.
madre de Arthur, fue una mujer con aspiraciones literarias, quien tuvo entre su círculo de contertulios a personajes como Goethe y los dos Schlegel. Tuvo la osadía de llevar a su casa a su joven amante… Su padre, pobre y enfermo, quedó al cuidado de un sirviente “mientras él se apagaba lentamente en su soledad, mi señora madre . Todo ello hizo que madre e hijo tuvieran una difícil relación que “es probablemente el origen de su exacerbada misoginia” las mujeres sirven sólo sirven para curarnos y educarnos durante nuestra infancia, precisamente porque son pueriles, tontas y miopes; en pocas palabras, se quedan toda la vida como niñas grandes: ellas ocupan un escalón intermedio entre niño yel hombre, que viene siendo el verdadero ser humano” “Ella paga la culpa de vivir, no actuando sino sufriendo con los dolores del parto, con los cuidados del niño y con la sumisión al hombre, del que tiene que ser una
compañera paciente y tranquila” el defecto fundamentales del carácter femenino se encuentra en la injusticia. Ello tiene su origen en la ya mencionada falta de raciocinio y reflexión” “Todo patrimonio, exceptuando los casos en que lo hayan adquirido ellas mismas, debería ser protegido de su estupidez” considera que el atractivo que el hombre encuentra en la mujer está fundamentalmente en su cuerpo, siempre que esté armónico y apto para la conservación de la especie, y entre otras cosas, con relación a la atracción sexual afirma que “
el hombre tiende, por naturaleza, a la inconstancia en el amor; la mujer a la constancia. El amor del hombre merma considerablemente tan pronto se ve satisfecho: casi todas las otras mujeres lo excitan más que aquella que ya posee, por eso desea variar. el amor de la mujer, por el contrario, aumenta precisamente a partir de aquel momento” “… a favor del matrimonio sólo queda la reflexión de que seremos atendidos en la vejez y en la enfermedad y que podremos tener nuestro propio hogar. Pero éstas también me parecen ventajas ilusorias. ¿Acaso mi madre cuidó de mi padre cuando él enfermó?” Termina el libro con un breve texto que denomina “Elogio de las mujeres” citando un Poema de Jouy: “Sans les femmes, le commencement de notre vie serait privé de Secours. Le milieu de plasirs. Et la fin de consolation” ( sin las mujeres, el comienzo de nuestra vida estaría privado de auxilio, la mitad privada de placeres, y el fin Privado de consuelo)”