Clase Dominical 05-03-09

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Clase Dominical 05-03-09 Tema: Celebrando la Justicia de Dios Texto: Salmo 68:1-4 Intro: La clase anterior hablamos sobre la justicia de Dios, mencionamos que dentro de su justicia estaba el juicio de Dios, desde que Adán peco voluntariamente contra Dios la humanidad entera quedo bajo el juicio de Dios, sin embargo Dios le prometió salvación al hombre, la cual vino por medio de Jesucristo su Hijo, cualquier persona que rechaza esta salvación queda bajo la condenación y el juicio de Dios, por el contrario todo aquel que cree en Jesús como salvador y le recibe como Señor recibe el perdón de sus pecados y la justificación por medio de la fe, la justificación es un punto doctrinal fundamental dentro de la fe cristiana. Salmo 68:1-2 1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen. 2Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios. 3Más los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría. 4Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. La Palabra de Dios hace mención del justo, adjetivo aplicado al que practica la justicia, este termino utilizado en este salmo es la palabra hebrea “tsadak” que significa; ser recto, ser justo, ser justificado, es un termino jurídico que involucra una exoneración de los cargos que hacen culpable al hombre, declarándole inocente. Antes de considerar esta verdad analicemos la condición de ser humano. EL rey Salomón escribe sobre la condición del hombre en el libro de Eclesiastés (7:20) “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.” Y en el de Proverbios (20:9) “¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?” Así que ante esta declaración el hombre no esta en condición para justificarse ni ser justo delante de Dios, así lo declara la Palabra de Dios en; Isaías 64:6 6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. La interrogante del profeta Isaías al final del verso anterior es; ¿podremos ser salvos? La respuesta es que delante de Dios el hombre es inmundo, como el leproso, y nuestras obras justas como trapos de inmundicia, Job (9:2) hace una pregunta semejante; ¿Cómo se justificara el hombre con Dios? El carcelero de Filipos hizo la misma pregunta; Señores ¿Qué debo hacer para ser salvo? La respuesta fue; Cree en el Señor Jesucristo y será salvo tú y toda tu casa. (Hch 16:30,31). Salmo 143:1-2 1 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia. 2Y no entres en juicio con tu siervo; porque no se justificará delante de ti ningún ser humano. Salmo 130:3-4 3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? 4Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. En el primer salmo David le pide a Dios que no lo lleve a juicio, pues David comprende que ningún hombre podría declararse inocente delante de Dios, en el segundo salmo le pide que no considere o tome en cuenta su pecado, pues quien podría mantenerse de pie como inocente delante de El, por lo cual apela a la misericordia y compasión de Dios declarando que por naturaleza Dios es perdonador. Salmo 32:1-2 1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. 2Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño. Cuando experimentamos el perdón de Dios podemos considerarnos personas dichosas, el salmista David le llama bienaventurado aquel a quien Dios le perdona su transgresión, y le cubre su pecado, dichoso aquel a quien el Señor no le toma en cuenta su pecado, a quien no le carga su iniquidad, es aquí donde se manifiesta la justicia de Dios por medio de la justificación.

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El apóstol Pablo escribe bastante sobre este tema de la justificación en su carta a los Romanos donde nos da una detallada explicación sobre este punto doctrinal tan importante. Romanos 1:16-17 16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 17Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. Dos cosas declara el apóstol en referencia a la predicación del evangelio, o las buenas nuevas, que es poder de Dios para salvación para todos aquellos que creen, ahora es necesario notar el factor condicionante para recibir esta salvación, la fe. Por fe entendemos la confianza, la seguridad que descansa en que es por medio de Cristo y su sacrificio expiatorio, que nuestros pecados son perdonados, La segunda verdad es que en el evangelio se revela la justicia de Dios, no es una justicia retributiva, es decir que el hombre merezca de parte de Dios. Sino que es la justicia de Dios libremente imputada por Dios al pecador por la gracia soberana de Dios en base a la expiación vicaria de Cristo, que el hombre por el poder del Espíritu Santo la acepta, la justificación es dada por Dios por la fe, la cual es don de Dios, la fe es una operación de Dios, nosotros aceptamos a Dios revelado en Cristo cuando accionamos esa fe. Romanos 3:21-25 21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. 26con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. En esta porción el apóstol hace varias declaraciones, primero que Dios ha manifestado su justicia, la cual es por medio de la fe en Jesucristo para todos los que creen, que, como mencionamos anteriormente, el hombre esta bajo pecado, y que Dios le justifica, es decir le declara justo e inocente gratuitamente, es decir sin que el hombre haga algo para obtenerla, es por su gracia, mediante la redención, es decir mediante el pago que se dio por el rescate, eso significa redención, Dios nos libero de la culpa, el castigo, y el poder del pecado. La finalidad de esta obra es que Dios quería mostrar en este tiempo su justicia, cuando en su paciencia no tomo en cuenta nuestros pecados, es decir, no los puso en nuestra cuenta, no nos castigo, de esta manera manifestó su justicia con el objetivo que el sea el justo y el que justifica al que es de la fe, es decir aquellos que ponen su fe en Jesús. Romanos 5:12-14 12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado. 14No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir. La comparación que el apóstol Pablo hace entre Adán y Cristo, nos deja saber algo fundamental, que el pecado es imputado al hombre a causa de la transgresión de Adán, es decir a causa de su pecado, y por tener la misma naturaleza pecaminosa todos los seres humanos somos culpables a causa de un solo pecado. Isaías 53:10-11 10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. El profeta Isaías recibió esta revelación de Dios de que el Mesías fue quebrantado bajo sufrimiento poniendo su vida en expiación, es decir sobre quien Dios cargo el pecado de todos nosotros, la ira de Dios fue satisfecha por medio de la expiación por el pecado, Jesús obedeció a la voluntad al Padre, y es por medio de el que muchos recibe la justificación por la gracia de Dios. 2

Romanos 5:16-17 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. La imputación del pecado a causa de la trasgresión de Adán nos dejo bajo la condenación, pero a causa de las muchas transgresiones se manifestó el don de Dios, para que por medio de la fe en Cristo reinemos en vida a causa de la justificación, pero la justificación no es imputada al hombre hasta que este recibe la abundancia de la gracia y el don de la justicia. Romanos 5:18-19 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. En este pasaje tenemos un contraste entre Adán y Cristo, por la transgresión de uno (Adán) vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno (Cristo) vino la justificación de vida, por cuanto uno desobedeció (Adán) los muchos fueron constituidos pecadores, notemos que no dice que serán constituidos, sino que ya fueron constituidos pecadores (por imputación). De la misma manera por la obediencia de uno (Cristo) los muchos serán constituidos, note que no dice son, sino que serán constituidos justos, tiene el mismo concepto del pasaje anterior, donde se menciona que el hombre reina para vida por la justificación por medio de Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia. 2 Corintios 5:21 21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. La Palabra de Dios declara que Cristo jamás cometió pecado ni se hayo engaño en su boca, el Señor fue sin pecado, pero Dios hizo a Cristo pecado por nosotros, no dice que lo hizo pecador, ni victima del pecado, si no que lo puso en la condición de pecador, le imputo el pecado de todos nosotros por cuanto puso sobre de El todo el peso y responsabilidad de los pecados del mundo. Lo condeno a la muerte propia de un criminal y sobre el descargo el castigo que merecían nuestros pecados para que nosotros fuésemos, note que no dice que fuimos, si no para que fuésemos hechos justicia de Dios en el. Del mismo modo que Cristo no siendo pecador, fue hecho pecador, le fue imputado el pecado del mundo, así también nosotros, en virtud de la admirable transacción divina, al ser pecadores fuimos constituidos justos, se nos imputo la justicia de Cristo. ¿Cuándo? ¿En el Calvario? ¡No! ¡En el momento en que nos dimos la vuelta y aceptamos la transacción! Tito 3:4-7 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Concluimos que la salvación es una manifestación de la bondad y amor de Dios, donde el ser humano no interviene con obra alguna, sino por la manifestación de la misericordia de Dios, lavándonos de nuestro pecado y dándonos el nuevo nacimiento, en el Espíritu Santo, el cual nos lo derramo abundantemente por Cristo, para que justificados por su gracia seamos herederos de la vida eterna.

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