Cl2-julca-katheryne.docx

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MOVERSE CON LIBERTAD ¿Sabe usted, de donde proviene la gran seguridad que Katy parece experimentar a lo largo de toda su actividad? En efecto, esta bebé de 8 meses, conoce muy bien en el lugar que está jugando, sobre todo conoce su propio cuerpo, realiza todas las posibilidades cuando se mueve, su propio equilibrio le resulta tan natural que solo le presta atención cuando encuentra algo nuevo e inclusive cuando experimenta posturas o movimientos nuevos, no se encuentra a merced de lo desconocido porque conoce sus propios límites. Por ello, sostiene Pickler que “si nosotros tenemos confianza en la capacidad del niño pequeño, si sostenemos su actividad autónoma, el será capaz de lograr una enorme soltura y armonía corporal, es capaz de mantener una actitud de curiosidad y atención sobre su medio ambiente” por lo que significa que el niño será capaz finalmente de autoconstruir, autocorregir, auto estimular y autorregular sus movimientos libres. Por lo tanto, en el siguiente texto, abordaremos la disponibilidad corporal e interacción que desarrolla Katy según el video en el Instituto Lóczy y fuentes. En primer lugar, el movimiento libre es fundamental para los infantes, ya que consiste en que el niño se mueva libremente creando sus propios movimientos sin intervención del adulto, donde el movimiento se debe dar de forma espontánea y autónoma por parte de él. Al niño no se debe colocar en ninguna posición a la que no haya llegado por sí mismo y no se le debe exigir o mostrar algún incentivo para que realice algún movimiento ni logre ninguna posición. Él debe ser autónomo de sus propios movimientos. Por ello, la primera etapa del desarrollo está centrada en la formación tónico-postural del eje del cuerpo, este es quién permite la constitución de los puntos de apoyo necesarios para el despliegue de las funciones instrumentales, que vienen ser el uso del lenguaje como un medio para satisfacer las necesidades del niño con una expresión del “yo quiero”. Por lo tanto, el primer diálogo tónico postural que ha tenido el bebé fue en el útero de su madre, ya que movilizó con fuerza su musculatura dorsal, apretando contra la pared uterina, que resiste y ayuda a conservar su situación en flexión. Fue mediante este dialogo que el equilibrio postural comenzó a estar de alguna manera organizado. Luego del nacimiento, el bebé debe reencontrar apoyo que le permitan seguir con el juego de su musculatura dorsal a la vez debe encontrar soporte que le permita asegurar una postura en flexión, con un nivel de libertad de movimiento que aseguren su equilibrio que él busca entre flexión y extensión, ya que al nacer, en el bebé se observa una fuerte hipotonía, que viene ser una disminución de la tensión del tono muscular del tronco contrastando con la hipertonía de músculos más fortalecidos de las extremidades. Asimismo, los proto-infantes, nacen acostados en la posición de decúbito dorsal y durante los primeros meses se mantienen en esa posición, girando libremente la cabeza unos ochenta grados, sin obstáculos mueven las piernas y los brazos con toda la amplitud que les permiten sus articulaciones. Luego, por su propia maduración e iniciativa del niño logran girar de costado. De igual forma, girando hacia un lado y volviéndose en decúbito dorsal. Según la Dra. Myrtha Chokler, señala que habrá un momento donde el niño se encuentre con una maduración más desarrollada y apto para girar en la posición decúbito ventral, pasando a decúbito dorsal y terminando en decúbito lateral. Durante, estos meses todos los bebés sanos juegan cada vez más tiempo y con una mayor seguridad y soltura pasando por las tres posturas. Comienzan, a desplazarse, primero involuntariamente y luego de manera intencional pivoteando, después con giros

repetidos, de ahí rolan que es dar vueltas consecutivas, reptan y de ahí se desplazan en cuadrúpeda y están aptos para trepar. Por ejemplo, mediante el video, he podido observar que “Katy”, por los meses que tiene, ella cuenta con una amplia maduración en la gran variedad de movimientos que ella realiza como: ponerse en posición decúbito ventral, decúbito lateral, ponerse en cuadrúpeda y posición acodada de costado o en posición semisentada, puede redar y reptar, todos estos movimientos participan de una progresión hacia la vertical pero esencialmente para Katy son inherentes a su actual manera de ser. Por ello, a ella le parece interesante las sensaciones que ella percibe de sus propios movimientos o de sus reajustes posturales, por eso los movimientos de Katy son bellos y armoniosos, su tono es activo y bien distribuido en todo su cuerpo, su tronco es móvil y flexible. En segundo lugar, la interacción es un sistema de regulación mutua, que consiste desde la mirada hacia las actividades exploratorias del entorno, como las mímicas, los gestos que nacen de ellos, la interacción con los objetos que tienen a su alrededor. Por ello, según, Pikler señala que “acompañar a cada niño en la búsqueda de un equilibrio entre las diversas dimensiones bio-psico-sociales, va a depender de la interacción que este niño a tenido con su entorno”, ya que es el medio de regulación y es a esto a lo que debemos estar atentos quienes vamos formar parte de aquellas criaturas. Asimismo, dentro de la interacción se encuentra la exploración por parte del niño, que no solo utiliza su motricidad para moverse sino también para que se pueda desplazarse e interactuar con sus juguetes, el cuál le permita vivenciar y apropiarse progresivamente de su entorno construyendo matrices de aprendizaje. Por ejemplo, en el caso de Katy se observa la interacción que ella tenía con el niño Pedro, al momento de tocarle la cabeza, la mano, así mismo, la relación que ella tenía con la movilidad de los objetos y el efecto de sus esfuerzos parece representar igualmente para ella es una experiencia interesante. Antes la prolongada liviana se movía en función de sus movimientos, ahora la cama pesada se mantiene inmóvil y es su propio cuerpo el que se mueve en respuesta a sus gestos. También, la interacción que Katy tiene con la pelota, ella al cogerlo empieza a succionarlo como si fuera su chupón, hasta dejarlo caer, lo mismo sucede con la tina, Katy coge y empieza a jugar con ello y así cualquier objeto que le llame la atención, ella va con dirección hacia eso, hasta tenerlo en sus manos y poder palpar. En conclusión, mediante las diversas investigaciones que se ha dado por parte de Pikler y Myrtha Chokler, se ha llegado a reconocer que estos aprendizajes influyen en el desarrollo de la personalidad del niño, ya que se inician a muy temprana edad, y es desde los primeros momentos de la interacción con el adulto que se va entrelazando un vínculo afectivo, lo que este le transmite a través del contacto corporal, voz, y trato cotidiano. Estas primeras experiencias son las que van a sentar bases en la formación de su seguridad física, movimientos corporales a tener un desenvolvimiento con más confianza en lo emocional y en la percepción de sí mismo y de los demás, serán bebés más tranquilos y atentos, capaces de sostener la continuidad de una acción y sin necesidad de ser estimulado, tendrán un mejor nivel de comunicación y con mayor iniciativa, disminuirá el babeo por parte del bebé y no rechinaran sus dientes de forma involuntaria. Por ello, es muy importante acompañar a cada niño en la búsqueda de su equilibrio, pero no interrumpiendo o exigiendo hacer movimientos o actividades que a los adultos les provoca, si no más aun teniendo un desarrollo de observación psicomotriz por parte del cuidador, este debe entrar en una interacción mutua con el

bebé, observando desde las miradas, gestos que provocan y actividades exploratorias con su entorno. Por lo tanto, como futuras educadoras nuestra función debe ser garantizar una relación personal y afectiva con los pequeños, capaces de potenciar su desarrollo armónico y equilibrado de su personalidad, mediante los movimientos en libertad. “Intentar enseñar a un niño algo que puede aprender por sí mismo, no es tan solo inútil, sino también perjudicial” EMMI PIKLER

CUADRO DE OBSERVACIÓN

VEO

SIENTO

ENTIENDO

Descripción de las acciones del niño y niña

Qué emociones siento al observar las acciones

Qué conexiones establezco con la teoría revisada

Katy está en una posición decúbito ventral, donde su cuerpo expresa como su atención es compartida entre su propio juego con la pelota y los hechos que le rodean. De ahí, se hecha de costado, succionando la pelota y deja caerlo, este se va con dirección a Pedro. Ella se acerca a Pedro lo observa, le toca la cabeza, rostro quedando en una postura segura que le permita realizar gestos adecuados. Después de algunos momentos de alegre distinción, ella emprende un movimiento complicado, se eleva hasta sostenerse en cuadrupedia y de inmediato en posición semisentada, en esa postura levanta su pie, tocando un recipiente, lo mueve. Luego, apoyada sobre el codo prosigue su juego a pesar de los movimientos de sus pies en el aire logrando mantener su equilibrio. Después, Katy se queda en una sola dirección en decúbito ventral, con una mirada despierta, tronco inmóvil, los miembros bien extendidos. De ahí, se dirige a lo que le interesa y mantiene una continuidad en su cuerpo, procura de nuevo al objeto que ya le había llamado la atención, moviéndose con una soltura y seguridad. Para finalizar, Katy se arrodilla, sosteniéndose de barrotes, se sienta entre sus talones, sin soltarse adelanta su pierna

Katy es una bebé de 8 meses, que se encuentra en decúbito ventral, en la habitación del instituto “Emmy Pickler”, rodeada de juguetes y bebés alrededor de ella. Ella observa a todos lados del cuarto, sin dejar de mover sus pies como si fuera un pez aleteando dentro del agua. De ahí, coge una pelota y se pone a succionarlo, hasta dejarlo caer. En seguida, observa que Pedro se encuentra a unos centímetros de ella, se acerca gateando hacia él, y empieza a interactuar con Pedro. Después, se acerca hacia el juguete que le llama la atención, pero se distrae con el llanto de un bebé quedando en una postura semisentada. Por ello, puedo inferir que Katy es una bebé muy flexible, que conoce su propio cuerpo y movimiento.

Katy se encuentra en el desarrollo psicomotor, en una fase de independencia donde la niña no va a depender de un adulto para que obtenga un juguete, ni de sus movimientos involuntarios de supervivencia. Ella ya tiene la capacidad de la exploración y su aprendizaje será incrementada mediante los movimientos que va encontrando, ya que su tronco encefálico deja de tener tanto control, dando paso a que el cerebelo, pase a tener una mayor implicación en el equilibrio y un movimiento con más coordinación.

derecha, repitiendo la misma acción.

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