Cites

  • June 2020
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El estudio y, en general, la búsqueda de la verdad y la belleza es un campo en el que se nos permite ser niños toda la vida. Albert Einstein La ciencia es algo maravilloso cuando uno no ha de ganarse el sustento con ella. Uno debiera vivir de un trabajo que con seguridad es capaz de realizar. Sólo cuando no se deben rendir cuentas a nadie es posible hallar la felicidad en la ciencia. Albert Einstein Para unos, la ciencia es una sublime diosa; para otros, una vaca que suministra excelente mantequilla. Friedrich von Schiller Yo no se lo que el mundo puede opinar de mí; pero yo mismo creo que he sido sólo un muchacho jugando en una playa y divirtiéndome en hallar de vez en cuando una piedrecita más lisa o una concha más hermosa de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad yace incógnito ante mí. Isaac Newton Las altas torres, los bellos palacios, los templos solemnes, todo el globo en realidad, todo ello terminará por disolverse y como una pantomima insustancial no dejará el menor rastro. De la misma sustancia que los sueños estamos hechos y nuestras pequeñas vidas terminan con un sueño. De la serie, Dr en Alaska (a La Tempestad de W. Shakespeare) …la constitución de la física, nombre colectivo de la ciencia experimental, obligó a un esfuerzo de unificación. Tal fue la obra de Newton y demás hombres de su tiempo. Pero el desarrollo de la física inició un proceso de carácter opuesto a la unificación. Para progresar, la ciencia necesitaba que los hombres de ciencia se especializasen. Los hombres de ciencia, no ella misma. La ciencia no es especialista. Ipso facto dejaría de ser verdadera. Ni siquiera la ciencia empírica, tomada en su integridad, es verdadera si se la separa de la matemática, la lógica, de la filosofía. Pero el trabajo en ella sí tiene - irremisiblemente - que ser especializado… generación tras generación, el hombre de ciencia ha ido constriñéndose, recluyéndose, en un campo de ocupación intelectual cada vez más estrecho. Pero esto no es lo importante que esta historia nos enseñaría, sino más bien lo inverso: cómo en cada generación el científico, por tener que reducir su órbita de trabajo, iba progresivamente perdiendo contacto con las demás partes de la ciencia, con una interpretación integral del universo, que es lo único merecedor de los nombres de ciencia, cultura, civilización europea. José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas La ignorancia puede ser felicidad, pero es felicidad comprada a un precio que no vale la pena pagar. Ian Stewart, Juega Dios a los dados?

Si - a la larga - no consigues explicar a la gente lo que has estado haciendo, el esfuerzo habrá sido inútil. Erwin Schrödinguer, Ciencia y Humanismo La ética industrial, es decir, el conjunto de sentimientos, normas, estimaciones y principios que rigen, inspiran y nutren la actividad industrial, es moral y vitalmente inferior a la ética del guerrero. Gobierna a la industria el principio de la utilidad, en tanto que los ejércitos nacen del entusiasmo. En la colectividad industrial se asocian los hombres mediante contratos, esto es, compromisos parciales, externos, mecánicos, al paso que en la colectividad guerrera quedan los hombres integralmente solidarizados por el honor y la fidelidad, dos normas sublimes. Dirige el espíritu industrial un cauteloso afán de evitar el riesgo, mientras el guerrero brota de un genial apetito de peligro. En fin, aquello que ambos tienen de común, la disciplina, ha sido primero inventado por el espíritu guerrero y merced a su pedagogía injertado en el hombre. Seria injusto comparar las formas presentes de la vida industrial, que en nuestra época ha alcanzado su plenitud, con las organizaciones militares contemporáneas, que representan una decadencia del espíritu guerrero. Precisamente lo que hace antipáticos y menos estimables a los ejércitos actuales es que son manejados y organizados por el espíritu industrial. En cierto modo el militar es el guerrero deformado por el industrialismo. José Ortega y Gasset, España invertebrada - ¿De que está satisfecho? - No estoy satisfecho de nada de lo que hago. Estoy satisfecho de que si encontrara al niño que fui, él me reconocería y yo le reconocería a él y sabría que no lo he traicionado. El niño es como el pulgarcito que va dejando las monedas de su tesoro a lo largo de la vida, sin darse cuenta. Pero el tesoro lo tiene el niño: La curiosidad. Estoy satisfecho de haber conservado la curiosidad del niño. Estoy satisfecho de tener todavía al niño interior. Antonio Gala Lo difícil no es hacer, sino lograr el estado de ánimo para estar en disposición de hacer. Algún llibre meu; segurament Ortega o Paniker (BUSCAR-HO)Racionero a Oriente y Occidente o Textos de estética Taoista

Lo fundamental para la intensidad vital no es el dinero, …, sino la autosuficiencia y la valentía de no acumular por miedo al futuro. Luís Racionero, Oriente y Occidente (p.190) El entusiasmo es a la vida como el hambre a la comida.

Bertrand Russell , La Conquista de la Felicidad No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos. No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen. No creáis en nada solo porque así lo hayan creído lo sabios en otras épocas. No creáis en lo que vuestra imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os inspira. No creáis en lo que dicen las Sagradas Escrituras solo porque ellas lo digan. No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano. Creed únicamente en lo que vosotros mismos habéis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia. Buda, s. VI a.C .La Guerra és una matança de gent que no es coneix en profit d’una gent que sí es coneix, però que no es mata. Paul Valery Si este mito es trágico lo es porque su protagonista tiene conciencia. ¿En qué consistiría, en efecto, su castigo si a cada paso le sostuviera la esperanza de conseguir su propósito? El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino no es menos absurdo. Pero no es trágico sino en esos raros momentos en que se hace consciente. Sísifo, proletario de los dioses, impotente y rebelde, conoce toda la magnitud de su miserable condición: en ella piensa durante su descenso. La clarividencia que debía constituir su tormento consuma al mismo tiempo su victoria. No hay destino que no se venza con el desprecio. … … Dejo a Sísifo al pie de la montaña. Se vuelve a encontrar siempre su carga. Pero Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. El también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil. Cada uno de los granos de esta piedra, cada fragmento mineral de esta montaña llena de oscuridad, forma por sí solo un mundo. El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo dichoso. Albert Camus, El mito de Sísifo

El talent es forja en la calma, i el caràcter en la tempesta. Goethe Los ingresos son la única alternativa a la pobreza. Por otro lado, no hay nada tan firmemente aceptado por la mayor parte de estadounidenses como los efectos perjudiciales que ejerce el dinero sobre los pobres. En general, somos virtuosamente compasivos en nuestra preocupación por lo que unos ingresos inmerecidos puedan hacer con los infortunados. Y vemos en ello un peligro práctico, así como un perjuicio moral: los pobres podrían preferir obtener dinero de los fondos públicos en vez de trabajar, lo que cultivaría una actitud de dependencia totalmente opuesta a lo más fundamental del sistema

económico. Este peligro se considera peculiar de los menos privilegiados. En lo que respecta a los acaudalados y a los ricos, la inactividad, denominada ocio son admirados, no condenados. Han aprendido a vivir la buena vida. Contribuyen como patrocinadores a la distinción artística o literaria de la nación y dictan normas de estilo y de comportamiento personal alabadas e incluso celebradas por su novedad, variedad y extravagancia. Nadie o muy pocos critican su abandono. La posición del pobre es muy diferente. En este caso, tal como hemos visto, los ingresos inmerecidos se consideran perjudiciales tanto moral como socialmente, especialmente por la inactividad a la que puedan dar lugar. Dichos ingresos y dicha inactividad no se perdonan ni siquiera cuando es evidente que no se dispone de oportunidades de empleo alternativas. Lo que se alaba en los acaudalados se condena severamente en los pobres. John Kenneth Galbraith, Un viaje por la economía de nuestro tiempo. … para los acomodados resulta bastante más fácil encontrar defectos en el carácter de quienes forman las clases más bajas y aún más en las leyes de inmigración y en la forma de hacerlas cumplir, así como encontrar una virtud social en una resistencia aparentemente por principios a los impuestos y al Estado invasor. John Kenneth Galbraith, Un viaje por la economía de nuestro tiempo. Los negocios y la economía no sólo tienen por objeto ganar dinero: también son un medio para lograr el éxito y, en consecuencia, para reforzar el amor propio. Es un hecho poco grato pero ineludible que al evaluar en qué medida se han obtenido estas ventajas, el éxito relativo se advierte mas fácilmente en la épocas de crisis que en las de prosperidad. En los periodos de general infortunio, los hombres de negocios afortunados y coherentes pueden verificar en detalle que el lo que han conseguido mediante sus propios esfuerzos (o los de algún antepasado próspero) y qué es lo que han sustraído a estos. Ahora bien, si la generalidad de las personas está en buena posición o tiene al menos un pasar, este rito de autoestimación no complace mucho. Ya no cabe entonces felicitarse son frases por el estilo de “Yo si que he llegado”, ni complacerse en reflexiones acerca de las cualidades superiores que han permitido ese éxito. De modo que atribuir a miopía intelectual o a un estrecho interés pecuniario la resistencia del mundo de los negocios a las tendencias benéficas de la seguridad social (y más tarde, a las de lord Keynes), es no comprender bien una parte muy importante de la motivación capitalista y competitiva. Algo, quizá mucho, debe ser atribuido también al placer de ganar en un juego en el que muchos pierden. J K Galbraith Historia de la economia (Economics in perspective. A critical history) Otro factor que amarra la economía a la ortodoxia clásica, y que continuará ejerciendo ese papel en el futuro es, como ya dijimos, el gran poder de los intereses económicos. El gran juego dialéctico de nuestros tiempos, ya no es, como antaño, y como algunos todavía creen, la pugna entre el capital y el trabajo, sino entre la empresa económica y el Estado. Los trabajadores y sus organizaciones sindicales ya no son los enemigos primordiales dela empresa y de quienes dirigen sus operaciones, sino que el verdadero enemigo - dejando de lado el papel peligrosamente provechoso de la producción militar - es el gobierno. En efecto, es este último el que responde a las preocupaciones de un electorado que desborda

en gran medida el mundo de los trabajadores, por cuanto agrupa también a ancianos, pobres urbanos y rurales, minorías étnicas, consumidores, agricultores, ecologistas, partidarios de la intervención en esferas en donde se hacen sentir las deficiencias de la iniciativa privada, como la vivienda, el transporte público y la atención de la salud, y simpatizantes del fomento oficial de la enseñanza y de los servicios públicos en general. Algunas de las actividades así preconizadas menoscaban la autoridad o la autonomía de la empresa privada, mientras que otras la sustituyen mediante la acción gubernamental, y todas ellas en mayor medida, son a costa de la empresa privada o de sus participantes. Así puede definirse el actual conflicto entre la empresa y el Estado. J. K Galbraith Historia de la economia (Economics in perspective. A critical history) Mi primera entrevista con el director fue curiosa. No me invitó a sentarme después de mi caminata de veinte millas de aquella mañana. Su aspecto, sus rasgos, sus modales y su voz eran vulgares. Era de mediana estatura y de constitución corriente. Sus ojos de azul corriente, eran notablemente fríos, y sin duda podía hacer que su mirada cayera sobre uno tan incisiva y pesadamente como un hacha. Pero incluso en estas ocasiones el resto de su persona parecía desmentir tal intención. Por lo demás, únicamente en sus labios había una expresión relajada, difícil de definir, algo furtivo entre sonrisa y no sonrisa; lo recuerdo, pero no lo puedo explicar. Era inconsciente (me refiero a la sonrisa), aunque se intensificaba momentáneamente cada vez que habí (recuperar-ho) Joseph Conrad “El Corazón de las tinieblas” El estudio de la propia historia, que debia ser un implacable examen de conciencia, se toma por desgracia como fuente de apologías, y apologías de vergüenzas, y de excusas, y de disculpaciones y componendas con la conciencia, como medio de defensa contra la penitencia regeneradora.Apena leer trabajos de historia en que se llama glorias a nuestras mayores vergüenzas, a las glorias de que purgarnos; en que se hace jactancia de nuestros pecados pasados; en que se trata de disculpar nuestras atrocidades innegables con las de otros. Mientras no sea la historia una confesión de un examen de conciencia, no servirá para despojarnos del pueblo viejo, y no habrá salvación para nosotros. Miguel de Unamuno, En torno al casticismo La educación tiene dos fines: por un lado, formar la inteligencia; por el otro, preparar al ciudadano; Los atenienses se fijaron más en lo primero; los espartanos en lo segundo. Los espartanos ganaron. Pero los atenienses perviven en la memoria de los hombres. Bertarnd Russell, La perspectiva científica La verdad fuera de la caridad no es Dios. Es su imagen y un ídolo que no hay que amar ni adorar, y aún menos a su contrario que es la mentira. Blaise Pascal (Pensamientos)

La palabra “libertad” tiene implicaciones muy complejas. Cuando hay libertad, hay justicia, hay bondad. Se considera que la libertad es la posibilidad de elegir. Pensamos que somos libres porque podemos viajar al extranjero, o elegir nuestro trabajo, o hacer lo que nos plazca. Pero donde hay elección, ¿hay libertad? ¿Quién es el que elige? ¿Y por qué tiene uno que elegir? Cuando psicológicamente hay libertad, cuando uno es muy claro en su capacidad de pensar objetivamente, de manera impersonal, muy precisa, no sentimental, entonces no hay necesidad de elegir. Cuando no hay confusión, la elección no existe. Krishnamurti, La llama de la atención ...la vida, perquè sigui vida, s’ha de viure a poc a poc... Mercè Rodoreda, La plaça del Diamant No hi ha” llengües petites”. Cada llengua conté, expressa i transmet no solament una carrega de memòria singular d’allò ja viscut, sinó també una energia evolutiva del seu futur, una potencialitat per demà. La mort d’una llengua és irreparable, fa minvar les possibilitats de l’home. No hi ha res que amenaci Europa més radicalment –“a les arrels”que la detergent i exponencial marea de l’angloamericà, i dels valors uniformes i imatge mundial que aquest devorador esperanto comporta. L’ordinador, la cultura popular i de comercialització a gran escala parlen angloamericà, des dels clubs nocturns de Portugal fins als grans locals de menjar ràpid de Vladivostok. Europa sens dubte morirà si no lluita per les leves llengües, les seves tradicions locals i les seves autonomies socials. Si oblida que “Déu està en el detall”. George Steiner, La idea d’Europa Amb la caiguda del marxisme en la tirania bàrbara i la nul·litat econòmica, s’ha esvaït un gran somni, el de l’home comú seguint els passos d’Aristòtil i Goethe, com proclamava Trotski. Alliberats d’una ideologia que ha fet fallida, podem somiar i hem de somiar de nou. Potser això només és possible a Europa, on els fonaments requerits d’alfabetització i el sentit de la tràgica vulnerabilitat de la condition humaine podrien proporcionar la base necessària. Potser els sovint fastiguejats, dividits i confosos fills d’Atenes i Jerusalem que podríem recuperar la convicció que “la vida sense analitzar”, en definitiva, no paga la pena de ser viscuda. George Steiner, La idea d’Europa

No habiendo podido los hombres remediar la muerte, la miseria, la ignorancia, han decidido, para ser felices, no pensar en ello... La única cosa que nos consuela de nuestras miserias es la distracción, y es ella, sin embargo, la más grande de nuestras miserias. Puesto que es ella principalmente quien nos impide pensar en nosotros y nos hace perdernos insensiblemente. Sin ella, nos hallaríamos sumidos en el hastío, y este hastío nos empujaría a buscar un medio más sólido de salir de él. Pero la distracción nos divierte, y nos hace llegar insensiblemente a la muerte. Blaise Pascal, Pensamientos 133 y 414

La totalidad inconsciente me parece... como el propio spiritus rector de todo suceso biológico y psíquico. Aspira a realización total, es decir, a devenir completamente consciente en el hombre. Devenir consciente es cultura en el sentido más amplio y autoconocimiento, es decir, esencia y alma de este proceso. El oriente atribuye a la persona un significado “divino”, y según la antigua concepción cristiana es el autoconocimiento el camino cognitio Dei. La cuestión decisiva para los hombres es: ¿guarda relación con lo infinito o no? Esto es el criterio de la vida. Sólo si yo sé que la falta de límites es lo esencial, no presto interés a cuestiones vanas y a cosas que no tienen un significado decisivo. Si no lo sé, insisto en perseguir tal o cual propiedad que percibo como posesión personal, algo que rige el mundo. Así es, pues, quizás a causa de “mi” inteligencia o “mi” belleza”. Cuanto más insiste el hombre en la falsa posesión y cuanto menos capta lo esencial, tanto más insatisfactoria es su vida. Se siente limitado porque tiene objetivos limitados y esto crea envidia y celos. Cuando se comprende y siente que está unido, ya en esta vida, al infinito, cambian los deseos y actitudes. En última instancia, uno se rige pro lo esencial, y si no se posee esto se ha malgastado la vida. También en la relación con los demás hombres es decisivo si en ello se expresa lo infinito o no. Carl Gustav Jung, Recuerdos, sueños, pensamientos

El cerebro humano reacciona como un animal, defiende su territorio identificándolo con su vida. Forman parte de este espacio, que delimita con su orina y excrementos, sus padres, sus hermanos, sus colaboradores y, sobre de todo, su cuerpo. ¿Quién es el dueño? Un individuo con limitaciones que corresponden a su nivel de conciencia. Amás alto nivel de conciencia, mayor libertad. Pero para alcanzar ese grado, donde el territorio no es unos cuantos metros cuadrados de terreno o un pequeño grupo de asociados, sino el planeta entero y la totalidad de la humanidad, y más aún, el universo entero y la totalidad de los seres vivientes, es necesario antes que nada cicatrizar la herida primera, desprenderse del condicionamiento fetal, luego familiar y por último social. El consultante, para llegar a esta mutación donde, habiéndose abandonado el pedido, se vive con agradecimiento el milagro de estar vivo, debe hacerse consciente de sus mecanismos defensivos. Mecanismos que todos los animales emplean para escapar de sus rapaces enemigos. Ellos saben enquistarse en sí mismos, se cubren con capas quitinosas, se entierran en el barro, detienen su respiración y los latidos del corazón. El ser humano hace lo mismo: se paraliza, se encierra en un sistema repetitivo de gestos, deseos, emociones, pensamientos, y vegeta en esos estrechos límites rechazando toda nueva información, sumido en una incesante repetición del pasado. Para huir de las profundidades, vive flotando en un tejido de sensaciones superficiales, la mayor parte del tiempo anestesiado... Los animales saben mimetizarse, hacerse semejantes al medio en que viven. El camaleón cambia de color, algunos insectos parecen hojas de árbol a ciertos mamíferos la piel les crece con el color del terreno que habitan. También una gran cantidad de seres humanos, descartando su natural diferencia, se hacen iguales al mundo que los rodea. Se prohíben el menor rasgo de originalidad, comen lo que todos comen, se visten siguiendo la moda de más auge, utilizan un acento y unos giros idiomáticos que

indican su indudable pertenencia a un grupo social, forman parte de la masa que desfila blandiendo el mismo libro rojo o haciendo el mismo saludo con el brazo extendido, o vistiendo el mismo uniforme. Dependen por completo del parecer, relegando a las oscuridades de sus sueños el ser... Cuando los animales se sienten atacados, pueden agredir. El miedo de conocerse a sí mismos, aunado al terror de ser despojados de aquello que creen poseer, entre otras cosas su forma de vida, lo que implica un doloroso encuentro con la llaga esencial, puede convertir a los humanos en asesinos. En otras especies animales, ante el ataque, la principal defensa es la huida. En el antiguo tratado de estrategia china Las 36 estratagemas dice: “La fuga es la política suprema. Conservar las fuerzas intactas evitando un enfrentamiento no es una derrota”. Estas personas no quieren saber nada de sí mismas, abandonan un tratamiento a la mitad, se autojustifican constantemente, luchan por tener siempre la razón y demostrar que los otros se equivocan; se entregan a un vicio, desarrollan manías y obsesiones; a veces, para no enfrentarse a sus problemas familiares. Se van a vivir a un país lejano, usando la distancia como calmante. A la fuga, a veces, se le une la automutilación: la lagartija escapa cortándose la cola. Mi amigo G.K., excelente escritor francés de novelas de ciencia ficción, en pleno éxito literario tuvo una decepción amorosa, la mujer de sus sueños se casó con otro. G.K. decidió dejar para siempre de escribir. En forma metafórica, se castró. Van Gogh se cortó una oreja, Rimbaud expulsó a la poesía de su vida. Algunos se apartan de sus seres u objetos queridos, otros se mutilan en operaciones de cirugía estética, dilapidan su fortuna... Alejandro Jodorowlky, La Danza de la Realidad (p.383, Siruela) Dos grandes cominos tiene la humanidad ante sí, que no son los convergentes del capitalismo y el comunismo: el camino del progreso entre comillas y el camino del libre, anárquico, entusiasta, independiente y, a la vez, unitivo desarrollo individual. Los periódicos occidentales y los dementes que nos gobiernan pueden cantar misa: el punto crucial de la historia de nuestros días no se encuentra en los arenales del Oriente Medio ni en los tremedales vietnamitas. La línea Maginot de esta tercera guerra mundial, ya declarada, pasa por los muelles de Bombay, por las bocas del Ganges en Calcuta, por el aeropuerto de Delhi, por los lagos de Cachemira, por el ensayo general del leninismo en Kerala. Y a estos escenarios pienso acudir cuanto antes para convertir en toma y redoble de conciencia práctica mi caída del caballo a las puertas de la India. La lucha de los brahmines es mi lucha y de ahora en adelante me tendrán a su lado con armas o sin ellas. Desde aquí me atrevo a predicar entre todos vosotros, amigos de otras peleas, mi fantasmagórica cruzada. Y, de nuevo, me apresuro a curarme en salud: puede ser que el progresismo (o la coartada del demonio) se salga con la suya. Por mi parte, consideraré ese día como el del último adiós y la definitiva catástrofe,... Fernando Sánchez Dragó, El Camino del Corazón Cada cosa, en este mundo de abajo, tiene su propio e inconfundible aroma. El aroma del océano, por ejemplo, es el de la sal. También la doctrina que yo predico tiene su aroma. Y ese aroma se llama libertad. Fernando Sánchez Dragó, El Camino del Corazón(sentencia de Buda)

La agitación sobre sucesos que no podemos modificar, sea que no hayan ocurrido todavía, sea que ocurran a una inaccesible distancia de nosotros, sólo consigue la inoculación al aquí y al ahora del mal remoto o presentido que es objeto de nuestra angustia. Escuchar cuatro o cinco veces al día las noticias radiadas y su comentario, leer el diario de la mañana y todos los semanarios y mensuales es llamado actualmente “tomar un inteligente interés por la política”. San Juan de la Cruz lo habría llamado complacerse en ociosa curiosidad y en el cultivo de la inquietud por la inquietud. Aldous Huxley, La Filosofía Perenne Cites de les pags. 337, 305, 273, 245, 117 de La Filosofía Perenne de Aldous Huxley

... Plotino declara expresamente que el intelecto o entendimiento no puede serle adscrito a la Deidad y que nuestra más perfecta adoración de dicha Deidad no consiste en actos de veneración, reverencia, gratitud o amor, sino en una cierta autoaniquilación misteriosa o total extinción de todas nuestras facultades. Diálogos sobre la religión natural, David Hume (p66, Ed. Alianza) ...todo conocimiento verdadero es esencialmente identificación con su objeto.* *

René Guénon, La Crisis del Mundo Moderno (Això és necessàriament així perquè la veritat només pot ser una.)

Quan les persones es coneixen i tracten assíduament, tendeixen a la mútua confessió, i tota confessió implica el descobriment de febleses innombrables, de considerables errors, d’intimitats grotesques, d’incomptables ridículs. Els amics – sol dir-se – ho perdonen tot. No és cert. No perdonen mai les vostres pròpies febleses. La ironia, entre amics, sempre cueja. Josep Pla, El Quadern Gris Mentre sigui un estrany, jo puc conviure perfectament amb la persona més contrària a la meva manera de pensar. En canvi, qualsevol fotesa és un pretext per a discutir amb el meu pare, agrament, per no dir iradament. Josep Pla, El Quadern Gris Los espartanos no preguntaban cuántos eran los enemigos, sino dónde estaban. ANÓNIMO Es la verdad lo que nos libera, no el esfuerzo por ser libres.

Jiddu Krishnamurti

Lo que nosotros tenemos por invento específicamente occidental, es decir, el psicoanálisis y sus derivaciones, es un intento de principiantes en comparación con el arte practicado en Oriente desde antiguo. Carl Gustav Jung, Civilización en transición (p.87) ...la moralidad de una sociedad en su conjunto es inversamente proporcional a su tamaño,... Carl Gustav Jung, Civilización en transición (p.220) Si le está reservado al hombre, sin mutilar su naturaleza, evolucionar hacia algo más alto, esa transformación no está en su poder, depende de condiciones en las que no puede influir. Tiene que conformarse con el anhelo y los “suspiros”, con la naturaleza y con el ruego de que quizá algo lo eleve, puesto que el experimento de Münchhausen no acabe de salirle bien. Con esta actitud sitúa fuerzas útiles y a la vez peligrosas en lo inconsciente: útiles si las entiende, peligrosas si las malentiende. Como quiera que se denominen estas fuerzas y posibilidades, nada cambia en cuanto a la realidad de su existencia. Nadie puede impedir al hombre religioso designar consecuentemente a estas fuerzas y posibilidades como dioses y demonios, o incluso llamarlos directamente “Dios”. Según la experiencia, así se comportan. Cuando muchos utilizan en este contexto la palabra “materia”, creyendo decir algo con ella, debe hacérseles considerar que en vez de una X han colocado una Y, y que por lo tanto siguen donde estaban. Lo único seguro es nuestra profunda ignorancia, que ni siquiera sabe si se ha acercado o no a la solución del gran enigma. Del “parece como si” sólo nos saca el salto mortal de la fe, que debemos dejar para quien esté dotado o haya recibido esa gracia. Todo progreso aparente o real depende de la experiencia de los hechos, y su constatación es, como se sabe, una de las más difíciles tareas que se ha propuesto la mente humana. Carl Gustav Jung, Civilización en transición (p. 337) La mayoría de los seres humanos ven todas sus difíciles condiciones de vida, las pruebas que han de superar, sus sufrimientos, sus sobresaltos y todas sus pérdidas como una maldición, como un castigo de Dios, como algo negativo. Ojalá comprendiésemos que nada de lo que nos sucede es negativo, e insisto: ¡nada, absolutamente nada! Todos los golpes del destino, todas las experiencias dolorosas e incluso las pérdidas más grandes, son dones. Podemos comparar los golpes del destino y nuestra pena con la forja del hierro candente, son oportunidades de crecer espiritualmente: ésa es la única razón de nuestra existencia en la Tierra. Elisabeth Kübler-Ross, Todo final es un luminoso principio

- Ya empieza a anochecer – dijo -, y pronto comenzará a llover. No sé gran cosa de las hazañas de David, e ignoro si realmente fueron tan grandes como aseguran. Y, con toda sinceridad tampoco conozco mucho sus salmos. No quisiera decir nada en contra de ellos. Pero de que la vida sea algo más que juego, de esto no me convencerá ni el mismo David. La vida es bella y feliz precisamente cuando es esto: juego. Naturalmente, que podemos hacer de la vida todo lo imaginable, podemos convertirla en un deber, en una guerra o en una cárcel, pero no por ello se hace más hermosa. ¡Hasta la vista; he tenido un gran placer...! Hermann Hesse, El viaje a Oriente En la filosofía hindú toda la creación se considera como Vishnu Lila, que significa el Juego de Vishnu. La palabra lila, equivale tanto a danza como a juego. También en la filosofía hindú llaman al mundo una ilusión: y en latín la raíz de la palabra ilusión es ludere, jugar. Todo lo que se mueve, el giro de la rueda de oraciones, la pauta de crecimiento de la flor, es lo que vive. Y si uno se lo toma en serio y pregunta: “¿Estás haciendo algo útil?”, cabe responder: ¿Útil para qué? ¿Útil para seguir moviéndose? Pero si uno ha de ser útil para seguir moviéndose, eso se convierte en un estorbo, la supervivencia es una fatiga y no vale la pena. Y si enseña esto a sus hijos, ellos le imitaran. Considerarán la supervivencia como una experiencia penosa que han de sufrir. Tienen que seguir moviéndose, seguir adelante, enseñarán a sus hijos a que lo hagan, y toda la continuación de la especie humana será un obstáculo, en lo cual, de hecho, ya se ha convertido. Ésta es la razón por la que hemos inventado la bomba atómica y nos preparamos para suicidarnos. Creemos que nuestra continuidad es imprescindible y, en la medida en que lo creemos así, lo detestamos y vamos a ponerle fin. Así pues, sugiero sinceramente (hablo con usted; no estoy predicando) como dijo una vez G. K. Chesterton: “Los ángeles vuelan porque ellos mismos se toman a la ligera, mucho más que el ser que es el Señor de los Ángeles. El mundo entero está preso por mil, preso por mil quinientos; es el amor lo que lo hace girar”. O, en palabras de Dante: Pero no eran para esto ya mis plumas, Sino que golpeada fue mi mente Por fulgor que el deseo satisfizo. Faltó aquí fuerza a la alta fantasía; más ya mi anhelo y voluntad movieron como una rueda que igualmente gira, el amor que el sol mueve y las estrellas. Final del Canto XXXIII, Paraíso Alan Watts, El gurú tramposo (El trabajo como juego) ...todo lo que hay de expresable en el lado puramente teórico de la metafísica, es aún más que suficiente para que, a aquellos que pueden comprenderlo, incluso si no van más allá,

las especulaciones analíticas y fragmentarias del Occidente moderno se les aparezcan tales como son en realidad, es decir, como una investigación vana e ilusoria, sin principio y sin meta final, y cuyos mediocres resultados no valen ni el tiempo ni los esfuerzos de aquel que tiene un horizonte intelectual suficientemente extenso como para no limitar a eso su actividad. René Guénon, Introducción General al estudio de las Doctrinas Hindúes Entre el punto de vista según el cual las realidades de la experiencia forman el único ser ”firme”, mientras todo lo demás surge del vapor de la imaginación, y aquel segundo, según el que la realidad auténtica yace, por el contrario, “en la otra parte” y según el que el mundo cambiante de los fenómenos sólo puede aparecer como el tintinear de una “superficie” irrelevante: entre estos dos puntos de vista es imposible decidir apelando a fundamentos en ambos como legítimos. Pues para cada una de las posiciones enfrentadas la legitimidad de los argumentos aducidos por la otra supone criterios de valor, que están enraizados en decisiones arbitrarias del adversario. L. Kolakowski, La presencia del mito (citat a La vida eterna de F. Sabater)

Los únicos males del mundo fluyen por nuestro corazón. Ahí es donde debe librarse la batalla. Mahatma Gandhi Si existiera rectitud en el corazón, Habría belleza en el carácter. Si hubiera belleza en el carácter, Existiría armonía en el hogar. Si hubiera armonía en el hogar, Existiría orden en la nación. Si hubiera orden en la nación, Habría paz en el mundo. Confucio, El gran saber “El silenci etern d’aquests espais infinits m’espanta”. És Pascal qui parla en nom seu, qui es confessa i qui tremola en la foscor?... [Pascal] És un mestre, però més de pensament que de vida. La universalitat del seu geni no impedeix que tingui temperament propi, tan fàcilment abocat a l’angoixa i al vertigen. Un no es pot negar a admirar-lo. Però tampoc no està obligat a seguir-lo. A cadascú el seu camí. La serenitat no és tampoc el meu fort. Però no és l’univers el que m’angoixa, ni l’espai, ni l’infinit, o allò que ho sembla, no l’eternitat, ni el silenci... Al contrari: m’agradaria dir que tot m’angoixa, o en tot cas podria angoixar-me, llevat del Tot en si, que m’asserena. André Comte-Sponville, L’ànima de l’ateisme (p. 152, Paidós)

“No desitgem una cosa perquè sigui bona – com explicava en substància Spinoza -, sinó, al contrari, la jutgem bona perquè la desitgem.” ... no és el valor de l’objecte el que justifica l’amor, sinó l’amor el que dona valor a allò que s’estima. Per això tot valor és relatiu en funció de l’amor que hi dipositem. En aquest punt és on poden convergir el relativisme, l’ateisme i la fidelitat: l’amor és el valor suprem, ja que només existeix valor gràcies a ell (fidelitat), sense que malgrat tot hi pugui veure l’absolut (ja que només té valor per a qui l’estima: relativisme) ni, per tant, un Déu (ateisme). ... Fidelitat a allò vertader: racionalisme (rebuig de la sofistica). Fidelitat a l’amor: humanisme (rebuig del nihilisme). Fidelitat a la seva separació: ateisme. No és la veritat el que és amor (si la veritat s’estimés a si mateixa seria Déu), sinó l’amor el que, de vegades és veritat (només és absolut en la mesura que estimem veritablement). És la Pentecosta dels ateus, o la veritable ànima de l’ateisme: no l’Esperit que davalla sinó l’esperit que s’obre (al món, als altres, a l’eternitat disponible) i s’alegra. L’absolut no és l’amor; és el que, de vegades, ens obre a l’absolut. André Comte-Sponville, L’ànima de l’ateisme (p. 152, Paidós) Hay (y según parece, siempre ha habido) dos órdenes de mitologías: la del pueblo y la del bosque de los audaces. Los imponentes guardianes de los ritos de los pueblos son esos querubines de la puerta del jardín, sus Señores del Miedo y del Deseo, con otro más que les apoya, el Señor del Deber, y un cuarto, su santidad, la Fe, y las metas de sus moldeables cultos son principalmente la salud, la abundancia en la procreación, una larga vida, la riqueza, las victorias en la guerra y la gracia de una muerte sin dolor. Por otra parte, no se puede entrar en los senderos del bosque de los audaces hasta que se ha vencido a los guardianes, y el modo de hacerlo es reconocer su poder aparente como un mero producto del restringido campo de nuestra propia conciencia egocéntrica, no enfrentándonos a ellos como” realidades” exteriores (porque cuando se acaba con ellos “allí fuera”, lo único que hace su poder es pasar a otro vehículo), sino cambiando el centro de nuestro propio horizonte de inquietud. Joseph Campbell, Mitos, sueños y religión Hem de comprendre que només existeixen dues pors: la por de caure i la por del soroll. Totes les altres pors ens han estat imposades de mica en mica en la nostra infantesa pels adults, ja que projectaven damunt de nosaltres les seves pròpies pors i així les transmetien d’una generació a una altra. No obstant això, el més important de tot és aprendre a estimar incondicionalment. La majoria de nosaltres hem estat educats com si fóssim prostitutes. Sempre se’ns repetia el mateix: “T’estimo si...” i aquest “si” condicional ha destruït més vides que qualsevol altra cosa en el planeta Terra. Aquesta paraula ens prostitueix, ja que ens fa creure que amb una bona conducta o amb unes bones notes a l’escola podem comprar amor. D’aquesta manera mai no podem desenvolupar el sentit de l’amor o la gratificació d’un mateix. Elsabeth Kübler-Ross, La mort: una aurora ...vemos que con el rápido avance técnico y los nuevos logros científicos los hombres han podido desarrollar no sólo nuevas habilidades sino también nuevas armas de destrucción masiva que aumentan el miedo a una muerte violenta y catastrófica. El

hombre tiene que defenderse psicológicamente contra este mayor miedo a la muerte por la mayor incapacidad de preverla y protegerse contra ella. Psicológicamente, puede negar la realidad de su propia muerte durante un tiempo. Como en nuestro inconsciente no podemos percibir nuestra propia muerte y creemos en nuestra inmortalidad, pero podemos concebir la muerte de nuestro vecino, las noticias de muertes en combate, en las guerras o en la carretera, sólo sirven para reforzar la creencia inconsciente en nuestra propia inmortalidad y nos permiten – en la intimidad y el secreto de nuestro inconsciente – alegrarnos de que “le ha tocado al vecino, y no a mí”. ...Grupos de personas, desde las bandas callejeras hasta las naciones, pueden usar su identidad de grupo para expresar su miedo a que les destruyan, atacando y destruyendo a otros. Quizá la guerra no sea más que una necesidad de enfrentarse a la muerte, de conquistarla y dominarla, de salir de ella con vida: una forma peculiar de negar nuestra propia mortalidad. Uno de nuestros pacientes, que moría de leucemia, decía sin podérselo creer: “Es imposible que yo muera ahora. No puede ser la voluntad de Dios, porque me dejó sobrevivir cuando me caían las balas a muy poca distancia durante la Segunda Guerra Mundial”. Elisabeth Kübler-Ross, Sobre la muerte y los moribundos Que la avaricia, la usura y la previsión (la seguridad económica) deben ser nuestros dioses fue una brillante idea de Keynes; él seguramente habrá tenido dioses más nobles. Pero las ideas son las cosas más poderosas en la tierra y no es una exageración decir que los dioses que él recomendó están ocupando sus tronos en nuestra época. E. F. Schumacher, Lo pequeño es hermoso A menudo se asegura que la educación se está destruyendo debido a un exceso de especialización. Pero éste no es sino un diagnóstico parcial y equivocado. La especialización no es en sí misma un principio defectuoso de la educación. Cual sería la alternativa, tal vez una afición al conocimiento superficial de todos los temas?¿O un extenso estudio general en el cual los hombres se ven obligados a dedicar un tiempo a olfatear temas en los cuales no tienen el menor interés, mientras deben mantenerse alejados de aquello que desean aprender? Esta no puede ser la respuesta correcta, ya que sólo llevaría a un tipo de hombre intelectual como el criticado por el cardenal Newman: “Un intelectual como el mundo lo concibe hoy..., está lleno de “opiniones” sobre todos los temas de la filosofía, sobre todos los temas del día”. Tal ”ubicuidad de opinión” es más bien un signo de ignorancia que de conocimiento. “¿Habré de enseñarte el significado del conocimiento?”, decía Confucio. “Cuando sabes una cosa el reconocer que la sabes y cuando no la sabes el saber que no la sabes; esto es conocimiento”. El fallo entonces no radica en la especialización, sino en la ausencia de profundidad con la que los temas son tratados corrientemente y en la ausencia de un conocimiento metafísico. ... El hombre verdaderamente educado no es aquél que sabe un poco de cada cosa, ni aún el hombre que sabe todos los detalles de todos los temas (si tal cosa fuera posible). El “hombre completo”, en realidad, puede tener muy poco conocimiento de los hechos y las teorías, ... pero estará en contacto real con el centro. No dudará con respecto a sus convicciones básicas ni a sus puntos de vista sobre el significado y propósito de la vida.

Puede no estar en condiciones de explicar estos temas en palabras, pero la conducta de su vida mostrará un cierto toque de seguridad que emerge de su claridad interior. E. F. Schumacher, Lo pequeño es hermoso Mientras que las ideas del siglo XIX niegan o destruyen la jerarquía de niveles en el universo, la noción de un orden jerárquico es un instrumento indispensable del entendimiento. Sin el reconocimiento de “los niveles del ser” o “los grados de significación” no sólo no podemos hacer el mundo inteligible, sino que no tenemos la menor posibilidad de definir nuestra propia posición, la posición del hombre en el esquema del universo. Sólo cuando podemos ver el mundo como una escalera y cuando podemos ver la posición del hombre sobre esa escalera podemos admitir que haya un significado para la vida del hombre sobre la tierra. Puede que sea la tarea del hombre (o simplemente, si así lo preferimos, la felicidad del hombre) el obtener un mayor grado de realización de sus potencialidades, un más alto nivel del ser o “grado de significación” que el que obtiene “naturalmente”, pero ni siquiera podemos estudiar esta posibilidad si no aceptamos antes la existencia de una estructura jerárquica. En la medida en que nosotros interpretamos el mundo a través de las ideas grandes y vitales del siglo XIX, estamos ciegos a esas diferencias de nivel, porque nos hemos cegado. E. F. Schumacher, Lo pequeño es hermoso En principio, toda cosa inmune a la intrusión de la libertad humana, como los movimientos de las estrellas, es predecible, y toda cosa sujeta a esta intrusión es impredecible. ¿Significa eso que todas las acciones humanas son impredecibles? No, poque la mayoría de la gente, la mayor parte del tiempo, no hace uso de su libertad y actúa puramente en forma mecánica. La experiencia muestra que cuando estamos tratando con un gran número de personas, muchos aspectos de su conducta son realmente predecibles, porque en un número grande, en cualquier momento, sólo una pequeña minoría está usando su poder de libertad, y a menudo ellos no afectan significativamente al resultado total. No obstante, todas las innovaciones y los cambios realmente importantes normalmente comienzan a partir de una pequeña minoría de gente que sí que hace uso de su libertad creativa. E. F. Schumacher, Lo pequeño es hermoso Mientras se esté examinando una idea eres libre de ella. No existe ningún peligro en que un hombre experimente en fumar opio o alimentarse con nueces; pero en el momento que cesa de examinar, y empiece a actuar por hábito y sin reflexión, está perdido. Aleister Crowley, Magick Impío no es aquel que pone en su debido sitio a los dioses del vulgo, sino aquel que aplica a los dioses las ideas del vulgo. Diógenes Laercio, Vidas y sentencias de los más ilustres filósofos

En estos momentos tuve una certeza fulminante; cada uno tenía una “misión” pero ésta no podía ser elegida, definida, administrada a voluntad. Era un error desear nuevos dioses, y completamente falso querer dar algo al mundo. No existía ningún deber, ninguno, para un hombre consciente, excepto el de buscarse a sí mismo, afirmarse en su interior, tantear un camino hacia adelante sin preocuparse de la meta a que pudiera conducir. Aquel descubrimiento me conmovió profundamente, éste fue el fruto de aquella experiencia. Yo había jugado a menudo con imágenes del futuro y soñado con papeles que me pudieran estar destinados, de poeta quizá, de profeta, de pintor o de cualquier otra cosa. Aquellas imágenes no valían nada. Yo no estaba en el mundo para escribir, predicar o pintar; ni yo ni nadie estaba para eso. Tales cosas sólo podían surgir marginalmente. La misión verdadera de cada uno era llegar a sí mismo. Se podía llegar a poeta o a loco, a profeta o a criminal; eso no era asunto de uno: a fin de cuentas, carecía de toda importancia. Lo que importaba era encontrar su propio destino, no un destino cualquiera, y vivirlo, y vivirlo por completo. Todo lo demás eran medianías, un intento de evasión, de buscar refugio en el ideal de la masa; era amoldarse; era miedo ante la propia individualidad. La nueva imagen surgió terrible y sagrada ante mis ojos, presentida múltiples veces, quizá pronunciada ya otras tantas, pero nunca vivida hasta ahora. Yo era un proyecto de la naturaleza, un proyecto hacia lo desconocido, quizá hacia lo nuevo, quizá hacia la nada; y mi misión, mi única misión, era dejar realizarse este proyecto que brotaba de las profundidades, sentir en mí su voluntad e identificarme con él por completo. Había probado mucha soledad. Pero ahora presentía que había una soledad más profunda, y que ésta era inevitable. Hermannn Hesse, Demian Sí, hay que encontrar el sueño de cada uno, entonces el camino se hace fácil. Pero no hay ningún sueño eterno; a cada sueño le sustituye uno nuevo y no se debe intentar retener ninguno. Hermannn Hesse, Demian Cuando llegue a pedir con la plena seguridad de que su deseo va a ser cumplido, éste será satisfecho. Sin embargo, usted desea y al mismo tiempo se arrepiente de ello con miedo. Hermannn Hesse, Demian A veces, leyendo un libro, descubría una nueva idea; era como un beso… Hermannn Hesse, Demian …seguía retornando al recuerdo de Connor, a la certeza de su vida y a lo que ésta requería de mí, así como a la terrible posibilidad de que si en esta ocasión no lo hacía bien, la historia probablemente se repetiría. Pensar en él pasando por todo aquello fue lo que al final marcó la diferencia. Tenía que romper esa cadena y darle lo que yo nunca había tenido: un padre. Sin embargo, durante el mes de tratamiento fui dando tumbos de forma muy parecida a la primera vez, simplemente tachando los días, con la esperanza de que algo cambiara dentro de mí sin que tuviera que hacer mucho. Entonces, un día, cuando la vista llegaba a su fin, me asaltó el pánico, y me di cuenta de que en el fondo seguía exactamente igual y que iba

a regresar al mundo, completamente desprotegido. El ruido dentro de mi cabeza era ensordecedor, y la bebida ocupaba mis pensamientos todo el tiempo. Me conmocionó darme cuenta de que estaba en un centro de desintoxicación, se suponía en un ambiente seguro, pero que yo mi encontraba en grave peligro. Estaba absolutamente aterrorizado. En ese momento, casi por impulso propio, mis piernas cedieron i caí de rodillas. En la intimidad de mi cuarto supliqué ayuda. No tenía ninguna noción de a quien pensaba que le hablaba, sólo sabía que ya no podía más, que no me quedaban fuerzas para luchar. Entonces recordé lo que había oído sobre rendirse, algo que pensaba que nunca haría, que sencillamente mi orgullo no permitiría, pero supe que nunca conseguiría salir solo, así que pedí auxilio y, puesto de rodillas, me rendí. A los pocos días me di cuenta de que me había ocurrido algo. Un ateo dirá con toda seguridad que sólo consistió en un cambio de actitud, y hasta cierto punto eso es cierto, pero se trataba de mucho más que eso. Yo había encontrado un lugar al que dirigirme, un lugar que siempre había sabido que estaba ahí pero en el que nunca había querido, o necesitado, creer. Desde ese día hasta hoy, nunca he dejado de rezar, por la mañana, de rodillas, para pedir ayuda, y de noche, para expresar gratitud por mi vida y, sobretodo, por mi sobriedad. Elijo arrodillarme porque siento que necesito humillarme cuando rezo y, con mi ego, eso es lo máximo que puedo hacer. Si te estás preguntando por qué hago todo eso, te diré que… funciona, tan sencillo como eso. Durante todo el tiempo que llevo sobrio, ni una sola vez he pensado en serio en beber o en drogarme. No tengo nada en contra de la religión, y crecí sintiendo una gran curiosidad por las cuestiones espirituales, aunque mi búsqueda me alejó de la iglesia y del culto en comunidad para conducirme al viaje interior. Antes de que comenzara mi rehabilitación, encontré a mi Dios en la música y en el arte, con escritores como Hermann Hesse, y músicos como Muddy Waters, Howlin’ Wolf y Little Walter. En cierta manera, de algún modo, mi Dios siempre estuvo ahí, pero ahora he aprendido a hablar con él. Eric Clapton, Clapton. La autobiografía. (p. 237-38) Encontré una pauta en mi conducta que se había ido repitiendo durante años, décadas incluso. Las malas elecciones eran mi especialidad y, si algo honesto y decente aparecía, lo rehuía o corría hacia otra parte. Se podría decir que mis elecciones reflejaban el modo en que me veía a mí mismo; que yo pensaba que no era merecedor de nada decente, así que sólo escogía parejas que me acabarían abandonando, como estaba convencido había hecho mi madre, muchos años atrás. Eric Clapton, Clapton. La autobiografía. (p. 244-45) Al llegar a ese punto, hice examen de conciencia: ¿Y a mí qué me importaba todo eso? ¿Qué derecho tenía para intentar traer todos esos cambios a una comunidad que, a juzgar por las apariencias, sólo quería que la dejaran tranquila? La respuesta era siempre la misma. Para mantener lo que tenía, tenía que darlo. Para seguir sobrio, tenía que ayudar a otros a estar sobrios. Éste es el principio básico que todavía regula mi vida hoy, y tuve que aplicarlo a esa situación. Sin embargo, no me cabía ninguna duda de que, si aquello no funcionaba, o si simplemente estaba escrito que era imposible, sería el primero en enterarme cuando todo se viniera abajo.

Eric Clapton, Clapton. La autobiografía. (p. 271) No desprecies a nadie ni apartes nada, pues no hay ningún hombre que no tenga su hora y nada que no tenga su lugar. TALMUD La inteligencia sin amor te hace perverso. La belleza sin amor te hace ridículo. El trabajo sin amor te hace esclavo. La cruz sin amor se convierte en tortura. Anónimo

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