Catastrofe-1

  • July 2020
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2009, Sociología, Universidad Alberto Hurtado

Edición N°1, Diciembre

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editorial

Catastro [de] Fe

Enfrentarse al Apocalipsis, al éxodo o al statu quo, es el cotidiano frente al cual la memoria comporta extrañamente la esperanza. Tomar una bitácora de los acontecimientos, ordenar su transcurso en toneladas de manuscritos, es una muestra de amor a la supervivencia. Es en el caos o contingencia donde vemos emerger las posibilidades de seguir creyendo que mañana no será peor. Llevar un catastro de fe frente al desastre, es algo que vale la pena pensar. La inquietud sociológica es ineludible. No hablamos acá de la disciplina, constantemente eludida, sino que de la imposibilidad de imaginar a hombres y mujeres totalmente aislados y solas. El ser humano siempre debió enfrentar al otro, de ahí que las preguntas que configuran nuestra existencia y nos asedian constantemente, se refieran también ineluctablemente a la vida con los demás. ¿Por qué no puedo hacer lo que yo quiero, hasta donde yo desee? o ¿Bajo qué condiciones de aceptabilidad yo debo considerar al otro peligro o colaboración? Éstas y otras preguntas de la misma índole, ligan profundamente la autoconcepción de la propia existencia, y la concepción del existir ajeno. Extraña vez son explicitadas, pero se resuelven constantemente en la práctica. Se sabe vivir bajo condiciones aceptable con los demás, sin embargo, el aislamiento de estas preguntas, hasta convertirse en objeto de producción del saber, su intento constante de sistematización con el fin de lograr cierta capacidad reflexiva que haga posible corregirla, hablan de que en esta materia nunca es suficiente. Entonces, sería imposible hacer sociología como quien efectúa una operatoria repetitiva y monótona, o aprende la serie de pasos inconexos de una técnica particular, sino que inevitablemente al hacer sociología nos pondríamos también nosotros en juego, nuestra relación con los demás, nuestras posibilidades en el mundo. Esto no significa que la disciplina pueda intervenir directamente, influir de forma determinante o cambiar la sociedad en sí, sino que la inquietud en la que se funda su más remoto sentido está ligada a nuestro existir. Tampoco queremos decir que la sociología pueda dar con las causas exactas de nuestra forma de ordenar y ordenarnos en el mundo, pero no puede renunciar a la pregunta por la condición del hombre, sin renunciar a sí misma. Es que toda teoría, toda investigación exige al menos en el fuero interno, la autoaplicación. Sin posibilidad de vernos algo reflejados, aún contra nuestros propios deseos en una descripción, todo el ejercicio pierde sentido. Si no nos sirve a nosotros, ¿entonces a quién? Por esta razón, un Catastro [de] Fe es urgente necesidad. A raíz de éste se pueden generar otras instancias donde exponer, discutir, cambiar y/o abandonar nuestro pensamiento. No se puede hacer sociología sin pasión, sin ver ante la multiplicación de las preguntas, una oportunidad. Así, que aparezca ante nuestros ojos que el lugar de ésta es tan pequeño, debería ser más un motivo de estudio, que una decepción. La invitación es a no pensar que el pensamiento le pertenece sólo a la Academia, o que las ciencias nada tienen que ver con la vida, o que la teoría es enemiga de la praxis. Entonces, cualquier palabra vertida sobre la sociedad, se hace desde ella y se ejerce sobre nosotros, qué mayor imposibilidad que vivir en contra de lo que se piensa de verdad. No tomemos la regla socialmente útil, como regla imperecedera. No sólo se puede aplicar la teoría, los lazos son múltiples y dinámicos. Se necesita ejercitar el pensamiento, pero el que exige, el que interpela, que es incapaz de dejar indiferente a una lectora, y que por tanto, no se opone a la práctica, sino que se necesitan mutuamente. El renunciar a pensar sin miedo, sin censura previa, es la aceptación acrítica de las condiciones de existencia, es el conformarse con la forma de lo dado, es evitar proyectar las capacidades del ser humano, que sin lugar a demasiadas dudas, sobrepasan a las capacidades efectivas hoy realizadas. Eludir el pensar sobre la condición humana, equivale a aniquilar lo único que le da algo de sustento a la misma disciplina. El afán científico no basta por sí sólo. No porque el humano, el individuo, o la subjetividad sean construcciones históricas, no existen; no porque el hombre no participe íntegramente de toda la sociedad, no sufre sus consecuencias. Esto siempre se trata de nosotras. Así ofrecemos en esta edición tres aspectos de la sociología, que en rigor tratan de cómo tres campos de la vida pueden dialogar y estar epistemológica, metodológica o incluso ontológicamente en desacuerdo y darse la razón instintivamente, más allá de lo que es posible vislumbrar a primera vista. La propuesta está al servicio de usted como lector y como personaje ensamblado en una estructura dramática o sistémica.

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2009 stro [de] Fe Comité Cata Patrocinio stamante logía, UAH - Manuel Bu ela de Socio u sc -E ro - Isaías Cast mala - Tomás Mata Contacto ira re e ail.com - Rodrigo P strodefe@gm ta a -c rodefe.tk - Hugo Sir -www.catast n Der Werf a V o ci a n Ig gas - Víctor Ville

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Los estudiantes chilenos y latinoamericanos se tomaron de la mano. Mandan dirun dirun din. En este hermoso jardín a momios y dinosaurios los jóvenes revolucionarios han dicho basta por fin, ¡ por fin ! Víctor Jara. Extracto de su canción Movil Oil Special.

La Despolitización de la Juventud

cecso

Hace casi 20 años que vivimos en una “democracia”, media ambigua, pero al fin y al cabo democracia. Hace 20 que ganó el NO, hace 20 años que está la concertación en el poder y hace 20 años que la sociedad no ha dejado de transformase en pos de esta supuesta democracia, hace 20 años que vivimos y estamos insertos en los “triunfos y legados” que nos dejó la dictadura militar. ¿Cuáles dirán algunos? La respuesta da para escribir un ensayo completo y a lo que aspiramos nosotros esta vez no es a eso, por tanto sólo mencionaré algunos: La economía neoliberal, la constitución de 1980, la educación de mercado en la que vivimos, la desigualdad social que atraviesa nuestro país… En fin, podrían haber miles, incontables quizás, sin embargo y a nuestro parecer el gran triunfo y legado que nos dejó ese horrible período de la historia chilena, es en definitiva la despolitización de la juventud. Hace un tiempo un profesor me dijo: “en mis tiempos, aquél que decía que no era un sujeto político era raro y difícil de encontrar”. Lamentablemente, y con la cooperación incesante de la Concertación, hoy es todo lo contrario. Como cambian los tiempos, como cambian las épocas, como cambian las juventudes… La juventud siempre ha tenido la tarea de ir modificando su propio contexto, sus propios momentos, el ejemplo emblemático de aquello es el Mayo del 68’, donde miles de estudiantes universitarios salieron a la calle a protestar por sus derechos. En nuestros tiempos, en el Chile actual, la cosa ha ido cambiando, los estudiantes universitarios se han ido quedando dormidos, se han ido quedando dentro de su propio mundo, se han ido quedando fuera de la gran mayoría de los sucesos. En fin simplemente se han ido quedando al margen, cuando lo que está pasando afuera no sólo los aqueja a ellos, a nosotros, si no a todos los que nos rodean. El pueblo mapuche le acaba de declarar la guerra al Estado chileno, ¿y los jóvenes donde están? La educación de mercado está dejando sin estudiar a muchos jóvenes que no tienen el dinero suficiente, ¿y los jóvenes donde están? Leyes que están atentando incluso contra nuestro propio cuerpo, ¿y los jóvenes donde están? La pasta base comiéndose la vida de miles de niños en las calles y en las poblaciones, ¿y los jóvenes donde están? Así sucesivamente. Entonces la pregunta es: ¿Hasta que punto llega tu propia indolencia? ¿Hasta que punto vas a tolerar que te pasen a llevar? ¿Hasta vas a dejar que otros decidan por ti? No podemos dejar que esto siga sucediendo, hay que salir de la comodidad que el sistema ha construido e internalizado en nuestra mentes y lo que es peor aún, en nuestro corazones. Debemos salir a tomarnos los espacios que están, hay que salir y tomarse todos aquellos espacios que permitan la construcción del poder, del poder popular. La academia es uno de esos espacios o mejor dicho es un medio para construir aquellos espacios, sin embargo eso se ha ido olvidando. Hay que buscar la conciencia crítica a través de la masificación de espacios de participación colectiva. ¿Les queremos dejar este mundo tan nefasto a nuestras próximas generaciones, a los niños que crecen sumergidos en esta sociedad tan desigual? Hay que dar la pelea para que eso no pase. Luchemos juntos, bajo un horizonte político claro. La pregunta es: ¿Tienes un horizonte político? ¿Tienes interés por luchar? ¿Mejor nos quedamos en casa, creando y recreando aún más la indolencia en la que cual estamos inmersos? Por: Víctor Villegas C. (Cecso_ Horizontal_2009)

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Sobre la Predicción en Ciencias Sociales Felipe Torres Universidad Alberto Hurtado Quinto año de Sociología Resumen Si nos regimos por la bifurcación tradicional de las ciencias tenemos por

un lado un conjunto de disciplinas que se dedican a explicar los fenómenos de manera objetiva y predictiva, y por otro tenemos un conjunto análogo que se preocupa por interpretar sentidos y manifestar tendencias de comportamiento particular sobre el actuar humano. Las primeras se conocen como ciencias naturales empírico-analíticas y gundas como ciencias sociales histórico-her-

las semenéuticas.

Siguiendo tal dicotomía, observamos que las ciencias naturales identifican leyes y junto a ello la posibilidad de predicción; mientras que las ciencias sociales, en tanto disciplinas comprensivas-interpretativas, difícilmente lo logran. El presente ensayo apunta a problematizar el supuesto de la predicción de fenómenos por parte de las ciencias históricas, considerando por un lado la mutabilidad de numerosos acontecimientos y por otro la relativa circularidad o recursividad de ciertos procesos. Según la historia de las ideas existe una dualidad de tradiciones que se preocupan por definir un método científico propio a las ciencias. Por un lado se encuentra el galileanismo –o tradición galileana– que se traduce, primero, en un esfuerzo por explicar y predecir fenómenos en relación a la particularidad que se ubica dentro de un contexto general, lo que a su vez es universalizable. Von Wright1 atribuye a esta corriente el posterior devenir del positivismo con su consecuente monismo metodológico –idea de unidad del método científico entre la diversidad de objetos de investigación–, que por otro lado se presenta como un canon ideal de metodología; y, como tercera característica, la de definir el quehacer de la ciencia en un paradigma explicativo-causal donde los casos individuales se sumen a las leyes generales de la naturaleza, y naturaleza humana en particular. Desde esta perspectiva la pregunta por la existencia o potencialidad de una eventual predicción en las ciencias del espíritu queda resuelta en el

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En la vereda opuesta se encuentra la rama de tradición científica que defiende, en contra de los principios positivistas, un esfuerzo por comprender los hechos de un modo aprehensivo más que causal-explicativo. Esta tradición, que Von Wright2 denomina aristotélica, es responsable de la descendencia que recaería en la hermenéutica. Sumado al afán de aprehender la explicación fenoménica, se evita el patrón metodológico de las ciencias naturales como ideal regulador único y supremo de la comprensión racional de la realidad. En esta línea, a mi parecer, la predicción juega un papel menor, sino inexistente, ya que el acento de la ciencia debe ser enfatizado en la verstehen (comprensión) de la que habla Droysen y posteriormente Weber. Claro está, y es fundamental no olvidarlo, que dicha aprehensión comprensiva, y también interpretativa, es un principio reducido a las ciencias del espíritu cuyo objeto de estudio es en sustancia, radicalmente diferente del de las ciencias naturales. Por tanto a diferencia de la línea positivista que intenta abarcar con su método la totalidad de las ciencias; las ciencias particulares intentan materializar una forma de generar conocimiento que sea identificable sólo a ellas, sin negar que para las ciencias naturales el método positivo es indudablemente efectivo. Ahora bien, esta distinción sobre la verstehen y la erklären (explicación) que se realiza sobre las ciencias del espíritu y las de la naturaleza respectivamente, es una diferencia que nace como respuesta al monismo metodológico como canon supremo de las ciencias en su conjunto a que apelaba el positivismo, y que a su vez intenta dar curso al nacimiento de las ciencias humanas. Comte y Stuart Mill son dos de aquellos personajes que intentan trasladar al estudio del ser humano las leyes metódicas del estudio físico-natural del mundo. Pero antes que Comte y Stuart Mill, según Wilhelm Dilthey3; Descartes, Spinoza y Hobbes son los mayores incitadores a este respecto ya que justamente ellos son los precursores de una filosofía científica que aborde el ámbito de la generación de conocimiento científico desde ciencias exactas como el álgebra, la geometría y la aritmética cuyas leyes tácitas pudiesen ser atribuibles al compendio de la ciencia en general. Pero en este sentido me parece que la descendencia y progreso de la tradición aristotélica, la cual no presenta un desarrollo continuo a lo largo de la historia sino que se da con ciertos “vacíos” –por ejemplo el que se aprecia en el primer milenio de la era cristiana– no permiten el ulterior devenir progresivo de una esfera de pensamiento, y conocimiento, cuyo énfasis está superpuesto no en el saber utilitarista, por poner un nombre, del quehacer científico en la elucidación del mundo natural, sino más bien en las formas y elaboraciones racionales y no racionales de la conducta humana como emisora de factores que merecen dilucidarse como parte de los discursos sobre el conocimiento del ser humano que responden a las interrogantes sobre las acciones, creencias y costumbres así como también sus formas de elaboración y reproducción, en el constante devenir de la existencia. Es por esto que ha diferencia de la pretensión de universalidad en las ciencias a la que aspira el positivismo, la verstehen de las ciencias del espíritu está profundamente ligada sólo a la esfera en donde dichas ciencias se desenvuelven, no intentando abarcar o colonizar el campo de las ciencias naturales. Por otra parte la consabida sustancialidad divergente de las ciencias del espíritu con las de la naturaleza, da pie para que sea lógicamente posible la afirmación que revela el carácter comprensivo de las ciencias humanas que a su vez limita la explicación apoyada en la probabilidad inductiva no permitiendo la predicción en referencia a la existencia o no de un hecho concreto, tal y como

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momento mismo que se presenta un canon ideal de investigación metodológica aplicable o generalizable a todo el conjunto del conocimiento que se jacte de ser científico. En este sentido el carácter explicativo de la ciencia, no bifurcada

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entre las específicas de la naturaleza y las particulares de lo humano, se extiende a la totalidad de lo que por ciencia abarca el término. Por lo mismo las ciencias humanas al estar imbuidas de este espíritu metodológico explicativo, se ven en la necesidad propia de postular fenómenos causales referentes a leyes universales que por su lógica positiva deben explicar y predecir a los mencionados fenómenos, aunque estos traten sobre seres humanos.

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sí ocurre en la física, la biología o la química. Por lo mismo se obvia la posibilidad de establecer cánones referentes a leyes universales que le permitan a las ciencias particulares predecir, con niveles de certeza apoyados en el resultado de la suma de ciertos factores, la efectiva emergencia de fenómenos sustentados bajo la legi-

Bibliografía Notas al Pie -Dilthey, W (1980). Introducción a las Ciencias del Espíritu. Madrid, Alianza. Capítulos XVIII y XIX 1 Von Wright, G.H (1987). Explicación y Comprensión. Alianza, Madrid. 2 -Von Wright, G.H (1987). Explicación y Comprensión. Alianza, Madrid. Ibíd. Pp. 18 3 Dilthey, W (1980). Introducción a las Ciencias del Espíritu. Madrid, Alian

predicción

timidad de lo llamado científico. No obstante, dejar a la acción humana, su desarrollo y prominencia, fuera del campo de la ciencia parece absolutamente descabellado ya que la ciencia misma es en sí un tipo de conocimiento que se yergue como la potencia de descubrir o desenmascarar todo aquello que a simple vista no se logra apreciar como respuesta a la explicación fenoménica de lo que ocurre en la realidad, desde una perspectiva netamente humana. Es por esto mismo que asiento frente a la existencia de algo denominado científico sobre la posibilidad de interpretación frente a la conducta humana y sus derivados, como parte de la empresa que el conocimiento del ser humano por el ser humano efectúa con un apelativo que se refiera al concepto de ciencia. Pero este concepto debe guardar ciertos cuidados cuando se remita al estudio de lo humano ya que como anteriormente hemos mencionado, su sustancialidad como parte de un objeto que cambia, se desarrolla y crea en forma constante y autorreferente, es consecuentemente diferenciada de la sustancia que da vida a los objetos que la ciencia natural estudia –estabilidad, falta de conciencia y potencialidad de modificar racionalmente el entorno-. Así entonces cabe preguntarse si no se comete un error de proposición al momento de utilizar un término –ciencia– que en su raíz es confeccionado aludiendo a ciertos criterios epistemológicos y metodológicos que no se ajustan a lo que en palabras de Dilthey, son estas hermanas menores4 o ciencias retrasadas que vendrían a ser las aseveraciones de conocimiento que se desarrollan en torno al ser humano. Efectivamente existe un cambio de conceptualidad del término ciencia en la medida que remite a las ciencias de la naturaleza y exactas, o a las del espíritu y humanas, porque también efectivamente sus objetos de estudio varían notablemente, lo cual se traduce en una, así misma, notable diferencia en la manera de abordar la investigación. Por lo tanto, se aprecia como una perogrullada la, a mí modo de ver, diferencia epistemológica sumada a la novedosa concepción ontológica y metodológica, que las investigaciones en torno a la materia social, mental o histórica de la vida humana, posean al momento de establecer como científicas las premisas de su develamiento. En otras palabras, la aproximación del conocimiento científico, cuando desee referirse al actuar humano, no puede menos que establecer métodos de llegar al objetivo, disímiles a los de la ciencia natural positiva que hemos entendido anteriormente. Luego de haber establecido que por la concreta diferencia que existe en el objeto que se pretende estudiar dependiendo de si este es natural o remite al ser humano, su método de investigación y manera epistemológica -y ontológica si corresponde– de abordar dicho objeto debe variar explícitamente, es posible entrar a la discusión de la forma en que el conocimiento debe confeccionarse o emerger de acuerdo a un patrón metodológico en las ciencias del espíritu para luego responder en cierta medida la interrogante por la predicción en el saber referente al quehacer humano en sus diversas manifestaciones.

Viendo así el panorama una ciencia humana que pretenda un tipo de predicción frente a hechos articulados de cierta manera, creo que sólo podría darse de una forma bastante limitada, anunciando fenómenos cuando a estos les falte poco menos que sólo el reconocimiento del sentido común, ya que las variables que se conjugan en una realidad son tan imprevistas y numerosas, que aunque una teoría efectivamente realice un correcto análisis de los elementos que la componen interrelacionados unos con otros, los factores que han quedado excluidos al margen de su delimitación eventualmente podrían jugar papeles decisivos. Sin embargo, creo que si la predicción no aspira a una fundamentación exhaustiva de los supuestos que dan pie a una indómita contingencia, es posible que en cierta medida la relación de los elementos que dan vida a la teoría a modo de sintaxis simples –en el sentido de pocas variables, no de pobres análisis– pueden dar respuesta a manera de luces tendenciales sobre un patrón de comportamiento o evolución en el tiempo, que dados los antecedentes y la evaluación teórica, podría verse llevado a cabo como hecho empírico, comprobable. De este modo la respuesta sobre la posibilidad de predicción en las ciencias del espíritu no se polariza en un blanco o un negro, sino que se matiza en diversas nomenclaturas dependiendo qué sea lo que se intenta abordar, dando pie a una proto opción predictiva. Aventurándome a dar una respuesta ejemplificadora sobre la predicción en materia sociológica, diría que me parece mucho más improbable que ésta se de en procesos pasajeros del mundo histórico como revoluciones, guerras, movimientos, etc., ya que por la misma constitución de ellos es casi fortuita su emergencia, no así en realidades estables como la moral, el Estado, la religión, el arte, etc. cuyo desarrollo se efectúa en un continuo que permite el seguimiento y la relación de sus causas con la conexión de experiencias pasadas remitidas al mismo contexto y revisadas con la misma teoría. Claramente lo anterior es una aseveración que podría ser material para un completo y complejo trabajo, por lo mismo delego su continuación a otra empresa. Para finalizar este ensayo me quedo con las palabras de Wilhelm Dilthey, que a mí modo de ver, resumen en forma precisa la proposición científica de las ciencias humanas: “(La

verdad de las ciencias del espíritu)… sólo reside en la relación con la realidad en que están contenidas sus proposiciones abstractas. Mientras mantienen la posición de sus

Considerando que la tradición de pensamiento que da pie a las ciencias del espíritu en su forma de aprehender lo estudiado tiene que ver más que con la explicación causal del fenómeno, con su comprensión e interpretación, es posible afirmar que las teorías efectuadas en las ciencias humanas parten de una construcción abstracta de la realidad que si bien tiene su raíz y fundamento en el mundo palpable, empírico, no se remite a la totalidad de complejidad que la infinita cantidad de variables presentes en un contexto determinado tienen la posibilidad de incidir sobre el acto humano, sino que más bien reducen esa complejidad dentro de una conceptualización y un campo de estudio representativo que logre dar cuenta de una posible generalidad no universal sino acotada a cierto espectro ya delimitado anteriormente en dicha conceptualización. Por lo tanto la aplicabilidad de la teoría se ve coartada a la dimensión que ella misma se

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ha autoimpuesto como el punto culmine de su operatividad. Así mismo, mientras más ambicioso sea su proyecto interpretativo o explicativo, mayor será el campo al que ella pueda ser aplicado, como también mayor será la interrelación de elementos que darán complejidad al sistema teórico que pretende aprehender la realidad.

Pp. 19-21

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proposiciones frente a la realidad de que han sido abstraídas; conservan estas proposiciones, por abstractas que sean, la medida de su validez acerca de la realidad.”5

Dilthey, W (1980). Introducción a las Ciencias del Espíritu. Madrid, Alianza. Cap. XIX. Pp. 131 nza. Cap. XIX. Pp. 131 5 Dilthey, W (1980). Introducción a las Ciencias del Espíritu. Madrid: Alianza. Cap. XVIII. Pp. 124 4

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Omar Aguilar

Académico y Nuevo Director de la Carrera de Sociología de la UAH, Jueves 05 de Noviembre de 2009 (Versión Abreviada). ¿Qué lo motivó a estudiar sociología? La verdad, no podría decir qué fue exactamente, en general, creo que desde chico como que me gustaron las ciencias sociales y cuando estaba en el colegio, tercero-cuarto medio, recuerdo que algunos inspectores me sugirieron que estudiara antropología, otro me decía derecho. Luego me informé, leí harto y con un amigo que también tenía ganas de estudiar la carrera, como que nos reforzamos, empezamos a conversar sobre esa posibilidad y así fue. Pero no conocía a ningún sociólogo. ¿Cuál es su opinión respecto a la sociología que se imparte en la UAH? Creo que acá se ha logrado consolidar una carrera, en el sentido que estamos formando sociólogos. Tenemos algunas fortalezas que yo siempre he destacado; La primera [no en orden de importancia por lo menos, sino lo primero que a uno se le viene a la mente] es que la carrera ha logrado consolidar un equipo de profesores de alto nivel en general. Yo diría que acá no hay como el tipo de problemas que hay en otras universidades, que en el fondo son como “oh… que profesor tan malo que nos tocó” “¿Cómo diablos hacemos para sacarlo?”. De hecho, yo desde el año 2000 hago clases acá, soy el profesor más viejo de todos los que hay y nunca me han tocado problemas de ese tipo. A mi juicio esto tiene que ver con una visión estratégica de quienes idearon la carrera para asegurar la calidad docente, preocupándose especialmente en reclutar profesores, y así se ha hecho y en la medida que se ha ido creciendo, se han ido incorporando mecanismos de contratación adecuados, eso. Segundo, creo también que se trata de una carrera que, a diferencia de otras, es bien diversa teóricamente y metodológicamente. ¿Estima que existe “una línea” en la sociología de la UAH? Yo creo que si la hay, y que explícitamente ha sido una línea que aquí han llamado “disciplinaria”, es decir, “la sociología no es una ensalada de cosas”, no es una “ciencia residual”. Uno está acostumbrado a que mucha gente diga… “si, soy sociólogo” y en realidad su relación con la sociología es súper tangencial, y, en ese sentido, aquí se optó por entregar una formación que fuera, fuerte, sólida y muy definida en lo disciplinario, en la tradición s o c i ológica.

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¿Qué desafíos asume usted como flamante director de la carrera de sociología de la UAH? El desafío más obvio es que, una carrera que ha llegado a ganarse un cierto prestigio en el medio lo mantenga. En el fondo, si esta carrera o la escuela estuvieran por el suelo, contrariamente a lo que uno pudiera creer, el trabajo sería mucho más fácil, pero no lo es precisamente por los standards que hemos alcanzado, y eso obliga por tanto, no solo a mantenerlo sino que ha consolidarlo, y eso es lo más difícil. ¿Qué se debe cambiar? Mira, hay cosas que dependen de la dirección de la carrera, y otras que no, y que está bien que no dependan de ésta. La dirección de la carrera cumple la función de gestión académica, de poner y ejecutar lo que como departamento se ha decidido para su pregrado, lo mismo pasa para cualquiera de los otros programas de post-grado que tenemos. Desde ese punto de vista [por lo menos yo no lo he visto así] no porque asumí yo, aquí vamos a ofrecer ahora “la carrera que yo quiero que ofrezcamos” No. Yo tengo una visión, que he manifestado siempre con los estudiantes y mis colegas, en el sentido de que la carrera, así como la sociología, es un oficio que se aprende y que requiere destrezas, habilidad, y que, a su vez, eso pasa por un proceso formativo que es bien fundamental. En ese sentido, mi preocupación, creo que va a ser cautelar que lo que entreguemos sea ciertamente calidad, pero que a la vez, no descuide esa dimensión profesional que está enraizada también en la tradición disciplinaria. ¿Se va a potenciar el tema de prácticas, y herramientas para insertarse en el mundo laboral? Exactamente, yo soy de la idea que eso es necesario. ¿Qué incorporaría? Yo creo que, más que incorporar cosas que no haya. Lo que yo haría, sería más bien fortalecer ciertas líneas, habilidades y competencias que ya ofrece la carrera.

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¡ Para producir una tonela

cat da de carne de vacuno

¡La instalación de 11 metros cuadrados

entrevista ¿Cuáles serían esas, por ejemplo? Yo creo que es importante que los estudiantes egresados de acá tengan herramientas suficientes. Por ejemplo, en materia de diseño y gestión de proyectos. Hay que pensar que en el campo laboral la academia ocupa una ínfima proporción, y desde ese punto de vista, hay que pensar que de aquí va a salir gente que probablemente, tenga a su cargo el diseño y ejecución de programas de desarrollo comunitario, de programas de desarrollo social, políticas de recursos humanos, laborales, y efectivamente para eso requieren un conjunto de herramientas que la carrera, ciertamente ofrece, pero probablemente haya que fortalecer. Lo mismo pasa en términos de empleabilidad con quienes van a terminar con seguridad en el mundo privado dirigiendo proyectos en áreas de investigación de mercado, en agencias de medios y publicidad. Yo parto de la base que para la sociología no hay “terreno vedado” si no que la clave está en cómo se logra “sociologizar” por decirlo así, determinados problemas, y por tanto, abrir espacios en los que el sociólogo se convierte en un profesional competente para ofrecer soluciones, o por último dar consejos sobre tal o cual materia.

¿Libro? Hay varios, pero voy a nombrar dos que me marcaron que son bien distintos. Uno fue “La sangre y la esperanza” de Nicomei Guzmán, ambientado en el Chile obrero-popular de las primeras décadas del siglo XX, notable, gran libro. Y otro me marcó profundamente en una época en que uno ya está con las inquietudes más existenciales. “Sobre héroes y tumbas” de Ernesto Sabato. Ambos, muy recomendables. ¿Qué consejo le daría a un/a muchacho/a de primero, una/o del medio y uno/a de quinto? A la gente de primer año mi recomendación fundamental, es que se tomen la carrera con responsabilidad y seriedad. Eso no significa que dejen de lado sus inquietudes políticas, artísticas del orden que sea. No. Significa que la sociología es una ciencia y un oficio que requiere mucho esfuerzo. Pareciera ser una carrera simple, pero ahí hay una trampa porque es muy aparente esa simplicidad, la sociología es tan compleja como lo es la sociedad.

¿Qué película recomendaría? A mi me gustó mucho “Recursos Humanos” es una película francesa del año 2001 más o menos, que creo que toca bien un tema sociológicamente muy relevante, prácticamente en la sociología del trabajo, y la sociología de las clases sociales que es el tema que a mí me interesa.

A los que están en el medio, yo observo un “síndrome” que ocurre alrededor del tercer año y que tiende a aumentar a medida que se aproxima el momento del egreso que es, la duda vocacional. Hay mucha gente que veo que lo que le angustia, es la falta de certezas acerca de si lo que han estado estudiando realmente sirve para algo, y eso en general, hasta me pasó a mi cuando estaba en esos años. Una vez que comencé a trabajar, me di cuenta que en el fondo lo que había estudiado era muy importante.

¿Disco de música? Uno de mis discos favoritos es, “La Opera Rock Tom” de The Who 1969. Salió al mercado el 1° de mayo del 69’.

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se necesitan 16.000 tonela

Y a los de quinto, yo creo que un poco la proyección de esto, primero hay que pensar que el proceso de inserción laboral, que no es fácil, no lo es para nosotros, ni para muchos otros profesionales, y eso implica hacer lo posible por no desanimarse si los primeros intentos fallan, o no son todo lo satisfactorios que uno esperaría. Yo soy un convencido de que un buen trabajo realizado desde el primer año, uno empieza ya a hacer curriculum y eso te va a permitir que se te abran algunas puertas. Yo los animaría a no desanimarse en el caso de aquellos que les va a costar tal vez un poco más, pero eso, insisto, es porque en general el mercado laboral aquí en Chile es muy dinámico y eso es una experiencia por la que todos hemos pasado en algún momento de nuestras vidas.

das de agua!

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ra cada 24 horas!

a la basu ñales desechables pa de s ne illo m n 49

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¡Los estadouniden

de gas en un hogar! de paneles solares permite reducir en un 35% el consumo

Fuente: Worldwatch Institute

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La Inserción Laboral de la Mujer en Chile Camila León Gin En este artículo, se realizará un análisis exhaustivo sobre uno de los fenómenos que actualmente ha experimentado grandes transformaciones en el país, y que constituye un elemento fundamental en el ámbito laboral. Estas son, las diferencias de género cuantitativas y cualitativas que existen en el trabajo específicamente el caso de las mujeres en los cargos directivos de las empresas chilenas. En primer lugar, es preciso aclarar que las diferencias existentes en Chile respecto al género en el ámbito laboral son evidentes, el INE demuestra muy bien este hecho, ya que la Encuesta Nacional del Empleo del Trimestre Octubre-Diciembre indica que la Tasa de participación según años de estudio cursados, por ejemplo, para las mujeres con más de 19 años de estudio, corresponde a un 82,1%, y para los hombres con la misma cantidad de años de estudio, la tasa de participación es de 92,1%. Se vuelve necesario recalcar que la diferencia se hace abismante en la brecha entre 13 a 15 años de estudio y 16 a 18 años en el caso de las mujeres, pues la Tasa de participación de las mujeres con 13 a 15 años de estudio es de 49,6% y con 16 a 18 años de estudio aumenta a un 71,3%. En el caso de los hombres, la diferencia es significativa en la brecha entre 9 a 10 años de estudio y 11 a 12 años, pues la Tasa de participación con 9 a 10 años de estudio es de 56,6% y con 11 a 12 años de estudio aumenta a un 78,9%. Los datos de INE nos muestran, en el caso de las mujeres, la participación es mayor cuando aumentan los años de estudio. Incluso sólo desde 16 años de estudio, la participación supera el 50%, en cambio en el caso de los hombres, desde 1 año de estudio la participación en cada caso supera el 50%. En relación a los cargos ocupacionales distinguidos por MIDEPLAN según los datos de Casen, el 33,6% de las mujeres ocupa un cargo directivo o en administración pública, y un 57,7% se encuentra en una cargo en el área de servicios y venta. Finalmente, en relación a las remuneraciones medias mensuales del trabajo según nivel de educación (Pesos) la encuesta Suplementaria de Ingresos del Trimestre Octubre-Diciembre de INE, da cuenta de la diferencia significativa entre hombres y mujeres en el nivel universitario. Lo anterior, dado que en el 2004 la remuneración media mensual del trabajo para un nivel universitario para hombres es de 705.505 mil pesos, a diferencia de las mujeres que en el mismo caso tienen una remuneración de 486.110. En el caso de la entrevistada, supera con creces la remuneración media mensual del trabajo, pues con su nivel de estudio universitario, ella consta de un sueldo de gerente de 4 millones y medio aproximado. En este sentido, Acosta y sus colaboradores coinciden con la entrevistada pues explican que “el efecto inmediato de la participación de las mujeres en el mercado laboral es la superposición de los nuevos roles laborales con los roles tradicionales de cuidado de la familia”1.Los autores identifican factores críticos de la inserción laboral femenina, entre los factores culturales, explican que existe una tensión entre la vida laboral y familiar donde “las mujeres valoran positivamente el trabajo remunerado al otorgarlos la posibilidad de generar ingresos propios, pero ésta se reduce cuando el trabajo se superpone con el rol doméstico y de cuidadora tradicionalmente asignado a la mujer”2. En este sentido, es notoria una primera característica cualitativa de la inserción laboral de la mujer en ámbitos directivos3, esto es la necesidad de atribuir a su personalidad que tradicionalmente es femenina, características que generalmente tienen los hombres, con el fin de ocupar un lugar relevante en dicho espacio de trabajo.

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Los datos muestran que las mujeres constituyen una baja proporción en el total de trabajadores de las empresas encuestadas, no llegando al tercio de la fuerza laboral (28,6%) que corresponde a 18.514 trabajadoras, mientras los hombres alcanzan el 71,4%, es decir 46.160 trabajadores. A continuación, se presenta el cuadro que contiene la graficación de la distribución de trabajadores por tramo de remuneraciones, según sexo y tamaño de empresa:

El análisis de la distribución de los trabajadores por sexo en cada uno de los tramos de remuneraciones4, permite concluir en primer lugar, que tanto hombres como mujeres en una mayor proporción se concentran en el primer tramo, las mujeres lo hacen en un 35,2%, mientras que los hombres sólo en un 27,0%. En el tramo 2, la diferencia entre hombres y mujeres es menor, sin embargo también se aprecia una mayor presencia de mujeres (17,6%) que de hombres (15,8%). Las brechas más significativas se consignan en el tramo 4 de más de 3 a 5 ingresos mínimos y en el tramo 7 de más de 12 ingresos mínimos. En el tramo de más bajos salarios, las diferencias en la proporción de mujeres tiende a aumentar en la medida en que el tamaño de las empresas es más pequeño (62% en microempresas y 48% en pequeñas empresas). A la vez en el tramo de mayores ingresos las diferencias en la proporción de hombres también tiende a aumentar en la medida en que aumenta el tamaño de las empresas (entre 3% y 6%, aproximadamente, en las medianas y grandes empresas). Aun cuando, ciertos estudios indican que la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres se acrecienta a medida que aumenta el nivel de educación formal alcanzado, “la explicación de esta aparente paradoja probablemente se encuentra más en el tipo de estudios y de ocupaciones a que tienen acceso las mujeres que a la discriminación de ingresos más pura”5. Dado lo anterior, esto se explicaría por el tipo de profesión que las mujeres y hombres tendrían, y su correspondiente remuneración. Puede concluirse entonces, “la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral es desigual y también es diferente, (…) la presencia de las mujeres en el trabajo remunerado, valorado y visible es inferior a la de los hombres”6 Por lo tanto, y para comenzar a concluir esta monografía, continúo con las principales observaciones de acuerdo al análisis realizado. Cabe destacar, antes que todo, que los comentarios subsiguientes constituyen sólo ideas preliminares que no son generalizables dado el nivel de análisis sobre una entrevista y los datos obtenidos. En primer término, de acuerdo a los aspectos cualitativos de la inserción laboral de la mujer a los cargos directivos, podemos decir que:

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En el año 2006, la Dirección del Trabajo ejecutó la quinta versión de la encuesta nacional de coyuntura laboral que proporciona información en materia de inserción laboral, condiciones de trabajo y relaciones laborales de empresas que operan formalmente, es decir que cuentan con iniciación de actividades,

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tienen cinco o más trabajadores y sus relaciones laborales están reguladas por el Código del Trabajo. Dichas 3 condiciones corresponden al tipo de empresa en que trabaja la mayoría de los trabajadores asalariados en Chile; puesto que es en ese tipo de empresas en las que la Dirección del Trabajo se centra.

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En primer lugar, en el sistema chileno, el tipo de profesión y la educación en general, constituye un elemento determinante en el tipo de trabajo que se obtiene, y en consecuencia, la remuneración que se obtendrá de acuerdo a dichas habilidades y competencias. En segundo lugar, ocupar cargos directivos constituye un factor que necesariamente implica cambios en la integridad femenina tradicional.

Lo anterior, reproduce ciertos estándares que ligan el cargo que se ocupa en un lugar de trabajo con las características atribuidas a dicho cargo. En este caso especifico, los altos cargos directivos el cumplimiento estricto de dichas tipologías, las cuales llevan a las mujeres, en este caso a renunciar a su identidad y a adaptarse al ambiente exigido. En tercer lugar, el ejercer un cargo directivo, en este caso particular, implica un desplazamiento de la familia, pero con una cualidad especial y distinta a la de las mujeres con remuneraciones promedio. Lo anterior, se refiere a que dado el nivel de sueldo que gana una persona que ocupa un alto cargo, puede preocuparse del cuidado de los niños de una manera más especializada. La entrevistada, por ejemplo, dejaba el cuidado de sus hijos a profesionales. En cuarto lugar, las mujeres deben hacer un triple esfuerzo para lograr cumplir las exigencias por parte del directorio. Lo que quiere decir que además de poseer estudios especializados y las capacidades correspondientes, ellas deben demostrarlas, hacer que los demás las vean y por último, deben lograr ser competentes en comparación con los hombres en el mismo cargo, para que se valore su aporte. Lo anterior, a modo de supuesto, determina la relación entre las mujeres que ejercen distintos cargos en una misma empresa. En quinto lugar, a las mujeres se les exige no sólo en su ámbito laboral y profesional, sino también que su vida personal sea coherente a lo que ellas ejercen y a su rol tradicional. Por ende, debe cuidar de su aspecto especialmente, de su comportamiento con los hombres, su relación con las mujeres, demostrar ser buenas madres, buenas esposas7, etc. En conclusión, el papel de las mujeres en cargos directivos en Chile se ha desarrollado de tal manera, que su inserción se ha visto determinada de acuerdo a las expectativas y estándares que se les ha impuesto, y que ellas mismas han reproducido. Por ende, es menester recalcar e insistir que las exigencias se realizan, no sólo mediante los métodos formales de cada empresa, sino también en forma de presión social y moral hacia las mujeres y desde ellas mismas. En segundo término, de acuerdo a los aspectos cuantitativos de la inserción laboral de la mujer a los cargos directivos, podemos rescatar que: En primer lugar, las mujeres constituyen una baja proporción en el total de trabajadores de las empresas encuestadas, es decir un 28,6% frente a un 71,4% de trabajadores. En segundo lugar, existe una clara demarcación de género de acuerdo a las ramas de actividad realizada. Por una parte, los hombres se ocupan en Construcción (94%), Industria manufacturera metálica (93,7%) y Explotación de minas y canteras (91,5%). En cambio, las mujeres en Servicios sociales y de salud (74,9%); Intermediación financiera (66,3%); y Hoteles y restaurantes (52,7%). Por último, en los establecimientos del sector Enseñanza la proporción de mujeres es prácticamente igual a la de hombres (49%). En tercer lugar, tanto hombres como mujeres en una mayor proporción se concentran en el primer tramo de remuneraciones, las mujeres lo hacen en un 35,2%, mientras que los hombres sólo en un 27,0%. Las brechas más significativas se consignan en el tramo 4 de más de 3 a 5 ingresos mínimos y en el tramo 7 de más de 12 ingresos mínimos. En cuarto lugar, siempre es mayor la proporción de mujeres que perciben ingresos inferiores, replicándose la condición de desigualdad remuneracional entre hombres y mujeres. En quinto lugar, la proporción de mujeres tiende a aumentar en la medida en que el tamaño de las empresas es más pequeño, en cambio la proporción de hombres tiende a aumentar en la medida en que aumenta el tamaño de las empresas. A modo de conclusión, la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral es desigual y también es diferente. La presencia de las mujeres en

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trabajo BIBLIOGRAFÍA -

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-Acosta, E.; Perticara, M. y Ramos, C. (2007): Empleo femenino: oferta laboral y cuidado infantil. BID. “Principales resultados”. Chile. -Bourdieu, P. (1997). “El espíritu de la familia”. En: Razones Prácticas. Anagrama: Barcelona. -Butler, Judith. (2001): “El Género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad”. Paidós: México. -Butler, Judith. (2006): “Deshacer el Género”. Paidós, Barcelona. -CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2007 -Dirección de Trabajo (2007): “Inequidad y brechas de género en el empleo” Estrella Díaz y Paola Mella, Santiago de Chile. -Dirección del Trabajo (2006): “Lejos del trabajo decente”, Helia Henríquez y Verónica Riquelme, Santiago de Chile. -Foucault M. (2002): “La historia de la sexualidad. La voluntad de saber”. Siglo XXI. Argentina. -Sernam (2004): “Análisis de los costos y beneficios de implementar medidas de conciliación vida laboral y familiar en la empresa”, Servicio Nacional de la Mujer, Dpto. de Estudios y Estadísticas. Santiago, 2004, Documento de Trabajo N º 84 -Sernam (2001): “Conciliación entre vida laboral y vida familiar de trabajadores y trabajadoras chilenos/as”, Servicio Nacional de la Mujer, Dpto. de Estudios y Estadísticas. Santiago 2001. Documento de Trabajo Nº 76 -Superintendencia de Seguridad Social, Estadísticas de Seguridad Social 2000 NOTAS AL PIE 1 Acosta, E.; Perticara, M. y Ramos, C. (2007): “Empleo femenino: oferta laboral y cuidado infantil” pp.1. 2 Acosta, E.; Perticara, M. y Ramos, C. (2007): “Empleo femenino: oferta laboral y cuidado infantil” pp.7-8. 3 Sin embargo, aunque se cuenten con datos estadísticos y apoyo teórico fundamentado, dicha generalización de las atribuciones de lo femenino a lo masculino, es una conclusión que esta apoyada solo en la entrevista realizada a una mujer, por ende, no constituye una característica generalizable a la experiencia laboral de todas las mujeres chilenas en cargos directivos. 4 Los tramos están expresados en términos de pesos corrientes de Noviembre y Diciembre de 2006; y el salario mínimo vigente al momento de la aplicación de la ENCLA 2006 (desde el 1º de Julio de 2006) es de $135.000. 5 Ibid, pp.26-7. 6 Ibid, pp.45. 7 En el caso específico de la entrevistada, es necesario recalcar nuevamente, que ella es dueña y además ejerce un cargo dentro de sus empresas, lo cual le otorga un rol ejemplificador, mediante el cual debe transmitir la visión y misión de la empresa, complementado lo anterior con el cumplimiento de las labores específicas del puesto. En consecuencia, es evidentemente necesario y entendible a la vez, que se proteja de sus opiniones y su experiencia.

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el trabajo remunerado, valorado y visible, es inferior a la de los hombres. Tradicionalmente, el trabajo femenino constituye un complemento al trabajo del hombre, puesto que el ámbito propiamente femenino sería el trabajo no remunerado del hogar. El sistema socioeconómico y moral actual, exige transar la vida familiar por las demandas laborales, jornadas largas. Todo lo anterior, en un marco de globalización y competencia. Lo anterior, relega aun mas el papel de la mujer en el ámbito laboral, pues son ellas las encargas de suplir dicho rol en el hogar.

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¿Universidad? Esto es una Fabrica de Profesionales

La Santita Amanezco con una maldita sensación de no querer nada, y necesito algo que me haga sentir viva. Salgo muy temprano a andar en bicicleta, hace un frío enorme, corre el viento entre mis cabellos mojados y me petrifica hasta la respiración. Soy el cadáver de la novia buscando a su amado. Espectral recorro los suburbios alzando la mirada, buscando tu rostro, repitiendo tu nombre, más, pasan las horas y ningún haz de luz me ilumina, sólo destellos de miradas compasivas que me envuelven en su fugaz calidez... ¿qué le pasará? pobrecita, está llorando, sí, pero que bella es, déjala, será el eterno retrato de una joven amante. Se alejan dejando sus velas encendidas. A la distancia escucho murmullos de ojos que me observan. De pronto llegan otros hasta mis pies, traen flores, las depositan hermosamente arregladas, algunos me rezan, me piden por sus hijos, para que los envuelva en calor de madre, otros, me piden por su relación, para que la monotonía no los alcance y termine por sucumbir su pasión, ruegan por su amor. Mientras yo, los miro ausente, pensando en ti... una multitud llega, me hastían, les grito que nada puedo hacer por ellos, pero al parecer no me escuchan. Comienza un gran baile, celebran a la hija de Afrodita, nacida bajo la estrella de Venus, ahijada de Eros. Disfrutan, ríen, bailan, otros lloran en el reencuentro...¡ilusos! No comprenden, mientras mi amor agonice: no podrán renacer, al que le enseñé el amor: lo olvidará, al que le hice sentir: ya no sentirá, la pasión a través del beso, ya no se transmitirá, lentamente aprisionada la rosa, se deshojará.

No voy a seguir leyendo por capítulos, es un hastío compendios infelices de libros mutilaciones, análisis, fragmentos patéticos unos tras otros pesados, fríos, protestantes acumulando información por los pasillos de la universidad. La pasión por saber se ha estancado, en años me repondré de la tormenta de nombres del infructuoso amontonamiento de autores interesantes entre los otros nombres que se multiplican. Es tétrica la nueva lógica de aprender críticamente reflexionar prediciendo, pensar objetos constantemente definidos generar vértigos en engranajes mentales afinados en un único compás un único crítico compás cantidad calidad producción cantidad innovación calidad la ascesis mental de este laboratorio perjudica los músculos sensibilidades últimas de oxigenación, de ocio, de descanso. O es productividad o sentarse a ser humano 5 minutos 1 hora un par de semanas cuando desde el fondo en cualquier momento desde el centro del pecho nos clama una llamarada insostenible 1 hora para perjudicar la sensatez 1 par de semanas dedicadas a contemplar jugar largos instantes con las manecillas del reloj infinitas revoluciones perdidas para ganar un día y experimentar en el vacío la calma la dicha abrumadora del sol de los 5 sentidos en alerta al humilde escalofrío de cuando está a punto de amanecer. Ya no es posible leer brazos muertos piernas extraviadas corazones fríamente diseccionados para la coherencia de un curso el rigor, aclaro: es importante pero si pequeñas burbujas de noche no se van reventando en la claridad del día todo esto es peligroso. Terrible es la cantidad de personas embalsamadas caminando por la calle. Isaías Castro

Marcela Paz. Estudiante de Literatura.

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En todas mis facultades declaro y proclamo mi renuncia a esta vida de ilusiones marchitas, desengaños. La frondosidad de la belleza humana arrancada con el malvado pensamiento de la avaricia, la misma que marcó mi cuerpo y alma con cientos cicatrices, cada una convertida en historias tristes y desafortunadas. La piedad escondió su manto de fraternidad para realizarse en la enfermedad de la traición, en la mayor obra del maldito mundo, abarrotado de seres falsos que hacen del cinismo la fuente de su inspiración. Los cuales son condecorados y hasta admirados por la muchedumbre ignorante, vacua, es la nada en su máxima expresión como cuadro de exposición, siempre de acuerdo con defender al débil mientras no toquen su sucio bolsillo. Son tan idiotas que emanan una ternura negra. Amargo es observar cómo besan mis mejillas para luego apuñalar el seco de mi alma, vieja y empobrecida por el acontecer de la realidad en cuerpo vivo. Algunos han comido y bebido de mi misma mesa, para luego con frases conocidas decir gracias en un acto de total podredumbre. ¿Quién parió tantas bestias?, que inconsciencia, dar al mundo un ejército de hombres y mujeres basado en el mismo camino de falsedad, En cada de mis palabras, se resiente mi memoria, ya que, vuelvo a sufrir como lo hice en ese tiempo, tiempos oscuros, donde desgarraron mi piel, secuestraron mi ilusión de sentirme vivo con el don de compartir las atribuciones de la generosidad, de dar siempre más para ser más amigo y mejor persona. Que niño fui, pensé que ser bueno era dar amor a todos; total era yo el afortunado por estar siempre en compañía, pero me equivoqué, lo afortunados fueron ellos, saquearon mis despensas, escondieron mis palabras y limpiaron sus pies con ellas. El amor fue lo mejor de mi aventura de vivir con bestias, el sentimiento desbordó mis pensamientos, mi pecho vibraba en cada día y noche, nunca me sentiré tan vivo como en esos momentos, me refugié en sus senos buscando el alivio por tanto cansancio, asilado en sus brazos soñaba con frondosos jardines secretos, en donde observarla desnuda y llorar por tanta bendición que me entregaba el destino, incluso le construí un altar de flores, en el centro un corazón relleno de esperanzas blancas, adornado con el rojo del calor que encendía cada amanecer, en los extremos la eternidad con vivos de violetas. Esta maldita vida me enseñó a golpes que la felicidad es esperanza de romper con la monotonía de compartir el amargo sabor de la monotonía. Ella se esfumó,

se escapó con el primer extraño del escenario, era diferente, según sus palabras. Ella era la reina y se convirtió en mi asesina, borró por años mi sonrisa, se llevó todo lo bueno, sólo dejo ruinas, muchos años lloré sobre esas ruinas, era el altar de flores, el mismo que construí con la imbecilidad del enamorado. No importó mi amor, ni siquiera un mensaje o noche de despedida, se arrancó en el manto del ladrón. Por lo vivido, apelo a mi renuncia voluntaria de seguir compartiendo con seres de mentiras y propongo un nuevo hogar para los seres desdichados, un lugar de realidades donde no existan los dobles verdades, donde el amigo sea cualquier desconocido y se trate con respeto, honestidad, donde se prohíba la palabra gracias y demuestren con hechos su agradecimiento, basta de palabras de buena voluntad sólo realidades, basta de promesas y expectativas, un mundo real fundado en la conciencia, donde también las putas no se vistan de señorita, con el propósito de enamorarte, en el mismo sentido erradicar al cobarde que destruye la sonrisa de su mujer e hijos a golpes, pedir simplemente la responsabilidad de hacer felices a los demás como compromiso de vida. Por ahora, seguiré en mi rebeldía en plena conciencia de mis atribuciones, marginándome de esta incestuosa realidad que llama lo peor de mi pobre y vieja alma. No deseo conocer a nadie más, me retiro del amor a la compañía, asesino toda esperanza de cambio instantáneo, me alejo del ser humano, nada más de bestias en mi camino, adiós a las ofertas del mercado, adiós a los triunfos morales, adiós a los amigos de copas, adiós a las falsas vírgenes, adiós a las promesas recibidas pueden irse por el alcantarillado de mi casa. Por lo tanto, abandono la vida en la humanidad para residir en la total soledad donde manejaré mis tiempos y virtudes en la generosidad de la paz y libertad que da mi experiencia de haber vivido con bestias que arrancaron el alma de mi atribulado pecho. Adiós bestias, atragántense y envenénense con su perpetua falsedad. Héctor Rivera.

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e! dar 25 años en descomponers

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industrializados producen el 78% de los desechos tóxic

os del mundo!

Fuente: Worldwatch Institute

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Derecho Penal y Sociedad: Perspectivas Desde la Sociología del Derecho Juan Pablo Duhalde Resumen Weber plantea que se tiene “derecho”, cuando la transgresión de las normas dan lugar a una “coerción por parte de un aparato de hombres expresamente establecido para este fin” (Weber, 1974: 31). Por lo tanto, para que una norma sea jurídica, es preciso que una vez transgredida se pueda determinar que alguien dotado de autoridad intervenga para restituir el orden violado. Cuando un sujeto escapa de la norma se le aplica una sanción. El término sanción, “coincide con la idea de un castigo o al menos de una desventaja inflingida como consecuencia de una transgresión” (Ferrari, 2006: 125). El objetivo del presente artículo es analizar las propuestas de Durkheim, Parsons y Luhmann relativas al derecho, realizando un ejercicio analítico centrado en relacionar sus perspectivas con la rama jurídica del derecho penal. El derecho penal moderno se ha desarrollado a partir de la idea que lo instala como un “protector de bienes jurídicos”. De acuerdo con esto: “El legislador amenaza con pena las acciones que vulneran (o ponen en peligro) determinados intereses de una sociedad determinada. La vida, la libertad, la propiedad, etcétera, son intereses o finalidades de la sociedad que el legislador quiere proteger amenazando a quienes los ataquen con la aplicación de una pena” (Bacigalupo, 1996: 43-44). Tras esto, es posible afirmar que el derecho penal es un mecanismo que busca obtener determinados comportamientos individuales en la vida social, a través de la declaración de ciertos comportamientos como indeseables y amenazando su realización con sanciones de estricto rigor. a) Orden moral y derecho penal: Durkheim frente al derecho Violar el orden moral de una sociedad determina la obtención de

una este tema deEn sanción. staca la distinción que desarrolla Durkheim (1995) entre sanciones represivas y restitutivas. Las represivas, castigan al agresor con un mal que se considera proporcional a la acción realizada como transgresora de la norma. En cambio, la sanción restitutiva reconduce a cargo del transgresor la situación violada al estado en que se encontraba antes. Durkheim propone correlaciones entre estos tipos de sanciones y sus consecuentes derechos y solidaridades: las sanciones represivas prevalecen en las socie-

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dades poco diferenciadas, que corresponden a un tipo de solidaridad mecánica; mientras que las sanciones restitutivas predominan en sociedades diferenciadas, determinadas por una solidaridad orgánica. El sociólogo francés estudia la solidaridad social a partir del derecho, planteando que la solidaridad es un hecho interno que se escapa al individuo; por otro lado, el orden jurídico es un hecho externo que puede ser estudiado: “la vida social, en todo lugar donde existe en forma duradera, tiende inevitablemente a tomar una forma definida y a organizarse, y el derecho es sólo esta organización misma en lo que tiene de más estable y preciso” (Durkheim, 1995: 63). A partir de esto la vida social tiende a asumir una forma definitiva y organizada, y es el derecho esa organización en su forma más estable y definida. Tras presentar la visión del derecho en Durkheim, es esencial volver al tema de las sanciones represivas. Estas consisten en el sufrimiento (castigo) infligido al individuo que escapa del orden moral. Este tipo de sanciones son las que constituyen el derecho penal. En cambio, las restitutivas no implican obligatoriamente sufrimiento para el agente, sino que consisten en el restablecimiento de las relaciones a su estado normal. Durkheim establece que cualquier acto que sacude la conciencia colectiva de una sociedad se considera un crimen. Con el avance de la modernidad, la perspectiva de Durkheim supondría un constante incremento de las sanciones restitutivas sobre las represivas, por ejemplo, debido al desarrollo del derecho civil y comercial. Pero en la sociedad contemporánea no se ha abandonado la práctica de sanciones represivas, ya que estas últimas conforman el campo de transgresiones consideradas intolerables en la sociedad. b) El derecho como garante normativo: la visión funcionalista-sistémica de Parsons Parsons (1976), al igual que Durkheim, concibe la sociedad como un conjunto de individuos o “actores” que interactúan respondiendo a expectativas sociales conectadas con status y roles que controlan la sociedad. Desde esta perspectiva, ser un sujeto social determina expectativas por parte del mismo individuo como también de parte de aquellos que entran en relación con él. Los roles que se sitúan como expectativas sociales constituyen para Parsons una trama básica, la estructura de un sistema social. No es posible negar que estos roles puedan entrar en pugna, sin embargo, son las instituciones en las que la organización social se articula (familia, escuela, jurisdicción, entre otros) las que influyen en estos conflictos, manteniendo así la estructura en su mejor estado (Parsons 1976). Por tanto, la institución “sistema jurídico” desempeña una función integradora en cuanto hace más seguras y menos conflictivas las relaciones de roles, favoreciendo así la cohesión social. La relación de los postulados de Parsons con el derecho penal, establece que los comportamientos desviados se encuentran estrechamente vinculados al control social mediante órganos establecidos. Es por esto que el derecho penal, desde esta perspectiva, cumple una función restauradora del equilibrio en un sistema social: “Tiene que haber una proporción suficiente de sus actores componentes, adecuadamente motivados para actuar de acuerdo con las exigencias de sus sistemas de roles, positivamente en la realización de las expectativas y negativamente en la abstención de toda conducta demasiado lesiva, es decir, desviada.” (Parsons, 1976:46). Por lo tanto, desde la perspectiva funcionalista sistémica la función del derecho penal es garantizar las normas sociales. El derecho penal se encuentra vinculado con el control social de los comportamientos desviados, conductas que el Estado amenaza con sanciones concretas. c) La postura sistémica de Luhmann: el derecho como sistema social La teoría de Luhmann va más allá que Parsons, dando énfasis no a los individuos que actúan, sino a los modos simbólicos de su interacción. Esta teoría representa la sociedad ya no como un conjunto de seres humanos relacionados por roles y

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Bibliografía

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-Bacigalupo, E. (1996): “Manual de derecho penal”, Bogotá, Editorial Temis S.A -Cadenas, H. (2006): “Derecho y Sociedad ¿Es posible la integración social mediante el derecho?” en Farías, Ignacio & José Ossandon (Eds.) Observando Sistemas: Nuevas apropiaciones y usos de la teoría de Niklas Luhmann RIL Ediciones Fundación Soles. Santiago de Chile, pp. 263-281. -Durkheim, E. (1995): “La división del trabajo social”, Madrid, Editorial Akal.

status, sino como una “red de sistemas compuestos por actos de comunicación dotados de un sentido social” (Luhmann, 1991:28). El sistema social del derecho (igual que el político, económico, etc.) interviene en el ambiente para reducir su complejidad y para hacer menos contingentes las expectativas del los individuos. La sociedad moderna se caracteriza por la diferenciación en sistemas funcionales. Dentro de estos sistemas, el jurídico ha ganado autonomía gracias a su evolución, alcanzando un nivel de autopoiesis, el cual tiene (mantiene) sus límites funcionales y autoproduce sus problemas, como el de las expectativas normativas, a través del código: legal / no legal. (Cadenas, 2006). Esta idea se desprende de la visión del derecho en Luhmann, en relación a su capacidad de autoproducción: “Al construir y modificar estructuras, los sistemas autopoiéticos pueden utilizar los impulsos contingentes del entorno, que aparecen y desaparecen constantemente, así como los errores en la reproducción de sus propias operaciones. Por lo general, las posibilidades están más restringidas por las exigencias de consistencia interna que por los problemas de supervivencia del entorno” (Luhmann, 1989:80). El sistema jurídico al discriminar entre lo lícito e ilícito, se sitúa como un medio para decidir entre expectativas incompatibles y para estabilizar socialmente esas expectativas. Estas últimas, son aquellas que encontrando apoyo en alguna norma no estamos dispuestos a abandonar, o sea, son expectativas que se definen como normativas y que se contraponen a las expectativas cognitivas, las que por el contrario se pueden abandonar en caso de decepción: “La función del sistema legal es asegurar una determinada expectativa de conducta, las expectativas normativas. Las expectativas normativas que trata el derecho s o n las expectativas legales, es decir, expectativas de que la conducta humana se adecue al derecho vigente” (Cadenas, 2006: 266) Desde Luhmann, el derecho posee una alta complejidad evolutiva debido a su positivización en las sociedades modernas. Por tanto, sólo se puede hablar de sociedad cuando el derecho garantiza al sujeto un determinado horizonte de expectativas al interior del sistema social, garantía jurídica que se concretiza con las “expectativas normativas”: “Como sistema social, el derecho puede responder a las pretensiones de validez de individuos racionales y condensar dichas pretensiones en disposiciones de contenido normativo. En el derecho se pueden depositar los anhelos de justicia o igualdad de una comunidad cualquiera. Mas el derecho traducirá siempre estas exigencias en comunicación válida legalmente” (Cadenas, 2006: 279-280). El derecho penal en Luhmann se desataría cuando uno se situase el lado del no derecho (ilícito). Para esta teoría, la finalidad de la pena en el derecho penal no es evitar la violación de los bienes jurídicos, sino reafirmar la vigencia de la norma que ha sido desautorizada al interior del sistema. La finalidad de la pena no es sancionar la profanación del bien jurídico, sino reafirmar la vigencia de las normas establecidas en el código legal, como modelos de conducta a seguir. Para la sociedad, el delito significa que las cosas podrían ser de otra manera (contingencia), es por esto que las posibilidades de contacto están en relación directa con la confianza que los individuos depositan en las normas. Conclusiones ¿Qué es lo relevante que tiene el derecho para la sociología jurídica? En Durkheim, lo esencial es entender que el derecho (y todo hecho social) es externo y coactivo. Su teoría considera el derecho como una variable que es determinada por dos tipos de solidaridad: una sociedad con predominio de la solidaridad orgánica, donde prevalece el derecho restitutivo; y una sociedad mecánica donde el derecho represivo se plasma en el derecho penal. La socie-

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derecho dad contemporánea no ha abandonado la práctica de sanciones represivas, ya que el derecho penal determina el campo de violaciones morales que se consideran intolerables en la sociedad y que son veladas por sanciones penales. Desde la perspectiva funcionalista de Parsons, la sociología del derecho es el estudio de

l a interacción social y cómo ésta se encuentra orientada por un sistema de expectativas sociales, que determinan ciertas posiciones al interior de la sociedad (status) y a través de éstas es que los comportamientos (roles) deben velar por una estabilidad del sistema social. La función del derecho es integrativa, ya que sólo con el consentimiento de un sistema de normas el sistema de interacción social puede funcionar sin caer en conflictos. Por tanto, desde la perspectiva parsoniana se afirma que el aspecto relevante del derecho, es la definición de posiciones sociales por medio de un sistema de expectativas jurídicas (derechos y obligaciones). La postura de Luhmann modifica a Parsons, ya que desde un punto de vista sistémico lo que interesa es estudiar la forma en la cual en cada sistema social se combinan los sistemas de expectativas jurídicas con los sistemas de expectativas sociales. Es el sistema jurídico, al discriminar entre lícito e ilícito, el que se sitúa como un medio para decidir entre expectativas incompatibles y para estabilizar expectativas al interior del sistema. Por último, los actuales procesos modernizadores van de la mano con una creciente complejidad de las relaciones humanas, por lo que la reflexión sobre la vigencia de los principios que conforman el ordenamiento jurídico es esencial para los análisis de la sociología del derecho. Es por esto que la apuesta del presente informe, establece que sólo cuando en una sociedad existe acuerdo sobre ciertos intereses a respetar, puede existir el deseado e ideal equilibrio que el orden jurídico garantiza al eliminar los conflictos que podrían inestabilizar el sistema.

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-Ferrari, V. (2006): “Derecho y sociedad. Elementos de sociología del derecho”, Bogotá, Universidad Externado de Colombia. -Luhmann, N. (1989): “Law as a Social System” (El Derecho como Sistema Social). Publicado en: Northwestern Law Review. Traducción, Carlos Gómez Jara Diez. Universidad Autónoma de Madrid. -Luhmann, N. (1991): “Sistemas sociales. Lineamientos para una teoría general”. México: Universidad Iberoamericana, Alianza Editorial. 13 -Parsons, T. (1976): “El sistema social”, Madrid, “Revista de occidente”. -Weber, M. (1974): “Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva”, México DF, Fondo de Cultura Económica.

zapping

Extracto de Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (...) Beatty chupó su pipa. -Tarde o temprano, a todo bombero le ocurre esto, (…) Necesitan conocer la historia de nuestra misión. Ahora, no se la cuentan a los niños como hacían antes. Es una vergüenza. -Me preguntarás, ¿cuándo empezó nuestra labor cómo fue implantada, dónde, cómo? Bueno, yo diría que, en realidad, se inició aproximadamente con el acontecimiento llamado la Guerra Civil. Pese a que nuestros reglamentos afirman que fue fundada antes. En realidad es que no anduvimos muy bien hasta que la fotografía se implantó. Después las películas, a principios del siglo XX. Radio. Televisión. Las cosas empezaron a adquirir masa. (...) Y como tenían masa, se hicieron más sencillos - (…) En cierta época, los libros atraían a alguna gente, aquí, allí, por doquier. Podían permitirse ser diferentes. El mundo era ancho. Pero, luego, se llenó de ojos, de codos Y bocas. Población doble, triple, cuádruple. Films y Dios, revistas, libros, fueron adquiriendo un bajo nivel, una especie de vulgar uniformidad. (...) Imagínalo. El hombre del siglo XIX con sus caballos, sus perros, sus coches, sus lentos desplazamientos Luego, en el siglo XX, acelera la cámara. Los más breves, condensaciones. Resúmenes. Todo se reduce a la anécdota, al final brusco. (...) Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica de quince minutos. Después, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos minutos. Por fin, convertidos en diez o doce líneas en un diccionario. Claro está, exagero. Los diccionarios únicamente servían para buscar referencias. Pero eran muchos los que sólo sabían d e Hamlet (…) que existía en una condensación de una página en un libro que afirmaba: Ahora, podrá leer por fin todos los clásicos. Manténgase al mismo nivel que sus vecinos. ¿Te das cuenta? Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería. Ésta ha sido la formación intelectual durante los últimos cinco siglos o más. (...) Acelera la proyección, Montag, aprisa, ¿Clic? ¿Película? Mira, Ojo, Ahora, Adelante, Aquí, Allí, A Prisa, Ritmo, Arriba, Abajo, Dentro, Fuera, Por qué, Cómo, Quién, Qué, Dónde, ¿Eh? , ¡Oh ¡Bang!, ¡Zas!, Golpe, Bing, Bong, ¡Bum! Selecciones de selecciones. ¿Política? ¡Una columna, dos frases, un titular! Luego, en pleno aire, todo desaparece. La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de valioso tiempo. (...) Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorado. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas? (...) El cierre de cremallera desplaza al botón y el hombre ya no dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una hora filosófica y, por lo tanto, una hora de melancolía. (...) La vida se convierte en una gran carrera, Montag. Todo se hace aprisa, de cualquier modo. (...) Más deportes para todos, espíritu de grupo, diversión, y no hay necesidad de pensar, ¿eh? Organiza y superorganiza superdeporte. Más chistes en los libros. Más ilustraciones. La mente absorbe menos Y menos. Impa-

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ciencia. Autopistas llenas de multitudes que van a algún sitio, a algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y va de un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación donde otro ha dormido durante el día y el de más allá la noche anterior. (...) Ahora, consideremos las minorías en nuestra civilización. Cuanto mayor es la población, más minorías hay. No hay que meterse con los aficionados a los perros, a los gatos, con los médicos, abogados, comerciantes, cocineros, mormones, bautistas, unitarios, chinos de segunda generación, suecos, italianos, alemanes, tejanos, irlandeses, gente de Oregón o de México. En este libro, en esta obra, en este serial de televisión la gente no quiere representar a ningún pintor, cartógrafo o mecánico que exista en la realidad. Cuanto mayor es el mercado, Montag, menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda esto. (…)Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean máquinas de escribir. Eso hicieron las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amorfa. Los libros, según dijeron los críticos esnobs, eran como agua sucia. No es extraño que los libros dejaran de venderse, decían los críticos. Pero el público, que sabía lo que quería, permitió la supervivencia de los libros de historietas. Y de las revistas eróticas tridimensionales, claro está. Ahí tienes, Montag. No era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las minorías produjeron el fenómeno. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales. (...) No se puede construir una casa sin clavos en la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno. O, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo lowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas, helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo. Beatty se puso en pie. -He de marcharme. El sermón ha terminado. (...) Ray Bradbury, “Fahrenheit 451”

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¡La actual concentración de CO2 en la atmósfera nto anual de 100 toneladas

¡La explotación de oro ocasiona el vertimie

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¡Por cada kilómetro recorrido con una bicicleta se con

tribuye a evitar la emisión de

homenaje

Claude Lévi-Strauss “El escepticismo llega con la edad”

Claude Lévi-Strauss (Bruselas, 1908) no sólo es la principal figura en el mundo de la etnología a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, sino también un extraordinario escritor y un filósofo de primera magnitud, padre de la escuela estructuralista. Hoy, Lévi-Strauss tiene 97 años. Privilegio de la edad, puede decir y hacer respetar su angustia ante las concentraciones humanas. Se presta de buen grado a la entrevista, un ejercicio en el que se muestra brillante y preciso, apenas un poco impaciente ante la necesidad de tener que precisar por enésima vez lo que, de ser lectores atentos de su obra, ya debiéramos haber comprendido hace mucho tiempo. — Cuando usted estudiaba, el eurocentrismo impregnaba todos los discursos. Hoy el multiculturalismo y el mestizaje cultural son dominantes. ¿Qué impresión le produce esta evolución?

—Lo que llamamos pensamiento europeo, nuestra civilización, es el fruto del contacto entre los distintos pueblos y culturas del continente pero también de nuestros viajes. Europa siempre ha sido un continente mestizo, por emplear el mismo término. La gran diferencia que hemos visto en el siglo XX es la aceleración de la comunicación. Lo que antes necesitaba semanas o meses de barco ahora se recorre en unas pocas horas. El mestizaje, la fusión, necesita tiempo, madurar, pero la extraordinaria aceleración del siglo XX no deja tiempo para asimilar las influencias del otro. — ¿El famoso mestizaje es una ideología que encubre otra forma de colonialismo? —Lo dice usted, pero no voy a desmentirlo. Su pregunta pone el dedo en una contradicción fundamental. No todo lo que se inscribe, por ejemplo, en el largo inventario del ‘patrimonio de la humanidad’ se hace por razones puras. La preocupación por los ingresos derivados del flujo turístico juega un gran papel en el comportamiento de los Estados. — La perspectiva de dictar filosofía, cada año el mismo programa, le incitó hace 70 años a irse a San Pablo... —De San Pablo se decía entonces que era una ciudad peligrosa porque podían darte cita en una esquina que no existía cuando tú llegabas, pero que ya estaba edificada cuando acudía la persona que te había citado. Era la posibilidad de ver crecer una ciudad ante mis ojos, de asistir en cuestión de pocos años, meses y semanas a ese proceso que en Europa había llevado años. En 1935 había una compañía inglesa de ferrocarril que estaba tendiendo una línea nueva en el estado de Paraná y creaba una ciudad nueva cada 25 o 30 kilómetros. La primera tenía entonces unos 2.000 habitantes y hace poco me invitaron a su cincuentenario y tiene un millón. La segunda ciudad tenía unos pocos centenares de habitantes, la tercera tres decenas y la que entonces era la última del trazado, un solo habitante, un francés aventurero. —Su primer viaje al interior, su encuentro con los bororos, es el fruto de una expedición en tiempo de vacaciones. —Sí. Se trataba de una sociedad cuya cultura material estaba intacta, en la que seguía existiendo un arte de la pluma extraordinario, una sociedad con una organización social compleja y rica.

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—Lo que de verdad era o podía ser la etnología lo aprendí más tarde, a principios de la década de los cuarenta, en la Biblioteca Pública de Nueva York, después de haber escapado de la Francia de Petain. Ahí, leyendo, completé mi formación de etnólogo. Sin la ocupación alemana mi destino hubiera podido ser otro. Tras el armisticio, yo quería volver a Brasil pero no me dieron visado. — Usted ha bromeado diciendo que había descubierto el estructuralismo antes de leer... —Es mi madre la que contaba que me había dado cuenta yendo al boulanger (panadero) y al boucher (carnicero) que las primeras letras debían significar bou puesto que eran las mismas para las dos palabras. Más seriamente, el secreto del estructuralismo creo haberlo intuido mientras estaba en el frente, en la Línea Maginot, como oficial de enlace que esperaba servir de intérprete a las tropas británicas. Allí, mientras esperábamos una batalla que no comenzaba, pude observar con detalle cómo, detrás del aparente azar de la belleza ondeante de un campo lleno de flores, estaba una organización estricta de cada una de ellas. Luego, en Nueva York, el encuentro con Roman Jakobson fue definitivo. Me reveló que era estructuralista sin saberlo. Cuando se estudia una sociedad se comienza por inventariar las diferencias porque los puntos comunes, en un primer momento, pueden ser superficiales. Luego, a un nivel más profundo, aparecen lo que yo llamo invariables... — El tabú del incesto... —Sí, pero lo interesante es que esa obligación exogámica, de buscar pareja fuera del círculo familiar más estrecho, puede tener muchas formas distintas. En el Egipto antiguo se aceptaba el matrimonio entre primos; en otras civilizaciones, en caso de muerte de la esposa es obligado a casarse con la hermana; en otras, la regla establece otros grados de parentesco. En la naturaleza existen leyes que pueden ser universales y constantes, y si encontramos en la cultura reglas que puedan tener ese mismo carácter universal que las leyes, entonces podemos comprender mejor el paso de la naturaleza a la cultura. Ese es el interés del tabú del incesto. —Alguna vez responsabilizó a la revuelta de mayo de 1968 de la pérdida de prestigio universitario del estructuralismo. Hubo muchas acusaciones contra esa corriente... —Al estructuralismo se le reprochó ser antihumanista y eso es parcialmente cierto. Es imposible para un etnólogo no tomar en consideración la destrucción sistemática y monstruosa que los occidentales hemos hecho de las culturas distintas de la nuestra desde, como mínimo, 1492. No es posible separar o aislar esa condena de la destrucción de la que hoy son víctimas especies animales y vegetales, y todo eso en nombre de un humanismo que situó al hombre como rey y señor del mundo. La definición que el humanismo clásico hace del hombre es muy estrecha, lo presenta como un ser pensante en vez de tratarlo como un ser viviente y el resultado es que la frontera donde se acaba la humanidad está demasiado cerca del propio hombre.

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—También se ha declarado más y más afín al escepticismo.

terrestre es la más alta de los últimos 400.000 años! de mercurio al río Amazonas!

180 gramos de CO2!

— ¿Cuándo sacó conclusiones de las expediciones?

Fuente: Worldwatch Institute

—El escepticismo llega con la edad. El espectáculo que ofrece la ciencia contemporánea invita a ello. Durante el siglo XX esa ciencia ha progresado mucho más que en todos los siglos anteriores, una aceleración enorme en la producción de conocimientos y, al mismo tiempo, ese progreso vertiginoso nos abre abismos insondables, cada descubrimiento nos plantea diez enigmas, de manera que el esfuerzo humano está abocado al fracaso. Pero está bien que sea así. Fuente: Diario Clarín, Argentina

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Mercado del Trabajo: El Porqué del Trabajo en el Mercado Felipe Mallea Introducción El mercado como punto de partida para la Economía Política hacia finales del siglo XVIII, constituye el desplazamiento de las anteriores visiones y enfoques que buscaban explicar el origen de la riqueza económica y la pauperización. Cuestiones centrales de las cuales se va ocupar, como problema practico, toda la economía política clásica. De Smith en adelante (hasta la revolución marginalista de Jevons, Menger y Clark) es el trabajo productivo, anclado en la gestión del capital orientado a la promoción de las industrias en un régimen de libre competencia dentro del mercado, el origen de la riqueza económica. Gran parte de dicho predicamento de la economía clásica, servirá como base para sustentar la concepción de “mercado” como el principio universal y omnicomprensivo de cual se va a servir la Economía marginalista para fundar estudio y teoría de la economía neo-clásica; ello con las implicancias fácticas que tiene esto en la sociedad. La sociedad entendida a través de la economía, y ésta última comprendida ahora bajo la clave del mercado, supone el advenimiento de nuevas premisas sobre la concepción de trabajo dentro de la economía y dentro de la sociedad, del cual los propios sujetos se verán objeto y presa, del modo en que se va a expresar e internalizar esta nueva concepción de trabajo en la forma mercancía. El mercado como artificio y construcción eminentemente moderna, supone la condensación de “leyes” de la economía que se desatan y accionan a través de los mismos sujetos, pero de modo siempre externo, bajo la impronta de un mercado autorregulado; el problema de la escasez y la abundancia se resuelve mediante la acción de los oferentes y los demandantes, en virtud de la cantidad de los bienes transados en dicho mercado. El mercado como concreción abstracta, como una institución transparente, opera a través de los individuos, cumpliendo indistintamente roles de oferentes y/o demandantes, pero al mismo tiempo prescinde de ellos al momento que se erige como una entidad autorregulada. Dicho operar del mercado, tiene consecuencias no menos atrayentes para una sociología del trabajo. Dadas las características intrínsecas de las cuales es contenedor el trabajo en virtud de los sujetos, aquel mercado supone el disponer de la fuerza de trabajo en el espacio de un mercado regido por las leyes de la oferta y la demanda, y condicionado por el principio de escasez. Las relaciones que vinculan al hombre con su trabajo, en tanto fuerza, hacia el ofrecimiento “libre” en función de una determinada demanda por emplear dicha fuerza laboral, son relaciones de carácter privado, entre el trabajador (su fuerza laboral) y el empleador. Cuestión que debe venir asegurada por la acción del Estado, en la expresión del derecho y las leyes, en función del sistema productivo de la economía que configura el tipo de relaciones que se van a suceder entre el hombre y el trabajo, o más bien, entre el trabajador y el carácter que adopta el trabajo en la economía en la forma de mercado. Si bien, toda le Economía clásica fijo en el trabajo (producción) el origen y la fuente de la riqueza, precisamente, entendido como el valor que se le impregnan a las mercancías mediante la cantidad de trabajo empleado en ellas1, la economía marginalista verá en el valor de uso el punto de origen en que se les da a las mercancías el aspecto de riqueza, y por lo cual los individuos están dispuestos a pagar por ellos y consumirlos. El valor de este modo, es asignado subjetivamente por los individuos en virtud de la utilidad que prestan las mercancías o bienes para satisfacer sus propias necesidades. Se agrega a lo anterior, que las necesidades tienen la característica de ser infinitas, y los bienes o mercancías para satisfacerlos no, son escasos. Dicho aforismo resume bien la lógica dentro de la cual oferta y demanda buscan ajustarse por medio del principio de escasez de las mercancías para satisfacer las necesidades tanto de la oferta y de la demanda. En dicho marco, la necesidad de articular un mercado laboral tiene consigo no menores consecuencias para los individuos, dado que son estos los que deberán disponer su propia fuerza no frente a la escasez del trabajo en sí, sino frente a la (im)posibilidad de ser demandado –la fuerza de trabajo- por quienes lo necesitan; los empleadores dueños de los demás factores productivos (el capital y/o medios físicos), y ante lo cual los trabajadores se ven necesitados para cubrir su propia subsistencia mediante el pago [de]de su fuerza de trabajo, en la forma de un salario. Como se ve, el mercado del trabajo constituye el lugar donde se transa la fuerza laboral contenida en los propios individuos (oferentes), buscando satisfacer la necesidad de un salario, frente a la necesidad de los empleadores (demandantes) de abastecerse de un factor básico para la producción. Justamente, la Economía en general cierra el argumento hasta ese punto, dado que todos los mercados de bienes y servicios operan bajo la misma lógica2. Ahora bien, desde el punto de vista de una sociología del trabajo, el argumento y lógica respecto

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al mercado del trabajo trae consecuencias sociales derivadas de dichas premisas dado, justamente, porque (1) la naturaleza de la “mercancía” trabajo es única y totalmente diferente a mercancías comunes y corrientes. (2) A la vez, se deja en manos del mercado la posibilidad de los sujetos de asegurar sus condiciones de existencia y reproducción material por vía del trabajo remunerado, prescrito de antemano, y manifestado como una necesidad que el propio mercado no está dispuesto a asegurar. (3) Y por último, se tiende a reproducir en la sociedad, ante el velo del mercado, relaciones privadas de subordinación entre trabajadores y empleadores, que se encuentran en una asimetría respecto a la necesidad y a la vez escasez del trabajo en sí. Además, se generan actividades laborales al margen del propio mercado del trabajo, por vía de la exclusión del mismo, y frente –nuevamente- a la necesidad de contar con los medios para subsistir. Desarrollo Tal y como lo plantea Baumann, fue necesario forjar en los individuos una forma de ética y necesidad que los obligara a trabajar, del modo en que el sistema económico lo estaba requiriendo para la circulación y acumulación del capital. Que el trabajo sea una actividad digna, como un valor en sí mismo, que lleva al hombre a su autorrealización completa, constituye una semántica construida y dirigida para que los hombres efectivamente volcaran su actividad y fuerza en los quehaceres de la industria y la fábrica, de manera que la cruzada del progreso no se viera afectada por falta de mano de obra. Se destierra por esta vía, la concepción de que se podía vivir con muy poco, incluso sin la necesidad de trabajar3, frente a la ahora frenética necesidad de conseguir el sustento diario en el régimen de la industria o la fábrica, “volcando la habilidad y el esfuerzo en el cumplimiento de tareas que otros le imponían y controlaban, y que para los hombres carecían de sentido”4. Así, la generación de un mercado de libre concurrencia hacia el ofrecimiento de la fuerza y la habilidad para el trabajo para la obtención del salario, constituye el primer paso para la articulación del mercado del trabajo. Sin embargo, la permanencia y constancia de los trabajadores en dicho mercado no podía estar asegurada únicamente por vía de la subsistencia diaria que aseguraba el salario; se debía aseverar la manifestación antropológica del homo economicus en el mercado del trabajo, como la búsqueda constante y permanente hacia la maximización de su propio beneficio por vía del trabajo. La constitución de un hombre eminentemente económico es igualmente necesario que la inculcación de una ética del trabajo por el camino de la coacción y la necesidad. La disposición del hombre en función de la economía, como una actitud destinada a la búsqueda incesante de su propio interés se corresponde a la vez con la necesidad de los individuos, de concurrir al mercado laboral tanto por la vocación éticamente correcta que tiene el trabajo como una virtud en sí misma, a la vez que también se hace necesario para proveerse de los medios para alcanzar la maximización de sus propios intereses. Se hace confluir los valores del trabajo como disposiciones inherentes al hombre, y así también las necesidades económicas, de interés y maximización de los beneficios, que todo individuo posee “intrínsecamente”. Ciertamente, ambas cuestiones recaen en las facultades del hombre de desempeñar y hacer uso de su capacidad de trabajo, y la capacidad de éste de razonar según cálculos racionales que orienten su conducta para la obtención de los mejores fines económicos. Dichas expresiones, se desarrollan en el marco de una industrialización acelerada, que versa sobre la lógica de la maximización de sus propios rendimientos y beneficios con el fin de acumulación del capital; son las necesidades exógenas al hombre, las que posibilitan la articulación del mercado del trabajo en la forma capitalista y moderna, como un trabajo libre y asalariado, que dotan al trabajo la apariencia fenoménica de una mercancía, transable en el mercado, como cualquier otra. Es, justamente, en el mercado laboral donde los individuos deben hacerse de las condiciones para asegurar su existencia. La (auto)regulación de la cual se sirve el mercado está en virtud de los mecanismos de la oferta y la demanda por trabajo, donde el precio a pagar por la mano de obra viene dado en la forma de salario, aspecto que será central, desde el punto de vista del conflicto, tanto para trabajadores como empleadores y desde donde se introduce con fuerza la semántica marginalista de la escasez. Si bien, en principio se requirió por parte del sistema productivo sujetos que efectivamente trabajaran, donde, [de]desde el punto de vista de un proto-mercado del trabajo la demanda era mucho mayor que la oferta de fuerza laboral, pero el salario aún no se ajustaba a al cruce de los ambos aspectos. Una vez que ya todos los individuos estaban insertos dentro del trabajo libre y asalariado, progresivamente fue su propio mercado el que fue ajustando sus rendimientos a favor de la demanda, controlando el precio que se disponía a pagar por la fuerza de trabajo, mediante la imperiosa necesidad de los trabajadores, ahora en masa, de encontrar un salario que les permitiese no sólo asegurar las necesidades inherentes a la supervivencia, sino también frente al móvil de la ganancia y maximización permanentes de los réditos de su trabajo; ofrecer, como trabajo,

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16 Por falta de espacio, las “Notas al Pie” de esta investigación se encuentran junto al trabajo completo en...

algo que los demás consideren valioso, y además alimentar el ethos capitalista de no conformarse con lo ya conseguido. Se ajustan los rendimiento y beneficios del sistema productivo frente a sociedad del trabajo, ahora con la balanza a favor de la demanda, de pagar en la forma de salario lo que ellos quisiesen ya que, sin lugar a dudas, siempre iba a haber alguien dispuesto a hacerlo. El trabajo se vuelve escaso, así como todas las mercancías destinadas a la satisfacción de las necesidades por vía del mercado, no obstante, la necesidad más elemental de satisfacer, por parte de los oferentes de dicha mercancía, se pone a disposición de las posibilidades que tenga el régimen productivo de demandar fuerza laboral, quedando los trabajadores a merced de las necesidades del sistema y de las condiciones de funcionamiento del mercado del trabajo autorregulado por la premisa de la escasez. La relación entre capital y trabajo, queda desigualmente figurado en la abstracción del mercado laboral, por vía de los ya mencionados principios de la oferta y la demanda, conjugada sobre la premisa de la escasez. El control que se ejerce desde el punto de vista de la dirección del capital y de los factores productivos, por parte de la demanda de la industria o del régimen fabril, solo asienta y aviva la concreción de la fuerza laboral como una mercancía más. Así, se desprende del anterior argumento, a modo de cápsula, las falacias desarrollistas del modelo económico capitalista, que discurren respecto a las necesidad/ posibilidad del pleno empleo en la sociedad moderna, puesto que el trabajo se concibe dentro de los cánones del mercado laboral, en un vinculo estrecho con el capital y la condición de escasez del trabajo como mercancía, es impensada una articulación de los factores productivos del sistema que tienda hacia la constitución del pleno empleo. De este modo, el trabajo constreñido a manifestarse dentro de la lógica del mercado del trabajo, contraviene todo principio de concebir al trabajo, en tanto virtud, fuerza, habilidad, como algo más que el medio según el cual los hombres se relacionan con la naturaleza y los otros hombres para hacerse de los recursos que satisfarán las necesidades de su existencia, tanto materiales como sociales. Dicha condición y característica del trabajo queda sustentado en quienes efectivamente puedan trabajar, pero bajo el dominio y requerimientos del capital y el sistema de producción; cuestiones todas que el mercado laboral efectivamente asegura, con prescindencia de los sujetos en la totalidad de sus facultades y necesidades. Las relaciones5 que se estructuran entre trabajadores y empleadores cobra vida y relevancia en tanto vínculos privados que se establecen por la vía de una necesidad bivalente: de los trabajadores –de efectivamente trabajar- y de los empleadores de contar con la fuerza de trabajo –como un factor de la producción más-, relación estrecha que los plantea en un escenario de abierta asimetría en función del vínculo que establecen. Además de dicho vínculo, que pone en desventaja a los trabajadores respecto a los empleadores, se plantea la abierta pauperización que comporta el ejercicio del trabajo desarrollado en el contexto del mercado, ya que se dispone buena parte de la responsabilidad sobre el nivel de los salarios a la capacidad productiva del sistema; cuestión que se bifurca en dos aspectos relevantes para los trabajadores y el trabajo: (a) precarización de las condiciones en que se da el trabajo, respecto a los sujetos que efectivamente están dentro del mercado del trabajo y del régimen productivo; bajos salarios que apenas alcanzan a la reproducción de la fuerza de trabajo, y precarización de las funciones ejecutadas en los procesos productivos. Y (b), la emergencia del desempleo y generación de trabajos informales gracias a la exclusión del mercado (formal) del trabajo, dado de que no todos pueden insertarse en el mercado laboral, y por tanto no pueden gozar de la obtención de un sueldo, los sujetos tienden volcarse a actividades informales que les permitan obtener un ingreso para “ganarse la vida”. Por un lado, la precarización de las condiciones del trabajo tiene asidero en la expresión que cobra el salario como único sustento de los trabajadores y de la familia de éstos, que resultan ser tremendamente bajos por cierto, pero además se suma, el empobrecimiento de las tareas que se realizan (mecánicamente repetitivas y parceladas), que tiene directa relación con la contratación de mano de obra poco calificada, que no tiene control sobre el propio trabajo que realiza, más que en ]el acotado campo de acción que le permite su función [de dentro de los procesos productivos. En dicho marco, la dirección que ejecuta el empleador, está prescrita como una tendiente a controlar y disciplinar la mano de obra para organizar los procesos productivos con el fin de hacerlos más eficientes y optimizar los recursos. De este modo, el salario de los trabajadores se vincula directamente sobre el rendimiento que estos tengan en función del proceso de producción permeado por la división técnica del trabajo. Por otro lado, quienes quedan fuera de la mano de obra efectivamente empleada en el régimen antes descrito, debe ingeniárselas para proveerse de un ingreso que les permita vivir. Ciertamente, quienes están al margen del mercado laboral son aquellos que están desempleados como consecuencia del carácter escaso que tiene el trabajo como mercancía (por el lado de la demanda), y que

como ya mencioné, repercute en la búsqueda de fuentes alternativas de salario, fuera del mercado del trabajo, dicha realidad se condice a la vez con una pauperización aún mayor, con actividades que son lastre de los procesos de producción mayores, y que no suponen el establecimiento de vínculos efectivos con un empleador ni con el régimen del mercado laboral. Ambos aspectos se articula de tal modo que el mercado laboral aparece como un lugar eminentemente conflictivo, tanto respecto a las relaciones que se establecen en él por parte de los sujetos (empleador-trabajador), como también respecto a la relación entre el hombre y los medios en función de la transformación de la naturaleza para su propio beneficio, y la expresión material que tiene el trabajo en la forma de mercancía –para ser puesta en el mercado- en virtud de un salario.

Conclusión Visto ortodoxamente desde el punto de vista del sistema económico, cabe señalar que la formulación y articulación del mercado laboral era precondición para asegurar la producción, la distribución, el intercambio y el consumo de bienes y servicios, en una sociedad moderna en abierta complejidad y expansión de satisfacción de sus necesidades internas. El mercado en todas sus formas, sirve como abstracción concreta que se erige frente y a través de los sujetos como la sublimación de las expectativas de sociedad que los propios hombres han puestos sobre sus hombros; vinculadas por cierto, a la necesidad de aseverar la reproducción material de su propia existencia en sociedad, por medio de la asignación de recursos a los procesos que tienen como fin perpetuar dicha existencia. Desde este punto de vista, parecer particularmente interesante, la construcción del mercado del trabajo, puesto que en él se ve la expresión latente de cómo el sistema económico y la sociedad por medio de éste, dispone de la integridad, habilidad y fuerza del hombre para el aseguramiento de la propia existencia del mismo. Sin embargo, tal concepción y emergencia del mercado laboral, suponen también la violenta experiencia de autonomizar el régimen laboral a tal punto, que se llega a prescindir de los mismos hombres que lo echan a andar; el mercado autorregulado asume exterioridad frente a los sujetos, que por vía de la coacción, los vincula a un régimen que no hace más que anteponer los fines sobre los medios, la necesidad de pervivencia material (y existencial) de la sociedad sobre los costos a escala humana que tiene dicha tarea. La ficción que se tiende sobre los hombres en tanto trabajadores, es de sumo debilitante desde el punto de vista del conjunto de la sociedad; la idea de que cada uno se hace las propias condiciones de su existencia, transformando la naturaleza por medio del trabajo, para su propio beneficio, no es otra cosa que hipostasiar al mismo hombre del quehacer y despliegue de su habilidad y fuerza de trabajo para vincularse y hacerse de las condiciones de su existencia en sociedad. Más bien la necesidad de vincularse con su propia existencia tiene motivo a través de los requerimientos que hace autónomamente la economía respecto a la sociedad; convertir al trabajo en mercancía es justamente uno de dichos requerimientos, que crea en el hombre la necesidad indirecta, velada, de vincularse con las condiciones de su existencia. Ahora, mejor dicho, directamente lo relaciona con la búsqueda incesante de vincularse con el salario, como expresión viva y resultado del trabajo del hombre en sociedad. El mercado del trabajo, en tanto mercado, visto según los alcances y aproximaciones que se le ha hecho en la presente entrega, dispone a su antojo de la fuerza laboral como cualquier otra mercancía, sin hacer distinción que lo que se transa es la proyección y habilidad del mismo hombre. Ello opera gracias a los requerimientos externos de la economía, hacia la maximización y despliegue del ethos capitalista, que vuelve anónimas las estructuras que subordinan la utilización de la mano de obra; el [de] basado en el principio de escasez, vuelve incruce de la oferta y la demanda, visible la responsabilidad que se tiene sobre las externalidades y consecuencias negativas en el fuero interno y social de los sujetos, y que se hacen evidentes en las condiciones de ejercicio que tiene el trabajo en la modernidad. Es manifiesto el velo de legitimidad que se cierne sobre lógica del mercado, ya que de éste se adviene la omnicompresión de la economía en la sociedad. Sin embargo, dicha omnicomprensión del mercado respecto al trabajo se vuelve insuficiente al momento en que este último entra en crisis, manifestando las continuas tensiones entre las expectativas que se estructuran en torno a la concepción de trabajo por parte de los sujetos, y las posibilidades reales de desplegar dichas expectativas en el encuadre y lógica del mercado por el mercado; la acumulación del capital por la mera capitalización, el progreso por el progreso, y el dominio del hombre por sobre la naturaleza por el simple dominio, y el trabajo por el mero trabajo.

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Contra la teoría de la modernización El siguiente trabajo será una somera exposición acerca de tres enfoques o aproximaciones al desarrollo económico. Tales enfoques son: i) la Nueva Economía Institucional de Douglass North, ii) la visión (o teoría) de la CEPAL y en particular de Raúl Prebisch, y, iii) la perspectiva de los “análisis de sistemas-mundo” de Immanuel Wallerstein. Se eligió este título -“contra la teoría de la modernización”- para el trabajo, porque la visión de North termina siendo sucesora de las añejas teorías de la modernización, las cuales, estuvieron muy en boga en los EEUU de los años ‘40 y ’50 del siglo XX. Consiguientemente, este ensayo es una valorización de las contribuciones que hicieron tanto la CEPAL de Prebisch, como de la visión sistémico-mundial de Wallerstein, ignorando las diferencias políticas implícitas en estos dos últimos autores. Luis Garrido Estudiante de Licenciatura en historia Estudiante de Ciencia política y Relaciones Internacionales

Todo “sistema histórico” perecerá Proyecciones para el sistema-mundo capitalista según Immanuel Wallerstein Nos machacan desde los ’90 que el capitalismo triunfó, sobre todo después de la caída y fracaso del “socialismo real”. Nos dicen que no hay alternativa, que “siempre ha sido y siempre será así”. Que las luchas ideológicas ya no existen. No obstante, el capitalismo es un “sistema histórico” y como tal, tuvo un inicio y tendrá un fin. El siguiente trabajo indagará acerca del futuro del sistema-mundo capitalista según las proyecciones de Immanuel Wallerstein, desde su enfoque de los “análisis de sistemas-mundo”. Para el trabajo, tendré que hablar esquemáticamente del funcionamiento de la economía-mundo capitalista, no detallando puntos que desvíen del objetivo central. Luis Garrido Estudiante de Licenciatura en historia Estudiante de Ciencia política y Relaciones Internacionales

Investigación Caso Jueza Karen Atala, análisis de fallo y medios de comunicación La investigación se basa en la teoría social de P. Bourdieu, al esclarecer el cómo opera el Derecho en nuestro país sobre el concepto de familia, de este modo: Se propone el análisis de la violencia simbólica en la aplicación del poder dentro del derecho, en relación a la conformación de familia homoparental. Se plantea desde este punto, pues se quiere comprender como lo simbólico va conformando un ideal de familia, al ser adquiridas por los sujetos como propias las interpretaciones y valoraciones que se le entregan a la familia. Desde donde provienen determinados formas de comportamiento, ya que sus ideales o formas de concebir la realidad se encuentran determinadas por estas valoraciones, lo que enmarca el cómo se vislumbra el actuar, tanto en el plano privado como público. En este caso respecto a la implantación de nuevos conceptos de familia, es que se ha querido basar el proyecto de investigación, centrándose en el caso de la jueza Karen Atala, al ser un caso polémico debido a las repercusiones sociales y legislativas que ha tenido. Francia Gómez Estudiante de Sociología

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