Castillo De Illora Monumento Natural[1]

Peñas del Castillo de Illora “Monumento Natural”

La topografía de Illora es, sin lugar a dudas, lo que más caracteriza a este pueblo. A cualquier visitante lo primero que le llama la atención al acercarse por carretera es precisamente su particular morfología. El pueblo de Illora se ha asentado en torno a unos riscos calcáreos de unas dimensiones que sorprenden cada día a todos los propios y foráneos. Los pueblos que han pasado por aquí se dieron cuenta de las posibilidades estratégicas de estas peñas y no dejaron pasar ocasión, instalando sus fortalezas y oteaderos arriba de las mismas. Hoy día las peñas solo guardan los restos muy deteriorados de un castillo árabe del siglo IX. Esta fortaleza, considerada unos de los castillos fronterizos más importantes del sector septentrional en la frontera nazarí de Granada, tiene enterrada en sus entrañas una rica historia de secuencias épicas y sociales por recuperar. Sin embargo en ocasiones se olvida lo obvio, las raíces del asunto. Las peñas en sí mismas tienen un valor natural que no debe de escapar de la intrínseca historia. Las peñas del castillo de Illora son merecedoras por si mismas de una mención especial, pues su grandiosidad y singularidad, (están en el centro de la población), hacen que quien las vea se sobrecoja.

Hace ahora dos años justamente, (julio del 07), los creadores de este blog solicitaron al Ayuntamiento la petición de solicitud de monumento natural para este complejo geológico, sin obtener hasta el momento respuesta alguna y quedando archivada nuestra solicitud. Hoy retomamos públicamente esa idea, y queremos que los ilurquenses nos apoyen.

Pensamos que seria muy interesante la idea de que nuestras peñas quedaran recogidas en el listado de monumentos naturales de Andalucía, pues creemos que es merecedora con todos los honores. Los farallones calizos de la peña se alzan desafiantes mas de 70 metros por encima de los tejados de las casas, imponentes y amenazantes ofrecen una visión que empequeñece a quien la contempla, ni los lugareños se acostumbran a su estática monotonía y cuando pasan por las calles de su cara sur miran de reojo hacia arriba en una

súplica de ruego para que no sea en ese momento cuando caiga alguna roca. La vegetación establecida en sus laderas y cortados nos dan pistas de su historia; almendros que nos dicen que fue cultivado y centenares de chumberas y pitas centenarias ya han blasonado este promontorio.

Quedan restos de vegetación autóctona, así podemos encontrar cornicabras, acebuches y otras plantas rupícolas que han hecho de las peñas su morada. Pero sin embargo lo más característico de este ecosistema cerrado sea su fauna ornitológica.

Sus cortados son el hogar de centenares de palomas, estorninos, vencejos, aviones, gorriones, mochuelos, autillos y otras rarezas como collalbas negras, colirrojos tizones, distintos fringílidos e incluso cernícalos y búhos reales asentados en sus cantiles que desde hace unos años anidan para sorpresa y regocijo de los ciudadanos de Illora.

Creemos que seria necesario un inventario de las especies (vegetales y animales) que habitan este lugar, pero al mismo tiempo entendemos que ha llegado la hora de poner en valor nuestras riquezas naturales para enseñarlas al mundo. La solicitud de este espacio como monumento natural no debe caer en el olvido, estas rocas merecen de sobra esa distinción y desde Illora natural no pararemos en nuestro empeño.