Como se pudo notar, definir la autoestima es demasiado complejo ya que abarca distintos componentes. Molina en Olivares (1997, p. 20) identifica cuatro elementos que conforman la autoestima, estas se mencionan a continuación: 1. Actitud: Maneras tradicionales de pensar, comportarse, amar y sentir de la persona hacia sí mismo. 2. Componente cognitivo: Ideas, opiniones, creencias percepciones y procesamiento de la información de la persona respecto de sí misma. 3. Componente afectivo: Valoración positiva y [/o] negativa que comprende sentimientos favorables y [/o] desfavorables, agradables [y/] o desagradables que las personas divisan de sí mismas. 4. Componente conductual: Intención y decisión de proceder a un comportamiento consecuente y coherente.
Por su parte Gastón de Mézerville (2004) desarrollo un modelo conocido como proceso de la autoestima, en donde presenta una interrelación de aspectos que componen la autoestima. Este autor determina dos dimensiones compuestas por tres componentes cada una. Las cuales se describen de la siguiente manera:
Dimensión actitudinal inferida integrada por tres componentes: -
Autoimagen: Capacidad de percibirse y ser consciente de las características más sobresalientes de sí mismo como la persona que realmente es con sus virtudes, errores, forma de relacionarse con otras personas y con el ambiente; mas no es un aspecto estático, puesto que se basa en las experiencias vividas y en las concepciones que se van construyendo a lo largo de su posible evolución futura, sin caer en el perfeccionismo. Su objetivo es la búsqueda del autoconocimiento que desarrolle la capacidad de percibir equilibradamente aspectos positivos y negativos de su personalidad.
-
Autovaloración: Nivel de agrado de la imagen que posee la persona sobre si misma, respecto de su autoaceptación y autorrespeto. Su fin es la identificación de los medios apropiados que satisfagan la necesidad del sujeto de percibirse de manera positiva,
otorgando mayor atención y valor a las dimensiones sobresalientes de su personalidad. -
Autoconfianza: Creencia de la persona de sentirse capaz de ejecutar correctamente distintas cosas y de enfrentar diversos retos que se le presente, buscando consigo oportunidades que le permitan poner en práctica y demostrar sus competencias. Su finalidad es el aumento de la actitud realista de creencia en si mismo y en sus propias capacidades, de creer en sí mismo y en sus capacidades, en conjunto con la voluntad de ejercerlas adecuadamente y disfrutar al hacerlo.
Dimensión conductual observable conformada por otros tres componentes: -
Autocontrol: Manejo adecuado de la extensión personal, en lo concerniente a el cuidado, dominio y organización en el ejercicio del dominio propio fomentando el bienestar personal y grupal. Incluye el autocuidado, la autodisciplina, la organización propia [y] o la conducción de sí mismo. Su intención es adoptar habilidades adecuadas al cuidado personal y patrones de comportamiento distinguidos por una buena disciplina y organización existencial.
-
Autoafirmación: Libertad de tomar decisiones y comportarse [y/o manifestarse] con autonomía, apertura y madurez sus pensamientos, deseos o habilidades. Abarca facultades como la autodirección y la asertividad personal. Su objeto es identificar modos saludables de expresar el pensamiento y las habilidades ante las demás personas y en manejarse autónomamente, sin caer en la sobredependencia o autosuficiencia exagerada.
-
Autorrealización: Desarrollo y expresión correcta y satisfactoria de las capacidades para si mismo y para otras personas. Involucra la exploración del cumplimiento de los objetivos que constituyen el proyecto vital de su existencia. Su meta es proyectar el descubrimiento del sentido de la vida de la persona, haciendo uso del desarrollo de sus capacidades, planteándose metas que promuevan la realización de distintas áreas de interés, aptitud o compromiso de su propia existencia.
Otra de las características que distinguen a la autoestima es su grado, ya sea alta o baja. La primera refiere mayormente a aspectos positivos, enlistados de la siguiente manera (Naranjo Pereira, 2007): Comodidad y espontaneidad al relacionarse con otros. Satisfacción consigo misma manifestando y/o compartiendo sus ideas o acciones sin temor a ser desaprobado. Manifiestan metas significativas. Proyección personal que beneficia no solo a si mismo sino también a otras personas adquiriendo satisfacción de ello. Por el contrario, una baja autoestima, pueden atribuirse ciertas particularidades como (Naranjo Pereira, 2007): Autopercepción de superioridad (pseudoautoestima). Descontrol de determinadas áreas como el autocuidado, el manejo de las emociones, las relaciones interpersonales, los hábitos de trabajo, de estudio o de la vida en general y la falta de habilidad para organizar acciones en pro del logro de metas deseadas. Poca valoración y/o aprecio de sus capacidades y calidades. Bloquear oportunidades, opiniones y talentos propios. Abstinencia de participar o decidir debido al miedo de equivocarse ante las personas. Búsqueda de un exceso de aprobación de externos. Inseguridad de manifestar pensamientos y sentimientos ante la presión social. Incurrir en conductas autodestructivas. Lamentación ante la falta de realización personal. Sensación de estancamiento existencial.
Naranjo Pereira, M. (2007). Autoestima: Un factor relevante en la vida de la persona y tema esencial del proceso educativo. Revista Electronica “Actualidades Investigativas en Educacion”, 7(3), 1-27. ISSN: 1409-4703.