La enfermedad de tumores faciales del demonio de Tasmania es un cáncer contagioso que afecta tanto a hembras como a machos del demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii). El primer caso documentado se registró en 1995 en Australia, la enfermedad se contagia por transmisión directa de las células cancerígenas vivas a través de las mordeduras que se infligen los animales en la cara durante los procesos de alimentación y apareamiento. 1 2 A lo largo de la década siguiente la enfermedad ha devastado a la población de esta especie, las estimaciones varían entre un 20% y un 50% de la población de demonios. 3 4 Las poblaciones densas afectadas sufren una mortalidad de un 100% en un período de entre 12-18 meses. 5 La enfermedad se ha concentrado principalmente en la parte oriental de la isla de Tasmania. La enfermedad se caracteriza por la aparición de tumores, normalmente en el rostro y en el interior de la boca, que frecuentementemetastatízan y causan la muerte del animal.6 Además los tumores dificultan la alimentación, y el animal enfermo puede morirse de hambre.
Características[editar] Utilizando cultivos de tejidos cancerosos Y para estudiar la enfermedad, los investigadores han identificado el cáncer como un tumor neuroendocrino (los tumores expresan ciertos genes específicos de células de Schawnn),7 y todas las células cancerosas tienen una alineación cromosómica idéntica.8 Inicialmente se creyó que la causa de la enfermedad era un virus, pero no se encontró ninguna prueba del virus en las células.9 También se consideró la posibilidad de que se debiera a toxinas ambientales.10 Sin embargo, la idea de que las células cancerosas en sí son un agente infeccioso resultó ser correcta, la enfermedad se contagia por transmisión directa de las células cancerígenas vivas a través de las mordeduras que se infligen en la cara durante los procesos de alimentación y apareamiento. 11 La confirmación final llegó de la mano de la investigadora Anne-Maree Pearse y sus colaboradores, 12 que descubrieron que un animal infectado tenía una anormalidad cromosómica en las células no tumorales que no existía en las células tumorales, lo que demostraba que las células tumorales no podrían descender de las células propias del animal.13 14 Pearse cree que esto podría resultar ser vital para la supervivencia de los demonios. Desde junio de 2005 se han encontrado tres hembras que son parcialmente resistentes a la enfermedad.15 Más investigaciones de la Universidad de Sídney han mostrado que este cáncer facial infeccioso podría ser capaz de extenderse debido a la diversidad genética tan baja de losgenes inmunitarios de los demonios (MHC clase I y II.)16 Los mismos genes también se encuentran en los tumores, de modo que el sistema inmunitario no reconoce las células tumorales como ajenas. 17 18 Se piensa que el primer demonio de Tasmania que presentó los tumores fue una hembra, y que a partir de ella el tumor ha ido transmitiéndose y surgiendo sucesivamente distintos subclones. Analizando el DNA mitocondrial y nuclear de tumores presentes en 104 demonios de toda la isla se han identificado hasta 21 cepas distintas. Además existen evidencias del surgimiento de nuevas cepas que ponen de
manifiesto la continua evolución de la enfermedad. 9 Las cepas también podrían complicar los intentos de desarrollar una vacuna, y la mutación del cáncer también implica que podría extenderse a otras especies cercanas, como los gatos marsupiales.19 Las células de los demonios de Tasmania tienen catorce cromosomas, mientras que las células tumorales tienen trece.20 Las células del cáncer tienen unas anomalías delcariotipo similares a las del sarcoma de Sticker (CTVT), un cáncer canino que se extiende de un perro a otro por contacto físico.8 21 Entre las alteraciones que se pueden encontrar en las células tumorales se encuentran un gran número de sustituciones de una sola base así como numerosas inserciones y delecciones de pequeño tamaño. También existen alteraciones en el cariotipo pudiendo encontrar algunos de los subclones pseudodiploides con 13 cromosomas y otros pseudotetraploides con 32 cromosomas. También existen delecciones en los cromosomas 1, 2 y 3, así como trisomía en el 5p además de diversas reorganizaciones cromosómicas.9
Esfuerzo de conservación[editar] En respuesta al impacto de la enfermedad sobre las poblaciones de demonios de Tasmania, se han llevado cuarenta y siete demonios a parques naturales del continente australiano en un intento de preservar la diversidad genética de la especie. La península de Tasman está siendo considerada como una posible "área limpia", controlando el único y estrecho punto de acceso con barreras físicas. El Ministerio de Industrias Primarias y Agua de Tasmania está experimentando con el sacrificio de animales infectados, con algunos indicios de éxito.
El cáncer y el demonio de Tasmania
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SEP201010:09
La primera imagen que nos viene a la cabeza cuando alguien menciona un demonio de Tasmania es el hiperactivo dibujo animado de la Warner con tendencia a ponerlo todo patas arriba. Pero esta criatura existe en realidad: es un pequeño marsupial que se encuentra sólo en Australia. Se ha hecho famoso en el entorno biomédico porque ha planteado un enigma que los científicos que investigan el cáncer aún están intentando resolver. A finales del siglo pasado se descubrió que los demonios sufrían un tipo muy particular de tumor agresivo que crecía alrededor de la boca y los mataba en poco más de un año. En cuestión de una década, este cáncer acabó con la mitad de la población de demonios de Tasmania en libertad y se calcula que si no se encuentra pronto una solución, la especie se habrá extinguido antes del 2040. Lo más interesante fue descubrir que ésta es una enfermedad transmisible. Sabemos que los cánceres no son contagiosos: nadie “coge” uno por estar en contacto con un enfermo. El caso del demonio es el primero que contradice esta máxima (si exceptuamos un raro tumor venéreo que se ve en perros), lo cual es toda una sorpresa. Hace cuatro años se propuso que el cáncer pasaba de un animal a otro gracias a sus violentas tradiciones: los demonios se pelean a menudo e incluso cuando se aparean se les puede acusar de todo menos de ser románticos. De estas escaramuzas acaban llenos de
mordeduras y cortes, sobretodo en el morro. Así es como las células del cáncer “infectan” las heridas de los animales sanos y empiezan a crecer tumores
rápidamente. Hace poco se ha visto que las responsables de formar el cáncer son unas células del sistema nervioso y se han encontrado ya diferentes variantes del tumor, aunque todas en principio originadas en un solo animal hace mucho tiempo. Se cree que si el cáncer sigue mutando puede empezar a 'saltar' a otros parientes cercanos del demonio, lo cual sería un problema grave. Las cosas pintan mal para el pobre bicho. Pero no está todo perdido: hace unos días se anunció que se había secuenciado el primer genoma de un demonio de Tasmania. Uno se puede preguntar por qué perdemos tiempo y dinero leyendo el ADN de un animal tan poco útil para el hombre como éste. Últimamente hemos leído como se secuenciaba el genoma del pavo , del trigo y hasta del cacao, avances que se han publicitado como posibles mejoras en la alimentación del futuro. El demonio no se puede servir al horno con una manzana en la boca, por desgracia para él, pero a pesar de todo ha habido suficiente interés para invertir fondos en estudiar sus genes. La razón es que su secuencia nos puede ayudar a entender porqué es tan sensible a un cáncer contagioso y cuáles son las mutaciones implicadas en el proceso. A su vez, esto nos tendría que aclarar cómo se convierte una célula en cancerosa y sobretodo cómo es capaz de 'viajar' a otros puntos del cuerpo, que sigue siendo uno de los grandes misterios de la oncología. Si de paso ayudamos a evitar que se extinga un marsupial perdido en las antípodas pues mejor que mejor.