Sección: Lunes en la Ciencia Coordinación: René Drucker Colín Editora Responsable: Patricia Vega Lunes 2 de marzo de 1998
El caso de las ranas deformes de Minnesota
Algo en el agua Victoriano Garza Almanza
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El caso de las ranas deformes de Minnesota
Algo en el agua Victoriano Garza Almanza
Práctica de campo Agosto de 1995. Estudiantes de la New Country School de LeSueur-Henderson, Minnesota, salieron alrededor a realizar una práctica de campo. En un estanque comenzaron a capturar ranas leopardo y, asombrados, notaron que algunas estaban deformes. Interesados, siguieron atrapando más ranas y al final prepararon su reporte. El resultado fue excepcional: ¡más de 50 por ciento de los animales tenía malformaciones! Habían descubierto un raro fenómeno que no ocurre en la naturaleza de forma espontánea ni en tal proporción. Una extraña denuncia La maestra, Cindy Reinitz, recurrió a la Agencia Ambiental de Minnesota (MPCA) para denunciar el hecho, al cual poco caso hicieron. Mientras, sus estudiantes seguían inspeccionando otros estanques y encontrando más especímenes deformes: con miembros faltantes o supernumerarios, ausencia de ojos o espaldas amorfas. Al principio presionados por la prensa, los de la MPCA al fin atendieron la denuncia y, apoyados por estudiantes, ampliaron su reconocimiento a otras zonas. El resultado fue mayúsculo: poblaciones de ranas por doquier infestadas de malformaciones. Dos meses más tarde, el registro era de cientos de anfibios anormales en 54 de los 87 condados de Minnesota. ¿Qué originó el problema? Los jóvenes preguntaban si se trataba de mutantes, pero la respuesta de los científicos fue: ``No''; probablemente las malformaciones eran debidas a factores externos que inhibían su desarrollo, a saber: parásitos, radiación ultravioleta, seguramente plaguicidas o residuos tóxicos. El descubrimiento despertó inquietud en Estados Unidos, y produjo decenas de proyectos de investigación en universidades y laboratorios de gobierno. Los estados vecinos de Minnesota comenzaron estudios y reportaron la misma situación; después, el escudriñamiento se extendió como fiebre al resto del país. A la fecha, 38 estados de esa nación y tres de Canadá han reportado positivamente la presencia de varias especies de anfibios malformes. ¡No beban esa agua!
Al indagar sobre el posible agente culpable, los investigadores del Instituto de Salud Ambiental (NIEHS) criaron ranas en agua de estanques, agua subterránea y de la llave, procedente del área afectada. Los tres tipos de agua generaron ranas anormales. Ello propició un histórico anuncio, publicado en octubre de 1997: las autoridades del NIEHS y la MPCA recomendaron a los residentes del área no beber el agua hasta que les proporcionaran mayor información sobre los riesgos que representaba para su salud. Paralelamente, el gobernador se comprometió a distribuir agua potable embotellada entre los pobladores. Georgie Lucier, director del Programa Nacional de Toxicología (NTP) declaró: ``Nosotros sabemos que algo en el agua, incluyendo el agua subterránea con la que se abastecen los residentes de la zona, es extraordinariamente potente en producir malformaciones a las ranas''. Con la acusación de ``alarmista'' a Lucier, la Agencia de Protección Ambiental (US/EPA) contradijo a las agencias NTP y MPCA, en otra inusitada actitud, y sostuvo que el fenómeno pandémico de las ranas anormales se debía a un ``desbalance iónico benigno en el agua, provocado por la presencia de sales en los suelos del estado de Minnesota''. Adolescentes en acción Japón, Gran Bretaña, Alemania y otros reportan casos, pero sobre México prácticamente no hay información; no obstante, los estados fronterizos de California y Texas tienen registros positivos. En Nuevo León, según el biólogo Alfonso Flores de la Universidad Autónoma local (UANL), hay registro de un viejo caso similar. Mientras, aseguran expertos, las poblaciones de anfibios en el mundo están declinando. Lo cierto es que la aportación de los jóvenes en este caso ha sido fundamental: los científicos no estarían estudiando las ranas deformes si no hubiera sido porque un grupo de adolescentes llevó a la luz pública el problema. Colofón El drama biológico de los endriagos de Minnesota es un nuevo capítulo en la obra viviente Primavera silenciosa, de Rachel Carson.