“Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí” Facultad de Ciencias Económicas
Alumno: Pozo Gorozabel Angelo
Materia: Pensamiento Económico Docente: Eco. Juan Carlos Lara Ocaña Curso: 4to Semestre “A” Año lectivo: 2018 - 2019
Jean-Baptiste Colbert
Fue ministro del rey de Francia Luis XIV. Excelente gestor, desarrolló el comercio y la industria con importantes intervenciones del Estado. Su nombre va unido a una determinada política: el llamado colbertismo y como un antecesor del dirigismo. Su origen plebeyo y su eficiencia burocrática llegaron a hacerle tan leal e imprescindible para el rey (que le nombró marqués de Seignelay) como
detestado
Procedente
de
por una
la
corte.
familia
de
mercaderes, entró al servicio de la Administración real y en 1651 se convirtió en secretario personal de Mazarino. Fue el propio cardenal el que se lo recomendó al rey, quien le nombró intendente de Finanzas en 1661. Entretanto, Colbert se había preocupado por irse haciendo una fortuna personal con la gestión de negocios ajenos, al tiempo que acumulaba pruebas contra el superintendente Nicolás
Fouquet,
cuyo
puesto
ambicionaba;
finalmente
consiguió la caída de Fouquet y acumuló los puestos de superintendente de Construcciones y Manufacturas (1664), controlador general de Finanzas (1665), secretario de la Casa del Rey (1668) y secretario de Marina (1669). Ennobleció a su familia y la convirtió en un clan que dominaba puestos claves de la Monarquía, aumentando así su poder y el odio que le tenía la nobleza. Durante su gobierno, Colbert acabó con la corrupción que había marcado la era de Mazarino y abrió un periodo de prosperidad económica. Siguiendo en gran medida la línea política de Richelieu, creó y fomentó manufacturas; frenó las importaciones e incentivó las exportaciones; construyó carreteras, canales y puertos; impulsó el comercio creando compañías con participación estatal; amplió la flota; y puso las bases de la expansión colonial francesa en Canadá, las Antillas y Extremo Oriente.
Con todo ello convirtió a Francia en la primera potencia europea en el terreno industrial, consiguiendo una balanza comercial favorable, que era como creía que cada país acrecentaba sus reservas de metales preciosos y, por tanto, su riqueza, arrebatándosela a los países vecinos. Según las ideas del mercantilismo, esta política proteccionista e intervencionista estaba destinada a crear las bases económicas sobre las que reposaría la fuerza de la Monarquía; para hacer llegar la nueva riqueza a las arcas reales, reformó el sistema tributario haciéndolo más eficiente y racional. El intervencionismo estatal no se limitó a lo económico: en gran parte se debe a Colbert la labor de codificación del Derecho, la uniformización administrativa desarrollada por la figura de los intendentes, el mecenazgo real sobre las artes a través de la creación de Academias y la intensa labor constructora del reinado de Luis XIV.
Pero Colbert cometió también errores importantes: no consiguió implantar la libertad en el comercio interior, sacrificó la agricultura (de la que vivían la mayor parte de los franceses) a los intereses comerciales y la mayor parte de las compañías que creó acabaron fracasando. En un exceso de nacionalismo económico (pues veía el comercio como «la guerra del dinero»), no dudó en llevar la rivalidad comercial al terreno de las armas, empujando a Luis XIV a la invasión de Holanda en 1672; aquella guerra fracasó ante la tenaz resistencia de los holandeses y sus costes gravaron pesadamente las finanzas francesas.
Thomas Mun
Nació en Londres y fue un "mercader afortunado", como lo calificó más tarde su hijo. Fue uno de los pensadores del mercantilismo más importantes de la historia. Fue
un economista inglés
llamado
el
último
de
los
primeros mercantilistas. Fue uno de los primeros en reconocer la exportación de servicios o de los artículos invisibles, como el comercio valioso, e hizo declaraciones tempranas de fuerte apoyo al capitalismo. Tenía una serie de "medios para enriquecer un reino", las cuales apoyaban el comercio exterior a través de exportaciones mayores que las importaciones. En otras palabras, si vas a gastar más de lo que ganas, entonces tu riqueza disminuye. Con el fin de aumentar sus exportaciones y disminuir sus importaciones, dijo que es necesario: 1. utilizar todos los recursos disponibles 2. No seguir las tendencias y si usted sigue las tendencias entonces sólo siga las nacionales 3. exportar a través de sus propios medios 4. si es demasiado caro para comprar localmente entonces la gente va a comprar en otro lugar.
Thomas Mun, situaban como principal objetivo el Crecimiento de la Riqueza nacional, y aunque seguía considerando que el oro era la riqueza principal, admitían que existían otras fuentes de Riqueza, como las mercancías. La Balanza Comercial fue uno de los mayores aportes teóricos de los mercantilistas. El objetivo de una Balanza Comercial con Superávit era importante pero también se veía la conveniencia de importar mercancías de Asia por medio de oro para revender luego esos Bienes en el Mercado europeo con importantes Ganancia. La incursión de Thomas Mun en el pensamiento económico surgió mientras se defendía de los ataques que estaba recibiendo por el manejo de la Compañía de las Indias Orientales de la que fue director por un largo periodo. Los críticos de Thomas Mun planteaban que la importación de productos que realizaba la compañía era desventajosa para Inglaterra. A raíz de esto, Thomas Mun escribió un
libro que fue la base de su pensamiento: Riqueza de Inglaterra por el Comercio Exterior, escrito en 1630, y publicado después de su muerte por su hijo en 1664.
Este libro es claramente una manifestación de las ideas económicas mercantilistas de la época.
Thomas Mun: La importancia de vender más de lo que se compra Thomas Mun no escapó al ideal mercantilista de buscar enriquecer al país, y afirmaba que la única forma posible era a través del Intercambio con otros países, es decir, que el Comercio Exterior era el principal medio que tenía una nación para enriquecerse. La clave era lograr venderle al resto de los países más de lo que se les compraba; la forma de conseguirlo debía ser fomentando la Industria nacional. Thomas Mun situó al Comercio en el plano más alto de la economía. Si las Exportaciones son mayores a las Importaciones, el saldo llegaría en Dinero al país, incrementándose la Riqueza nacional (no intuyó, sin embargo, que esto generaría Inflación). Lo que le interesaba a Thomas Mun era lograr un saldo positivo en la Balanza Comercial, un instrumento inventado por los mercantilistas que es usado hasta nuestros días. Asumía que, si se lograba vender al resto de los países más de lo que se les compraba, el país se enriquecía.
Thomas Mun: Teoría de la población Thomas Mun fue un autor "poblacionista"; el ser humano debía estar al servicio del Interés del poder. En esto, si Bien fue bastante más moderado que la mayoría de los mercantilistas -quienes consideraban a las personas simplemente como un instrumento del Estado, sin importar su condición- resaltó la Necesidad de fomentar la existencia de una población lo más numerosa posible. Uno de los elementos novedosos que introdujo Thomas Mun en la economía fue justificar la salida de Dinero del país para comprar Bienes. Precisamente la acusación que sufrió después fue la de perjudicar a Inglaterra con la importación de Bienes que realizaba la Compañía de las Indias Orientales. Mun defendía el uso del Dinero para comprar Mercancía extranjera que pudiera ser posteriormente reexportada con un Valor Agregado y usó un ejemplo que se hizo bastante famoso (incluso fue citado por Adam Smith años más tarde), al comparar esta práctica con una de las maneras más antiguas de crear excedente: si se contempla a un labrador arrojando el grano a la Tierra, se le debiera tomar por un loco; pero, al final, en la cosecha, se descubre el mérito que tuvo haberlo hecho.
Al igual que la mayoría de los autores relacionados al Mercantilismo, Thomas Mun fue partidario de que los trabajadores ganaran "salarios de subsistencia", es decir, sueldos lo suficientemente bajos que los obligaran a ser laboriosos. La concepción que estaba detrás de esto era que si los salarios eran muy elevados conllevarían "a toda clase de vicios" que terminarían perjudicando al país. Es por esto que Thomas Mun hizo un llamado explícito a reprimir en Inglaterra la vanidad y la ociosidad de los trabajadores, ya que, a su juicio, eran los dos obstáculos que retardaban el nacimiento de las manufacturas y que, a la larga, disminuían la Riqueza de la nación.
Thomas Mun: Obras
Discurso del Comercio desde Inglaterra a las Indias Orientales (1621) Riqueza de Inglaterra por el Comercio Exterior 1630
William Petty Es uno de los fundadores de la Econometría, ésta es una de las ramas más en boga de la economía a moderna
y
consiste
las Matemáticas y económico.
Aun
en
la
aplicación
las Estadísticas al cuando
de
análisis
el Desarrollo de
la Econometría se dio en el siglo XX, sus orígenes se remontan al siglo XVII, a la denominada "aritmética política" que realizó un médico, poeta y economista de excéntrica personalidad llamado William Petty. Influido por su formación, William Petty tuvo una visión de la economía muy similar a la concepción sistémica de la medicina; es decir, asumía cada Problema Económico como una parte integrante de un conjunto mayor que necesita ser medido para poder ser conocido. Es precisamente por esta contribución que Marx llamó a William Petty el "fundador de la economía política moderna". En efecto, William Petty se apartó del Mercantilismo dominante en su época y anticipó muchas de las ideas de los economistas clásicos, como la importancia económica de la división
del Trabajo y
su
teoría
del Valor.
Por
ejemplo,
consideraba
que
el Intercambio está sometido a leyes naturales a las que es inútil oponerse y que
los Precios vuelven siempre a su nivel natural. Algo que volverían a señalar muchos autores posteriormente. William Petty buscó separar la moral de la ciencia e intentó formular soluciones concretas a problemas prácticos. Llamó a su método de investigación "aritmética política" (antecesora de la Econometría), y en él trató de expresar la idea básica de que la introducción de Métodos Cuantitativos a la economía produciría un análisis más riguroso de los fenómenos sociales. William Petty fue influenciado, sobre todo, por el filósofo Francis Bacon, quien había propuesto el "método inductivo" para conocer la esencia de las cosas. La aritmética política de William Petty introducía las Matemáticas y las Estadísticas a los problemas que se buscaban analizar. Sin embargo, estaba pensada principalmente para reunir los elementos esenciales del problema práctico que buscaba resolver, más que para construir una descripción perfecta de la realidad. Uno de los objetos de análisis de William Petty fue el Dinero en la economía. Y aunque fue capaz de observar la relación entre cantidad de dinero y el nivel de actividad económica, no vio la relación entre cantidad de Dinero y Precios, que conforma la base de la Teoría Cuantitativa deldinero. Consciente de la importancia del Dinero, William Petty hizo una analogía propia de un médico. Señaló que el dinero es como la grasa en el cuerpo: si es excesiva, su cantidad impide la agilidad, pero sin embargo es necesario tener un grado de ésta porque embellece el cuerpo. Para William Petty, el Dinero permite "aceitar" la economía de un país. William Petty, además, fue un precursor del concepto de "velocidad de circulación del Dinero" que, algunos años más tarde, haría explícito Richard Cantillon para expresar la implicancia que tiene para una economía la rapidez con la que el Dinero cambia de mano. En
términos
generales,
las
conclusiones
de
éste
médico-economista
eran
extremadamente optimistas. Su optimismo muchas veces lo hizo caer en utopías, como cuando pretendió que era factible que Inglaterra se apoderara del Comercio universal de todo el mundo. Mirado retrospectivamente, el mayor logro de William Petty fue introducir un cambio decisivo en el método económico. Lo dramático fue que -como apunta un historiador
económico- lo admiraron muchos, pero lo siguieron pocos, y la gran mayoría lo olvidó en seguida. A partir del siglo XVI la Letra de Cambio adquirió protagonismo. Por la seguridad que brindaba y por su facilidad de transporte, ésta reemplazó a la Moneda en las grandes operaciones. La Actividad Financiera creció a tal punto que en las ferias internacionales se realizaban muchos negocios bancarios de préstamos con intereses.
Bernard Mandeville o Bernard de Mandeville
Fue
un filósofo, médico, economista político,
investigador
y satírico neerlandés. Aunque nació en los Países Bajos, vivió la mayor parte de su vida en Inglaterra y usó el inglés para la publicación de la mayoría de sus trabajos. Su obra más famosa es La fábula de las abejas. Nació en Róterdam, donde su padre practicaba la medicina. Al acabar los estudios en la Escuela Erasmiana de su ciudad natal mostró sus habilidades literarias en un primer texto titulado Oratio scholastica de medicina (1685). Estudió medicina y filosofía en la Universidad de Leiden , donde presentó una tesis , De brutorum operationibus (1689), en la que defendía la teoría cartesiana del mecanicismo en los animales, y en 1691 consiguió el doctorado; de esta misma época es su ensayo, De chylosi vitiata. En 1693 viajó a Inglaterra para aprender inglés, después de que ese mismo año su padre fuera desterrado de Róterdam por su participación en unos alborotos relacionados con los impuestos en Costerman. En Inglaterra trabajó como médico, profesión en la que llegó a ser muy respetado.Su especialidad era el tratamiento de enfermedades nerviosas y del estómago, y sobre ellas escribió un tratado (A Treatise of the hypochondriac and hysteric passions, 1711). Sus habilidades sociales le ganaron la amistad de Macclesfield, quien fuera ministro de Justicia entre 1710 y 1718, que le presentó a Joseph Addison, descrito por Mandeville como un "sacerdote en una peluca". Sus trabajos literarios tuvieron notable éxito. Habiéndose asentado algunos años más tarde en Inglaterra hasta su muerte (1733), se dedicó a la práctica de la psiquiatría en Londres, que supo conjugar con la investigación
de la naturaleza humana. Murió de una fuerte gripe el 21 de enero de 1733 en Hackney. Hay pocos retratos de Mandeville y muchos detalles de su vida son oscuros. El nombre Mandeville podría hacer pensar en un origen francés, pero sus antepasados habían vivido en los Países Bajos desde al menos el siglo XVI. No hay ninguna conexión conocida entre él y Juan de Mandeville.
La fábula de las abejas En 1705, Mandeville publicó un poema largo bajo el título de The Grumbling Hive, or Knaves Turn'd Honest (La colmena refunfuñona, o los bribones vueltos honrados), que en 1714 fue publicado de nuevo con un comentario en prosa (Remarks, "Comentarios") bajo el nuevo título Fable of the Bees: or, Private Vices, Publick Benefits (La fábula de las abejas: o, vicios privados, públicos beneficios) y un ensayo, An Enquiry into the Origin of Moral Virtue (Una pregunta en el origen de la virtud moral). En 1723 fue publicada otra edición que sumaba aún más textos: An Essay on Charity and Charity Schools (Un ensayo sobre la caridad y las escuelas de caridad) y A Search into the Nature of Society (Búsqueda en la naturaleza de la sociedad). De nuevo fue vigorosamente
combatido
por,
entre
otros,
el
obispo
y
filósofo George
Berkeley y William Law, y en 1729, cuando publicó una edición aún más extensa que exponía su visión económica, fue incluso objeto de una investigación judicial por su tendencia inmoral. El libro estaba escrito como una sátira política sobre el estado de Inglaterra en 1705, cuando los conservadores acusaban a John Churchill, duque de Marlborough, de defender la guerra por razones personales. La Fábula se reimprimió en 1729, apareció una novena edición en 1755 y cuenta con numerosas ediciones más recientes. El argumento de la obra desarrolla de forma satírica la tesis de la utilidad social del egoísmo. Según ella todas las leyes sociales resultan de la voluntad egoísta de los débiles de sostenerse mutuamente para protegerse de los más fuertes. Su tesis principal es que las acciones de los hombres no pueden ser separadas en acciones nobles y en acciones viles, y que los vicios privados contribuyen al bien público mientras que las acciones altruistas pueden en realidad destruirlo. Por ejemplo, en el dominio económico, afirma que un libertino vive con vicio, pero «su prodigalidad da trabajo a los sastres, servidores, perfumistas, cocineros y mujeres de mala vida, quienes a su vez dan trabajo
a panaderos, carpinteros, etcétera». Así pues, la rapacidad y la violencia del libertino benefician a la sociedad en general. Los vicios de los ciudadanos particulares son unos elementos necesarios al bienestar y a la grandeza de una sociedad. Inglaterra está corrompida pero es próspera aunque se lamente de su falta de virtud. Y un triunfo de la virtud costaría la vida a gran número de abejas. Hoy en día su teoría continúa fuerte: sostiene que una sociedad no puede tener al mismo tiempo moral y prosperidad y que el vicio, entendido como búsqueda del propio interés, es la condición indispensable de la prosperidad. Mandeville ha sido considerado un economista y un filósofo serio. Jean-Jacques Rousseau publicó en la primera parte de su Discours sur l'origine de l'inégalité parmi les hommes(Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, 1754) un comentario sobre esta obra e inspiró el pensamiento económico de Adam Smith y de Ayn Rand.
Richard Cantillon Fue un economista nacido probablemente el año 1680 en Irlanda y fallecido en 1734, autor del libro "Essai sur la Nature du Commerce en Général" (Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general), considerado por William Stanley Jevonscomo "la cuna de la Economía política Su vida intelectual se desarrolló durante el final de la vigencia de las ideas mercantilistas, pocos años antes del florecimiento de la fisiocracia. Su vida es bastante desconocida a pesar de que murió multimillonario, se conoce que nació en el condado de Kerry, en Irlanda, en el seno de una familia terrateniente. Su primo emigró a París y se convirtió en un próspero banquero. En 1714 se trasladó a París, trabajando como asistente de su primo. En dos años Cantillon se hizo con la propiedad del banco de su primo. Hizo una gran fortuna especulando con valores de John Law, concretamente veinte millones de libras, al ver antes que los demás que la burbuja iba a estallar en poco tiempo, posteriormente contrajo matrimonio con la hija de un general irlandés.
Su muerte fue trágica al ser asesinado el año 1734 por un cocinero, quien además incendió su casa para encubrir el crimen tras escapar con los objetos más valiosos. Su única obra conocida es el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, escrita en torno a 1730 y publicada en francés veinte años después de su muerte. Debido a la censura, este trabajo circuló manuscrito en círculos intelectuales. Se piensa que el Essai francés es una traducción de un original en inglés desaparecido. La obra se divide en tres partes: en la primera se tratan algunos temas generales como las agrupaciones humanas, los salarios, la teoría del valor y el uso de los metales preciosos como moneda. En la segunda se desarrolla una teoría monetaria. Y en la tercera se tratan los temas del comercio exterior y los intermediarios financieros. El ensayo de Cantillon es una obra injustamente olvidada, que posee méritos para ser un clásico de primer orden, siendo el primer tratado sobre economía completo y moderno, por lo que se le ha considerado por muchos como el padre de la economía política, frente a la opinión mayoritaria que consideran a Adam Smith el merecedor de este honor. Cantillon supo separar el análisis económico de consideraciones morales y políticas, frente a la economía moral escolástica y a la economía maquiavélica de los mercantilistas. Cantillon es también un precursor de una gran cantidad de ideas posteriores: reduce los costes de producción al factor tierra, siendo un precedente de los fisiócratas además es el verdadero creador del tableau économique; su teoría del valor tiene elementos clásicos, al ser una teoría del coste de producción; se aventura a calcular el coste de producción de una unidad trabajo como haría posteriormente Marx; tiene una teoría del empresario como la de Knight; su teoría monetaria es claramente keynesiana; etc. También tiene unas ideas mercantilistas muy refinadas cuando estudia que tipo de bienes interesa exportar e importar a un país, pero sin llegar a confundir nunca oro con riqueza. El Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general fue olvidado tras la publicación de La riqueza de las naciones a pesar de que Cantillon es el único autor citado en la obra de Smith. Cantillon fue víctima del culto a los economistas clásicos y en especial a Smith que hizo ver erróneamente que antes de 1776 no hubiese más economía que la de los mercantilistas y la de Quesnay. Por ello tuvo que ser redescubierta por Stanley Jevons en un pequeño ensayo publicado en 1881 y titulado Richard Cantillon y la nacionalidad de la economía política en el que defiende que la paternidad de la economía política pertenece al este autor. (Rothbard [1995] y Jevons [1881]).
Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general Richard Cantillon es conocido actualmente por su obra, el Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, en la que el autor realiza un análisis sobre la mayor parte de los elementos de la economía de su tiempo, en la que no solo existen elementos fisiócratas y mercantilistas, sino que adelanta percepciones de la Economía clásica e incluso de la escuela austriaca y del keynesianismo.
Teoría del valor A lo largo de la historia del pensamiento económico han convivido dos teorías del valor económico : la teoría subjetiva o utilitarista y la teoría objetiva o Teoría del valor como costo de producción. La teoría objetiva, originalmente propuesta por William Petty y desarrollada por Cantillon, fue generalmente aceptada por los clásicos, parte de la idea de que el valor nace de la suma de los costes de producción –tierra (o recursos naturales) y trabajo. Adam Smith adoptó esta postura al resultarle más fácil encontrar el origen del valor. (Benítez y Robles [1985]). No obstante que hay una serie de economistas, sobre todo austriacos, ven en el ensayo de Cantillon una teoría mixta, la teoría del valor de Cantillon es claramente una teoría objetiva.
Teoría de la oferta El coste de producción Cantillon considera, como Petty, que existen únicamente dos factores de producción, la tierra y el trabajo. El olvido del capital se justifica porque esta obra fue publicada en el siglo XVIII, cuando el capitalismo se encontraba en estado embrionario. William Petty había publicado lo siguiente en su libro Treatise of taxes and contributions: Todas las cosas deben evaluarse conforme a dos elementos naturales, a saber: la tierra y el trabajo; esto es, que un barco o una pieza indumentaria valen una cierta medida de tierra y otra cierta medida de trabajo, en cuanto que ambas cosas son producto de las tierras y del trabajo humano aplicado a ellas. En serio es muy vacano y da lugar a nuevas Economías. Si esto es verdad, tendremos la fortuna de encontrar una paridad natural entre la tierra y el trabajo, e igualmente podemos expresar el valor de cada uno de ellos por separado o mejor recíprocamente, y reducir uno a otro con la misma facilidad y exactitud que podemos reducir peniques a libras. Esta cuestión que Petty dejó sin resolver era para este autor la consideración más importante de la Aritmética Política. (Textos citados en Benítez y Robles [1985]). Pues bien, uno de los grandes méritos de Richard Cantillon fue encontrar una respuesta a esta cuestión. La teoría de Cantillon se basa en el siguiente razonamiento: el hombre necesita alimentos para vivir, se trata de un precedente del estudio del coste de producción de una unidad de factor trabajo de Karl Marx, la tierra es el único factor de producción y esto hace que los
terratenientes sean los únicos generadores de riqueza a pesar de ser mayoritariamente una clase ociosa. Como Cantillon repite constantemente a lo largo de su ensayo: todas las clases y todos los hombres de un Estado subsisten o se enriquecen a costa de los propietarios de tierras. Si existe mucha tierra habrá abundancia y en situación de abundancia los hombres se reproducen: Los hombres se multiplican como los ratones en una granja, si cuentan con medios ilimitados para subsistir. La justificación de que a más tierra más renta por trabajador no tiene nada que ver con los rendimientos decrecientes de la tierra de Malthus sino a través de un estudio relacionado con la mortalidad infantil. Pero el hecho de tener muchos hijos tiene el inconveniente de que el agricultor de este modo vivirá peor porque tendrá que trabajar para él y para sus hijos, con lo que tendrá que olvidarse de bienes de calidad como el vino o la carne. En realidad, nos encontramos con una especie de elección entre dos fines alternativos (hijos o bienes) con recursos escasos (tierra a disposición del agricultor), la elección óptima dependerá de factores culturales y tecnológicos. Así, los chinos tienen la obligación religiosa de tener cuantos hijos puedan mantener, prohibiéndose el lujo. El resultado de esto es que los chinos necesitan muy poca tierra para crear un trabajador. Los indios americanos, por el contrario, son un pueblo cazador y, debido a este motivo tecnológico, requieren mucha tierra para mantener a un hombre. Y, por último, hay otro elemento que influye en la cantidad de tierra necesaria para mantener a un trabajador: los gustos de los terratenientes tal como indica el nombre del capítulo decimoquinto: la multiplicación y el descenso en el número de habitantes de un Estado dependen principalmente de la voluntad, de los modos y maneras de vivir de los terratenientes, así, si a un terrateniente le gustan los caballos dejará un porción de tierra sin cultivar, como pasto, por lo que en ella no podrán sobrevivir tantos trabajadores como si se cultivase. Además, si un terrateniente compra bienes de lujo del extranjero tendrá que pagarlos con productos alimenticios impidiendo el sustento de muchos compatriotas y reduciendo así el número de trabajadores en un Estado, el siguiente párrafo es muy claro: Si las damas de París se complacen en llevar encajes de Bruselas, y Francia paga dichos encajes con vino de Champagne, hará falta pagar el producto de un solo acre, destinado al cultivo de lino, con el producto de más de 16,000 acres de viñedo (...) en este tipo de comercio se sustrae gran copia del producto de la tierra a la subsistencia de los franceses, y que todos los artículos enviados a países extranjeros, cuando en compensación no se reciben otros igualmente valiosos, tienden a disminuir el número de habitantes del Estado. En resumen, una vez determinado la cantidad de tierra necesaria para que un hombre pueda vivir sólo hay que dividir la tierra disponible entre esa cantidad y tendremos el volumen poblacional óptimo en ese lugar dadas las circunstancias tecnológicas y culturales del lugar. Por lo tanto, determinando la tierra disponible determinaremos el número de trabajadores y así la función de producción quedará simplificada a una función cuyo único factor productivo es la tierra. A pesar de todo Cantillon no aclara cual es exactamente la paridad entre tierra y trabajo, ya que dicha paridad depende de la productividad de la tierra, de la función de utilidad de los trabajadores y de los caprichos de los propietarios de tierras. Para ello se sirve de la moneda, así si un hombre gana una onza de plata, diariamente con su trabajo, y otro no gana más que media onza en el mismo lugar, se puede concluir que el primero tiene disponible el doble de producto de la tierra que el segundo. El coste de producción es igual al coste del trabajo y de la tierra empleados en la producción de una cosa –y simplificando podremos explicar el número de trabajadores en función de la cantidad de tierra-. Este coste de producción es lo que Cantillon denomina valor implícito. El margen empresarial Al valor implícito se le añade un margen derivado del uso que los empresarios hacen de los bienes. Estos empresarios son empresarios-riesgo que adquieren los bienes y los transportan a un lugar donde estimen que puedan venderlos a buen precio a través de un sistema de regateos, que Cantillon considera el menos malo posible. El margen dependerá
del juego de la oferta y la demanda. Se trata de un mundo incierto, muy distinto al estático mundo ricardiano y neoclásico de certeza absoluta. Por lo tanto, Cantillon considera que, desde el lado de la oferta, valor es igual a coste de producción (valor implícito) más un margen empresarial. En principio es una teoría objetiva en toda regla, sin embargo, Cantillon considera que en ocasiones el precio de mercado dista de este precio debido a motivos subjetivos relacionados con los caprichos individuales: Pero ocurre a menudo que muchas cosas, actualmente dotadas de un cierto valor intrínseco, no se venden en el mercado conforme a ese valor: ello depende del humor y la fantasía de los hombres y del consumo que de tales productos se hace, sin embargo la teoría de Cantillon es objetiva ya que da a estas variaciones una importancia marginal, la excepción que confirma la regla. Así, más adelante dice: Sin embargo, en las sociedades bien administradas, los precios de los artículos, y mercaderías en el mercado, cuyo consumo es bastante constante y uniforme, no difieren mucho del valor intrínseco.
Teoría de la demanda Una vez analizada la oferta debemos analizar la demanda para completar el análisis. Y, si bien el análisis de la oferta ha sido muy interesante no puede decirse lo mismo de la demanda, que carece de la imaginación del análisis anterior. Lo primero que hay que decir es que Cantillon otorga una preponderancia a la demanda sobre la oferta, son los productores los que se adaptan a las nuevas exigencias de los consumidores cambiando sus cultivos y produciendo cosas distintas. La demanda depende de dos factores, el primero de ellos es el número de consumidores y el segundo los gustos de los propietarios, así: Las fantasías, modos y maneras de vivir del príncipe, y en particular de los propietarios de las tierras se destinan en un Estado, y causan, en el mercado, las variaciones de los precios de todas las cosas. El motivo de esta importancia se deriva no sólo del importante peso relativo de este grupo (Cantillon estima que absorben un tercio de la producción de la tierra) sino también del efecto imitación, pues son los ciudadanos más admirados de un estado y el resto de las clases pudientes intentan consumir como ellos.
Política comercial Los fines últimos de la política comercial son para Cantillon incrementar el nivel de vida de los habitantes de un país e incrementar su número. Para ello se requiere que en la política de intercambios con el exterior el país tenga un superávit en la tierra que llevan incorporados los productos. Cantillon considera que los productores de un bien vendido al exterior viven a costa de los consumidores extranjeros, y es conveniente que el número de trabajadores nativos que viven a costa de los consumidores extranjeros sea mayor que el número de trabajadores extranjeros que viven a costa de los consumidores nacionales. Si Bruselas vende a París tejidos (bien intensivo en factor trabajo) por valor de cien mil onzas de plata, que ocupa a dos mil personas, quienes para vivir necesitan seis mil acres de tierra, entonces Francia está entregando a Brabante el equivalente a seis mil acres de tierra y sustento para dos mil habitantes, esta tierra de no haber esta compra sería utilizada en el mantenimiento de dos mil franceses, por lo que Francia saldría perjudicada de esta venta. Supongamos ahora que para compensar esta venta París envía a Bruselas otras cien mil onzas de plata en vino, equilibrando así la balanza comercial. En este caso la balanza comercial está equilibrada pero no así el número de trabajadores que viven a costa del extranjero, de sus tierras. Francia sale perjudicada de este intercambio porque, al ser el vino un bien intensivo en factor tierra y las telas un bien intensivo en trabajo, la cantidad de tierra que se quita del sustento de campesinos franceses para financiar la adquisición de telas es superior que la tierra que Francia se ahorra de utilizar en el caso de que hubiese que producir las telas en territorio francés. De este modo, un país pequeño como Brabante puede tener una gran población a pesar de tener tan pocas tierras, al tener un comercio favorable atrae a sí mismo vía
exportaciones una cantidad de tierra superior a la que da a los extranjeros vía importaciones, a pesar de que la balanza comercial está equilibrada. El consejo comercial de Cantillon es claro, fomentar las exportaciones de bienes intensivos en factor trabajo y las importaciones de bienes intensivos en factor tierra y frenar las opuestas. Se trata del único consejo mercantilista e intervencionista de Cantillon, quien a lo largo de toda la obra muestra una defensa de la libertad económica.
Teoría monetaria El ensayo de Cantillon es un texto muy completo, pues en él se tratan todos los temas económicos excepto la imposición. En el presente apartado me voy a referir a la teoría monetaria de Cantillon, y, al igual que hice con la teoría del valor voy a dividir este tema en varios apartados.
El valor del dinero En lo que respecta a este apartado, podemos definir a Cantillon como un metalista teórico, al considerar que el valor de una cierta cantidad de oro o plata vale, como todos los bienes del mercado, lo mismo que la tierra y el trabajo empleados en su consecución más un margen empresarial. Cantillon, autor del siglo XVIII, identifica dinero con metales preciosos y, aunque desarrolla toda una teoría sobre el dinero de papel no estima la posibilidad de un patrón fiduciario.
La teoría cuantitativa La velocidad de circulación del dinero De entre los logros que debemos atribuir a Richard Cantillon, uno de los mayores ha sido la creación del término “velocidad de circulación del dinero”. Al analizar la cantidad necesaria de dinero para que un país funcione adecuadamente, Cantillon razona que, puesto que la mitad del producto de la tierra se transfiere o intercambia monetariamente será preciso una cantidad de dinero que valga 2/3 del producto anual de la tierra, para que los intercambios se realicen cómodamente, sin embargo si suponemos que estos intercambios se realizan seis veces al año será necesario únicamente una cantidad de moneda igual a 1/9 del valor del producto anual de la tierra. En este razonamiento, Cantillon se da cuenta que una variación en la frecuencia de los pagos –la velocidad de circulación del dinero- tiene el mismo efecto que una variación en la cantidad de dinero en circulación: cinco mil onzas, pagadas dos veces, producirán el mismo efecto que diez mil onzas, pagadas una sola vez. Una vez descubierto el concepto de velocidad de circulación del dinero, Cantillon examina de qué forma varía dicha velocidad. Frente a cuantitativistas posteriores que consideraron que es fija o, al menos estable, en el corto plazo, Cantillon analiza distintos hechos que hacen que varíe. Por ejemplo la existencia de fondos ociosos que puede variar según el ánimo más osado o medroso del ahorrador y según los riesgos. E incluso la misma cantidad de dinero en circulación: Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida. La relación entre el dinero y la producción[editar] Una vez establecida la existencia de una velocidad de circulación del dinero, y junto con el convencimiento de que la llegada de metal americano hizo subir los precios, el completar la ecuación de Briscoe M=P·T con una V, dando lugar a la teoría de Fisher M·V=P·T era cosa sencilla y, si bien no llegó a explicitar esta ecuación, sí llegó a intuir su funcionamiento, como pone de relieve su análisis monetario. En este sentido, Cantillon no es un cuantitativista ortodoxo ya que postula que un incremento en la cantidad de dinero en circulación provoca importantes efectos reales, el dinero para Cantillon no es en absoluto neutral. Según Cantillon el oro puede entrar en un país a través de distintos medios:
Descubrimiento de nuevas minas. Balanza comercial con superávit. Transferencias del exterior. Préstamos de extranjeros al Estado o a particulares. Uso de la violencia.
Los efectos de cada uno de ellos son ligeramente distintos, aunque resumidamente consistirían en todos casos en un enriquecimiento de los perceptores de ese nuevo oro, quienes aumentarán su consumo dando ocupación a nuevos trabajadores que les subministrarán bienes y servicios, los cuales también se enriquecerán. Nótese que en este razonamiento hay un clarísimo precedente keynesiano, al considerar que existen fuerzas productivas no empleadas que se pondrán en marcha al incrementarse la demanda de un modo artificial. Además, el multiplicador keynesiano también está presente en la forma en que la demanda de consumo se expande a medida que los perceptores del nuevo oro consumen. Como vemos, a corto plazo hay una elevación de la actividad y también cambios relativos en su composición, puesto que la composición del nuevo consumo no tiene porque ser igual a la del viejo. No obstante, también habrá perjudicados. Al crecer la demanda crecerán los precios y aquellos que no han recibido una parte de ese nuevo oro se empobrecerán, sobre todo aquellos que tengan rentas o salarios fijos. Estos verán reducido su consumo provocando emigración. La existencia de nuevos ricos incrementará el consumo de bienes de lujo nacionales o exportados, haciendo que la tierra se destine a usos fútiles en vez de a sostener a más trabajadores, provocando un debilitamiento del país. Y, por último, el encarecimiento de los productos del país los volverá menos atractivos con respecto a los del exterior arruinando a aquellos que trabajen con los bienes más susceptibles de competir con el exterior. Esto ocasionará una salida del dinero del país. Resumiendo, los efectos de una entrada de dinero son los siguientes:
Aumento inicial del consumo y la actividad. Enriquecimiento de los receptores del oro y de aquellos que produzcan los bienes que demanden estos. Cambio en la composición del consumo nacional. Alza de precios, diferente para cada producto. Empobrecimiento de los receptores de rentas y salarios fijos y de aquellos que produzcan los bienes que demanden estos. Aumento del lujo. Reducción de la población. Empeoramiento de la balanza comercial.
Para el soberano, mientras el país continúe teniendo mucho oro esto será positivo, pues el poder de un imperio se mide por la cantidad de oro que posea. Sin embargo, pronto vendrá el declive, por ello, Cantillon recomienda que el soberano retire dinero de la circulación para imprevistos antes de que el lujo corroa a la nación. Respecto a la teoría monetaria de Cantillon, Hayek aseguró que la teoría monetaria de Cantillon constituye indudablemente el mayor logro de Cantillon. Por lo menos en este campo, Cantillon fue sin duda la más grande de las figuras pre-clásicas, y en muchos sentidos los autores clásicos no sólo no pudieron superarle sino que ni siquiera le igualaron. (Citado en Rothbard [1985]). Es evidente que el análisis de Cantillon es mucho más complejo y real que un análisis que suponga que ante un incremento de dinero en circulación todos los precios subirán proporcionalmente lo mismo, sin ningún tipo de efecto real.
El papel de los intermediario financieros Cantillon conocía bien el mundo financiero, no en vano había regido de una forma exitosa un banco en París, por ello sabía perfectamente qué papel desempeñaban los intermediarios financieros en su época. El primer papel consiste en guardar los ahorros de los ahorradores, quienes todavía no van a disponer de estos fondos para consumir, la economía de Cantillon es consumista, la gente consume todo aquello que gana y el ahorro sólo se origina por un problema de desfase temporal entre renta y consumo. También los agricultores entregan dinero a los bancos como un desfase entre renta percibida y obligación de pago a los propietarios. A cambio de estos ahorros, en metales, el banquero emite billetes con interés. Sin embargo, la emisión de billetes no es igual a la cantidad de metal guardado por el banquero sino superior, ya que el banquero sabe que no todos los pagarés a la vista van a ser liquidados al mismo tiempo, por lo que puede emitir más créditos que pagarés. Todo ello contribuye a incrementar la velocidad de circulación del dinero. La otra gran función de los banqueros es abaratar los costes de transporte a través de letras de cambio, que permiten sustituir el transporte de oro muy costoso, por el transporte de letras, más barato; si un individuo debe transportar oro de un lugar a otro lo que puede hacer para abaratar los costes de transporte es entregar el oro a un banquero en el lugar de origen en contraprestación de una letra de cambio que obligue a devolver el oro menos una comisión en la sucursal del banco del lugar de destino.
El Tableau économique Uno de los análisis más interesantes sobre la circulación de bienes de la época es el tableau économique. Cuando hablamos de tableau économique por lo general nos solemos referir al análisis que hizo François Quesnay aunque antes que a él debemos referirnos a otros autores precursores: Boisguillebert y (como no) Richard Cantillon. El gran mérito del tableau économique consiste en expresar de un modo sencillo como se efectúa la circulación de bienes a través de la economía, mostrándonos un mundo donde todos los sectores se relacionan entre sí. Se trata claramente de un precedente de la moderna macroeconomía al analizar los equilibrios de las variables agregadas. Cantillon es un iniciador del tableau de Quesnay. Realmente, tal como dijo Schumpeter, si se prescinde de la forma gráfica del tableau de Quesnay, no es otra cosa que un desarrollo más detallado del esquema de Cantillon (citado en Fernández López y Pascuzzo [1999]). En el modelo de Cantillon existen tres grupos sociales básicos: los campesinos, los artesanos y los propietarios. El tableau consiste en las transacciones y transferencias que realizan esos grupos. Si en el tableau de Quesnay la clase ociosa se califica como parasitaria por consumir parte de la riqueza sin contribuir a la generación de ésta, en el tableau de Cantillon se parte del principio que ya hemos desarrollado de que el único factor de producción es la tierra, por lo que el grupo que genera riqueza es el grupo de los terratenientes, como Cantillon repite machaconamente todos los estamentos y habitantes de un estado subsisten a expensas de los propietarios de las tierras. La demanda viene determinada por las decisiones de los terratenientes debido a que poseen una gran parte de la rente generada y a que el resto de las clases por lo general suelen imitar a éstos en su modo de gastar, así existen algunos colonos, maestros artesanos u otros empresarios acomodados que varían en sus gastos y consumo; y éstos toman siempre por modelo a los señores y propietarios de las tierras. Los imitan en su vestido, en su cocina y en su modo de vivir. Los terratenientes son también los únicos que comercian con el exterior. Respecto del uso que se da a la renta, los colonos destinan parte de su renta (1/3) a pagar rentas a los terratenientes, otra parte (1/3) para el mantenimiento de la granja y de su familia, de la cual gasta la mitad en materias primas de la ciudad (es decir, un sexto del producto total) y otra (1/3) como beneficio, de la cual la mitad destina al consumo de alimentos y la otra mitad al consumo de bienes de las ciudades (es decir, un sexto de producto total).
El terrateniente utiliza de ese tercio o dos sextos que recibe como renta agrícola la mitad para el consumo de alimentos (es decir, un sexto de producto total) y la otra mitad para el consumo de bienes de las ciudades (es decir, otro sexto de producto total). Con lo que la ciudad recibe del producto de la tierra 1/6 (materias primas) + 1/6 (consumo de los agricultores) + 1/6 (consumo de los terratenientes) = 1/2. La mitad del producto de la tierra va a parar al campo (granjeros y terratenientes) y la otra mitad a la ciudad (artesanos). Los artesanos, como hemos dicho, reciben la mitad de la renta total y dicha renta se destina dos tercios para su consumo de alimentos y un tercio para producir materias primas. De un modo simplificado, podríamos representar gráficamente el tableau économique de Cantillon de la siguiente manera (las flechas indican flujos monetarios): La conclusión final que se extrae del tableau économiquede Cantillon es, al igual que en el de Quesnay, que el mercado se autorregula y se equilibra sin necesidad de influencias externas por parte del Estado. De esto podríamos concluir, aunque Cantillon no lo llega a decir, que laissez faire, laissez passer.
Conclusión Hay que reiterar, una vez más, la importancia de Cantillon en el análisis económico, pues escribió una obra muy completa y de gran calidad de la economía de su tiempo. En su contra debemos decir que su ensayo envejeció mal, especialmente en lo referido a la preponderancia del factor tierra que observamos a lo largo de sus páginas. Es evidente que hoy las cosas no son así, especialmente desafortunada es su afirmación de que los hombres se multiplican como los ratones en una granja, si cuentan con medios ilimitados para subsistir mostrando una explicación biológica de la natalidad, hoy sabemos que los factores sociales y, especialmente el rol de la mujer explican mucho mejor el fenómeno de la natalidad, aunque esta crítica es extensible a los clásicos, especialmente a Malthus. Otro ataque que se podría hacer a la figura de Cantillon es que, muy bien, Cantillon tuvo unas grandes ideas pero la importancia de un economista se mide por su trascendencia, existen economistas muy controvertidos como Marx, Keynes o Milton Friedman que a pesar de ser muy atacados ni siquiera sus críticos se atreven a negarles la enorme importancia que tuvieron ya que sus ideas cambiaron el mundo fuesen buenas o malas. Para Cantillon la crítica sería: es justo su olvido y la omnipresencia de los clásicos puesto que éstos cambiaron el mundo mientras que Cantillon se limitó a describirlo. Para rebatir este argumento hay que decir que Cantillon sí contribuyó a cambiar el mundo, puesto que fue uno de los maestros de Smith, es el único autor casi contemporáneo citado en la Riqueza de las naciones y su obra influyó notablemente en la del escocés. En cualquier caso, el hecho de transformar en mayor o menor medida el mundo no debería ser uno de los criterios fundamentales para juzgar a un economista, pues esto llevaría a olvidar a Schumpeter, Malthus, Lionel Robbins y otros muchos cuya obra apenas supuso un cambio en la vida del ciudadano de a pie. Por todo ello es necesario insistir en lo injusto del olvido del autor irlandés, especialmente tras el redescubrimiento de Jevons en 1881, cuando ya se sabía que antes de que apareciesen los clásicos había autores superiores a los mercantilistas y a Quesnay como el propio Cantillon, Boisguilbert, Hume, Locke, Turgot o Galiani. Como señala irónicamente Rothbard (1995), parece como si la ciencia económica surgió de golpe de la cabeza de un único Gran Hombre, como se suponía que había surgido Atenea de la frente de Zeus, crecida y armada.
David Hume
Fue un filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés, constituye una de las figuras más importantes de la filosofía occidental y de la Ilustración escocesa. Hume afirma que todo conocimiento deriva, en última instancia, de la experiencia sensible. Hume estuvo fuertemente influido por los empiristas John Locke y George Berkeley, así como por varios escritores franceses como Pierre Bayle, y algunas figuras del panorama intelectual anglófono como Isaac Newton, Samuel Clarke, Francis Hutcheson y Joseph Butler. Los historiadores consideran que la filosofía de Hume no es válida como una profundización en el escepticismo, aunque esta visión ha sido discutida argumentando el naturalismo tiene
que un
peso
comparable en su pensamiento. El estudio de Hume ha oscilado entre los que enfatizan la vertiente escéptica de Hume (como es el caso del positivismo lógico), y los que, en cambio, consideran más importante la vertiente naturalista (como Don Gartner, Norman Kemp Smith, Kerry Skinner, Barry Stroud y Galen Strawson).
Sus obras principales son: Tratado de la naturaleza humana (1739) e Investigación sobre el entendimiento humano (1748).
Se puede dividir la vida de Hume en tres periodos. Aunque este género de división puede parecer algo arbitrario, es un medio mnemotécnico útil y pertinente si se apoya sobre su producción literaria y la vida misma que la provoca:
Un periodo de estudios y de primeros trabajos que se extiende hasta 1740. Un periodo activo de viajes y de resultados, de 1740 a 1769. Un periodo de retraimiento de 1769 a 1776.
Aunque el pensamiento de Hume permaneció bastante homogéneo durante toda su vida la manera según la cual éste lo desarrolló estuvo lejos de ser siempre la misma. Así, el primer periodo es el de la redacción del Tratado de la naturaleza humana, libro-faro en que su pensamiento se encuentra ya casi enteramente concentrado; en el segundo los ensayos y
los libros se suceden, pero por la ruta y objetivos fijados en el Tratado en numerosos temas; ya en el tercero Hume se consagra más a la relectura y mejora de los escritos precedentes y a la redacción de libros póstumos como los Diálogos sobre la religión natural. Nacido en Edimburgo de una familia perteneciente a la pequeña nobleza de la frontera con Inglaterra, David Hume fue el más pequeño entre tres hermanos. Su padre, abogado, falleció en 1714 cuando David era aún pequeño. Su madre se fue entonces a vivir a Ninewells y crio a sus hijos con su cuñado. En 1722 entró en el Colegio de Edimburgo, donde tuvo por profesores a discípulos de Newton y leyó a los poetas latinos y a los escritores ingleses. Su familia lo destinaba a hacer la carrera de Derecho. Sin embargo, en 1734 atravesó un periodo de crisis que evoca en una carta a John Arbuthnot.3 Le atacaba una «insuperable aversión hacia toda cosa, salvo los estudios de filosofía y el saber en general». Rehusando ser abogado, sufrió una crisis de exaltación y marchó a Bristol para intentar ganarse la vida con el comercio antes de decidirse a viajar a Francia y permanecer allí casi tres años, quedándose primero en Reims y luego en La Flèche (actual Sarthe) entre 1735 et 1737. Fue allí, ya con 26 años, cuando acabó de redactar su Tratado de la naturaleza humana. De vuelta a Londres en 1737, publica los dos primeros libros de esta obra en enero de 1739 de forma anónima. Y fue un fracaso de público. En su Autobiografía dirá de este primer trabajo que «nació muerto a causa de la prensa».4 En realidad le hicieron varias reseñas, aunque ninguna comprendió las tesis de Hume ni la amplitud de sus propósitos.5 Después el filósofo daría una gran importancia a ser comprendido por su público y reformularía el Tratado; también las siguientes investigaciones que practicó en otros libros y ensayos tuvieron el propósito de aclarar sus ideas. Hume rehusó que el Tratado formara parte de sus Obras completas, pero esta renuncia no impidió que este libro sea hoy una de las obras más importantes de toda la filosofía occidental. Tras el fracaso del Tratado, Hume volvió con su familia a Escocia en 1739; conoció a Henry Home y comenzó una relación epistolar con Francis Hutcheson. Publicó en 1740 un Resumen del Tratado de la naturaleza humana y luego, en otoño, se animó a publicar también el libro III del Tratado así como un Apéndice. En ese mismo año conoció también al famoso economista Adam Smith, en quien tanto habían de calar sus ideas. Publicó la primera parte de sus Ensayos morales y políticos (compuesto de 15 textos) en 1741 en Edimburgo y la obra fue un éxito, siendo objeto de una segunda edición en 1742 aumentada con 12 textos nuevos. En 1744 su candidatura a la cátedra de moral y filosofía pneumática de la Universidad de Edimburgo fue rechazada a causa de los enemigos que su pensamiento radical le había granjeado. Sobre todo fue por el presunto ateísmo que contendrían las tesis del Tratado. El filósofo respondió con una Carta de un caballero a su amigo de Edimburgo en la que se niega a sí mismo cualquier rechazo de la idea de Dios. Ese mismo año devino preceptor del marqués de Annandale, cuya salud se degradaba poco a poco; en 1746 se convirtió en secretario del general Saint-Clair y viajó a Viena y a Turín. Publicó entonces sus Investigaciones sobre el entendimiento humano (más tarde bautizadas Encuesta sobre el entendimiento humano), sin suscitar apenas interés. Volvió a Escocia en 1749; escribió sus Discursos políticos y sus Investigaciones sobre los principios de la moral (más tarde rebautizados Encuesta sobre los principios de la moral). Este último rehacía parcialmente y reformulaba ciertos puntos ya abordados en el Tratado de la naturaleza humana. Su reputación de filósofo comenzaba entonces a expandirse. En 1751 volvió a Edimburgo y publicó en 1752 sus Discursos políticos, que fueron bien acogidos. Sin embargo, la acogida londinense de sus Investigaciones sobre los principios de la moral se hizo en el seno de una cierta indiferencia. En 1752 tomó el oficio de bibliotecario del cuerpo de abogados de Edimburgo. Esta situación le inspiró el proyecto de una Historia de Inglaterra. El primer volumen, consagrado a los Estuardo, fue sin embargo viva y unánimemente criticado. En 1757 publicó en Londres su Historia natural de la religión. El segundo volumen de su Historia de Inglaterra salió en 1756, consagrado al periodo allende la muerte de Carlos I de Inglaterra hasta la revolución; luego en 1759, el consagrado a los Tudor. La serie concluyó en 1761 con los dos últimos
volúmenes, encontrando en conjunto un éxito limitado. Se retiró entonces al campo, soñando con un retiro apacible. Aceptó sin embargo un puesto de secretario en la Embajada de Francia que le propuso en 1763 el Conde de Hertford y lo condujo a París. En 1767, se convirtió en encargado de negocios. Por entonces frecuentó a los philosophes de la Ilustración francesa y el salón de Madame d'Épinay (1726-1783), a quien le pareció un hombre eminente pero soso y sin conversación, al menos con las damas.6 Abandonó esta función en 1766 para ser nombrado subsecretario de Estado en Londres. Volvió a Inglaterra en compañía de Jean-Jacques Rousseau, a quien admiraba pero con quien convivió difícilmente a causa de su paranoia: estos desencuentros fueron seguidos por toda la Europa ilustrada.7 Hume volvió a Edimburgo en 1769. A partir de 1775, comienza a sentir los efectos de un tumor intestinal que lo llevó a la muerte un año más tarde a la edad de sesenta y cinco años. Hume escribió una corta noticia autobiográfica poco antes de su deceso (My own life). Esforzándose por guardar un tono objetivo, describe en especial cómo incrementó progresivamente su patrimonio y pasó de una relativa pobreza a una cierta opulencia. Termina con un análisis de su carácter: «Dulce, dueño de sí mismo, de un humor alegre y social, capaz de amistad pero muy poco inclinado al odio, y harto moderado en todas mis pasiones.»
Primeras obras En 1734, tras unos meses en Bristol, dejó el estudio autodidacta y se trasladó a La Flèche (Anjou, Francia). Durante los cuatro años que permaneció allí, diseñó su plan de vida, como escribiría en De mi propia vida (1776), decidiendo «hacer que una estricta frugalidad supla mi falta de fortuna, para mantener mi independencia intacta, y para considerar todas las cosas prescindibles excepto la mejoría de mi talento para la literatura». En La Flèche completó el Tratado de la naturaleza humana (1739) a la edad de veintiséis años. Aunque hoy en día se considera al Tratado el trabajo más importante de Hume y uno de los libros más relevantes de la historia de la filosofía, el público británico le dispensó una fría acogida. El mismo Hume describió la falta de reacción popular ante la publicación de su Tratado en 1739–40 al escribir del libro que «Nació muerto desde la imprenta, sin ni siquiera alcanzar la distinción necesaria para levantar un murmullo entre los fanáticos. Pero, siendo de temperamento alegre y optimista, me recuperé pronto de la decepción y proseguí con ardor mis estudios». Entonces escribiría un resumen de un libro publicado recientemente titulado Tratado de la naturaleza humana, donde el argumento central del libro se ilustra y explica. Sin revelar su autoría, intentó hacer su trabajo más inteligible acortándolo, pero incluso esta labor publicitaria erró en su propósito de despertar el interés en el Tratado. Tras la publicación de Ensayos de moral y política en 1744 solicitó una cátedra de ética y pneumática (psicología) en la Universidad de Edimburgo, pero fue rechazado. Durante la Rebelión Jacobita de 1745 fue tutor del Marqués de Annandale. Fue entonces cuando comenzó su gran trabajo histórico, la Historia de Inglaterra, obra publicada en seis volúmenes entre 1754 y 1762 que alcanzaría un éxito considerable, a diferencia de lo que ocurrió con el Tratado. Hume fue acusado de herejía, pero sus amigos le defendieron alegando que al ser ateo estaba fuera de la jurisdicción de la Iglesia de Escocia. A pesar de resultar absuelto y posiblemente debido a la oposición de Thomas Reid de Aberdeen, que durante ese año criticó su metafísica desde el cristianismo, le fue denegada la cátedra de filosofía en la Universidad de Glasgow. En 1752, como relata en De mi propia vida, «La facultad de derecho me eligió como bibliotecario, un empleo por el que recibía escasos o nulos emolumentos, pero que puso bajo mi mando una gran biblioteca». Esta biblioteca le proporcionó las fuentes que le permitieron continuar con las investigaciones históricas necesarias para la escritura de su Historia de Inglaterra.
Tras una breve tentativa de iniciarse en el comercio, decidió dedicarse al estudio. En 1734 marchó a Francia, donde pasó tres años, la mayor parte de ellos en La Flèche, dedicado a la redacción de su primera obra, Tratado de la naturaleza humana, que completó tras su regreso a Londres y se empezó a publicar en 1739. El tratado no despertó ningún interés, y Hume se retiró a la casa familiar en Ninewells. La favorable acogida que obtuvo la publicación en Edimburgo de la primera parte de sus Ensayos morales y políticos en 1742, le hizo olvidar su primer fracaso. Trabajó como preceptor del marqués de Annandale (17451746) y luego como secretario del general St. Clair (1746-1748), a quien acompañó en misión diplomática a Viena y Turín. Nombrado bibliotecario del Colegio de Abogados de Edimburgo, emprendió la redacción de una historia de Inglaterra, que publicó desde 1754 hasta 1762 en varias entregas, algunas bastante mal recibidas por la burguesía liberal. En 1763 aceptó la invitación de lord Hertford de incorporarse a la embajada en París, ciudad donde residió hasta 1766 y en la que se relacionó con los enciclopedistas. En 1769 regresó definitivamente a Edimburgo con el propósito de disfrutar de la fortuna que le habían proporcionado tanto sus cargos como, finalmente, sus obras. Se ha considerado a Hume como uno de los máximos representantes del llamado empirismo inglés; su análisis crítico del conocimiento, que ejerció sobre Kant una decisiva y reconocida influencia, insistió en la importancia de investigar el origen de las ideas, que él entendía como copias o imágenes de las impresiones (sensaciones, pasiones, emociones). Hume concibió el razonamiento como la actividad de descubrir relaciones entre ideas, que podían ser de dos tipos: las existentes entre hechos (objeto del razonamiento probable, fundado en la experiencia) y relaciones entre ideas (objeto del razonamiento demostrativo, basado en el principio de no contradicción). Estimando imposible cualquier otra forma de razonamiento, lo que suponía rechazar como falsas las proposiciones de la metafísica o la teología, sometió a crítica toda clase de ideas, y refutó en especial las de sustancia, existencia y relación causal. Respecto de esta última, sin negar la posibilidad de que exista una causalidad real, afirmó que era imposible conocerla: el origen de la idea de causa hay que buscarlo, por tanto, en el hábito psicológico de percibir determinadas sensaciones de forma simultánea o sucesiva, sin que dicha idea encierre ninguna necesidad lógica o racional.
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