La concepción del autismo ha cambiado significativamente en el transcurso de los últimos años gracias al avance en su investigación. La última versión de la clasificación internacional de trastornos mentales más importantes, el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders-5 (DSM-5), reconoce estos progresos e incluye el autismo dentro de los trastornos del neurodesarrollo, alejándose de la antigua conceptualización de Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD). En cambio, la otra clasificación internacional de los trastornos mentales, el International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems-10 (ICE10), mantiene la antigua clasificación.
Los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de trastornos que tienen su origen en el periodo de gestación. Se caracterizan por deficiencias en el desarrollo que producen limitaciones en áreas específicas o limitaciones globales a nivel personal, social, académico, laboral, etc.
Además, el autismo pasa a denominarse Trastornos del Espectro Autista (TEA), ya que reconoce la sintomatología autista común a todos los individuos en un amplio abanico de fenotipos. Es por este motivo que desaparecen los subtipos de autismo (Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, Trastorno desintegrativo de la infancia, Trastorno generalizado del desarrollo no especificado).
En
esta
clasificación,
se
considera
que
las
características
fundamentales del autismo son: un desarrollo de la interacción social y de la comunicación, claramente anormales o deficitarios, y un repertorio muy restringido de actividades e intereses.
A continuación se presentan los criterios diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista (TEA) según el DSM-5 (APA, 2013).
A)
Deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social en diversos contextos, manifestados por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes A.1
Deficiencias en la reciprocidad socioemocional; por ejemplo:
- Acercamiento social anormal, - Fracaso en la conversación normal en ambos sentidos, - Disminución en intereses, emociones o afectos compartidos, - Fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales. A.2
Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales
utilizadas en la interacción social; por ejemplo: - Comunicación verbal y no verbal poco integrada, - Anormalidad en el contacto visual y del lenguaje corporal, - Deficiencias en la comprensión y el uso de gestos, - Falta total de expresión facial y de comunicación no verbal. A.3
Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de
relaciones; por ejemplo: - Dificultad para ajustar el comportamiento a diversos contextos sociales, - Dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos, - Ausencia de interés por las otras personas.
B
Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o
actividades que se manifiestan en dos o más de los siguientes puntos, actualmente o por los antecedentes (los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos)
B.1
Movimientos, uso de objetos o habla estereotipada o repetitiva;
por ejemplo: - Estereotipias motrices simples, - Alineación de juguetes, - Cambio de lugar de los objetos, - Ecolalia, - Frases idiosincráticas B.2
Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad a rutinas, o
patrones ritualizados de comportamiento verbal y no verbal; por ejemplo. - Elevada angustia ante pequeños cambios, - Dificultades con las transiciones, - Patrones de pensamiento rígidos, - Rituales de saludo, - Necesidad de seguir siempre la misma ruta o de comer los mismos alimentos cada día.
B.3
Intereses muy restrictivos y fijos que son anormales en cuanto a
su intensidad y focos de interés se refiere; por ejemplo: - Fuerte vínculo o elevada preocupación hacia objetos inusuales, - Intereses excesivamente circunscritos y perseverantes.
B.4 Híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales o interés inusual por los aspectos sensoriales del entorno; por ejemplo: - Aparente indiferencia al dolor/temperatura, - Respuesta adversa a sonidos y texturas específicas, - Oler o tocar excesivamente objetos, - Fascinación visual con luces o movimientos
B
Los síntomas tienen que manifestarse en el periodo de desarrollo temprano. No obstante, pueden no revelarse totalmente hasta que las demandas sociales sobrepasen sus limitadas capacidades. Estos síntomas
pueden
encontrarse
enmascarados
por
estrategias
aprendidas en fases posteriores de la vida.
C
Los síntomas causan deterioro clínico significativo en el área social, laboral o en otras importantes para el funcionamiento habitual.
D
Las alteraciones no se explican mejor por una discapacidad intelectual o por un retraso global del desarrollo.
Causas Las causas que provocan los TEA aún están por dilucidar, no se trata de una causa biológica única, sino que hay que considerar una etiología multifactorial, es decir, una combinación de posibles factores genéticos, neurológicos, inmunológicos, perinatales, neuroanatómicos y bioquímicos determinantes de su patogénesis.
Diagnóstico La detección precoz de los TEA es de gran importancia ya que está demostrado que una intervención y tratamientos tempranos van a repercutir muy positivamente en la evolución de las personas atendidas y en sus familias. Para conseguir esto, los/las profesionales que están en contacto con los/las niños/as (pediatras, educadores/as…) tienen que estar muy sensibilizados/as y disponer de la información adecuada para poder detectar cualquier señal de alarma. Los signos detectados inicialmente no nos indican que después se desarrollará un funcionamiento autista, pero es importante detectarlos para comenzar una atención adecuada. El diagnóstico de autismo es muy complejo de llevar a cabo, ya que es un trastorno sin marcadores físicos ni neurológicos específicos, además de ser un síndrome con tantas diferencias individuales que no existe un patrón típico de evolución clínica.
Normalmente cuando el/la pediatra o el/la educador/a detectan el problema, derivan a los familiares a un/a neuropediatra que se encargará de realizar pruebas diagnósticas además de solicitar un informe específico de un equipo de valoración y diagnóstico. Este equipo será el encargado de llevar a cabo posteriormente una intervención multidisciplinar que incluirá al niño/a, a la familia y al entorno.
Intervención y tratamiento Una intervención precoz es la mejor esperanza de futuro de las personas con TEA, una atención temprana orientada a mejorar los síntomas esenciales del comportamiento autista les proporcionará, y también a su familia, múltiples e importantes beneficios. Un buen programa de intervención precoz tendrá ventajas como: Ofrecerá la terapia necesaria para potenciar sus puntos fuertes, enseñándole nuevas habilidades, mejorando sus comportamientos y remediando las áreas de debilidad. Proporcionará información a las familias, permitiéndoles comprender mejor el comportamiento y las necesidades de las personas con TEA. Ofrecerá recursos, apoyos y formación para trabajar y jugar. Mejorará el rendimiento global. Por estas razones, el programa de intervención se deberá implantar lo antes posible después del diagnostico. Como consecuencia de las diversas características individuales, niveles de funcionamiento, discapacidades asociadas, y diferentes posibilidades de los entornos, la planificación del tratamiento debe ser individualizada. El plan de apoyo debe tener en cuenta tanto las necesidades humanas genéricas, como las necesidades especiales causadas por el trastorno. Para que las personas con TEA puedan desarrollar una vida lo más normalizada posible, será necesario desenvolver programas educativos estructurados y adaptados a las necesidades de cada individuo. También será importante para el desarrollo general, participar de la forma lo más activa posible de los recursos comunitarios para poder construir sus propias experiencias. El tratamiento de las personas con TEA debe ser multidisciplinar, incluyendo los enfoques y objetivos de todas las personas implicadas: familias, educadores, médicos, etc. Es fundamental que exista una comunicación permanente y fluida entre los/as responsables de las acciones médicas y de los programas educativos y psicológicos, para garantizar en todo momento una intervención óptima. Los
familiares también deben estar bien informados a fin de que puedan tomar decisiones que nunca resulten prejudiciales para la salud de sus hijos/as. 6 tips para ayudar a que los estudiantes con autismo florezcan en las salas de clases: 1. Evita la sobrecarga sensorial Muchas cosas inesperadas pueden estar distrayendo a los estudiantes con autismo. Luces fluorescentes, olores y ruidos pueden dificultarles la concentración. Usar colores fríos y calmos en la sala de clases pueden ayudar a crear una atmósfera más relajante. Evita cubrir las murallas con muchos afiches u otros elementos que puedan distraer la mirada. Algunos estudiantes pueden verse beneficiados al contar con un espacio especial en el que puedan pasar tiempo lejos de cualquier posible distracción. . 2. Usa apoyos visuales Incluso los individuos con autismo que pueden leer se benefician del uso de apoyos visuales. Los materiales visuales pueden permitirles recordar las reglas de la sala de clases, dónde se ubican los materiales de uso de los alumnos. Usar fotos e imágenes pueden significar más para estos estudiantes que una larga explicación. . 3. Sé predecible Tener previsibilidad en la sala de clases disminuye la ansiedad de los niños y jóvenes con autismo y los ayuda a evitar las distracciones. Los estudiantes están menos inquietos acerca de lo podría ocurrir, y así pueden concentrarse mejor en el trabajo que están desarrollando en el momento. Dar a los estudiantes un calendario o programación que pueden ir siguiendo. Si es que llegan a ocurrir cambios no previstos, se puede aprovechar como momento educativo para modelar cómo manejar apropiadamente los cambios. . 4. Mantén el lenguaje concreto ¿Viste la serie “El mundo de Bobby” durante los ’90? Si lo viste puedes recordar que cuando Bobby escuchaba a los adultos usando lenguaje figurativo, se ponía a soñar despierto en locos escenarios y situaciones sobre lo que él se imaginaba que significaba lo que había escuchado. Muchos individuos con autismo tienen problemas para entender el lenguaje figurativo y tienden a interpretarlo de manera muy literal. Esto puede servir como una buena oportunidad pedagógica para enseñar acerca de los significados ocultos o secundarios de algunos términos. .
5. Enseñar directamente habilidades sociales Este curriculum oculto puede estar muy oculto para algunos individuos con autismo. Hay ciertas cosas que puede ser necesario enseñarlas de manera explícita (como las analogías). Modelar apropiadamente las habilidades sociales y discutir cómo las conductas pueden hacer sentir a otros. . 6. Trata a los estudiantes como individuos Aunque pueda ser innecesario repetirlo, no hay que olvidar que es importante modelar la paciencia, la comprensión y respeto al trabajar en una sala de clases con estudiantes con habilidades diferentes. Es importante tener claridad de que el autismo afecta de diferentes maneras a cada niño, niña y joven, por lo que estas recomendaciones pueden no ser muy útiles para todos los casos, y es necesario ir ajustándolos caso a caso. ..