Auguste Comte fue el padre del positivismo y el primer teórico que empezó a hablar del término “sociología”. Su obra estuvo muy ligada a Saint-Simon, al principio, pero acabó variando hasta ser algo completamente distinto, incluso opuesto en algunos términos.
Auguste Comte, padre del positivismo
Nació el 19 de enero de 1798 en Montpellier y desde pequeño siempre se interesó por los asuntos relacionados con la filosofía. Tras finalizar sus estudios en 1817, empezó a trabajar como secretario del conde Henri de Saint-Simon. Con él, Comte expandió su conocimiento sobre la filosofía y sobre el mundo que le rodeaba pero pasados 7 años, decidió que era el momento de romper definitivamente con la influencia del pensador francés y comenzar una etapa propia. or una parte, Comte clasificó las ciencias según un orden creciente de complejidad y, por otra, formuló la ley de la historia del espíritu humano, también conocida como la “ley de los tres estados”. Esos tres estados eran: el teológico, el metafísico y el positivo. Para el filósofo, todos eran sucesivos y constituían tres etapas distintas del desarrollo del espíritu humano. Comte afirmaba que sólo el espíritu positivo representaba una auténtica mutación del espíritu, tanto en el objeto de la investigación como en el método. Por tanto, el positivismo consistía en aplicar los métodos utilizados en las
matemáticas y en las ciencias experimentales a los fenómenos sociales y políticos. De esta forma, se podrían extraer las leyes que regían la estructura y el desarrollo de las sociedades. Las teorías que postuló Auguste Comte crearon así una física social, qué él bautizó como “sociología” y que se clasificó entre las ciencias experimentales. La exigencia del filósofo era la de realizar una reforma de la humanidad que tuviese un orden más conforme con las aspiraciones humanas. Estas ideas las formuló sobre todo en “El sistema de la política positivista” en 1854 y en “El catecismo positivista” en 1852. Poco antes de su muerte, su obra desembocó en una “religión de la humanidad” y Comte se erigió en el sumo sacerdote. Finalmente, el 5 de septiembre de 1857 falleció en París, dejando tras de sí un legado filosófico considerable. El aspecto más destacable de su positivismo es que influyó en muchos de los movimientos sociales que azotaron Europa durante la segunda mitad del siglo XIX y a principios del XX.
Herbert Spencer: Herbert Spencer (1820-1903) fue un sociólogo y filósofo inglés defensor de la teoría de la evolución y la importancia del individuo sobre la sociedad. Además, abogó por la importancia de la ciencia sobre la religión. Fue uno de los intelectuales más importantes desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX. Spencer se basó en las teorías del naturalista Charles Darwin sobre el origen de las especies para explicar el concepto de la evolución de las sociedades a lo largo del tiempo. Explicó cómo la “selección natural” se aplica a las sociedades humanas, clases sociales e individuos.
See page for author [CC BY 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0)], via Wikimedia Commons Además, adaptó el concepto de la “supervivencia del más apto”, explicando que es natural el hecho de que unos sean ricos y otros pobres. Por otro lado, su visión sobre el cambio social fue popular para la época. En tal sentido, tomó las ideas del sociólogo francés Auguste Comte para explicar
que el cambio social no es una idea por la que se trabaja, sino algo que se da naturalmente.
Biografía Herbert Spencer nació el 27 de abril de 1820 en Derby, Inglaterra. Fue hijo de William George Spencer, un opositor de la religión que se desvió del metodismo de una comunidad de cuáqueros altamente religiosa. Esto influyó significativamente en los ideales de su hijo. George Spencer se desempeño como secretario de la Sociedad Filosófica de Derby, una sociedad científica fundada en 1783 por Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin. Paralelamente, Spencer fue educado por su padre en las ciencias empíricas y por los miembros de la Sociedad, quienes le enseñaron acerca de los conceptos predarwinistas. Entre 1848 y 1853 fue subeditor de la revista The Economics, y en 1851 publicó su primer libro titulado Estatista social, en el cual predijo que la humanidad se adaptaría a los requisitos de la vida en sociedad y se debilitaría la fuerza del Estado.
Aporte sociológico Spencer leyó y hasta cierto punto tomó las ideas de la sociología positivista del filósofo de la ciencia, Auguste Comte, para su propio proyecto. A pesar de eso, Spencer rechazó los aspectos ideológicos del positivismo, intentando reformular la ciencia social en términos de su principio de evolución, al cual le aplicó aspectos biológicos, psicológicos y sociológicos del universo. Spencer hizo contribuciones valiosas a la sociología temprana, sobre todo su influencia en el funcionalismo estructural, la cual ve a la sociedad como un sistema conjunto en el cual las partes trabajan en pro de la armonía social.
Sin embargo, su intento de introducir ideas de Charles Darwin en el campo de la sociología no tuvo éxito. El sociólogo estadounidense, Lester Frank Ward, atacó las teorías de Spencer. Si bien el estadounidense admiró el trabajo de Spencer, creyó que los prejuicios políticos lo habían llevado por mal camino. A
comienzos
del
siglo
XX, Max
Weber presentó
un
antipositivismo
metodológico, en el cual influyeron las teorías de Spencer. El aporte de la supervivencia del más apto y los procesos de la ley natural de Spencer, tuvieron un atractivo que perduró en el campo de las ciencias sociales, la política y la economía.
Obras Estática Social Estática Social fue el primer libro de Herbert Spencer publicado en 1851 por el editor inglés, John Chapman. En su libro, usa el término “aptitud” para aplicar sus ideas de la evolución. Spencer explicó que el hombre puede adaptarse al estado social, pero solo si se queda retenido en tal estado social. Spencer concluyó en su libro que todo resulta de la adaptación de los hombres a su ambiente social y natural, y que además contiene dos características: la transmisión hereditaria y la desaparición de los que no se pueden adaptar. El sociólogo inglés explicó que todas las especies, desde los grados evolutivos inferiores hasta los superiores, se organizan de manera similar a los animales y humanos. A pesar de eso, no fue sino hasta su obra Principios de Biología, publicada en 1864, que se acuñó la frase “supervivencia del más apto”. Esto pudo
describirse como un principio clave del llamado darwinismo social, aunque Spencer y su libro no fueron defensores de este concepto.
Principios de Sociología Principios de Sociología fue publicado en 1855. El libro se basó en la suposición de que la mente humana está sujeta a leyes naturales y que pudieran descubrirse gracias a la biología. El concepto permitió una perspectiva de desarrollo en términos del individuo. Spencer hizo hincapié en los conceptos de adaptación, desarrollo y continuidad. Además, intentó fundar la psicología en los principios de la biología evolutiva, haciendo sentar las bases para el funcionalismo científico y el desarrollismo. A pesar de eso, el libro no tuvo el éxito esperado al principio. No fue sino hasta junio de 1861 cuando se vendieron las últimas copias.
Émile Durkheim: Émile Durkheim es un filósofo y sociólogo francés reconocido por establecer a la sociología como disciplina académica y por haber sido uno de sus padres fundadores, junto con Karl Marx y Max Webber. A raíz de su monografía El suicidio se comienza a distinguir la ciencia social de la psicología y la filosofía política. Esta monografía trata de un estudio de los tipos de suicidios y las causas que los pueden generar. Posteriormente, Durkheim incrementa su reputación al estudiar las dimensiones socioculturales de las sociedades aborígenes en
comparación
con
las
sociedades
modernas
en
su
obra Las
formas
elementales de la vida religiosa. Durkheim dedica gran parte de su carrera a descubrir los hechos sociales estructurales dentro de las instituciones en un marco sociológico. Desde su perspectiva, la sociología debía estudiar los fenómenos sociales desde un punto de vista integral y lo que afecta a la sociedad en su conjunto, no desde las acciones particulares de individuos específicos. Este pensador cuenta con una gran cantidad de obras que tratan sobre estudios sociológicos, editadas en libros, publicaciones y tesis.
Biografía Nace el 15 de abril de 1858 en Lorena, Francia, en una familia de padres rabinos. Sin embargo, desde temprana edad inicia los procesos para el abandono del judaísmo, dejando la escuela rabínica y continuando una carrera laica. En 1882 se licencia en filosofía en la Escuela Normal Superior de París y comienza una carrera plenamente dedicada a la sociología, luego de un tiempo interesado en la pedagogía.
Estudios en sociología Gracias a las influencias que recibió de Auguste Comte y Herbert Spencer, decide trasladarse a Alemania para continuar sus estudios en sociología. Desde allí escribe artículos sobre filosofía y ciencias positivas que envía a algunas revistas francesas. Estas publicaciones le valen para obtener el puesto de profesor encargado de la asignatura de Ciencia Social y Pedagogía de la universidad de Burdeos
en 1887. El puesto se amplía en 1896 a la cátedra de Filosofía Social y el mismo año funda la revista L’Année Sociologique. A partir de 1902 comienza a dar clases en la Universidad de París, en la cátedra de Ciencias de la Educación. Estaría adscrito a esa cátedra durante el resto de su vida.
Teoría sociológica A partir de la influencia de Augusto Comte en sus estudios, Durkheim aplica su interés en la pedagogía a la investigación sociológica. Émile Durkheim renueva la visión sobre la sociología, concibiendo la existencia de fenómenos sociales específicos que deben ser abordados desde técnicas propias de la sociología. Esto se diferenciaba de la perspectiva de los sociólogos anteriores, que veían a los estudios sociológicos desde acercamientos psicológicos u orgánicos, y no como una rama autónoma de investigación. En su investigación Las reglas del método sociológico, plantea la perspectiva de los hechos sociales como relaciones que existen previas al nacimiento de un individuo en una sociedad determinada y, por lo tanto, son ajenas a él y forman parte de la sociedad como colectivo. Sin embargo, estos hechos sociales son coercitivos, ya que los individuos desarrollan su formación insertos en las normas que plantea la sociedad en la que nacieron. Según Durkheim, si los hechos sociales existían antes de que naciéramos, entonces existen fuera de nosotros.
Obras principales Sobre la división del trabajo social En 1893 escribe esta obra, que fue su tesis doctoral. Allí examina las tareas especializadas y deshumanizadas en la fuerza de trabajo desde los avances de la revolución industrial. Expone sus preocupaciones con relación a las consecuencias que esta revolución produciría en los sistemas institucionales.
Las reglas del método sociológico Esta obra fue publicada en 1895. Allí propuso el método positivista, centrando a la sociedad como sujeto de estudio. Así podrá comprobar las hipótesis a través de datos reales basados en la estadística y el razonamiento lógico. Aquí comienza a asentarse el carácter de ciencia de la Sociología. Propone la observación empírica de los hechos como “cosas” a través de cuatro categorías de análisis: – Apariencia (preconceptos). – Profundidad (naturaleza y esencia de la estructura social). – Naturaleza del hecho (diferencia entre hechos normales y hechos patológicos). – Análisis (investigación e interpretación de los datos recogidos).
El suicidio: Estudio de la sociología Para muchos, esta es la obra más importante de Émile Durkheim, publicada en 1897. Rompe con el estudio del suicidio como fenómeno individual y lo lleva al campo sociológico para analizarlo como fenómeno social. Analiza la tasa de suicidios de diversos grupos poblacionales y sus comparaciones. A partir de este análisis, propone considerar 4 categorías de razones sociales del suicidio y las conceptualiza como suicidios: – Egoísta (de vínculos e integración social débiles). – Altruista (opuesto al egoísta, de baja importancia de la individualidad). – Anómico (provocado en sociedades de instituciones y lazos de convivencia en desintegración). – Fatalista (opuesto al anómico, en sociedades con reglas demasiado estrictas).