Dudas comunes del español a la hora de hablar Astrid R. Rodríguez Cardona, Lauren A. Bosch Reyes (Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez)
¿Quién no se ha encontrado delante de una situación en la que debe hablar correctamente y desconoce la manera de hacerlo? Hay que evitar dichas preocupaciones y conocer mejor nuestro idioma para que al momento de necesitar hacer uso del mismo, como por ejemplo en una entrevista de trabajo, estemos preparados. Existen palabras, que por el uso cotidiano, son constantes en nuestras vidas. Pero el uso que le damos no es el correcto. Varios errores en nuestro vocabulario normalmente se atribuyen a errores fonéticos y a errores léxicos. Los errores fonéticos en Puerto Rico incluyen palabras con alteraciones fonéticas propias del habla vulgar de Hispanoamérica y España. Estas palabras son rechazadas por la mayoría de las personas cultas, aunque se utilizan comúnmente en el habla coloquial. Algunos ejemplos de errores fonéticos incluyen la supresión de sonidos, la adición de sonidos, el cambio de lugar entre los sonidos, cambio de timbre, la ausencia o exceso de diptongación, la lateralización y la ultracorrección. Primeramente, observaremos el concepto de supresión de sonidos. El puertorriqueño tiende a suprimir algunos sonidos al comienzo de la palabra, un fenómeno conocido como aféresis. Un ejemplo de esto lo son las palabras que comienzan con el prefijo des-. Es común, pero no correcto decir palabras como: esmandarse, esmayado, esmelenarse, esnucarse, etc. Probablemente, conocen que palabras como esas no están aceptadas en un
habla culta. También, se debe conocer que no es correcto suprimir sonidos en el interior de la palabra, algo conocido como síncopa. Algunos ejemplos de síncopas lo son las palabras perdío, mai, deo, coperativa, coordinadora, adelante, etc. Se debe decir en su lugar perdido, mami, dedo, cooperativa. En fin, cualquier tipo de supresión de sonidos no le dará buena impresión a la persona que los escuche. Pero, si suprimir sonidos está mal, peor está la adición de sonidos, que no tiene lógica alguna. La adición de sonidos puede ocurrir al principio, en el interior o al final de la palabra. Algunos ejemplos de la adición de sonido al principio lo son las palabras achocar, yerbicida, agolpear, etc. En lugar de esto se debe decir chocar, herbicida y golpear. En el interior de la palabra los errores más comunes lo son apuñalear en lugar de apuñalar y lamber en lugar de lamer. La adición de sonidos al final de la palabra se conoce como paragoge. Esto es muy común en canciones y en el habla de la mayoría de las personas. Pero, aun así, esto no lo hace correcto. El ejemplo clásico es añadirle una s al final de algunas palabras por ejemplo: dijistes, fuiste y llegastes. En su lugar se debe decir dijiste, fuiste y llegaste. Pero, quizás, los errores más comunes en el habla de los estudiantes aspirantes a una entrevista lo es el cambio de lugar de sonidos dentro de una palabra, un fenómeno conocido como metátesis. Algunos ejemplos que es común escuchar lo son: denle en lugar de denle, dígamen en lugar de díganme, dínolos en lugar de dínoslo, guardesen en lugar de guárdense y siéntesen en lugar de siéntense. Otro error común a la hora de dialogar lo es la alteración de las vocales conocido como el cambio de timbre. Algunas dudas que pueden surgir es si en algunas palabras se utiliza la e o la i. Por ejemplo, se dice antepasado y no antipasado; se dice comilón y no comelón; se dice verter y no vertir. También, puede ocurrir la confusión con la o y la u. Se
dice corpulento y no curpulento; se dice coyuntura y no coyontura. Pero, todas estas palabras causan mucha confusión en los hispanohablantes. El exceso y la ausencia de diptongación se unen al grupo de errores que causan las dudas en el español. Algunos ejemplos de esto los son las palabras beneficiencia, cuatrenio y fregas que se utilizan incorrectamente en lugar de beneficencia, cuatrienio y friegas. La lateralización, también conocida como el cambio de r por l no debe causar muchas dudas en el español ya que no debe ser utilizada en un habla formal. La ultracorrección, que es lo contrario de la lateralización tampoco es utilizada en un habla culta y debe evitarse en todo momento. Existen más dudas en cuanto a la fonética en el español pero los anteriores fueron los ejemplos más presentes en el habla estudiantil. Los errores léxicos se discutirán brevemente ya que son aquellos que ocurren debido a la transformación de los significados o el tomar prestadas palabras de otras lenguas. Estos errores incluyen los neologismos, la redundancia, la impropiedad y los anglicismos. Los neologismos son palabras de nueva creación. Estos son difíciles de detectar ya que los hablantes no son capaces de percibirlos como un error. Probablemente uno de los neologismos más escuchados lo es la palabra decimosegunda. En realidad, se debe decir duodécima que es la palabra ya existente. Otro ejemplo lo es la palabra maquillista, esta es incorrecta ya que se debe decir maquilladora. La palabra porciento debió ser porcentaje. Otras palabras que no deben utilizarse son las palabras cesantear, monitorear y enlistar. En su lugar se deben utilizar las palabras destituir, supervisar y alistar.
Las dudas que incluyen los errores en redundancia son bastantes. Estos son aquellos que consisten en la repetición viciosa de términos, por lo tanto deberían ser detectados fácilmente, pero no es así. Entre estos se encuentran: a la misma vez, bajar para abajo, conclusiones finales, jauría de perros, etc. La impropiedad es cuando se emplea la palabra equivocada. Este fenómeno parecería poco común, pero no es así. El ejemplo más común es el uso de la palabra abanico en lugar de ventilador cuando se habla de un aparato eléctrico. También se utiliza la palabra calificar que significa apreciar y se utiliza por la palabra ser apto. Los anglicismos deben ser evitados ya que es mezclar el español con el inglés. Si existen palabras en español, se deben utilizar éstas y no los anglicismos. Por ejemplo, use la palabra declaración jurada en lugar de affidavit. Hacer cambios tan pequeños como estos les dará confianza en su idioma y hará que personas que no hablen otro idioma que no sea el español los puedan entender. Referencias: Rosario Núñez de Ortega. Dígalo bien…que nada le cuesta. Guaynabo, P.R.:
Ediciones Santillana. 1998 J. Martinez De Sousa. Dudas y errores de lenguaje. España: Editorial
Paraninfo.1992