1
FOLKLORE
Y
EDUCACION
José
María
Arguedas
1
Conocer
el
espíritu
para
educar
El
folklore
puede
servir
para
los
educadores
como
un
material
para
la
educación
misma,
pero
sobre
todo,
puede
servir
como
información
para
conocer
el
espíritu,
el
modo
de
ser
de
los
estudiantes,
de
los
padres
de
familia
del
pueblo
en
el
cual
uno
trabaja.
Un
maestro
no
puede
formar
a
sus
niños,
no
puede
ponerse
en
comunicación
íntima,
sencilla,
cariñosa
con
los
niños,
si
no
conoce
lo
más
aproximadamente
posible,
cómo
es
su
espíritu.
Ustedes
saben
perfectamente
cómo
el
modo
de
ser
de
los
niños
de
Lima,
por
ejemplo,
es
completamente
distinto
del
modo
de
ser
de
los
niños
de
una
aldea
andina
y
cómo
los
niños
de
una
aldea
andina
son
también
muy
distintos
de
los
niños
de
un
puerto,
por
ejemplo,
o
de
una
población
criolla‐
Las
costumbres
de
los
pueblos
de
la
sierra
son
muy
distintas
de
las
costumbres
de
los
pueblos
de
la
costa
y
esa
diferencia
tan
grande
que
cualquiera
de
nosotros
la
puede
observar
y
que
incluso
la
observa
un
turista
norteamericano,
porque
cuando
pasamos
de
la
sierra
a
la
costa,
encontramos
que
todo
cambia:
las
casas
son
de
diferente
forma,
el
ambiente
geográfico
es
distinto,
los
animales
son
otros,
las
plantas
y
las
flores
son
distintas.
El
mundo,
todo
lo
que
nos
rodea
es
diferente,
se
habla
quechua
en
la
sierra,
en
la
costa
no
se
habla
quechua.
En
la
costa
hay
una
gran
cantidad
de
elementos
para
la
comodidad,
un
gran
dominio
de
la
técnica,
una
gran
influencia
de
la
sabiduría
y
de
la
civilización
occidental,
europea
o
norteamericana,
en
cambio
en
la
sierra
hay
una
mayor
influencia
de
las
creencias
y
de
las
costumbres
tradicionales
Esta
diferencia
de
creencias,
forma
parte
al
mismo
tiempo
una
diferencia
de
modo
de
ser
de
la
persona.
El
conocimiento
del
modo
de
ser
de
la
persona,
para
el
educador
es
quizá
lo
más
importante;
yo
he
sido
profesor
durante
muchos
años,
en
la
sierra
y
en
la
costa
y
debo
confesarles
que
cuando
me
nombraron
profesor
de
castellano,
hacia
1939,
y
fui
a
pedir
un
programa
del
curso
que
debía
dictar,
me
encontré
con
la
sorpresa
de
que
yo
no
conocía
casi
nada
del
programa,
me
había
olvidado
por
completo
de
la
gramática,
sin
embargo
yo
tenía
ya
un
cierto
prestigio
como
escritor
y
el
hecho
de
que
no
conociera
yo
la
gramática
y
sin
embargo
fuera
un
escritor
de
cierto
prestigio,
me
estaba
demostrando
que
el
conocimiento
exclusivo
de
la
gramática
no
es
lo
más
importante
para
aprender
a
escribir
y
a
expresarse.
El
conocimiento
mismo
de
la
materia
que
uno
va
a
enseñar,
es
muy
importante,
y
en
segundo
lugar,
es
importantísimo
conocer
el
modo
de
ser
de
las
personas
a
quienes
les
vamos
a
enseñar
y
en
tercer
lugar,
cómo
hay
que
enseñar.
Desgraciadamente,
y
ustedes
me
perdonarán
esta
frase,
quizás
entre
ustedes
hay
muchos
normalistas,
en
los
centros
de
formación
de
maestros
se
da
una
importancia
excesiva
a
los
métodos
y
mucha
menos
importancia
a
esos
factores
que
son
quizá
más
importantes:
el
conocimiento
de
las
materias
que
se
debe
enseñar
y
sobre
todas
las
cosas,
de
qué
modo
puede
uno
acercarse
al
espíritu
de
los
niños
para
ganar
su
confianza
y
su
amistad,
su
cariño,
sin
el
cual
no
es
posible
ninguna
forma
de
educación
(...)
1
Discurso
tomado
de:
"Arguedas
canta
y
habla,"
grabación
de
archivo
del
Centro
de
Folklore
José
María
Arguedas,
órgano
del
Instituto
Nacional
de
Cultura
del
Perú,
s/f
(c.
1965).
Transcripción
abreviada,
publicada
por
el
Centro
Raíces,
en
la
revista
Comunidad
No.
3.
Piura,
1999,
pp.
14‐19.
2
El
folklore
nos
puede
servir,
de
manera
quizás
mejor
que
ninguna
otra
fuente
o
instrumento
de
conocimiento
del
ser
humano,
para
llegar
a
la
intimidad
de
los
niños
y
de
los
padres
de
familia
y
del
pueblo
en
el
cual
el
maestro
debe
ser
un
modelo
para
toda
la
conducta
de
grandes
y
chicos.
La
concepción
del
mundo
en
Vicos
Yo
les
voy
a
contar
una
sencilla
historia
que
les
va
a
dar
una
idea
bien
clara
de
lo
importante
que
es
el
folklore
y
de
como
a
veces
juzgamos
equivocadamente
la
capacidad,
la
calidad
de
los
pueblos
andinos,
por
ejemplo.
Probablemente
todos
han
oído
hablar
de
la
hacienda
Vicos
que
está
en
Ancash,
en
la
provincia
de
Carhuaz.
Fue
una
hacienda
como
la
mayor
parte
de
las
haciendas
de
las
regiones
muy
atrasadas
de
la
sierra
del
país.
Haciendas
con
colonos,
es
decir
con
indios
que
pertenecían
a
las
haciendas
y
para
las
cuales
trabajaban
casi
gratuitamente.
A
cambio
del
trabajo
gratuito,
la
hacienda
les
daba
un
trozo
de
terreno
donde
ellos
podían
sembrar
y
criar
un
poco
de
ganado.
En
fin,
a
cambio
de
esa
tierra
que
les
permitía
una
subsistencia
bastante
precaria
a
los
peones,
ellos
trabajaban
para
el
hacendado
un
determinado
número
de
días,
gratuitamente.
En
unas
zonas,
el
sistema
de
trabajo
era
mucho
más
cruel
y
riguroso
que
en
otras.
En
el
Cusco,
por
ejemplo,
y
aún
en
Vicos
hasta
hace
unos
30
años,
el
dueño
de
la
hacienda
podía
mandar
40
o
50
indios
a
trabajar
en
una
hacienda
que
estaba
a
5
o
6
días
de
distancia,
gratuitamente.
Los
pongos,
o
sea
los
indios
que
tenían
que
hacer
el
trabajo
doméstico
en
la
casa
del
patrón,
tenían
que
viajar
a
veces
5
o
6
días
para
ir
a
la
casa
del
patrón
en
la
ciudad
y
servirles
allí
día
y
noche
gratuitamente
y
estar
constantemente
bajo
las
órdenes,
no
solamente
del
patrón,
sino
de
toda
la
familia
del
patrón.
Bueno,
Vicos
era
una
hacienda
de
esa
clase,
los
indios
pertenecían
a
la
hacienda
y
cuando
se
vendía
la
hacienda
se
vendía
con
indios
y
todo,
como
se
vendía
con
caballos,
con
gallinas
y
con
plantas.
Ahora
Vicos
se
ha
independizado,
como
ustedes
saben;
pertenece
ahora
a
la
hacienda
a
los
mismos
vicosinos
y
se
consideraba
que
los
indios
de
Vicos
pagarían
el
precio
de
la
hacienda
en
más
menos
10
o
15
años,
pero
la
han
pagado
en
menos
de
4
años.
La
tierra
ha
producido
como
20
veces
más,
ahora
que
la
trabajan
los
propios
indios
que
cuando
estaban
en
poder
de
la
Beneficencia
Pública.
Claro
que
esto
es
no
solamente
porque
ha
habido
un
cambio
en
el
sentido
de
que
ahora
los
indios
trabajan
para
ellos
mismos,
sino
que
han
tenido
una
ayuda
técnica
muy
acertada,
de
parte
de
una
universidad
de
los
Estados
Unidos.
Bueno,
¿qué
era
lo
que
pensaban
los
indios
de
Vicos
acerca
del
mundo,
de
dios
y
de
como
apareció
la
vida
en
el
universo?
Todos
creen
que
un
indio
completamente
analfabeto,
tan
disminuido
por
el
desprecio
con
que
durante
tantos
siglos
se
le
trató,
pudiera
tener
una
concepción
de
lo
que
es
el
mundo
y
de
como
apareció
el
mundo.
Sin
embargo,
un
estudiante
de
la
Universidad
de
San
Marcos
ha
hecho
un
descubrimiento
que
es
muy
entretenido
y
que
tiene
mucha
importancia.
Se
los
voy
a
contar
para
que,
a
través
de
un
ejemplo
muy
concreto,
se
den
cuenta
de
lo
importante
que
es
el
folklore
como
un
modo
de
conocer
la
inteligencia,
la
sensibilidad,
las
preferencias,
lo
que
en
un
pueblo
se
considera
como
bueno,
lo
que
se
considera
como
malo
(...).
3
Bueno,
los
indios
de
Vicos
consideran
que
hubo
dos
humanidades,
una
humanidad
antigua
y
una
humanidad
nueva.
La
humanidad
antigua,
según
los
indios
de
Vicos,
estaba
formada
por
hombres
de
una
fuerza
descomunal,
tan
fuertes
eran
esos
hombres
que
hacían
caminar
las
piedras
con
azotes,
podían
levantar
grandes
bloques
de
piedra
y
modelarlos
con
la
fuerza
de
sus
puños
a
la
forma
que
a
ellos
les
pareciera
necesario,
con
esta
fuerza
descomunal
construyeron
grandes
edificios
de
piedra,
fortalezas,
casas,
muros
gigantescos.
Todo
esto
era
posible
porque
el
hombre
antiguo
era
mucho
más
grande
y
mucho
más
fuerte
que
el
hombre
actual.
Era
tan
fuerte,
tan
descomunalmente
fuerte,
que
a
veces
de
un
rapto
de
locura
de
poder
y
de
fuerza
se
comían
los
unos
a
los
otros,
llegaban
a
ser
antropófagos.
Tenían
mucha
fuerza
bruta
y
poco
pensamiento,
poco
espíritu.
Esta
humanidad
antigua
fue
creada
por
un
dios
que
se
llamaba
Adaneva.
El
dios
Adaneva
(…)
estaba
un
día
caminando
por
las
montañas
y
se
encontró
con
una
mujer
muy
bella
y
se
enamoró
de
ella
y
empezó
a
demostrarle
a
esta
hermosa
mujer
su
admiración
por
ella
y
sus
inclinaciones
por
ella.
La
mujer
permaneció
indiferente
y
esto
enfureció
a
Adaneva,
que
se
la
llevó
a
la
fuerza
a
su
casa.
(…)
Vivió
con
ella,
pero
cuando
la
vio
en
cinta
se
enfureció
y
la
arrojó
de
su
casa,
esta
mujer
hermosa
y
tan
delicada
era
la
virgen
María.
De
esta
unión
entre
la
virgen
María
y
el
dios
Adaneva,
nació
Tete
Mañuco.
Tete,
en
el
quechua
de
Ancash
quiere
decir
Padre
y
Mañuco
es
Manuel,
que
también
es
uno
de
los
nombres
de
Jesús.
Entonces,
Tete
Manuel
es,
evidentemente,
Nuestro
Señor
Jesucristo.
Tete
Mañuco
cuando
llegó
a
tener
uso
de
razón,
quedo
muy
desencantado
de
su
padre
y
sobre
todo
de
la
humanidad
que
su
padre
había
formado,
que
era
una
humanidad
bruta,
de
antropófagos.
Entonces
hizo
caer
una
lluvia
de
fuego
y
destruyó
esta
humanidad
que
había
creado
el
dios
Adaneva
y,
naturalmente
el
dios
Adaneva
murió
también
en
la
lluvia
de
fuego.
Una
vez
que
el
mundo
estuvo
quemado,
entonces
Tete
Mañuco
creó
otras
plantas,
otros
animales,
mucho
más
mansos,
mucho
menos
fuertes
que
los
que
existían
antes,
y
cuya
domesticación
requería
de
una
fuerza
tan
descomunal
como
la
de
esa
humanidad
antigua.
Tete
Mañuco
creó
al
hombre
actual,
que
tiene
poca
fuerza
pero
mucho
pensamiento.
Esta
humanidad
ha
hecho
todas
las
grandes
cosas
que
se
ven
ahora
ante
nuestros
ojos.
Sin
embargo,
cuando
se
les
pregunta
a
los
indios
de
Vicos
si
ellos
están
contentos
con
el
dios
Tete
Mañuco,
ellos
no
quieren
dar
una
opinión
franca,
tienen
miedo.
Dicen:
"señor,
lo
único
de
lamentamos
es
que
este
dios
no
va
a
morir,
porque
esta
constantemente
joven,
y
está
completamente
joven
porque
todos
los
años
muere
el
día
viernes
y
resucita
un
día
sábado".
Esta
historia
que
aparentemente
resulta
un
poco
exótica
y
nada
más
que
una
cosa
exótica,
tiene
una
importancia
extraordinaria.
¿De
dónde
ha
salido
este
dios
Adaneva?
Por
supuesto
de
la
prédica
de
los
misioneros.
Los
misioneros
predicaron
en
quechua
en
todas
partes
del
Perú
tratando
de
inculcar
a
los
indios
la
religión
católica
y
los
fundamentos
cosmogónicos
de
la
religión
católica:
cómo
apareció
el
mundo
según
la
religión
católica,
quién
hizo
al
hombre,
quién
fue
la
virgen
María,
quién
fue
Adán
y
Eva,
quién
fue
Jesucristo.
Pero
los
indios
acomodan
toda
la
religión,
todas
estas
prédicas
religiosas
(…)
y
entonces
las
elaboran
a
su
modo
para
explicar
a
su
modo
la
realidad
social
en
la
cual
viven.
Finalmente
se
les
pregunta
a
los
indios
de
Vicos
¿quién
creó
el
cielo?
y
dicen
"no
lo
sabemos,
pero
dicen
que
si
Tete
Mañuco
destruyó
a
la
humanidad
antigua
que
era
tan
bruta,
e
hizo
al
hombre
con
más
pensamiento
y
con
menos
fuerza,
también
con
él
debe
haber
comenzado
el
cielo
y
el
infierno.
Entonces,
los
informantes
indios
de
Vicos
dicen:
"Bueno
señor,
esas
son
cosas
que
nosotros
no
4 hemos
alcanzado
a
descubrir,
lo
que
si
sabemos
es
que
hay
otra
vida,
ni
cielo
ni
infierno,
es
otra
vida;
y
la
otra
vida
es
exactamente
igual
que
esta,
igual
que
este
mundo.
La
única
diferencia
que
existe
es
que
los
que
fueron
indios
en
este
mundo,
en
el
otro
son
señores,
y
los
que
fueron
señores
en
este
mundo,
en
el
otro
son
indios
(...)
El
sentido
del
mito
Como
se
predicó
tanto
contra
el
imperio
incaico,
contra
el
mundo
anterior
al
catolicismo,
al
cual
se
le
llama
el
mundo
gentil,
mundo
de
gentes
que
no
conocían
a
dios,
y
que
eran
brutos
y
que
eran
idólatras,
entonces,
evidentemente,
el
indio
actual
de
Vicos,
identifica
a
ese
mundo
antiguo
como
un
mundo
de
brutos
que
lo
único
que
hacían
era
construir
grandes
monumentos
de
piedra,
pero
ese
hombre
¿por
quién
fue
hecho?
Por
un
dios
de
origen
católico:
Adaneva.
Luego
viene
un
período
en
que
el
hombre
es
redimido
de
su
fuerza
bruta
y
redimido
de
su
pecado
de
querer
alimentarse
de
carne
humana.
Viene
el
hombre
con
pensamiento,
pero
para
el
indio
de
Vicos
aparentemente
no
significa
ninguna
felicidad,
no
le
ofrece
ninguna
compensación
ese
mundo
hecho
por
Tete
Mañuco.
Es
un
mundo
cruel.
¿Cómo
sobrevivir
en
este
mundo
cruel
en
este
mundo
injusto?
…
Pensando
en
una
reparación
y
esa
reparación
se
va
hacer
en
el
otro
mundo,
en
el
cual
los
que
aquí
son
indios
humillados,
explotados,
despreciados,
esos
van
a
ser
los
humilladores,
los
despreciadores
y
los
dominadores
en
el
otro
mundo;
y
los
que
aquí
fueron
déspotas,
en
el
otro
mundo
serán
los
humillados,
los
castigados,
los
sirvientes.
El
hecho
de
que
con
los
elementos
de
la
religión
católica,
los
indios
de
Vicos,
analfabetos,
aislados
del
mundo
por
la
servidumbre
y
por
la
conveniencia
de
los
dominadores
que
no
permitían
que
los
indios
no
aprendieran
a
escribir,
ni
que
tuvieran
acceso
a
los
elementos
de
la
civilización
que
les
podían
permitir
liberarse
algún
día;
este
pueblo
aislado,
analfabeto,
sin
embargo
crea
una
concepción
muy
coherente
[de]
cómo
apareció
el
hombre
actual
y
para
explicar
quién
hizo
las
grandes
obras
que
existen,
las
ruinas
prehispánicas,
crea
una
humanidad
diferente
a
la
nuestra.
Y
esta
gente,
así
analfabeta
como
es,
aislada,
humillada;
tiene
una
capacidad
extraordinaria
para
poder
hacerse
una
imagen
de
este
mundo,
de
su
origen
y
de
su
destino.
Es
necesario,
por
eso,
que
los
maestros,
en
cada
sitio
donde
estén,
se
informen
de
todas
esas
creencias,
porque
esas
creencias
le
van
a
dar
una
idea
aproximada
de
lo
que
cada
individuo
de
la
comunidad
en
la
cual
trabaja,
cree
que
es
este
mundo,
cómo
fue
creado,
para
qué
fue
creado
y
a
dónde
va
a
terminar.
Responsabilidades
del
maestro
rural
Es
muy
probable
que
ocurra
en
Vicos
lo
que
(…)
ha
pasado
con
los
indios
de
Puquio
que
(…)
también
han
creado
un
mito
fundado
en
algunos
elementos
de
la
religión
católica
para
explicar
el
origen
del
mundo,
pero
para
ellos
el
creador
del
mundo
fue
Inkarrí,
un
dios
que
después
fue
muerto
por
los
españoles.
Los
indios
de
Puquio,
creen
que
el
verdadero
dios
son
las
montañas,
los
wamanis,
pero
ahora
los
indios
jóvenes
han
descubierto
que
las
montañas
no
son
sino
un
promontorio
de
tierra,
y
que
no
son
dioses,
y
como
nunca
han
creído
en
los
dioses
católicos
se
han
quedado
sin
dios.
Y
la
consecuencia
inmediata
de
ese
escepticismo
religioso
es
la
de
encontrar
una
nueva
fe,
un
nuevo
impulso
espiritual
que
los
siga
animando
para
ir
adelante;
en
Puquio
esa
nueva
fe
es
la
de
que
el
indio
debe
de
tomar
el
poder
político
en
su
comunidad,
que
siempre
fue
5 manejada
por
señores
o
por
mestizos
y
entonces
la
fe
religiosa
ha
sido
sustituida
por
una
fe
de
tipo
político
que
los
guía
hacia
la
conquista
de
la
igualdad
de
los
derechos
sociales.
Entonces,
mis
últimas
palabras
son
para
recomendar
que
cuando
estén
en
una
comunidad
(…)
no
solamente
en
la
sierra,
sino
también
en
la
costa,
donde
hay
leyendas
que
explican
el
origen
de
la
cosas,
esas
leyendas
les
van
a
dar
a
ustedes
una
idea
muy
cabal
de
lo
que
piensa
cada
individuo
de
la
comunidad,
acerca
de
lo
que
es
el
hombre,
de
cuál
es
el
origen
del
hombre,
a
donde
va,
quién
es
dios,
cómo
es
dios,
por
qué
es
dios.
Si
no
sabemos
que
es
lo
piensan
de
dios,
para
qué
vive
el
hombre,
por
qué
vive
el
hombre,
para
qué
vive
el
hombre
y
hacia
dónde
se
dirige
el
hombre,
si
no
sabemos
lo
que
el
pueblo
piensa
sobre
esos
problemas
¿cómo
podemos
educarlos?
La
educación
no
consiste
sólo
en
dar
“instrucción,
instrucción,
instrucción...”
en
una
forma
bastante
rutinaria.
Hay
que
educar
siempre
de
acuerdo
con
los
incentivos
característicos,
espirituales,
que
en
cada
comunidad
mueven
al
hombre
(…).
Si
dios
es
concebido
de
una
manera
probablemente
el
mal
también
sea
considerada
en
una
forma
distinta,
y
lo
mismo
el
bien;
pero
sobre
todo,
será
distinto
lo
que
el
hombre
persigue
en
este
mundo,
para
qué
vive.
De
ahí
que
el
maestro
debe
tratar
de
descubrir
la
fe
que
hace
posible
que
el
ser
humano
viva,
el
impulso
que
lo
anima
a
seguir
adelante;
porque
sin
un
impulso,
sin
una
fe
el
hombre
es
cero,
el
hombre
cuando
pierde
la
fe,
o
la
fe
política
o
la
fe
religiosa,
se
convierte,
por
lo
general,
en
un
amargado,
en
un
destructor
de
la
sociedad,
porque
como
no
tiene
fe,
entonces
está
descarriado,
no
cree
en
nada
y
se
convierte
en
un
disociador,
los
únicos
disociadores
son
los
que
carecen
de
fe.
Entonces
la
manera
de
descubrir
cual
es
la
fe,
cuales
son
los
impulsos
que
en
un
pueblo
alientan
a
vivir,
alientan
a
progresar,
a
permanecer
en
este
mundo,
eso
hay
que
descubrirlo
y
si
un
maestro
lo
descubre
tendrá
en
sus
manos
la
modelación
no
solamente
de
los
niños,
sino
de
toda
la
comunidad.
De
allí
el
gran
destino
[del
maestro],
especialmente
en
un
país
tan
complejo
como
el
nuestro,
tan
lleno
de
contradicciones
culturales,
de
creencias
distintas.
La
misión
del
maestro
es
realmente
(…)
una
misión
muy,
muy
difícil.
Porque
en
el
Perú,
la
educación
no
se
resuelve
mediante
el
método,
sino
mediante
el
conocimiento
de
la
cultura,
de
las
costumbres
de
cada
pueblo.
Somos
un
país
muy
mezclado,
un
país
mestizo
en
cuanto
a
creencias,
en
cuanto
a
concepciones
morales,
políticas,
en
fin
somos
un
país
que
constituye
una
mezcla
que
todavía
no
ha
acabado
de
definirse.
Nosotros
los
maestros
somos
los
que
debemos
impulsar
a
esa
definición
y
a
esa
integración
de
las
creencias.