Unidad 1 : “ARTE, CULTURA Y COMUNICACIÓN. UNA APROXIMACIÓN A LAS PROBLEMÁTICAS DE ESTUDIO” Definición de cultura. Podemos pensar a la cultura como un proceso social de producción, reproducción, circulación y consumo de significaciones culturales, que no se realizan ni cristalizan en la naturaleza, sino que están producidos por los individuos a partir de la mediación simbólica; esto es de signos, discursos, relatos, que circulan colectiva y socialmente, donde los significados que surgen y se defienden entre las clases y grupos, como las prácticas realizadas a través de las que se expresan, de manera efectiva tanto como concreta, valores y significados, son de todos y no son de nadie, conforme las compartimos y utilizamos a lo largo ( y/o en el curso) de nuestra vida, donde las instituciones ( y en nuestro caso citaremos al Estado) no aparecen descontextualizadas, sino insertas en un marco o contexto social inmediato, tanto como dentro de estructuras sociales mas amplias. Este contexto social inmediato, o mercado mundial, o globalización ( lo que es decir lo mismo) está asentado sobre ejes tales como la competitividad, la desregulación, privatizaciones y liberalización de las economías locales, en un proceso que no es cerrado, sino que está en pleno desarrollo, donde la interconexión de las economías a nivel mundial es una llave de negocios que ha trasvasado sobremanera las fronteras y límites nacionales, anulando casi por completo el accionar de los antiguos Estados-Nación, asentado en otros tiempos en la soberanía territorial, ahora casi inexistente, de acuerdo a los flujos simbólicos digitales de la información, que se trasladan a través de las redes y autopistas informáticas, que actúan como pilares del proceso, junto a la mano invisible del mercado y la implementación de políticas de corte neoliberal, en el ámbito mundial, que no hacen otra cosa que acentuar la
interdependencia de los países, y sus consecuentes economías, en un contexto general. Hasta aquí un texto que podríamos definir como introductorio: define la cultura e interrelaciona ese concepto en un escenario actual, con los componentes tecnológicos que conforman el armazón de un nuevo modelo social de extensión planetaria, que se encuentra atravesado por la revolución tecnológica que inaugura la era de la información. La cultura entendida como proceso nos da idea de movimiento continuo, y nos ayuda a entender a este fenómeno que produce, reproduce y hace circular – a la vez que consume- significaciones culturales. Las
comunidades
al
buscar
soluciones
para
satisfacer
sus
necesidades, tanto materiales (ropa, vivienda, etc) como no materiales (religión, leyes, valores, etc)forjan su propia cultura. Y es un proceso constante. Cuando una sociedad es homogénea, es decir, cuando no se observan diferencias significativas en cuestiones económicas y sociales, entre sus miembros, se comparte una misma cultura.
Pero, como sucede en
Latinoamérica y en casi todos los países del mundo, cuando la sociedad se estratifica, y las brechas entre clases sociales son cada vez mas importantes, se producen un dominio de una clase sobre otra, y se conforma un nuevo escenario en donde, gracias a las bondades de la división internacional del trabajo, la clase dominante se apropia de los saberes, y también dispone mas tiempo y mas posibilidades de acceder a ellos. La clase dominada se ve imposibilitada de disfrutar de las producciones culturales mas sofisticadas. Ambos grupos viven la realidad de modos diferentes. Van construyendo, día a día, en la búsqueda de satisfacer sus necesidades, una cultura propia de la realidad social que les toca vivir. Viven la realidad de forma distinta, y
van creando pautas diferentes: se originan así, la cultura letrada y la cultura popular. La palabra cultura empieza a utilizarse durante el Renacimiento Europeo para mencionar con ella la formación intelectual de los sectores dominantes. Por lo tanto esta cultura es la cultura letrada, que propicia un refinamiento del gusto a nivel estético, que fue definido por ella misma, como argumento de exclusión del selecto grupo de élite, de aquellos que carecen del gusto y de las posibilidades de acceso a objetos culturales de este tenor. Estos excluidos son incultos. Por contraposición a la cultura letrada, la cultura popular es la forma cultural característica de las clases marginadas . Es una cultura de las clases subalternas, elaborada con pocos medios técnicos, y cuya característica fundamental es ser solidaria, porque sus productores y consumidores son los mismos individuos: la crean y la utilizan.. Su forma de transmisión es básicamente oral, con influencia marcada del ejercicio de la memoria. Según el escritor Eduardo Galeano, la cultura popular está constituida por un complejo sistema de símbolos de identidad que el pueblo preserva y crea. Origen del concepto “cultura” La palabra cultura proviene del vocablo latino cultus, que significa “cultivo”. Si analizamos la historia humana, podemos darnos cuenta de la importancia del cultivo en la vida del hombre: fue el comienzo de su sedentarización. Al estar mas tiempo en el mismo lugar, sin tener que gastar energía en desplazarse de un lado al otro, el hombre pudo desarrollar mucho mas sus capacidades humanas y utilizarlas para pensar alternativas para vivir mejor o mas plenamente. Cuando la producción de alimentos fue mayor que lo indispensable, se produjo excedente económico, y la sociedad se empieza a complejizar
con la división del trabajo. Como dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano, : “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los Europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta. Pasaron los siglos y América Latina perfeccionó sus funciones. Este ya no es el reino de las maravillas donde la realidad derrotaba a la fábula y la imaginación era humillada por los trofeos de la conquista, los yacimientos de oro y las montañas de plata. Pero la región sigue trabajando de sirvienta. Continua existiendo al servicio de las necesidades ajenas, como fuente y reserva del petróleo y el hierro y el cobre y la carne, las frutas y el café, las materias primas y los alimentos con destino a los países ricos que ganan consumiéndolos mas de lo que América Latina gana produciéndolos Cuanta mas libertad se otorga a los negocios, mas cárceles se hace necesario construir para quienes padecen los negocios. Nuestros sistemas de inquisidores y verdugos no solo funcionan para el mercado externo dominante; proporcionan también caudalosos manantiales de ganancias que fluyen de los empréstitos y las inversiones extranjeras en los mercados internos dominados. Se ha oído hablar de concesiones hechas por América Latina al capital extranjero, pero no de concesiones hechas por los Estados Unidos al capital de otros países... Es América Latina la región de las venas abiertas . Desde el descubrimien-to hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo, o mas tarde norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula
en los lejanos centros de poder. Todo: la
tierra, sus frutos, y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de
cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde afuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo. A cada cual se le ha asignado una función, siempre en beneficio del desarrollo de la metrópoli extranjera de turno, y se ha hecho infinita la cadena de las dependencias sucesivas, que tiene muchos mas de dos eslabones, y que por cierto también comprende, dentro de América latina, la opresión de los países pequeños por sus vecinos mayores y, fronteras adentro de cada país, la explotación que las grandes ciudades y los puertos ejercen sobre sus fuentes internas de víveres y mano de obra. Para quienes conciben la historia como una competencia, el atraso y la miseria de América Latina no son otra cosa que el resultado de su fracaso: Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que nosotros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena, nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus terratenientes nativos. La lluvia que irriga los centros del poder imperialista ahoga los vastos suburbios del sistema. Del mismo modo y simétricamente, el bienestar de nuestras clases dominantes es la maldición de nuestras multitudes condenadas a una vida de bestias de carga. El sistema es muy racional desde el punto de vista de sus dueños extranjeros y de nuestra burguesía de comisionistas, que ha vendido el alma al Diablo a un precio que avergonzaría a fausto.. Pero el sistema es tan irracional para todos los demás que cuanto mas se desarrolla mas agudiza
sus
ardientes.
desequilibrios
y
sus
tensiones,
sus
contradicciones
En cierto modo, la derecha tiene razón cuando se identifica a si misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humilla-ción de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta”1. La cultura y el objeto cultural La cultura, en su sentido mas amplio, tiene unas doble significación: por un lado es el “cultivo” de las capacidades humanas, y por el otro es el resultado del ejercicio de estas capacidades. Es decir, tenemos en primer lugar al proceso de producción de los objetos culturales y su transformación
a
manos
del
hombre,
y
en
segundo
lugar
lo
efectivamente creado por el hombre, es decir los objetos culturales. Los objetos culturales pueden ser materiales ( esculturas, vestimenta, etc) o inmateriales
(
creencias
religiosas,
costumbres
morales,
ideas
filosóficas). Pero como todo objeto cultural, las comunidades les asignan o les incorporan valores. Una característica constante de toda cultura es el cambio. En cualquier sociedad habrá quién quiera el cambio, y quienes se resistan al mismo. Las transformaciones serán un producto mediado por ambas tendencias. Los cambios culturales pueden ser de diversa índole: adaptaciones para contrarrestar algún desequilibrio ecológico, o búsquedas de soluciones en conflictos sociales; generalmente impulsados desde el seno de la misma sociedad. Desde adentro.. También puede haber cambios como resultado del intercambio con otros grupos sociales. El problema es la apropiación ( voluntaria) o la imposición de los nuevos objetos culturales.
1
Galeano Eduardo. Las venas abiertas de América Latina. Editorial Catálogos. 1997 (decimoséptima reimpresión). Argentina
Cuando un pueblo llega a otro por medio del comercio, o de la conquista bélica ( a veces disfrazadas de misiones de paz), puede tener varias actitudes con respecto a la diferencia cultural. Aceptarla como es , despreciarla como inferior, o tratar de destruir las características “negativas” para la cultura conquistadora. Si el encuentro de culturas se produce en el marco del respeto por las diferencias, con valoración por la cultura y los habitantes del otro colectivo social, es probable que cada cultura tome los aspectos de la otra que le resulten más útiles o interesantes. Se trata entonces de un encuentro que trae como consecuencia una transculturación. Un claro ejemplo de ello, lo constituye la llamada música ciudadana, el tango, que tiene como orígenes elementos de las culturas tribales africanas, la música cubana y la incorporación de instrumentos y ritmos aportados por las primeras oleadas de inmigrantes europeos. Muchos han calificado la conquista europea de América, a partir de octubre de 1492, a manos de españoles y portugueses (lo mismo sucedió en el continente africano hasta bien entrado el siglo 20) como un encuentro de culturas, pero debemos decir, en defensa de la verdad histórica, que debido a las particularidades del sometimiento impuesto a las distintas culturas aborígenes, su desprecio general al ser tratados como inferiores, y el intento de destruir sus características culturales, acusando a sus diferentes religiones y tradiciones y expresiones artísticas como “demoníacas”, no podemos en el marco de nuestra materia, dejar de llamarlo “choque de culturas” o profundizando mas aun el análisis, y teniendo en cuenta los millones de aborígenes muertos y la expoliación del incipiente capitalismo europeo sobre nuestro continente, llamarlo genocidio. Cuando una sociedad somete a otra, generalmente mediante la fuerza, o la presión económica, trabaja fundamentalmente sobre su sistema ideológico. Es un trabajo sobre los imaginarios sociales de la población dominada. Con esto se consigue derrumbar los pilares ideológicos y deja
el espacio abierto para la imposición de un nuevo sistema de ideas, que acepte y naturalice
la posibilidad de dominación. Este proceso se
denomina deculturación, o pérdida de la especificidad cultural de un grupo, y produce vaciamiento o mutación de una cultura. Una vez dominado el pueblo, vaciada o descalificada su cultura. Los conquistadores inician el proceso de aculturación. De este modo se imponen valores culturales que son presentados como único modelo válido en todas las esferas de la vida del individuo : se reemplaza la cultura autóctona por la de los colonizadores, pero en base a relaciones desiguales o asimétricas, en donde los colonizadores se imponen sobre los
colonizados..Estos
relaciones
asimétricas
y
el
proceso
de
aculturación en si, logran que el individuo acepte su propia cultura como inferior. En nuestras sociedades latinoamericanas actuales, el fenómeno de aculturación se presenta en ocasiones bajo sutiles formas de disimulo,
pero
manifiesta
una
presencia
especificidad cultural de nuestras sociedades
amenazante
para
la