Aprendizaje por proyectos: una educación interdisciplinar Pese a que la conciencia de que vivimos en un mundo globalizado e interconectado es casi total, una parte importante de la comunidad educativa sigue abogando por una transmisión de saberes aislados en el aula, bajo la forma de materias curriculares impartidas como unidades ajenas las unas a las otras. Un panorama educativo que, gracias en parte a la ventana al autoaprendizaje abierta por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), empieza a resquebrajarse en aras de un aprendizaje que integre los diferentes saberes que puedan ser de utilidad para el estudiante no tanto dentro del universo cerrado del aula como, sobre todo, fuera de ella. Lo que puede lograrse a través del llamado aprendizaje interdisciplinar, transdisciplinar o, de forma más extendida, del aprendizaje por proyectos. Bases teóricas para una educación para la vida Entendemos el aprendizaje por proyectos como algo más que una metodología educativa integrada dentro de un sistema educativo determinado, ya que sus planteamientos lo aproximan a un sistema educativo autónomo y autosuficiente. Lo que no implica que no tome los contenidos propios de las materias curriculares de sistemas pedagógicos digamos “tradicionales” y, por lo tanto, que no los enseñe a sus alumnos. Ya que, como su nombre indica, el aprendizaje por proyectos plantea investigaciones/proyectos al alumnado, que para alcanzar sus conclusiones debe aprender y formarse en áreas de conocimiento tan aparentemente distintas como puedan ser la científica, la social, la artística o cualquier otro campo que les permita reflexionar sobre el tema propuesto en el aula y que, tal y como ocurre fuera del aula, se encuentran interrelacionadas. Y aunque su adopción es, aún, minoritaria dentro del contexto educativo general, bebe de algunas corrientes pedagógicas anteriores, con mucho, a la aparición de las TIC que la han convertido en una “nueva” concepción educativa. La llamada globalización de la enseñanza concebida por Ovide Decroly (1871-1932), que planteaba que la mejor forma de aprender una materia era que esta estuviese vertebrada por un área de interés del estudiante, el triángulo educativo conformado por la experiencia activa, la reflexión y, por último, la problematización de una realidad compleja del pedagogo John Dewey (1859-1852), o la conversión de la escuela en un espacio de investigación individual y grupal instaurada por Célestin Freinet (1896-1966) serían algunos de los más preclaros precedentes, de comprobada efectividad, del aprendizaje por proyectos. No son los únicos:
algunos de los elementos de la alfabetización crítica aplicada por Paulo Freire (1921-1997) o la lectura y discusión del periódico en el aula, permitiendo así una visión de conjunto de diferentes problemáticas interdependientes, de Lorenzo Milani (1923-1967), también se encuentran en las bases de esta tipología pedagógica que, gracias a su naturaleza transversal, se adapta a prácticamente cualquier contexto educativo concreto, con las TIC o sin ellas. Beneficios pedagógicos Pero, más allá de lo que tiene de preparación para una realidad difícil de asumir desde un conocimiento fragmentado, la reputación de sus precedentes o la base teórica de esta pedagogía ¿en qué aspectos resulta beneficioso para el alumnado la instauración de un aprendizaje por proyectos como sistema educativo?
Formación en competencias de aprendizaje como, en una realidad mediada a través de las TIC, la alfabetización digital, a través de la movilización de saberes y de los procedimientos necesarios para adquirirlos.
Revela prácticas sociales que justifican el aprendizaje aula desde una perspectiva práctica y experiencial.
Relacionado con el punto anterior, el aprendizaje por proyectos genera una mayor motivación que otros tipos de aprendizaje, de forma similar al del aprendizaje basado en la resolución de problemas.
Provoca el aprendizaje de nuevos contenidos, fruto de un itinerario pedagógico menos planificado, aunque por ello más supervisado por los docentes impulsores del proyecto.
Permite identificar logros y ejes de mejora durante el proceso de aprendizaje, y desde la autoevaluación del alumnado.
Desarrolla el aprendizaje colectivo, con o sin TIC, y el trabajo cooperativo entre los estudiantes, ya que para obtener un resultado más completo los conocimientos específicos de unos cubren las flaquezas formativas de otros. En este aspecto, se pueden combinar las capacidades de alumnos de diferentes edades/cursos para obtener resultados más complejos y, por tanto, también más completos.
Refuerzan la confianza de los alumnos en sus propias posibilidades de aprendizaje, reforzando su identidad personal y colectiva a través de su rol activo en la adquisición de conocimientos.
El rol del profesorado
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No es la primera vez que se expone en este blog que el rol del profesorado se encuentra en proceso de cambio, en parte debido a la irrupción de las TIC en nuestras vidas y por lo tanto en nuestra manera de acceder a contenidos curriculares que hasta entonces estaban en manos de la comunidad docente, y como deduciréis de lo leído hasta aquí no podemos no volver a repetir esta máxima para referirnos al papel del profesorado en el aprendizaje por proyectos. Una vez propuesto el proyecto por el profesorado al aula, teniendo en cuenta sus capacidades y las expectativas de aprendizaje que pueda tenerse sobre el grupo clase, su rol pasa a ser el de gestor de los conocimientos adquiridos por los alumnos y de supervisor de sus procesos de aprendizaje, asegurándose de que los conocimientos que estos han adquirido parten de una investigación lo bastante elaborada. No es una tarea fácil, ni tampoco menos meritoria que la de generador de contenidos que hasta no hace tanto parecía patrimonio exclusivo de la profesión docente, pero los resultados son positivos tanto para el alumnado como para los maestros, que también deben investigar por su cuenta para preparar el proyecto y para asegurarse de que las fuentes de las que dispone el alumnado son las adecuadas. Un papel que quizás algunos ya conocéis por haber implementado el aprendizaje por proyectos en vuestras aulas. De ser así, os agradeceríamos que compartieseis vuestras experiencias e impresiones con todos nosotros así como este post, en el caso de que os haya resultado interesante, con el resto de vuestra comunidad educativa.
El aprendizaje basado en proyectos es una metodología que permite a los alumnos adquirir los conocimientos y competencias clave en el siglo XXI mediante la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real. Los alumnos se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y desarrollan su autonomía y responsabilidad, ya que son ellos los encargados de planificar, estructurar el trabajo y elaborar el producto para resolver la cuestión planteada. La labor del docente es guiarlos y apoyarlos a lo largo del proceso. APLICA EN DIEZ PASOS ESTA METODOLOGÍA
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1. Selección del tema y planteamiento de la pregunta guía. Elige un tema ligado a la realidad de los alumnos que los motive a aprender y te permita desarrollar los objetivos cognitivos y competenciales del curso que buscas trabajar. Después, plantéales una pregunta guía abierta que te ayude a detectar sus conocimientos previos sobre el tema y les invite a pensar qué deben investigar u que estrategias deben poner en marcha para resolver la cuestión. Por ejemplo: ¿Cómo concienciarías a los habitantes de tu ciudad acerca de los hábitos saludables? ¿Qué campaña realizarías para dar a conocer a los turistas la historia de tu región? ¿Es posible la vida en Marte? 2. 2. Formación de los equipos. Organiza grupos de tres o cuatro alumnos, para que haya diversidad de perfiles y cada uno desempeñe un rol. 3. 3. Definición del producto o reto final. Establece el producto que deben desarrollar los alumnos en función de las competencias que quieras desarrollar. Puede tener distintos formatos: un folleto, una campaña, una presentación, una investigación científica, una maqueta… Te recomendamos que les proporciones una rúbrica donde figuren los objetivos cognitivos y competenciales que deben alcanzar, y los criterios para evaluarlos. 4. 4. Planificación. Pídeles que presenten un plan de trabajo donde especifiquen las tareas previstas, los encargados de cada una y el calendario para realizarlas. 5. 5. Investigación. Debes dar autonomía a tus alumnos para que busquen, contrasten y analicen la información que necesitan para realizar el trabajo. Tú papel es orientarles y actuar como guía. 6. 6. Análisis y la síntesis. Ha llegado el momento de que tus alumnos pongan en común la información recopilada, compartan sus ideas, debatan, elaboren hipótesis, estructuren la información y busquen entre todos la mejor respuesta a la pregunta inicial. 7. 7. Elaboración del producto. En esta fase los estudiantes tendrán que aplicar lo aprendido a la realización de un producto que de respuesta a la cuestión planteada al principio. Anímales a dar rienda suelta a su creatividad. 8. 8. Presentación del producto. Los alumnos deben exponer a sus compañeros lo que han aprendido y mostrar cómo han dado respuesta al problema inicial. Es importante que cuenten con un guion estructurado de la presentación, se expliquen de manera clara y apoyen la información con una gran variedad de recursos. 9. 9. Respuesta colectiva a la pregunta inicial. Una vez concluidas las presentaciones de todos los grupos, reflexiona con tus alumnos sobre la experiencia e invítalos a buscar entre todos una respuesta colectiva a la pregunta inicial. 10. 10. Evaluación y autoevaluación. Por último, evalúa el trabajo de tus alumnos mediante la rúbrica que les has proporcionado con anterioridad, y pídeles que se autoevalúen. Les ayudará a desarrollar su espíritu de autocrítica y reflexionar sobre sus fallos o errores.
VENTAJAS DEL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS Las ventajas del aprendizaje basado en proyectos son innumerables. A continuación destacamos algunas: 1. 1. Motiva a los alumnos a aprender. El profesor despierta la curiosidad del alumno mediante elementos ligados a su realidad que lo estimulan a investigar y aprender.
2. 2. Desarrolla su autonomía. Los alumnos son los protagonistas del proceso: planifican el proyecto, distribuyen las tareas, ponen las ideas en común, toman sus propias decisiones y elaboran el producto. 3. 3. Fomenta su espíritu autocrítico. Alienta a los alumnos a evaluar su propio trabajo y a detectar fallos en el proceso de trabajo con el objetivo de que aprendan de sus errores y mejoren los resultados en un futuro. 4. 4. Refuerza sus capacidades sociales mediante el intercambio de ideas y la colaboración. Los alumnos ponen en común las ideas, debaten y acuerdan decisiones. Mediante el aprendizaje colaborativo, se apoyan los unos a los otros para aprender y conseguir un objetivo común. 5. 5. Facilita su alfabetización mediática e informacional. Durante la investigación desarrollan su capacidad para buscar, seleccionar, contrastar y analizar la información. 6. 6. Promueve la creatividad. Deben poner en marcha todas las estrategias e ideas posibles para elaborar un producto que dé respuesta a la cuestión planteada. Así, pueden realizar videos, campañas, maquetas, folletos o cualquier otro elemento que apoye su respuesta. Cuanto más original sea el producto, mejor. 7. 7. Atiende a la diversidad. Estimula tanto a los estudiantes con problemas de aprendizaje como a los alumnos más avanzados o superdotados. A los primeros les ayuda a aprender mediante la interdependencia positiva con sus compañeros, mientras que a los segundos les abre todo un campo de posibilidades para desarrollar plenamente sus capacidades.