Ap Manual C30.docx

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V. A Álvarez Palenzuela

CAPITULO 30 “La Guerra de los 100 Años” La monarquía francesa e inglesa fueron protagonistas de un conflicto de larga duración, que ocupo buena parte de los siglo XIV y XV: LA GUERRA DE LOS 100 AÑOS. Hubo en el trascurso de la misma largos periodos de paz. El conflicto motivado en principio por una cuestión sucesoria que se planteo en el reino de Francia, afecto a muchos planos, tanto de carácter político como económicos. Francia e Inglaterra llevaban algún tiempo enfrentadas por asuntos de inequívoco contenido feudal. La guerra de los 100 años tuvo una proyección mas allá de sus fronteras, implicando en la misma a otros países, en particular a los reinos de la España cristiana. 1) LOS ORÍGENES DEL CONFLICTO: La dinastía de los Capetos se extinguió en el año 1328, fecha de la muerte del monarca Carlos IV, el cual no tenía descendientes. De esta forma se plantea un serio problema en Francia: ¿Quién sería el próximo monarca?. Pronto surgieron 3 aspirantes al trono: 2) FELIPE DE EVREUX, nieto de Felipe III el Atrevido (y su 2da esposa). 3) FELIPE DE VALOIS, tb nieto de Felipe III pero de su primera esposa. 4) EDUARDO III rey de Inglaterra desde el año 1327 , el cual podía alegar que era nieto de Felipe IV el Hermoso, a través de la hija de este, su madre Isabel de Francia. Los 3 poseían argumentos jurídicos suficientemente validos para aspirar a la corona francesa. Felipe de Valois contaba a su favor con una serie de elementos, entre ellos su condición de “natural del reino”, pero tb el prestigio recibido de su padre, Carlos de Valois, que había sido un personaje de relieve en tiempos de los últimos Capetos. Felipe de Valois fue proclamado rey de Francia por una asamblea de barones, por lo que se convirtió en el monarca Felipe VI (1328 – 1350). En un primer momento Eduardo III de Inglaterra no solo reconoció a su contrincante Felipe VI como legitimo rey de Francia sino que incluso accedió a prestarle homenaje. Sin embargo, unos años más tarde, en 1337, se produjo un cambio radical en la situación la confiscación por el monarca galo de la Aquitania, territorio dominado por los ingleses aunque situado en suelo francés, fue la causa fundamental que llevó a Eduardo III a reclamar la corona francesa. El asunto se agravó en el siglo XII a raíz del matrimonio de Enrique II de Inglaterra con Leonor de Aquitania. Aquella fue la época de la proyección del “Imperio Angevino” sobre una buena parte del territorio francés. Dicho imperio estaba en manos de los reyes de Inglaterra, lo que suponía una merma de la autoridad para los monarcas franceses. La cuestión se complico debido a la exigencia de los reyes de Francia, a partir del siglo XIII, de que los reyes de Inglaterra deberían prestar a los monarcas franceses nada menos

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que un homenaje preferente. Los monarcas ingleses, si aceptaban las exigencias de los monarcas de Francia, aparecían como vasallos suyos, lo que suponía una clara situación de inferioridad. Esta pugna tenía un indudable origen feudal. Una última faceta, tiene que ver con la vida económica. Para Francia era vital el control de las zonas costeras del Atlántico, donde se situaba entre otros territorios Aquitania, Bretaña, Normandía, Flandes. Los puertos de estas regiones resultaban fundamentales para la expansión del comercio francés. Inglaterra, por su parte, procuraba poner el mayor numero de trabas posibles al comercio de Francia. Aquitania destacaba en el comercio del vino, si bien su exportación cayó en el siglo XIV. Flandes ocupaba un puesto preponderante en la producción de tejidos, los cuales se elaboraban básicamente con lana procedente de Inglaterra. En conclusión, la GUERRA DE LOS 100 AÑOS es una confrontación política que se acompaña de otra por el control de los mercados. La cuestión de Aquitania fue la más importante de todas las causas que enfrentaron a ingleses y franceses. Inglaterra pretendía transformar dicha región poco menos que en un alodio (patrimonio libre de toda posesión) con el fin de evitar de esa manera la entrada de agentes de los reyes de Francia. En 1323 surgió un serio conflicto entre franceses e ingleses a consecuencia de la decisión del monarca galo Carlos IV de construir la ciudad fortificada o bastida de Saint Sardos. La reacción inglesa no se hizo esperar, procediendo a atacar y quemar dicha ciudad. Francia por su parte decretó la confiscación del ducado de Aquitania, al tiempo que enviaba un ejército con la finalidad de ocupar dicho territorio. En 1325 se firmo una tregua entre los dos bandos. El príncipe Eduardo, que poco tiempo después sería el monarca Eduardo III, presto homenaje a Carlos IV de Francia, al tiempo que le pago un rescate, lo que le permitió recuperar gran parte del ducado de Aquitania. El hito decisivo fue la confiscación de lo que quedaba en manos de los ingleses de la Aquitania(1), medida tomada por Felipe VI en 1337. El monarca francés tomó aquella decisión, debido a los frecuentes actos de rebelión y de desobediencia del rey de Inglaterra y duque de Aquitania, Eduardo III. Otro asunto que contribuyo a envenenar las relaciones entre Francia e Inglaterra fue el problema de ESCOCIA. En 1329, a raíz del fallecimiento del rey de Escocia Ricardo I, el cual dejaba como heredero del trono a su hijo David, un niño, el monarca de Inglaterra Eduardo III decidió intervenir. El joven David ante la intervención Inglesa huyó a Francia donde encontró el apoyo de Felipe VI. Para Eduardo III la alianza franco-escocesa reultaba peligrosa(2). Otro núcleo conflictivo era el territorio de Flandes(3). Allí era conde Luis de Nevers, el cual había contando con el apoyo militar de los franceses para enfrentarse a los sectores populares, a los que logró derrotar. El monarca inglés, Eduardo III, tomó la decisión de prohibir la exportación de lanas ingleses a Flandes en 1336. Y ofrecía importantes privilegios a artesanos del textil que estuvieran dispuestos a abandonar Flandes y trasladarse a vivir a ciudades de Inglaterra para desempeñar allí su oficio. Esta decisión era perjudicial para la industria flamenca, Eduardo III pretendía encender nuevas mechas. Otro asunto que contribuyo a acentuar la pugna franco-inglesa, fue el reconocimiento, en Arois por parte de un tal Roberto, que aspiraba al título de conde en dicho territorio, del monarca inglés Eduardo III como rey de Francia.

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Las dos potencias que estaban por enfrentarse tenían grandes diferencias entre ellas. Francia no solo era más grande territorialmente sino que tb tenia una población más abundante. Sin embargo, el arco largo inglés, arma de gran rapidez, superaba a la ballesta francesa, lenta y pesada. Tb era agudo el contraste entre la caballería pesada de los franceses y la sabia combinación entre caballería e infantería de los ingleses. 2) VICTORIAS INGLESAS: Las primeras fases de la Guerra de los 100 años se decantaron claramente a favor de los Ingleses. El punto de partida de la guerra fue obviamente la reivindicación que hizo Eduardo III de Inglaterra en 1337 de la corona francesa a la que alegaba tener derechos. Eduardo desembarcó proclamándose rey de Francia en la ciudad de Gante en 1340. Simultáneamente, el soberano ingles firmó un pacto con las ciudades flamencas, al tiempo que decretaba el final del embargo de la exportación de lana inglesa. De fines de 1340 a 1342  TREGUA. Hubo negociaciones donde los ingleses afirmaron que renunciarían a la corona francesa únicamente a cambio de territorios en suelo francés que les fuera otorgado con plena soberanía. Primeros éxitos ingleses: la victoria de Crécy y la toma de Calais: El combate tuvo lugar en Crécy, en Ponthieu y el resultado de la batalla, larga y agotadora, fue favorable para los ingleses. Eduardo a raíz de aquel triunfo, se dirigió con sus tropas hacia la zona costera, poniendo sitio a la ciudad de CALAIS, que se hallaba en manos francesas. En 1347, Calais se rendía a los ingleses. Aquel nuevo éxito se sumaba al obtenido en 1346 en Neville’s Cross, sobre el rey de Escocia, David II. Los dos derrotados, el rey de Escocia y el duque de Bretaña fueron enviados a la torre de Londres, los éxitos sonreían a Eduardo III. Poco desp Eduardo III y Felipe VI firmaban una nueva tregua 1, no hay que olvidar que en el año 1348 se propagó por la Europa cristiana la terrible epidemia de mortandad conocida como “Peste Negra”, traída al occidente de Europa por unos marinos genoveses. El hundimiento de Francia: la Batalla de Poitiers: En el año 1350 falleció el rey de Francia Felipe VI. Le sucedió en el trono su hijo JUAN II, conocido como “el Bueno”. Cometió numerosos errores entre ellos el de rodearse de consejeros incompetentes y corruptos. El reinado de Juan II fue calamitoso para Francia, Juan II dio muestras de mediocridad en lo que se refiere a la actividad política. Juan II fue incapaz de hacer frente con éxito a los graves problemas que amenazaban su reino. En el año 1354, tras la reunión de negociaciones de ambos bandos en la localidad de Guines, cerca a Calais, estuvo a punto de lograrse un acuerdo de paz. Eduardo III aceptaba la renuncia a la corona de Francia, pero a cambio de colocar bajo su soberanía los territorios de Aquitania, Anjou, Poitou, Maine y Turena. Sin embargo a última hora Juan II no se atrevió a firmarlo. En verdad lo que allí se había acordado parecía una reproducción de lo

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que fuera el imperio de Plantagenet2 de Enrique II de Inglaterra3. Aquel fracaso estimulo la reanudación de la guerra. Carlos II, rey de Navarra y conde de Evreux, conocido como “el Malo”, tb aspiraba a la monarquía francesa, pues era descendiente de los Capeto por línea femenina. Buscaba acercamiento a los ingleses. Su detención en 1356 por orden de Juan II de Francia, dio lugar a que sus más íntimos pidieran socorro a Inglaterra. La guerra franco-inglesa se había puesto nuevamente en marcha en el año 1355. El gran protagonista de esta nueva etapa era Eduardo el príncipe de Gales, heredero de la corona Inglesa, más conocido como “el Príncipe Negro”. En 1356 los ingleses planearon un nuevo ataque contra Francia, de tres frentes distintos. En la batalla de Poitiers el resultado fue un nuevo y sonoro triunfo inglés. El rey de Francia Juan II fue hecho prisionero y trasladado a la torre de Londres. La situación de Francia desp de la derrota de Poitiers era desastrosa. La monarquía había llegado a un gran desprestigio. El monarca estaba prisionero por lo que ocupo su puesto el delfín Carlos, heredero de la corona a la vez que duque de Normandía. Éste intentó poner orden. Carlos II “el Malo”, rey de Navarra, vuelve a Francia en 1357 excarcelado y enrarece aún más el ambiente. En el año 1358 hubo dos grandes revueltas en Francia: 1. La Jaquerie: protagonizada por campesinos de las llanuras del centro de Francia, que se sublevaron contra los abusos que cometían sus señores. 2. La de los mercaderes parisinos. La paz de Brétigny: Era imprescindible alcanzar la paz con Inglaterra. Finalmente se llegó en mayo de 1360. Las condiciones estipuladas en el tratado de Brétigny difícilmente podían ser más negativas para la monarquía francesa. El monarca ingles pasaba a dominar una gran parte del territorio francés. Al mismo tiempo se estableció que Francia debería pagar a Inglaterra la elevada suma de 3 millones de coronas de oro para conseguir la liberación del monarca galo Juan II. A cambio Eduardo III renuncia definitivamente a sus posibles derechos a la corona de Francia. Los VALOIS habían conseguido la salvación del trono, pero a costa de concesiones excesivas a sus rivales. La situación financiera era tan complicada que los franceses no pudieron abonar las cantidades estipuladas lo que motivó que Juan II volviera a su prisión londinense, donde estuvo hasta 1364 cuando murió. En conclusión, todo lo sucedido desde el inicio de la Guerra de los 100 años en el año 1337, hasta que se llegó al tratado de Brétigny, en 1360, había sido sumamente negativo para Francia. 3) LA REACCIÓN FRANCESA: Francia parecía sumida en un abismo a raíz de la firma del tratado de Brétigny. Sin embargo poco a poco se fue rehaciendo.

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La Francia de Carlos V: A la muerte de Juan II le sucedió en el trono de Francia su hijo Carlos V “el Prudente”, 1364 – 1380). Carlos V era una persona para nada brillante desde el punto de vista físico, pero a la vez de salud débil por una enfermedad. Tenía inquietudes culturales. Fue más un hombre de despacho que de acción. De su reinado se conserva una excelente crónica elaborada por la pluma de Christine de Pisan, hija de una de sus médicos. Alianza de Francia con Enrique II de Castilla: Un acontecimiento que fue beneficioso para la monarquía francesa fue la guerra que sostuvieron en la corona de Castilla el monarca Pedro I conocido como “el Cruel” y su hermanastro Enrique de Trastámara. Este último contó desde el principio con la ayuda de Francia. Enrique de Trastámara, el príncipe bastardo, se convirtió en el rey efectivo de Castilla, es decir ENRIQUE II y da el inicio a una nueva dinastía, la de los Trastámaras. La recuperación de Francia: En el año 1369, Carlos V que se mostraba optimista, estaba dispuesto a recuperar todo lo que había perdido su reino en la humillante paz de Brétigny. El arma principal en la que se apoyaba el rey francés era el ejercito. La chispa salto de nuevo como consecuencia de diversas solicitudes que le hicieron a Carlos V como árbitro. Eduardo III de Inglaterra, replico adoptando nuevamente el título de rey de Francia en 1369. Carlos V respondió de forma inmediata decretando la confiscación del ducado de Aquitania. En 1370 el ejército francés sorprendió a las tropas inglesas. Era la primera derrota significativa que sufrían los soldados de Eduardo III en el trascurso de la guerra. Un nuevo y muy importante paso dieron los franceses en el año 1372. La flota inglesa fue aniquilada en La Rochela por las fuerzas navales conjuntas de franceses y castellanos. Este éxito repercutió de inmediato en la situación de la Francia continental. Ciertamente a raíz de aquella victoria naval las tropas francesa recuperaron territorios. El ejército francés al mando de Du Guesclin lanzo una fulminante ofensiva que culmino con la ocupación de caso toda la Bretaña. 1375  NUEVA TREGUA: Tregua de Brujas. Las mencionadas treguas ponían de manifiesto el cansancio general que reinaba entre los dos bandos. Carlos V optimista, pues había logrado situar bajo su soberanía la mayor parte de los dominios que fueron cedido a Inglaterra en el tratado de Brétigny en 1360. 4) UNA ETAPA DE TREGUA (1380 - 1396): Los últimos años del siglo XIV fueron testigos de un periodo caracterizado por el predominio de la paz en lo que al desarrollo de la guerra de los 100 años se refiere. Los nuevos dirigentes tanto de Francia como de Inglaterra buscaron la paz.

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El camino hacia la paz: En el campo ingles murió en 1376, el Príncipe Negro (Eduardo el príncipe de Gales de Inglaterra) y al año siguiente el monarca Eduardo III de Inglaterra. La corona inglesa recayó en el joven Ricardo II (1377 – 1399) que solo contaba con 10 años de edad en el momento de acceder al trono. Por lo que respecta al bando francés fallecieron en 1380 tanto el rey Carlos V como Du Guesclin. La corona francesa pasó a ocuparla el joven Carlos VI (1380 – 1422). En ambos casos se dan etapas de “minoridad” (reyes menores de edad). En Inglaterra ocupan la regencia los duques tíos de Ricardo II y en Francia tb se encargarán de la regencia los tíos de Carlos VI. En 1378 se había producido un Cisma en la Cristiandad europea, al coexistir 2 pontifices, uno establecido en Roma y otro en Avignon. Cada uno de los bandos apoyaba a un pontífice:  Francia al lado del papa de Avignon.  Inglaterra al lado del papa de Roma. En el año 1381 se da una sublevación de campesino en Inglaterra y en Francia las sublevaciones tuvieron lugar en 1382 en Ruán y Paris. El clima dominante, tanto en el campo inglés como en el francés empujaba a la búsqueda de la paz. Las treguas franco-inglesas: El conflicto no había desaparecido por completo. Se entró en una fase de negociación que condujo al TRATADO DE BAYONA de 1388. Dicho tratado pondrá fin a la pugna anglocastellana, al tiempo que se establecía el matrimonio del heredero de la corona de castilla, el futuro monarca Enrique III con una hija de Juan de Gante, Catalina de Lancaster. Ricardo II nombro a Juan de Gante, duque vitalicio del ducado de Aquitania. Buena parte de la población de Aquitania, manifestó su deseo de seguir vinculada a la corona inglesa. En la localidad de Ardres, tras una entrevista personal de los monarcas, Carlos VI de Francia y Ricardo II de Inglaterra, se ratifica la armonía franco-inglesa. Simultáneamente se concertó el matrimonio del rey de Inglaterra, Ricardo II con una hija de Carlos VI de Francia, Isabel, la cual aportaría una considerable dote. Las treguas de Ardres sumaban puntos para la fijación de la paz. No obstante, muchos de los viejos litigios seguían sin resolverse. De ahí que la guerra franco-inglesa se reanudara en los inicios del siglo siguiente, prolongándose hasta mediados de dicha centuria. Las consecuencias de aquel largo conflicto fueron devastadoras tanto para Francia (aunque resultara vencedora) como para Inglaterra. 1

Wikipedia: La guerra pudo acabar allí, pero la disputa dinástica en el ducado de Bretaña fue la excusa perfecta para volver a la carga. Eduardo III desembarca en Normandía y comienza una feroz cabalgata por Francia. Felipe VI sale en su persecución y lo alcanza en Crêcy, donde, pese a no estar preparados, los ingleses consiguen una aplastante victoria (1346). Al año siguiente los ingleses toman Calais - que conservarán 200 años-, y la Peste Negra obliga a Felipe VI a establecer una tregua, que durará siete años (1347-1354)

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Wikipedia: La Casa de Plantagenet fue la dinastía reinante en Inglaterra entre 1154 y 1399. Después de que el último Plantagenet fuera obligado a abdicar, la corona pasó a dos ramas secundarias de la dinastía: primero la Casa de Lancaster y posteriormente la Casa de York. La dinastía acabó finalmente en 1485 con la muerte de Ricardo III, dando comienzo al gobierno de la Casa de Tudor. En 1455 estalló la Guerra de las Dos Rosas que enfrentó a dos ramas de la dinastía Plantagenet, la Casa de Lancaster (reinante) y la Casa de York. Finalmente, Eduardo de York se convirtió en rey. La Casa de York ostentó la Corona hasta la batalla de Bosworth (1485), en la que el rey Ricardo III es derrotado y muerto por el ejército de Enrique Tudor. Tras la batalla Enrique es coronado rey, acabando así la Casa de Plantagenet y naciendo la de Tudor. 3

Enrique II Plantagenet (1133; Le Mans, Francia - 1189; Chinon, Francia), Rey de Inglaterra, Duque de Normandía y Aquitania y Conde de Anjou.

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