USMP – FMH Psicología Médica
UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES
Integrantes: Pierre Iván Azabache Chero César Aguilar Reina Sussan Anyela Pantigoso Espinosa Luis Adolfo Sigüeñas Linares
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Tabla de Contenido Introducción.......................................................................................................................3 El papel de los psicólogos..................................................................................................3 Recuperación problemática................................................................................................4 Ansiedad Preoperatoria en Niños.......................................................................................4 La EAPY-m y Dominios....................................................................................................5 Actividades....................................................................................................................5 Vocalización...................................................................................................................5 Expresividad emocional.................................................................................................5 Estado de despertar aparente..........................................................................................6 Interacción con los familiares........................................................................................6 Ansiedad preoperatoria en el Hospital...............................................................................7 Anestesiólogo y Ansiedad..................................................................................................9 Bibliografía......................................................................................................................10 Anexos.............................................................................................................................10 DISCUSIÓN............................................................................................................11
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Ansiedad Preoperatoria Introducción ... La responsabilidad del anestesiólogo en la evaluación preoperatoria de cada paciente, dependerá de su preparación y experiencia en fisiopatología clínica, pero también y en gran parte, del tipo de organización asistencial en la que le toca ejercer su especialidad y de la clase de cirujanos con los que le toca colaborar... JA Nesi, 1976
Ante una operación son muchos los pacientes que se preguntan si no despertarán o si se les detectará alguna enfermedad incurable. Y no sólo hay sufrimiento psicológico: distintas investigaciones revelan que el estrés preoperatorio retrasa la recuperación. "Como mejor se combaten la ansiedad y la incertidumbre es con una buena información, especialmente por parte del cirujano", asegura el psicólogo gijonés Francisco Estévez. "Poder hablar y ser escuchado por los médicos es fundamental en estos casos". Se debe informar al paciente de "qué se le va a hacer y por qué y del riesgo que corre con esa operación". La escala Possum -que se aplica en intervenciones de cierta importancia- mide ese peligro en función de las características del paciente. También el anestesista ha de explicar al paciente, cuando le realiza las pruebas previas a la intervención, el peligro que conlleva la anestesia: hay un mínimo porcentaje de personas que padecen alergia a las sustancias que se usan para dormirles. El riesgo quirúrgico -referido no sólo a la operación propiamente dicha, sino a todo el proceso- es más alto en las operaciones urgentes que en las programadas. "Hay pacientes a los que obligatoriamente hay que operar, porque aunque el riesgo quirúrgico es alto, el riesgo de que mueran es todavía más alto... O se operan o se mueren", sentencia el doctor. "Si el anestesista detecta que el paciente es muy ansioso, desde ese momento o desde unos días antes de la operación le prescribirán un ansiolítico. Y, sobre todo en las cirugías importantes, la víspera del ingreso se le da un tranquilizante y un protector gástrico, porque el estrés suele derivar en una hipersecreción que afecta al estómago".
El papel de los psicólogos Junto a cirujanos, anestesistas y enfermeros, los psicólogos y psiquiatras podrían tener un papel fundamental en la preparación de los pacientes que van a ser operados. Pero el sistema sanitario los excluye de esta tarea. María Ángeles Hernández, psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer, resalta que, además de las incertidumbres directamente relacionadas con la operación, muchas personas están estresadas por factores externos que no tienen nada que ver con su salud: ¿Quién organiza la casa mientras yo estoy aquí?, ¿Qué pasará con mi trabajo?... Para esta psicóloga es importante que el paciente conozca los procedimientos médicos que se le van a aplicar, pero también las sensaciones que tendrá y algunos detalles prácticos sobre el contexto hospitalario. Incluso puede ser conveniente mostrarle el lugar de la operación: "Mucha gente no ha visto un quirófano en su vida. Tienen una idea del quirófano, del instrumental, de las batas verdes que es completamente mística".
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USMP – FMH Psicología Médica En la preparación psicológica para una intervención se pueden utilizar procedimientos de relajación, técnicas de sensibilización para ayudar a la persona a enfrentarse a las cosas que más teme y técnicas para que vea los aspectos positivos de la cirugía, cuyo objetivo, al fin y al cabo, es curar la enfermedad. El psiquiatra argentino Eduardo Giacomantone y el cirujano Alberto Mejía señalan en un trabajo conjunto sobre "Estrés quirúrgico y ansiedad", que en el periodo preoperatorio "cierto nivel de ansiedad es normal y deseable", ya que indica que el paciente tiene una visión realista del peligro objetivo que representa la cirugía y trata de adaptarse a la situación.
Recuperación problemática Según estos autores, las personas con un estrés excesivo antes de una intervención "presentan mayores dificultades en su evolución clínico-quirúrgica". Entre ellas, problemas psíquicos -ansiedad, insomnio o agresividad-, problemas en la relación médico-paciente, convalecencia prolongada, mal control del dolor con analgésicos, actitudes inadecuadas en el cuidado de la enfermedad o complicaciones orgánicas. Estos especialistas recomiendan que el cirujano, durante la evaluación prequirúrgica o el día del ingreso, dedique un tiempo a una charla informal con el paciente y le estimule a contar lo que piensa o teme de la operación. Síntomas que pueden alertar de la presencia de un cuadro de ansiedad preoperatoria son insomnio, pesadillas, cefaleas tensionales, náuseas, dispepsias, sensación de ahogo u opresión en el pecho... Otro signo podrían ser los reiterados aplazamientos de la operación motivados "por el temor o por trastornos somáticos como reacciones alérgicas o resfriados, por ejemplo".
Ansiedad Preoperatoria en Niños En niños, niveles elevados de ansiedad en el período preoperatorio pueden estar asociados a consecuencias médicas, psicológicas y sociales negativas. Las principales consecuencias médicas incluyen inducción anestésica intempestiva, reducción de las defensas contra infección, aumento en el consumo de anestésicos en el período intra operatorio y de analgésicos en el período postoperatorio; las consecuencias psicológicas, reinicio de enuresis, dificultad para alimentación, apatía, ansiedad continuada, irritabilidad y disturbios del sueño. Las consecuencias sociales, indisciplina y falta de cooperación con los profesionales de la salud. Son factores que pueden prever grados elevados de ansiedad en el período preoperatorio: temperamento previo del niño, niveles bajos de sociabilidad, comportamiento adaptativo, emotividad, impulsividad, experiencia quirúrgica previa, hospitalización, visitas conturbadas a las consultas pediátricas y niveles elevados de ansiedad de los familiares. En la evaluación de la ansiedad en niños es fundamental utilizar métodos apropiados y desarrollados específicamente para la franja etaria pertinente, lo que puede incluir entrevistas psiquiátricas, escalas de evaluación clínica, de auto evaluación o de observación y evaluaciones realizadas por los familiares. Una gran variedad de escalas de evaluación se desarrolló para evaluar la ansiedad en niños, proyectadas para ser utilizadas por médicos, padres, profesores o niños. Sin embargo, la mayoría de ellas no son apropiadas para evaluar la ansiedad en el período preoperatorio de niños en la franja etaria preescolar.
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USMP – FMH Psicología Médica Para alcanzar el grupo con edad menor de cinco años, Kain y Col construyeron una escala de observación denominada EAPY (Yale Preoperative Anxiety Scale), después modificada — EAPY-m (Yale Preoperative Anxiety Scale Modified), para ser utilizada en niños en el período preanestésico inmediato y en el momento de la inducción de la anestesia.
La EAPY-m y Dominios La EAPY-m consiste en la observación de cinco dominios que contemplan las relaciones del niño con el medio en que se encuentra (actividad y estado de despertar aparente), vocalización, expresividad emocional e interacción con los familiares. Como los estudios sobre ansiedad en niños en el período preoperatorio mencionan la ansiedad al momento de la evaluación preanestésica ambulatorial, se decidió realizar esta investigación, para verificar la ansiedad en este momento, utilizando la versión traducida de la escala EAPY-m. Escala de Ansiedad Preoperatoria de Yale Modificada – EAPY-m.
Actividades 1. Mira a su alrededor, curioso, juega con los juguetes, lee (u otro comportamiento apropiado para la edad); se mueve en la sala preanestésica/sala de tratamiento para coger los juguetes o ir hacia sus familiares; puede moverse en dirección al equipo de la sala quirúrgica. 2. No explora o juega, puede mirar para abajo, mueve mucho las manos, o se chupa el pulgar (sábana); puede sentarse cerca de los familiares mientras juega, o el juego tiene una característica definitivamente maníaca. 3. Se mueve de forma entre el juguete y sus familiares, movimientos no provenientes de actividades; movimientos o juegos frenéticos/agitados; contorción, se mueve en la mesa; puede empujar la máscara o agarrar a sus familiares. 4. Activamente trata de escapar, empuja con los pies y brazos, puede mover todo el cuerpo; en la sala de espera, corre alrededor de manera desconcentrada, no mira sus juguetes, no quiere separarse de sus familiares, los agarra desesperadamente.
Vocalización 1. Lee (vocalización no adecuada para la actividad), pregunta, hace comentarios, balbucía, se ríe, responde rápidamente a las preguntas, pero generalmente se queda callado; niño muy pequeño para hablar en situaciones sociales o muy absorto en el juego para responder. 2. Responde a los adultos pero susurra, “conversación de bebé,” solamente mueve la cabeza. 3. Quieto, ningún sonido o repuesta para los adultos. 4. Llorón, gimiendo, gruñendo, llorando en silencio. 5. Esta llorando, o puede gritar “!!no!!”. 6. Llanto, grito alto y sustentado (audible a través de la máscara).
Expresividad emocional Visiblemente feliz, sonriente o concentrado en el juego; Neutro, sin expresión visible en la cara; Se ve preocupado (triste) a asustado, triste, preocupado o con los ojos llenos de lágrimas;
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USMP – FMH Psicología Médica Angustiado, llorando, extremadamente descontrolado, puede estar con los ojos bien abiertos.
Estado de despertar aparente Alerta, mira alrededor ocasionalmente, se da cuenta o acompaña lo que el anestesiólogo hace (puede estar relajado); Retraído, se sienta con calma y en silencio, puede chuparse el pulgar o su cara puede estar parecida a la de un adulto; Atento, mira rápidamente alrededor, podrá asustarse con ruidos, ojos bien abiertos, cuerpo tenso; Llora en pánico, puede llorar o no aceptar a los demás, vira el cuerpo.
Interacción con los familiares 1. Se divierte absorto, se sienta centrado o involucrado en un comportamiento apropiado para la edad y no necesita los familiares; puede interactuar con los familiares, si ellos inician la interacción; 2. Busca contacto con los familiares (se les aproxima y conversa con los familiares que hasta ese momento estuvieron en silencio), busca y acepta la comodidad, puede recostarse a los familiares; 3. Mira a los familiares en silencio, aparentemente observa las acciones, no busca contacto ni comodidad, lo acepta si le fuere ofrecido o se agarra a sus familiares; 4. Mantiene a los familiares a una cierta distancia o podrá retirarse activamente de la presencia de los padres, podrá empujarlos o agarrarse desesperadamente de ellos y no dejarlos que se vayan. El empleo de escalas puede ser útil en el reconocimiento de los estados de ansiedad, dirigido a medidas que prevengan complicaciones provenientes de niveles elevados de ansiedad. La Escala de Ansiedad Preoperatoria de Yale modificada (EAPY-m) fue desarrollada para la evaluación de la ansiedad en niños en la edad preescolar al momento de la inducción de la anestesia. Esa escala posee un carácter de observación y es muy fácil para ser completada. Los estudios sobre ansiedad en niños en el período preoperatorio no mencionan la ansiedad al momento de la evaluación preanestésica ambulatorial (APA). Este estudio transversal buscó evaluar el nivel y la prevalencia de la ansiedad al momento de la APA y de la consulta clínica utilizando la escala EAPY-m, en niños en edad preescolar. En conclusión, en niños con edad entre 2 y 7 años, los niveles y las prevalencias de ansiedad, evaluados a través de la EAPYm, al momento de la evaluación preanestésica ambulatorial, son mayores que al momento de la consulta clínica.
Disminuir la ansiedad preoperatoria de los niños mejora la recuperación Los resultados de estudio recientemente publicado sugieren que el proceso de recuperación postoperatorio es más doloroso, más lento y complicado en pacientes pediátricos que tienen altos niveles de ansiedad preoperatoria. Más de 5 millones de niños experimentan alguna cirugía en los Estados Unidos cada año, y el 50% de ellos sufre de algún tipo de estrés y ansiedad antes del procedimiento. Aunque estas manifestaciones del comportamiento causan significativos problemas a los niños y a los padres, quizás exista una significación más alta del impacto de estos comportamientos en la recuperación postoperatoria. En adultos, varios estudios se han realizado para explorar la relación entre la ansiedad
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USMP – FMH Psicología Médica preoperatoria y los resultados postoperatorios tales como dolor, el uso de analgésicos y el retorno a las actividades normales. Las conclusiones de estas investigaciones sugieren que el proceso postoperatorio de recuperación es más doloroso, más lento y más complicado en pacientes con altos niveles de ansiedad preoperatoria. Hasta la fecha, no existe ninguna investigación similar en niños jóvenes bajo anestesia y cirugía. Zeev Kain y colaboradores (Departamento de Anestesiología, Facultad de Medicina, Universidad de Yale, en Connecticut, Estados Unidos) analizaron a 241 niños de 5 a 12 años que se habían sometido a amigdalectomía y adenoidectomía. Antes de la cirugía, a cada niño se le evaluó su temperamento y el grado de ansiedad. En seguida del procedimiento quirúrgico, todos los niños fueron admitidos en una unidad de investigación en donde se determinó cada 3 horas el dolor postoperatorio y el consumo de analgésicos. Finalmente, y después de 24 horas en el hospital, se les dio de alta para ser observados durante los próximos 14 días. La evaluación demostró que los niños ansiosos experimentaban considerablemente más dolor durante la estancia en el hospital y sus tres primeros días en casa. Mientras se recuperaban en el hogar, los niños ansiosos también consumían, en promedio, mucha más codeína y paracetamol en comparación con los niños normales. Los más nerviosos también presentaron una incidencia más alta de delirio al compararlos con niños sin ansiedad (9.7% versus 1.5%) y tenían una mayor frecuencia de estrés postoperatorio y de problemas del sueño. En conclusión, la ansiedad preoperatoria en niños jóvenes se asocia a una recuperación postoperatoria más dolorosa y a una incidencia más alta de sueño y de otros problemas.
Ansiedad preoperatoria en el Hospital A diferencia del médico general, del clínico o del cirujano, el anestesiólogo tiene generalmente poco tiempo para estudiar a cada uno de los pacientes antes de la intervención quirúrgica. En este tiempo tan breve se debe decidir si el enfermo está en condiciones adecuadas para ser sometido a un procedimiento anestésico-quirúrgico. El éxito en la visita preoperatoria depende, en gran parte, de la cooperación entre el anestesiólogo, el cirujano y el equipo quirúrgico, quienes, al conocer el plan terapéutico basado en la historia clínica del paciente, deben ofrecer al mismo información, orientación, adecuada relación médico-paciente y trato humano para brindarle un manejo perioperatorio de calidad, orientado a dar mayor seguridad de acuerdo al caso de que se trate; sin restar importancia a la labor del personal paramédico y administrativo (enfermeras, trabajo social, intendencia, secretarias, etcétera), ya que, para obtener buenos resultados, se debe trabajar con un equipo multidisciplinario que interactúe con el paciente para ofrecer una adecuada atención.
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USMP – FMH Psicología Médica A pesar de ello, en la mayoría de los casos, el enfermo es valorado en la sala por el anestesiólogo 24 horas antes del procedimiento quirúrgico. No debería administrarse jamás una anestesia sin conocer al paciente y haberlo evaluado previamente. Los objetivos de la valoración preanestésica son: Establecer una buena relación médico-paciente; realizar una evaluación clínica del enfermo, así como de los factores predictivos de riesgo anestésico-quirúrgico; prescribir una medicación, si se encuentra indicada para cada caso en particular, con el objetivo de mitigar el estado de ansiedad del paciente previo a la cirugía y seleccionar la técnica anestésica y fármacos a emplear en el periodo perioperatorio. La ansiedad es una alteración psíquica caracterizada por un sentimiento de temor y de aprehensión que puede ser componente de enfermedad psiquiátrica o un desorden de ansiedad independiente y estar acompañado de componentes somáticos, alteraciones psíquicas e hiperactividad simpática. Es el resultado de un esfuerzo de adaptación inadecuado para resolver conflictos internos y puede generar fobias, reacciones de conversión, estados disociativos, obsesivos y compulsivos. La ansiedad se puede presentar en cualquier persona; puede ser transitoria o crónica o de ambas formas. Existen diversos tipos de trastornos por ansiedad: trastornos de pánico, fobias, desórdenes por ansiedad generalizados, trastorno mixto ansioso depresivo. Se diferencia del miedo en que este último es un sentimiento de inquietud y malestar suscitado por la presencia de un peligro. La presencia de ansiedad en el periodo preoperatorio es variable en cada paciente y depende de varios factores: edad, sexo, estado socioeconómico, ocupación, estado físico, tipo de cirugía, temor al ambiente hospitalario, calidad de la atención médica, etcétera. La preparación psicológica que ofrece la visita preanestésica tiene gran influencia positiva en el estado anímico del paciente, pudiéndose observar en el mismo la disminución de su ansiedad preoperatoria cuantitativamente. A pesar de que mucho se ha avanzado en la farmacología de los medicamentos empleados para abatir la ansiedad en este periodo, poco se sabe sobre la frecuencia o la etiología de la misma; por esto se han implementado estrategias para disminuir su aparición, como pueden ser: la información audiovisual con material didáctico con realización de visitas guiadas previas en salas de operaciones; o la instrucción a través de hipnosis por medio de grabaciones que cada paciente escucha previamente a su cirugía. La anestesiología es una especialidad esencialmente clínica, por lo que la valoración médica preoperatoria está orientada a descubrir predictores de riesgo para que esto permita adoptar conductas médicas anticipadas, prevención de incidentes y accidentes en el acto anestésico-quirúrgico; inicialmente ésta se basaba en una historia clínica precisa y una exploración; después se añadieron las pruebas de laboratorio y con ello la detección de enfermedades en fase asintomática, con lo que se observa mejoría en el resultado posoperatorio. La admisión de un paciente a un hospital genera ansiedad. En estudios previos se ha demostrado que, en sujetos que van a ser sometidos a cirugía, la ansiedad se presenta por lo menos una semana antes de su admisión.
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USMP – FMH Psicología Médica El simple hecho de estar involucrado en un medio desconocido como lo es el hospitalario, la deficiente comunicación por parte del personal intrahospitalario, la desinformación obtenida por terceras personas y, sobre todo, el impacto en la esfera familiar, afectiva, social, laboral y económica, pueden ser detonantes de ansiedad y, por lo tanto, presentarse antes de su ingreso al hospital. Esta ansiedad puede desaparecer en el periodo posoperatorio, cuando el paciente recupera el estado de alerta y revalora que su entorno no presenta cambios importantes que le signifique modificación de sus hábitos de vida previos. Con base en esto, los anestesiólogos han utilizado la visita y medicación preoperatoria para mitigar la ansiedad.
Anestesiólogo y Ansiedad Se ha demostrado que la visita efectuada por el anestesiólogo es en ocasiones más efectiva que la medicación farmacológica y que puede aliviar la ansiedad preoperatoria. La mayoría de revisiones sobre anestesia pocas veces fija la atención en cuanto al tema de la ansiedad en el paciente preoperatorio. Algunos autores hacen observaciones interesantes al describir que la atención y el servicio que ofrece todo el personal dentro del hospital puede generar angustia en el enfermo, por lo que la comunicación adecuada y la actitud del equipo multidisciplinario que interactúe con el paciente puede ofrecer un entorno confortable, previo al acto anestésico-quirúrgico. La base de la entrevista preanestésica son la historia clínica y el examen físico, los cuales son el mejor medio para detectar una patología y valorar clínicamente la ansiedad preoperatoria con inspección visual, perfil psicológico, sintomatología asociada, tratamiento farmacológico previo; siendo esta información recopilada en la nota preanestésica para determinar la conducta a seguir en cada caso en particular. Idealmente, esta valoración debería realizarse unos días antes del procedimiento quirúrgico, permitiendo al paciente conocer a los miembros del equipo, completar los exámenes de laboratorio necesarios, proporcionar tiempo suficiente para estabilizar cualquier patología previa, en ocasiones con la asesoría de otro especialista. Desafortunadamente, problemas logísticos (pacientes y centro hospitalario) no lo permiten. Los objetivos del presente estudio fueron: observar si la consulta preanestésica tiene influencia positiva en los pacientes con la consecuente disminución de su estado de ansiedad; determinar las causas que la pueden generar; evaluar, de acuerdo a una escala visual, los niveles de ansiedad que presentan los pacientes sometidos a cirugía electiva e identificar en qué pacientes es mayor su incidencia.
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Bibliografía Revista Brasileira de Anestesiologia 387, Vol. 56, No 6, Noviembre-Deciembre, 2006.
REVISTA MEDICA DEL HOSPITAL GENERAL DE MEXICO, S.S. Vol. 63, Núm. 4 Oct.-Dic. 2000.
Kain ZN, Mayes LC, O’Connor TZ et al — Preoperative anxiety in children. Predictors and outcomes. Arch Pediatr Adolesc Med, 1996;150:1238-1245.
Anexos
Ansiedad preoperatoria en el Hospital General de México Enrique Ruiz-López,* Juan Heberto Muñoz-Cuevas,* Yuliana Isabel Olivero-Vásquez,** Margarita Islas-Saucillo*** El diseño de este estudio fue descriptivo, transversal, prospectivo y observacional. Se llevó a cabo durante la consulta preanestésica, que es una rutina diaria realizada 24 horas antes de la cirugía en la Unidad de Quirófanos Centrales del Hospital General de México. Fueron incluidos 500 pacientes con edades comprendidas entre 18 y 65 años, ASA I-II, programados para cirugía electiva. El médico anestesiólogo aplicó un cuestionario cerrado, voluntario, con lenguaje de fácil comprensión que constaba de 13 reactivos que detallaban la siguiente información: edad, sexo, ocupación, escolaridad, estado socioeconómico, temor a la cirugía y/o a la anestesia, temor al ambiente hospitalario, si se conoce o no al cirujano, si estaba informado del tipo de cirugía que le realizarían, sus hábitos de sueño previo a su ingreso hospitalario, su estado anímico y autoestima del mismo. También aplicó una inspección psicológica visual de los movimientos y expresión facial, manera de hablar y tipo de respiración, de acuerdo a la clasificación de trastornos mentales y del comportamiento ICD 10F40-F49. A la vez se valoró el estado de ansiedad del mismo paciente a través de una escala visual análoga (que consistía en una línea de 10 cm, donde 0 = No ansiedad y 10 = Máxima ansiedad). Los criterios de exclusión fueron: pacientes pediátricos (< 18 años), enfermos con ASA III-IV, sujetos con trastornos de lenguaje, con patología psiquiátrica e individuos con antecedente de medicación con ansiolíticos, antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores de membrana. RESULTADOS El cuestionario se aplicó a 500 pacientes operados en los Quirófanos Centrales del Hospital General de México, durante septiembre 1995 a enero 1996 cuyas edades fluctuaron entre 18 y 65 años, con edad promedio de 41 años, correspondiendo 66.6% al sexo femenino. Los datos sobre escolaridad, ocupación, nivel socioeconómico se presentan en el cuadro I.
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Se encontró que 165 sujetos (33%) sí presentaron temor a la cirugía, mientras que los otros 335 (67%) no lo refirieron. En lo que se refiere a temor por la anestesia, 227 pacientes (45%) respondieron afirmativamente y 273 (55%) indicaron no tenerlo. Ciento setenta y seis enfermos (35%) sí tuvieron temor al ambiente hospitalario y 324 (65%) no lo reportaron. Al preguntar a cada paciente si conocían al cirujano que lo operaría, 235 pacientes (47%) dijeron que sí y 265 (53%) contestaron que no. En relación a información sobre el tipo de cirugía que se le realizaría, respondieron de manera afirmativa 273 (55%) y negativamente 227 (45%); el cuadro II muestra la distribución de los pacientes de acuerdo al tipo de cirugía aplicada. Los resultados de la aplicación de la escala visual análoga para evaluar la ansiedad aparecen en el cuadro III.
DISCUSIÓN De acuerdo con nuestros resultados, en este estudio predominaron los pacientes de la cuarta década de la vida y del sexo femenino (66.6%), dedicadas al hogar (37.6%), con escolaridad máxima de secundaria (31.2%) y con nivel socioeconómico medio (67%).
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Al referirse a temor al ambiente hospitalario 35% respondió afirmativamente; se observó que un 45% de la población presentó miedo a la anestesia y un 33% lo manifestó como miedo a la cirugía. El 47% no conocía al cirujano que los operaría y el 45% de la población no sabía en qué consistiría el procedimiento que se le aplicaría. Asimismo la inspección visual mostró datos sugestivos de ansiedad como preocupación, inseguridad, dificultad en la concentración para responder, irritabilidad, tensión muscular y alteraciones del sueño, todas de intensidad variable, que pudieran manifestarse como ataques de pánico y/o síntomas fóbicos. Los resultados, de acuerdo a la escala visual de la ansiedad, mostraron que los valores referidos por los pacientes se manifestaron entre 2 y 5, lo que se traduce como ansiedad leve a moderada. Siendo la ansiedad un sentimiento de temor y aprehensión que puede tener repercusiones importantes en el entorno familiar, social, afectivo y ocupacional, se demuestra que hoy pueden haber factores importantes a considerar en este estudio, como son la frecuencia en sexo femenino y el estado socioeconómico, que en nuestro Centro Hospitalario son predominantes. Con esto se confirma la presencia de ansiedad reactiva en pacientes que se someten a cirugía. Es bien sabido que la cirugía provoca un estrés psicológico en grados variables y que se puede manifestar por diversas reacciones por parte del paciente, siendo las alteraciones de ansiedad las más frecuentes. Debemos considerar que, como el Hospital General de México es un centro de tercer nivel que cuenta con cursos universitarios de diversas áreas, estos resultados aportan información relevante al poner de manifiesto que la atención integral al paciente debe ser manejada adecuadamente desde su ingreso al mismo, ya que el equipo multidisciplinario que interactúa para resolver el problema de salud por el cual acude; debe además ofrecer un trato humano, siendo obligación de todos el informar y orientar adecuadamente acerca de su patología, de los procedimientos diagnósticos y del tratamiento, ya sea
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USMP – FMH Psicología Médica terapéutico y/o quirúrgico. Sobre esta base podremos confiar que se tienen elementos suficientes para disminuir el temor y la ansiedad que puede provocar el medio hospitalario. Por lo anterior, la realización de una consulta preanestésica de calidad por sí sola es un factor que contribuye de manera notable en la buena atención para un paciente que se somete a cirugía, ya que en dicha valoración se pueden resolver las dudas que generan ansiedad, al establecer una buena relación médico-paciente, al llevar acabo un interrogatorio dirigido, al realizar una evaluación clínica precisa, al elaborar un plan terapéutico de acuerdo a cada caso en particular, al decidir una medicación racional y efectiva, al prevenir de antemano la mínima presencia de efectos colaterales no deseados, que conllevan a la obtención de un consentimiento informado de un paciente convencido de su problemática y minimizando sus temores al medio hospitalario.
Conclusiones Cualquier paciente que ingresa a un hospital presenta angustia y ansiedad por el simple hecho de saberse enfermo y más aun cuando se le informa que será sometido a un procedimiento anestésicoquirúrgico, ya que para el enfermo en ocasiones le puede generar una sensación de riesgo para su vida. Es por esto que, en todo medio hospitalario, se debe llevar a cabo una revisión, planeación, supervisión, actualización y corrección de las vías por las cuales un paciente llega a consulta, hospitalización y quirófano para que sea disminuida la presencia de ansiedad durante su estancia en el centro hospitalario. Es fundamental que el equipo multidisciplinario (administrativo, paramédico y médico) actúe de manera coordinada, brindando orientación e información suficiente al paciente y sus familiares de cada caso en particular. Es aquí donde, durante los últimos años, el papel del médico anestesiólogo se ha enfocado al concepto de medicina perioperatoria, con el firme propósito de que el personal de esta área sea el encargado de ofrecer una adecuada valoración preoperatoria con el objeto de detectar y corregir previamente cualquier anomalía que pudiera ser riesgosa para el paciente que se somete a cirugía, así como indicar las medidas necesarias para una adecuada toma de decisión del manejo del enfermo e incluso prevenir algunos eventos y complicaciones no deseados. Así mismo, es el médico anestesiólogo quien se encarga de mantener la estabilidad hemodinámica durante el periodo transoperatorio, empleando sus conocimientos y destrezas al realizar manejo invasivo o intensivo de acuerdo al caso de que se trate, y este manejo se deberá extender hasta las 48 a 72 horas de postoperado el paciente, con el propósito de brindarle una recuperación más óptima y con mínimos efectos indeseables y de calidad. Sin embargo, es la consulta preanestésica, la pieza fundamental para planificar el manejo integral de cualquier paciente que requiera cirugía, estudios especiales, procedimientos menores, etcétera y seguirá siendo un elemento de suma importancia en cualquier medio hospitalario; por lo que al ser un recurso indispensable y necesario dentro de Hospital General de México, debe seguir siendo favorecida para su realización y crecer en todos los sitios donde se solicite la presencia del médico anestesiólogo.
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