Androcles era un esclavo romano, un día se escapó de su amo y se fue hacia la selva… Allí pasó días hasta que encontró una caverna… Una noche se quedó dormido y a las horas se despertó por un grandísimo rugido, tenía al lado a un gigantesco león. Androcles muerto de miedo pensaba que lo mataría pero así no era, se dio cuenta que el león estaba herido y este cogió su pata y vio que tenía una espina clavada, se la quitó y desde entonces se hicieron muy amigos. Uno de los días pasaron por la caverna soldados del ejercito romano y como sabían quien era Androcles decidieron llevárselo… En aquellos tiempos los esclavos que se escapaban se los ponían a los leones para que lucharan. Pusieron a un león varios días sin comer y cuando Androcles estaba en la tierra soltaron al león, fue tal la sorpresa que el león era su amigo y al verse los dos se abrazaron en vez de pelear. Todo el mundo estaba sorprendido porque no entendían lo que sucedía y Androcles le explicó al Emperador de Roma que clase de relación había entre ellos, y así toda la gente pidió la libertad de los dos.