Al Comienzo . .

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  • Pages: 27
Al comienzo . . . 00 01

Catecismo de la Iglesia Católica

§§ 1606-1609: El matrimonio bajo la esclavitud del pecado Kenneth DiLorenzo Baker 5 de diciembre de 2009 00 01

Trasfondo: Pecado §1849

Pintura al fresco, pintor desconocido Catacumba de Ss Pedro y Marcelino, Roma (3er siglo)

00 08

§1849 El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (Faust. 22, 27; ST I-II, 71, 6).

Trasfondo: Pecado §1849

Pintura al fresco, pintor desconocido Catacumba de Ss Pedro y Marcelino, Roma (3er siglo)

00 16

§1849 El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (Faust. 22, 27; ST I-II, 71, 6).

Trasfondo: Pecado Original §§387-389 §387 La realidad del pecado, y más particularmente del pecado de los orígenes, sólo se esclarece a la luz de la Revelación divina. (…)

Pintura al fresco, pintor desconocido Catacumba de Ss Pedro y Marcelino, Roma (3er siglo)

00 22

Trasfondo: Pecado Original §§387-389

Pintura al fresco, pintor desconocido Catacumba de Ss Pedro y Marcelino, Roma (3er siglo)

00 29

§388 Con el desarrollo de la Revelación se va iluminando también la realidad del pecado. Aunque el Pueblo de Dios del Antiguo Testamento conoció de alguna manera la condición humana a la luz de la historia de la caída narrada en el Génesis, no podía alcanzar el significado último de esta historia que sólo se manifiesta a la luz de la Muerte y de la Resurrección de Jesucristo (cf. Rm5,12-21). (…)

Trasfondo: §§387-389 El pecado original : una verdad esencial de la fe

Pintura al fresco, pintor desconocido Catacumba de Ss Pedro y Marcelino, Roma (3er siglo)

00 32

§389 Con el desarrollo de la Revelación se va iluminando también la realidad del pecado. Aunque el Pueblo de Dios del Antiguo Testamento conoció de alguna manera la condición humana a la luz de la historia de la caída narrada en el Génesis, no podía alcanzar el significado último de esta historia que sólo se manifiesta a la luz de la Muerte y de la Resurrección de Jesucristo (cf. Rm5,1221). (…)

Trasfondo: §§387-389 El pecado original : una verdad esencial de la fe

Pintura al fresco, pintor desconocido Catacumba de Ss Pedro y Marcelino, Roma (3er siglo)

00 34

§389 Con el desarrollo de la Revelación se va iluminando también la realidad del pecado. Aunque el Pueblo de Dios del Antiguo Testamento conoció de alguna manera la condición humana a la luz de la historia de la caída narrada en el Génesis, no podía alcanzar el significado último de esta historia que sólo se manifiesta a la luz de la Muerte y de la Resurrección de Jesucristo (cf. Rm5,1221). (…)

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado

La caída (c. 1570) Titian El Prado, Madrid

00 35

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado Esclavitud: 1. f. Estado de esclavo. 2. f. Sujeción rigurosa y fuerte a las pasiones y afectos del alma.

La caída (c. 1570) Titian El Prado, Madrid

00 37

3. f. Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación. DRAE

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado Esclavitud: 1. f. Estado de esclavo. 2. f. Sujeción rigurosa y fuerte a las pasiones y afectos del alma.

La caída (c. 1570) Titian El Prado, Madrid

00 42

3. f. Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación. DRAE

El matrimonio bajo la esclavitud del pecado 1. f. Estado de esclavo. 2. f. Sujeción rigurosa y fuerte a las pasiones y afectos del alma. 3. f. Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación. La caída (c. 1570) Titian El Prado, Madrid

00 45

1. adj.Dicho de una persona: Que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra. DRAE

La tentación Catedral de Notre Dame, Paris

00 52

§1606 Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura.

La tentación Catedral de Notre Dame, Paris

00 56

§1606 Todo hombre, tanto en su entorno como en su propio corazón, vive la experiencia del mal. Esta experiencia se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer. En todo tiempo, la unión del hombre y la mujer vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura.

§1606 (cont.) Este desorden puede manifestarse de manera más o menos aguda, y puede ser más o menos superado, según las culturas, las épocas, los individuos, pero siempre aparece como algo de carácter universal.

La tentación Catedral de Notre Dame, Paris

01 00

§1607 Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer.

Tentación, caída y expulsión Les Tres Riches Heures du Duc de Berry 1411-1416. Hermanos Limbourg 01 10

Tentación, caída y expulsión Les Tres Riches Heures du Duc de Berry 1411-1416. Hermanos Limbourg 01 18

§1607 Según la fe, este desorden que constatamos dolorosamente, no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, ni en la naturaleza de sus relaciones, sino en el pecado. El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer.

Tentación, caída y expulsión Les Tres Riches Heures du Duc de Berry 1411-1416. Hermanos Limbourg 01 22

§1607 (cont.) Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del Creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

Definición: Concupiscencia: §§ 2535-6 del Catecismo I El desorden de la concupiscencia 2535 El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos. Así, desear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos deseos son buenos en sí mismos; pero con frecuencia no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro y pertenece, o es debido a otra persona.

01 28

Definición: Concupiscencia: §§ 2535-6 del Catecismo I El desorden de la concupiscencia 2535 El apetito sensible nos impulsa a desear las cosas agradables que no poseemos. Así, desear comer cuando se tiene hambre, o calentarse cuando se tiene frío. Estos deseos son buenos en sí mismos; pero con frecuencia (que) no guardan la medida de la razón y nos empujan a codiciar injustamente lo que no es nuestro y pertenece, o es debido a otra persona.

01 32

Definicion: Concupicencia: §§ 2535-6 del Catecismo 2536 El décimo mandamiento prohíbe la avaricia y el deseo de una apropiación inmoderada de los bienes terrenos. Prohíbe el deseo desordenado nacido de la pasión inmoderada de las riquezas y de su poder. Prohíbe también el deseo de cometer una injusticia mediante la cual se dañaría al prójimo en sus bienes temporales: Cuando la Ley nos dice: ‘No codiciarás’, nos dice, en otros términos, que apartemos nuestros deseos de todo lo que no nos pertenece. Porque la sed del bien del prójimo es inmensa, infinita y jamás saciada, como está escrito: ‘El ojo del avaro no se satisface con su suerte’ (Si 5, 9) (Catec. R. 3, 37). 01 38

Tentación, caída y expulsión Les Tres Riches Heures du Duc de Berry 1411-1416. Hermanos Limbourg 01 57

§1607 (cont.) Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del Creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

Tentación, caída y expulsión Les Tres Riches Heures du Duc de Berry 1411-1416. Hermanos Limbourg 02 02

§1607 (cont.) Sus relaciones quedan distorsionadas por agravios recíprocos (cf Gn 3,12); su atractivo mutuo, don propio del Creador (cf Gn 2,22), se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia (cf Gn 3,16b); la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra (cf Gn 1,28) queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan (cf Gn 3,16-19).

Adán y Eva, sin firmar c.1930, Europa

02 09

§1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".

Adán y Eva, sin firmar c.1930, Europa

02 13

§1608 Sin embargo, el orden de la Creación subsiste aunque gravemente perturbado. Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios, en su misericordia infinita, jamás les ha negado (cf Gn 3,21). Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo".

fin 02 15

Definición: Gracia: §1996-1997 del Catecismo §1996 La gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios (cf Jn 1, 12-18), hijos adoptivos (cf Rm 8, 14-17), partícipes de la naturaleza divina (cf 2 P 1, 3-4), de la vida eterna (cf Jn 17, 3). 1997 La gracia es una participación en la vida de Dios. Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria: por el Bautismo el cristiano participa de la gracia de Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Como ‘hijo adoptivo’ puede ahora llamar ‘Padre’ a Dios, en unión con el Hijo único. Recibe la vida del Espíritu que le infunde la caridad y que forma la Iglesia. 02 17

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