Agricultura Familiar Y Desarrollo Alpaquero 22.pdf

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú Ing. Raul Ho Chau

Auditoría técnica de las experiencias de Soluciones Prácticas (2005-2015)

HO CHAU, RAÚL Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú: Auditoría técnica de las experiencias de Soluciones Prácticas (2005-2015). Autor: Raúl Ho Chau. Soluciones Prácticas, 2017. 116 p. ISBN: 978-612-4134-42-5 ALPACAS / CAMÉLIDOS SUDAMERICANOS / AGRICULTURA FAMILIAR / ESTUDIOS DE CASO / PERÚ / 453.4/H59.9 Clasificación SATIS. Descriptores OCDE Primera edición, mayo 2017 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2017-05982 © Practical Action para su sello editorial Soluciones Prácticas Razón social: Practical Action Domicilio: Av. Arequipa 4499, Miraflores, Lima - Perú Teléfono: (511) 441-2950 Correo electrónico: [email protected] www.solucionespracticas.org Autor: Raúl Ho Chau Revisión: Roberto Montero Producción editorial: Silvia María Gonzales Corrección de estilo: Angelo Agüero Diseño y diagramación: Brenda Barahona Fotografía de portada: Sergio Nawuel Fotografías interiores: Archivo Soluciones Prácticas Impreso en: Gráfica Esbelia Quijano S.R.L. Dirección: Jr. Recuay 243 Breña, Lima. Tiraje: 500 ejemplares Mayo 2017 Producido en Perú

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú Auditoría técnica de las experiencias de Soluciones Prácticas (2005-2015) Ing. Raúl Ho Chau

TABLA DE CONTENIDOS

PRIMERA PARTE: EVALUACIÓN DE LA PROPUESTA TECNOLÓGICA I. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………................13 II. DIAGNÓSTICO ………….……………………………………………................16 2.1 Perú y la producción mundial de alpacas……………....……….................16 2.2 La ganadería alpaquera en el Perú…..……………........……....….............18 a) La población de alpacas, distribución y tenencia………….................18 b) Las comunidades alpaqueras y sus territorios……………...................20 c) Tipos de unidades productivas e ingresos……………….......................23 i) Pequeñas….……………………….….……......................................24 ii) Medianas……………………………….................................…........25 iii) Grandes…………………………….……...............................…......26 2.3 Producción y comercialización de los productos de alpaca……....... ......29 a) Producción nacional…………………………………................….….......29 b) Productividad ……………………………………...................……….......31 c) La producción de fibra de alpaca y su comercialización…..................32 d) La producción de carne de alpaca y su comercialización…..…...........37 2.4 Institucionalidad y marco legal………………………………….….....…......38 Marco legal………………………………………………………..........….......40 2.5 Conclusiones del diagnóstico…………………………………...…..….…......41 III. EVALUACIÓN DE LA PROPUESTA TECNOLÓGICA …………………….......43 3.1 Marco conceptual de la evaluación……………….........….……...……........43 3.2 Descripción de las tecnologías………………………… … ….........……......46 1. Cosecha de agua………………………………………............…........47

2. Riego tecnificado familiar………………………………....................48 3. Riego tecnificado multifamiliar………………..………................….49 4. Manejo de praderas………………..….……….................................51 5. Clausura de pastizales y bofedales….............................…......…...51 6. Producción y henificación de avena forrajera…........................….55 7. Pastos cultivados……………………...........................…................55 8. Playas y esquila de alpacas………………………....................…....56 9. Categorización y clasificación de la fibra de alpaca…….............…58 10. Centros de acopio y comités distritales……….....................….....59 11. Empadre controlado…………………………………........................61 3.3 Valoración de las tecnologías………………………………...................…....63 a) Grado de apropiación………………………….……….......……......….…..63 b) Grado de pertinencia………………………….……………..................….64 c) Potencial de réplica…………………………….…………....................….64 d) Índice de sostenibilidad………………….……………….….................…73 3.4 Discusión de resultados…………………………………………....…......……77 1. Enfoque de mercado vs. rehabilitación del ecosistema como prerrequisito del desarrollo sostenible……………....................…..79 2. Tecnologías accesibles para las mayorías…….......………......……..82 3. El efecto demostrativo……………………………............…......…..83 i) La extensión territorial de los proyectos………..........................83 ii) La densidad de los sitios demostrativos……..........……......…...85 iii) La oferta tecnológica de los kamayoq……..........................…..86 IV. LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS Y SUS ROLES……..…........……….........88 V. EL MODELO DE COMERCIALIZACIÓN: CENTROS DE ACOPIO…...............91

SEGUNDA PARTE: LECCIONES Y LINEAMIENTOS DE POLÍTICA Lecciones aprendidas.…………………………………………...................……..99 Infografía del modelo de intervención propuesto…….…………….................102 Lineamientos para la incidencia en políticas públicas…….………….............107 ANEXOS Informes consultados………………………………………….…….................….111 Personas entrevistadas en la presente consultoría……….…………...........….111 Tabla de referencias………………………………….…...…………....................113

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

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Primera parte: Evaluación de la propuesta tecnológica

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I. INTRODUCCIÓN Desde el año 2005 hasta el 2015, Soluciones Prácticas desarrolló tres importantes proyectos en comunidades altoandinas del Perú, los cuales involucraron a más de 2400 familias campesinas, y contaron con la participación de instituciones y organismos públicos y privados vinculados al desarrollo rural. La atención se centró en las comunidades campesinas ubicadas por encima de los 3500 metros de altitud, donde prevalece una economía de subsistencia basada principalmente en el aprovechamiento de los pastizales naturales para la crianza de camélidos sudamericanos. Específicamente, la presente consultoría se focalizará en los siguientes tres proyectos del sector alpaquero, desarrollados en la sierra sur del Perú como parte del Programa de Sistemas de Producción y Acceso a Mercados: • “Organización de un sistema de innovación y extensión agraria para el desarrollo sostenible de la actividad alpaquera en la macrorregión Ayacucho-Apurímac” (Perú). Octubre 2010 a diciembre 2013. Unión Europea (Proyecto Paqocha). • “Generación de empleo sostenible en la actividad alpaquera de la provincia de Melgar-Puno” (Perú). Febrero 2012 a enero 2015. Fondoempleo (Proyecto Melgar). • “Manejo integrado de recursos naturales de alta montaña y acceso a servicios básicos para la reducción de la pobreza en comunidades alpaqueras del Perú”. Abril 2006 a marzo 2010. Big Lottery Fund, Fundación Mc Knight y Fontagro (Proyecto Alturas Canchis o simplemente Canchis). Las evaluaciones del proyecto Alturas Canchis, tanto desde el punto de vista técnico1 como a nivel de impactos estratégicos2, llevadas a cabo durante el año 2010, produjeron Hurtado Huamán, Félix. (2010). Un modelo de manejo sostenible de recursos naturales en ecosistemas de alta montaña. Perú: Soluciones Prácticas. 2   Ho Chau, Raúl. (2010). Proyecto Alturas Canchis (MIRNAM): Evaluación de impactos. Informe de 1 

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

importantes conclusiones y recomendaciones que sirvieron para orientar el desarrollo de los proyectos que le sucedieron. Siguiendo su política de acción-reflexión para el aprendizaje institucional y la innovación programática, Soluciones Prácticas tiene el propósito de sistematizar y evaluar los aprendizajes de estas experiencias con la finalidad de renovar su modelo de actuación, para responder con mayor eficacia y eficiencia a los desafíos que impone la compleja realidad del sector alpaquero. Este análisis incluye verificar la validez de las tecnologías aplicadas, los conocimientos y los cambios producidos en la socioeconomía, el medio ambiente y la institucionalidad local, así como los elementos de gestión estratégica para la incidencia que pudieran encerrar los proyectos implementados. Los resultados de esta evaluación servirán para acopiar evidencias que realimenten los enfoques y las estrategias de intervención de Soluciones Prácticas, y al mismo tiempo documentar las experiencias para compartirlas con la red de organismos públicos y privados relacionados con el sector. En cualquier caso, más allá de los productos, bienes y servicios entregados por los proyectos, y los resultados técnicos obtenidos en términos de rendimiento, productividad, empleos o ingresos, interesa saber hasta qué punto estas iniciativas fueron no solo adoptadas por los directos participantes, sino también cuál es el potencial de réplica para el alcance de una masa crítica que signifique un verdadero cambio tecnológico y productivo para la gran mayoría de pequeños productores. A la luz de los resultados obtenidos en este sentido, se tratará de buscar las causas que contribuyeron a sus logros o los limitaron.

consultoría. Perú: Soluciones Prácticas.

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Los objetivos de este trabajo de auditoría técnica son los siguientes:

Diagnosticar la actual situación de la producción de alpacas en el Perú (principales limitaciones y potencialidades tecnológicas, organizacionales, comerciales y políticas).

Evaluar la propuesta tecnológica de Soluciones Prácticas y sus principales impactos, tomando como insumos los informes técnicos de resultados de los tres proyectos anteriormente mencionados, con énfasis en:

• Las propuestas tecnológicas para la gestión sostenible de los recursos naturales, el manejo y aprovechamiento de las alpacas y la adaptación al cambio climático en zonas alpaqueras. • El rol de los gobiernos subnacionales, locales y regionales en la protección y la promoción del uso sostenible del recurso alpaquero. • El reforzamiento de las organizaciones de productores locales de camélidos, facilitando el acceso de su producción al mercado a través de esquemas o modelos de negocios. • La identificación de propuestas de política a niveles local, regional y nacional para el desarrollo de los camélidos sudamericanos.

Extraer las lecciones y aprendizajes de las experiencias acumuladas en los ámbitos tecnológico e institucional para el manejo sostenible del sector alpaquero en el marco de la adaptación al cambio climático. Proponer los principales lineamientos de política pública que favorezcan a las familias productoras insertadas en el sector alpaquero del sur altoandino peruano.

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

II. DIAGNÓSTICO 2.1 Perú y la producción mundial de alpacas Los datos disponibles al 2005 del Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (CONACS) señalaban que el Perú concentraba el 84% de la población de alpacas a nivel mundial. Dicha cifra refleja la importancia socioeconómica de esta actividad para las comunidades altoandinas y el país en general. Cuadro 1. Distribución de la población mundial de alpacas País Perú Bolivia

Cabezas (miles)

% 3598.0

84.0

500.0

11.7

Estados Unidos

50.0

1.2

Chile

45.0

1.0

Australia

35.0

0.8

Asia (varios países)

19.0

0.4

Nueva Zelanda

18.0

0.4

Canadá

6.0

0.1

Ecuador

4.0

0.1

15.0

0.3

4290.0

100.0

Otros TOTAL Fuente: CONACS, SENASA: 2005

Sin embargo, según la información más reciente disponible (Agronomes et Vétérinaires Sans Frontières [AVSF], 2012), la participación de Perú en el mercado mundial ha disminuido a 79.4%, mientras que países como Australia y Estados Unidos han incrementado su participación a 6.6% y 3.7%. Ello se debe a políticas públicas y programas de investigación conjunta del estado y las universidades, incentivos tributarios y la producción de fibra e hilos finos por los mismos productores inversionistas.

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Cuadro 2. Principales países productores de alpacas País Perú - 2006

1

Bolivia - 20102

Nro. de alpacas

Proporción

3 597 753

79.4%

373 640

8.2%

28 551

0.6%

Australia - 20124

300 000

6.6%

Estados Unidos - 20105

Chile - 2007

3

169 163

3.7%

Canadá - 20106

25 509

0.6%

Reino Unido - 20127

20 000

0.4%

Nueva Zelanda - 2008 8

15 372

0.3%

TOTAL

4 529 988

Fuente: AVSF Bolivia 1

FAO, 2008

2

ENA, 2008

3

Quispe et al., 2009

4

Alpaga-alpaga.com, http://www.alpaga-alpaca.com/index.htm (19 de julio, 2012)

5

ARI, 2012. https://www.alpacaregistry.com (31 de julio del 2012)

6

Información obtenida vía correo electrónico con “Alpacas des Hauts Vents”

7

http://www.alpaca.org.nz/investments/alpacas-worldwide (13 de agosto del 2012)

8

http://www.alpaca.org.nz/investments/alpacas-worldwide (13 de agosto del 2012)

El cuadro anterior nos indica el nacimiento de una competencia en el exterior con tendencia a crecer y, por ende, la urgencia con que el Perú, para conservar su posición de liderazgo, debe implementar políticas efectivas de promoción de la producción alpaquera, considerando que su mercado de fibras de alpaca se sustenta mayoritariamente en los productores de las comunidades campesinas de la sierra altoandina. Es asimismo paradójico el enorme contraste que existe entre, por un lado, la pobreza y el atraso que afectan a los criadores de alpacas, y, por el otro, la modernidad y la pujanza del sector industrial textil. A diferencia de los países industrializados, donde los productores son inversionistas que incursionan en la crianza de alpacas, en el Perú el grueso de productores se compone de pequeños criadores que viven en la pobreza extrema o cerca de ella.

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

2.2 La ganadería alpaquera en el Perú a) La población de alpacas, su distribución y tenencia Según el IV CENAGRO 2012, la población de alpacas en el Perú ha crecido 50% desde el último censo en 1994, con lo cual llegó a 3 685 516 cabezas. Puno concentra la mayor población de alpacas, seguido por Cusco y Arequipa, tal como se aprecia en el cuadro 3. Para el año 2014 el Ministerio de Agricultura reportó un crecimiento de 11% adicional. Cuadro 3. Distribución de la población de alpacas por departamento Departamento Puno

CENAGRO 20121 1 459 903

SIEA 20142 1 927 400

Cusco

545 454

569 400

Arequipa

468 392

465 000

Huancavelica

308 586

258 400

Ayacucho

230 910

261 000

Apurímac

219 113

208 000

Pasco

145 687

108 000

Moquegua

129 250

94 700

61 398

90 200

Junín Resto del país TOTAL

116 823

113 500

3 685 516

4 095 600

1

INEI: IV Censo Nacional Agropecuario

2

OIA-MINAG: Sistema Integrado de Estadística Agraria. Elaboración propia

Paralelamente a este crecimiento, llama la atención la evolución del tipo de tenencias de tierra, marcada por una clara tendencia al minifundio, sobre todo en la región de la sierra: el censo señala que, en el mismo periodo 1994-2012, el número de unidades agropecuarias pequeñas creció 25.4%y alcanzó así unas 2 213 506 unidades, de las cuales casi el 64% se concentra en esta región. Este considerable aumento de pequeños predios agropecuarios pone en evidencia un proceso de fragmentación alarmante: mientras el número de predios pequeños (de hasta 5 hectáreas) aumentó de 33% a 82%, el número de unidades agropecuarias medianas y grandes se redujo en 15.5% y 11.5%. 

19

Mostramos a continuación cómo luce esta situación para algunos de los departamentos con la mayor población de alpacas: Cuadro 4. Número de unidades agropecuarias y porcentaje por tamaño, 2012 0.1 a 5ha

5.1 a 10 ha

10.1 a 20 ha

Total

Nro.

%

Nro.

%

Nro.

Puno

212215

159834

75.3

21126

10.0

11857

5.6

Cusco

179128

147060

82.1

14519

8.1

8563

4.8

Departamento

Nro. Uas

%

Arequipa

53208

43118

81.0

5320

10.0

1468

2.8

Huancavelica

72089

66718

92.5

3256

4.5

1014

1.4

Ayacucho

111604

99653

89.3

7267

6.5

2639

2.4

Apurímac

81590

77878

95.5

2221

2.7

645

0.8

Pasco

30159

18910

62.7

3014

10.0

2865

9.5

Moquegua Junin

Departamento

13369

12196

91.2

588

4.4

137

1.0

132063

102989

78.0

14256

10.8

8411

6.4

Nro. Uas

%

más de 100 ha

%

Nro.

212215

8870

4.2

4587

Cusco

179128

5366

3.0

1569

0.9

2051

1.1

53208

685

1.3

433

0.8

2184

4.1

Huancavelica

Nro.

50.1 a 100 ha

Puno Arequipa

Total

20.1 a 50ha

2.2

Nro. 5941

% 2.8

72089

395

0.5

133

0.2

573

0.8

Ayacucho

111604

1026

0.9

315

0.3

704

0.6

Apurímac

81590

202

0.2

77

0.1

567

0.7

Pasco

30159

3312

11.0

1292

4.3

766

2.5

Moquegua

13369

77

0.6

88

0.7

283

2.1

132063

4470

3.4

937

0.7

1000

0.8

Junín

Fuente: INEI: IV Censo Nacional Agropecuario 2012 Elaboración propia

Como se observa en el cuadro anterior, la presencia de unidades agropecuarias pequeñas es predominante, no menor al 90%, si consideramos los predios de hasta 50 hectáreas. Basándose en datos del INEI, la ONUDI (2006) calculaba que en el año 1994 se tenía un total de 74 424 unidades agropecuarias dedicadas a la crianza de alpacas, de un total de 122 000 unidades agropecuarias dedicadas a la crianza de camélidos sudamericanos (alpacas, llamas y vicuñas); ya en el 2003, esta última cifra habría aumentado a 160 000 unidades agropecuarias.

20

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Con información disponible del tercer censo agropecuario, FAO (2005) nos muestra el siguiente cuadro de distribución de alpacas, según el tamaño de los predios: Cuadro 5. Distribución de la población de alpacas según tamaño de los predios, 1994

Población de alpacas

Tamaño de los predios (hectáreas) <3

3 a 10

10 a 50

> 50

Nro. (miles)

796

248

354

983

Porcentaje

32.4

10.1

14.4

40.0

Fuente: FAO (2005)

Este cuadro nos indica que en 1994 cerca de un 60% de las alpacas se criaba en unidades agropecuarias de una extensión que no pasaba las 50 hectáreas. De este modo, con el incremento de los predios pequeños, la disminución del número de predios medianos y grandes, y el aumento en un 50% de la población alpaquera en el mismo periodo, se puede colegir que existe una mayor población de alpacas en manos de los pequeños productores. ONUDI (2006) señala que un 90% de los criadores tiene un bajo nivel tecnológico y maneja hatos de menos de 100 alpacas, en unidades productivas muy dispersas y alejadas de los centros poblados principales. Le siguen un 8% de nivel tecnológico intermedio y un 2% de nivel avanzado. En este último se encuentran los criadores que manejan hatos de 500 a más cabezas, se encargan directamente de todos los procesos de la crianza y tienen interés en mejorar constantemente sus técnicas para alcanzar los mejores índices de productividad y calidad en la producción de fibra (y de ganado). Los criadores de nivel intermedio, por su parte, aplican tecnología más avanzada solo parcialmente. b) Las comunidades alpaqueras y sus territorios Al interior de las comunidades y sus parcialidades (o anexos) se pueden dar distintas modalidades en el manejo de las tierras y los hatos: • Tierra comunal destinada al pastoreo de rebaños de propiedad individual • Tierras de la comunidad parceladas en predios familiares, otorgados según la tradición y normas propias • Una combinación de las dos modalidades

21

También puede existir un hato de propiedad comunal, cuyos ingresos son usados para apoyar a determinados miembros en situaciones de crisis, ante eventualidades que afecten a toda la comunidad, o para solventar gastos específicos del gobierno comunal. La comunidad campesina es la institución básica de carácter político-administrativo en el espacio rural, campesino e indígena. A través de los últimos 70 años, esta ha sufrido procesos de desestructuración de sus formas organizativas y productivas internas, así como la erosión de su cultura e identidad, por razones relacionadas con los marcos legales, las políticas públicas (o la falta de estas) y los procesos de desarrollo en general (ver recuadro).

¿Qué es una comunidad? “Definiremos a los grupos que llamamos ‘comunidad’ como unidades que combinan funciones de regulación económica y social sobre sus integrantes, que comparten una propiedad y que interactúan como colectividad ante la sociedad mayor...”. “Vistas en conjunto, son sin duda uno de los principales propietarios de terrenos a nivel nacional. Sin embargo, al interior de las comunidades y bajo la etiqueta de ‘propiedad colectiva comunal’, se agrupan derechos diferenciados sobre las tierras y los terrenos. Dentro de las propiedades colectivas coexisten formas de apropiación familiar cuasiprivadas e intensivas en trabajo (huertas y parcelas irrigadas), tierras bajo control comunal limitado (zonas de barbecho y rotación de cultivos, regulados o no por la comunidad) y con determinados espacios de uso comunal (zonas de pastos)”. “Si legalmente la comunidad es propietaria de un gran terreno que pertenece al conjunto de sus miembros, internamente la tierra posee dueños de diferentes tipos, de acuerdo con una serie de prácticas internas que rigen el acceso a los terrenos dentro de los linderos comunales. Si desde la Ley y el Estado existe un solo propietario colectivo, desde los comuneros existen dos niveles de ‘propiedad’: la colectiva, que compete a todos, y la privada, que compete a las familias. a las familias”.

La comunidad como interlocutora “La posición de la comunidad en la interlocución interna plantea una paradoja. Por un lado, no posee lugar específico alguno en las instancias de articulación de la sociedad en el marco del Estado (centros poblados menores, distritos, provincias, departamentos, regiones), frente a las cuales no tiene una representación particular

22

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

diferente de cualquier otra organización (…). Por el otro, no es posible desarrollar casi ningún tipo de intervención sectorial en territorio rural sin al menos negociar con las comunidades”. “La interlocución con una comunidad campesina es necesariamente intercultural y pasa por un proceso inicial de ‘conocimiento del otro’, sin lo cual ningún acuerdo se establece ni respeta”. “Cuando se acuerda la ejecución de proyectos de desarrollo se compromete la disponibilidad del tiempo de los comuneros, que tendrán que repartirse entre la mina, la chacra, la familia y el nuevo proyecto”. “Desde la óptica de las comunidades, las propuestas medioambientales o de retorno a lo originario son más conservadoras o, en todo caso, se muestran como menos disruptoras de la vida cotidiana. Ellas se enfrentan más bien a los ritmos más acelerados de las demandas de ‘baja intensidad’ por el desarrollo local, que opera paulatinamente conforme progresan una a una las familias”. Diez Hurtado, A. “Inversiones privadas y derechos comunales”. PUCP. En: Revista Tiempo de Opinión, año 2, nro. 4, oct. 2011. ESAN, p.22-31.

Sin embargo, cualquiera sea su situación legal o formal, siguen ejerciendo de hecho la administración de sus bienes comunes y la protección de sus derechos colectivos frente a terceros. Como sostiene Gonzales de Olarte (1994), las comunidades campesinas aún juegan un rol en la vida económica de la comunidad, dependiendo del grado de centralización o descentralización que ejerce en su jurisdicción para permitir la coexistencia entre las actividades del ámbito privado con aquellas de carácter público. Este es un tema importante, sobre todo en el caso de las comunidades ganaderas, donde los pastos naturales y las fuentes de agua son considerados como bienes comunales de uso regulado por normas tradicionales, para el aprovechamiento privado de los pastores y sus familias, sea a título individual o como asociados. No obstante, los planes de acción de muchos proyectos de desarrollo productivo solo incorporan a la institución comunal como entidad interlocutora en un nivel superficial, lo cual puede influir en los resultados esperados de los proyectos, especialmente en términos de la adopción y la sostenibilidad de las prácticas para el cambio tecnológico. Dentro de una comunidad también pueden formarse grupos de interés o “asociaciones” entre varios productores, con el fin de compartir servicios relacionados con la crianza, el manejo de pasturas o la comercialización de productos de la alpaca (fibra). Estas asociaciones son numerosas en las zonas alpaqueras, y constituyen una solución importante

23

para los productores, a fin de solventar los problemas de escala en sus operaciones, debido al reducido tamaño de sus hatos ganaderos. Según las líneas de base en las zonas de los proyectos, en general un 70% de los pequeños productores alpaqueros forma parte de alguna asociación, las que agrupan entre 30 y 40 socios. Dado el rol y la legitimidad que tienen para la mayoría de los pequeños productores, las asociaciones también son instituciones que merecen ser estudiadas en mayor detalle, en la búsqueda de estrategias de adopción de tecnologías que mejoren la productividad y el bienestar de las familias dedicadas a la pequeña producción ganadera, donde la crianza de alpacas es predominante. Finalmente, para completar este apretado resumen, es necesario tener en cuenta el territorio dentro del cual se insertan las comunidades campesinas, especialmente las criadoras de alpacas en la sierra sur. Además de las características geográficas definidas por la ecorregión de puna, desde el punto de vista socioeconómico se trata de espacios con muy baja productividad, escaso desarrollo del capital y la tecnología, y la existencia de economías semimercantiles no capitalistas como principales unidades productivas (Gonzales de Olarte, 1994)3. El mismo autor sostiene que es necesario el entendimiento de los mecanismos y la racionalidad económica que tiene la familia campesina para tomar sus decisiones, a fin de diseñar las políticas o estrategias diferenciadas que promuevan su desarrollo y el cambio tecnológico, ya que no bastan los enfoques de economía de mercado. c) Tipos de unidades productivas e ingresos En términos generales, se pueden distinguir tres tipos de productores alpaqueros con diferencias marcadas en cuanto al tamaño de sus explotaciones, la forma cómo se organizan, y el nivel de tecnología y productividad que obtienen en el manejo de sus hatos. Al usar esta clasificación, también es necesario advertir el carácter esencialmente “campesino” de las familias criadoras de alpacas, aun cuando para fines operativos sean denominados como “productores”. La distinción es importante porque se tiende a confundir al campesino con el pequeño agricultor dedicado a la agricultura comercial. La diferencia está en el contraste entre una lógica de sobrevivencia en el campo, donde prevalece el valor de uso, versus una lógica de mercado, donde se busca la renta como valor de cambio. La gran mayoría de familias alpaqueras pertenece al tipo de agricultura familiar (AF), concepto que ahora forma parte importante de las agendas de desarrollo de los organismos internacionales y varios países (Banco Mundial, FAO, MERCOSUR). En el Perú acaba de aprobarse la Ley de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar4. 3 4 

Gonzales de Olarte (1994) llama a estos espacios “microrregiones” o “mercados restringidos”. El 4 de noviembre del 2015, el Poder Ejecutivo publicó, a través del diario oficial El Peruano, la

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, 2013) habla de una tipología de hogares “diversificados”, con lo cual se refiere a aquellos hogares rurales donde las fuentes de ingreso son diversas, indicando que es una de las respuestas más comunes en varios países de la región frente a una caída de los ingresos de una o más de las actividades en que anteriormente se especializaban. Pequeños productores (hasta 100 alpacas): Este grupo concentra no menos del 80% de la población de alpacas y es el sector más numeroso (90% de unidades agropecuarias), cada uno de cuyos miembros maneja un pequeño rebaño compuesto de alrededor de 140 cabezas, de los cuales un 70% son alpacas. La crianza se realiza en forma tradicional, sin separar por especie: casi todos practican la crianza mixta5, incluyendo en el mismo rebaño un menor número de ovinos, llamas y algunas vacas. Esta situación hace que se produzca la endogamia, lo cual trae problemas de consanguinidad y mala calidad de la fibra. Por ejemplo, en el caso de Melgar, la composición promedio del rebaño familiar para un productor pequeño es la siguiente: Tipo de ganado Alpacas

Nro. de cabezas

Porcentaje 73

57.1

40.4

31.6

Vacunos

8.7

6.8

Llamas

5.8

4.5

127.9

100

Ovinos

Total rebaño Fuente: Línea de base del proyecto Melgar

Los pequeños productores generalmente no reciben asistencia técnica. Sus niveles de producción alpaquera no generan ingresos suficientes, por lo que recurren a otras actividades generadoras de ingresos (otras actividades agropecuarias, migración, artesanía, jornales eventuales fuera de su hogar, comercio, etc.). Puesto que solo disponen de la mano de obra familiar, dejan el ganado al cuidado de la esposa (la gran mayoría)6 o un hijo. La participación de la crianza de alpacas en su ingreso familiar esperada Ley de Promoción y Desarrollo de la Agricultura Familiar. La ley tiene como objetivo establecer las responsabilidades del Estado en la promoción y desarrollo de la agricultura familiar (AF), a partir de su reconocimiento y de la gran importancia que tiene en garantizar la seguridad alimentaria en el país. La AF es aquella que se realiza principalmente con el concurso del trabajo de una familia. La pequeña agricultura, agricultura de pequeña escala, o agricultura campesina, están comprendidos en general con el concepto de AF. 5   El 95% de los productores practican la crianza mixta de rebaños. Fuente: Línea de base del proyecto Melgar. 6   En el proyecto Melgar, un 73% de los productores encarga el pastoreo del ganado a su esposa.

25

puede llegar a 40%7 o aún menos, conforme se reduce el tamaño de su hato. En estos casos, las actividades agropecuarias (agrícolas y de animales menores) y otras como la artesanía o la venta de mano de obra, juntas, superan en ingresos a la crianza de alpacas. Por lo tanto, en términos de costos de oportunidad, la crianza de alpacas tendría que generar ingresos iguales o mayores a los de las otras actividades de la canasta, para que el productor le dedique el tiempo y los recursos que exige la adopción de prácticas de manejo especializado. No se puede dejar de mencionar que, por sus ingresos familiares, los pequeños productores se encuentran en una situación de pobreza extrema8. Sobre las preferencias por la diversificación de los campesinos muy pobres, Gonzales de Olarte explica que las interrelaciones que se dan entre las distintas actividades de la canasta producen cierta rigidez en la asignación de mano de obra, insumos y recursos. Los cambios en una actividad terminan por afectar a todas las otras, lo cual dificulta el cambio de tecnología que tienda a la especialización de alguna de ellas. Y, en el balance integral de la canasta del hogar, el resultado puede ser menos ventajoso de lo esperado, ya que también la dispersión del riesgo frente al clima adverso y la tradición son factores que intervienen en la preferencia por la diversificación. Medianos productores (100 a 250 alpacas): Los medianos productores poseen entre 100 y 250 alpacas y, de forma similar al caso anterior, mantienen una economía familiar que complementa sus ingresos, aunque en menor proporción,9 con otras actividades, además de las alpacas. La composición promedio de un rebaño familiar para un mediano productor, en el caso de cuatro provincias de Puno10, es el siguiente: Tipo de ganado

Nro. de cabezas

Porcentaje

Alpacas Ovinos

138.8 41.3

72 21

Vacunos

2.92

2

Llamas

9.2

5

192.22

100

Total rebaño Fuente: UICN (2007)

Este grupo representaría aproximadamente el 5% de los productores. Línea de base del proyecto Melgar. Cuadro 72. Promedio del hato familiar: 73 alpacas. Tamaño del rebaño: 128 cabezas (incluye ovejas, llamas y vacunos). Ingreso por actividad alpaquera: S/ 2808.7 anuales. Ingreso familiar anual: S/ 7015. 8   S/ 139 per cápita mensual para la sierra rural (INEI, 2014). 9   Según la línea de base del proyecto Paqocha, donde el promedio de tenencia es 191 alpacas, la mitad de los productores realiza actividades complementarias, agropecuarias y no agropecuarias. 10   Provincias de Huancané, Lampa, Putina y El Collao del departamento de Puno. 7 

26

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

El principal rubro de sus ingresos proviene de las alpacas. Algunos llegan a contratar el servicio de pastoreo, es decir, ya no solo dependen de la mano de obra familiar. Están en condiciones de dedicar mayor tiempo al cuidado de la crianza de las alpacas y realizan algunas prácticas de manejo de pasturas y del ganado, como la rotación de potreros y la separación de crías, machos y hembras. La participación de la actividad alpaquera en sus ingresos es mayor que en el caso anterior11, y el ingreso familiar puede ser igual o superar ligeramente la línea de pobreza, gracias a las actividades complementarias que mantienen. Grandes productores (mayor a 250 alpacas): Manejan hatos con más de 250 alpacas, tienen disponibilidad de aprender y asumir las practicas del manejo técnico de la actividad alpaquera y pueden considerarse como el grupo que alcanza el grado de especialización en la producción de alpacas, ya que aplican prácticas de mejoramiento genético del ganado, llevan registros, tienen relativamente mejor disponibilidad de pastos naturales y cultivados, obtienen mejores ejemplares que venden como reproductores, y en general obtienen mayores ingresos de la actividad ganadera, los cuales les permiten ciertos niveles de ahorro e inversión. Su participación en el número de unidades productivas no pasa del 5% del total de productores alpaqueros. Aun dentro del rango mayor se encuentran productores de alpacas que mantienen de forma marginal otras actividades agropecuarias, como los cultivos de tubérculos andinos y la cría de animales menores (ovinos, cuyes), porque forman parte de su tradición familiar. No obstante, su ingreso principal proviene de la crianza especializada de las alpacas. Finalmente, aunque con una representatividad bastante menor, habría que mencionar a las empresas asociativas que manejan varios miles de cabezas, y que provienen de las primeras cooperativas o sociedades agrícolas de interés social creadas durante la Reforma Agraria a partir de la década de los años 70. Tienen niveles de tecnología y gestión que les permiten estar mejor articuladas a las demandas de la industria textil. Estos casos vienen a ser la excepción. INCAE (2001) señala que, según el análisis de la Asociación Internacional de la Alpaca (AIA), en términos empresariales se requeriría un hato mínimo de 2000 cabezas para que la crianza de alpacas sea rentable. Aunque en términos generales la realidad del sector alpaquero nos lleva a clasificar al grueso de los productores en función del tamaño relativo de sus rebaños en pequeños, medianos y grandes productores, lo cierto es que aun con un hato de 250 cabezas 11   Línea de base del proyecto Paqocha: ingreso por la actividad alpaquera de un hato de tamaño mediano de 250 cabezas: S/ 6120 anuales. Para un hato de 100 cabezas: S/ 3167. Animales en esquila: 36%.

27

los ingresos anuales por la crianza de alpacas, en el mejor de los casos, apenas se acercan al salario mínimo vital (S/ 750 mensual) o lo sobrepasan ligeramente. Estas consideraciones son importantes para entender el umbral a partir del cual un productor puede alcanzar la situación de especialización, es decir, asumir la explotación alpaquera como su principal fuente de ingresos y, por lo tanto, tener el interés de adoptar e invertir en prácticas mejoradas y tecnología. Con este propósito, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, 2007) realizó un estudio de valoración económica del pastoreo de alpacas en Puno, encontrando que, para un rebaño promedio de 139 alpacas, (nivel mediano), el ingreso por la crianza de alpacas y sus derivados llega a S/ 9140.70 (cuadro 6). Siguiendo con este mismo caso, el rebaño familiar es mixto y está compuesto por 72% de alpacas, 21% de ovinos, 5% de llamas y 2% de vacunos. Es decir que, para llegar al ingreso total que percibe anualmente el productor, habría que sumar el aporte de los otros animales del rebaño, lo que dejaría un pequeño margen por encima del salario mínimo. Cuadro 6. Valorización de ingresos de la crianza de un hato de 139 alpacas, Puno

Moneda Soles Dólares

Fibra

Carne

3181.1

3846.4

--

--

Reproductores

Estiércol

Turismo y medio ambiente

400

800

911.2

2

9140.7

--

--

--

--

3046.9

Pieles

Valor total

Tasa de cambio: S/ 3.00 por un dólar, al 15/10/2007 Fuente: UICN (2007)

Solamente para la crianza de alpacas, el mismo análisis determina una relación B/C de 1.28, sin contar el costo de la mano de obra familiar y el uso de las pasturas naturales. Cuando estos costos se incluyen, la relación B/C se hace menor a la unidad (0.56). Se desprenden tres conclusiones importantes: 1. La producción de alpacas en rebaños mixtos tiene una racionalidad económica, en tanto se mire la integridad de la unidad agropecuaria familiar y se considere a las alpacas como un componente de la canasta diversificada del hogar campesino. Esta visión de conjunto es compatible con la del productor campesino y su familia. 2. La unidad productiva familiar pone la atención sobre la productividad promedio del conjunto de la canasta de actividades, antes que sobre la rentabilidad de una actividad

28

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

en particular, ya que de por medio le interesa distribuir sus riesgos ante la variabilidad climática y la volatilidad de precios del mercado. 3. La forma de producción familiar sugiere un potencial de desarrollo sostenible con gran valor ecológico, identitario y cultural para la zona altoandina, que sería realizable de ser apoyado con políticas, tecnologías y estrategias diferenciadas y adecuadas a su entorno socioeconómico y cultural, donde todavía subsisten las relaciones de intercambio semimercantiles. Finalmente, es interesante conocer la participación de los productos derivados de la crianza de alpacas en el total del ingreso generado por esta actividad. El cuadro 7 muestra que, en términos económicos, para los criadores de alpaca pequeños, medianos y grandes, habría un cierto balance entre los ingresos que reporta la fibra y los que corresponden a la venta de animales en pie. Es decir que para un criador de alpacas la importancia de mejorar la calidad de la fibra es hasta cierto punto relativa. Por lo tanto, para quienes planifican y diseñan políticas públicas, además de la fibra, la mejora en la calidad de la oferta y el mercado de carne de alpaca también deberían ser vistas como un factor estratégico a tomar en cuenta en sus planes y programas, si se trata de incluir a las familias alpaqueras en el desarrollo local y regional. Cuadro 7. Composición del ingreso de la crianza de alpacas según tamaño del hato, % Tamaño del hato Hasta 100 cab.

101 a 250 cab.

Más de 250 cab.

1

2

2

3

2

Fibra

39

47

41

35

45

Animales en pie (saca)

53

42

33

42

37

Cuero

4

7

7

4

6

Reproductores

4

0

0

9

0

Carne

0

3

3

0

6

Charqui

0

0

16

0

6

Estiércol

0

1

0

10

0

1

Línea de base del proyecto Melgar

2

Línea de base del proyecto Paqocha

3

UICN (2007)

29

2.3 Producción y comercialización de los productos de alpaca a) Producción nacional Con el 90% de la población de alpacas, Perú sigue siendo el primer productor mundial de fibra de alpaca, con 4485 toneladas anuales. En carne, la producción anual es 27 987 toneladas. El cuadro 8 muestra la información disponible al 2014:

Esquila

Rend.

Tasa

Kg/ unid

%

60

Fibra

-

13 247

ton.

27 987

219.9

Fibra

Alpacas

481.8

1 927 400

En esquila

4 095 600

Puno

miles

Precio

Total nacional

Departamento

s/kg

Rend. Kg/ unid

Prod. Animal vivo ton.

(Miles de unidades)

unid. Población

Saca

Cuadro 8. Producción de alpacas y sus derivados a nivel nacional, 2014

-

2894.8

4485

1.5

0.70

5.45 *2022.7

2764

1.4

1.05

Cusco

569 400

77.1

4343

56

4.1

326.3

598

1.8

0.57

Arequipa

465 000

61.4

3397

55

4.73

210.9

415

2

0.45

Huancavelica

258 400

38.5

2121

55

3.84

33.3

69

2.1

0.13

Ayacucho

261 000

28.4

1634

58

4.03

80.3

139

1.7

0.31

Apurímac

208 000

22.3

1261

57

3.64

65.4

147

2.3

0.31

Pasco

108 000

6.7

361

54

4.23

56.7

124

2.2

0.53

94 700

3.8

252

67

4.65

17.4

41

2.4

0.18

90 200

12.2

588

48

3.99

2.4

0.63

113 500

11.5

783.0

Moquegua Junín Resto del país

-

-

57.1

139

24.7

49.0

-

-

Fuente: Minag-OIA: SIEA *Nota del autor: Esta cifra no es consistente con la población de alpacas en Puno. Elaboración propia

Los datos de la región Moquegua muestran los mejores rendimientos y son una referencia del margen de mejora que pueden alcanzar los demás departamentos. Puno muestra el menor rendimiento en fibra, a pesar de ser el primer productor nacional. El cuadro 9 muestra la participación de los productos de la crianza de alpacas (carne y fibra) en el valor de la producción pecuaria nacional, llegando a solo al 2.6%. Como se observa, la participación del sector alpaquero en el valor de la producción pecuaria nacional se ha

30

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

mantenido constante en años recientes, pese al crecimiento de la población de alpacas registrado en los últimos quince años. La participación de animales vivos (saca para el consumo) tiene un valor de producción que es 2.71 veces el valor de la producción de fibra, y sin embargo es un rubro que no ha tenido la atención que se merece para mejorar su calidad y consumo. Por lo tanto, más allá de su relativo valor económico en la producción pecuaria nacional, la importancia de la crianza de alpacas radica en su función social y ambiental, como el principal medio de vida para aproximadamente 150 000 familias de pastores, cuya gran mayoría vive en condiciones de pobreza extrema y encima de los 3800 metros de altitud en las zonas altoandinas del país. Desde el punto de vista ambiental y ecológico, la alpaca es un animal adaptado a las severas condiciones climáticas de la puna, que ha probado ser capaz de aprovechar eficientemente los pastos naturales de altura, a la vez que conservar los suelos donde estos prosperan. De hecho, la alpaca es un elemento constitutivo del ecosistema terrestre que forma la base del abastecimiento hídrico del país, por el conjunto de nevados que posee y los servicios ecosistémicos12 que brinda al conjunto de la sociedad peruana. La alpaca es, además, patrimonio cultural y símbolo de identidad de la sociedad campesina y la sociedad nacional, como atestigua su presencia en nuestro escudo patrio. Cuadro 9. Participación en % de animales vivos y productos animales en el valor de producción pecuaria y avícola Producto Animales vivos y productos Vacuno Llama Alpaca Ovino Caprino Porcino Ave de corral Leche cruda de vaca Huevos de gallina Lana Fibra de llama Fibra de alpaca

2009 100 15.0 0.4 1.9 4.3 0.6 5.8 47.1 14.6 8.8 0.5 0.0 0.9

2010 100 15.0 0.3 2.0 4.2 0.6 5.6 47.8 14.2 9.0 0.5 0.0 0.8

2011 100 14.6 0.3 1.9 4.0 0.5 5.3 48.6 14.0 9.4 0.4 0.0 0.8

2012 100 14.4 0.3 1.9 3.9 0.5 5.2 50.2 13.4 8.8 0.4 0.0 0.8

2013 100 14.4 0.3 1.9 3.7 0.5 5.3 50.2 13.1 9.4 0.4 0.0 0.7

2014 100 14.1 0.3 1.9 3.5 0.5 5.4 50.9 12.9 9.3 0.4 0.0 0.7

Fuente: Minag-OIA: SIEA

  En el Perú, ya desde el año 2012 se viene implementando en las comunidades campesinas de la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas (RPNYC) iniciativas que buscan aprovechar los ecosistemas para adaptarse al cambio climático, reduciendo la vulnerabilidad de las poblaciones e incrementando su capacidad de resiliencia a través del enfoque AbE (Adaptación basada en Ecosistemas), que integra el manejo sostenible y la conservación y restauración de los ecosistemas de montaña.

12

31

En este escenario, es completamente apropiado plantear un enfoque de desarrollo sustentable que considere el ecosistema como territorio. Es decir, superar el enfoque sectorial; reconocer que la crianza de alpacas es una actividad clave, pero no la única; y abordar la compleja situación de exclusión, aislamiento y pobreza con soluciones que comprometan varios campos. Urge demostrar a los que toman las decisiones políticas que un enfoque más holístico es necesario y factible para estas zonas donde la institución del mercado todavía no se ha consolidado. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible respalda este tipo de iniciativas, tal como lo especifica en sus objetivos 1, 10 y 15: lucha contra la pobreza, reducción de desigualdades y uso sostenible de ecosistemas terrestres. b) Productividad El sobrepastoreo, las insuficientes prácticas de conservación de los pastizales y la frecuencia de los fenómenos climáticos severos provocan la desertificación progresiva de las praderas y los páramos, con la consiguiente baja productividad de los pastos naturales, sustento de la ganadería. La baja calidad en la alimentación de las alpacas resulta a su vez en bajos índices de productividad y agudiza los problemas de sanidad animal. La crianza tradicional, sin control de los cruzamientos, tiene como consecuencia el deterioro genético del ganado, lo que se traduce en mala calidad de las fibras y bajos precios de venta. Como se observa en el cuadro 10, los índices de productividad y sanidad en las zonas de mayor producción son muy variables, y dependen de las condiciones de manejo, la sanidad y la calidad de la alimentación.

32

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Cuadro 10. Índices de productividad y sanidad en los principales departamentos productores de alpacas Departamento

Puno

Cusco

Apurímac

Provincia

Melgar1

Canchis2

Aymaraes/ Antabamba3

Puno

Arequipa

Lampa4 Caylloma4

Índices Fertilidad, %

64.8

47.7

sd

74.5

70

Natalidad, %

73

49.5

sd

66.5

60

Morbilidad, %

22.2

17.5

sd

sd

sd

Mortalidad crías, %

35.5

30.3

sd

17.8

25

Mortalidad tuis, %

15.2

15.1

sd

sd

sd

Mortalidad adultos, %

8.8

11.2

sd

3.41

5

Saca, %

9.8

11

8.12

25

18

72.5

60

36

55

55

3.9

Esquila, % Rend. fibra, libras/cabeza

4.1

3.8

sd

sd

Crianza tradicional

95.4

la mayoría

61.7

43

Crianza controlada

4.6

muy pocos

19.5

50

1

Línea de base del proyecto Melgar, Soluciones Prácticas, Universidad Nacional San Agustín-Soluciones Prácticas, 2012

2

Línea de base del proyecto Alturas Canchis, Soluciones Prácticas, 2006

3

Línea de base del proyecto Paqocha, Soluciones Prácticas, 2011

4

Gestión sostenible de camélidos: Tecnología y valor agregado en la crianza campesina. DESCO, 2011

c) La producción de fibra de alpaca y su comercialización En el gráfico 1 se observa la tendencia del rendimiento de la fibra de alpaca a través de los años, conforme ha evolucionado la población de alpacas (ONUDI, 2006). El comportamiento de la curva nos demuestra que los esfuerzos de las instituciones por mejorar los rendimientos en fibra han sido hasta ahora infructuosos, y que hay mucho margen para mejorar. Y es que el mejoramiento genético de los rebaños es un proceso que implica por lo menos diez años de trabajo continuo para obtener resultados tangibles.

33

Gráfico 1. Evolución de la población de alpacas y rendimiento de fibra (ONUDI, 2006) Kilos/alpaca

Miles de unidades

5.4

3200

1.6 1.5

2900 2800 2700

1.0

2600

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

0.0 1993

2400 1992

0.5 1991

2500

Población de alpacas

2.0

3000

Rendimiento

2.3

3100

En el extremo industrial de la cadena, los textiles de alpaca tienen un peso importante en el valor total de las exportaciones del país, con 1.35%, y representan el 5% de las exportaciones no tradicionales en el rubro textil. Por ser un producto exótico y exclusivo, la fibra de alpaca tiene un nicho de mercado dentro de las fibras nobles, con una importante demanda potencial, y es, por tratarse de un producto de lujo, menos susceptible al precio (ONUDI, 2006). El gráfico 2 nos muestra el peso de los pequeños criadores en la producción de fibra.

Gráfico 2. Participación en la producción de fibra según tipo de productor Tipo de productor

Participación en la producción de fibra

Rendimiento por alpaca

Pequeños productores

85%

3.5% libras/año

Medianos productores

10%

5.5% libras/año

Empresas privadas

5%

5.5% libras/año

Fuente: ONUDI, 2006

34

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

La situación sobre la comercialización de la fibra se puede resumir en los siguientes puntos: • Hay un gran desbalance de poder entre el extremo productivo y el extremo industrial de la cadena. Mientras en el lado industrial, dominado por cuatro o cinco grandes empresas, hay un negocio rentable de exportación de fibra y textiles (las exportaciones anuales por fibra de alpaca están en el orden de los 80 millones de dólares), por el lado de la producción de alpacas hay un 90% de pequeños productores campesinos que viven en la subsistencia. • En efecto, la predominancia de pequeños productores, organizados débilmente en numerosas asociaciones o comunidades que no coordinan entre sí, les impide tener un efectivo poder de negociación frente a la demanda (concentrada en cuatro grandes empresas) de la industria textil, que fija los precios y determina un sistema de comercialización muy desordenado, con visos de informalidad en el caso de rescatistas e intermediarios. El gráfico 3 ilustra la compleja red de intermediación en el acopio y comercialización de la fibra. • El acopio de la fibra se realiza mediante alcanzadores, rescatistas y acopiadores que llegan a captar un 70% de la producción, los cuales entregan a su vez a los compradores mayoristas vinculados a las grandes empresas industriales; otro 7% se vende directamente a dichas empresas; y el resto se distribuye entre artesanos locales, algunas empresas cooperativas y, en una pequeña parte, las mismas familias productoras, para el autoconsumo. Este sistema no permite concertar precios, y generalmente son los rescatistas quienes lo imponen, comprando al barrer. Con este criterio de compra por cantidad, sin considerar la calidad, los productores han perdido el interés en elevar la calidad de las fibras mediante la introducción de prácticas de mejoramiento genético del ganado.

35

Gráfico 3. Esquema de acopio y comercialización tradicional de la fibra de alpaca

Fuente: INCAE, 2001

Entre los años 2000 y 2005 se dieron importantes marcos normativos, como la Ley Nro. 28041 de julio del 2003, que promueve la crianza, producción, comercialización y consumo de camélidos sudamericanos; y las Normas Técnicas Peruanas NTP 231.300 y NTP 203.302, que establecen categorías estándar de fibras en función del contenido de fibras superiores e inferiores, longitud, color y contenido de fibras baby en el vellón. Con estas normas, muchas organizaciones del sector público, empezando por el CONACS, INIA, universidades, algunos proyectos especiales de camélidos (PECSA) que ejecutan los gobiernos regionales y municipios; organizaciones promotoras del ámbito privado como AIA (Asociación Internacional de la Alpaca), IPAC (Instituto Peruano de la Alpaca), SPAR (Sociedad Peruana de Alpacas Registradas), y CECOALP (Central de Cooperativas Alpaqueras de Puno); y las ONG como DESCO, entre otras de carácter local, empezaron a establecer alianzas y coordinar planes de acopio de la fibra, concertando con las asociaciones de productores y motivándolas a constituir comités de nivel regional y centros de acopio a niveles municipales, categorizando la fibra según las NTP para lanzar licitaciones en bloque hacia las empresas industriales. Todo con el fin de organizar la comercialización y acortar la cadena de intermediarios.

36

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Lamentablemente, estas primeras experiencias no maduraron (ver recuadro): surgieron varios contratiempos en el camino (retraso en los pagos, resistencia de algunas empresas locales al sistema acordado, etc., y todo el primer esfuerzo de creación de una plataforma multiactores e institucional para organizar la comercialización de la fibra perdió impulso con la disolución de la CONACS en el año 2007, durante el gobierno aprista. Sus direcciones de línea fueron absorbidas y repartidas dentro de la Dirección de Promoción Agraria del Ministerio de Agricultura y sus direcciones regionales. La CONACS como organismo público (adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros [PCM]) tenía mayor peso y decisión política para centralizar y conducir una política promotora específica para el sector alpaquero y el de los otros camélidos sudamericanos.

Resumen de la experiencia de DESCO “En el 2003, DESCO realizó una experiencia piloto de acopio de fibra de alpaca en Juliaca, promovida por la industria a través de IPAC, CECOALP y CONACS. Empezó con 12 organizaciones, pero al 2007 ya contaba con 21 centros de acopio. A partir de los primeros logros en el precio de la fibra, se formó el Comité Regional de Acopio y Comercialización de Fibra de Alpaca. Los mismos productores participan en el acopio, pesaje, categorizado, ensacado, almacenaje, llenado de planillas de entrega y pesado. Los directivos agrupados en el Comité Regional deben definir el precio de base por categorías, especie y color. Así, los productores tienen la oportunidad de negociar los precios de la fibra por cantidad y calidad, mediante ruedas de negocio, remates públicos o trato directo. No obstante, hay múltiples dificultades, pues no todas las empresas aceptan el modelo, y algunas hacen acopios paralelos dando adelantos, o evitan participar en los remates; o hay descontento con las calidades de fibra y hasta incumplimiento del plazo de pagos. Pese a estas dificultades, se lograron mejoras en el precio de la fibra. Aunque el volumen que se comercializa es apenas un 5% de la producción, la iniciativa tenía un efecto de regulación en el mercado regional de la fibra. Hacia el 2007 el número de participantes había disminuido al 50%. Se requiere reforzar las organizaciones de productores, y la intervención directa de los gobiernos regionales y municipios, así como de las ONG en forma concertada, además de incluir este tipo de iniciativas como parte del Plan Estratégico Regional, programas de mejoramiento genético, y líneas de crédito para la comercialización”. Fuente: Torres, D. Entre el pasado y la innovación: La fibra de alpaca en el sur peruano. Perú Hoy. Nro. 12. 2007. DESCO.

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d) Producción de carne de alpaca y su comercialización La carne de alpaca se consume generalmente en la macrorregión sur del país. Según los datos del MINAG (cuadro 8), con casi 28 mil toneladas anuales (en el año 2001 la producción llegaba a cerca de 8 mil toneladas), representa un mercado de aproximadamente $ 33 600 000 dólares (a 1.2 $/kg), cifra superior a lo que representa el valor de la fibra (aprox. 23 450 000 dólares al precio de 2.35 $/lb). Esto es consistente con el incremento de la población de alpacas registrada en los últimos 18 años. Por lo tanto, es un mercado que no debería soslayarse o descuidarse en la planificación del desarrollo regional. Se trata de un producto estratégico del desarrollo local y regional, que tiene la ventaja de no estar sometido al oligopsonio de las grandes empresas. Los pequeños y medianos productores podrían sentirse más atraídos por este mercado antes que por la fibra, si se tienen en cuenta las barreras en la comercialización de la misma (el acopio, la categorización y los precios, entre otras). En este campo hay mucho margen para mejorar la sanidad (parasitosis) y la calidad. El beneficio se realiza generalmente en forma casera, con métodos tradicionales que no garantizan calidad en el aspecto sanitario, y gran parte se vende en los mercados y plazas locales, por acopiadores medianos que captan un 80% del total, después de lo cual el 20% queda para el autoconsumo. Un 75% se consume como carne fresca y el 25% en forma de carne seca o salada (charqui o chalona). Hay iniciativas interesantes a niveles todavía localizados, como el caso del camal Callali en Caylloma (Arequipa), recientemente inaugurado, reputado como único en su género para atender ganado alpaquero y ovino. Mucho más antiguos son los camales municipales en Maranganí (Cusco) y en Chivay (Arequipa). Este tipo de facilidades permite mejorar la calidad de la carne y su precio. En cuanto a la expansión dentro del mercado interno, hay que explotar la calidad de la carne de alpaca como producto sano, bajo en grasas saturadas y colesterol, y con un alto porcentaje de proteínas, en comparación con las carnes de pollo, res o cerdo; además de ser un producto ligado fuertemente a la identidad nacional. En el mercado externo también hay un potencial mercado de nicho para explorar, resaltando su cualidad de producto exótico, ecológico y de crianza libre en comunidades campesinas de los Andes. Faltan estudios para mejorar todos los eslabones de la cadena de la carne de alpaca, y orientar a los organismos públicos en este sentido y al sector privado en general.

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Institucionalidad y marco legal La CONACS, como organismo público que reunía a nivel nacional todo el acervo de información, estadísticas e investigaciones referidas al sector alpaquero, e impulsaba la implementación de una Política Nacional de Desarrollo del Sector Alpaquero 2005-2015, fue disuelta en el año 2007. Desde entonces, muchas de las funciones y programas que manejaba fueron absorbidas por la Dirección de Promoción Agraria del MINAG y sus respectivas oficinas regionales, y por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA). Con este hecho ha quedado un vacío importante, ya que una Dirección de Línea dentro de un Ministerio no puede tener el peso político para proponer e impulsar una Política Nacional, con recursos específicos para llevar adelante un Plan Nacional. Las iniciativas en torno al desarrollo del sector alpaquero están por ahora dispersas en programas y proyectos de tipo regional o provincial sin mayor coordinación entre ellos, donde participan los gobiernos regionales y provinciales, en alianzas con las oficinas regionales del MINAGRI (INIEA, SENASA), por el lado de la promoción ganadera. Sin embargo, hay que reconocer que en los últimos años ha habido un trabajo de coordinación intersectorial para atender las emergencias provocadas por las heladas y sequías presentes en las zonas altoandinas. También se relacionan con PROMPERÚ, órgano público adscrito al MINCETUR, CITE Alpaca (también del mismo ministerio), PRODUCE y CONCYTEC para apoyar programas e investigaciones relacionados con la industria textil y la exportación. En el ámbito privado, con el apoyo de las empresas textiles, se han formado institutos que apuntan a elevar la competitividad del sector textil para el mercado exterior, tales como el Instituto Peruano de la Alpaca y Camélidos (IPAC) y la Asociación Internacional de la Alpaca (AIA). La Sociedad Peruana de criadores de Alpacas y Llamas (SPAR) representa a un 15% de los criadores del Perú, con la finalidad de mejorar las condiciones comerciales, la búsqueda de mercados, la organización de la oferta (fibra) y la promoción del sector en general. La Central de Cooperativas de Servicios Especiales Alpaqueras de Puno Ltda. (CECOALP), constituida en 1990, es uno de los pocos casos que se mantiene activo hasta la fecha en los aspectos del acopio y la comercialización de la fibra, y la asesoría en gestión empresarial para las organizaciones de alpaqueros y los organismos locales de desarrollo.

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Apoyando estos esfuerzos de tipo regional o local se encuentran varias ONG locales y algunas de tipo nacional, como DESCO y Soluciones Prácticas, cada una en zonas distintas, para evitar la superposición de proyectos. DESCO Sur se ha organizado en Unidades Operativas Territoriales con presencia en Arequipa, Puno (Lampa) y Ayacucho; mientras que Soluciones Prácticas tiene presencia en Cusco (Cusco), Melgar (Puno) y zonas colindantes entre Apurímac y Ayacucho. Así, se podría decir que existe una plataforma de apoyo institucional conformada por organismos del sector público y privado, trabajando con el enfoque de cadenas de valor a partir del eslabón del acopio y la comercialización de la fibra hacia adelante, es decir, la industria y la exportación. Falta un mayor respaldo institucional para los eslabones del otro extremo (“la otra mitad de la ecuación”, por así decirlo), donde se encuentran los productores alpaqueros involucrados en todos los procesos del manejo de recursos (agua suelo, pastos) y la crianza de la alpaca. Los esfuerzos del Estado y el sector empresarial, así como de la cooperación internacional, que fueron importantes durante los años 90, no han podido dinamizar este extremo de la cadena para articularlo de manera efectiva al mercado. A continuación se presentan las principales leyes y normas que conforman el marco legal en el que se desenvuelve la actividad alpaquera. En su mayor parte, se trata de normas legales generadas desde los años 90 hasta la primera mitad de los 2000.

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Marco legal de la actividad alpaquera: •

Decreto Legislativo (DL) N° 653 1991: Ley de promoción de las inversiones en el sector agrario. El reglamento establece precisiones sobre restricciones de comercialización de razas de alpaca al exterior.



Decreto Supremo (DS) N° 026-92-AG 1992: Creación del Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (CONACS).



Ley N° 28041, 2003: Promoción de la crianza, producción, comercialización y consumo de camélidos sudamericanos.



DS N° 004-2004-AG 2004: Declara de interés nacional la producción de fibra de alpaca, llama y vicuña.



DL N° 283350-2004: Promoción del Mejoramiento Genético y Conservación de las Razas de Camélidos Sudamericanos Domésticos. Las alpacas y llamas son declaradas “recursos genéticos del Perú” y encargadas a CONACS e INIEA, la cual establece mecanismos de registros genealógicos de razas de alpacas y llamas, control de producción y productividad, núcleos de reproductores, biotecnología reproductiva y molecular.



NTP N° 231 300: Norma Técnica Peruana de la Fibra de Alpaca-NTPFA sobre la categorización de la fibra de alpaca en vellón. Aprobada en el 2003, reconoce cuatro categorías: extrafina, fina, semifina y gruesa.



NTP N° 231 301 sobre clasificación de la fibra.



NTP N° 231 302 sobre dirimencia.



DS N° 012–2007: Se disuelve la CONACS por absorción entre la Dirección General de Promoción Agraria del MINAG y el INRENA.



DS N° 029-2005-AG: La Estrategia Nacional de Desarrollo de la Cadena Productiva de los Camélidos Domésticos en el Perú. MINAG-PRODUCE.



DS N° 013-2011-AG: Aprueba el Reglamento de los Registros Genealógicos de Alpacas y Llamas.

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Conclusión del diagnóstico del sector alpaquero En conclusión, detrás de los bajos índices de productividad hay una complejidad de causas que se puede resumir en los siguientes puntos: Hay una carencia de visión estratégica de largo plazo por parte del Estado en cuanto al desarrollo de la zona sur altoandina, donde están asentadas la mayoría de comunidades campesinas. Este es un sector que requiere políticas diferenciadas del resto del país y una conducción especializada. Las políticas públicas de desarrollo del sector agrario, de nivel macro o nacional, tienen poco impacto en los espacios regionales de bajo desarrollo. Los programas sectoriales lucen desarticulados con enfoques de mercado de corto plazo. No existe un órgano de carácter nacional que lidere una política nacional en reemplazo de la que estableció el CONACS (2005-2015) antes de su disolución en el 2007. 1. La presencia mayoritaria de productores son del tipo agricultura familiar: campesinos que practican la crianza de rebaños mixtos, con lógicas de diversificación antes que de especialización, guiados por estrategias de sobrevivencia, en territorios de mercados incompletos (prácticas no mercantiles y mercantiles). Investigar sus patrones de organización en mayor profundidad hará más eficaces y eficientes las estrategias de difusión y adopción de tecnología. Por ejemplo, la disponibilidad de mano de obra familiar ha disminuido con el tiempo. En Puno, la edad del productor está entre los 44 y 65 años, y todos los hogares alpaqueros tienen al menos un miembro de la familia que migró fuera de su comunidad, ya sea por trabajo o por estudios. En este punto, la cercanía de explotaciones mineras es un fuerte atractivo para los jóvenes. Con la disminución de la mano de obra familiar, los pequeños productores recurren al intercambio de jornales entre familiares, parientes y compadres, lo que produce un “entramado” de relaciones internas de intercambio, principalmente de mano de obra (ayni). 2. La desertificación de los suelos y la escasez de fuentes de agua influye en la baja soportabilidad de los pastos naturales, lo que se agudiza con el sobrepastoreo y los efectos del cambio climático. En promedio, la soportabilidad de los pastos naturales es una unidad animal por hectárea, según la calidad del pastizal. En Apurímac, en la zona del proyecto Paqocha, menos del 7% de los productores siembra pastos cultivados, mientras en la zona de Melgar (Puno) hay un 40% de productores que lo hace. Un programa de recuperación de pastos y microsistemas de riego de carácter regional (la cosecha de agua y los microrreservorios promovidos por Soluciones Prácticas son un buen ejemplo), tendría por sí mismo un importante

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impacto en la elevación del piso de productividad agropecuaria en general, y podría sustentarse desde el enfoque de recuperación y uso sostenible de los ecosistemas de montaña, como estrategia de adaptación frente al cambio climático. 3. La erosión genética del ganado, debida a la falta de prácticas adecuadas de manejo para evitar la consanguinidad y la pérdida de la calidad en la producción de fibra y carne. El mejoramiento genético de la alpaca necesita ser tomado como un objetivo a largo plazo, con un decidido respaldo del sector público. Se puede concluir que los esfuerzos de diferentes organismos públicos y privados han tropezado con una fuerte contradicción entre el enfoque de mercado que se le da (correctamente) al extremo industrial de la cadena y la existencia de unidades de producción semimercantiles en su otro extremo, que funcionan con una lógica de subsistencia antes que de productividad especializada y rentabilidad. Sin embargo, lo que funciona para una mitad de la ecuación no funciona para la otra mitad. Esta situación obliga a revisar las políticas y estrategias aplicadas, para complementarlas o renovarlas con nuevos enfoques, como los que plantean los ODS 2030 y la agricultura familiar. Los problemas que afectan a la crianza de las alpacas han sido bastante estudiados por organizaciones públicas, universidades y las ONG que trabajan en la zona surandina, desde el lado de la productividad y la tecnología. Existe una información profusa, generalmente de tipo localizado, de programas, proyectos y estudios sobre los temas de la producción, la productividad, la sanidad, las técnicas de crianza y los estudios de mercado en el extremo industrial de la cadena (textil). Encontramos menos en cuanto a estudios de investigación microeconómica y de gestión de las unidades de producción diversificadas no especializadas, asunto crucial que nos ayuda a explicar cómo se toman las decisiones de producción y se organiza la fuerza laboral familiar, principal factor de intercambio en las relaciones de producción de los productores pobres. Comprender estos mecanismos (y no simplemente echarle la culpa a una supuesta “cultura de la dependencia”) es importante para idear estrategias que mejoren la adopción de tecnologías y provocar cambios pequeños pero sostenidos en el tiempo, que demuestren que es factible subir el piso de productividad del sector alpaquero en general.

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III. EVALUACIÓN DE LA PROPUESTA TECNOLÓGICA 3.1 Marco conceptual de la evaluación En este acápite presentaremos una valoración de las tecnologías y prácticas aplicadas por los proyectos de Soluciones Prácticas en cuanto al manejo de los recursos naturales (agua, suelo, pastos) y la crianza del ganado alpaquero. Se trata de los proyectos implementados entre los años 2005 al 2015: • “Organización de un sistema de innovación y extensión agraria para el desarrollo sostenible de la actividad alpaquera en la macrorregión Ayacucho-Apurímac” (Perú). Octubre 2010 a diciembre 2013. Unión Europea (Proyecto Paqocha). • “Generación de empleo sostenible en la actividad alpaquera de la provincia de Melgar-Puno” (Perú). Febrero 2012 a enero 2015. Fondoempleo (Proyecto Melgar). • “Manejo integrado de recursos naturales de alta montaña y acceso a servicios básicos para la reducción de la pobreza en comunidades alpaqueras del Perú”. Abril 2006 a marzo 2010. Big Lottery Fund, Fundación Mc Knight y Fontagro (Proyecto Alturas Canchis o simplemente Canchis). La evaluación pretende establecer hasta qué punto estas tecnologías o prácticas han logrado establecerse como innovaciones tecnológicas efectivas, en el sentido de haber sido asumidas por un número significativo de productores, porque inciden directamente en resolver sus necesidades más sentidas con relación al manejo y la disponibilidad de sus recursos naturales (agua, pastos naturales); a los problemas inherentes a la crianza del ganado alpaquero; a la productividad; y a los problemas de comercialización, de organización, de asistencia técnica, de respaldo institucional y por último de generación de ingresos para el sustento familiar. Los proyectos mencionados líneas arriba contienen en sí mismos una propuesta de tecnologías y modelos de actuación destinados a lograr cambios positivos en la productividad y la seguridad de los medios de vida de las familias alpaqueras. La expectativa institucional detrás de estos proyectos —los cuales son de carácter localizado y puntual— es que las innovaciones tecnológicas, organizativas e institucionales propuestas puedan expandirse más allá del grupo receptor primario de las intervenciones, de modo tal que su réplica se masifique para tener un impacto regional, tanto en los productores como en las instituciones que tienen la responsabilidad del desarrollo. Entendiendo por innovación la adopción de una tecnología, proceso, arreglo organizativo o institucional que implica un cambio en la manera de producir o hacer algo para

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conseguir un determinado resultado, y que tiene amplia aceptación por el grupo social que lo implementa, el foco de la presente evaluación apunta a entender las causas que promueven o impiden el escalamiento de tales innovaciones, para hacer más efectivas y eficientes las estrategias de intervención y el diseño de los proyectos que forman parte del subprograma Ecosistemas de Montaña del programa Sistemas de Producción y Acceso a Mercados. En el marco de la presente evaluación, para que una propuesta tecnológica, metodológica o de cambio institucional pueda alcanzar el estatus de innovación efectiva, deben ocurrir varias cosas tanto en el fuero interno del productor, en su entorno próximo, como también en el externo. En primer lugar, debe ocurrir un proceso de adopción o apropiación de la tecnología; es decir, quienes recibieron de primera mano las enseñanzas del proyecto deben conocer y usar efectivamente las tecnologías o prácticas promovidas, porque las valoran como pertinentes. La pertinencia, en el marco de la presente evaluación, se entiende como la percepción que el productor tiene de la práctica o tecnología introducida: el hecho de que la considera importante porque le ayuda a resolver una necesidad sentida y le resulta accesible desde sus condiciones socioeconómicas y culturales. Por ejemplo, si le ayuda a mejorar la productividad y los ingresos, o la capacidad de resiliencia frente al cambio climático, y además son prácticas que se encuentran alineadas con su medio socioeconómico, sus tradiciones y su cultura. En segundo lugar, debe darse un proceso de réplica por quienes, a pesar de no haber recibido directamente los servicios del proyecto, se sienten inducidos a adoptar la tecnología debido a la influencia o el efecto demostrativo que produce el grupo de productores pioneros, apoyándose en evidencias de cambio, en marcos institucionales favorables y evaluaciones sobre los logros de su aplicación. El efecto combinado de estos tres factores (grado de apropiación, pertinencia y potencial de réplica) nos permitirá establecer un índice de sostenibilidad con el cual podremos juzgar hasta qué punto dicha tecnología puede escalar, generalizarse, arraigarse en toda una zona o región, y producir un impacto importante y sostenible tanto en ella como en la vida de los productores y sus familias. Un índice muy alto de sostenibilidad estaría asociado a una alta probabilidad de que la tecnología se masifique y consolide; y, de forma acorde, una muy baja de que se produzca una retracción, dada la existencia de apoyo institucional y fuertes evidencias de cambio positivo que incentivan su aplicación.

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Un índice de sostenibilidad alto nos indicaría que hay una tendencia creciente a que otros adopten las prácticas, y para mantener esta tendencia positiva es necesario el apoyo decidido de las instituciones locales (bienes y servicios, así como incentivos y políticas promocionales). En tal situación, las tecnologías se vuelven “tendencias”, pero pueden sufrir un retroceso en caso de que se presenten factores adversos (coyuntura política, institucional o de mercado; fenómenos climáticos; entre otros). Un índice medio de sostenibilidad se relacionaría a una situación de equilibrio estático, cuando, después de haber experimentado un crecimiento inicial de réplicas, el proceso se estanca. Dicha situación requeriría un decidido apoyo institucional para que la adopción vuelva a un estado de tendencia creciente. Y, por último, un índice de sostenibilidad bajo denotaría que los procesos de adopción permanecen circunscritos a los receptores primarios, con muy pocos casos o evidencias de réplica posproyecto, cuando no de abandono de los mismos. Se trataría de una situación de sostenibilidad frágil, la cual demandaría esfuerzos institucionales de mayor peso en inversiones y tiempo (largo plazo). Para efectos de la presente evaluación se ha utilizado la información disponible en las líneas de base de los proyectos y las evaluaciones externas de impacto13. Complementariamente, se ha recogido información actualizada in situ en dos de los últimos proyectos implementados, Paqocha y Melgar, mediante entrevistas a los productores, extensionistas kamayoq, funcionarios y jefes de proyectos del sector público, las ONG y organizaciones civiles (ver cuadro 11).

  Los proyectos Paqocha y Alturas Canchis fueron objeto de sendas evaluaciones externas de impacto. El proyecto Melgar, de reciente culminación, aún no lo ha sido. Para salvar este vacío, se ha utilizado los datos anticipados de una consultoría realizada en el segundo semestre del 2015, específica, de validación de técnicas y prácticas de manejo de recursos naturales y de sistemas de crianza de alpacas, con énfasis en la zona del proyecto Melgar.

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Cuadro 11. Actores entrevistados Organismo

Paqocha2/3

Melgar3

Total

Municipios

3

10

0

13

Gobierno regional

1

3

0

4

MINAGRI

1

3

0

4

MINSA

1

0

0

1

MINEDU

5

0

0

5

Institutos de investigación

2

0

0

2

Empresas

0

1

0

1

Productores

71

53

9

133

Kamayoqs

32

15

15

62

Mesa Regional

0

0

1

1

Asociación civil

0

1

1

2

ONG

5

5

3

13

121

91

29

241

TOTAL 1

Alturas Canchis1

Evaluación de impactos, Proyecto Alturas Canchis, Ho, R., marzo 2010

2

Evaluación final externa, Proyecto Paqocha, Guaita, R., Niño de Guzmán, R., Damman, G., enero 2014

3

Organización y validación de las tecnologías y modelos de negocios de la experiencia de Soluciones Prácticas en Proyectos

de Camélidos en el Sur del Perú, Choque, Y., Informe de consultoría, diciembre 2015

3.2 Descripción de las tecnologías evaluadas Los proyectos Alturas Canchis (Cusco), Paqocha (Apurímac) y Melgar (Puno) tienen, en sus componentes y desarrollo, particularidades en cuanto a los tipos de productores (más o menos diversificados en economías mixtas de cultivos y ganadería, tamaño promedio de hatos ganaderos, familiaridad con el mercado y situación organizacional), su ambiente institucional o de mercado, su tradición alpaquera, etc., que influyen en la mayor o menor respuesta frente a la introducción de nuevas tecnologías o prácticas, ya sea en el manejo productivo o el manejo de recursos naturales. Para fines de la presente evaluación, Soluciones Prácticas ha seleccionado las tecnologías o prácticas innovadoras que mayor aceptación obtuvieron en la gestión de recursos naturales (agua, pastos naturales) y en la productividad de la ganadería alpaquera, las cuales se volvieron de aplicación común en los ámbitos de los tres proyectos.

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Tecnologías en manejo de recursos: agua y praderas naturales (1) Cosecha de agua Se refiere al aprovechamiento de los manantiales que proliferan en la zona altoandina, como producto de los deshielos de los glaciares y los afloramientos del freático superficial, mediante operaciones de captación a pequeña escala, volumen de almacenamiento y capital invertido. Pueden ser caudales muy pequeños, desde 0.5 l/s, que permiten dar riego a una parcela familiar de un cuarto o media hectárea; o parcelas multifamiliares, si el caudal es mayor. Los reservorios tienen un volumen de aproximadamente 30 a 40 m3, y son excavados en tierra firme y revestidos de un material plástico para impermeabilizarlos. Funcionan como reservorios nocturnos y sirven para cubrir hasta una hectárea de pastos con riegos de frecuencia semanal, utilizando una línea de aspersión. Los reservorios de mayor capacidad pueden abastecer mayores áreas de cultivo para los casos de riego multifamiliar. En ellos debe realizarse acuerdos entre los beneficiarios del sistema para su construcción, planeamiento, manejo y mantenimiento. Por su facilidad constructiva y su bajo costo, están al alcance de todos los productores, y es una de las tecnologías que más demanda ha tenido. Se logró instalar un total de 54 reservorios en el caso de Canchis, 15 en el de Paqocha y 61 en el de Melgar. Estos cumplieron básicamente una función demostrativa, dada la cantidad de familias participantes (2400) y la gran extensión territorial14 que abarcaron los proyectos. Los microrreservorios instalados son utilizados actualmente en un 100%. El interés suscitado y la demanda por este tipo de infraestructura es amplio y generalizado, como lo demuestran los pedidos a los municipios distritales de Santa Rosa (60 beneficiarios) y Macari (70 beneficiarios) para realizar expedientes técnicos sobre el aprovechamiento de manantiales con microrreservorios. La municipalidad provincial de Melgar en Puno ha puesto en marcha desde el 2015 el proyecto “Cosecha de agua para la instalación de pequeños sistemas de riego presurizado en la producción de forraje en las comunidades de Melgar”, concentrándose en los distritos de Ñuñoa, Santa Rosa, Ayaviri y Macari.   El proyecto Canchis abarcó una franja de aproximadamente 80 km de largo x 20 km de ancho (1600 km2) que cruza cuatro distritos de la provincia de Canchis, seleccionando 14 comunidades campesinas, 9 asociaciones dependientes de comunidades y 8 asociaciones que no forman parte de comunidades. El proyecto Paqocha comprendió una extensión territorial de aproximadamente 140 x 40 km (5600 km2), la cual atraviesa ocho distritos de las provincias de Aymaraes y Antabamba, y se acerca al límite con la provincia de Cora Cora en Ayacucho, trabajando así con 19 comunidades. El proyecto Melgar trabajó en cuatro distritos de la provincia de Melgar, en 27 comunidades y/o asociaciones. El ámbito es casi las tres cuartas partes de la provincia, aproximadamente 4800 km2. 14

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Actualmente los municipios dan asesoramiento, asistencia técnica y presupuesto para los materiales; y, en contrapartida, los beneficiarios aportan su mano de obra y sus accesorios de riego por aspersión. Puesta fuera de duda la aceptación de esta tecnología por parte de todos los tipos de productores, se espera que con el debido apoyo institucional se logre su réplica a niveles masivos, de manera que se tenga un impacto de tipo local en lo que se refiere a fortalecer la resiliencia de las familias alpaqueras frente a las sequías y la reversión de la desertificación que sufren las praderas naturales, al aliviar la carga animal y contribuir a reducir el sobrepastoreo.

(2) Riego tecnificado familiar Este sistema utiliza la aspersión para lograr eficiencias de riego entre 70% y 80% frente al riego tradicional por gravedad. El sistema consta de un microrreservorio, tal como se explicó en el punto anterior; una red de distribución o sistema de tuberías que conducen el agua desde el aquel hasta los hidrantes o puntos de toma donde se conectan la(s) manguera(s) móvil(es); y los elevadores de PVC y aspersores que van montados en las mangueras móviles. Las mangueras de polietileno se adaptan a todo tipo de topografía, por lo que no se requiere nivelar el terreno. El riego por aspersión, además de permitir un mejor control en la aplicación del agua, permite mitigar las consecuencias de las heladas, gracias al efecto térmico de las gotas de agua sobre los tallos y hojas de las plantas. Los sistemas de riego familiares se implementaron con la finalidad de mantener una producción continua de pastos cultivados, siempre que la familia tenga una fuente permanente de agua. El mantenimiento y uso de los aspersores requiere de una capacitación especializada, lo mismo que el diseño del sistema. Como mínimo se requiere tener un desnivel entre el reservorio y el campo a irrigar que asegure la presión de funcionamiento de los aspersores. Estas especificaciones técnicas deben ser dadas por el profesional a cargo. Estas experiencias están siendo replicadas por los mismos alpaqueros, que están invirtiendo en materiales y equipos para mantener o reparar el sistema de riego. Además, las autoridades de los gobiernos locales están implementando más réplicas de esta tecnología, habiendo tomado como referencia las experiencias del proyecto Alpacas Melgar. Actualmente el 100% de las instalaciones de riego instaladas por los proyectos se encuentran funcionando.

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Los municipios del ámbito de ejecución del proyecto Melgar están atendiendo las solicitudes de los productores alpaqueros. Actualmente, el municipio distrital de Santa Rosa elabora perfiles de proyectos para atender a 60 familias con microrreservorios y riego, y en el distrito de Macari se está instalando 70 microrreservorios con sus sistemas de riego, siempre con el aporte de las comunidades en mano de obra y accesorios de riego. En el proyecto Paqocha, 15 microrreservorios con cosecha de agua y riego tecnificado para la producción de pastos fueron instalados en una fase piloto y están en funcionamiento, abriendo el camino para iniciar un proceso de réplica. Esto demuestra que la práctica es percibida por los productores como muy necesaria y conveniente a sus propios intereses; y que responde a una necesidad crítica de satisfacer la reproducción de sus medios de vida y de mejorar la productividad de sus actividades agropecuarias.

“Con el sistema de riego tengo agua de manera constante para regar mis pasturas, he aprendido a instalar sistemas y doy asistencia técnica a mis compañeros. Sé que con los sistemas de riego se puede regar más área y se puede trasladar donde sea necesario”. Sr. Elio Chila Cahuana, kamayoq del distrito de Macari.

(3) Riego tecnificado multifamiliar El riego tecnificado a nivel multifamiliar puede planificarse cuando las familias beneficiarias conforman grupos o asociaciones de carácter más homogéneo y se organizan para participar de una iniciativa o interés en común: en este caso, el riego tecnificado. Las decisiones y acuerdos en torno a la adopción de la tecnología se facilitan cuando existen intereses compartidos o vínculos de familiaridad que ayudan en el proceso de apropiación y la sostenibilidad luego del proyecto. La captación de agua desde pequeños manantiales y acuíferos es derivada a través de sistemas entubados y almacenada en pequeños reservorios rústicos, para luego ser derivada al consumo doméstico y el microrriego de parcelas de pastos cultivados. Para aplicar los sistemas de riego multifamiliares se debe considerar la ubicación de las parcelas de terreno para tratar de agruparlas, de manera que se utilice las menores cantidades de agua, tubería y diámetro, con el fin de bajar los costos.

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Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Esta interesante innovación se ha desarrollado con participación activa de las familias campesinas en las comunidades de Chilligua y Quenamari, en Sicuani, con el proyecto Alturas Canchis. Se construyeron doce pequeños sistemas de riego para 69 familias, para el riego de 42 hectáreas, a un costo promedio de $ 985/ha (S/ 2800/ha en el año 2010, con el tipo de cambio a 2.85 soles/dólar), y $ 600/familia. Actualmente los doce sistemas de riego multifamiliar instalados se encuentran en pleno funcionamiento, y aun en zonas muy alejadas reciben el mantenimiento necesario por los propios productores, o con el concurso de los kamayoq formados. El interés de las comunidades campesinas para tener un mayor número de sistemas de microrriego se ha visto obstaculizado por la controversia sobre los límites territoriales suscitada entre los gobiernos regionales de Cusco y Puno, pues ambos reclaman estas comunidades como parte de su territorio. Sin embargo, han obtenido el apoyo del municipio de Maranganí, de la región Cusco, quien les está dando asesoría y asistencia técnica en la elaboración de estudios para la ampliación de sus áreas de riego. Actualmente, al cabo de cinco años del término del proyecto Alturas Canchis, se han replicado veinte microsistemas de riego tecnificado en las comunidades vecinas a la zona del proyecto. Como se ha comprobado, el riego multifamiliar para comunidades campesinas tiene una alta aceptación y demanda por las familias campesinas —las que numéricamente representan el 90% de los productores alpaqueros—; y, aun cuando no generan excedentes o lo hacen casualmente para vender en el mercado, producen sus propios alimentos, y requieren estabilizar sus medios de vida y garantizar su sustento frente a los riesgos climáticos. El uso multifamiliar del microrriego por aspersión a nivel comunal es un excelente medio para revertir los procesos de desertificación de las praderas, aportar a la recuperación de las funciones o servicios de los ecosistemas de montaña, y a la vez hacer posible el uso productivo y sostenible del mismo por parte de las familias alpaqueras. A juzgar por los resultados de esta experiencia, tal innovación tecnológica, bien planificada y aplicada, es digna de recibir toda la atención de los gobiernos locales que tengan una cantidad importante de comunidades alpaqueras. A pesar de todos sus problemas de gobierno interno, las instituciones comunales campesinas detentan el poder político y la administración de extensas zonas cuyo uso reglamentan a nivel microzonal (laymes y extensas praderas naturales), y retienen el derecho de propiedad de las fuentes de agua bajo su jurisdicción (lagunas, riachuelos, bofedales y manantiales). Aun cuando permiten que la producción sea familiar y privada en parte de sus territorios, todos los miembros que pertenecen a la comunidad, sea individualmente o asociados, respetan las normas y costumbres establecidas por el gobierno de la comunidad. A diferencia de los grupos de interés o asociaciones de productores, desde la institución comunal campesina se logran efectos de escala para el manejo de territorios integrados, con el consiguiente impacto en el medio ambiente y el ecosistema en general.

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(4) Manejo de praderas con rotación de canchas La práctica consiste en dividir las canchas de pasto natural en varios potreros, según la disponibilidad. Generalmente, un potrero de 150 m2 permite albergar unas cincuenta cabezas de ganado. Por ejemplo, si se tienen seis potreros en una cancha, la majada rota cada cinco días por potrero, de manera que al día treinta se vuelve a coincidir en el primero. La majada pernocta en cada potrero y va dejando el estiércol bien distribuido en toda la cancha, para permitir el rebrote parejo de los pastos. La rutina se repite durante un mes y luego se pasa a otra cancha, donde se repite el proceso. La tecnología requiere tener un cerco perimétrico portátil o “dormidero” que se traslada entre los potreros, junto con la majada. El mayor costo de esta práctica es el cerco portátil. En el proyecto Melgar llegó a costar S/ 1196 para un área de 150 m2. El tiempo de recuperación del pasto natural depende de la composición de especies, de la disponibilidad de humedad en el suelo y del número disponible de las canchas de rotación, ya que, a mayor número, mayor será la frecuencia de rotación y, por lo tanto, mayor el tiempo de recuperación de los pastos. El plan de pastoreo depende de la calidad de los pastos naturales, lo cual se determina mediante un mapeo agrostológico para establecer la composición de especies y regular la capacidad de carga animal. El método de rotación de canchas permite evitar el sobrepastoreo y aumentar la soportabilidad de los pastizales. El proyecto Melgar estableció 54 planes de manejo de hatos familiares a modo demostrativo, y como puntos de reunión para los talleres de capacitación a todos los participantes. Según la información recogida para esta evaluación, un 65% de los pobladores efectúa el manejo adecuado, el 25% lo realiza de manera parcial y un 10% no efectúa manejo alguno, lo cual genera un desfase en esta técnica. Las razones por las que no se ha logrado una total aceptación de la práctica tienen que ver con el aspecto económico: en primer lugar, el costo de los cercos perimétricos; y, en segundo lugar, el mayor trabajo que supone el pastoreo dirigido (un pastor cuesta entre 175 a 200 soles mensuales).

(5) Clausura de pastizales y bofedales La “clausura de áreas de pradera nativa degradada” es una práctica que permite recuperar zonas muy degradadas de pastizales mediante la clausura con cercos. Es una práctica tradicional rescatada que los productores realizan con cercos de piedra. La clausura se puede realizar también con cercos de malla, pircado de piedras y pircado de champas, entre otros materiales.

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La clausura de los pastizales mejora su condición, pues se favorece la dominancia o la instalación del valor forrajero, lo cual incrementa su potencial productivo, libera espacio para la germinación de pastos, elimina la materia vegetal senescente, que a su vez favorece el rebote tierno de las forrajeras, y permite la recuperación natural del estrato herbáceo. Los bofedales son el tipo de pradera nativa que presenta una humedad constante, y constituye la única fuente de alimentación estratégica para las alpacas durante los periodos críticos de la estación seca. Su clausura evita también el desecamiento y permite periodos de descanso durante los que el pastizal se recupera y constituye las reservas para la estación seca, con pastos abundantes gracias a la humedad. Las cargas animales deben ser cuidadosamente controladas y los bofedales deben ser usados para suplementar las deficiencias de los animales que se encuentran en producción. Las hembras lactantes y las de reemplazo deben pastorear continuamente en estos sitios. En el ámbito del proyecto Melgar, una hectárea de pastizal clausurado con cerco llegó a rendir 8520 kg, con una soportabilidad de 15.78 alpacas/ha; mientras que en los bofedales clausurados el rendimiento llegó a 9350 kg/ha y 17.3 alpacas/ha. En el caso del proyecto Paqocha, una hectárea de clausura de pastizal llegó a producir 6790 kg/ ha de pasto para una soportabilidad de 12.6 alpacas/ha; y, en una hectárea de bofedal clausurado, su rendimiento fue de 8945 kg/ha, con una soportabilidad de 16.6 alpacas/ha. Los alpaqueros entienden que estas prácticas de clausura son positivas para mejorar la disponibilidad de los pastos naturales, sobre todo en los periodos de sequía, pero reconocen el alto costo que representan los cercos (sean de malla o de piedras), lo que se agrava si las distancias para el transporte de materiales es considerable y la mano de obra es escasa. En resumen, la adopción de esta práctica es de relativa dificultad, dado el costo de instalación de los cercos, y especialmente si la mayoría de alpaqueros son campesinos en una economía de subsistencia. Según la evaluación final de impactos realizada en el proyecto Paqocha (2014), habría un 20% de alpaqueros que estarían adoptando y replicando el modelo de producción propuesto en general (manejo de praderas con rotación, clausura de pastizales y bofedales, siembra de pastos cultivados, etc.). En el mismo informe (p. 49) se menciona que, para adquirir algunos materiales, como las mallas ganaderas o los insumos necesarios para construir cercos, el 72% responde no tener suficientes ingresos para replicar las tecnologías promovidas, el 77% no disponer de infraestructuras productivas suficientes y el 85% no tener acceso a mecanismos de crédito agropecuario.

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(6) Producción y henificación de avena forrajera La finalidad de esta práctica es producir avena forrajera y henificarla, obteniendo así un forraje seco de color verde intenso que puede almacenarse para alimentar a las alpacas durante la época de estiaje. Esta técnica permite mantener el mayor porcentaje de nutrientes en la calidad del pasto, garantizando la alimentación en las etapas de gestación, lactancia, destete y apareamiento (en el caso de los machos). La avena es una gramínea anual de tallo delgado que tiene alto rendimiento, alcanzando hasta setenta toneladas de materia verde y catorce toneladas de materia seca por hectárea. Es muy resistente a las bajas temperaturas, las heladas y las sequías. Este forraje es aprovechado por los animales si es cosechado a los cinco meses, cuando la planta se encuentra en estado de pajonamiento y el grano en estado lechoso, momento en el que cuenta con un alto porcentaje de proteína (17% a 21%). El costo de producción de una hectárea de avena es de S/ 1565. El cultivo de avena se realiza en época de lluvia y generalmente se siembra en los corrales que se utilizaron como dormideros, en áreas pequeñas de un cuarto de hectárea, aunque siempre se tiene el propósito de sembrar en un área mayor. La siembra de avena es una práctica extendida en un 40% de los productores en el ámbito de la provincia Melgar, pero no en el caso de los proyectos Paqocha y Alturas Canchis, donde solo un 4% realiza esta práctica15. Según las encuestas aplicadas el 2015, un 90% de los productores del proyecto Melgar estarían sembrando avena. Como en el caso anterior, existen limitaciones económicas que impiden la total adopción de la práctica, ya que también se requiere de un área cercada y semillas de calidad.

(7) Pastos cultivados Es una tecnología de cultivo de pastos. Se utiliza generalmente una mezcla de leguminosas (alfalfa, trébol) y gramíneas (rye grass, avena forrajera, Dactylis), sembrados en una proporción de 75% y 25%, respectivamente. En los casos de los proyectos Melgar y Alturas Canchis se usaron trébol y rye grass. La selección del tipo de pasto depende de factores biológicos como climáticos. Por eso, la mejor mezcla se determina con ensayos in situ. La siembra se hace sobre terrenos preparados, con humedad y protegidos (cercados). Los cercos de protección pueden ser mallas o material de la zona (piedras o pircas). Las semillas deben ser de calidad germinativa garantizada. 15

  Líneas de base de los proyectos Melgar, Paqocha y Alturas Canchis.

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El trébol Trifolium repens es una leguminosa que requiere de suelos de textura arcillosa, pero con alto contenido de materia orgánica. Se puede adaptar desde los 2200 a los 4100 msnm, y funciona bien en asociación con el rye grass. Tiene una duración de seis a ocho años. El rye grass, por su parte, es una gramínea perenne que dura más de tres años y resiste el pisoteo del ganado, pero depende considerablemente de la disponibilidad del agua y su manejo. En el proyecto Melgar se obtuvieron rendimientos de 28 000 kg/ha, con un costo por hectárea de S/ 4209 (precios de los años 2012 y 2013), incluyendo el costo de instalación del cerco con malla ganadera. En el proyecto Alturas Canchis, una hectárea de pastos cultivados (trébol y rye grass) y cercado tuvo un costo de instalación de S/ 2387, (precios de 2008 y 2009) y un rendimiento de 21 524 kg/ha. En ambos casos, los terrenos contaron con sistema de riego. Se ha notado una preferencia por este tipo de cultivo antes que por la siembra de avena forrajera, aun cuando los costos de instalación son altos. Y es que, al ser pastos de tipo perenne, con una duración promedio de cinco a seis años, son mejor percibidos que los pastos cultivados de forma anual. Actualmente, el 100% de las familias que fueron beneficiadas con pastos y en zonas de bajo riego en ambos proyectos continúan con la práctica. En otros casos, se viene realizando ampliaciones para regar más áreas y la construcción de nuevos reservorios, con la ayuda de gobiernos locales y aportes propios de la población.

Tecnologías de manejo productivo de la alpaca (8) Playas y esquila de alpacas La esquila es el proceso por el cual se corta y separa el vellón de fibra que cubre la alpaca. Las playas de esquila ayudan a obtener una fibra no contaminada y limpia; de esta manera, se mejora el valor de la fibra en los procesos de comercialización. Se realiza generalmente una vez al año. Para realizar bien la práctica, se requiere contar con corrales, preferiblemente techados, para evitar que las alpacas se mojen, y con ello se dificulte el esquilado y envellonado para el almacenamiento de la fibra. El envellonado es la forma comercial de presentar el vellón entero debidamente enrollado en forma de tambor, con las puntas de la mecha hacia fuera. Se requiere también que las playas de esquila tengan el piso revestido de cemento o empedrado, para evitar la contaminación de la fibra con materias extrañas. En los

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proyectos se han usado lonas, que son versátiles porque se instalan en cualquier lugar, cumplen la misma función y son menos costosas. El proyecto Melgar distribuyó doscientas lonas de esquila entre tres comités de acopio, en los distritos de Macari, Santa Rosa, Ayaviri y Nuñoa. Un módulo de esquila comprende una tijera, lona de esquila, mancuernas, escobilla, tabla de sujeción, yodo, soga, estaca, regla, romana, afilador y otros equipos menores. Tiene un costo de alrededor de S/ 900. El costo de mano de obra por la esquila de cincuenta alpacas es de S/ 150, lo cual se hace en una jornada de diez horas si el procedimiento es con maquina eléctrica, y S/ 250 si se usan tijeras manuales. Con máquina, la esquila rinde media libra más por alpaca. En el ámbito de ejecución del proyecto Paqocha se implementaron tres pilotos de acopio y ventas asociadas para la comercialización de fibra. Estos pilotos permitieron la negociación directa con las empresas y una mejora sustancial de los precios. Por ejemplo, el vellón de fibra pasó de S/ 8 a S/ 12. Antes de la intervención del proyecto, los productores alpaqueros utilizaban cuchillos para las faenas de esquila. Por ello, se entregaron tijeras de esquila a 329 familias. En la actualidad, la utilización de tijeras es generalizada: al utilizar tijeras se logra conseguir una mejor calidad de vellones y un mayor rendimiento de fibra esquilada por animal, con lo que se logra un incremento de la producción de 0.5 libras por alpaca. Antes, cada familia esquilaba 73 alpacas al año, y obtenía 3.5 lb por alpaca. Las lonas, por su fácil utilización y su versatilidad, son empleadas por el 100% de productores, quienes entendieron la importancia de obtener fibra limpia y sin impurezas. Además, notan una ventaja de la esquila electromecánica sobre la esquila tradicional, porque permite recuperar el vellón propiamente dicho en forma íntegra, y se realiza con rapidez y menor esfuerzo, de manera que resulta una fibra uniforme y con menor cantidad de fibras cortas. Sin embargo, es necesario que exista una persona capacitada que sepa utilizar la esquiladora. Por ser una limitante, se requiere capacitar a una mayor cantidad de personas en el uso de esta máquina. La utilización de tijeras para la esquila ha sido generalizada pero incrementa las horas de trabajo, aunque se ha registrado que los productores invierten en comprar tijeras nuevas y lonas, lo que indica la sostenibilidad de la tecnología.

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(9) Categorización y clasificación de la fibra de alpaca La clasificación es un proceso que se realiza para separar el vellón por sus calidades, separando las fibras finas de las gruesas, retirando la tierra, el guano, la pintura y los materiales que lo contaminan. Es una actividad rigurosa, que requiere personal altamente experimentado y poseedor de buen criterio, tacto y visión, para extraer las porciones de fibra y ubicarlas en sus calidades respectivas, según la norma técnica (NTP 231.301:2004). Para acreditar la calidad de la fibra de alpaca, se usan como apoyo las normas siguientes: • • • •

Fibra de alpaca en vellón (NTP 231.300:2004) Fibra de alpaca clasificada (NTP 231.301:2004) Muestreo de fibra alpaca en vellón (NTP 231.302:2004) Análisis de diámetro de fibra (ASTM/IWTO 2130:2006)

Durante la categorización se forman grupos de vellones, buscando estandarizar las categorías de forma acorde a las normas. Como se mencionó, esta actividad debe ser ejecutada por personal especializado, poseedor de un gran conocimiento del material textil y sus características tecnológicas. Además, deberá estar muy familiarizado con las normas técnicas y ser capaz de aplicarlas al realizar el trabajo. Al terminar el acopio de fibra, se contrataron maestras clasificadoras de fibra, quienes realizaron la categorización y clasificación en el centro de acopio. En el proyecto Melgar se procesaron 62 000 libras a un costo de S/ 1980; y, al tratarse de un piloto a título demostrativo, los productores se comprometieron a pagar un autogravamen para costear la actividad en las siguientes campañas (S/ 0.03 por libra). Además de las características descritas para el personal, la actividad debe realizarse en un ambiente adecuado, techado, con buena iluminación e implementado con mesas y una zona de almacenamiento. Los productores indican que esta tecnología actualmente no se está implementando en su totalidad, a pesar de los centros de acopio y las facilidades que los proyectos y los municipios ya han activado. Ello se debe a que los compradores de fibra no exigen fibra categorizada, sino solo clasificada. La idea de vender la fibra categorizada es obtener el mayor precio que pueda reconocer el mercado. Y la categorización es una técnica que requiere mucho adiestramiento. Estas son las barreras principales para poder asumir la clasificación y categorización de la fibra. Los productores perciben que los precios en el mercado son volátiles y no reconocen este esfuerzo adicional, de manera que persiste la costumbre de vender la fibra en broza.

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(10) Centros de acopio y comités distritales Los centros de acopio y sus respectivos comités distritales conforman un modelo de comercialización para la venta organizada de la fibra de alpaca que permite acopiar, concentrar, clasificar, categorizar y ofertar al mercado la venta en volumen, reduciendo los costos de transacción y mejorando los precios diferenciados por calidad de fibra. Un sistema como el planteado actúa como un mecanismo regulador del comercio de la fibra, frente al actual sistema desordenado, atomizado e informal que traen los varios niveles de intermediación (alcanzadores, habilitadores, rescatistas, minoristas, etc.). De esta manera, se logra dar mayor poder de negociación a los criadores en el mercado de la fibra, dominado básicamente por un pequeño grupo de empresas textiles. Los centros de acopio distritales son lugares que cuentan con corrales, playas de esquila y demás facilidades para realizar las tareas de esquila, clasificación, categorización, envellonado, empacado, registro y almacenamiento de la fibra (prácticas 8 y 9). Los ensayos de acopio y venta organizada a través de comités distritales16 se han realizado en el marco del proyecto Melgar. Se constituyeron y/o adecuaron cuatro centros de acopio con las siguientes características: Cuadro 12. Características de los centros de acopio distritales en Melgar Macari

Sta. Rosa

Ñuñoa

Ayaviri

Local

Propio (Construido por el proyecto)

Alquilado (Municipio)

Alquilado (Municipio)

Alquilado (Socios)

Capacidad (qq)

400

300

600

150

Nro. de asociaciones

12

4

16

2

Activos

Local, mobiliario y balanza

Mobiliario y balanza

Mobiliario y balanza

Mobiliario y Balanza

Personal

Embutidoras y maestra clasificadora

Embutidoras y maestra clasificadora

Embutidoras y maestra clasificadora

Embutidores

Fuente: Soluciones Prácticas, 2015. Estudio de caso: Experiencia de comercialización de los centros de acopio distritales en la provincia de Melgar, Puno. Elaboración: Roberto Montero.

  En el proyecto Paqocha se realizaron ensayos que involucraron a 85 familias de dos asociaciones en Caraybamba y Antabamba. En la etapa final del proyecto se realizaron dos visitas de reconocimiento a las empresas textiles de Arequipa, lográndose finalmente un acuerdo de venta con SPAR, que cumplió con mantener los precios acordados (S/ 7.36/lb), involucrando a 53 familias de seis comunidades y la coordinación con el municipio de Caraybamba. 16

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Cada centro de acopio forma su respectivo comité distrital, cuya junta directiva es elegida por los representantes o presidentes de las asociaciones de productores participantes. El Comité Distrital cuenta con estatutos y se reúne anualmente para realizar la elección de la Junta Directiva del nuevo comité, y luego de forma periódica, especialmente para las campañas de octubre a diciembre (grande) y marzo (chica). Las decisiones se toman de acuerdo al Reglamento Interno del Comité, y en base a deliberaciones y análisis de propuestas por consenso. El Comité se financia mediante una contribución de los asociados de 0.10 céntimos por libra acopiada. Con estos ingresos se paga la mano de obra de la fase de acopio, la compra de activos y los gastos en que incurren los directivos en sus viajes para la negociación, haciendo que el centro sea sostenible. Una vez completados los procesos de acopio, clasificación-categorización, registro y almacenado, con el producto consolidado por categorías, el comité inicia la búsqueda de contactos con las empresas textileras de Arequipa y evalúa los precios ofertados por las empresas compradoras. Definida la compra, se realiza el pago contraentrega en los almacenes del centro, evitando así el costo del flete. Cuadro 13. Libras de fibra comercializada en los centros de acopio distritales 2012 Con intermediarios

2013

2014

Totales

1613

65 071

152 075

218 759

Con centro de acopio

35 825

130 558

139 277*

305 616

Totales

37 438

195 629

291 352

524 369

*Incluye campaña de acopio de enero 2015. Fuente: Soluciones Prácticas, 2015. Estudio de caso: Experiencia de comercialización de los centros de acopio distritales en la provincia de Melgar, Puno. Elaboración: Roberto Montero.

Estos resultados nos muestran que los volúmenes de comercialización de la fibra mediante este sistema de acopio han ido incrementándose por tres campañas consecutivas, participando con casi el 60% del total de fibra vendida por las asociaciones participantes (34 asociaciones con más de 500 productores). Entre los principales impactos podemos mencionar los siguientes: • Los precios por libra se incrementaron en un 30% respecto al precio del mercado local. • El efecto regulador que el sistema ejerce en el mercado provincial. Se registró una mejora en la formación de precios (S/ 0.30/lb) en la zona debido a que los productores e intermediarios toman como referencia los precios logrados por los centros de acopio distritales.

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• La evolución de estas organizaciones distritales empoderadas (aunque todavía no consolidadas) ha permitido que desarrollen iniciativas de inversión vía fondos concursables, como los de Procompite. El sistema requirió el respaldo institucional por parte de los municipios y los proyectos de tipo regional y local. Resulta clave en el proceso asegurar mecanismos de transparencia (control de pesos, calidades, cumplimiento de acuerdos, mecanismos y puntualidad de pagos, rendición de cuentas, atención de reclamos y garantías de tipo legal) para ganar la confianza de los productores, ya que siempre existirán intermediarios a quienes les convendrá mantener el mercado informal, de forma que puedan aprovecharse de la incertidumbre y la falta de información. El nivel de respuesta logrado en cuanto a la aceptación del sistema es relativamente bueno (más de 500 productores), aunque todavía falta lograr un creciente número de productores y asociaciones que se adscriban a él, así como asegurar el respaldo institucional de los municipios y las autoridades provinciales y regionales, quienes pueden dar normas y establecer políticas que favorezcan explícitamente mayores niveles de formalidad para el mercado en general.

“Al pagar el autogravamen sabemos que será para que el centro de acopio funcione y se mantenga. También servirá para contratar a las maestras, quienes nos capacitan en clasificación y categorización. Sin embargo, a veces no todos los socios cuentan con tiempo disponible para estar en el centro de acopio”. Sr. Sabino Bermúdez Chu, kamayoq encargado del centro de acopio de Macari.

(11) Empadre controlado La finalidad de esta práctica es promover el mejoramiento genético del hato de alpacas mediante un control del cruzamiento de los animales a partir de los ejemplares que ostentan las mejores características físicas y genéticas. Mediante esta práctica se evitan los cruzamientos indeseados y los problemas de consanguinidad, para lo cual es necesario llevar registros de producción. El empadre controlado se inicia con la selección de los mejores reproductores y hembras, seleccionados por sus buenas características: calidad de la fibra, ausencia de enfermedades o defectos congénitos, estructura y peso corporal.

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Se requiere un corral construido con materiales del lugar (piedra o adobe) y pequeños módulos de empadre, que sirven para el apareamiento de las alpacas. En cuanto a la construcción de los módulos de empadre, estos pueden ser portátiles; se utilizan mallas ganaderas, yutes o redes. Los registros permiten hacer un monitoreo individualizado, tomando los datos de los animales que ingresan al módulo de empadre: fechas, número de registro (tanto de los machos como de las hembras), color, finura de la fibra, largo de mecha y densidad del rizo. Esta acción se complementa con la colocación de aretes para su identificación. El módulo generalmente se compone de un macho reproductor y veinte hembras, y la práctica se realiza entre los meses de diciembre a marzo. Con este método, los índices de productividad mejoran notablemente respecto a las líneas de base, como se muestra en el siguiente cuadro: Cuadro 14. Índices de productividad con empadre controlado ÁMBITO DEL PROYECTO Proyecto Alpacas Melgar Indicadores

Unidad

Antes del proyecto

Después del proyecto

Proyecto Paqocha Antes del proyecto

Después del proyecto

Índices reproductivos Fertilidad

%

70

77

58

66

Natalidad

%

55

80

48

60

Mortalidad de tuis y adultos

%

30

20

41

28

Peso vivo al nacer

kg

7.8

8.5

6

7

Peso vivo adultos machos

kg

51

60

48

56

Peso vivo adultos hembras

kg

40

46

35

41

Cantidad de fibra

lb/año

4.2

4.9

3.5

4.5

Índices productivos

Fuente: Organización y validación de las tecnologías y modelos de negocios de la experiencia de Soluciones Prácticas en proyectos de camélidos en el sur del Perú. Choque, Y. Informe de consultoría en proceso. Diciembre 2015.

Los costos de un módulo de empadre, incluidas la mano de obra y la asistencia técnica, ascienden a S/ 11 500 (2014). Aún es necesario realizar un plan de negocios costo-beneficio para demostrar si el beneficio (se obtienen buenos precios por la venta de reproductores) de esta tecnología compensa o supera los costos.

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En la experiencia del proyecto Melgar, alrededor de un 20% de los participantes adoptaron la práctica, y, de los que lo hicieron, algo menos de ese porcentaje llevan los registros. Para que esta técnica rinda sus frutos, también se requiere contar con potreros destinados a separar los machos de las hembras durante el resto del año. Además, es necesario iniciar un programa de alimentación para las hembras gestantes, así como para las hembras jóvenes que están por ingresar al empadre. Como se ve, hay varias barreras de entrada para que la práctica sea adoptada en mayor número. Primero, el costo inicial del módulo es elevado y se requiere cierto nivel de especialización en la crianza, condición que solo está presente en un número muy reducido de alpaqueros. En segundo lugar, la mayor parte de los productores maneja 100 o menos cabezas, y no dispone del tiempo ni los ingresos que exige la tecnología. Todavía queda pendiente el reto de mejorar la calidad genética del ganado ofreciendo una tecnología de menor intensidad y costo, más adecuada a la realidad del pequeño productor campesino.

3.3 Valoración de las tecnologías Retomando el marco conceptual, evaluaremos las tecnologías o prácticas en función de tres factores: grado de apropiación (o adopción), grado de pertinencia y potencial de réplica. Para cada uno de estos factores se han seleccionado criterios específicos, y se les ha calificado en una escala de “bueno” (3 puntos), “regular” (2 puntos) y “bajo” (1 punto), según se indica en la tabla de calificación de criterios (cuadro 15). a) Grado de apropiación Los cuadros 16(a) y 16(b) muestran el puntaje (normalizado) obtenido por el grado de apropiación de las tecnologías en manejo de recursos naturales (agua y pastizales) y manejo productivo de alpacas (manejo de ganado, cosecha y comercialización de fibra). Reciben el máximo puntaje (100) las tecnologías de cosecha de agua, riego tecnificado a nivel familiar y riego tecnificado a nivel multifamiliar. En términos relativos, menores puntajes se observan en la adopción de las tecnologías del manejo productivo de las alpacas. A primera vista, el agua y el riego suponen una fuerte necesidad sentida y reclamada por todos los productores. En el caso del manejo productivo, existen barreras de entrada relacionadas con las condiciones socioeconómicas, que producen resultados diferenciados en la apropiación de las tecnologías por los productores.

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b) Grado de pertinencia Los cuadros 17(a) y 17(b) muestran los resultados obtenidos en cuanto al grado de pertinencia de las tecnologías. Como en el caso del grado de apropiación, hay una mejor valoración de la pertinencia de las tecnologías de manejo de recursos naturales, frente a las tecnologías del manejo productivo. Las valoraciones de pertinencia tienen que ver con lo que el productor alpaquero percibe respecto a la práctica o tecnología introducida, y aun cuando una tecnología puede ser contar con una valoración alta, su adopción o replica puede verse obstaculizada por la falta de recursos o apoyo institucional. c) Potencial de réplica Los cuadros 18(a) y 18(b) muestran los resultados para el potencial de réplica. Se aprecia claramente que las tecnologías de manejo productivo de las alpacas tienen más dificultad para la réplica que en el caso de las tecnologías de manejo de recursos naturales (en promedio, 42% para las tecnologías de manejo productivo, frente al 85% de las tecnologías de manejo de recursos naturales).

65 Cuadro 15. Tabla de calificación de criterios Tecnologías de manejo de recursos naturales y de manejo productivo de alpacas Criterios

Calificación Bueno / 3 Regular / 2 Grado de aprobación

Bajo / 1

Uso y mantenimiento de la tecnología

Conoce y usa la tecnología adecuadamente, en forma sostenida; y hace mantenimiento regular de los equipos, instalaciones o insumos.

Conoce y usala tecnología adecuadamente, aunque no en forma sostenida; y el mantenimiento de los equipos, instalaciones o insumos se realiza esporádicamente.

Conoce y usa la tecnología muy ocasionalmente; y no hace el mantenimiento de los equipos, instalaciones o insumos.

Tiene el soporte social de un núcleo de productores innovadores capacitados y comprometidos con la implementación

Existe un núcleo de productores innovadores capacitados y comprometidos que se apoyan mutuamente.

Existe un núcleo de productores innovadores capacitados, pero no interactúan para apoyarse mutuamente.

El núcleo inicial de productores innovadores capacitados se ha debilitado y casi ha perdido el interés en la implementación o el compromiso con el apoyo mutuo.

Cuentan con prototipos instalados probados en más de una campaña de producción agrícola o pecuaria

Tienen prototipos o ensayos instalados en más de una campaña, que funcionan como vitrinas demostrativas.

Tienen prototipos o ensayos instalados en más de una campaña, pero el efecto demostrativo es mínimo.

Tienen prototipos o ensayos instalados en más de una campaña, pero no funcionan con efecto demostrativo.

Cuenta con un soporte institucional de una o más entidades, que hacen seguimiento a los resultados

Tienen el soporte institucional de una entidad con programas explícitos de asistencia técnica y orientación para acceder a estudios y presupuestos.

Tienen el soporte institucional de una entidad, aunque no existe un programa explícito de apoyo a la actividad.

Tienen el soporte institucional de una entidad, aunque es un apoyo no formal, esporádico o discrecional, no institucionalizado.

Grado de pertinencia Mejora del ingreso del productor

Aumenta significativamente la productividad y el ingreso del productor.

Aumenta la productividad Casi no aumenta la y el ingreso del productor, productividad ni el ingreso aunque no de modo del productor. significativo.

Las prácticas son adecuadas a las tradiciones, cultura y medio socioeconómico

Las prácticas son compatibles con el medio socioeconómico, la cultura y las tradiciones campesinas.

Las prácticas son medianamente compatibles con el medio socioeconómico, la cultura y las tradiciones campesinas.

Las practicas no son compatibles con el medio socioeconómico, la cultura ni las tradiciones campesinas.

Aumento de la resiliencia con respecto al cambio climático

Reducen efectivamente la vulnerabilidad frente a los eventos climáticos extremos recurrentes y mejoran la seguridad de los medios de vida del productor alpaquero.

Reducen, aunque no directamente, la vulnerabilidad frente a los eventos climáticos extremos recurrentes; y mejoran la seguridad de los medios de vida del productor alpaquero.

Casi no influyen en reducir la vulnerabilidad frente a los eventos climáticos extremos recurrentes ni mejoran la seguridad de los medios de vida del productor alpaquero.

66

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Tabla de calificación de criterios

Tecnologías de manejo de recursos naturales y manejo productivo de alpacas Calificación Criterios

Bueno /3

Regular /2

Bajo /1

Potencial de réplica Testimonios evidentes de cambio que inducen a la réplica

Existen experiencias o testimonios evidentes de cambio que inducen a la réplica.

Existen experiencias o testimonios, pero las evidencias no son tan convincentes.

Existen experiencias o testimonios, pero no hay evidencias de cambio favorable.

Ya han sido adoptadas por diversas entidades

Han sido adoptadas o respaldadas con políticas o programas por algunas entidades públicas o privadas.

Han sido respaldadas por las entidades pero aún no existen políticas o programas concretos.

Hay opinión favorable por parte de algunas entidades, pero ningún apoyo formal.

Tienen evaluaciones y sistematizaciones sobre logros de su implementación

Existen evaluaciones y sistematizaciones sobre los logros de su implementación, y son difundidas.

Existen muy pocas evaluaciones y sistematizaciones sobre los logros de su implementación.

No existen evaluaciones ni sistematizaciones sobre los logros de su implementación.

Un marco institucional y políticas favorables para su adopción

Existe un marco de políticas institucionales favorables para su adopción y réplica.

Existe el interés institucional, pero no se expresa en un marco de políticas de promoción.

Hay una ausencia de interés institucional, o coyunturas políticas desfavorables que impiden su adopción y réplica.

67

Cuadro 16 (a). Grado de apropiación de tecnologías Proyectos Melgar, Paqocha y Alturas Canchis

Pastos cultivados (trébol con rye grass)

Producción y henificación de avena forrajera

Clausura de pastizales y bofedales

Manejo de pradera

Riego tecnificado a nivel multifamiliar

Cosecha de agua

Grado de apropiación Criterios

Riego tecnificado a nivel familiar

Tecnologías en manejo de recursos naturales

Uso y mantenimiento de la tecnología

3

3

3

2

2

2

2

Tiene el soporte social de un núcleo de productores innovadores capacitados y comprometidos con la implementación

3

3

3

3

3

3

3

Cuentan con prototipos instalados, probados en al menos una campaña de producción agrícola o pecuaria

3

3

3

3

3

3

3

Cuenta con un soporte institucional de una o varias entidades que hacen seguimiento a los resultados

3

3

3

2

1

1

3

12

12

12

10

9

9

11

100

100

100

83

75

75

92

TOTAL

Grado de apropiación (Puntaje normalizado, %)

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Empadre controlado

Centros de acopio y comités distritales

Grado de apropiación (Criterios)

Categorización y clasificación de fibra

Cuadro 16(b). Grado de apropiación de tecnologías

Playas y esquila de alpacas

68

Uso y mantenimiento de la tecnología

2

1

1

1

Tiene el soporte social de un núcleo de productores innovadores capacitados y comprometidos con la implementación

3

2

3

1

Cuentan con prototipos instalados probados en al menos una campaña de producción agrícola o pecuaria

3

1

3

1

Cuenta con el soporte institucional de una o más entidades que hacen seguimiento a los resultados

1

1

2

1

TOTAL

9

5

9

4

75

42

75

33

Grado de apropiación (Puntaje normalizado, %)

69

Cuadro 17 (a). Grado de pertinencia de las tecnologías Proyectos Melgar, Paqocha y Alturas Canchis

Pastos cultivados (trébol con rye grass)

Producción y henificación de avena forrajera

Clausura de pastizales y bofedales

Manejo de pradera

Riego tecnificado a nivel multifamiliar

Cosecha de agua

Grado de pertinencia Criterios

Riego tecnificado a nivel familiar

Tecnologías en manejo de recursos naturales

Mejora el ingreso del productor

3

3

3

3

2

2

3

Prácticas son adecuadas a las tradiciones, la cultura y el medio socioeconómico

3

3

3

1

2

2

3

Aumento de la resiliencia con respecto al cambio climático

3

3

3

3

3

3

3

TOTAL

9

9

9

7

7

7

9

100

100

100

78

78

78

100

Grado de pertinencia (Puntaje normalizado, %)

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Empadre controlado

Centros de acopio y comités distritales

Grado de pertinencia Criterios

Categorización y clasificación de fibra

Cuadro 17 (b). Grado de pertinencia de las tecnologías

Playas y esquila de alpacas

70

Mejora del ingreso del productor

3

1

2

3

Prácticas son adecuadas a las tradiciones, la cultura y el medio socioeconómico

3

1

1

1

No aplica

No aplica

No aplica

No aplica

6

2

3

4

100

33

50

67

Aumento de la resiliencia con respecto al cambio climático TOTAL Grado de pertinencia (Puntaje normalizado, %)

71

Cuadro 18 (a). Potencial de réplica de las tecnologías Proyectos Melgar, Paqocha y Alturas Canchis

Pastos cultivados (trébol con rye grass)

Producción y henificación de avena forrajera

Clausura de pastizales y bofedales

Manejo de pradera

Riego tecnificado a nivel multifamiliar

Cosecha de agua

Potencial de réplica Criterios

Riego tecnificado a nivel familiar

Tecnologías en manejo de recursos naturales

Testimonios evidentes de cambio que inducen a la réplica

3

3

3

3

3

2

3

Ya han sido adoptadas por diversas entidades

3

3

3

2

2

2

2

Tienen evaluaciones y sistematizaciones sobre logros de su implementación

3

3

3

2

2

2

2

Un marco institucional favorable a su adopción dentro de un marco de políticas

3

3

3

2

2

2

2

12

12

12

9

9

8

9

100

100

100

75

75

67

75

TOTAL

Potencial de réplica (Puntaje normalizado, %)

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Empadre controlado

Centros de acopio y comités distritales

Potencial de réplica Criterios

Categorización y clasificación de fibra

Cuadro 18 (b). Potencial de réplica de las tecnologías Proyectos Melgar, Paqocha y Alturas Canchis

Playas y esquila de alpacas

72

Testimonios evidentes de cambio que inducen a la réplica

2

1

1

2

Ya han sido adoptadas por diversas entidades

2

1

1

1

Tienen evaluaciones y sistematizaciones sobre los logros de su implementación

2

0

2

1

Un marco institucional favorable a su adopción dentro de un marco de políticas

2

0

1

1

TOTAL

8

2

5

5

67

17

42

42

Potencial de réplica (Puntaje normalizado, %)

73

d) Índice de sostenibilidad (S) El índice de sostenibilidad (cuadro 19) es la combinación de los tres factores: S = Apropiación x Pertinencia x Réplica Este índice es de gran utilidad para juzgar hasta qué punto una tecnología puede llegar a escalar y mantenerse en el tiempo para conseguir un cambio a nivel local o regional. Por ejemplo, una tecnología que haya obtenido un puntaje alto en apropiación no necesariamente mantendrá un nivel alto de sostenibilidad, si su potencial de réplica es mediano. Cuadro 19. Índice de sostenibilidad Tecnologías en manejo de recursos naturales Tecnología

Apropiación (A)

Pertinencia (P)

Potencial de réplica (R)

Sostenibilidad S=AxPxR

Cosecha de agua

100

100

100

100

Riego tecnificado (micro) a nivel familiar

100

100

100

100

Riego tecnificado (micro) a nivel multifamiliar

100

100

100

100

Manejo de pradera

83

78

75

49

Clausura de pastizales y bofedales

75

78

75

44

Producción y henificación de avena forrajera

75

78

67

39

Pastos cultivados (trébol con rye grass)

92

100

75

69

Tecnologías en manejo productivo de alpacas Playas y esquila de alpacas

75

100

67

50

Categorización y clasificación de fibra

42

33

17

10

Centros de acopio y comités distritales

75

50

42

16

Empadre controlado

33

67

42

9

74

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

El cuadro 20 nos muestra cómo se distribuyen las tecnologías dentro de cuatro rangos de índices de sostenibilidad. En el rango más alto (76 a 100%) están las tecnologías de cosecha de agua y microrriego tecnificado. Un programa institucional basado en estas acciones tiene fuerte apoyo por parte de los beneficiarios y una alta probabilidad de masificarse y ser sostenible. El beneficio de estos programas es doble, ya que no solo permiten el uso productivo del agua y los pastizales, sino que ayudan a la recuperación del ecosistema frente a la desertificación y erosión de los suelos. De otro lado, son tecnologías mejoradas que interesan a todos por igual, independientemente de su situación socioeconómica. En este sentido, los casos de microrriego multifamiliar en las comunidades de Sicuani, Chilligua y Quenamari son los prototipos por excelencia, porque se orientan principalmente a poblaciones en subsistencia, que son la mayoría, habiéndose producido hasta 20 réplicas en comunidades vecinas. El impacto social (y económico) para estas poblaciones es inmenso, porque promueve su seguridad alimentaria y disminuye su vulnerabilidad frente al cambio climático. Las controversias por límites jurisdiccionales entre los gobiernos regionales de Cusco y Puno actualmente impiden que las comunidades de esta zona puedan acceder a mayores presupuestos y proyectos de esta índole. La intercesión de una organización sería clave para solucionar el impase. En el rango alto (51-75%), de tendencia creciente, solo se ubica la tecnología de pastos cultivados con trébol y rye grass. Las dificultades para acceder a semillas de calidad y los costos iniciales (cercos) hacen que su potencial para la réplica no sea tan alto como en los casos de la cosecha de agua y el microrriego. Requiere un apoyo decidido por parte de los gobiernos locales o programas de desarrollo para mantener la tendencia creciente de réplica. La siembra de pastos cultivados, como el trébol con rye grass, es preferida por los productores, por ser pastos de tipo perenne, frente a los pastos cultivados anuales. En esta evaluación llama la atención la ausencia de tecnologías de recuperación o mejoramiento de praderas naturales, como la siembra directa de trébol blanco y el transplante de pastos nativos (Chilligua), que tienen menores costos de instalación y son más accesibles a la realidad del campesino alpaquero. Esta observación es importante si se desea volcar la atención hacia la mayoría de productores, buscando soluciones de tecnología intermedia o menos intensiva, para lograr su inclusión en los procesos de desarrollo, que no es lo mismo que su inclusión en el mercado.

75

Cuadro 20. Interpretación de los índices de sostenibilidad Índice de sostenibilidad

Descripción

Muy alto (76 a 100)

Existe una probabilidad alta de que la tecnología se masifique y consolide, y baja de que se produzca una retracción, porque hay apoyo institucional y fuertes evidencias de cambio positivo, que incentivan su aplicación.

Alto (51 a 75)

Existe tendencia creciente a que otros más adopten las prácticas, y para mantenerla es necesario el apoyo decidido de las instituciones locales (bienes y servicios, así como incentivos y políticas promocionales). En tal situación, las tecnologías se vuelven “tendencias”, pero pueden sufrir un retroceso en caso de que se presenten factores adversos (coyuntura política, institucional, de mercado; fenómenos climáticos; etc.)

Medio (26 a 50)

Se relaciona a una situación de casi equilibrio estático, cuando, después de haber experimentado un crecimiento inicial de réplicas, el proceso se estanca y requiere un decidido apoyo institucional para regresar a un estado de tendencia creciente.

Bajo (0 a 25)

Denota que los procesos de adopción permanecen circunscritos a los receptores primarios, con muy pocos casos o evidencias de réplica posproyecto, cuando no de abandono de los mismos. En ese caso estaríamos en una situación de sostenibilidad frágil, la cual demandaría esfuerzos institucionales sostenidos de mayor peso, en inversiones con programas de largo plazo.

Tecnologías • • •

Cosecha de agua Riego tecnificado familiar Riego tecnificado multifamiliar



Pastos cultivados (trébol y rye grass)

• •

Manejo de praderas Clausura de pastizales y bofedales Producción y henificación de avena forrajera Playas y esquila

• •

• • •

Empadre controlado Centros de acopio Categorización y clasificación de fibra

76

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

En el rango medio de sostenibilidad (26 a 50%) se sitúan las tecnologías de manejo de praderas, clausura de pastizales, producción y henificación de avena forrajera, y las playas y esquila de alpacas. En estos casos, se trata de tecnologías que no se han replicado más allá del primer impulso que logró la presencia del proyecto. Romper el estancamiento y retomar la dinámica de adopción de estas prácticas pasa por vencer fuertes barreras de tipo económico (los cercos e instalaciones) o de disponibilidad de mano de obra, sobre todo si la mayoría de alpaqueros son campesinos en subsistencia. Como ya se mencionó, en la evaluación final del proyecto Paqocha, un 75% de los productores entrevistados declararon no tener el presupuesto suficiente para cubrir los costos de instalación. Finalmente, en el rango más bajo de sostenibilidad (0 a 25%) se sitúan las tecnologías de centros de acopio, categorización y clasificación de la fibra, y empadre controlado. Se trata de tecnologías que permanecen concentradas en los receptores primarios, sin que se hayan expandido más allá de los campesinos líderes. No se trata de tecnologías irreplicables, sino que requieren un esfuerzo prolongado y sostenido de promoción, como en el caso de los centros de acopio, el cual necesitaría por lo menos un periodo de gobierno para consolidar el mecanismo de mercado, dependiendo de la eficacia en su gestión, hasta que un importante número de asociaciones y productores se adscriban al sistema y este gane inercia. Se interpone el tema de la confiabilidad y formalidad del sistema, con el apoyo explícito de los municipios locales. Por ejemplo, en este caso, los créditos para lograr el pago puntual a los productores, lo cual ayudaría a contrarrestar el acostumbrado “habilitamiento” por parte de los compadres y rescatadores. Los temas de la categorización y clasificación de la fibra están fuertemente ligados a la evolución de los centros de acopio. Si los centros actúan como eficaces mecanismos de regulación del mercado y logran mejorar los precios por libra, disminuyendo la volatilidad y balanceando el poder de dominio de las empresas industriales, es probable que esta tecnología mejore en potencial de réplica y sostenibilidad. Pero esto depende principalmente de una voluntad política del estado, antes que del sector privado o de las ONG. El empadre controlado es un asunto de más largo plazo, ya que los resultados del mejoramiento genético se pueden notar al cabo de dos o tres generaciones de alpacas, mediante el reemplazo sistemático por los mejores ejemplares, hasta lograr un mayor nivel de productividad general del hato ganadero familiar. Como ya se ha dicho, sin embargo, la mayoría de alpaqueros no tiene el tiempo ni la mano de obra que requiere cierto nivel especializado de crianza. En cambio, el pequeño productor prefiere los rebaños mixtos que le permiten diversos usos (los ovinos se reproducen más rápido y se usan como la

77

caja chica, mientras que las llamas se usan para transportar carga). Nuevamente, surge la cuestión de la lógica del mercado frente a la lógica de la subsistencia. Dado que se trata de inclusión, hay que buscar tecnologías menos intensivas en recursos y mano de obra.

3.4 Discusión de resultados Para fines de comparación, el cuadro 21 nos muestra el panorama general de cómo se ubican las diferentes tecnologías en función de los factores considerados.

Cuadro 21. Ubicación de las tecnologías evaluadas por rango, según todos los factores considerados Rango

Apropiación

Pertinencia • • •



Muy alto (76 a 100%)

• • • •

Cosecha de agua Riego familiar Riego multifamiliar Manejo de praderas Pastos cultivados

• • • •



Cosecha de agua Riego familiar Riego multifamiliar Pastos cultivados Clausura de pastizales Manejo de praderas Producción y henificación de avena forrajera Playas y esquila

Réplica

• • •

• • • Alto (51 a 75%)

• •

Clausura de pastizales Producción y henificación de avena forrajera Playas y esquila Centros de acopio

• • •

Empadre controlado • •

Cosecha de agua Riego familiar Riego multifamiliar

Manejo de praderas Clausura de pastizales Producción y henificación de avena forrajera Pastos cultivados Playas y esquila

Sostenibilidad

• • •



Cosecha de agua Riego familiar Riego multifamiliar

Pastos cultivados

78

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

Rango

Apropiación

Pertinencia

Réplica

Sostenibilidad •

• Medio (26 a 50%)



Categorización y clasificación de fibra Empadre controlado

• •

Centros de acopio Categorización y clasificación de fibra

• • •

Centros de acopio Empadre controlado

• •

• • Bajo (0 a 25%)

-

-

Categorización y clasificación de fibra

• •

Playas y esquila Manejo de praderas Clausura de pastizales Producción y henificación de avena forrajera Empadre controlado Centros de acopio Categorización y clasificación de fibra

El cuadro 21 nos permite observar que la mayoría de las tecnologías evaluadas (9 de un total de 11) se ubican en los grados de apropiación alto o muy alto, y en la misma proporción (9 de 11) son percibidas con alto y muy alto grado de pertinencia. Esto significa que en términos generales las medidas tecnológicas de los proyectos fueron acertadas. La apropiación o adopción de las prácticas y tecnologías se produjo en quienes fueron los receptores primarios de los bienes o servicios entregados por los proyectos (capacitación, asistencia técnica, infraestructura, materiales o insumos de contrapartida para realizar demostraciones y ensayos), y que siguen manteniendo las prácticas aun después del cierre de los mismos. Al respecto existen numerosos testimonios de productores, líderes y kamayoqs, cuyas fincas sirvieron como puntos de demostración o “vitrinas tecnológicas”, y son los que tienen un alto grado de satisfacción respecto a la actuación de los proyectos. Sin embargo, por el lado del índice de sostenibilidad, luego del cierre de los proyectos, encontramos que solo 4 de las tecnologías se ubican en los rangos muy alto y alto, y las 7 restantes caen en los rangos medio y bajo, ya sea porque hay un estancamiento en los procesos de réplica o porque esta simplemente no ocurrió y permanece circunscrita al grupo receptor primario. En términos generales, el conjunto de las tecnologías promovidas por los proyectos de Soluciones Prácticas ha demostrado resultados efectivos en cuanto al aumento de la productividad para los alpaqueros participantes directos. Sus opiniones tienen una alta valoración de los temas de capacitación recibida y de las prácticas impartidas, lo cual

79

habla muy bien de la calidad de los técnicos, y la credibilidad y el profesionalismo de la organización. Asimismo las instituciones que participaron como aliadas de los proyectos, principalmente municipios distritales, provinciales y las regiones, se adscribieron y tuvieron una destacada participación en las iniciativas de gestión y coordinación interinstitucionales, compartiendo recursos y personal técnico y profesional. La sinergia que se logró para coordinar la construcción participativa de políticas favorables al sector alpaquero, o la ejecución de pilotos de comercialización de la fibra de alpaca, probando esquemas nunca antes ensayados en las regiones, y asumiendo desafíos de movilizar a distintos grupos de actores en los niveles comunales, distritales y provinciales, fueron bastante prometedores y aleccionadores. Entonces, ¿cuáles pueden ser las causas que subyacen al bajo nivel de réplica? ¿Por qué hay una mayoría de productores que permanecen al margen de la adopción de prácticas o tecnologías sencillas y de costos relativamente moderados? Intentamos a continuación algunas respuestas: 1. Una cuestión de enfoque: ¿el mercado o el ecosistema rehabilitado como prerrequisito del desarrollo sostenible y estrategia de adaptación al cambio climático? A primera vista, se diría que es la pobreza generalizada de las zonas altoandinas, la escasa asistencia técnica, la falta de apoyo institucional o de crédito para el pequeño ganadero, que obstaculizan la adopción de tecnologías innovadoras, lo cual no deja de ser cierto desde el punto de vista de la economía de mercado. Pero, recordando que los territorios en los que se insertan las comunidades campesinas alpaqueras son espacios donde predominan unidades productivas con economías semimercantiles no capitalistas (Gonzales de Olarte 1994), es necesario buscar otras alternativas, ya que no bastan los enfoques de economía de mercado (en el lado de la producción ganadera). En este sentido, reorientar el modelo hacia un enfoque de desarrollo sostenible donde la recuperación del ecosistema de alta montaña sea el eje central, trabajando en función de subcuencas o microcuencas como unidades de intervención y análisis, puede ser más adecuado, desde varios puntos de vista: • Se rehabilitan las funciones del ecosistema en un contexto de cambio climático (derretimiento de glaciares y desertificación de tierras) mediante las tecnologías de manejo de recursos naturales (cosecha de agua, conservación de las fuentes de agua, manejo de las praderas, zonas de protección y conservación de suelos).

80

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

• Se mejoran la calidad ambiental y el potencial productivo del ecosistema, incidiendo en la agricultura y la ganadería alpaquera en particular, y por ende en la seguridad alimentaria, los medios de vida y el bienestar de la población rural; si se levanta el piso de productividad del ecosistema, todos se benefician (“todos suben cuando sube la marea”). Así, se crean precondiciones favorables para fortalecer las relaciones de mercado. • Se mejoran las condiciones para la adaptación frente al cambio climático y aumenta la resiliencia, al disminuir la vulnerabilidad frente a los riesgos climáticos recurrentes (heladas, nevadas, granizadas, sequías). • Se logra la inclusión de la mayoría de pequeños productores alpaqueros, que están entre las poblaciones más vulnerables de la sierra altoandina. • Se genera un modelo innovador que apunta al desarrollo sostenible con identidad, y que responde a las oportunidades del momento: los ODS 2030 (Objetivos 1, 10 y 15, sobre Lucha contra la Pobreza, Reducción de Desigualdades, y Uso Sostenible de Ecosistemas Terrestres); y el marco de fomento a la agricultura familiar, ambos impulsados desde la ONU y el gobierno nacional. El caso siguiente narra una experiencia de gobernanza ambiental en una microcuenca altoandina que muestra cómo, desde un enfoque de recuperación del ecosistema, se lograron articular resultados en el área económica y de inserción al mercado. Destaca en este caso el rol protagónico que tuvieron las comunidades campesinas para reglamentar y ordenar el uso del territorio.

Caso: Plan piloto de manejo ambiental en la microcuenca de San José, Puno La microcuenca de San José es tributaria del río Ramis, en la provincia de Azángaro, que se extiende desde los 3860 hasta los 4800 msnm, en el altiplano de Puno. Comprende las zonas agroecológicas de Puna húmeda, Suni Alta y Suni baja. En ella habitan 1028 familias quechuas reunidas en 14 organizaciones rurales (diez comunidades campesinas, una parcialidad, un comité de riego, un ayllu, una Sociedad Agrícola de Interés Social [SAIS]) y el centro poblado de San José. Tiene 23 000 hectáreas, de las cuales 4000 son de tenencia familiar (principalmente en la zona Suni baja), y el resto es tierra comunal, orientada al pastoreo de camélidos en las partes más altas, y ovinos y vacunos en las partes media y baja, combinados con cultivos anuales.

81

El 75% de la población tiene ingresos por debajo de la línea de la pobreza. La desertificación, la erosión de suelos y el sobrepastoreo afectan las tres cuartas partes de la microcuenca. En el 2005 CARE realizó un piloto de gobernanza ambiental, tomando la microcuenca como unidad de gestión para sentar las bases de una plataforma social organizada, integrada por todos los actores, para la toma consensuada de decisiones sobre el manejo de sus recursos y su medio ambiente. La estrategia era lograr internalizar la problemática ambiental por los propios actores, que debían concertar en función de los intereses de los diversos grupos de usuarios, percibiendo la microcuenca como un territorio compartido. La visión compartida de manejo ambiental debía desembocar en acuerdos de consenso para formular participativamente un Plan de Manejo Ambiental a nivel microcuenca. Se realizaron muchos talleres con cada grupo y en conjunto, para establecer los vínculos entre problemas económico-productivos con los de deterioro de recursos naturales, tales como baja productividad de los pastos, del ganado y los ingresos. El proyecto no tenía un plan preconcebido de manejo. La idea era ir generando pequeñas acciones de investigación-acción, en respuesta a las iniciativas o el interés de las comunidades. Ello dio lugar al establecimiento de varios ensayos demostrativo-experimentales con agricultores innovadores en el mejoramiento de las praderas naturales y la adaptación de pastos cultivados, y la conservación de laderas y bancos comunales de germoplasma nativos de tubérculos andinos. Las acciones de investigación-acción se financiaban con un fondo de manejo ambiental, en promedio 30 dólares por persona, para cubrir el 50% de los costos de semillas. El fondo se manejaba con un reglamento elaborado por consenso. Antes de cumplir un año, las comunidades y organizaciones formaron la Asociación de Productores de la Cuenca San José, desde la cual se tomaron varias decisiones de formación de comités de trabajo en distintos temas. Resultados más relevantes (al cabo de los dos años de duración del proyecto): • Se elaboraron participativamente planes de manejo para las zonas Suni y Puna. • Se tomaron acuerdos sobre usos de agua, formalización de comités de riego, coordinaciones con diversos programas del sector público, puentes viales. • Acuerdos para montar vigilancia sobre áreas de clausura, protección de áreas reforestadas; 13 comunidades incorporaron técnicas de manejo en pastos cultivados (250 ha) y pastizales naturales (4000 ha) con rotación de canchas y clausuras.

82

Agricultura familiar y desarrollo alpaquero en el sur del Perú

• Establecimiento de una plaza ganadera en San José. • Iniciativas por los clubes de madres para reintroducir la crianza de alpacas de color, reconstrucción de andenes. • Se establecieron rutas de aprendizaje con la identificación de familias y comunidades de referencia para intercambios y pasantías. • Las comunidades prestaron su apoyo al municipio distrital en campañas de vacunación de canes y ganado, sanidad y tratamiento del agua potable. • Concursos para ordenar y pintar las casas de zona urbana y rural, disposición adecuada de basura, réplica de cobertizos para el ganado. • Réplica de tres plantas procesadoras de quesos, aumento de acopiadores de leche en la zona, establecimiento de una plaza ganadera en San José.

Fuente: Ho, R., Canahua, A., Andia, W. 2005. Plan piloto de manejo ambiental de la microcuenca San José, Puno. Sistematización de una experiencia de Gobernanza Ambiental. CARE Perú.

2. Tecnologías accesibles para las mayorías El grado de pertinencia para la adopción tiene mucho que ver con el medio socioeconómico, las tradiciones y la cultura de la sociedad alpaquera. En la heterogeneidad de tipologías de productores agropecuarios al interior de las comunidades, debe tenerse en cuenta la predominancia de los pequeños alpaqueros (90%), si es que no se quiere seguir ahondando las diferencias. Es decir que, contra lo que comúnmente ocurre, en el caso del sector alpaquero, se aplica el lema de incluir a las mayorías.

Caso: Proyecto Paqocha “Sin embargo, cabe mencionar que, al interior de las comunidades, pueden identificarse distintas categorías de criadores, según el tamaño de sus rebaños mixtos y otros rasgos socioeconómicos. Según la información revisada, se diferencian tres tipos de criadores:

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• Criadores no especializados (40% del total) con infraestructura productiva rudimentaria, nivel de desarrollo tecnológico muy limitado y la necesidad de priorizar otras actividades, ya que los ingresos derivados de la crianza son muy insuficientes. • Criadores intermedios (40% del total) con algunas mejoras realizadas en su sistema de crianza y una estrategia de vida sustentada en el desarrollo de la actividad de crianza complementada por otras actividades. • Criadores en vía de especialización (20% del total) con infraestructura productiva mejorada y nivel de desarrollo tecnológico avanzado, y la posibilidad de reinvertir y mejorar su sistema de crianza. Por otro lado, es común encontrar rebaños de propietarios ausentes establecidos en pueblos y ciudades, dedicados a otras actividades, que dejan su ganado en manos de familiares y/o pastores”. “Así pues, los intereses varían (capacitación, asistencia técnica, inversión de recursos y tiempo, organización), según la importancia otorgada por la familia a la actividad de crianza. Al no considerar esta diversidad de intereses y prioridades, las iniciativas de desarrollo, cuyo principal objetivo consiste en el mejoramiento productivo y la comercialización de los productos derivados, vienen incrementando las diferencias entre criadores, ya que la mayoría de los pequeños criadores y/o pastores no participan en los proyectos, por falta de tiempo y recursos”. Fuente: Informe de evaluación final del proyecto Paqocha

3. El efecto demostrativo Un tercer aspecto que tiene que ver con la réplica de las tecnologías es el efecto demostrativo que cumplen las fincas modelo o “vitrinas tecnológicas”, a cargo de productores líderes y kamayoqs. Habrían varias razones que estarían impidiendo su efecto demostrativo: I) La extensión territorial que abarcaron los proyectos El proyecto Paqocha comprendió una franja de aproximadamente 140 x 40 km (5600 km2), la cual cruza 8 distritos de las provincias de Aymaraes y Antabamba, hasta cerca del límite con la provincia de Cora Cora en Ayacucho, trabajando con 19 comunidades (800 familias participantes).

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El proyecto Melgar trabajó en cuatro distritos de la provincia de Melgar, en 27 comunidades y/o asociaciones. El ámbito es casi las tres cuartas partes de la provincia, aproximadamente 4800 km2 (800 familias participantes). El proyecto Canchis abarcó una franja de aproximadamente 80 km de largo x 20 km de ancho (1600 km2), que cruza cuatro distritos de la provincia de Canchis, trabajando con 14 comunidades campesinas, 9 asociaciones dependientes de comunidades y 8 asociaciones que no forman parte de comunidades (1125 familias participantes). Si comparamos el número de participantes directos con la extensión territorial, en los tres casos obtenemos densidades menores a una familia por kilómetro cuadrado. Las grandes distancias y las condiciones de aislamiento entre comunidades impiden que puedan interactuar e intercambiar experiencias sobre una base frecuente. Las vías de comunicación en estas microrregiones son de tipo radial, no de red. Es decir, las comunidades pueden tener alguna vía de conexión con el centro poblado más cercano, pero ellas no tienen vías carrozables que las interconecten. Hay entonces un problema de baja densidad en el número de puntos demostrativos para los intercambios de experiencias. Como se señala en la Evaluación de Impactos del proyecto Alturas Canchis, en el apartado sobre institucionalidad y capital social: “En conclusión, las comunidades y asociaciones no tienen mayor capital relacional fuera de sus fronteras. Este aislamiento vecinal y hacia las organizaciones del estado pone un gran obstáculo para la réplica de las experiencias y la generación de un proceso de desarrollo territorial, neutralizando incluso los esfuerzos de incidencia hacia el sector público regional”. Las mismas conclusiones se pueden encontrar en el informe de evaluación del proyecto Melgar, apartado “Lecciones aprendidas”: “La zona de intervención ha sido muy amplia y dispersa, con el agravante de la tipología diferenciada de productores; próximas intervenciones deben acotarse para facilitar una mayor focalización de los instrumentos e inversiones a aplicar”. Y en la evaluación del proyecto Paqocha, apartado sobre eficiencia: “Por otro lado, cabe señalar la gran dispersión de las zonas de crianza y el difícil acceso vial. Dicha situación, particularmente crítica en la provincia de Antabamba, se agudiza durante la época de lluvia, con la presencia de numerosas zonas de derrumbes… Así pues, si bien se logró cumplir con las actividades de manera satisfactoria, la magnitud de la zona de intervención impidió consolidar algunos procesos impulsados en pro de la sostenibilidad de la intervención”.

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II) La densidad de los sitios demostrativos La dilución de impactos como consecuencia de la baja densidad de sitios demostrativos. Por ejemplo, el efecto que producen algunas parcelas bajo tratamientos de recuperación de praderas se pierde si están dispersas en una gran extensión. Antes que trabajar con los productores individualmente, los proyectos deben plantearse la necesidad de establecer “unidades de análisis” a diferentes niveles: • En primer lugar, asumir una subcuenca o microcuencas (pueden ser más de una) como el territorio de las intervenciones, incluyendo a todos los actores presentes en la misma (productores, asociaciones, comunidades campesinas, parcialidades, organismos públicos y privados). De esta manera se podrán apreciar los resultados e impactos reunidos en un territorio con contornos definidos. Toda intervención debería acotar sus límites. En este punto, el uso de mapas de la Carta Nacional del Instituto Geográfico Nacional (IGN) es de gran utilidad para delimitar los ámbitos de trabajo y tener una idea cabal de la magnitud del espacio comprometido, así como sus características geográficas básicas. • El siguiente nivel o unidad de análisis son las comunidades y sus territorios al interior de la microcuenca. Conocer sus límites, fuentes de agua, tipos de uso de su territorio y distribución espacial de sus pobladores y explotaciones agropecuarias. Esta información es básica para establecer indicadores y metas concretas referidas a un espacio definido. Hay que considerar que las comunidades tienen un gobierno formal o tradicional, y ejercen de hecho su autoridad sobre las tierras, praderas y recursos naturales que integran sus territorios. Generalmente el gobierno de la comunidad permite la producción privada en partes de su territorio, sea a título individual o asociado, para el beneficio de las familias comuneras. Los acuerdos a este nivel (comunidad) tienen importancia cuando se trata del manejo de recursos naturales, para tener efectos de escala, sobre todo en el manejo de praderas, zonas de conservación o producción de aguas y zonas de protección. • La siguiente unidad de análisis son las asociaciones. Las asociaciones son las organizaciones de productores con las que mayormente han trabajado los proyectos. A diferencia de las comunidades que ejercen el poder político, su finalidad es básicamente productiva. Es necesario conocer con mayor detalle cómo se organizan, si tienen estatutos formales para elegir a sus directivos, los requisitos para ser un asociado, qué tipo de servicios se presta a los asociados, y cómo se relacionan

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con la comunidad a la que pertenecen. Conocer su organización es clave17, porque como tal puede ejercer ciertas funciones relacionadas con la adopción de prácticas: por ejemplo, canalizar la asistencia técnica, supervisar el cumplimiento de ciertas prácticas de conservación de praderas o de manejo ganadero en las estancias de los socios, o acordar cuotas de trabajo y faenas conjuntas. Además de cumplir un rol de supervisión, pueden dar un reconocimiento o sello de “hato ganadero o finca supervisada” al asociado para certificar que cumple con los procesos o compromisos asumidos de la asociación, sea en el manejo de recursos naturales o prácticas de manejo en su hato ganadero. Conocer el número de asociados que participan del proyecto dentro de una asociación, respecto del total de asociados, también puede dar idea del grado de dispersión de las acciones de un proyecto. Un bajo índice de participación, por ejemplo el 20%, nos indicaría que hay una mayoría de miembros de esa asociación que no participan del proyecto, y sería importante conocer las causas, tanto para tratar de densificar las intervenciones como para saber si las condiciones o requisitos de participación no suponen barreras para los productores de menores recursos. Dependiendo de su extensión y ubicación, una microcuenca puede cruzar los límites de más de un distrito o provincia. Los municipios distritales y provinciales y los gobiernos regionales son las instancias con las cuales cabe establecer alianzas de trabajo y realizar la coordinación para la implementación de los proyectos. III) La oferta tecnológica de los kamayoqs La hipótesis central de trabajo en los proyectos de Soluciones Prácticas es que los kamayoq son los indicados para actuar como promotores del cambio tecnológico, dando asistencia técnica a los productores, sean estos de asociaciones o de las comunidades. Al retiro del proyecto, ellos se convertirían en los enlaces de la comunidad con la tecnología. Como lo señala la evaluación final del proyecto Paqocha, “los kamayoqs constituyen el elemento central del sistema local de extensión agraria y el núcleo impulsor para que las innovaciones sean difundidas y adoptadas por las demás familias de criadores”. Para que esto ocurra, el gran desafío es volcar la atención hacia la gran mayoría, el 90% de familias de pequeños productores. 17   Se han reportado casos (proyecto Paqocha) de asociaciones que se formaron oportunistamente ante la presencia de los proyectos, para aprovechar los apoyos o insumos que se ofrecían para los ensayos y demostraciones.

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Entonces, si la gran mayoría de productores corresponde a los de tipo no especializado, que tienen actividades productivas diversificadas, es importante que la oferta de servicios del kamayoq también sea diversificada, de tal manera que pueda presentar al productor un menú de opciones tecnológicas, para que este tome la decisión según su disponibilidad de tiempo, mano de obra y otros recursos. Cuanta mayor diversificación de oferta tecnológica cargue el kamayoq en su mochila, tanto más demanda obtendrá por sus servicios. Por ejemplo, no limitarse a la especialización en tecnología de manejo de alpacas, sino también de ovinos, vacunos, cuyes y otros animales menores. Respecto al pastoreo de ganado mixto, que es la costumbre mayoritaria, hay investigaciones como la de Ñaupari (2012, Laboratorio de Ecología y Utilización de Pastizales de la Universidad Nacional Agraria La Molina [UNALM]), que encontró que en un sistema de pastoreo mixto alpacas-ovinos se mejoraba el consumo de graminoides y hierbas, al mejorar la relación hoja-tallo, y disminuía la proporción de material senescente, incrementando el contenido de proteína cruda en la dieta; y, por lo tanto, representaba una alternativa de bajo costo para mejorar la condición de los pastizales y la nutrición de los animales. Por lo visto, es necesario contactar los programas de investigación como el señalado, para buscar soluciones tecnológicas menos intensivas pero mejor adecuadas al medio y las condiciones del productor alpaquero. También son importantes los conocimientos básicos sobre cultivos de la zona (tubérculos andinos), o sobre procesamiento y conservación de alimentos. Esta es una necesidad sentida por la gran mayoría de productores. Las evaluaciones de los proyectos así lo han confirmado18. Por lo tanto, es necesario un nuevo perfil de kamayoq, de carácter polivalente, para abordar la realidad compleja de la sociedad alpaquera, dentro de un enfoque de medios de vida diversificados para los hogares inmersos en dinámicas de diferenciación negativa o en equilibrio dinámico (Ho, R., 2014). Inclusive conviene explorar la posibilidad de ampliar la formación de los kamayoq hacia nuevos campos de actuación en el medio social (familia saludable; vivienda limpia; escuela, familia y medio ambiente; liderazgo en desarrollo con identidad).   El caso más interesante se pudo observar en el proyecto Alturas Canchis. Este proyecto incluyó, además de la productividad de alpacas, una componente de cultivos de papas nativas, otra de salud y agua potable, y un componente de intervención en los centros de educación inicial (CEI). El grado de adopción, pertinencia y réplica fue notable en los casos de los componentes de salud y agua potable: no solo se mejoraron las viviendas (rincón del aseo, cuidado en el almacenamiento y manipulación de alimentos, cocina mejorada), sino que provocó una corriente de contagio hacia los vecinos que no participaron del proyecto, en el barrio, y luego en los barrios contiguos. Es decir, hay mucha demanda en la mayoría de hogares por las actividades cotidianas y diversas que efectúan las familias productoras. 18

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De esta manera el kamayoq desarrollará todo su potencial como motor del cambio tecnológico, útil para la mayoría de la colectividad local.

“La formación de kamayoqs certificados ha sido un aporte notable para la región (Apurímac). (...) Se deberían buscar cambios pequeños en lo institucional, sostenidos en el tiempo, aunque se debe ampliar la formación (del kamayoq) hacia una visión más integradora: por ejemplo, que se formen también en liderazgo, y no se queden tanto en las especializaciones, sino que vean otras actividades…”. Flor de María Herrera Maldonado, Red de Municipalidades Urbanas y Rurales del Perú (REMURPE), Abancay

IV) Las instituciones publicas y sus roles Como ya se mencionó en el diagnóstico, hay una carencia de visión estratégica de largo plazo por parte del Estado en cuanto al desarrollo de la zona sur altoandina, donde están asentadas la mayoría de comunidades campesinas. Este es un sector que requiere políticas diferenciadas del resto del país y una conducción especializada. Los programas sectoriales lucen desarticulados, con enfoques de mercado de corto plazo. No existe un órgano de carácter nacional que lidere una política nacional, en reemplazo de la que estableció el CONACS (2005-2015) antes de su disolución en el 2007, y que centralice los programas. Correspondientemente, en las regiones y provincias donde se ubican los proyectos analizados, las iniciativas en torno al desarrollo del sector alpaquero están por ahora dispersas en programas y proyectos de alcance regional, sin mayor coordinación entre ellos. En este sentido, los proyectos aplicados por Soluciones Prácticas han tenido una voluntad de concertación y coordinación con los distintos organismos públicos, regionales y municipales. Así, durante la ejecución del proyecto Alturas Canchis, se siguió una política de sensibilización e incidencia hacia las instituciones públicas para que adoptaran las estrategias que proponía el proyecto. Por ejemplo, los programas de desarrollo del gobierno regional y municipios respaldaron la iniciativa de formación de kamayoqs como recurso local de asistencia técnica para el mejoramiento de las alpacas, y contrataron a muchos de ellos para la implementación de sus propios programas19; la municipalidad de Maranganí Otros componentes del proyecto Canchis fueron también valorados y aceptados como aporte al desarrollo local: el municipio provincial de Canchis adoptó la estrategia de agua y salud, en el marco de

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apoyó la construcción de una central de Escuela Kamayoq en el marco de un proyecto piloto para institucionalizar la educación no formal para zonas rurales. Luego, durante el proyecto Paqocha, el enfoque de articulación con las entidades locales cobró un mayor alcance, en el sentido de que no se limitó a sensibilizar, sino también a movilizar a los actores institucionales para que cumplieran un rol activo en las mismas actividades del proyecto. La movilización se organizó y plasmó en la creación de espacios de concertación a distintos niveles: macrorregional, regional, municipal y en las mismas asociaciones de productores. Un primer logro fue la formación de mesas técnicas locales y regionales que permitieron coordinaciones interinstitucionales y la implementación de acciones conjuntas en diversos temas sobre aspectos técnico-productivos, formación y organización de kamayoqs, innovaciones tecnológicas, organización de productores y comercialización. • Se constituyó la Mesa Técnica Regional de Camélidos Domésticos de la Región Apurímac, presidida por el Gobierno Regional Apurímac, donde participan las siguientes instituciones: Gerencia de Desarrollo Económico Local, Dirección de Camélidos Sudamericanos, Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (DIRCETUR), Dirección Regional de Producción (DIREPRO), Programa de Desarrollo Agrario Rural (AGRORURAL), Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), Sierra Exportadora, AGROBANCO, municipalidades, la Organización Regional de Criadores, la cooperativa COSEALPA, el Programa de Desarrollo Económico Sostenible y Gestión Estratégica de los Recursos Naturales (PRODERN, financiado por la Cooperación Belga), la ONG GVC, la ONG CICCA, la ONG Soluciones Prácticas y universidades de la región. • Desde esta instancia se derivaron muchas relaciones de trabajo entre los kamayoq y las instituciones SENASA, AGRORURAL, Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social (FONCODES), gobiernos locales para la promoción de ferias agropecuarias y procesos de acopio, y el apoyo en la formulación de planes de negocio para participar en el programa de Procompite. • En el plano institucional, se formularon instrumentos de políticas favorables al sector alpaquero, como las resoluciones y ordenanzas de reconocimiento formal a la conformación de las asociaciones de productores de nivel regional y macrorregional, y la participación de órganos técnicos del sector agrario y del sector educación en la definición de normas de competencia para la certificación de kamayoqs. un programa de “municipio saludable” y la Oficina Agraria de Sicuani y el INIA promovieron eventos y ferias relacionadas a la promoción y conservación del germoplasma de papas nativas.

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• En coordinación con las asociaciones de productores, el proyecto Paqocha implementó cuatro pilotos de acopio y ventas asociadas (tres pilotos de acopio y comercialización de fibra, y un piloto de acopio de pieles de alpacas crías), contribuyendo así a mejorar la rentabilidad de la actividad mediante un acceso más equitativo a los mercados y la valorización de la diversidad de los productos derivados. Estos pilotos involucraron a 240 familias. • También en los niveles provinciales y distritales los municipios establecieron mesas técnicas y fortalecieron sus oficinas de desarrollo local, habiendo emitido ocho ordenanzas locales (dos municipalidades provinciales, cinco municipalidades distritales y una mancomunidad) de reconocimiento de la importancia del sector de crianza de camélidos, de las mesas técnicas y del rol de los kamayoqs. Por otro lado, se actualizaron tres planes de desarrollo concertado (provincia de Lucanas, distrito de Chipao y distrito de Juan Espinoza Medrano), incorporando en los ejes estratégicos de desarrollo la crianza de camélidos sudamericanos. • Con las ODEL fortalecidas, y la participación de las asociaciones locales y kamayoqs, se formularon 26 proyectos a nivel local (22 planes de negocio) y un proyecto a nivel regional, contribuyendo así a la sostenibilidad de los procesos impulsados. • A nivel de las asociaciones de productores se formaron, a nivel regional, la Organización Regional de Productores Alpaqueros de la Región Apurímac y Ayacucho Sur con sus bases provinciales; y, a nivel macrorregional, la Confederación de Comunidades y Gremios Criadores de Camélidos Sudamericanos de la Mancomunidad Regional Huancavelica, Ayacucho y Apurímac. • Fue destacada la labor de REMURPE, que apoyó toda esta dinámica de creación de espacios de concertación entre los niveles regionales, provinciales y distritales, tanto con los organismos del sector público como con las asociaciones de productores, concertando temas y estrategias para la gobernabilidad e incidencia política, complementándose con la labor de Soluciones Prácticas. Sin embargo, el tiempo fue demasiado breve para consolidar estas iniciativas que encierran propuestas de cambio institucional. Luego del retiro del proyecto, según testimonio de una excolaboradora de REMURPE, la dinámica de los procesos ha sufrido una desaceleración, marcada principalmente por el cambio de autoridades regionales y municipales ocurridas a inicios del 2015. Estos cambios tienen mayor impacto en los niveles regionales, donde, por ejemplo, con el cambio del gerente regional de desarrollo en el Gobierno Regional, la Mesa Técnica Regional ha quedado paralizada. Hay algunos exfuncionarios del gobierno

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regional anterior y municipios que procuran un acercamiento para retomar y dinamizar las mesas y los acuerdos. Esta situación se refleja a su vez en la pérdida de dinamismo en las organizaciones de productores alpaqueros formadas a nivel regional y macrorregional. Los cambios de autoridades impactan menos en el caso de los municipios distritales. Por ejemplo, los municipios de los distritos de Caraybamba, Cotaruse, Grau y Antabamba han continuado con la iniciativa de organización del acopio de fibra y continúan en contacto con las clasificadoras certificadas. Queda claro, luego de esta experiencia, que la sostenibilidad de los procesos de cambio institucional son mucho más complejos que la movilización de esfuerzos y voluntades del primer momento. Se requieren plazos largos y continuos para forjar en la sociedad regional un sentido de desarrollo basado en lo local y con fuerte sentido de identidad, de tal manera que desde las organizaciones civiles se pueda ejercer mayor incidencia hacia la élite burocrática. Las actividades de presentar el proyecto en las escuelas para explicar a los estudiantes la importancia del sector alpaquero fue una buena iniciativa por parte del proyecto; también el hecho de trabajar con una diversidad de organismos de distintos sectores y niveles. Son, de alguna manera, mecanismos para disminuir los riesgos que se presentan en cada cambio de autoridades, al asegurar que siempre queden personas e instituciones (de los sectores público y privado) que compartan las estrategias o enfoques de trabajo y estén atentas y dispuestas a continuar los procesos iniciados. En este sentido, es altamente recomendable asociar las iniciativas de construcción de espacios de coordinación con organismos o programas que promuevan la gobernanza, el liderazgo social, la ciudadanía y los derechos humanos, como lo fue REMURPE en el caso del proyecto Paqocha. Y, como lección aprendida, a juzgar por los resultados, sin dejar de actuar a nivel de los niveles regionales y macro, es estratégico trabajar intensamente con una óptica descentralizada, a nivel de los municipios y asociaciones del nivel distrital, que es finalmente el lugar donde la permanencia y la continuidad de las autoridades es más estable.

V) El modelo de comercializacion: Los centros de acopio La política de concertación también se mantuvo durante la ejecución del proyecto Melgar en Puno, sobre todo en la realización de un piloto de acopio y comercialización de la fibra de alpaca, que involucró a cuatro municipalidades distritales.

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Como ya se ha descrito (tecnología 10), los centros de acopio son la estructura principal del sistema de comercialización para la venta organizada de la fibra de alpaca, que permite concentrar, clasificar, categorizar y ofertar al mercado la venta en volumen, reduciendo los costos de transacción y mejorando los precios diferenciados por calidad de fibra. Un sistema como el planteado actúa como mecanismo regulador del comercio de la fibra, frente al actual sistema desordenado, atomizado e informal que traen los varios niveles de intermediación (alcanzadores, habilitadores, rescatistas, minoristas, etc.). De esta manera, se logra dar mayor poder de negociación a los criadores en el mercado de la fibra, dominado básicamente por un pequeño grupo de empresas textiles. En el proyecto Melgar se implementó el modelo de centros de acopio concertando en dos niveles. Por un lado, con las asociaciones de productores de cada distrito, y paralelamente los municipios distritales de Macari, Santa Rosa, Ñuñoa y Ayaviri (cuadro 12). Cada centro de acopio se organiza en un Comité Distrital, cuya junta directiva es elegida por los representantes o presidentes de las asociaciones de productores participantes. El piloto de comercialización se implementó durante tres años consecutivos y los municipios apoyaron con el préstamo o alquiler de locales para el funcionamiento de los centros (ver cuadros 12 y 13). El volumen acopiado de fibra aumentó cada año, llegando a captar un 60% del total comercializado por las asociaciones participantes. Además de la mejora del precio por libra (en 30%), el sistema actuó como un mecanismo regulador en la formación del precio en el mercado provincial (se registró una mejora de 0.30 soles/Libra), debido a que los productores e intermediarios tomaron como referencia los precios logrados por los centros de acopio distritales. Sin embargo, en los testimonios recogidos a efectos de la presente consultoría, a un año del cierre del proyecto Melgar, los comités de acopio distritales no han hecho las convocatorias para hacer la campaña de esquila 2016, y de la misma manera los municipios no se han movilizado para continuar el apoyo que venían dando al proceso20. Por otro lado, la Mesa Técnica de Camélidos Sudamericanos de la Región Puno, instancia de coordinación que reúne a todos los organismos, programas y proyectos relacionados con el sector alpaquero, tampoco está funcionando. La Mesa fue reconocida con una resolución del Gobierno Regional en el 2005, y, según el actual presidente de la mesa21, se hacen   Comunicación personal del Ing. Duverly Mamani, exjefe del proyecto Melgar.   Ing. Roger Flores, presidente de la Mesa Técnica de Camélidos Sudamericanos de la Región Puno.

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esfuerzos para que el GORE forme una gerencia o Dirección Regional de Camélidos Sudamericanos, porque, en su opinión, es la única forma de conseguir mayor autoridad y evitar que diversos programas como PECSA, AGRORURAL y municipalidades dupliquen las intervenciones (por ejemplo, en las campañas sanitarias). Tanto en el caso de los municipios como en el del gobierno regional, el cambio de autoridades ocurrido a inicios del 2015 sería una de las causas de esta inacción. Como se ve, sin el apoyo explícito y continuado por parte de las autoridades locales es muy difícil que el sistema de acopio se sostenga solo en base a la buena voluntad de los productores. Es necesario ahondar en más detalles sobre el funcionamiento y las condiciones en las que actúan los distintos actores del sistema, para buscar darle mayores niveles de sostenibilidad. Para comenzar, habría que revisar el lado de la formalidad de los procesos y de los actores, para transmitir confianza tanto a los oferentes como a los compradores. Por ejemplo, sería útil conocer varios aspectos respecto al status o las condiciones de las asociaciones agrupadas alrededor del Comité Distrital, si se adscriben a este bajo ciertos requisitos, y cuáles son las condiciones para quienes quieran participar libremente de los servicios que presta el centro de acopio. Y por el lado del Comité Distrital de Acopio, faltaría saber si tiene personería jurídica para efectos de establecer contratos de compraventa, o para la emisión de comprobantes u otros documentos exigibles en las transacciones comerciales, ya que los compradores son empresas formales. Además, habría que revisar si el Estatuto de Conformación del Comité tiene un reglamento de procedimientos para los registros, pesajes, reclamos, solución de controversias, mecanismos de rendición de cuentas y mecanismos de tesorería confiables para la recepción de los cobros por la venta de la fibra y el pago a los asociados. Por el lado de los municipios, es necesario incidir en incorporar el sistema de acopio y comercialización (de fibra) como una función constitutiva de la administración municipal distrital, de tal manera que no se interrumpa con el cambio de autoridades, por lo menos hasta que los centros de acopio y sus comités se consoliden. Todos estos aspectos cuentan, y exigen formar un programa de capacitación ad hoc en administración de centros de acopio para los socios y directivos de los Comités Distritales. Es necesario desarrollar un Plan de Comercialización que cubra no solo los costos operativos, sino también los de la capacitación en administración de los centros de acopio, proyectados en el tiempo hasta alcanzar los volúmenes mínimos necesarios para poder cubrir, de ser el caso, el servicio que les presta el municipio.

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Segunda parte: Lecciones y lineamientos de política

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Lecciones aprendidas 1. En el sector alpaquero el 90% de las familias criadoras de alpacas corresponde a la pequeña ganadería familiar, que maneja rebaños mixtos, y vive en condiciones de pobreza extrema, complementando sus ingresos con otras actividades, donde el criterio de diversificación prevalece sobre la especialización de alguna de ellas. El mejoramiento del sector alpaquero pasa por incluir a esta mayoría. 2. La preferente actitud de los pequeños productores hacia la diversificación se sustenta en la necesidad de atenuar los riesgos producidos por la variabilidad climática recurrente y como estrategia de adaptación al cambio climático. 3. Desde la óptica del pequeño productor, la producción de alpacas en rebaños mixtos tiene una racionalidad económica, en tanto se mire la integridad de la unidad agropecuaria familiar: cada componente de la canasta familiar no es suficiente por sí misma, y todas, en conjunto, forman el núcleo de medios de vida que le dan sostenibilidad al hogar campesino. 4. La unidad productiva familiar pone la atención sobre la productividad promedio del conjunto de la canasta de actividades, antes que sobre la rentabilidad de una actividad en particular, ya que de por medio le interesa distribuir sus riesgos ante la variabilidad climática y la volatilidad de precios del mercado. 5. La forma de producción familiar sugiere un potencial de desarrollo sostenible con gran valor ecológico, identitario y cultural para la zona altoandina, que sería realizable de ser apoyado con políticas, tecnologías y estrategias diferenciadas, adecuadas a su entorno socioeconómico y cultural. 6. Los territorios en los que se insertan las comunidades campesinas alpaqueras son espacios donde subsisten las relaciones de mercado semimercantiles no capitalistas. Por lo tanto, hay que buscar alternativas que complementen los enfoques de productividad y mercado.

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7. La producción de la crianza de alpacas (carne y fibra) representa el 2.6% del valor de la producción pecuaria nacional. Por lo tanto, más que su valor económico, la importancia de la crianza de alpacas radica en la función social y ambiental que tiene, como el principal medio de vida para aproximadamente 150 000 familias de pastores, cuya gran mayoría vive en condiciones de pobreza extrema. Las alpacas son un elemento constitutivo del páramo andino, el ecosistema terrestre que es la base del abastecimiento hídrico del país por el conjunto de nevados que posee y los servicios ecosistémicos que presta al conjunto de la sociedad peruana, a la vez que patrimonio cultural y símbolo de identidad de la sociedad local y nacional. 8. En este escenario, es completamente apropiado plantear un enfoque de desarrollo sustentable, mirando los ecosistemas de montaña como territorios, para superar el enfoque sectorial o especializado, abordando la compleja situación de exclusión, aislamiento y pobreza, y reconociendo que la crianza de alpacas es una actividad clave, pero no la única, y que en la lucha contra la pobreza las soluciones deben comprometer varios campos. 9. Por lo tanto, se puede reorientar el modelo de intervención en las zonas alpaqueras hacia la rehabilitación del ecosistema de montaña, como prerrequisito del desarrollo sostenible y estrategia de adaptación al cambio climático. Con este enfoque no solo se aborda la recuperación de las funciones ecosistémicas para mitigar, adaptarse y ganar mayor capacidad de resiliencia frente a los impactos del cambio climático, sino que se mejora el potencial productivo y la calidad ambiental del ecosistema a favor de la agricultura y la ganadería, para incidir positivamente en la seguridad alimentaria, la estabilidad de los medios de vida y el bienestar general de la población altoandina. Se crean las precondiciones favorables para la transición a una situación de mercado dinámico. “Para actuar en el medio andino y lograr un desarrollo sustentable, se debe priorizar el proceso de rehabilitación del medio, en vez de solo privilegiar actividades de incremento de la productividad (Sánchez, 1993). Lo cual no excluye las actividades orientadas a mejorar el uso de los recursos y elevar su potencial productivo, pero no sin antes entender las condiciones actuales del suelo y la gestión del clima. En ese sentido, las actividades de incremento del riego, conservación del suelo, conservación y mejor uso de la agrobiodiversidad, ganadería, forestación y manejo de pastizales deberán recibir la mayor atención…”. Tapia, M. 2013. Diagnóstico de los Ecosistemas de Montañas en el Perú”. FAO-MINAM.

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10. La excesiva extensión territorial que abarcan los proyectos trae como consecuencia una alta dispersión de los sitios donde se realizan los ejemplos demostrativos. Las grandes distancias y las condiciones de aislamiento entre comunidades impiden que puedan interactuar sobre una base frecuente. Las vías de comunicación en estas microrregiones son de tipo radial, no de red. Las comunidades y asociaciones no tienen mayor capital relacional fuera de sus fronteras. Este aislamiento vecinal y hacia las organizaciones del estado pone un gran obstáculo para la réplica de las experiencias y la generación de un proceso de desarrollo territorial, neutralizando incluso los esfuerzos de incidencia hacia el sector público regional. 11. La baja densidad de sitios demostrativos produce una dilución de impactos. Antes que trabajar con los productores individualmente y en forma dispersa, se debe delimitar los espacios de intervención en función de microcuencas y establecer “unidades de análisis” o de planificación a diferentes niveles (ver diagrama del modelo de intervención): • A nivel de microcuenca(s), para concentrar los resultados e impactos en los ecosistemas de alta montaña definidos por límites hidrográficos y geográficos naturales. El uso de mapas de la carta nacional del IGN es muy útil en esta etapa. En este nivel cobran importancia los planes de manejo de la microcuenca, y el uso sostenible de los recursos y servicios que proveen los ecosistemas de montaña, estableciendo acuerdos consensuados entre todos los actores de la microcuenca, con una óptica de revaloración del conocimiento tradicional y de gobernanza ambiental. En resumen, la microcuenca como espacio de planificación territorial. • A nivel de las comunidades y sus territorios al interior de la microcuenca. Conocer sus límites, fuentes de agua, tipos de uso del territorio y distribución espacial de sus pobladores y explotaciones agropecuarias. Esta información es básica para establecer indicadores y metas concretas dentro de espacios acotados. Los acuerdos a nivel de la comunidad, y entre comunidades de una microcuenca, son importantes para tener efectos de escala en el manejo del medio ambiente y de los recursos naturales (zonas de producción y conservación de aguas, zonas de protección de suelos, manejo de praderas), fomentando el ordenamiento territorial y la gestión del riesgo climático. • A nivel de las asociaciones, cuya finalidad es básicamente productiva. Es necesario conocer con mayor detalle cómo se organizan, si tienen estatutos formales para elegir a sus directivos, los requisitos para ser un asociado, qué tipo de servicios se presta a los asociados, y cómo se relaciona respecto a la comunidad a la que pertenecen. También conocer el número de asociados que participan del proyecto

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frente al número total de miembros de la asociación, a fin de detectar barreras que impidan la participación de la mayoría. Estos detalles permitirán establecer los roles que pueden jugar en la adopción y réplica de las tecnologías, como, por ejemplo, canalizar la asistencia técnica, supervisar el cumplimiento de ciertas prácticas de conservación de praderas o de manejo de hato ganadero en las estancias de los socios, o acordar acciones conjuntas. Junto al rol de supervisión, pueden dar un reconocimiento o sello de “finca supervisada” al asociado para certificar que cumple con los acuerdos asumidos por la asociación. • A nivel macro, una microcuenca puede cruzar las jurisdicciones de varios distritos, y aún más de una provincia o región, si se encuentra situada entre los límites de estas. Los municipios distritales, provinciales y gobiernos regionales son las instancias adecuadas para incidir en políticas públicas que enriquezcan los enfoques de tipo transversal (más allá de lo sectorial) y que inciden en el ecosistema, el desarrollo sostenible territorial, la vulnerabilidad y la gestión de riesgos. En resumen, los gobiernos locales y regionales como espacios de gestión y toma de decisiones políticas. Por ejemplo, promover a nivel de estas instancias el uso sostenible de los ecosistemas, el desarrollo territorial (que va más allá de lo económico), el ordenamiento territorial y la gobernanza ambiental interdistritales. Diagrama: modelo de intervención

A B

C A: COMUNIDAD - Ordenamiento territorial. - Recursos naturales. - Gestión del riesgo climático. B: MICROCUENCA - Incidencia en política pública. - Manejo de ecosistemas. - Desarrollo territorial. - Gestión d  e riesgo. C: DISTRITO, PROVINCIA O REGIÓN - Uso sostenible del ecosistema. - Gobernanza ambiental. - Plan de gestión.

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12. Los kamayoqs constituyen el elemento central del sistema local de extensión agraria y el núcleo impulsor para que las innovaciones sean difundidas y adoptadas por las demás familias de criadores. Para responder a la gran mayoría de productores alpaqueros y sus demandas de asistencia técnica, se requiere un perfil de kamayoq innovador, que pueda presentar un menú de opciones tecnológicas diversificadas. Cuanta mayor diversificación de oferta tecnológica cargue el kamayoq en su mochila, tanto más demanda obtendrá por sus servicios. Por ejemplo, el no solo especializarse en tecnología de manejo de alpacas, sino también contar con conocimientos básicos sobre ganado ovino, vacuno, cuyes y otros animales menores. Existen tecnologías de baja intensidad en mano de obra y recursos, adecuadas al pastoreo de ganado mixto22, o el mejoramiento de praderas naturales con la resiembra de pastos nativos (Chilligua) y perennes. También son importantes los conocimientos básicos sobre cultivos de la zona (tubérculos andinos), o sobre procesamiento y conservación de alimentos. Esta es una necesidad sentida por la gran mayoría de productores. 13. En el marco de un nuevo perfil de kamayoq, se necesita abordar la realidad compleja de la sociedad alpaquera, dentro de un enfoque de medios de vida para los hogares inmersos en dinámicas de diferenciación negativa o en equilibrio dinámico (Ho, R., 2014). Inclusive, explorar la posibilidad de ampliar la formación de los kamayoq hacia nuevos campos de actuación en el medio social (familia saludable, vivienda limpia, escuela, género, familia y medio ambiente, liderazgo en desarrollo con identidad). De esta manera el kamayoq desarrolla todo su potencial como el motor del cambio tecnológico, y genera una gran demanda por sus servicios. 14. Trabajar con las comunidades y encontrar nuevas formas de actuación en un medio diversificado exige una dosis de investigación-acción participativa para ir explorando y encontrando progresivamente las tecnologías de mayor receptividad y potencial de réplica entre los pequeños productores. Por ejemplo, ensayar formas de pastoreo para el ganado mixto, acciones de baja intensidad en mano de obra pero costoefectivas, como las campañas anuales de vacunación de canes (sarcocistiosis), desinfección de los pastizales de bofedal para combatir la presencia de caracoles (fasciola hepática), o el uso de bañaderos para combatir los ectoparásitos (sarna). La saca (venta de animales en pie) parecería estar en las prioridades del pequeño productor, con tanto o mayor interés que la propia fibra. 15. En un esquema de actuación renovado, con visión ecosistémica, es recomendable buscar las alianzas de trabajo con las entidades de investigación para definir 22

  Por ejemplo, en el Laboratorio de Ecología y Utilización de Pastizales de la UNALM.

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planes de investigación de modelos con tecnologías de baja y mediana intensidad, tanto en manejo de recursos naturales como en manejo de ganado. Y en este sentido habrá necesidad de superar los enfoques tecnocráticos, buscando un balance con las disciplinas de las ciencias sociales, sobre todo de los núcleos profesionales o académicos más vinculados a la investigación de la economía política del campesinado. 16. Entre las tecnologías evaluadas, las referidas al manejo de recursos naturales reciben una mejor valoración en el potencial de réplica (85% en promedio) y el índice de sostenibilidad (71.6% en promedio), frente a las tecnologías de manejo productivo de alpacas (42% y 19.3%, respectivamente). Esto nos permite concluir que un programa institucional basado en la rehabilitación del ecosistema mediante el manejo de recursos naturales (agua, tierra, pastizales) tendría una amplia acogida por parte de los beneficiarios y una alta probabilidad de masificarse y de ser sostenible. El beneficio de estos programas es doble, ya que no solo permite el uso productivo del agua y los pastizales, sino que ayuda a la recuperación del ecosistema frente a la desertificación y la erosión de los suelos. De otro lado, son tecnologías mejoradas que interesan a todos por igual, independientemente de su situación socioeconómica. En este sentido, la cosecha de agua a partir de pequeños manantiales, con microrreservorios y el riego tecnificado familiar y multifamiliar, así como el mejoramiento de las praderas con pastos cultivados perennes, son los prototipos por excelencia, porque se orientan principalmente a poblaciones en subsistencia. El impacto social —y económico— para estas poblaciones es inmenso, porque contribuye a su seguridad alimentaria y disminuye su vulnerabilidad frente al cambio climático. 17. Trabajar desde el enfoque de recuperación de los ecosistemas de montaña para elevar la productividad de sus recursos naturales y hacer un uso sostenible de los mismos es una apuesta que se diferencia del pensamiento dominante, la economía de mercado. En este sentido, un programa como el de Sistemas de Producción y Acceso a Mercados, específicamente el subprograma Montañas, tiene la oportunidad de explorar, investigar y demostrar el gran potencial que encierra el uso sostenible de los ecosistemas de montaña, en un nuevo camino de aprendizaje y con el objetivo de innovar las políticas públicas referidas al sector alpaquero.

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Lineamientos para la incidencia en políticas públicas Sin perjuicio de los enfoques de mercado que son pertinentes en el lado comercial y de transformación de los productos de la alpaca orientados a la industria textil de exportación, los siguientes lineamientos de política se orientan básicamente a la actividad agropecuaria que desarrollan los pequeños productores en los espacios rurales, especialmente de zonas altas: 1. Promover y apoyar la reinstalación de un organismo nacional como la otrora CONACS, para liderar una política nacional de desarrollo de camélidos, articular las distintas iniciativas públicas y privadas, y centralizar la información, estadísticas e investigaciones sobre el sector alpaquero. 2. Incidir en políticas públicas de nivel regional, provincial y distrital que promuevan un enfoque específico y diferenciado hacia la rehabilitación y uso sostenible de los ecosistemas de montaña, como medio para alcanzar el desarrollo sostenible de la población más vulnerable, ubicada en las zonas agroecológicas por encima de los 3500 metros de altitud, principalmente las comunidades campesinas y las familias criadoras de alpacas. 3. En el marco del uso sostenible de los ecosistemas de alta montaña, promover los enfoques de gobernanza ambiental, y programas que favorezcan la producción y conservación de los recursos de agua y suelos, recuperación de praderas, la calidad ambiental y la gestión de riesgos climáticos. 4. Promover el estudio focalizado de las zonas agroecológicas altoandinas a nivel de microcuencas y subcuencas en las regiones y provincias, así como el enfoque de medios de vida y las opciones de tecnología menos intensiva en mano de obra y capital, adecuada a los sistemas de la pequeña producción agropecuaria y familiar. 5. La mejora de la calidad de la oferta y el mercado de carne de alpaca también deberían ser vistas como un factor estratégico a tomar en cuenta en los planes y programas municipales, si se trata de incluir a las familias alpaqueras en el desarrollo local y regional. Con una producción de aproximadamente 28 000 toneladas anuales, representa un mercado de 33.6 millones de dólares, cifra que supera el valor anual de fibra producida (23.5 millones de dólares). Por lo tanto, tiene mucho sentido incidir, por ejemplo, en políticas públicas o campañas municipales de sanidad que combatan la sarcocistiosis (vacunación de canes), la fasciola hepática (fumigaciones de los pastizales de humedal para

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disminuir la presencia de caracoles), el uso generalizado de bañaderos contra los ectoparásitos, y el establecimiento de servicios de control de calidad de la carne y centros de beneficio adecuados para el ganado en pie. Todas estas actividades tendrían que darse como parte de los servicios municipales. 6. Promover el enfoque de desarrollo territorial, para superar la sectorialización o los programas por compartimentos, buscando su convergencia. En los hogares de los pequeños productores, además de las actividades productivas, las intervenciones en salud preventiva, vivienda saludable, agua para consumo doméstico y saneamiento, calidad ambiental del entorno doméstico, educación básica integrada al ámbito natural, vías de comunicación vecinal, entre otras, pueden movilizar actitudes y voluntades que redunden en la adopción y réplica de tecnologías innovadoras (ver recuadro de la siguiente página). 7. Promover a nivel de los municipios locales (provincias y distritos) la incorporación de los sistemas de acopio y comercialización de la fibra de alpaca como parte de las funciones propias del gobierno municipal. La función reguladora del mercado de la fibra, con el apoyo explícito de los gobiernos municipales, es condición clave para motivar el interés de los criadores de alpacas en el manejo productivo del ganado, sobre todo en lo que se refiere al mejoramiento genético. 8. Fortalecer el funcionamiento de las Mesas técnicas de desarrollo de camélidos (en los tres niveles de gobierno), aprovechando este espacio para promover el enfoque de rehabilitación y uso sostenible de los ecosistemas de montaña (puntos 2 y 3) y de desarrollo territorial (punto 5). 9. El recuadro que presentamos a continuación es un extracto de FAO (2013) en que se comenta la ausencia de una política pública específica respecto a la pobreza de los hogares rurales, y la dispersión de programas y proyectos de índole productivo-agropecuaria que no consideran la diversidad de las fuentes de ingreso del hogar campesino.

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Políticas y programas de desarrollo productivo para la superación de la pobreza rural “Los programas de fomento productivo y extensión rural, y su objetivo definido de superación de la pobreza rural, son muy numerosos y diversos en la mayoría de los países estudiados, pero se caracterizan a la vez por su dispersión y desarticulación respecto a las demás políticas públicas pertinentes para el desarrollo de las zonas rurales. En rigor, no constituyen una política pública ni hacen parte de una estrategia de reducción de la pobreza y la desigualdad rural”. “Se trata de un caso prototípico de lo señalado en el acápite anterior, es decir, de falta de una visión de largo plazo, por una parte, y de una institucionalidad adecuada por otra. Resulta altamente improbable que los pequeños agricultores familiares en condición de pobreza puedan mejorar su condición si no se establece un marco político-institucional que favorezca y sustente su inclusión social y su inserción en los mercados a los cuales orienta su producción”. “La segunda gran restricción de este tipo de programas es que generalmente brindan escasa o nula consideración a la heterogeneidad de los hogares rurales, sea a escala nacional, territorial (subnacional) o de los propios sujetos de la acción de apoyo. Como ha sido analizado anteriormente, los procesos de modernización de la agricultura y las transformaciones del entorno rural generaron una amplia diferenciación de ‘estrategias’ de los hogares rurales; es decir, combinaciones de empleos e ingresos para su supervivencia”. “En consecuencia, la actividad agrícola de la finca familiar puede ser efectivamente la base de los ingresos de un conjunto de hogares, pero tener escasa o nula importancia en otros; en ocasiones esa actividad agrícola puede cumplir un rol fundamental en la seguridad alimentaria familiar, por la vía del autoconsumo, y por otra parte los ingresos monetarios provenir de otras actividades; o en ocasiones también puede que se realice una actividad productiva agrícola, pero de modo subordinado a la disponibilidad de tiempo de sus miembros activos, cuando por ejemplo no hay posibilidades de trabajo asalariado fuera del hogar”. “A pesar de que durante las dos últimas décadas muchos estudios, análisis y foros han relevado esa heterogeneidad social, a lo que debe agregarse también la heterogeneidad territorial, y la necesidad de considerarla al momento de formular políticas públicas, en este caso, en los ámbitos del desarrollo agrícola, rural y de reducción de la pobreza, eso normalmente no ha ocurrido”.

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“Por el contrario, aun en muchas ocasiones, estos programas tienden a identificar los hogares rurales pobres unívocamente como pequeños productores campesinos, quedando así fuera de consideración los demás tipos de hogares rurales pobres y sus actividades de supervivencia. Por extensión, la política contra la pobreza rural se torna estrechamente sectorial (agropecuaria), quedando excluidos ámbitos tales como el empleo asalariado, la seguridad social, las actividades rurales no agrícolas y las transferencias entre otros, que como se ha visto pueden llegar a ser los componentes más importantes para un importante grupos de familias rurales”. Fuente: FAO (2013) “Pobreza rural y políticas públicas en América Latina y el Caribe”.

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Informes consultados • • • • • • • • • •

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Soluciones Prácticas, 2010. Línea de base del proyecto Paqocha. UNAS, 2012. Línea de base del proyecto Melgar. Soluciones Prácticas, 2006. Línea de base del proyecto Alturas Canchis. Guaita, R., Soluciones Prácticas, 2014. Evaluación final externa del proyecto Paqocha. Soluciones Prácticas, 2013. Informe final del proyecto Paqocha. Soluciones Prácticas, 2015. Estudio de caso: Experiencia de comercialización de los centros de acopio distritales en la provincia de Melgar-Puno. Roberto Montero. Soluciones Prácticas, 2015. Informe final del proyecto Melgar. Ho, R. Soluciones Prácticas, 2010. Evaluación de impactos del proyecto Alturas Canchis. Hurtado, F., 2010, “Un modelo de manejo sostenible de recursos naturales en ecosistemas de alta montaña”, Soluciones Prácticas. (Sobre el Proyecto Alturas Canchis). Moya, E., Torres, J., Editores, 2008. “Familias alpaqueras enfrentando el cambio climático: Propuesta de adaptación tecnológica de la crianza de alpacas frente al cambio climático en Cusco”, Soluciones Prácticas. (Sobre el proyecto Alturas Canchis). Propuestas de proyecto de Paqocha, Melgar y Alturas Canchis. Choque, Y. Diciembre 2015: “Organización y validación de las tecnologías y modelos de negocios de la experiencia de Soluciones Prácticas en Proyectos de Camélidos en el Sur del Perú”. Informe de consultoría en proceso, Soluciones Prácticas.

Personas entrevistadas en esta consultoría • • • • • • • •

Duverly Mamani, exjefe del proyecto Melgar. Vladimir Huisa, proyecto Melgar (acopio y comercialización). Pablo Suxso, proyecto Melgar (manejo de praderas). Roger Flores, presidente de la mesa técnica de CS de la Región Puno. Vitaliano Flores, kamayoq del proyecto Melgar. Ernesto Ccana, proyecto Paqocha. Flor de María Herrera Maldonado, exfuncionaria de REMURPE, Abancay. Yudith Choque, consultora para evaluar tecnologías y modelos de negocio de los proyectos de Soluciones Prácticas en el sur andino, julio a diciembre 2015. • Roberto Montero, gerente del programa Sistemas de Producción y Acceso a Mercados, Soluciones Prácticas.

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TABLA DE REFERENCIAS Aguirre, F., Matta, W., Montero, J. 2011. “Producción comercial de fibra fina de alpaca mediante tecnologías de reproducción asistida y crianza semiintensiva”. Tesis del programa de Maestría en Administración de Empresas, Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. AVSF. 2012. “Comportamiento del mercado mundial de la fibra de alpaca: ¿qué perspectivas nos ofrece?”. Bol. https://www.avsf.org/public/posts/1559/folleto_ mercado_mundial_alpacas_feb2013_avsf.pdf. Consulta: 06/feb/2016. CONACS. 2005. “Estrategia Nacional de Desarrollo: Los camélidos domésticos en el Perú”. DESCO. 2011. “Gestión sostenible de los camélidos: Tecnología y valor agregado en la crianza campesina”. Programa Regional Sur. Unidad Operativa Territorial Puno. Diez Hurtado, A. 2011. “Inversiones privadas y derechos comunales”. PUCP. En: Revista Tiempo de Opinión, año 2, Nro. 4, oct. 2011. ESAN, p.22-31. FAO. 2005. “Situación actual de los camélidos sudamericanos en Perú”. FAO. 2013. Pobreza rural y políticas públicas en ALC. Gonzales de Olarte, E. 1994. “En las fronteras del mercado: Economía política del campesinado en el Perú”. IEP. Ho, Raúl, Montero, R. 2014. “Extensión rural y asistencia técnica en el sector campesino: experiencias del periodo 1997-2013. Lecciones y propuesta”. Soluciones Prácticas.

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Ho, Raúl. 2005. “Plan piloto de manejo ambiental de la microcuenca San JoséPuno: Sistematización de una experiencia de Gobernanza Ambiental”. CARE PERÚ. Hocsman, D. 2014. “Horizonte para la producción campesina y agricultura familiar en el modelo agroalimentario hegemónico mundial. Visión desde el Cono Sur”. En: “Agriculturas Campesinas en Latinoamérica: Propuestas y desafíos”. Editores Hidalgo, F., Houtart, F., Lizarraga, P. Quito, Editorial IAEN, CLACSO, p. 35-51. INEI. 2015. “Evolución de la pobreza monetaria 2009-2014”. Informe técnico. INEI. 2014. “Perú: Anuario de estadísticas ambientales 2013”, p.79. INEI. 2013. “IV Censo Nacional Agropecuario 2012. Resultados definitivos”. INCAE. 2001.” El clúster de los camélidos en el Perú: Diagnóstico competitivo y recomendaciones estratégicas”. Proyecto Andino de Competitividad. Documentos de Trabajo. Instituto Centroamericano de Administración de Empresas. Manzano Fernandes, B. 2014. “Cuando la agricultura familiar es campesina”. En “Agriculturas Campesinas en Latinoamérica: Propuestas y desafíos”. Editores Hidalgo, F., Houtart, F., Lizarraga, P. Quito, Editorial IAEN, CLACSO, p. 19-32. MINAGRI. 2014. Boletín anual. Producción pecuaria y avícola 2014. Sistema Integrado de Estadística Agraria. Miranda, Francis. 2014. Manejo de praderas altoandinas y cosecha de agua en el sur andino. Lima, Soluciones Prácticas. Ñaupari, J. 2012. “Sistema de pastoreo como estrategia para mejorar el estado nutricional de alpacas”. Laboratorio de Ecología y Utilización de Pastizales-UNALM. Ppt. En: infoalpacas.com.pe/biblioteca/alimentación/sistemas-de-pastoreo-como-una-estrategia-para-mejorar-el-estado-nutricional-de-alpacas ONUDI. 2006. “Producción de fibra de camélidos sudamericanos en áreas altoandinas de Bolivia, Ecuador y Perú”. Paz, Álvaro, Paz Montoya, M., Asencio, R., editores. 2013. “Escalando Innovaciones Rurales”. IEP, IDRC, FIDA.

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Quispe, E. C. et al. 2009. “Producción de fibra de alpaca, llama, vicuña y guanaco en Sudamérica”. En Animal Genetic Resources Information, 2009, 45, 1–14. © Food and Agriculture Organization of the United Nations, 2009 doi:10.1017/S1014233909990277 Tapia, M. 2013. “Diagnóstico de los ecosistemas de Montaña en el Perú”. FAO, MIMAM. Trivelli, C., Escobal, J., Revez, B., editores. 2009. “Desarrollo rural en la sierra: Aportes para el debate“. Lima, CIPCA, GRADE, IEP, CIES. Trivelli, C., Escobal, J., Revez, B. 2006. “Pequeña agricultura comercial: Dinámica y retos en el Perú”. Lima, CIES, CIPCA, GRADE, IEP. Torres, D. “Entre el pasado y la innovación: La fibra de alpaca en el sur peruano”. http://www.descosur.org.pe/wp-content/uploads/2014/12/peruhoy2007BLampa.pdf UICN. 2007. “Valoración económica del pastoreo de alpacas”.

Esta publicación es un documento clave para entender el sector alpaquero en el sur del país. Se centra en el análisis de los procesos de adopción y réplica de innovaciones tecnológicas promovidas por Soluciones Prácticas, desde el año 2005 hasta el 2015, mediante tres importantes proyectos desarrollados en comunidades altoandinas del Cusco, Apurímac, Ayacucho y Puno. Estos proyectos involucraron a más de 2400 familias campesinas ubicadas por encima de los 3500 metros de altitud. Al término de los proyectos, en un trabajo de auditoría técnica, se realizó una valoración cualitativa y cuantitativa de las tecnologías promovidas en términos de apropiación, pertinencia, potencial de réplica y sostenibilidad, obteniendo conclusiones en función del contexto socioeconómico e institucional en que se desenvuelve la agricultura familiar de criadores alpaqueros. Por ello, este libro recoge y evalúa los aprendizajes de estas experiencias con la finalidad de renovar el modelo de intervención y poder responder con mayor eficacia y eficiencia los desafíos que impone la compleja realidad de este sector en futuras propuestas. Además, las recomendaciones de política resaltan la diversificación económica de los hogares rurales y la recuperación del ecosistema como prerrequisitos del desarrollo sostenible.

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