Adolescentes En Riesgo Editable.pdf

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……__resiHencia

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.:…E. dren's adaptation on resilien-

335¿¡—-ersity. En 5. & Luthar (Ed.),

R1esgo, pobreza y sa1ud mental

g

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del adolescente

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Bianca Estela Barcelata Eguianºe y

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The true measure of a natí0n's standing is how well it attends to its children + their

¿

María Elena Márquez-Caraveo

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health and safety, their mater¡al 5ecur¡ty, the¡r educat¡on and soc¡al¡zat¡on, and their sense of being loved, valued, and included in the families and societies into which

they are born.

3

(UNICEF, 2007)

l

05 adolescentes representan una gran proporción de la población general a níveí mundial. Según estimaciones de la OMS [2011] 1 de cada 5 personas en el mundo es adolescente. En Latinoamérica este sector abarca 30% de la población [CEPAL, 2006], mientras que en México constituye la franja más ancha de la pirámide poblacional e integra alrededor de la quinta parte de la población

total [CONAPO, 2011a].

De acuerdo con los datos del II Conteo Nacional de Población y Vivienda

[CONAPO, 20113] los adolescentes entre 10 y 19 años representan 28.3% de la

población general. Por su parte, los que ofrece eí INEGI [2010] muestran un des— censo en la población joven, aunque se reporta que existen 20.2 millones de jóvenes

entre 15 a 24 años, 10 que significa que todavia es el grupo de edad más grande de la población. Se estima que 39% tiene menos de 14 años de edad, mientras que el grupo de jóvenes de 15 a 19 años representa alrededor del 9.6% en todo el país; en el Distrito Federal, 8.4% y en el Estado de México, 13.3% [CONAPO, 2011b]. Se

cálcula que hasta el 2020 la población adolescente seguirá en crecimiento, en partículfaf el grupo de 10 a 19 años de edad.

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© Editorial El manual lnoderna Fotocopiar Sin autorización es un oemo.

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© Editorial El manual moderno Fotocopia: sin auton'zadón % un delito.

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Adolescentes en riesgo. Una mir ada a partir de fa resiliencia

" _ SALup-“MENTAL DEL ADOLESCENTE EN CIFRAS

Ca

de riesgo, el consum

centes yjóvenes, en La investigación

La Federación Mundial de Salud Mental -FMSM— [FM SM, 2003) estima que alre dedor del 20% de 105 niños y adolescentes padecen una enfermedad ment31 discapacitante y que cerca del 3.8% requiere de un tratam iento a Largo plazo como muestra en el cuadro 2-1. se EI total de 103 trastornos psi quiátricos representa 24. 7%, cifra por encima de las estimaciones presentadas a niv el mundial hace pocos años [FMSM, 2003). Asímis— mo resalta que algunas de las variables sociodemográ fícas asociadas a dichos tornos fueron e15exo, el aba tras— ndono de la escuela, tener un bebé y casarse o trabaj ar. la Salud -OPS— [Maddaleno, More110, & In2003; OPS, 2011) propor ciona algunos otros datos prevalencia de pr0b1emas con respecto a la emocionales en adolescentes en Latinoamérica y ubican México como uno de 105 paí a ses en el que alrede

emocionales en pobl Aguííar-Gaxiola, 20 '

trastorno mental ser : leve, y que la mayo rí

37% del total (13.39

trastornos de ánim o, La Encuesta Naci on: trastornos men'tale s ( Mora et al., 2003; 20 Estudios posterío Cruz, 2009) permit e: los años en 105 ín dices preva1encia, en es pecí

dor cid 15% de su población ta algún problema de salud presen— física o emocional. La Federa ción Mundial para la Salud Ment31 [WFMH, por sus sigl as del inglés World Federatio n Mental Health, 2006) y la Organización Mundial para 13 Salud (WHO, por

gravedad en compar ac

sus siglas del íng1és World Organization, 2007), p1a Health ntean políticas y líneas de acción

Los datos a nivel años por las encues tas Borges et al., 2003 ; 2|

“picos” más altos en Ir

105 jóvenes entre 12 y El suicidio es otro diversos factores de ríe embargo, puede ser pre e intento). Por ello la

acciones para su pr even

© Edilar¡al .El Manual mderna Fotocopiar sin aul0n'zadón % un delito. _ w—.-.—3

para la prevención del 5 Estudios sistemátic c

¿¡5 que la depresión y el Si % que ha ido en incremen= a 1e5centes, en tant o en el :sC 'U

(INEGI, 2013). De los a cabo por mujeres, per s total de intentos de .E suic 5 al., 2002). Por otro lado 2 459 suicidios cons “5 uma mencionar, que 38 .9% tE 24 años de edad. Puentes, López y _ col aumentó de 2,6 a 4, 5 pm 5 el 2008 se reporta una px a e1plan y de l 3,1% del inte a la Ciudad de Méxi co y & W

5

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E

©

centes entre 14 a 24 años, Medina—Mora, Or ozco &

Capítulo 2. Hiesgo, pobreza y salud mental del adolescent e

39

de riesgo, el consumo de alcohol y tabaco, la depre sión y el suici

dio en los adolescentes yjóvenes, en especial a aquellos grupos que viven en condiciones de pobreza. La investigación epídemio1ógíca en México, repor ta altos niveles de trastornos emociona1es en población ad01escente [Benjet, Borge s, Medina-Mora, Zambrano, & Aguilar—Gaxiola, 2008). Se observa que 1 de cada 11 adolescentes presenta algún trastorno menta

_;

“31 2003) estima que alre—

' :::,nfermedacl mental disca—

1 serio, 1 de cada 5 trastornos tiene gravedad moderada

113% de su población presen.Íón Mundial para la Salud

:|1'3|Men:ai Health, 2006) y w__as de1 inglés World Health |: que marcan como priori-

Lgiadas :: prácticas sexua1es

:|,os emocionales

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3|¡ ¿bebé y casarse o trabajar.

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.£'|'u[FMSM, 2003). Asimis':"|'_' asociadas a dichos tras-

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, 1 de 10 es leve, y que la mayoría no recibe tratamiento. Los trastornos de ansiedad representan 37% del total (13.3% lo ocupan fºbias específicas y fobia social), seguidos por los trastornos de ánimo, control de impulsos y, por último, del consumo de sustancias. La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiqu iátrica documentó que 50% de los trastornos menta les en pob1ación adulta iniciaron antes de los 21

años (MedinaMora et al., 2003; 2005). Estudios posteriores (Benjet, Borges, Medina-Mor a, Méndez, F1eiz, Rojas, & Cruz, 2009) permiten observar que, a pesar de que existen variaciones a través de 105 años en 105 índices de los diversos trastornos, la ansiedad todavía es el de mayor prevalencia, en especial en el grupo de las mujer es, aunque es el de menor níve1 de gravedad en comparación con desórdenes de] estado de ánimo. Los datos a nivel mundial y los proporcionados en México desde

hace Varios años por las encuestas nacionales de salud (Benj et et al., 2008, 2009, Medina-Mora, Borges et al., 2003; 2005) muestran que 108 trast ornos de ansiedad presentan los ”picos” más alt05 en los perfiles de los trastornos de salud mental y constatan que los jóvenes entre 12 y 19 años de edad son los más vulne rables.

El suicidio es otro de 105 trastornos de salud multif actorial, en el cual ínf1uyen diversos factores de riesgo de índole biológica, psicológica y social, sobre todo; sin embargo, puede ser predecib1e a través de la condu cta suicida [ideación, planeación

e intento). Por ello 13 WFMH (2006) fomenta en todo e1 mundo compromisos y acciones para su preve

nción e instituyó así el 10 de septiembre como el día mundial para la prevención del suicidio. Estudios sistemáticos realizados en México a lo largo de varios años muestran que la depresión y el suicidio en la ad01escencia son un prob1ema de salud mental que ha ido en incremento. En 1990 se presentó una tasa de 4 por _cada 100 mil adolescentes, en tanto en el 2011 ésta fue de 7.7 muert es por cada 100 mil adolescentes (INEGI, 2013). De los intentos suicidas que se reportan, la mayoría son llevados _ a cabo por mujeres, pero gran parte de e1105 son consumados por los hombres; del _ total de inten

tos de suicidio 94% 10gra consumarlo [González-Forte za, Villa

toro et al., 2002). Por otro lado, el INEGI [20023] reportó que de 1997 a 2000 ocurrieron _ 2 459 suicidios consumados, y la mayor parte fuero n en población adolescente; cabe mencionar, que 38.9% tenía entre 15 y 19 años y 36% se encontraba entre 105 20 y 24 años de edad. Puentes, López y colaboradores (2004) refieren que entre 1990 y 2001, la tasa aumentó de 2,6 a 4,5 por 100 000 en el grupo de adole scentes de 11 a 19 años. En el 2008 se reporta una prevalencia de] 11.5% en la ideacíón suicida; del 3.9% para e1p1an y del 3,1% del intento suicida para adolescent es de Ia zona metropolitana de la Ciudad de México y a pesar de que se reporta una tasa del 5.4/100,000 adolescentes entre 14 a 24 años, es una de las más altas de entre 28 países (Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco & Neck, 2008). Borges, Benjet , Medina-Mora, Orozco, Fa—

40,

Adolescentes en riesgo. Una mirada a parti r de la resiliencia

Cap

míh'ar, Wang (2010) indican prevalencias de uso de servicios de salud por ideacíóri (44%), por ídeación y 131311 (49%) y por inte nto (50%). ' Análisis recientes por grupo

a factores psicológicos. En México, la obesidad ocupa el segundo lugar en població n genera1y en adoleseentes. Se info rma que las mujeres en este período presenta n los índices más altos de obesidad y sobrepeso

(CONAPO, 2010). A1gunos estudios indi can que cerca del 30% de los adolescentes tenía problemas alimentarios, en específi co de apetito y Ia mitad tenía problema s con su imagen

corporal; en este rubro se encontraron diferencias de género, ya que la mayoría de las mujeres reportaban preocupación e insatisfacción al resp ecto a diferencia de 105 hombres (Barce1ata, Lucio & Durán, 2004). Lás mujeres tien den a presentar un mayor pºrcentaje de CAR (10.3%) en contraste con 105 homb res

asociada que osciló tamiento; además se

psicosocia1 (Benjetc La amplia gama

organismos internac investigaciones a pa

naturaleza de diche grupos vulnerables

en las trayectorias y identificar los recur¿ ver acciones de cará

de salud a nive1mu1

FACTORES C

. 3

Resultados de difer| rurales, así como de Barcelata et al., 200 generalizar con resp

de la existencia de "1

ras en México en las observan algunas ca; mexicanos. © Editorial El ¡Hanna! Moderno Fotompiar sin autor'v¿ación &; un delito.

Los trastornos alimentarios o conducta s alimentarias de riesgo (CAR) represen tan otra problemática de salud asociada

© Editorial El Manual Moderno Falooopíar sin autorizaci ón a un de|i|a

Investigación epidemiológica (Ce1is de la Rosa,

2004; Santos, Villa et al., 2003) seña1a el aumento de 13 prevalencia en otras problemáticas de salud públ ica como e1 embarazo en la adolescencia asoc iadas a diversos factores, entre ellos de tipo económico. Reportes posteriores (Vill egas, 2009) señalan altas tasas de mort alidad en mujeres entre 14 y 19 años de edad a causa de embarazos prematur os, part os y abortos, mientras que en 105 hombres, 13 morta1idad se relaciona con trau mati smos o accidentes, 105 cuales con frecuenc ia están asociados al consumo de alcohol y, o drogas (Secretaría de Sa1ud, 2006).

pios conurbados, se

aw ¡,…—… _

muestran una preva1encía del suicidio de 4.4% para 'ef grupo de 10 a 14 años, para e1 grupo de 15 a 19 es del 23.6%, mientras que para el de 20 a 24 años representa 17.1%. Las últimas estadísticas señalan que es La terce ra causa de muerte de adolescentes de 15 a 19 años y que 43.5% falleció por este metivo (INEGI, 2013), 10 que confirma que este grupo de edad es el más vuln erable y que el suicidio todavía constituye uno de 105 problemas prioritarios de salud pública. Otra problemática de salud mental en la adolescencia, son las adiccion es. En Mexico algunas encuestas previas a nivel nacional (Consejo Nacional Contra las Adicciones [CNA], 2004; Ví1latoro, Hernández, Hernández et al., 2004; Sánchez, L1erenas, Anaya & Lazcano, 2007) mues tran un aumento en 13 prevalencia de 31% en los últimos años; cerca del 10 y 9% de 105 adolescentes entre 10 y 19 años consu— men alcoh01 y fuman, respectivamente y, que de 105 14 millones de fumadore s, 70% empezaron a hacer1o & una edad prom edio de 13 años. Otras fuentes repo rtan que, por ejemplo, 52.5% inicia el consumo de marihuana entre los 15 y 19 años de edad; esta tendencia se ha mantenido de 1987 al 2005, y que los adolescentes son e1mayor grupo de usuarios de cocaína con resp ecto a la población genera1 (Soriano , Ortiz et al., 2006; Ortiz, Martínez eta1., 2007 ). El consumo de alcoh01y drogas, por ejemplo, se ha encontrado ligado a accident es, los que en la actualidad aparecen entre las principales causas de muerte entre 105 jóvenes de 14 a 19 años (CONAP O, 2010). Se observa que las características soci oeconómicas y culturales de cada país, así como a la disponibilidad de las drog as, se asocian a] perfil de consumo, en el cual los inhalantes, junto con el consumo de otras drogas y 31c0h01, son 105 de mayor uso entre 105 ado1escentes; en particular en zonas marginadas y suburbanas del Dist rito Federa1, como por ejemplo, las de1e gacíones Azcapotza1co e Iztapalapa, a pesar de que existe evidencia de que son las que dejan mayores secue1as en la salud , algunas de ellas irreversibles, en un lapso bast ante corto (V11]atoro et al., 2004).

(28%), 135 cua1es se Rosa & Unike1, 2009 La prevalencia du representativa de ML

A1 igual que en ( uno de 105 grupos rn:

descenso (Celis de la

ya que tiende a pres la etapa, y muchas ( repercusiones en ma

Las prácticas po

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largo plazo. Se rep( sedentarismo o falta go asociadas el emba

transmisión sexual c

considerado el grupc de salud mental en p ria a nive1 nacional a“ síbilidad a este sect01 por 135 encuestas a h(

: fesilienc1a

Capítu1o 2. Riesgo, pobreza y salud mental del adolescente

[28%], las cuales se asociaron ¡: estrés, impulsivídad y depres ión (Nuño, Ce1is (1913 Rosa & Unike1, 2009).

…-.:¿'|05 de salud por ideación

La prevalencia de anorexia, bulimia y e1 trastorno por atraco nes en una muestra representativa de adolescentes entre 12 y 17 años de la Ciuda d de México y municipios conurbados, se estimó en 0.5, 1 y 1.4%, respectivame nte, con una discapacidad asociada que osciíó entre 83 y 100%. No obstante, ni una cuarta parte recibió tra-

:i'iflldel suicidio de 4.4% para

- 3.6%, mientras que para el

_: eñalan que es la tercera

.5% fa11eció por este mead es e1 más vu1nerab1e y

La amplia gama de problemas de salud menta1 en la adoles cencia reportados por organismos internacionales y nacionales de salud, ha impu1 53do el que se realicen investigaciones a partir de diferentes perspectivas con el propósito de delimitar la naturaleza de dichos problemas. En la actualidad una de las tareas es identificar grupos vulnerables y determinar factores de riesgo y protección que intervienen en las trayectorias y desen1aces adolescentes; además, existe un especia1 interés en identificar 105 recursos y fortalezas de los adolescentes , con el propósito de promover acciones de carácter preventivo, conforme lo establ ecen las políticas y acciones de salud & níve1 mundia1.

:| Nacional Contra las

::::ez er al., 2004; Sánchez, :.e[113 prevs.1encia de 31% »;entre 10 y 19 años consu…::i110nes de fumadores, 70% lº_tras fuentes reportan que, .::—elos 15 y 19 años de edad; ' adolescentes son el mayor

:: general (Soriano, Ortíz et

: 0h01y drogas, por ejem¡tua1idad aparecen entre las

FACTORES CONTEXTUALES Y ADOLESCENCIA

…-:9::…: (CONAPO, 2010).

Resu1tados de diferentes trabajos con poblaciones escolares y clínicas, urbanas y rurales, así como de estudios transcu1turales (Aguilera, Salgado et al., 2004; Lucio, Barce1ata et al., 2004; Lucio, Plascencia et al., 2005) evidencian que no se puede

ftu1turales de cada país, así "¿111 de consumo, en el cual Lcóho1, son 105 de mayor uso Py suburbanas del Distrito e1ztapalapa, a pesar de ….fbcuelas en la salud, algunas

generalizar con respecto a 105 ad01escentes mexicanos, ni tampoco se puede hablar

de la existencia de “la familia mexicana”, dada la divers idad de culturas o subcu1tu— ras en México en las cuales se encuentran insertos los adolescentes. No obstante, se observan algunas características básicas 0 condiciones en las que viven los jóvenes

:iJ-oeta1., 2004). :::, Santos, Vi11a et al., 2003)

:“'a1consumo de a1c01101 y, o

'éfde riesgo (CAR) represen-

dégicos. En México, la obesi--_01escentes. Se informa que

?t:05 de obesidad y sobrepeso

.=;:de130% de 105 adolescentes

¿y 13 mitad tenía problemas

erencias de género, ya que

-.1nsatísfacción ¿11 respecto a ,__2004). Las mujeres tienden -í'contraste con los hombres

A1 igual que en otros países, en México, 105 adolescentes son consideradºs como uno de los grupos más sanos de Ia población,— cuyos índice s de mortalidad han ido en descenso (Celis de la Rosa, 2004). Sin embargo, se 1e consid era un grupo vulnerable ya que tiende a presentar estilos de vida y conductas de riesgo, algunas propias de la etapa, y muchas de ellas asociadas a problemas de sa1ud física y emocional con repercusiones en momentos posteriores del cícío vital. Las prácticas poco saludables de los adolescentes puede n incrementar la pro-

babi1idad de trastornos de tipo psicofísiológico y de muert e a corto, media

no y largo p1azo. Se reportan hábitos alimentarios inade cuados (Benjet et al., 2012); sedentarismo 0 falta de actividad física (Russell, 2004), conductas sexuales de riesgo asociadas & embarazos prematuros (Menke & Suárez , 2003) y enfermedades de

transmisión sexual como el VIH/SIDA (Meave & Lucio, 2008). A pesar de e11o, es considerado el grupo más sano y que menos acude a servicios de salud en general, y

de salud mental en partícu1ar. E1 7% de toda la consulta extern a de atención primaria a nivel naciona1 atiende a población entre 10 y 19 años. Esto ref1eja1a poca accesibilidada este sector de la población en téfrninos de salud menta1 , 10 que se subsana por las encuestas a hogares realizadas a nive1nacionaí (Benje t et al., 2008, 2009). En

:|

télaciona con traumatismos

© Editorial El m_anual Moderna Eotnmpiar sin autorización se un delito.

.-Áct0res, entre ellos de tipo jm altas tasas de mortalidad hrazos prematuros, partos y

mexicanos.

:.:.er Í=Í'3£=hñ,1*m?ir—f w &… —

tamiento; además se detectó una a1ta prevalencia de condu cta suicida y adversidad psicosocial (Benjet et al., 2012).

: 0rítaríos de salud pública. son 1215 adicciones. En

:jcas de sa1ud pública como

41

42

Ado!escentes en riesgo. Una m1rada & partír de la resiliencia

la actualidad el porcentaje de cobertura es bajº en proporción al tamaño de la po-

A new :

blación adolescente; por ejemplo, la dcrcchohabicncia :: los servicios de sa1ud de los adolescentes de 10 a 19 años es tan sólo de 35.6%, del cual el IMSS asegura al 28%, el ISSSTE a1 5.6% y el resto, la Secretaría de Salud (CONAPO, 201113); 10 cual ilustra un sistema de salud deficitario en términos de atención a 105 adolescentes,

sus miembros

113r5e, se esti:

las necesidad— aumento en L

como se señaló con ante1ación (Borges et al., 2008). Se sabe que en 105 544 estable-

del 15 al 50% de ingresos y

cimientos de salud mental ambulatorios, la población infantil y adolescente que se atiende asciende a no más de127% y se reduce a 6% en hospitales psiquiátricos; muy

centes entre 1

pocas escuelas de nivel medio y medio superior cuentan con psicólogos :) realizan

y 56.6% de al

actividades de promoción y prevención en salud mental (OPS, OMS, 2011). Podría pensarse que las condiciones de 105 ad01escentes hoy en día son mejores que 135 de generaciones pasadas, no obstante, todos los cambios globales han ocasionado transformaciones importantes al interior de 135 familias mexicanas que ponen a prueba su capacidad de adaptación. Por ejemplo, se estima que a1rededor del 40% de 105 jóvenes no viven en una familia integrada. El 63.9% de sus hogares son nuc1eares y 22.0% son monoparenta1es. También se ha incrementado a 24% e1número

La investi

ha experimen cuatro o más |

frecuencia seg 1escentes que han tenido qu. existe evidenc expuestos a su

de hogares con famihas extensas (INEGI, 2010). La transición en 1a configuración

de ser ciudades de importancia para el país, tienden a presentar menores niveles de estrés (Lucio et al., 2004) al igual que los adolescentes que viven en provincia (Lucio et al., 2005), aunque se reconoce que las alteraciones en las trayectorias y desenlaces adolescentes son un fenómeno mu1tírreferencial.

fe y la edad, er

et al., 2010). 5 representa 56? en cuanto al 5( quienes asisten

escolar todavía

hacen que 105

prematura y 13: tienen entre 12



ulndzaciónasundsl

de 105 que tien:

© Editorial El manual Moderno Fotompíar sin auton'zacíón es un del":t0.

República Mexicana. Los adolescentes que viven en ciudades más pequeñas, a pesar

Bravo & Velas Por otra pe

*W:- ¡

familiar obedece sobre todo a los procesos migratorios como consecuencia de las recurrentes crisis económicas de1 país y altas tasas de desempleo (Agui1era et al., 2004; Sobrino, 2010) que inf1uye en la acomodación de 105 hogares, de los cuales un creciente número es dirigido por las madres o por un 5010 padre; dicha situación cambia la dinámica fami1íar y afecta el desarrollo de los adolescentes. La migración dentro y fuera del país, así como entre Ciudades 0 interurbano, es diferente de región a región y esto matiza la vida de 105 ado1escentes y sus familias. Entre los tres primeros estados identificados con mayor movilidad entre ciudades están Michoacán, Oaxaca y Aguascalientes, así como el Estado de México por su movilidad interurbana (Sobrino, 2010). Existe evidencia previa de que 13 ausencia de 105 padres o una mala relación con ellos, puede favorecer la presencia de síntomas de malestar emocional (Aguilera et al., 2004); sin embargo, muchos padres se ven obligados a "abandonar” sus hogares en búsqueda de mejores condiciones de vida para su familia. La migración no sólo involucra al padre y, o la madre de familia, sino que también los adolescentes participan de esta movilización. Cada vez son más 105 jóvenes que salen de sus casas para encontrar mejores condiciones de vida para sí mismºs y para sus fami1ias, 10 que genera migración ruraI-urbana, urbanaurbana e internacional a edades tempranas (Anzaldo, 2010; Fa1icov, 2002; Sobrino, 2010) y aumenta la vulnerabilidad de la salud mental de los adolescentes. El contexto psicosocial es otra variable que afecta el desarrollo del ado1escente. No representa 10 mismo vivir en una gran urbe, que vivir en sus inmediaciones o en zonas rurales. La dinámica familiar cambia de manera importante, como 10 muestran algunos estudios transcu1turales y comparativos entre regiones y estados de la

económicos y 1: Desde el pl

nom1camente a:

que 44% son hc

tres estudian y

(CONAPO, 20

8% de los adole

a 19 años es eco

minoslega1es, d:

violan los derec1

Por otro 13d

1aboral. A pesar

tunidades de en hacen que esto lº que a mayor escc

cultades de inser—

Capítqu 2. Riesgo, pobreza y salud menta: del adolescente

A pesar del esfuerzo de las familias por ofrecer mejor es condicione

1a pO-

s de vida a sus miembros y para acceder a servicios básicos que les permiten subsistir y desarro11arse, se estima que 1 de cada 10 familias no tiene recursos suficientes para cubrir las necesidades

,dde1os 13128%:

:10 cual

básicas de sus hijos, ya que la pobreza es una condi ción que va en aumento en 105 hogares de 105 adolescentes mexicanos. Se mencionan cifras que Van

,'gsc€nteS,

de1 15 31 50% de jóvenes que presentan algún tipo de pobreza. La encuesta nacional de ingresos y gastos de 105 hogares (INEGI, 2010) indica que 56.6% de 105 adolescentes entre 13 a 15 años presentan pobreza de patrimonio; 30.6%, de capacidades,

=estab1e[e que 56

_Tt05; muy brealizan 11). :'::mejores ;1::n ocasio-

y 56.6% de alimentación. La investigación señala que en el último año un total de 68% de ado1escentes ha experimentado

algún tipo de adversidad crónica, mientras que casi 7% reportó cuatro o más (Benjet, Borges et al., 2009). La adver sidad económica es la de mayºr frecuencia seguida de ser testigo de violencia domés tica. Cada vez son más los adolescentes que viven en hogares con presiones econó micas, en los cuales las madres han tenido que salir a trabajar, así cºmo 105 hijos a edades muy tempranas. También existe evide

“due ponen

:'|Jr del 40% :zresson nu—

11e1 número

ncia de que los adolescentes de bajos niveles socio econó

micos están más expuestos a sucesos de vida adversos (Barcelata & Lucio, 2012; Lucio, León, Durán, Bravo & Velasco, 2001). Por otra parte, a1gunas variables sociodemográfíc as como 13 escolaridad, el género y la edad, entre otras, inf1uyen en los comporta mientos de los adolescentes (Pérez eta1., 2010). Se calcula que sólo 4 de cada 10 jóvenes asisten a la escuela, 10 que representa 56% de la población adolescente; aunq ue sin diferencias significativas en cuanto a] sexo, ya que cerca de la mitad son hombres y la otra mitad mujeres, quienes asist

ónfiguración fencia de 135

í1era et al.,

:de los cuales

_.¿fcha situación nterurbano, es ;1" sus familias.

en de manera más constante a la escuela. Los bajos índic

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1—urbana, urbana-

'“ 2002; Sobrino,

:: cscentes .

del adolescente.

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huía de síntomas :'éspadres se ven

¡"diciones de vida

43

es de asistencia escolar todavía son un problema, el cu31 parece asoci arse a las crisis económicas que hacen que 105 ad01escentes tengan que integrarse al mercado de trabajo de forma prematura y bajo condiciones poco favorables. Se reporta que 11.6% de los que tienen entre 12 y 14 años no acuden al colegio; de 15 a 19 años, 41.3%; y que 80% de 105 que tienen alrededor de 105 19 años han aban donado la escuela por motivos económicos y falta de acceso en su 1ocalídad (Tuir án, 2012). Desde el punto de vista laboral, 1 05 adolescentes mexicanos son un grupo eco— nómicamente activo, con una contribución impor tante a1ingreso famí1iar. Se estima que 44% son hombres y 24% mujeres y que de cada diez jóvenes que trabajan, sólo tres estudian y 2 de 4 realizan actividades en e1 hogar, en particular las mujeres (CONAPO, 2010). También se advierten diferencia s en cuanto [a edad, ya que sólo 8% de los adolescentes entre 12 y 14 años trabaj a, mientras,que 35% de 105 de 15 a 19 años es económicamente activo. No obstante, subsisten irregularidades en términos 1ega1es, de seguridad e higiene, y de condiciºne s salariales, que muchas veces violan 105 derechos de 105 niños y los adolescentes. Por otro lado, se detectan paradojas intra e inter sistémicas escuela-mercado laboral. A pesar de la evidencia que muestra que a mayo r esco1aridad hay más oportunidades de empleo y de desarrollo humano, los problemas económicos del pais hacen que esto funcione de forma opuesta a lo esper ado. El INEGI (2010) informa que a mayo r escolaridad, mayor probabilidad de_desemp1eo () sube mp1eo

y más dificu1tades de inserción en el mercado 1aboraí bajo condi ciones justas. Estos datos son

44

Adolescentes en riesgo. Una mirada a partir de Ia resfliencía

reíevantes, sí se toma en cuenta que el asistir a la escuela se considera un factor de

protección, mientras que no hacerlo se considera un riesgo.

Por otra parte, e] hecho de trabajar durante la ad01escencia puede ser un riesgo potencial porque tiende a aumentar posibilida d de diSponer dinero para e1consumo de tabaco, a1coholy, o drogas. A1gunos estudios señalan que 105 ado1escentes que no estudian parecen estar más expuestos 31 cons umo de tabaco y 31c0h01; por e1 contrario, aquellos que van a la escuela y se dedican a estudiar, tienen menor probabilidad de incurrir en alguna conducta de alto riesgo, como consumo de drogas (Joffre, Gar-

cia et al., 2008,“ Soto & Nuño, 2009). No obstante, un factor de riesgo que todavía es importante para los adolescentes en general, es 13 disponibilidad de las mismas (Wagner, González-Forteza eta1., 2003). Tamb ién 13 edad es un factor asociado a1

(Benjet et al., 2008). Este dato parece no 5610 ref1ejar 1a problem&íca, sino su relación con e1 incremento de 13 de11ncuenc

ia en el país, si se consideré que 3 de cada 10 jóvenes cometen algún tipo de delito. Márquez (2009) reporta que 28% de los presuntos delincuentes en el 2007 tenían entre 16 y 24 años de edad, y que a pesar de que el fenómeno de la delin cuencia juvenil va en descenso, todavía constituye un problema tanto de seguridad pública como para el propio joven, por los riesgos que las actividades ilícitas representa n; tal es el caso de 105 robos, en los cuales están involucrados 49.70% de 105 jóven es. Esto sugiere que robar es el inicio de los pequeños infractºres en otro tipo de ilícitos, que puede progresar hacia otros más graves, como el crimen organizado. Estos son algunos datos que muestran que la adolescencia en México no es la misma para todos 105 jóvenes. Los estudios realizados desde una perspectiva psico— social sugieren que 105 adolescentes mexicano s parecen encontrarse en ambientes de riesgo que involucran variab1es socioeconómi cas y cu1tura1es, como1a marginación, que aumenta su vulnerabilidad. Variables macro estructurales como eí desarrollo económico de un país, una región o una comunidad pued en representar un riesgo

que afecta de manera directa 0 indirecta a 105 ado1e scentes, por 10 cual las crisis 0

Inf0rrr

vive en co

pacídad (í1 (Consejo 1

2013), por sultados ac

ma1-adapta

POBRES La pobreza dificultad p sidad ínace;

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505 para me

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es consideraPara el Con:

combinación a la línea de

© E:l¡for¡al .El m:nual…ern a FD!DGD¡¡8T sin autorización % un delito:

mayor consumo; ado1escentes más grandes tienen mayor oportunidad, en especial, aquellos que han abandonad013 escueía y que trabajan (Benjet, Borges et al., 2007). Se advierte que Ias discrepancias sociodemog ráfícas y económicas contribuyen a que aún exista un rezago en la educación y oportunidades laborales de 105 adolescentes, 10 cual contribuye a la agudización de la desigualdad social en la población que parece perpetuarse a través de las gener aciones. Este ambiente de incertidum— bre en 105 jóvenes mexicanos parece contr ibuir no sólo al incremento del estrés en diversas dimensiones, sino también al surgi miento de otro tipo de problemáticas como la violencia y delincuencia. Juárez, Villatoro y colaboradores (2005) informan un incremento de 1a conducta antisocial entre adolescentes de educació n media y medía-superior involucrados en diversos ilícitos como robos y violencia, violencia en 13 Ciudad de México, e1 cual representó un 2.8% y 7.36% en 1997 y 2003, respectivamente. Se nota que las delegaciones que muestran las tasas más altas en actos antisociales graves, en todas las cohortes, fueron en orden decreciente: Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Álvaro Obregón, 10 cuaí no siempre se vincula con variables como marginación. Como se mencionó antes, de todos 105 trast ornos que se observan en 105 adolescentes mexicanos, 105 de control de impulsos y de conductas antisociales ocupan el segundo lugar

adversidac problemas

' '

' ' '

'

Reza; Acce5

Acces Calid… Acces

Acces

En conjunto,

social. Por su en consecuen:

1. Pobre: ( Este gru ciales e :"

bien son 2. Vulneral

pero pad

L___

45

adversidad económica parecen ser un e1 emento importante en e1 surgimiento de

¡or de

problemas emocionales. Información a] 2013 señala que en México casi la mitad (45.5%) de la población vive en cºndiciones de pobreza y 105 menores de 18 años y 135 personas con disca-

riesgo fansum0

pacidad (incluidas las menta1es) presentan niveles de pobreza superio res a la media (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social [CONE VAL]

:::que nº

:: contrae

2013), por 10 que se considera importante establecer la re1ación entre pobreza y re-

-¡ abí1idad

sultados adaptativos/resílíencía (desarrollo psicológico óptimo y salud menta1) y/0 mal-adaptativos (psicopatología) en niños y adolescentes.

1éffre, Gar-

. ue todavía

. 35 mismas

:'pasociado al especial,

POBREZA Y SALUD MENTAL ADOLESCENTE

emcertidurn— 0.de1 estrés en

La pobreza se reconoce como una condición humana multid imensional que con díficu1tad puede reducirse a una estadística. Representa una realidad y una adversidad inaceptable para cualquier sociedad y alude tanto a Ia privación de elementos necesarios para la vida humana dentro de una sociedad como a la de medios o recursos para modificar dicha situación. De acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Socia]

mde1a conducÍnrínv01ucrados dde México, el Se nota que las naves, en todas tapalapa y Álvaro

la pérdida de1 potencial de las personas para existir y actuar. En México, casi 121 mitad de 1a pob1acíón es pobre. Hoy día, este concepto es considerado por la investigación socía1 desde una perspectiva multidimensional. Para e1 Consejo Nacional Evaluación (CONEVAL, 2013), 1a pobreza resulta de la combinación del número de carencias sociales y si se tienen o no, ingresos menores a la línea de bienestar mínimo (LB M). Las carencias sociales son:

: problemáticas

(SEDESOL, 2002) constituye, además, una realidad que vu1nera la vida humana y

nación.

van en 105 adoles-

eque robar es el inicio

”eprogresar hacia otros

ma en México no es 13 'una perspectiva psico1trarse en ambientes de como 121 marginac1ón, 'es como e1 desarro11o

en representar un riesgo

5, por 10 cua1 las crisis o

in as ur: emmm,

'

'

Rezago educativo.

Acceso a 105 servicios de salud.

Acceso a la seguridad social. Ca1idad y e5pacios de La vivienda.

Acceso a 105 servicios básicos en la vivienda. Acceso a 13 alimentación.

sin un

descenso, todavía . :e1propio joven, por o de los robos, en 105

l-c

.:|¡ 24 años de edad, y

' r sin autan'zacián a un dente… © Editorial El Manual moderno Fo!ooopia

tísocia1es ocupan el e:ar1a prob1emáti— país, si se considera (2009) reporta que

En conjunto, estos factores generan 10 que se conoce como índice de privación social. Pºr su parte, 13 LEM representa el valor monetario de la canasta a1imentaria; en consecuencia, Ia población se clasifica en los siguientes grupos: 1. Pobre: quien tiene una o más carencias socía1es e ingreso inferior a 13 LEM. Este grupo incluye a 105 pobres extremos (aquellos con 3 o más carenci as sociales e ingreso menor a la MEM) y a 105 moderados; es decir, aque1105 que si bien son pobres, no 10 son en extremo. 2.Vu1nerable por carencia social: quien tiene un ingreso igual o mayor a la LEM, pero padece una o más carencias sociales.

¡ ¡.. . .' x¿…..:..4=v=--…W…¡.

Capítulo 2. Riesgo, pobreza y salud mental del ado1escente

46

Adoíescentes en riesgo. Una mirada a partir de Ia resHienc:a

3. Vulnerable por ingreso: cuando no presenta carencia social, pero su ingrese es menor a la LEM.

cepeión .-

4. No pobre y no vulnerable: no tiene carencia socia1y su ingreso es igual o su-

como ali: también que esos

perior a 13 LEM.

Para e] 2012, 45.5% de mexicanos vivia en condición de pobreza, de los cuales 41.8 millones eran moderados y 11.5 millones pobre s extremos; por otro lado, la

tienen de en conjun

desigualdad entre regiones caracteriza al pais [3 de cada 4 habitantes en Chiapas es pobre mientras que en Nuevo León es 1 de cada 4) [CONEVAL, 2013). Asimismo, la desagregación de la información indica que los grupo s que presentan niveles de pobreza superiores

¿CUÁI

a la media son: los indígenas, la población rural, las personas con alguna discapacidad y 105 menores de 18 años. De este modo, en México los niños y adolescentes se sitúan en condición de doble vulnerabilid ad porque representan uno de 105 grupos que más se ve afectado por la pobreza. Con respecto a 13 canasta básica, los datos del CONEVAL [2014] muestran

LA SAI

En fechas

(2011) p]a

de ellos &

un incremento en e1 ingreso que les permite establecer una línea de bienes

tar para la población rural y urbana, en la cu31 se aprecia que a pesar de que ha habido un aumento, la cantidad resulta muy limitada para poder cubrir todas las necesidades básica de una familia ”promedio”, que le permi ta acceder a productos y servicios

provee evi

sociales af: inadecuada

de hierro, .—

que satisfagan un estado de bienestar.

ia percepción de la pobreza [Széke1y, 2005), puede darse a partir de las valoraciones individuales y de las manifestaciones colectivas que se desprenden de esta anomaíia económica. Se toman en consideración los escenarios psicosociale s y emocionales reportados por las personas, ambos componentes conforman un tejido de significados que conectan tanto unidades objetivas Como subjetivas relacionad ascon su contexto presente y pasado que les ha tocado vívenciar. En términos genera 1es, se observa que dicha per—

2005] muas

con el biene

Fotompíar s"¡n autorización

es un delito.

metro para ¡

& :an._n-z El m.…) Mamo Fo:_nnnoiar g¡n_ pu: nnjzac¡ón ;; u_n dalm._

ular de las personas, en este caso de los adolescentes , sobre la situación económica matizada por e1 contexto psicos ocial. Asi,

tema, así Cc

violencia 50 [Walker, 2[

© Editorial El Manual Moderno

En 12: psicologia del desarr0110, el estatus socioeconó mico [ESE] 31ude a una medida de tipo mu1tidimensionaí representada de manera típica por la ocupación y el nive1educativo de 105 padres, e1tipo de vivien da y el ingreso [Fíanagan & Layfiel, 1999). En este documento, e1térrnino ESE bajo [ESEB ] y pobreza se utilizan de manera indistinta; no obstante, se recomienda desagregar los componentes típicos dei ESE ya que pueden ejercer una contribución difere ncial :: los resultados infantiles. Estas consideraciones llevan a repensar 105 punto s de vista de los expertos [Levine, 2006], quienes indican que la pobreza puede ser considerada como un fenómeno económico que tiene efectos en la sociedad, el crecimiento y la composición de una población; en e'0ncret0, en los niveles social, cultura1y de salud, que a su vez pueden generar patrc)hes de migración y asentamien tos irregulares, desarrollo económico informa], subempleo y desemp1eo. Lo anteri or, forja hondas raíces en una baja productividad laboral y económica al margen de la información y Ia educación indispensable, 10 cual propicia la reproducción indefi nida de la pobreza. En este sentidoJ se menciona que ésta tiene por 10 menos dos dimensiones (213ras, una es de carácter objetivo y en general está asociada al nive1 () estatus socioeconómico; con Frecuencia se utiliza el ingreso famili ar, el per cápita y la canasta básica como parámetros del nivel de pobreza. Otro, es de índole subjetivo y ref1eja la percepción partic

2007); en Í aspectos ad

Resultad La evidencia

física y mem

al., 1997; H:

secuencias a :

transmisión i:

en 1a 1iteratu1

1970). Aunq:

desarrollo cer sivas de imag: las redes neur atención, 1eng así como el ir:

embargo, 13 ir

también existe

puntúan más 1 emocional (Br:

Capítulo 2. Riesgo. pobreza y salud mental del adoiescente

47

necesidades básicas cepción se asocia con 135 privaciones materiales para cubrir las

o, la recreación, como a1imentación y vivienda, o secundarias como el esparcimient Esto se asocia a 10 también importantes por su relación con bienestar emocional. que 105 adolescentes que esos ingresos significan en su vida, es decir, la percepción pueden acceder, que tienen de que el ingreso familiar les permite hacer 0 a 10 que en conjunto les puede generar sensación de bienestar integra1.

“¡¿.- en Chiapas es

¿CUÁL ES LA ASOCIACIÓN ENTRE LA POBREZA Y

' 3], Asimismo,

LA SALUD MENTAL DE NINOS Y ADOLESCENTES?

“an nive1es de personas con

mayor influencia En fechas recientes, The Lancet, una de 135 revistas médicas de s y 31 interior ionale pob1ac [2011] planteó el origen de la inequidad entre 105 grupos esarro1lo neurod del a cienci La de la experiencia infantil adversa.

'cn105 niños y

de ellos a partir biológicas y psicoprovee evidencia respecto a la forma en que las experiencias cognoscitiva lación estimu sociales afectan el desarrollo cerebral. En un inicio, la a por falta anemi la y inadecuada, el retraso del crecimiento, la deficiencia de iodo [Walker, ocial psicos de hierro, se observaron como factores de riesgo biológico y cia de presen la entó 2007]; en forma más reciente, esta misma publicación docum rnaión depres la y aspectos adicionales, tales como la nutrición prenata1, el estrés a la ción exposi la y terna, asi como la exposición al plomo, 13 institucionalización l infanti 0110 desarr violencia social como factores de riesgo que minan e1potencial de al., et orth Wadsw [Walker, 2011]. Otros estudios [Wadsworth & Compas, 2002; tiene relación directa 2005) muestran que la percepción de 105 "apuros económicos” utilizan este parácon e1bienestar emocional y psicopatología de 105 adoiescentes y metro para medir1a pobreza.

.

d01e subjetivo y reñeja la 05 adolescentes, sobre

1a Así, la percepción de

y de - raciones índividua1es Se a. anoma1ia económic r po os ocionales reportad

ctan " significados que cone

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aulon'zadón moderno Fc tocopiar sin © Editorial El Manual

per cápita y la canasta

. ;¿ .…¿_-3… …:':'< ¿…_i_¿¿.. _,_,. ¿… _. _ r Sm autonzaú'rón es un demº © .Ednanal El m-nual mod-UM ancopla

ESE] alude a una ' p :la ocupación y F1anagan & Layfie1, ase utilizan de maonentes tipicos de1 ultados infantiles. 6 los expertos [Le— nó— … 'erada como un fe n ió ic os mp : into y la co z ve su a e des:1ud, qu oec 1o o1 lares, desarr a ¡hondas raices en un n ió ac uc -.iurmación y 13 ed . él: pobreza. de— ' 05 dos dimensiones oeci so s lnive1 o estatu

55 un delitº.

2014] muestran ebíenestar para

Resultados en el desarrollo infantil y adolescente de salud La evidencia científica respecto a 13 relación entre pobreza y problemas

, Duncan et física y mental es cada vez más creciente y consistente (Brooks—Gunn Las con2011]. , Walker 2009; al., 1997; Huston, Mc10yd et al., 1994; Lieberman, a la incluid uo, individ del vida secuencias :: corto y largo plazo en relación 31 ciclo de ente consist manera de o descrit transmisión intergeneracional de 13 pobreza, se han [Birch & Gussow, en la literatura de investigación desde hace más de tres decenios empobrecidos y tes ambien 1970]. Aunque en mode1os animales 13 relación entre s no invatécnica las XX, desarrollo cerebral se documentó desde mediados del siglo a en pobrez la de o impact el sivas de imageno1ogía cerebral han permitido constatar

105 procesos de las redes neuronales y el desarro1lo cerebral humano con énfasis en Posner, 2012], & [Lipina atención, lenguaje y 1ectoescritura y la noción de número

neurop1asticidad. Sin así como el impacto positivo de la intervención a favor de 13 s cognoscitivas, embargo, la inf1ueneia de la pobreza no se restringe a los aspecto

bajos ingresos también existe evidencia respecto a que los niños de las familias de y bienestar vo educati puntúan más bajo en las evaluaciones de -salud física, logro , 2011]. emocional (Brooks-Gunn et al., 1997; Reading, 1997; Walker

48

Adolescentes en riesgo. Una mirada a partir de 13 resi1iencia

Resultados con respecto a la salud mental

2002]. Re.

La salud mental se entiende como un desenlace positivo, sinónimo de bienestar. Se

105 estreso

eonómico:

propone que esta condición se determina por un rango amplio de resultados 3 nivel

familias p: limitados ( como edac Sameroff ¡

individual, comunitario y social. Así, un grado bajo de salud mental contribuye 3 13 generación de problemas de salud y socioeconómicos, tales como una elevada morbimortalidad fisica, reducido logro educativo, escaso desempeño 13b0r31 y de

productividad, mayor incidencia de adicciones, alta criminalidad y baja cohesión

tempranas asocia a pc un riesgo 3 En Me

social y comunitaria [McCu11och & Goldie, 2010). Resulta preocupante que 13 salud mental no se distribuya en forma azarosa en 13 sociedad: quienes experimentan 105 mayores niveles de desventaja social también exhiben 105 niveles más bajos de salud mental. Esta inequidad significa que existe una distribución inequitativa de factores que 13 promueven o protegen y de aquellos en detrimento de 13 misma. En los países desarrollados, la relación entre inequidad

de 13 Ciud

Barcelata, riesgo psic.

en el ingreso y la prevalencia de trastornos menta]es está bien documentada [Goldie, D0wds, & O'Sullivan, 2014]; entre éstos, destaca EUA como un país de altos

delincuenc consideró : dres y cant

anterior es preocupante en paises como México que no sólo tiene altos índices de

de ESEB. T

ingresos, 31t3 inequidad y elevadas prevalencias de trastornos psiquiátricos, que contrasta con países como Japón que exhibe un bajo nivel de estos últimos factores. Lo

Se encontr:

pobreza sino desigualdad e inequidad socia] acentuadas, realidad que resulta inadmisible desde un punto de vista moral y éticº. Por otro lado, es impºrtante diferenciar 135 v3riab1es que median entre e1 con-

ción, aunq: trastornos &

Estudio 13t3, Villas:

texto distal [estatus socioeconómico] y 105 resultados infantiles y adolescentes. Es

resiliencia e

decir, 13 familia constituye el nive1 de salida de 13 estructura socioeconómica de un hogar. Así, se describen mecanismos intrafami1i3res con mayor prevalencia en los ambientes de pobreza tales como malestar emocional [depresión, irritabilidad, 13— bi1id3d emocional) y abuso de sustancias por parte de 105 padres; esti1os de crianza menos firmes, más punitivos e ínconsistentes; ambientes cada vez más caóticos, con

contextos e:

3 135 caracte

resultar útil La may:

EVIDENCIA EMPIRICA

Existe evidencia de la relación directa e indirecta entre factores económicos como

el ESE y el desarrollo de trastornos mentales en la adolescencia [Conger, & Conger,

… IAP¡nºAE-'

© Editorial EJ…anuaimdwno Fotocopiar sin autorización es un delito.

DEL RIESGO A LA PROTECCIÓN:

.E.I'_

de aprendizaje, así como menor disponibilidad e interacción verbal parental [Lie— berm3n, 2009; Walker, 2011 ]. Resu1t3 de interés eva1uar si el impacto deriva del ingreso per se o de otras condiciones familiares que concurren con la pobreza, tales como tender 3 ser familias monop3rentales, con bajo logro educativo, con ocupaciones poco c31ific3das, en situación de desempleo 0 subempleo. Los diversos factores socioeconómicos afectan 13 salud en diferentes momentos del curso vít31, operan 3 distintos niveles y 3 través de mecanismos causales diferenciales [Braveman et al., 2005]. De todos los compo— nentes del ESE, 13 educación de 105 padres, en particular de la madre, constituye el indicador más relevante; en especifico en EUA con frecuencia se considera un equiv31ente de dicho estatus.

e; ,… delibo

menos estimulación y rutinas regulares y con restricciones para las oportunidades

psicosocial : presencia de

conductas d: lescentes de

Con res] 105 adolesce1

313 escolaric

Íaridad que 1

[65%] de 105 son amas de como obrera atención que

sideradas int. reconstituida

¡ Algunos dato:

Capítulo 2. Rlesgo, pobreza y satud mental del 3do1escente

49

2002]. Resulta cierto que 105 niños y adolescentes que pertenecen 3 nive1es socioe-

conómicos más bajos o que atraviesan por crisis económicas son más reactivos a

:).

105 estresores medioambientales. La literatura muestra de manera reiterada que en familias pobres y, o de escasos recursos, los padres presentan patrones de crianza limitados o inadecuados y que éstos 3 su vez están asociados con algunos marcadores como edad y escolaridad de sus respectivos padres [Garmezy, 1993; Luthar 2006;

Í:ñimo de bienestar. Se .¡—Jio de resultados 3 nive1 ' :'ment31contribuye 3 .“es como una elevada

Sameroff & Rosenb3um, 2006]. La mayoria de e1los tuvieron hijos a edades muy

tempranas, 10 cual estuvo relacionado con reducida esco13ridad; ésta, 3 su vez, se asocia 3 pocas oportunidades de emp1eo y bajos ingresos por familia, 10 que implica

un riesgo acumulativo o multiplicativo. En México se reporta investigación con adolescentes de la zona metropolitana

rs:ent3ja socia1 también

de 13 Ciudad de México que viven en condiciones de pobreza [Altamirano, 2010; Barce13ta, 2011, Baree13ta & Lucio, 2012], re31izad3 en contextos considerados de riesgo psicosocial y marginación por su bajo nivel de desarr011o y 311105 niveles de delincuencia [CONAPO, 2011]. Entre los indicadores objetivos de 13 pobreza se consideró 31 ESEB y tomaron en cuenta la edad, esco13rid3d, ocupación de 105 padres y cantidad de dinero que éstos les daban diario 3 los adolescentes para gastar. Se encontró que cerca del 71% de 105 jóvenes presentaron más de tres indicadores

:i:_:1 significa que existe f:rotegen y de 3que11os

lación entre inequidad

¡¡ t:":

de ESEB. También se observó relación entre éste y presencia o ausencia de adapta-

ción, aunque no se encontró asociación entre percepción de pobreza y presencia de

1de que resu1t3 inad-

' ºs»:

u_e median entre el con:.:iles y adolescentes. Es -—¡3áocioeconómic3 de un — ...::… prev31encia en 105

trastornos emocionales [Barcelat3, 2011]. Estudios más recientes' enmarcados en el proyecto PAPIIT IN303512 [Barce13t3, Villaseñor, Lucio et al., 2012-2013] sobre factores de riesgo, protección y resiliencia en condiciones de adversidad económica con grupos de adolescentes de contextos escolares y clínicos de 13 3 21 años, muestran algunos datos relacionados 3 las características sociodemográfícas de 105 adolescentes y sus familias que podrían

:)Eesión, irritabi1id3d, 13-

resultar útiles para la planeación de acciones de salud mental.

dres; esti1os de crianza

La mayor parte de 105 estudios consideran que el ESEB y las condiciones riesgo psicosocial que viven los 3d01escentes representan un riesgo por su relación con la

--!:,o per se o de otras con—

…—':_fv'_o tender 3 ser familias

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-_-p3r3 135 oportunidades qnverb31 parental [Lie—

© Editorial El Manual Moderno Fotocopiar sin amoñzadón &; un delito.

favez más caóticos, con

presencia de trastornos de salud mental [Ga1án, 2013], así como un aumento de conductas de riesgo (Armenta, 2014] y rasgos premórbidos de person31idad en ado-

1e5ceutes de muestras escolares [Luna, 2013]. Con respecto a 135 familias, se observa que la mayoría [84%] de 105 padres de los adolescentes son jóvenes, con un rango de edad entre 30 y 45 años. En cuanto 3 la escolaridad se observa que el padre tiende 3 presentar un mayor grado de escolaridad que la madre y que la mayoria sólo cursó 13 secundaria. Un alto porcentaje [65%] de 105 padres son obreros y emp1e3dos, y 3 pesar de que 50% de 135 madres son armas de casa, un número importante de éstas [30%] trabaja fuera de su hogar

como obreras o empleadas [23%] y como 3f3n3doras domésticas [8%.]. Llama 13

atención que cerca de1 50% de 135 familias de los adolescentes son nucleares y con— sider3das intactas; 28% son monop3rent31es; 15%, extensas, mientras que 8% son reconstituidas. Otro dato importante es que en e1 28% de 105 hogares el ingreso

' Algunos datos son descritos en capítulos posteriores.

50

Adolescentes en riesgo. Una mirada 3 partir de Ia resí!ienci3

proviene de ambos padres, aunque en casi 50% el principal proveedor todavía es el padre. Todos estos indi<:3dores del ESEB resultaron significativos para medir el riesgo en términos

y de razona:

ten, Garme: significativa

de pobreza y poder identificar a aquellos adole scentes que, 3 pesar de la adversidad económica, mostraron adaptación , por 10 que fueron considerados resilientes.

social y con-

En dichos estudios, variables psicológicas como el afrontamiento evitativ0 o disfunciona1 se relacionó

Smith, 1992 Aunque de marginac

con mayor número de conductas internaíizadas y externa— lizadas [Armenta, 2014]. Algunos rasgos de personalidad como ansiedad, depresión, comportamiento antisocial y dificultades de contención emociona] [Barce13ta et al., 2013," Barce13t3, Luna et al., 2013] se consi deraron factores de riesgo asociados a 13 pobreza, 10 cual se pudo comprobar 3 travé s de la comparación de adolescentes resilientes y no resilientes.

estudios pre de person31i

ambientes (1

contención :

10 cual imp1: so y respons [Barce13t3 et

Asimismo variables familiares como baja comu nicación y

alto conf1icto, así como percepción de apoyo familiar [Barce13ta , Granados & Ramírez, 2013], junto con las prácticas parent31es pueden ser un factor de riesgo que se asocia 3 la capa-

cidad de adaptación de los adolescentes [Hernánd ez, 2014]. De

característic: con riesgo su

manera consistente con 13 literatura [Brooks-Gunn et al., 1997; Conger & Conger, 2002, Plunkett et al., 1999], los datos muestran el riesgo laten te que representa vivir en contextos de marginación económica y su efecto potencial para la presencia () experimentación

sivid3d, baja de personalic 13 autoestima tes de m31tr3

de sucesos vitales adversos no normativos como episodios de

depresión, abuso de consumo de alcohol, pérdida del empleo del padre, disminución de 105 ingresos [Barce13ta, Granados & Armenta, 2013]. Asimismo, se observó re13ción entre el afrontamiento adolescente y parental, 10 cual evidencia la importancia que tienen 105 padres en los mecanismos de adaptación de1 adolescente [Molina, 2013]. Estos datos parecen ref1ej3r13inf1uenciaindir ecta de algunos aspectos m3cr0es-

de control y

en 3dolescem E1 afront;

cuente asocia nómica y que tación. Hay :

tructur31es, que impactan por ejemplo 31 mercado labora] en

]. Internos: el temperamento y la personalid ad. C3r3cterísticas como autoconfianza, sociabi1id3d, responsabilidad, que en conjunto se denominó orientación social positiva y locus de contro1 inter no, así como un temperamento “fác11”, afectuoso y soci3b1e, con tendencia 3 buscar apoyo y en general con

habilidades psicosociales como la empatía contribuye ron 3 la resiliencia. 2. Externos: de índole familiar en especiai, entre 105 y f1exibilidad familiar.

que destacaron la cohesión

Entre 105 factores personales de 105 3d01escentes resilientes en conte

xtos de pobreza y ESEB se reporta 13 capacidad inte1ectua1 () IQ, así como habilidades de lenguaje

© Editon'a! Elmanua! Moderno Fotocopiar sin autorización es un delito.

Werner y Smith [1992] en su estud

io sobre resiliencia ante eventos adversos, en particu13r con poblaciones en condiciones de pobreza, identificaron la existencia de dos grupºs de factores protectores:

consideradas

ción de prob1

© Editorial El Manual Moderno Fotompia r)sin au !nrización es un delito.

31 cual muchas madres han tenido que insertarse, afectando 3 su vez 61 funcionamiento familiar 3 10 cual no todos los adolescentes y sus familias se han podido adaptar de manera positiva. " “'"—'a? Por otra parte, 131iter3tura también muestra que no todos 105 adolescentes presentan resu1t3dos desad3pt3dos en contextos de pobreza. Se reconoce que aquellos que escapan a los efectos adversos de la pobr eza presentan una combinación de factores de naturaleza biológica y psicosocial que los protegen de dichos efectos y los vuelve resistentes o resilientes.

por 10 que re: otras variable cente de amb al., 2012; Bar Otros est1

municación, ?.

la resiliencia ?

de calle, que

Oudhof van B Por otra p

13 familia tam

aunque el apc

que investigar

factor de ríesg caracterizadas de conductas i blemáticas ubi México [Herné

'—___F—_"—F_'L— r—_H

Capítqu 2. Riesgo, pobreza y salud mental del 3do1escente roveedor todavia es el vosp3r3 medir el ries-

51

y de razonamiento superiores en comparación con otros niños y 3d01escentes [Mas—

ten, Garmezy et al., 1998]. La presencia de una fuerte relación con una persona significativa se menciona como otro factor protector en ambientes de depriv3ción social y condiciones de pobreza [Barrera & Prelow, 2000; Rutter, 2002; Werner &

Smith, 1992).

Aunque en México 13 investigación en resiliencia con ado1escentes de ambientes

' ntamíento evit3tivo ()

:. nternalizadas y externa" (: ansiedad, depresión, u:ciona1[Barce1at3 et al.,

de marginación y pobreza es bastante escasa, los resu1t3dos son consistentes con los estudios previos mencionados. Algunas investigaciones muestran que algunos rasgos

de personalidad, evaluados con el MMPI-A, pueden proteger al joven que vive en ambientes de riesgo psicosocial. Entre dichas características están la capacidad de contención de impuísos, menor nivel de inmadurez, mayor interés en 135 personas; 10 cu31 implica mayor empatía, tendencia 3 13 extroversión, sentido de compromiso y responsabilidad, así como menos dificu1t3des para el manejo de la autoridad [Barcelata et al., 2013]. Arenas, Lucio y colaboradores [2012] también observaron características similares en adolescentes resilientes de ambientes de presión social

.:'nf”5 de riesgo asociados 3

"¿ración de adolescentes

ón y 31t0 conf11cto, asi Ramírez, 2013], junto

)que se asocia 3 13 capa-

1 ' De manera consistente

con riesgo suicida, quienes mostraron menores puntuaciones en inmadurez, impu1-

. nger, 2002, P1unkett er

sivid3d, baja autoestima, ansiedad y depresión. Otros estudios confirman que rasgos de personalidad "robusta” o “resistente" como control, compromiso y reto, así como la autoestima se relacionan con 13 resiliencia en niños y adolescentes con antecedentes de m31tr3to [González-Arrati3, Fonseca et al., 2011]; y que el optimismo, 10035 de control y el afrontamiento activo son características asociadas con 13 resiliencia

en adolescentes escolares [González-Arrati3 & Valdez, 2013]. El afrontamiento también es un factor considerado como protector por su fre-

-como un temperamento

r3poyo1 y en general con yer0n 313 resiliencia.

Í)ueedest3c3ron 13 cohesión =_s en contextos de pobreza

L…__

iohabi11dades de lenguaje

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erísticas como autocon-

_ñto se denominó orienta—

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) nte eventos adversos, en tifíc3ron 13 existencia de

© Editoriaí El manual Memo Fuloooniar sm aumrizzdón es un delt(o.

Se reconoce que aquellos

_t3ri una combinación de fu1_egen de dichos efectos y

© Editorial El Manuai Modem Fotocopiar sin autorízación s un delito.

miento familí3r a 10 cual ,pt3r de manera positiva. q'1tiosos 3do1eseentes pre—

cente de ambientes de adversidad económica [Barce13t3, 2011; Barce13t3, Durán e:

al., 2012; Barce13t3 & Lucio, 2012]. Otros estudios también reportan que variables familiares como expresión, co— municación, unión () cohesión y bajo conf1ict0, son factores que se relacionan con

13 resiíiencia tanto en el caso de adolescentes pequeños infractores y en situación de cal1e, que viven en contextos de riesgo psicosocí31 [González-Arratia, Valdez, Oudhof van Barneve1d et al., 2012].

Por otra parte la percepción del apoyo social, en particular el que proviene de 13 familia también se asoció con buen funcionamiento fami1iar [Ramírez, 2013],

aunque el apoyo de 105 amigos también resultó importante; sin embargo, habría que investigar más ya que de acuerdo al contextº también puede convertirse en un factor de riesgo [Ramírez, Barce13t3 et al., 2013]. También 135 prácticas de crianza caracterizadas por c31idez y buena comunicación, se asociaron 3 menor presencia de conductas internalizadas y externalizadas en 3do1escentes de escuelas multiprob1emáticas ubicadas en zonas de riesgo de'13 zona metropolitana de 13 Ciudad de

México [Hernández, 2014].

.

:: el cual muchas madres

cuente asociación con 13 resiliencia ante situaciones de pobreza o adversidad económica y que éste tiende 3 ser un moderador entre la pobreza o el ESEB y 13 adaptación. Hay estudios que muestran evidencia de que estrategias de afrontamiento consideradas funcionales o productivas, como la búsqueda de apoyo social, 13 solu— ción de problemas y la distracción tienen una inf1uenci3 positiva en 13 adaptación, por 10 que resulta ser el princip31 y más fuerte predictor de la resiliencia, junto con otras variables familiares como e1 apoyo familiar percibido que protege 31 adoles-

'-6:=_—r3m.=_'==.-—a==wt—n£v A=——.—

igunos aspectos m3croes—

En fechas recientes, W31ker [201 1] destacó 31 v31or protector de 13 lactancia y, en particular el de 13 educación materna en 13 crianza de los hijos. Este componente

Lo anterior

¡

es un fenómeno' có':.i

se identificará como uno de 105 re1ev3ntes en 105 programas de interve nción 3 favor de la resiliencia que se discutirán en 31 último capítulo.

cual e1 ingreso ecorit conveniente conside

combinación de alga

tiva, como le sugiere

,-—

PROGRAMAS DE ABATIMIENTO DE LA POBREZA EN AMERICA LATINA

configuración y diná

.ngr

Los resultados de las evaluaciones de programas de educac ión y cuidados de la primera infancia [ECP1] en América Latina [AL] [Treviño, Toledo et al., 2011] repºrtan un efecto positivo de éstos en e1desarr0110indivi du31, cuyos resultados

entender el valor de por 10 que 3 pesar d subjetiva de 135 con

se expresan en distintas dimensiones 3 10 13rg0 de 13 vida de1 niño, con efectos

moderados que son más 3eentu3dos mientras más vulnerable es e1 grupo tratado. Es difícil extrapolar los hallazgos de otros programas de intervención respecto 3 105 resu1t3dos de1 desarrollo cognoscitivo, socioemocion 31 y de participación en el sistema educacional ya que no pueden compar arse con faci1idad por 135

socioeconómicos qu

de pobreza y 105 res-

La niñez y adolparticular en aquell sentido, la UNICEF urbano cada vez con ofrece 13 vida urban vas. Sin embargo, sc pese 3 tener1os cerc¡ trabajar en condicion en 135 comunidades j 105 cu31es se b353n13

diferentes características de cada intervención. Los programas en América Latí-

n3 tienen un destacado componente nutricional y de 531ud, con baja cobertura para 13 población de 0 3 3 años. Los programas de transf erencias en efectivo se han implementado en México, por ejemplo 3 partir del llamado Programa Oportunidades [Fern31d, Gert1er et al., 2008] y documentan efectos positivos 3 corto plazo en 105 resultados del desarrol1o descrito y 3 mediano y largo plazo en el rendimiento académico. Es un tipo de p01ític3 púinc 3 dirigida 313 primera infancia bajo diseño experimental. El programa ejempl ifica cómo los niños son con

La pobreza impone una adversidad no sólo entre nacio nes o entre habitantes de un mismo país, sino que tiene un origen en la inequidad biológica y psicosocial impuesta en forma temprana eindividu31en e1recién nacido . Aún antes de nacer, 31 infante en pobreza se le prescribe una agenda social; esto resulta inaceptable para cualquier sociedad que reconozca los primeros años de_vid3 como e1 sustento y la clave de una vida plena y productiva en el niño tanto comº 631 progreso de una nación [UNICEF,

2014).

personas oculta la pc

-:vw-1—w—;.»_

:.—-

carencias graves siga

© Editada! E! ¡Hanna! moderno Fotocopiar sin autorización a un delito.

CONCLUSIONES

© Editorial El Manual Moderno Futooopiar sin an.norizacián es un delito.

dad”, bajo un enfoque holístieo [Vi113rre31, 2009].

situación. Debido 3

--. ¿

frecuencia e1f0co de inversión del c3pit31 humano en 105 programas de

3133timiento de 13 pobreza, con 13 intención de d3r1es herram ientas para romper 13 transferencia intergener3cion31 de esta condición [Sen 1999, citado por Fern31d 2008]. No obstante, se señala que 13 repercusión de este programa en México en el desarrollo cognitivo ha sido muy baja en 105 niños más pobres. E1progr3m3 se ha visto limitado en 13 medida que no ha impactado en 13 calidad de 135 escuelas y en 13 generación de "capita1 humano desde dentro de 13 familia, 13 escue13 y 13 comuni

Conger, 2002, Same Signific3r 13 pol cuando se tome en : factores dist31es corr

urgentes para elimin:

menos favorecidas [1

Lo anterior conil var 3 cabo acciones d

el propio adolescent—

en general. Si bien n que viven muchos jc' 11ev3r acciones de 531 como el afrontamien 31 3d01e5cente y su fa la pobreza. Urgen medidas d chos humanos, entre no en el cual se recor sin duda, el factor de mas de salud de131ni

Capítulo 2. Riesgo. pobreza y 53… mental del adolescente

53

Lo anterior parece reforzar la idea de que 13 pobreza al igual que la resiliencia, es un fenómeno comp1ejo mu1tidimensiona1 [Bo1tvinik, 2004: Va1dini. 2001) de! cual el ingreso económico podría ser sólo uno entre varios indicadores. Resulta más

tarde 13 13ct3ncia y,

Este componente tervención 3 favor

conveniente considerar 31 ESEB asociado a 13 pobreza y traducir13 en términos de 13

combinación de algunos indicadores de1 nivel socioeconómico y la valoración subjetiva, como 10 sugieren los estudios sobre desarrollo infantil y adolescente [Conger & Conger, 2002, Sameroff & Rosenbaum, 2006].

Significar la pobreza como un riesgo distal [Rutter, 2003] es úti1 siempre y

cuando se tome en cuenta que puede variar en función de su interacción con otros

factores dist31es como 13 cu1tur3 y de 13 combinación de factores proxim31es como la configuración y dinámica f3mi113r, así como 13 percepción del entorno. Esto permite entender el valor de cada factor asociado 3 13 pobreza en e1 desen13ce adolescente, por 10 que 3 pesar de que se reconoce el papel prioritario que asume la valoración subjetiva de las condiciones económicas, también resultan útiles otros indicadores

ción y cuidados de 13

¿.To1edo et al., 2011]

1131, cuyos resultados

…. del niño, con efectos

socioeconómicos que parecen proporcionar más información sobre las condiciones

' 'es el grupo tratado.

de pobreza y 105 resultados 3do1escentes.

tervención respecto

bres. E1progr3m3 se _ 11:13:71 de 135 escue135 Í_Fami1ia, 13 escue13 y 13

entre habitantes de un ¡ “psicosocia1 impuestes de nacer, 31inf3nte ept3b1e para cualquier u'stento y 13 c13ve de una e una nación [UNICEF,

.'C

v35. Sin embargo, son innumerables 105 (23505 que carecen delservicios esenciales,

pese 3 tenerlos cerca, dado que en lugar de asistir 3 la escuela, se ven obligados 3 trabajar en condiciones de peligro y explotación. L35 penurias que sufren los niños en 135 comunidades pobres suelen quedar ocultas por los promedios estadísticos en 105 cuales se basan las decisiones sobre asignación de recursos, 10 que perpetúa esta situación. Debido 3 que dichos datos no hacen distinciones, la riqueza de algunas personas oculta 13 pobreza de otras y esto lleva 3 que niños y niñas que ya padecen © Editorial El manual moderna Fotocopiar sin autorización a un delito

'rogr3m3 en México en

La niñez y adolescencia vislumbra… un escenario dificil en muchos países, en particular en aquellos con mayor desventaja y desigu31d3d como México. En este sentido, 13 UNICEF [2012] 5eñ313 que 13 experiencia infantil ocurre en el medio urbano cada vez con mayor frecuencia y muchos niños disfrutan de 135 ventajas que ofrece 13 vida urbana, como educación, servicios médicos e instalaciones recreati—

© Editorial El Manual!floderna Fotocopia: sin autorización es un delito.

n':1y de participación en faci1id3d por 135 .“;I-ma._s en América Latí:1 con baja cobertura rencias en efectivo 113rn3d0 Programa an efectos positivos 3 3:11:30 y 13rgo plazo irigid3 313 primera 3:73…) 105 niños son osprogr3m35 de 3133— ent35 para romper la '99, citado por Fern31d

carencias graves sigan privados de acceso 3 servicios esenciales y propone medidas

urgentes para eliminar 105 obstáculos que atentan contra 13 inc1usión de 135 personas menos favorecidas [UNICEF, 2012].

Lo anterior conlleva un reto ine1udib1e para el equipo de salud que obliga 3 He— var 3 cabo acciones de salud ment31 en diferentes niveles que implican el trabajo con e1 propio 3do1escente, 13 fami1i3, 13 escuela, 105 grupos de refereneia y 13 sociedad

en general. Si bien no se puede cambiar por completo la situación de marginación

que viven muchos jóvenes, derivada de aspectos m3croestructur31es, sí se pueden

llevar acciones de salud integral que promuevan entre otras habilidades para 13 vida

como el afrontamiento () 13 búsqueda de apoyo social productivo que 185 permitan al adolescente y su familia enfrentar con éxito las condiciones de riesgo que impone la pobreza.

Urgen medidas de sectores múltiples [salud, educación, desarrollo social, dere-

chos humanos, entre otros] que part3n de un enfoque integral del desarrollo humano en el cual se reconozca el efecto deletéreo biológico y psicosocí31 de la pobreza, sin duda, el factor de riesgo más extendido, penetrante e “invisible” en 105 progra— mas de salud de 13 infancia y la adolescencia.

90

Adolescentes en riesgo. Una mirada 3 parti r de 13 resiliencia

entre el apoyo social percibido de 13 familia y de 105 amigos con el optimismo, el apego seguro, 13 satisfacción vital y 13 satisfacci ón con el apoyo social. Dentro de la escuela, el clima que se vive en dicho entorno inf1uye en 105 ado-

ciben atenció

escolar, de 53 que conciern

lescentes para que encuentren amistade s y personas significat

ivas [Estévez, Murgui et al., 2008]. A partir de e11o hay que consi derar, entonces, con qué tipo de familia vive el adolescente, si es monop3rent31, compuesta por ambos padres, nuc1ear, extensa, o si en 13 dinámica f3mi1i3r inf1uyen otras personas, como parientes, amigos,

se tiene may

Otro aspecto relacionado con 31 medio e5c01 3r es que el desempeño académico de 105 adolescentes depende en gran medida de 135 tareas encomendadas en 31 3u13 [Patrick, Ryan et al., 2007], por 10 que un factor sociodemográñco 3 considerar es si 105 jóvenes acuden 3 la escuela y de ser así, qué tanto apoyo experimentan por parte de sus profesores y compañeros, sobre todo en cuanto 3 tareas que son retos como discutir sobre un tema, presentar en púb1ico 31gún tema o exponer sus dudas en clase. De form a genera], 105 adolescentes, según sus ante cedentes de apoyo familiar, pueden consi derar que e1 ambiente esco]ar sea justo o no, de 10 que entonces se deriva una atención o indiferencia hacia 105 estudios, o 13 actit ud que se tome con figuras de autoridad dentro del plantel como 105 profesores, prefe ctos o directivos [Estévez, Murgui et al., 2007]. Otro aspecto relacionado con 135 tarea s escolares y 3 veces 13bora1es es e1 hech o de tener apoyo material () instrumental y cuá1 es el manejo de la información que realiza e1 3do1e5cente ya que es importan te para e1 desempeño académico cont ar con un equipo de cómputo, en cu31quie r3 de sus modalidades, que tenga acce so 3 internet En dicho entorno cibernétic o 105 adolescentes se encuentran inme rsos en el uso de las redes sociales, ya sea para re13cionarse con amigos, con0cer 3 otras personas, reencontrarse con otros círcu los de amigos del pasado, con parientes e inc1uso11ev3r 3 cabo relaciones amorosas por ese medio. Esto ha generado e1int erés de conocer que tanto beneficia el uso de 135 redes soci31es en el ámbito psicológico o qué nivel de satisfacción tienen 105 3d01escentes con 135 re13ciones sociales que experimentan 3 través de la red [Fuen te, Herrero & Gracia, 2010], por medi o de chat, mensajes privados, foros, o pub1ic3c íones en muros. 2 A partir del desarr011o de variables demo gráficas como género, edad, e5c013ri- 3 r: dad, uso de la computadora, entre otros , puede observarse cómo es 13 percepci ón 111I: social de 105 adolescentes. De forma gradual se han elaborado investigaciones e '5 instrumentos que permiten ev31u3r 13 percepción del apoyo 50ci31 en diferentes contextos :) circunstancias; sin embargo, 3 13 familia y 13 escuela como contextos más iv:¡ inmediatos serán indispensables para eval uar qué tan significativo es el apoyo socia l :.º en los adolescentes para e1 progreso de su autoestima, afrontamiento 3 situacione s estresantes () conductas de riesgo.

asuntos íntin tienen una re

que ésta es 12 de los hijos d mediante alg

vecinos, tutores, entre otros.

demostraciór o club en su ' Por otro

cuentr3n en 5

10 que 31 no v

o un vecind3: tores [Ménde una investiga

que fueron ac

3que1105 que tores prop0m tutores y figu nuevo estilo ( ha en ocasion

primer grupo tiempo prove

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Folcoopi3r sin autorización es un delito.

riesgosas com

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E

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En cuanto 3 10 psico1ógico se refiere, 13 percepción de 3poy0'socia1se d3 3 travé s de persºnas, de manera independiente 3 su grado de cercanía. En adolescentes que re-

%:

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© Editorial

ASPECTOS PSICOSOCIALES EN LA PERCEPCIÓN DE APOYO SOCIAL EN ADOLESCENT ES

¡"|ua! moderno

D.

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Dentro y 1 13 cantidad de 1e5centes, t31 : el novio o no: guía espiritual 13 satisfacción

con 13 percep:

adolescentes c de apoyo cua:

terna. Tanto e

conf1ictos con

con éstas se to Musitu y l

en 105 3do1esce no todos cuent

tos normativos,

ofrecido por par

perciben 105 pare

m3n tienen una p:

;siliencia

Capítulo 4. Percepción de apoyo social en adolescentes

º_us con 61 optimismo, el -I'byo socí31.

cíben atención psicológica se ha explorado la relación de las áreas famíIiar, personal, escolar, de sa1ud, social y sexua1 con factores de riesgo y protección psicosouíd. E1110 que concierne 3 la percepción de apoyo socia l, en ambos sexos la madre es con quien se tiene mayo

-pmo influye en 105 ado— c____3tivas [Estévez, Murgui

r comunicación, 3 diferencia de 13 que se mantiene con el padre, ya que ésta es 13 que 13 mayor parte de 135 ocasiones 8113 es 13 encargada de los asun tos

¡con qué tipo de famiÍía 'í1)05p£1df65, nuclear, ex-

de los hijos dentro de 13 casa y 3 nivel escol ar. Las mujeres perc

iben el apoyo sociai mediante alguna amiga en quien pued an confiar, compartir sus intereses y expresar asun

70mo parientes, amigos,

tos íntimos, aunque este no es así con los hombres, ya que por 10 gener31 éstos

esempeño académico de "yendadas en el 3u13 [Pa'3Írco 3 considerar es si 105

demostración de afecto es poca, sobre todo si participan en algún equipo depo rtivo o club en su vecindario [Barce13ta, Durá n & Lucio, 2004].

Por otro lado, hay que considerar que hay adolescentes infractores que se en—

tores (Méndez & Barra, 2008). Por su part e Bravo y Fern

-f, Murgui eta.1., 2007).

es13bora1es es el hecho

31: de 13 información que .'_'eño académico contar Wadesy que tenga acceso '_ encuentran inmersos ámigos, conocer a otras

353d0, con parientes & ¡¿ha generado (31 interés 31 ámbito psíco1ógi€o

.íelaciones sociales que

u¡3tivo es 31 apoyo socia1 ¿amiento 3 situaciones

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CEPCIÓN

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-'F. 2010], por medio de

género¡ edad, esco13ri— Ícómo es 13 percepción riado investigaciones ¿"050031 en diferentes

91

ández (2003] desarro113ron una investigación, tanto 3 nivel secu ndaria como de bachi1ler3to, con adol escentes que fueron acogidos en residencias de protección y realizaron una comparac ión con aquellos que vivían con sus respectivas familias. Con base en sus resu1t3dos, 105 3ut0res proponen que cuando 105 adolesce ntes son adoptados, quienes 11eg3n 3 ser sus tutores y figuras de apoyo les ofrecerá n 105 elementos necesarios para enfrenta r su nuevo estilo de vida, ya que los jovenes que desde pequeños han vivido con su fami1i3 en ocasiones perciben apoyo social en niveles muy bajos. Por 10 tanto, ésta, como primer grupo en el que todo individu o se desenvuelve, permite mediar y al mismo tiempo proveer recursos emoc1on31es y mate riales; aunque 3 13 vez, éstos pueden proteger () poner en riesgº 3 105 adol escentes, en este caso, de cometer cond uctas riesgosas como consumir sustancias adict ivas, delinquir, entre otras. Dentro y fuera de 13 familia, la presenci a o ausencia de determinadas personas o 13 cantidad de las mismas, pueden impa ctar en e] desarro110 psicosocial de 105 ado— guía espiritual. A1 respecto Jiménez, Musi tu y Murgui [2005) han demostrado que la satisfacción que se tenga del ambiente familiar se relaciona de manera positiva con la percepción

de apoyo social. Personas que inte

ractúan con 13 familia de los adolescentes como 61 novio o novia, 105 amigos y compañeros de escuela son fuen te de apoyo cuando se enfrentan problema s familiares, sobre todo con la figura paterna. Tanto en 13 adolescencia temprana como en la adolescencia tardía se tien en conf11'ctos con figuras de autoridad, y conforme los adolescentes crecen 13 rela ción con éstas se torna menos significativa en 13 m3yorí3 de los

casºs. Musitu y Cava [2003) por su parte, anal izaron 13 evolución del apoyo social en 105 3d01escentes que viven con ambos padres, debido 3 que 31 inicio de 13 etapa no todos cuentan con el mismo apoyo, de ahí 13 forma en que se adapten 3 eventos normativos, no normativos y estresante s propios de su edad; aunado 3 que el ofrecido por parte de 105 padres disminuy e y es visto de manera similar tal como 10 perciben los pares, que también tienen difer encias con sus progenitores. Los padres mantienen una preocupación por sus hijos debido a que en su mayoría se les consi -

. %i¿? 7

51

“1

92

Adolescentes en ríesgo. Una mirada a partir de Ia resi11enci3

Capítulo 4

dera inmaduros, se crean expectativas sobre ellos como continuar con sus estudios,

medios electrónicos, pero

3

independizarse y formar quizá su propia familia.

(*1í3 [Eastina & LaRose, 20

Los adolescentes construyen sus vínculos de apoyo 31 relacionarse con otras personas, mismas que conllevan un prestigio y un v31or otorgado que se manifiesta

Por último, se tiene q

nos soci31es en donde se ¡ una parte aquélla íncu1ca*

en e1 hecho de permanecer en un grupo o equipo de pares o amigos; aunque, en otro extremo también pueden experimentar agresiones. La exclusión forma parte en 13 búsqueda de 13 reputación social, ya que se desenvuelve 31 mismo tiempo que 13 agresión relacional; por su parte las víctimas experimentan soledad y poca

resultados de sus hijos ade

familias de otros adolesce de vida de su entorno fam sociedad en general para f propias. En ambos extrem ría en grados, pero tambié1 analizar el apoyo socí31jur

satisfacción vit31 [Bue1g3, Musítu et al., 2009). Durante la adolescencia la violencia verb31 es de 10 más común, la cual surte efectos negativos en la autoestima, por 10

que tienden 3 vivir con ánimo depresivo. Es 13ment3ble que esto se torne cotidiano

y norma1 como forma de "prueba” para integrarse 3 un grupo [Cava, Bue1g3 et al., 2010]. Por tanto, es necesario que profesionales de 13 salud mental y del ámbito

poco 3 poco se ha amplíad pero en 10 que sí hay cons que coadyuva con otros co

educativo promuevan valores, hábitos y costumbres que 31ejen 3 105 adolesce ntes de la violencia de t31 forma que se proporcionen herramientas asertivas y efectivas ante

conductas violentas por parte de otras personas. Es por e11o que Villarroe l [2010] marca que 135 personas que generan un ambiente acogedor y respetuo so en el aula, 31 mismo tiempo promueven el aprendizaje académico de los adolesce ntes. Esto se resume en que si 105 docentes se conectan 3 nivel emocional con sus alumnos a 13 vez estímu13n la creatividad para asumir 105 contenidos propuest ºs en el plan de estudios (Turpeinein, 2007). I¡í'º' A1 comienzo de toda relación de los adolescentes con sus pares, realizan una especie de "ensayo” de apoyo social que no siempre tiene éxito, pero su red mejo-

vo para 13 re5í1ienci3.

APOYO SOCIAL] EN RIESGO: ANA FAMILIA Y CONT

!

ra en cuestión de solidez conforme aumenta su edad [Gracia, Herrero & Musitu,

1escentes 1es correspondan con obediencia (Grinder, 2008]. Esto podría ser una situación adversa para 105 jóvenes, pues toda la dinámica familiar cambia e incluso éstos dejan de habitar en su propia casa para estar cerca de 105 familiares 0 personas que cuidan de e1105. Esto se sustenta en que 13 adversidad y 13 vulnerabilidad en 105 adolescentes puede padecerse tanto dentro como fuera, con o sin f3rnílía,y que el apoyº inf1uye para su desarrollo psicosocial [Barce13t3, 2011]. Sin embargo , otro medio por el cual 105 adolescentes amplían sus relaciones sociales es 13 Internet, ya sea en redes Sociales corno Facebook, Twitter 0 53135 de chat, así como foros de díseusíón 0 blogs de sus artistas favoritos, intereses académicos, gustos; entre otros similares. No hay datos exactos de 13 forma en que se percibe apoyo social desde 105

riesgo y protección en cont

…:..U

Uno de los objetivos 1

© Editada! EI Manual Moderna Fotocopiar sin aular'zación es un delito.

aspectos como la migración han provdc3do que en ocasiones 105 hijos se queden 3 cargo de otros familiares como tíos () 3bue1os, por 10 que se espera que 105 ado—

A continuación se reseñan 505 grupos de adolescentes psícosoci31, 105 cuales accec

© £duo_.—i—l £: … (mam a Fotomp¿ar sin autorización es un delihn

2002). Un antecedente de 105 amigos íntimos son 105 hermanos, pues con e1105 se goza de complicidad, apoyo y socialización, sobre todo cuando hay enfrent amiento con 105 padres. Los 3d01e53entes “tempranos” o más jóvenes tienen 13 creencia de que sus amigos deben ser iguales a ellos, es como un tipo de “narcicísmo” ya que se ven ref1ej3dos en sus amistades [González, 2004) en cuanto 3 intereses, gustos 0 ideas se refiere. Por otra parte, la estructura familiar se vincula con la división de1 trabajo, 135 responsabilid3des de cada uno de sus integrantes, la distribución de la autorid ad, 13 toma de decisiones, 135 formas de comunicación y la expresión de apoyo emotivo. En este sentido, 135 familias mexicanas han sufrido modificaciones, ya que otros

los 3do1escente5 en su f3mi partir de su sexo (hombre o tardía], y el tipo de fam

reconstituida). Además se urbano y del medio rural.

Se realizó una inve5tígs

Hernández et al., 2010). El res de 13 3 18 años de edac

11er3t05 públicos de la zona de acuerdo 31 INEGI (2010 parte de esta investigación Oaxaca, cuyos resultados 5 conforme 3 la etapa de 13 3d 13 3 15 años de edad y tard ___—___— ' Evaluación de factores de 7135.53 familias [PAPHT IN303512-2

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