Viernes 11 de Julio de 2003 Actualidad científica > Artículos Consultorio de atención primaria Abuso de alcohol y drogas La mejor prueba de screening es la que el médico está acostumbrado a utilizar y es aconsejable que siempre utilice la misma. Dr. Mersy DJ. Desarrollo (Health Partners Spring Lake Park Clinic, Spring Lake Park, Minnesota. Department of Family and Community Medicine Education at Albany Medical College, Albany, NewYork. ) El 10% de la población estadounidense, dicen los autores, abusa de las drogas o el alcohol, y el 20% de los pacientes atendidos por los médicos de familia tienen problemas con el abuso de drogas, excluyendo el tabaco. Estos pacientes pueden identificarse mediante la realización de un screening regular o un índice elevado de sospecha basado en signos de alarma ("banderas rojas") que pueden ser notados en situaciones clínicas diversas. El cuestionario CAGE modificado es un excelente modelo de screening, pero hay otras alternativas. Los indicadores de laboratorio como la gamma-glutamil transpeptidasa, el volumen corpuscular medio y la transferrina con deficiencia de carbohidratos son inespecíficos, pero pueden agregar evidencia de abuso de alcohol. Según los autores, si se diagnostica un consumo de alcohol problemático, a veces puede ser útil un consejo breve del médico. Si el problema ha progresado hasta la adicción, se recomienda derivar al paciente a un especialista en adicciones o a un centro terapéutico especializado. Los problemas especiales surgen cuando se trata de adolescentes, ancianos y pacientes con enfermedades mentales, pero el médico de familia puede representar un papel importante en el reconocimiento de este problema común. El abuso se drogas, definido como el uso problemático de alcohol, tabaco o drogas ilícitas, ha sido denominado el problema de salud nacional número 1 (en los Estados Unidos). El costo para la sociedad, dicen los autores, es enorme; el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism calcula que es el responsable de 100.000 muertes por año, con un costo anual de 100.000 millones de dólares. Definiciones Desde 1956, el alcoholismo es reconocido como enfermedad por la American Medical Association. Las primeras ediciones del American Psychiatric Association's Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM) requerían la presencia de tolerancia o síntomas de abstinencia para hacer el diagnóstico de dependencia al alcohol o drogas. Sin embargo, en la cuarta edición de esa publicación, los requerimientos aumentaron hasta la falta de control y la imposibilidad de abstenerse del uso de alcohol y drogas a pesar de tener evidencias de los problemas que eso causa.
Un abordaje práctico para el médico de familia es definir la adicción como el uso continuado de sustancias químicas que alteran el humor a pesar de la contraindicación médica o social. Según los autores, esta definición es útil porque los médicos no tienen que tener en cuenta la cantidad de alcohol o drogas que el paciente consume. La distinción entre adicción y uso indebido tiene una importancia particular. El bebedor problemático puede haber tenido todavía un diagnóstico médico o social de relación problemática con el alcohol o las drogas debido a que todavía no muestra una pérdida de control importante. Los pacientes drogadictos continúan usando alcohol o drogas a pesar de sus consecuencias negativas, tienen compulsión a continuar su consumo y niegan los efectos que se producen sobre ellos y los demás. Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Editora Responsable de Medicina Interna de Intramed. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la Universidad de Buenos Aires Consultorio de atención primaria Abuso de alcohol y drogas Abordaje del paciente Los pacientes puede presentarse con signos de alarma ("bandera roja"). En el siguiente cuadro figuran dichos signos, los que fueron adaptados por los autores de Schulz JE, Parran T Jr. Signos de alarma · Ausencias frecuentes en la escuela o el trabajo · Antecedentes de lesiones traumáticas o accidentes frecuentes · Depresión o ansiedad · Hipertensión lábil · Síntomas gastrointestinales, como distrés epigástrico, diarrea o cambios en el peso · Disfunción sexual · Trastornos del sueño Estos problemas deben ser detectados durante el examen físico o por screening durante las consultas por el progreso atípico de los problemas médicos. Aunque ninguno de esos signos es patognomónico de los problemas con el alcohol o las drogas, su presencia debe elevar el grado de sospecha. Además, los signos típicos, los antecedentes relacionados con dificultades, los traumas poco explicados o la confianza para conducir intoxicado deben aumentar el grado de sospecha. Existe una cantidad de signos físicos que sugieren el consumo problemático de alcohol o de drogas. Signos físicos sospechosos · Temblor leve · Olor a alcohol en el aliento · Hepatomegalia dolorosa · Irritación nasal (sugestivo de insuflación de cocaína) · Irritación conjuntival (sugestivo de exposición al humo de marihuana)
· Presión arterial lábil, (sugestivo de la abstinencia de alcohol) · Sindrome de "colonia para después de afeitar o higiene bucal (para enmascarar el olor a alcohol) · Olor a marihuana en la ropa · Signos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hepatitis B o C, infección por HIV Otro llamado de atención proviene de la falta de respuesta de una enfermedad crónica al tratamiento, siendo ejemplos de ello los pacientes diabéticos o hipertensos cuyas glucemias o cifras tensionales, respectivamente, no responden al tratamiento, aunque el paciente cumpla las pautas terapéuticas. Pero, dicen los autores, aunque no existan signos de alarma, los hallazgos físicos sospechosos o la respuesta atípica de las enfermedades crónicas, el screening sigue siendo importante y siempre que sea posible debe realizarse a intervalos regulares. Este screening puede hacerse mediante los tests correspondientes o teniendo en cuenta la cantidad de alcohol consumida. La American Society of Addiction Medicine ha estandarizado el screening determinando el número de "tragos " ingeridos por semana. Usando este estándar, se considera que el estudio de detección masiva es positivo si se consumen más de 14 tragos por semana (7 para las mujeres) o más de tres tragos por ocasión. Si la detección es positiva, el médico debe hacer una historia más extensa y considerar el examen físico y la evaluación por el laboratorio. Hay disponibles otras herramientas de screening, pero el cuestionario CAGE (C: cut down, dejar de beber; A, annoyance, rechazo de la crítica; G: guilt, culpable por beber; E, eye opener, usa el alcohol para "abrir los ojos"o "despabilarse") y el conjunto de tests de screening son los más práctivos para el médico de familia. El CAGE solo requiere un minuto y aunque no es diagnóstico de alcoholismo ayuda al médico a ubicarse frente al problema del paciente. El CAGE no diferencia entre un problema actual o pasado y es más seguro para diagnosticar el alcoholismo establecido. Tiene un 60 a 90% de sensibilidad cuando una o más preguntas son positivas y de 40 a 60% de especificidad para excluir el abuso de drogas. Las dos preguntas clave del test son: "¿Durante el año pasado, ha usado más alcohol o drogas sin poder evitarlo?" "¿Ha sentido usted la necesidad de dejar de consumir alcohol o drogas durante el pasado año?"
Consultorio de atención primaria Abuso de alcohol y drogas Evaluación de laboratorio Ninguna de las pruebas de laboratorio es diagnóstica. Las más útiles para el alcohol son la gamma-glutamil transpeptidasa (GGT), el volumen corpuscular medio (VCM), y la deficiencia de transferrina-carbohidrato. El mejor test para confirmar el uso de otras drogas es la prueba toxicológica urinaria La determinación de GGT es una de las pruebas de laboratorio más usadas. Esta enzima hepática se eleva en los pacientes que consumen alcohol en exceso. La prueba tiene mayor sensibilidad que especificidad porque también asciende en enfermedades hepáticas no alcohólicas, el hipertiroidismo y el uso de anticonvulsivantes.
El VCM también se usa como marcador del consumo excesivo de alcohol. Tiene a ser menos sensible que la GGT, pero su aumento combinado con la elevación de la GGT acrecienta el nivel de sospecha de abuso de alcohol. En los pacientes alcohólicos, la deficiencia de carbohidrato de la transferrina aumenta con el consumo de 4 a 7 tragos diarios durante al menos 1 semana. Poblaciones especiales El reconocimiento del abuso de drogas en adolescentes, pacientes geriátricos y enfermos mentales presenta un problema especial El consumo de drogas y alcohol durante la adolescencia difiere del uso en adultos. La conducta adolescente puede confundirse con el efecto del uso de alcohol y drogas. La rebeldía adolescente contra la autoridad de los adultos con frecuencia complica la detección del abuso de drogas. Los autores sostienen que un médico de familia que ha interactuado con un adolescente durante cierto tiempo probablemente es más confiable que otras figuras con autoridad adultas. La mejor oportunidad para que el médico detecte los problemas es en el contexto de la consulta médica habitual. El médico de familia necesita estar atento a los problemas potenciales y modificar el cuestionario CAGE para la prueba de detección de drogas y alcohol. Es muy importante modificar el CAGE para los ancianos porque ellos son proclives a automedicarse. El médico debe tener en cuenta que un deterioro cognitivo puede afectar la capacidad del paciente para responder acertadamente las preguntas. El médico debe sospechar el abuso de drogas en pacientes con trastornos mentales.Los resultados del Epidemiologic Catchment Area Study demostraron que el 47% de los pacientes con diagnóstico de esquizofrenia o de trastorno esquizofreniforme cumple con los criterios para alguna forma de abuso de drogas. En los pacientes con trastornos antisociales de la personalidad, el porcentaje fue del 83.6%. En pacientes con trastornos de ansiedad, el porcentaje fue 23,7% y en los pacientes con trastornos afectivos, 32%. La sospecha de abuso de drogas es importante no solo debido a su prevalencia sino a que también es muy difícil tratar la enfermedad mental si hay un abuso de drogas concomitante no reconocido. Tratamiento Los autores no ahondan en el tratamiento del abuso de drogas pero sostienen que si el problema con la bebida ha sido identificado, un consejo breve del médico puede ayudar. En los pacientes con nivel de evidencia A (estudios controlados aleatorizados) han experimentado algunas consecuencias negativas pero no han tenido una pérdida de control importante. En cambio, si se diagnostica drogadicción, el paciente debe derivarse a un especialista o un centro especializado. Si hay inconvenientes para conseguir la derivación del paciente puede tratar de hacerse una desintoxicación ambulatoria. Puede derivarse el paciente a Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos. Para la adicción a los opioides existen tratamientos médicos específicos. Una vez que se comienza el tratamiento, es importante hacer el apoyo del paciente y su familiar y tener mucho cuidado sobre la prescripción de drogas que alteran el humor. Como una enfermedad crónica, el abuso de drogas tienen a recaer. Por último, dicen los autores, el médico de familia puede representar un papel de pivote en la conducción del paciente y su familia, acompañando sin juzgar.
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