A DÓNDE VA LA EDUCACIÓN
PIAGET, J. A dónde va la educación, Teide, 1985, 2° ed. Mex., México, [Parte II “¿A dónde va la educación?”, pp. 81-110]
A DÓNDE VA LA EDUCACIÓN
Curioso, en otra materia estamos viendo conductismo, pasar de Piaget a Skinner pues supone un esfuerzo, el conductismo esta en todo lo que hacemos en las escuelas a cambio de una calificación, de un punto, de una asistencia podemos brincar en un pie por horas o hacer maromas por obtenerlo como premio. A pocos les interesa el real entendimiento de los temas ni padres, ni profesores y menos alumnos, tal vez cuando se llega a un nivel superior, pero solo cambia el condicionamiento, la situación es la misma. El constructivismo ofrece la posibilidad de crear, de aprender la autorregulación de la que casi nadie quiere tomar la responsabilidad. Le devuelve el valor al profesor, pues lo ubica como un organizador y sabedor de los procesos que debe tener un escolar para avanzar, si bien no lo defiende cuando unos expone una solución, incluir una preparación mayor en los campos filosóficos y psicológicos para tener un mejor desempeño si forzar la etapas del niño. Pretende alcanzar la libertad por medio de la construcción de nuestro propio saber. Coincido entre los muchos estudiantes que aberramos las matemáticas pero si tan solo… tal vez sería una gran física o matemática, ingeniera, pero el potencial no fue realmente inducido. Si tengo la capacidad para analizar textos para ver más allá de lo que el otro ve y siente, entonces hubo tal vez la capacidad para desarrollar capacidad matemática. Si el gobierno educa al individuo que necesita para la sociedad que planea, qué hará cuando no haya esas mentes que piensen, que elaboren, que diseñen planes o formulen pensamiento, si bien no les conviene, tampoco les convendría la fuga de cerebros que hay actualmente o las mentes que jamás se desarrollaran que solo crearan un odio hacia las matemáticas sin entender el por qué. Los postulados que se rescatan, lo deseable es aprender a pensar, a desarrollar la capacidad crítica y lógica que evita caer en las mentiras. La promoción de un “profesor” preparado, no sabio, ni genio pero sí ubicado en lo necesario que cubra necesidades psicológicas y pedagógicas dentro de un aula. No enredar y memorizar teorías, repetir y repetir teorías y fechas que después no se recordarán, sino comprender, darle sentido a lo que se lee, a lo que se expone, a lo que se investiga, buscar lo sustancial, hacer de la escuela un placer, disfrutar de todo lo que potencialmente nos puede dar pero que no se da más que en casos esporádicos.
PIAGET, J. A dónde va la educación, Teide, 1985, 2° ed. Mex., México, [Parte II “¿A dónde va la educación?”, pp. 81-110]