5 Libro De Buen Amor- Resumenes 6-7.docx

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Libro de buen amor 1)

Prólogo de Alberto Blecua al Libro de buen amor- Editorial Cátedra. El hilo narrativo

El Libro de buen amor se abre con una oración (1-10) en la que un arcipreste pide a Dios y a la Virgen que le libren de la prisión en que se encuentra y de la terrible cuita que le acongoja. A continuación, en dos prólogos, en prosa y verso, el autor que dice llamarse Juan Ruíz y ser arcipreste de Hita, expone la intención que le ha llevado a componer su obra, dedica unas cantigas a la Virgen y vuelve a insistir, argumentando con un ejemplo, en la doble lectura, literal y profunda que puede recibir el texto. Se trata de un relato en forma autobiográfica en que el protagonista, en cerca de 7.000 versos, en su mayor parte en cuaderna vía, cuenta el proceso de sus amores. Se trata de una serie de casos narrados por lo general con un esquematismo vertiginoso. Por medio de una mensajera, requiere en primer lugar a una dueña «cuerda», modelo de virtudes, que, si en un principio parece admitirlo en su servicio, más tarde lo rechaza; después se enamora de una panadera poco honesta llamada Cruz, pero su mensajero, es quien consigue el fruto amoroso; a continuación corteja a una dueña recatada, adornada también, como la primera, de todas las virtudes, que se niega a admitir sus favores. Tras un debate con don Amor, extenso paréntesis en el que el protagonista le increpa como causante de todos los pecados capitales y don Amor le adiestra ampliamente en cómo conquistar al sexo femenino, se enamora de otra dueña que solo se diferencia de la anterior en ser viuda. En este caso, el proceso amoroso se narra con morosidad delatada: gracias a la intervención de la vieja Trotaconventos, el protagonista consigue –faltan en los manuscritos los folios que relataban ese momento- gozar de doña Endrina, la joven viuda con la que acaba casándose; sin embargo, conforme avanza el relato, descubrimos que, aunque el yo narrador sigue siendo el mismo, el protagonista de este episodio se llama Melón. Extraña falla narrativa que el autor-protagonista justifica aclarando que lo ha relatado para dar ejemplo al lector «non porque a mi vino». Se enamora de una jovencísima dueña, a quien consigue conquistar gracias a los hábiles servicios y encantamientos de Urraca, la Trotaconventos. La joven muere a los pocos días. Tras recuperarse del dolor producido por la muerte de la dueña, el protagonista emprende un viaje por la sierra de Guadarrama, en donde le ocurrirán cuatro aventuras amorosas con sendas serranas, fuertes, selváticas y rijosas. La primera acaece en el puerto de Lozoya: una serrana, la Chata, consigue a la fuerza el amor del personaje. Tras pasar tres días en Segovia, decide volver a su casa atravesando el puerto de la Fuenfría, donde otra serrana, Gadea de Riofrío, fuerza, como la anterior, al protagonista. Reemprendido el viaje, al pie del puerto de la Tablada, topa con otra serrana, Menga Lloriente, que lo confunde con un pastor. En esta ocasión, el protagonista, bajo falsa promesa de matrimonio, consigue escapar de ella. En la cima del puerto se encuentra con la cuarta serrana. Se trata de Alda, de aspecto descomunal, con la que nada ocurre en el terreno amoroso. Tras dedicar unas cantigas a la Virgen en la ermita de Santa María del Vado, y a punto de comenzar la Cuaresma, el protagonista se dirige «a su tierra» para descansar. Allí –Burgos, estando comiendo con don Jueves Lardero, recibe una carta de doña Cuaresma dirigida «a todos los arciprestes y clérigos sin amor», ordenándoles la divulgación de un cartel de desafío contra don Carnal. Trotaconventos le aconseja que ame a alguna monja y le recomienda a doña Garoza, en cuyo convento había servido diez años. Doña Garoza tras numerosas vacilaciones, decide admitir al arcipreste. Se trata de un amor limpio y puro que concluye pronto, pues la monja muere a los dos meses. Después de un lapso temporal dedicado a la composición de numerosas cantigas para diferentes géneros e instrumentos, el protagonista interrumpe la narración para comunicar la muerte de su fiel Urraca. La fecha y el autor Dos de los tres manuscritos que han transmitido el texto contienen el citado explicit datado. Uno de ellos –el ms. S1da la fecha de 1343. El otro –el ms. T2-, la de 1330. Como el tercer manuscrito, G3, presenta las mismas lagunas que T en 1

Manuscrito «S» por proceder de Salamanca; concretamente del Colegio Mayor de San Bartolomé. Estuvo un tiempo en la Real Biblioteca de Madrid y ahora se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Salamanca. Es el más completo, ya que incorpora añadidos que no están en los otros dos. 2 Manuscrito «T», llamado así por haber pertenecido a la Catedral de Toledo. Hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de España.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 algunos pasajes, la crítica dedujo, y en general mantiene, que ambos testimonios copiaban un estado primitivo de la obra compuesto en 1330 y S presentaría una redacción posterior llevada a cabo en 1343. Un detenido análisis textual viene a demostrar como altamente probable que los tres manuscritos se remontan en última instancia a un códice común perdido. Tampoco de la obra pueden extraerse datos que permitan fijar una cronología precisa. El único dato verosímil es la plausible referencia a don Gil de Albornoz como arzobispo, éste fue arzobispo de Toledo desde 1337 a 1350. El protagonista no recibe nombre alguno –salvo el ya mencionado de don Melón de la Huerta u Ortiz-, y otros personajes aluden al protagonista como arcipreste en varias ocasiones. Incluso se introduce su retrato por boca de Trotaconventos. El autor conoce bien la zona de Toledo, Alcalá, Segovia y Burgos. Por haber nacido, según él mismo conjetura, bajo el signo de Venus, es por naturaleza amador de dueñas, alegre, músico y poeta en múltiples géneros. No posee demasiado y se manifiesta, en general, como indeciso, cobarde, fácil de engañar, aunque es sentimental, cortés, religioso y eximio moralista puesto que relata su proceso amoroso para que los lectores rechacen el loco amor del mundo y sigan el buen amor, que es el de Dios. El arcipreste protagonista del relato es un ente de ficción que el autor utiliza para vertebrar una acción episódica. Identificar a ambos y dar por autobiografía auténtica la que allí se narra es, como mínimo, pecado de ingenuidad. Del hombre real, histórico, no se sabía nada, incluso se había supuesto que era también ficticio. Sin embargo, Francisco J. Hernández ha podido, por fin, documentar a un Juan Ruíz, arcipreste de Hita, en un documento de hacia 1330. A veces la realidad se parece a la ficción. Ya se ha indicado que el libro se abre en el ms. S con una oración en la que un arcipreste demanda ayuda a Dios y a la Virgen para poder salir libre de la prisión y pide castigo para los «mezcladores», infamadores viles que han sido causantes de su desdicha. El mismo manuscrito cierra el libro con las siguientes palabras: «Éste es el libro del arçipreste de Hita, el qual compuso seyendo preso por mandado del Cardenal don Gil arçobispo de Toledo». Quien escribió estas líneas, Alfonso de Paradinas o un copista anterior de la rama manuscrita, conocía una tradición que hacía al autor del libro culpable de un delito ignoto por el que su arzobispo, el famoso don Gil de Albornoz, lo había castigado con la dura pena de la prisión. El copista encontró en esa sátira la causa al conocer el efecto, la prisión mencionada al abrir el libro. Hizo, así, una lectura literal de la oración, lectura que ha seguido parte de la crítica. Sin contar con los problemas textuales que presenta esa oración, sabemos que se trata de una adaptación de textos litúrgicos bien conocidos en los que la prisión no es otra que la cárcel del cuerpo y del mundo, cárcel sin duda terrible pero universal, lectura alegórica que ha sido defendida, con buenas razones, por otra parte de la crítica, que en algún caso ha llegado incluso a apuntar la sospecha de que el tal Juan Ruíz solo sea un personaje literario. A la vista de los datos expuestos, sobre la fecha de composición solo poseemos las dataciones contradictorias de los manuscritos -1330 y 1343- y la alusión verosímil a don Gil de Albornoz, que fue arzobispo de Toledo desde 1337 a 1350. Aunque este dato no se halle en el cuerpo de la obra, nos permite situar al autor en la primera mitad del siglo XIV, y para no pecar de hipercríticos, verosímilmente el Libro de buen amor, dadas las fechas de los manuscritos, se debió de componer en el segundo cuarto de aquel siglo, quizás en 1343. Sobre su autor, podemos en principio creer lo que él nos dijo y lo que parece refrendar los documentos: que se llama Juan Ruíz y que era arcipreste de Hita. La invención El hilo argumental del relato no es fácil de seguir en una primera lectura. Obra de acción episódica, auténtico rosario de episodios con algunas cuentas mayores; la repetición de las situaciones con un similar principio, medio y desenlace; el abrupto fluir del sistema narrativo, con cortes y tajos en su desarrollo, que se alterna con la morosidad de las argumentaciones a través de ejemplos, comparaciones y digresiones perpetuas; los cambios bruscos del tono –de lo

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Manuscrito «G», así denominado por pertenecer en su tiempo a Benito Martínez Gayoso. Hoy se encuentra en la Biblioteca de la Real Academia Española.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 grave a lo cómico, de lo culto a lo coloquial, de lo sagrado a lo profano- producen en el lector actual, educado en otros sistemas narrativos cultos o populares, la sensación de andar perdido en un universo literario que le es ajeno. El Libro de buen amor es quizá la obra en la que confluyen todas, o casi todas, las tradiciones literarias medievales, o si se quiere, es la obra creada por el sistema escolar de la Edad Media. Las fuentes del Libro de buen amor nos son bien conocidas: la oración inicial procede de la liturgia; el prólogo en prosa se relaciona estrechamente con el método «moderno» del sermón; las fábulas derivan en su mayor parte del Romulus o Isopete, uno de los libros que se estudiaban ineludiblemente en clase, como los Disticha Catonis, que suministran varias citas y un clima sentencioso general; otras fábulas y cuentecillos vienen de tradiciones orales y escritas comunes a la Edad Media escolar europea, como sucede con la anécdota del sabio griego y el ribaldo, que se hallaba en una bien conocida obra jurídica; el extenso episodio de doña Endrina es traducción –de acuerdo con el libre sistema de translación ad sensum y amplificatorio medieval- de la divulgadísima «comedia elegíaca» Pamphilus de amore, obra anónima de finales del siglo XII que se atribuyó a Ovidio y al propio protagonista; la pelea de don Carnal y doña Cuaresma, la imprecación contra la Muerte, la descripción del cortejo de Amor, por ejemplo, se hallan en múltiples textos latinos y vulgares medievales. Y, en fin, la estrofa utilizada a lo largo del libro, la cuaderna vía, era la estrofa narrativa por excelencia de los poemas cultos y graves, bien conocidos por Juan Ruíz. En el Pamphilus y en la llamada «comedia elegíaca» encontró Juan Ruíz un rico filón de tipos y situaciones, y una buena serie de ejercicios retóricos, dado el carácter escolar de esta clase de obras. Del género procede, sobre todo, el ambiente y el tono urbano, burgués y antiheroico que respira el Libro de buen amor. La repetición de contenidos expresados con todo tipo de paralelismos, sintácticos, morfológicos y fónicos –la misma rima en los cuatro versos- , se convierte en uno de los procedimientos más útiles para la literatura de «castigos y documentos». La extensión del verso permitía la inclusión completa de sentencia de «sabios envisos» y de refranes y «pastrañas» de viejas: breves compendios de normas y consejos que servían para que, memorizados con facilidad, letrados e iletrados, pudieran peregrinar sin tantos peligros por los caminos de este mundo engañoso.

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Estilo y estructura en la literatura española- Capítulo 4- Sobre el «Libro de buen amor»- Leo Spitzer Nota sobre el «yo» poético y el «yo» empírico en los autores medievales

El juego entre el «yo» poético y empírico podemos estudiarlo en una obra medieval escrita en tono jocoso. Me refiero a un libro gracioso, caprichoso y que se contradice a sí mismo: el Libro de buen amor, del arcipreste de Hita, Juan Ruíz. Los amanuenses, al titular los capítulos del libro, fueron los primeros que pensaron que los incidentes que en él se narran le habían ocurrido realmente al autor: el amanuense del manuscrito S, por ejemplo, interpreta biográficamente los pasajes en que el arcipreste invoca a Dios y a la Virgen para que lo liberen «desta prison», y se ve inducido a pensar que el arcipreste estuvo realmente encarcelado por orden del cardenal de Toledo. Al utilizar un procedimiento autoacusador, el arcipreste pretendía pintarnos al pecador en potencia que llevaba dentro de sí mismo y que llevamos todos los seres humanos: se nos revela, no como alguien que haya cometido los pecados que describe, sino como alguien que, llevado por su flaqueza humana, es capaz de haberlos cometido. El autor del Libro de buen amor está enseñando el «buen amor», la caridad cristiana, aunque a menudo parezca demasiado indulgente en su actitud hacia el pecador que se aferra al «loco amor»: esta pecaminosidad la ejemplifica ofreciéndose, con excelente humor, como el autor real de aquello de lo que se creía capaz en potencia.

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Diccionario de la revista de Occidente. Arcipreste de Hita- Rafael Lapesa

Juan Ruíz, autor del Libro de buen amor. Las noticias que se tienen respecto a su persona y vida proceden de esta obra. Cabe suponer que Juan Ruíz hiciera estudios en Toledo, fue seguramente un clérigo ajuglarado. El colofón de un 3

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 manuscrito del Libro de buen amor declara que la obra fue compuesta por el Arcipreste «seyendo preso por mandato del cardenal don Gil de Albornoz, Arçobispo de Toledo». Se ha intentado quitar valor a esta noticia, tomándola como adición a un copista que interpretase erróneamente la oración con que se inicia el poema, en el cual Juan Ruíz dice estar preso aludiendo –se ha dicho- a la cárcel del pecado. Pero en esta plegaria Juan Ruíz pide castigo para sus calumniadores, lo que carecería de sentido si no se tratara de una prisión real; y en otra oración (estr. 1.683) hay la queja angustiada «sufro grand mal, si meresçer, a tuerto», evidentemente alusiva a una persecución. Se desconoce cuando murió Juan Ruíz: en 1351 el arciprestazgo de Hita no estaba ya desempeñado por él. El Libro de buen amor se conserva en tres manuscritos de fines del siglo XIV; dos de ellos representan incompleta una redacción terminada en 1330; el tercero contiene una versión ampliada que se acabó de reunir en 1343. El Arcipreste no quiso que su obra tuviera forma definitiva y cerrada y la entregó a la tradición para que pudiese recibir nuevas adiciones: «qualquier omne que lo oya, si bien trovar sopiere, / puede más añadir y emendar si quisiere; / ande de mano en mano a quien quier quel pidiese, / como pella a las dueñas, tómelo quien podiese» (estr. 1.629). El poema del Arcipreste es un tratado de amor expuesto en forma de narración autobiográfica, donde se intercalan relatos episódicos, un extenso fabulario y un vasto cancionero. El autor se presenta como protagonista de los lances de amor que llenan su obra. El galán de doña Endrina es unas veces, en tercera persona, don Melón de la Huerta, pero otras es el mismo que se expresa autobiográficamente en el resto del libro. En el Libro de buen amor tienen cabida el «limpio amor» de Dios y el «loco amor» del mundo: la pintura de los desvaríos a que el amor mundano conduce puede servir de advertencia o de incentivo, según la mayor o menor sensatez de cada lector. El Arcipreste deja abiertas las dos posibilidades: «E ansí este mi libro a todo omne o muger, al cuerdo e al non cuerdo, al que entendiere bien y escogiere salvación e obrar bien amando a Dios, otros al que quisiere el amor loco, en la carrera que aludiere, puede cada uno bien decir: Intellectum tibi dabo, et cetera.» El libro es como un instrumento musical, que suena mal o bien según la habilidad del tañedor (estr. 69-70). En una concepción cristiana del mundo no tiene justificación posible esta postura equívoca que toma aspecto de cinismo en declaraciones como la del prólogo: «Empero, porque es humanal cosa el pecar, si algunos, lo que non los conssejo, quisieren usar el loco amor, aquí fallarán algunas maneras para ello.» Pero el Libro de buen amor es una obra «mudéjar» con amplísima penetración de la forma de vida musulmana. Américo Castro encuentra indudable relación entre el poema del Arcipreste y la autobiografía erótica del cordobés Abenházam El collar de la paloma: en ésta, «islamismo y neoplatonismo hicieron posible mantener la pacífica convivencia del erotismo y la religión, imposible como simultaneidad para el cristiano… Juan Ruíz, autor cristiano, marcará el amor carnal con el estigma de la locura, pero se detiene en su goce como si no lo fuera.» De procedencia islámica es también la presentación del libro como un texto cuyo sentido oculto hay que desvelar (siquiera el Arcipreste dé un matiz irónico a este juego de apariencia y realidad). Asimismo proceden de la peculiaridad vital y literaria musulmana el personalismo de la obra y el perfil evanescente de sus figuras. La huella de Abenházam se ve palpablemente en actitudes, motivos, ideas y hasta expresiones. Así el Libro de buen amor y El collar de la paloma concuerdan en defender la necesidad de que los espíritus se alivien con la alegría, en proclamar el dominio universal del amor y en el análisis de sus efectos sobre el enamorado; en el ambiente social que rodea a los amantes perturbados por guardianes y mestureros o calumniadores, y favorecidos por mediadores o terceras; en pintarse como víctimas de mensajeros traidores que ganan para sí la mujer cotejada, etc. El episodio completo de doña Endrina (estr. 580-982) procede de una comedia elegíaca latina del siglo XII, el Pamphilus: el poeta castellano sigue de cerca el texto latino, pero lo vivifica, infunde alma en los personajes, crea alguno –el de Trotaconventos- y los sitúa en la vida española del siglo XIV, con pintura clásica y vitalizada del ambiente. Aunque aproveche ampliamente la tradición literaria anterior, la originalidad de Juan Ruíz es extraordinaria. El Arcipreste infunde su vigorosa personalidad a todo cuanto escribe, lo tiñe de alegría desbordante, trasluce sus poderosas apetencias vitales. Extraordinario observador de la vida y la realidad, las plasma en animadas escenas y pintorescas enumeraciones. No se detiene en seleccionar la expresión; acumula frases y palabras equivalentes, todas 4

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 jugosas y espontáneas. El Arcipreste de Hita inicia el empleo de modismos y refranes, que habían de tener cabida en obras culminantes de nuestra literatura.

4) “Enpero, porque es umanal cosa el pecar”: El Arcipreste de Hita y el discurso de la transgresión- David Felipe Arranz Lago. U.N.E.D. Introducción: el medievalismo frente al Libro de buen amor El medievo aparece como una etapa literaria poco atractiva cuando, bien al contrario, el mundo medieval constituye una fuente inagotable de placer estético y de conocimiento y un referente continuo al que se debería acudir para descubrir pautas de comportamiento que se encuentran, sin ir más lejos, en nuestros días. Nuestra literatura medieval, estragada por la indolencia de quienes deberían alentar su lectura, tiene mala prensa o despierta poco interés en los lectores más jóvenes. Sin embargo, la literatura está viva, pidiendo a gritos ser revisada, actualizada y cantada como se hiciera en los siglos precedentes. Juan Ruíz y la Corriente Goliárdica El titular arciprestal de Hita no es un fenómeno aislado de nuestra literatura, no es una isla ni un caso excepcional, como se nos quiere hacer ver. Fue, eso sí, un heterodoxo de su tiempo, que sufrió prisión en el convento de San Francisco de Guadalajara durante doce años en el que, sin duda, maduró su libro. La literatura se convierte así en una válvula de escape a la prisión, como en tantos casos: fray Luis de León, Cervantes, Quevedo, Jovellanos, Sade y un largo etc. Los tiempos que le tocó vivir, los más convulsos del siglo, correspondientes a los reinados de Alfonso XI y Pedro I, aparecen sancionados en el Concilio de Valladolid de 1332, en el que se establecieron las condenas de prisión a los clérigos amancebados. Los clérigos no debían tener barraganas a su cuidado, pues "hacen yerro de lujuria con ellas" y entonces el superior jurisdiccional, "su prelado", débeles poner "gran pena según tuviere por razón; pues estas cosas también los prelados como los jueces seglares de cada lugar las deben escarmentar mucho que no se hagan [...]". El rey Alfonso nos dice muchas cosas en esta ley que refleja un siglo después el Libro de Buen Amor: el problema del apartamiento de los clérigos de la autoridad, el cada vez más extendido problema de la simonía y el enriquecimiento progresivo de los estratos más altos y, lo que es más importante, los poderes seculares adjudicados a los jerarcas eclesiásticos para impartir justicia según tuvieren "por razón" y así poder actuar en aquellos cenobios de vida disipada. Los goliardos, en palabras de María Hernández Esteban, eran "esos poetas trashumantes de los siglos XII y XIII que escribían en latín, en alemán incipiente o en francés arcaico [...] cuya juventud y rebeldía se aunaban para cantar la Primavera o el placer de vivir en tonos de violencia o de parodia. Invocaban la unión del hombre con la naturaleza [...], la alegría de beber y, especialmente, el amor." Se trataba, en definitiva, de "clérigos estudiantes que se burlan de las leyes y aman, sobre cualquier cosa, la libertad". El mundo de los goliardos, salvo algunas variantes estilísticas y de contenido a las que me referiré a su debido tiempo, es a todas luces el mismo que comparte Juan Ruiz, un mundo en el que se encuentran de manera jubilosa el amor y la libertad o, por mejor decir, aquél como manifestación de ésta, por cuanto un enamorado representa un serio peligro para el sistema de valores oficialmente propugnados por el rey y por la Iglesia. Un hombre que canta las posibilidades infinitas del amor y las lleva a efecto es un individuo socialmente incómodo o inconveniente para la continuidad de un determinado estado de gobierno, de dominación, de control, en definitiva. Es el suyo un mundo activo, un mundo de subversión y contestatario: mientras la Iglesia se enriquecía, acaparando fortunas y tesoros, como nos dice el canciller Ayala o el propio Juan Ruiz, aquellos clérigos que provenían de los

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 estratos más bajos de la sociedad estamental construían su mundo cotidiano a su libre albedrío en el interior de los conventos, como así lo manifiestan numerosos documentos de la época. La naturaleza como modelo europeo El didactismo latino y medieval encuentra su respuesta en las composiciones goliardicas, escritas en secreto a la vuelta de los códices, en anotaciones sueltas en latín que se fueron transmitiendo de un lugar a otro con el movimiento de estos grupos. ¿Cómo explicar la traslación de las composiciones latinas de, pongamos por caso, el británico Walter Mapes hasta el Libro de Buen Amor? La sabiduría, el "juntamiento con fenbra plazentera", la apelación a los grandes filósofos y la experiencia gozosa del amor articulan los kit motiv del libro del Arcipreste siguiendo una pauta europeizante y adaptándola a la lengua y a la situación castellana. A veces el amor cortés, propio de la lírica occitana, se convierte en el blanco de las burlas de Juan Ruiz, siguiendo el estilo goliardico. Los versos del Arcipreste no cantan o subliman la belleza de la dama y hacen del poeta un ser doliente y sufriente, capaz de alcanzar cotas de inusitado masoquismo. No. Bien al contrario, promueven un amor práctico, cotidiano, bajo la especie de un manual de uso para supervivencia en el mar embravecido de las relaciones amatorias y recuperan, sin que hasta hoy se haya dicho de manera clara, los textos latinos de los goliardos estudiados por el Arcipreste en que se cantaba al amor y la efusión sensista. El poeta nacido en Alcalá la Real trató de que aquellas composiciones no desaparecieran con la guerra furibunda que les hizo la Iglesia. Hay una "norma" natural de la búsqueda incesante del contacto carnal y la reciprocidad en el amor, es la que cantan precisamente los primeros versos del libro del Arcipreste, para el que "omnes, aves, animalia, toda bestia de cueva / quieren segund natura, conpaña sienpre nueva, / e mucho más el omne que toda cosa qu-s mueva." Para Juan Ruiz, la naturaleza establece sus propias reglas del juego, sus propias leyes. Para Juan Ruiz, la celebración del pecado está precisamente en el acogerse a los instintos que marca la madre Naturaleza, pues, ante todo, es un hombre: "E como yo soy home como otro pecador / höbe de las mujeres a las veces grand amor". Juan Ruiz construye su identidad a través de la literatura y del autobiografismo para dar mayor autoridad y veracidad a su relato. En tiempos del Arcipreste existía un caos, el del siglo XIV, proveniente de los altercados de la nobleza y la pérdida de autoridad del monarca, el apoyo fundamental de la Iglesia. Voces como la del Arcipreste o la del monje de Ripoll, que exponían que el hombre tiende por naturaleza a unirse sexualmente con la mujer, "porque es umanal cosa el pecar", debían ser acalladas o combatidas por la literatura oficial. El Arcipreste hace un esfuerzo por adaptar la efusión sexual al ámbito cristiano, asimilando las uniones fuera del matrimonio al pecado de la Iglesia. Es el "pecar" lo que hace humano al hombre. El goliardismo evidente de Juan Ruíz En el Libro de Buen Amor, podemos calificar de fuerte ascendente goliardesco el fragmento titulado "De cómo clérigos e legos e frailes e monjas e dueñas e joglares salieron a recebir a Don Amor" o en "De cómo Trotaconventos consejó al arcipreste que amase alguna monja e de lo que le contesció con ella", amén de los mencionados "Señores, dat al escolar" y los dos cantares de ciegos que cierran in medias res la obra, algo que no nos ha de extrañar pues el Libro de Buen Amor es, ante todo, un trabajo acumulativo, un work in progress. Volviendo a "De cómo clérigos e legos... salieron a recebir a Don Amor", la influencia del género alegórico de la disputa medieval es evidente y este género es netamente goliardico. El mecanismo literario del Arcipreste: un hombre que ha llegado a la madurez después de viajar y de aprender, de haber compartido experiencias con juglares y escolares. Mantiene la orientación didáctica, natural en los estudiantes, y se sirve de la personificación culta.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Juan Ruíz declara llanamente que tras cada aventura se va por un tiempo a su tierra a "folgar" o a su "casilla e fogar" y allí recibe cartas de mensajeros y debates. Las disputas, mínimas formas teatrales, diálogos o monólogos, que recitaban los goliardos y juglares que llegaban a los palacios y los monasterios, son formas carnavalescas, formas de la folia. El Arcipreste es el último goliardo y al igual que ellos, si bien con una carga mayor de dogma católico que en los goliardos está ausente, sitúa a la Naturaleza y a las necesidades que crea en el hombre bajo la atenta vigilancia de Dios y la Virgen. Como apunta Vicente Reynal, todo parece indicar que el Arcipreste, "antes de ser ordenado sacerdote, debió de pertenecer al grupo de juglares sueltos que iban de pueblo en pueblo a alegrar a la gente sencilla en sus festividades típicas, y también, de palacio en palacio o por los castillos y hasta por alguna que otra iglesia y palacios episcopales"; la estructuración del libro, la presencia en cánticas y cantares de ciego y escolares aprehendidos en sus años mozos de textos latinos goliardicos, y la reflexión, desde un punto de vista de la filosofía natural, de que la llegada del Amor resulta inevitable, así lo atestiguan.

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Horizonte literario en torno al Arcipreste de Hita: Un hombre y un libro fronterizos.- Julio Rodríguez Puértolas

El Libro de Buen Amor está compuesto durante el reinado de Alfonso XI, pues las dos versiones existentes del poema son de 1330 y 1343. Sus fuentes, como es sabido, son muy amplias, y si por un lado aparece el conocimiento y la sabiduría del mundo occidental, en sus diversas manifestaciones, por otro queda patente la presencia de la literatura y de las ideas hispano-musulmanas e hispano-hebreas, contribuyendo todo ello a formar ejemplo señero de mudejarismo cultural y vital. Con una notable diferencia entre «lo occidental» y «lo oriental»: esto último no es solamente cultural, sino también ambiental y real, no libresco. Ello es básico para un correcto entendimiento del Libro de Buen Amor pues se halla en la base del mencionado mudejarismo. Las diferentes interpretaciones que se han hecho sobre el sentido del Libro de Buen Amor —su teoría del didactismo y la del vitalismo, de modo especial— se basan en buena parte en lo que en general suele considerarse como ambigüedad del autor. Ahora bien, mucho de lo que dice el arcipreste en diferentes lugares de su libro, apunta a indicar la existencia de un sentido literal y de otro oculto, profundo, que es preciso desentrañar. Es cierto que los seres que aparecen en el mundo creado por Juan Ruiz viven en tensión. La realidad surge aquí como un juego de fuerzas en conflicto, en medio de las cuales el hombre se halla perdido: “cuidados tan departidos créçenme de cada parte, con pensamientos contrarios en mi coracón se parte” (691) Vida, naturaleza y amor, frente a muerte; libertad frente a determinismo; bien frente a mal; virtud frente a pecado. Todo lo creado, para empezar, aparece sujeto al amor, fuerza telúrica y mecánica, natural. Juan Ruiz comienza sus argumentaciones protegiéndose tras la autoridad de Aristóteles: “Como dize Aristótiles, cosa es verdadera el mundo por dos cosas trabaja: la primera, por aver mantenençia; la otra cosa era por aver juntamiento con fenbra plazentera” (71) Y al igual que es inútil todo intento de escapar al amor —a la sexualidad, al vitalismo— también es imposible luchar por cambiar un destino marcado por las estrellas: “qual es el ascendente e la costellación del que nace, tal es su fado e su don.” (124)

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Es cierto que Juan Ruiz declara que Dios puede modificar lo señalado por los astros, pero si Dios mismo ha creado la mujer, y por tanto la atracción sexual («si Dios, quando formó el omne, entendiera/ que era mala cosa la muger, non la diera/ al omne por conpañera nin d'él non la feziera;/ si para bien non fuera, tan noble non saliera»; 109), también ha creado las estrellas y el destino de cada hombre. Lo importante es que en toda esta parte del Libro de Buen Amor dedicada al poder del destino y de la naturaleza no hay referencia alguna al libre albedrío cristiano, lo que acerca la obra de Juan Ruiz a ciertas creencias vulgares que no son estrictamente cristianas, sino musulmanas, y que coexisten de forma no muy clara con las ortodoxas: de nuevo, sin duda, lo fronterizo. Además del amor y de los astros, una tercera fuerza también creada por Dios domina al hombre: la muerte. En una dicotomía de tipo dialéctico, queda evidente en el texto el poder respectivo de las dos fuerzas opuestas, amor y muerte. Es central para la interpretación del Libro de Buen Amor el planto en que Juan Ruiz lamenta la desaparición de la vieja alcahueta Trotaconventos, en el cual es claro que bien y mal se corresponden con vida y muerte. El arcipreste, sin duda, con una mentalidad sensualista, esto es, «oriental», afirma que la muerte acaba con los cinco sentidos del hombre, con las hermosuras y con el placer, al tiempo que destruye las relaciones humanas y afectivas. No parece, en verdad, que ni el arcipreste de Hita ni su libro encajen dentro de los esquemas establecidos, que nos hablan por un lado de un Juan Ruiz despreocupado y alegre, sin más propósito que el de hacer reír, y por otro, como ya se mencionó y se volverá a mencionar, de una obra meramente occidental, al tiempo que didáctico-moral, tradicional y ortodoxa. Por lo demás, Juan Ruiz sabe perfectamente que además de las fuerzas «cósmicas» que dominan su universo hay también algo mucho más específico y determinado a que culpar, en buena medida, de la situación. En el Libro de Buen Amor aparece de modo explícito el poder del dinero y su fetichismo. Fetichismo, corrupción, trastrueque de valores y lucha individual de feroz pragmatismo son correlatos de la importancia concedida al dinero. En ese contexto se inserta el Libro de Buen Amor, en el que la mezcla del plano trascendente y del plano social y humano muestra la crisis del siglo XIV castellano, la del sistema feudal. 6)

El «Libro de buen amor» del Arcipreste de Hita- Américo Castro

El Libro de Buen Amor es un reflejo castellano de modelos árabes, de una literatura erótica de la que es espléndida manifestación este cancionero de Juan Ruiz, arcipreste de Hita, compuesto hacia 1330. Se conservan de él tres manuscritos, publicados por Jean Ducamin, paleográficamente, en 1900, y antes, con lagunas y deficiencias, en ediciones bien conocidas. No existe todavía una edición completa y satisfactoria de obra tan capital, y su lenguaje sigue ofreciendo algunas oscuridades. La juglaría de Juan Ruiz era hispano-arábiga, lo cual no le impidió tratar temas europeos y cristianos, tales como la «Pelea de don Carnal y doña Cuaresma», o traducir en forma peculiar la novelita De amore. Oímos así por primera vez en castellano una voz poética que habla desde la conciencia de una persona, la cual importa poco fuera o no la del poeta. Vivía Juan Ruiz en tiempo de Alfonso XI, cuando Castilla comenzaba a organizar sus placeres y no se avergonzaba de hablar de ello. Este Cancionero, en fin de cuentas, nos da un repertorio de los goces de su tiempo, y abre, además, discusión acerca de sus atractivos, sus complicaciones y sus riesgos. El autor, empresario de deleites privados y públicos, incita y amonesta con la abundante experiencia de lo que ha visto, oído y leído, y va, alternativamente, apareciendo como mancebo desenfrenado o como predicador sesudo. Ese artístico juego no se encontrará en ningún libro románico de aquella época. El autor es el primero en divertirse con su Cancionero -un puro arabesco sin principio ni fin posibles-, e invita al público a entrar en el alegre juego, a lanzarse el volumen de mano en mano como pelota, para que lo alcance quien pueda. Una primera redacción está fechada en 1330; otra, en 1342. Manos pudorosas le arrancaron algunos folios, y es

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 seguro que el manuscrito original contenía bastante más de lo conservado. Su primer editor, don Tomás Antonio Sánchez, mutiló el texto por razones de moralidad. Luego, los juicios han sido varios y apasionados. El autor dijo lo que iba a ser: «un Libro de Buen Amor, que los cuerpos alegre e a las almas preste» (13). Más bien que una ascensión gradual de lo mundano a lo religioso, del apetito terreno al propósito de refrenar la conducta, hay aquí un trenzado constante entre afán epicúreo y sentido moral. Para el autor la vida es una totalidad, compuesta de alegría corporal, sensible, subjetiva, y de una trascendencia moral. Visto en adecuada perspectiva, el arcipreste deja de parecer cínico o hipócrita; su arte consistió en dar sentido cristiano a hábitos y temas islámicos, y es así paralelo al de las construcciones mudéjares tan frecuentes en su tiempo. El amor puede hacer bien a los sentidos y al espíritu, y por eso su libro divierte y adoctrina, y su estilo se entreteje de islamismo y cristianismo. La mujer bella aparece aquí como deseable y deseada, aunque luego se moralice sobre los riesgos del amor. Resulta, pues, que el arcipreste describe en la forma más incitante los encantos del cuerpo femenino, y, presenta, con colores sombríos las consecuencias de la embriaguez: «Si amar quieres dueña, del vino bien te guarda». Es bien sabido que el pueblo español, y especialmente el castellano, se caracteriza por su sobriedad en materia de bebidas alcohólicas, y que la embriaguez fue desde la Edad Media un vicio social muy censurado. Cuando en 1324 entró solemnemente en Sevilla el rey Alfonso XI, la crónica se toma el trabajo de mencionar que el rey «falló y a don Abrahen fijo de Ozmín; et porque bebía él vino, llamábanle Abrahen el beodo» (p. 204 b). La embriaguez no es en España materia indiferente o cómica, sino algo que se toma en serio por el pueblo. El Libro de Buen Amor es fruto ambiguo de la alegría vital y de los frenos moralizantes, y ambos temas chocan y se entremezclan en el juego complejo de su estilo. No vela ciertamente su predilección por el goce sensible, por las realidades próximas y gustosas. Su impulso de vida se proyecta en sus asuntos y en su expresión; ridiculiza al perezoso, al inerte, y tanto don Amor como el arcipreste coinciden en la estima del esfuerzo ágil. La obra se anuncia desde el comienzo como «un libro de Buen Amor..., que los cuerpos alegre e a las almas preste» (13), pues es deseable que el hombre «entreponga plazeres e alegre la razón, / que la mucha tristeza mucho coidado pon» (44). Los ciegos que piden limosna ruegan a la Virgen que favorezca a su bienhechor: «dal al cuerpo alegría e al alma salvaçión» (1.712). «Quiere mujer al ome alegre por amigo» (626); «alegre va la monja del coro al parlador, / alegre va el fraile de terçia al refitor» (1.399); «el alegría al ome fázelo apuesto e fermoso» (627); «dexóme [amor] con cuidado, pero con alegría; / este mi señor siempre tal costumbre avía» (1.313). «Día de Quasimodo, iglesias e altares / vi llenos de alegrías de bodas e cantares»(1.315), etc. Esta «alegría» no es un convencionalismo, un marco temático, o un tópico arrastrado de otros textos. Aparte su frecuencia y su justificada aparición, está ya presente en el mismo enfoque de ciertos motivos religiosos, lo cual prueba que la «alegría» no es abstracción casual, sino forma del mismo ánimo poético del autor. No gusta el poeta de tristezas y dolores, sino de desbordar su sensibilidad blanda y antidramática, inclinada al amor el refinado y el tosco- y contraria a la muerte enturbiadora de alegrías. Esto define y personaliza al primer poeta lírico en castellano, afanado en mostrar a otros la poesía viva, fundada en vida y no sólo en modelos de clerecía «sin pecado». Temas de tristeza y preocupación hubieran sido infecundos, porque el autor era incapaz de abandonarse a la ascética grave, a la quietud contemplativa o al pensamiento que construye.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 SANTIAGO PAIZ

MARÍA ROSA LIDA El libro de buen amor: contenido, género, intención.

El libro del buen amor no tiene paralelo en otra literatura de la europea occidental, los conceptos que maneja la crítica literaria son los forjados en la producción europea general y por consiguiente poco aptos para aprender lo que no el típico de ella. Por eso, la crítica literaria, al no reconocer nada familiar en la estructura total del Libro, lo desmontó en sus elementos:

a) una novela amorosa de forma autobiográfica, muchas veces interrumpidas y engarzados en esa novela. b) una serie de cuentos y de fábulas, la mayor parte de estas últimas tomadas de fabularios latinos y quizá también franceses, unas pocas de colecciones orientales. c) un gran número de disquisiciones didácticas sobre materias literarias y musicales, instrumentos musicales y sus características, sobre el arte de amar -con mucha recomendación de buenas costumbres- y, muy principalmente sobre moral, la enseñanza moral está esparcida por toda la obra y además concentrada en la sátira contra el clero libertino, larga y maligna contra, contra las mujeres, breve y risueña, contra los pecados capitales y contra el dinero, en la imprecación contra la muerte. d) una versión libre del Pamphilus, comedia latina del siglo XII. e) en un relato alegórico, la batalla de don Carnal y doña Cuaresma y el triunfo de Don amor . f) poesías líricas: las devotas son casi todas trovas a la Virgen; las profanas son una trova cazurra y 4 serranillas burlescas.

De todos los elementos, el más importante es la novela autobiográfica, que narra 13 aventuras amorosas curiosamente semejantes, 9 en la ciudad, 4 en la sierra. No se trata de una novela cerrada, con exposición, nudo y desenlace, acerca de una acción central o de la trayectoria psicológica de un personaje.

Sí con algo puede compararse es con la novela española del siglo de oro, siglo en el que Juan Ruiz era totalmente desconocido, la novela picaresca y el Quijote, cuyos protagonistas dan unidad a una serie de aventuras paralelas en la que siempre acaban en posición desairada.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Varios críticos españoles en nuestros días sostienen que mucho de lo que el “Libro de buen amor” narra, en primera persona, aconteció de veras al individuo Juan Ruiz Archipreste de Hita, ya que lo que cuenta con un criterio realista.

La “biografía” así inducida del poema resulta un tejido de aventuras poco edificantes y que guardan entre sí una semejanza que poco tiene que ver con la infinita variedad de la vida.

El individuo Juan Ruiz asoma a menudo en el poema, pero esa autobiografía no es el relato de su historia personal, la autobiografía escrita directamente en primera persona es muy rara en Europa occidental tanto en la antigüedad como la Edad Media. El uso ficticio de la forma autobiográfica no es natural como lo sería después del Renacimiento y sobre todo después del romanticismo.

Tanto Juan Ruiz como Cervantes incurren en la distracción de citar cómo ya escrito un episodio que todavía no ha aparecido, por la sencilla razón de que los episodios son esencialmente lances paralelos que no implican el desarrollo psíquico y enlace causal en el tiempo.

En 1894 el arabista Francisco Fernández y González identifica el poema desde el punto de vista del género literario, con las maqãmãt.

En las maqãmãt un pícaro- no hipócrita-, que predica la virtud y devoción que está lejos de practicar, maestro en gramática, retórica, poesía y en tretas para pasarlo bien a costa del prójimo, declama en reuniones (maqãmãt) donde repetidamente topa con él un narrador que cuenta en primera persona sus fechorías. Estos dos personajes dan unidad a las diversas, aventuras, de tono popular, expuestas en prosa rimada con intercalación de poesías líricas en metros variados, de debates y disertaciones sobre temas morales y eruditos. Todo ello concuerda notablemente con el Libro de buen amor, pero estas maqãmãt árabes difieren en que sus poesías no son variación de los ya narrado, no contienen cuentos o fábulas, apenas rozan el tema amoroso, y sus dos personajes están tan lejos del yo único que enhebra el Libro de buen amor, como al-Hamandhaní y al-Harirí, árabes de Persia, están lejos de la tierra de Juan Ruiz.

Desde el siglo XII al XIV, los judíos de Cataluña, Languedoc y Provenza, de orientación modernista y laica y, por consiguiente, con simpatía hacia la ciencia y el arte árabes, cultivan asiduamente el género de las maqãmãt, reelaborándolo.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Coincide con Juan Ruiz en glosar profusamente su origen, intención literaria y moral, contenido y excelencias, junto con alternadas profesiones de maestría y de modestia. Coincide con Juan Ruiz en que su héroe no es un pícaro, y en que las poesías insertas son variación lirica de lo expuesto antes en forma narrativa.

Un segundo ejemplo de las maqãmãt hispano hebreas muestra respecto del modelo árabe diferencias radicales que son otros tantos pasos en la dirección del Libro de buen amor: me refiero al Libro de delicias del médico de Barcelona Yosef ben Meir ibn Sabarra, donde protagonista y narrador aparecen fundidos en un solo personaje, identificado con el autor el cual interviene en una sola y bastante floja narración para encuadrar debates, disertaciones, aforismo.

El Libro de delicias comienza y acaba con piezas explanatorias y dedicatorias de la obra, en verso lírico al principio y en prosa rimada al final, lo que recuerda la versión de 1330 del Libro de buen amor, con sus líricas a la Virgen al principio y su epílogo en verso narrativo. El protagonista narrador cuenta que se le aparece un gigante, el cual será su interlocutor en el resto de la obra lo que recuerda la aparición de Don Amor como “un ome grande”copla 181, interlocutor de Juan Ruiz en el debate más largo de sus poema.

Libro de buen amor: igual gusto por las reminiscencias de las Escrituras, una disquisición sobre arte fisiognómica (Libro de Delicias), una semblanza caricaturesca de mujer, un retrato humorístico basado en antítesis y paradoja verbal, una invectiva contra el vino. Los contactos del Libro de buen amor con las maqãmãt hispano hebreas muestran otra faceta, y no la menos original, en su actividad como transmisores de la cultura árabe.

Si algo resalta en el Libro de buen amor es una personalidad exuberante, irreprimible, que no podía satisfacerse con ese marco novelístico impersonal donde el autor no asoma. De ahí que Juan Ruiz prefiera la flexible autobiografía ficticia de las maqãmãt hispano hebreas, que le permiten figurar en primer plano para proclamar su experiencia aleccionadora, verdadera o imaginaria. Pues el presentar en primera persona las aventuras amorosas siempre fallidas cuadraba con la intención didáctica que guiaba su pluma, según declara el autor y demuestra el Libro. Cabalmente un modo, al parecer espontáneo, de subrayar la eficacia pedagógica de una enseñanza presentarla como experiencia personal del maestro.

El lector de nuestros días-me refiero principalmente al hispánico- tolera el didactismo simbólico, no directo, en la novela y en el teatro; en la poesía lo rechaza categóricamente.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Por estos motivos, muchos lectores del Libro de buen amor (especialmente lectores españoles) se resiste a admirar su intención didáctica.

1- Ante todo, la intención didáctica no es una conjetura; consta por declaración expresa y reiterada del poeta. Juan Ruiz declara su intención didáctica en el prólogo en prosa, en las primeras setenta y una coplas, a modo de introducción, al comienzo y fin de muchos episodios. Evidentemente el propósito didáctico está presente todo a lo largo del poema, no solo en el Prólogo y Epílogo.

2- El libro de buen amor pertenece al género literario de las maqãmãt semíticas, género esencialmente didáctico. La enseñanza de las maqãmãt es, ante todo, moralizante; también despliegan virtuosismo literario y los conocimiento diversos del autor, es decir, exactamente las tres categorías de enseñanza que ofrece el Libro de buen amor.

El didactismo del Libro de buen amor no se expresa solamente en la novela autobiográfica que sirve de marco, sino también en los cuentos, fábulas y sátiras encuadrados, los cuales pecarían de inoportunos si no tuviesen nada que ver con la intención didáctica general de la obra.

3- El título del poema, Libro de buen amor, corrobora dicha intención. Juan Ruiz formulaba el título tres veces en el cuerpo de la obra, y a la primera vez indica sin dejar dudas que aspira al ideal de la literatura didáctica amena, deleitar aprovechando, pues pide a Dios ayuda para

que pueda fazer Libro de buen amor aqueste, que los cuerpos alegre e alas almas preste.

4- Varios rasgos de estructura, presentación de los personajes, estilo y métrica son inherente al propósito didáctico. El rasgo estructura más saliente es la repetición de lances paralelos, las trece aventuras amorosas de la novela autobiográfica, muy semejantes en su plante e idénticas en el desenlace, que contradice el deseo del poeta, ilustran con su reiterado fracaso la tesis didáctica que Juan Ruiz glosa explícitamente al meditar sobre la primera derrota copla 105 Como dize Salamo (e dize la verdat) que las cosas del mudo todas son vanjdat, 13

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 todas son pasaderas, vanse con la edat: ssaluo amor de Dios, todas sson lyunjadat

Además, hay varios pasajes didácticos que Juan Ruiz repite y no por distracción, ya que los pasajes posteriores remiten a los anteriores (copla 608ss a423ss, 937ss a 599 ss, 1583 a 217ss), prueba de que priva tanto en él el afán de impartir su doctrina, que acoge gustoso cualquier oportunidad de volver sobre ella.

La presentación de los personajes ofrece una singularidad paradójica a primera vista: cuanto más importante es el personaje, tanto menos individualizado está. No solo muestran tal singularidad la personificaciones y figuras mitológicas (don Amor, doña Venus, don Carnal, doña Cuaresma), sino también el protagonista, quien, a pesar de introducirse con su nombre y cargo, afirma solemnemente al principio de su autobiografía, y se repite con variantes al empezar a varias aventuras, su condición universal (copla 76a): “E yo, como ssoy ome como otro pecador”. Es decir: yo Juan Ruiz, Arcipestre de Hita, voy a contar mis lances amorososo no en tanto que el individuo Juan Ruiz, no como confidencia individual y romántica, a la manera de Rousseau o de Goethe, sino como confesión humana universal.

Tampoco es individual la semblanza de la medianera; don Amor describe en general cómo son “estas trotaconventos”(copla 441d); luego el protagonista describe a la medianera particular que figurará en el Libro, siempre en términos generales: “Era vieja buhona, destas que venden joyas,/ estas echan el laco, estas cavan las foyas…”Otro tanto sucede con las amadas: el poeta las alaba por bellas o por nobles en los términos más generales; aun al describir con cierto detalle a doña Endrina y doña Garoza (coplas 653, 1499bc y 1502a).

Juan Ruiz sobresale en individualizar con raro vigor y concretes las figuras muy secundarias que introduce en comparaciones y descripciones: la cantadera y el tejedor, que no pueden tener los pies quietos, el uno operando el telar, la otra al son del pandero (copla 470s); el mes de febrero personificado como un caballero que “con el frío a las devezes en las sus vñas besa” o sea se sopla los dedos de frio (c1274d).

Como propósito didáctico es inherente al Libro de buen amor y no justificación pegadiza, se revela en el estilo: así, la aplicación general de cada lance concreto (c76,260,592), la inscripción de cada personaje en una categoría (c433cd, 699a); la referencia de cada pensamiento a un texto docto que lo autoriza (coplas 44a, 446c); la riqueza en sentencias y refranes, que suelen dar peso al final de la copla y, sobre todo, el procedimiento típico del maestro y del predicador: la variación sobre un tema dado que es en rigor, la técnica esencial del poema. Por último, recuérdese que la forma métrica del Libro de buen amor-cuarteta 14

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 monorrima de versos que oscilan entre las 14 y las 16 sílabas- es la introducida en España el siglo anterior por poetas eclesiásticos que romanzan para instrucción del público luego las historias que los clérigos venían leyendo en lengua docta.

5- Ya sabemos que el episodio más largo del Libro de buen amor es una brillante paráfrasis de la comedia latina del siglo XII Pamphilus.

a) como la comedia era una historia de seducción que paraba en casamiento, Juan Ruiz ha agregado de suyo una larga moraleja, la más larga del poema, evidentemente para contrarrestar ese desenlace feliz b) Juan Ruiz rechaza los decorativos nombres antiguos, con su connotación estética y erudita, y los reemplaza por nombre castizos, moralmente significativos.

A medio camino entre la imagen y el dicho popular: Pamphilus se convierte en don Melón; Galathea, en doña Endrina. Don Melón, porque en el lenguaje corriente el melón es el símbolo de las personas o cosas con las que el éxito no depende de la elección sino del azar, y un refrán lo declara formalmente. Doña Endrina, porque la endrina es la ciruelita silvestre, cubierta de vello, que simbolizaba lo delicado del honor femenino.

6- Al lector de hoy, poco familiarizado con la mentalidad medieval, se le hace difícil tomar en serio una enseñanza moral que, para predicar el buen amor, ensarta asiduamente casos del loco amor. Pero el procedimiento era dogma para la pedagogía medieval.

La moraleja más frecuente es la que amonesta: “No hagas como la cigarra”, “No hagas como el cuervo”.

Tampoco congenia con el lector moderno el hábito de amenizar la enseñanza moral y religiosa, pero los autores medievales que lo aconsejan y practican son demasiado numerosos para citarlos.

7- El hacer palpable una enseñanza abstracta mediante una historieta regocijada también se apoyaba en la exégesis alegórica de las Escrituras, de rigor en la Edad Media entre judíos, cristianos y musulmanes.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 El autor podía componer por su cuenta historias nada austeras y señalar después que, aparte del sentido literal, de puro entretenimiento, el lector podía hallar otros sentidos más valiosos, conforme a su capacidad moral e intelectual.

Semejante concepto del libro, y sus varios niveles de sentido, dependientes del mérito del lector, es concomitante de la visión medieval del mundo, según la cual toda la creación es valiosa, pero se ordena con respecto al Creador en una escala que va del goce vital a la renuncia ascética, del loco amor al buen amor. Así como el hombre escoge libre y responsablemente, conforme a sus luces, la posibilidad mejor o peor entre todas las que le ofrece el mundo, así el lector igualmente responsable de su elección, será dueño de abrir el libro en la página fructífera o en la vana y de detenerse en el frívolo sentido literal o de buscar el provecho sentido alegórico.

Juan Ruiz podía escribir en su Prólogo que, en las risueñas historias de su Libro, el lector “de buen entendimiento que se quiera saluar, descogerá e obrar lo ha”, mientras el pecador hallará trazas para pecar: “E ansí este mi libro a todo ome o muger, al cuerdo e al nono cuerdo, al que entendjere el bien e escogiere saluación e obrare bien amando a Dios, otrosí al que quisiere el amor loco, en la carrera que andudiere, puede cada vno bien dezir: intellectum tibi dabo”.

En suma: el Libro de buen amor, obra de arte mudéjar, engarza sus motivos cristianos en la estructura semítica de la maqãmãt y en particular, de las maqãmãt hispano hebreas. Una composición amena de fin docente, que se propone inculcar sobre todo preceptos de moral práctica y se vale para ello de la autobiografía articulada en torno al autor, a la vez protagonista y maestro, que reiteradamente derrama ridículo sobre sí mismo para mejor desaconsejar al público su propio extravió. "AGORA COMENCEMOS DEL LIBRO DEL ARCIPRESTE" Siguiendo el ejemplo del juglar del siglo XV "al sentir desfallecer el interés de su público", diré las "palabras mágicas": "Agora comencemos del Libro del Arcipreste". Ya sabemos que el Libro (escrito en su mayor parte en "cuaderna vía " o cuartetas monorrimas cuyos versos oscilan entre 14 y 16 sílabas) Comienza con una plegaria a Dios y a la Virgen y con el prólogo en prosa que señala los varios niveles de su significado.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Luego viene una invocación en verso, probablemente el prólogo de la primera versión, que aplica al poema el contraste, muy del gusto medieval, entre ruin envoltura y noble contenido, expresado mediante una serie de símiles (coplas 16-18): Buen dinero puede hallarse en vil bolsa, blanca harina bajo negra tapadera, azúcar dulce en humilde caña, la noble rosa bajo las espinas, gran sabiduría en fea letra y, bajo mala ropa, el Buen amor. Después de dos poesías líricas a los siete gozos de la Virgen, la "cuaderna vía " se reanuda recordando una vez más al lector u oyente que el sentido del Libro es múltiple y que a él le toca, bajo su responsabilidad intelectual y moral, escoger el mejor. La amonestación se imparte concretamente mediante la ya citada Disputación de los griegos y los romanos; el poeta la comenta largamente en muy hermosas coplas que culminan en la última (70), donde el Libro, personificado, se compara a sí mismo con los instrumentos musicales y advierte al lector: "te hablaré bien o mal, conforme al talento con que me toques ''.

Comienza la novela autobiográfica, escudada en una cita burlesca de Aristóteles y una cita grave de San Pablo, ambas con referencia al sentido universal de la supuesta autobiografía. La primera aventura, frustrada por la virtud de la dama, y por la intervención de los parientes, que calumnian al poeta, anuncia varias composiciones líricas, que el Arcipreste compone para agradar a su amada, pero que los manuscritos no han conservado. En cambio, han transmitido varias fábulas con las que la dama apoya sus réplicas, a usanza del libro didáctico oriental, que Juan Ruiz adopta a lo largo de su obra. En esta primera aventura, la tónica cortés, evidente en la melancolía del amor doblemente frustrado, en las canciones que la dama encarga, en los cizañeros que enemistan a los amantes, es mucho más marcada que en las restantes, y el poeta la subraya, asumiendo aquí la defensa de las mujeres. La segunda aventura, de tono muy distinto al de la primera, pues se trata de un tema jocoso tradicional: Juan Ruiz, enamorado de una moza panadera de nombre Cruz, le envía su mensajero, Fernán García, el cual se la birla; al alegre relato del percance en "cuaderna vía", sigue la versión lírica, que, como todas las del Libro, adopta la forma métrica que se designa en español con el nombre arábigo de zéjel, o canción formada por un estribillo y varias estrofas cuyo último verso rima con el estribillo, sin duda coreado por el público (copla 115 ss.): Mys ojos non verán luz pues perdido he a Cruz. Cruz cruzada panadera tomé por entendedera, 17

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 tomé senda por carrera como [faze el] andaluz. [Mys ojos non verán luz ...] Coydando que la avria, díxielo a Ferrand García que troxies(e) la pletesía e fuese pleytés e duz.

[Mys ojos non verán luz.. .J Dixo m(e) quel plazj'a de grado (e) fizo s(e) de la Cruz priuado: a mj dio rrumjar saluado, el comjó el pan más duz. [Mys ojos non verán luz ...] Prometiol por m¡ conssejo trigo que tenía anejo, e presento! vn conejo, el traydor falso marfuz. [Mys ojos non verán luz ...] Dios confonda menssajero tan presto e tan ligero, non medre Dios (tal) conejero que la caca ansy aduz. [Mys ojos non verán luz ...]

La segunda derrota provoca una nueva reflexión de orden general: ¿puede el hombre sustraerse al influjo de los astros bajo los cuales ha nacido?

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 El autor, como tantos hombres de sus tiempos y de muchos otros tiempos, cree firmemente en el poder de los astros (que ilustra con el bonito cuento del hijo del rey moro Alcaraz) y no menos firmemente en el libre albedrío y la omnipotencia de Dios, a quien concibe como a un rey que puede quebrantar las leyes que él mismo ha fijado. Juan Ruiz, claro está, ha nacido bajo el signo de Venus: pero no le pesa de sus fracasos, porque el amor enaltece al enamorado, dice insistiendo en un pensamiento de Ovidio repetido por los cultivadores del amor cortés (copla 156 ss.).

De ahí, tercera aventura con una dama perfecta, que rechaza presentes y canciones. Y como don Amor se le aparece en visión, el exasperado Arcipreste le acusa, desde el punto de vista eclesiástico y no cortés, de fomentar todos los pecados mortales, discurriendo teóricamente sobre cada uno con ejemplos de historia sagrada y profana e ilustrándolo con una fábula.

Es Juan Ruiz un sobresaliente fabulista, hábil en animar dramática y muchas veces patéticamente a los personajes, en actualizar el escenario y la acción, muchos de sus mejores versos se leen en sus fábulas y, cosa más rara todavía, en sus moralejas. Solo me detendré en la más larga titulada "Aquj fabla del pleito quel lobo e la rrapossa (que) ovieron ante don ximjo, alcalde de bugía" (coplas 321-371). Es la fábula que en la versión de Fedro (I, 10) tiene 10 versos y en la de La Fontaine (II, 3), 17; en la de Juan Ruiz tiene 200, porque, en lugar de comunicar al lector que el lobo acusa a la zorra, esta niega la acusación y el mono condena a los dos, cuenta cómo y por qué el lobo decidió acusarla, quiénes eran los abogados, refiere cada coyuntura legal del proceso, detalla la enredada relación de pleitistas y leguleyos, los cabildeos de las partes y sus defensores, las tentativas de sobornar al juez, y transcribe, por así decirlo, con exacta parodia que incluye un minucioso despliegue de conocimientos jurídicos, los dos alegatos, la sentencia del juez y su justificación legal.

Cebado por el gusto de la parodia, Juan Ruiz acusa a don Amor de ser enemigo de la religión y lo documenta con una página de inspiración netamente goliardica que refiere las andanzas amorosas de un clérigo a los distintos oficios devotos, marcando la correlación mediante textos litúrgicos aplicados a veces con equívoca malicia. Una nueva invectiva, confirmada por una nueva fábula, cierra esta primera parte del debate. La respuesta de don Amor contiene uno de los elementos esenciales del poema: la preceptiva amorosa, - que Juan Ruiz completa con reglas de moral y urbanidad, y que se remonta al Arte de amar de Ovidio a través de una concepción bastante sobria y aburguesada del amor cortés medieval. Así, por ejemplo, el enamorado ha de servir a la dama asiduamente, y dos chascarrillos encarecen los inconvenientes de la pereza y de la ausencia (Enssienplo de los dos perezosos que querían cassar con vna dueña, copla 457 ss.; Enxienplo de lo que conteció a don Pitas 19

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Payas, pyntor de Bretañja, 474 ss.); ha de ser dadivoso y, para destacar el poder de las dádivas, otra página goliardica, la sátira contra el dinero, que trastorna la sociedad y corrompe la Iglesia (copla 490 ss.): Mucho faz el dinero e mucho es de amar, al torpe faze bueno e orne de prestar, ffaze correr al coxo e al mudo fabrar, el que non tiene manos dyneros quier(e) tomar .. . Yo vy allá en Roma, do es la santidat, Que todos al djnero fazianle homjldat, Gran onrra le fazían con grand solenjdat: Todos a él se omjllan como a la magestat... Vy fazer maravillas a do él mucho usaua: Muchos merescían muerte, que la vida les daua, Otros eran syn culpa, que luego los matava: Muchas almas perdía, muchas almas salvaua ...

Continúa don Amor sus preceptos, en los que por momentos asoma un código mucho más austero que el ovidiano o el cortés —el código eclesiástico del autor—, y parte. Juan Ruiz intercala su paráfrasis del Pamphilus, la comedia latina del siglo XII. Dicha comedia se abre con la queja del protagonista, prendado de su vecina Galatea, naturalmente en primera persona, ya que se trata de una composición dramática. En el Libro de buen amor, esta primera persona enlaza sin ruptura con la narración autobiográfica, pero, como advierte luego Juan Ruiz explícita e implícitamente, el enamorado no es aquí el poeta, protagonista de la novela autobiográfica, sino Panfilo (o, en su versión, don Melón), protagonista de la comedia latina. No será superfluo quizá recordar que esta obrilla, de cuyo título deriva la palabra pamphlet, tuvo durante más de tres siglos un éxito nada común: fue estudiada en las universidades, vertida a las lenguas romances, imitada por humanistas en latín. Tal éxito sorprende a primera vista, pues el Pamphilus no sobrepasa ni en estilo ni en presentación dramática a otras comedias de su género, y no puede compararse en belleza y finura psicológica con las obras maestras de la literatura sentimental en los siglos XII y XIII, que vieron la aparición del Eneas, por ejemplo, del Tristan. 20

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Frente a las otras comedias elegiacas, bufonescas y estrafalarias, frente a los remotos temas mitológicos, frente a los artificiosos planteos del amor cortés, con su predilección por el adulterio, el Pamphilus brinda un amor de curso irregular, pero que acaba en paz con la sociedad, esto es, brinda el asunto más grato al gusto popular desde la comedia de Menandro hasta las películas de Hollywood. La inmensa fortuna del Pamphilus se debe a su aburguesamiento realista, y Juan Ruiz desde ese punto de vista ve un mismo ideal artístico. Al igual que en la Celestina. De ahí también la extensión, sucesivamente creciente, de las tres obras.

La paráfrasis de Juan Ruiz casi dobla el original sin apenas alterar el argumento, y no tanto por intercalar un par de fábulas en el diálogo como porque su evocación de la realidad es mucho más minuciosa en lo espiritual y en lo material. Un ejemplo; después de recibir nuevos consejos de doña Venus, el enamorado va a hablar a su bella vecina —la doncella Galatea en la comedia latina, la viudita doña Endrina en la versión castellana—, describiéndola primero tal como la ve andar por la calle. Dice Panfilo (v. 153): Quam formosa, Deus, nudis uenit illa capillis! Dice don Melón (copla 653) : |Ay Dios, e quám fermosa vyene doña Endrina por la plaça! ¡qué talle, qué donayre, qué alto cuello de garça! ¡qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandança! Con saetas de amor fyere quando los sus ojos alca. Lo mejor que podemos hacer, pues, es dejar hablar a don Melón (copla 654 ss.): Pero tal lugar non era para fablar en amores; amj luego me venjeron muchos mjedos e tenblores, los mjs pies e las mjs manos non eran de sí señores, perdí seso, perdí fuerça, mudaron se mjs colores. Vnas palabras tenja pensadas por le dezir, el mjedo de las conpañas me facían ál departir, apenas me conoscía njn sabía por dó yr, con mj voluntat mjs dichos non se podían seguj.r...

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 "Señora, la mj sobrina, que en Toledo seya, se vos encomjenda mucho, mjll saludes vos enbya; sy oviés lugar e tienpo, por quanto de vos oya, desea vos mucho ver e conosçer vos querría. "Querían allá mjs parientes cassar me en esta sacón con vna doncella muy rrica, fija de don Pepión; a todos dy por rrespuesta que la non quería, non: de aquella seria mi cuerpo que tiene mi coracón." Abaxé más la palabra, díxel que en juego fablaua, por que toda aquella gente de la plaça nos mjraua. Desque vy que eran ydos, que orne ay^ non fyncaua, comencel dezir mi quexura del amor que me afyncaua .. . "Enel mundo non es cosa que yo ame a par de uos; tienpo es ya pasado, de los años más de dos que por vuestro amor me pena; amo vos más que a Dios; non oso poner presona que lo fable entre nos... "Señora, yo non me atreuo d [sic] dezjr uos más rrazones fasta que me rrespondades a estos pocos sermones; dezjt me vuestro talante, veremos los coraçones." Ella dixo: "Vuestros dichos non los precio dos piñones. "Bien asi engañan muchos a otras muchas endrinas; el orne tan engañoso asi engaña a sus vezjnas; non cuydedes que so loca por oyr vuestras parlillas, buscat a quien engañedes con vuestras falsas espinas." Yo le dixe: "¡Ya, sañuda, anden fermosos trebejos! son los dedos en las manos, pero non (son) todos parejos; todos los ornes non somos de vnos fechos njn consejosj

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 la peña tien(e) blanco e prieto, pero todos son conejos... "El yerro que otro fizo a mj non faga mal. Auet por bien que uos fable ally so aquel portal, non uos vean aquí todos los que andan por la cal (le): aquí vos fablé vno, ally vos fablaré ál." Paso a paso don Endrina so el portal es entrada, bien loçana e orgullosa, bien mansa e sosegada, los ojos baxo[s] por tierra, en el poyo asentada; yo torné en la mj fabla que tenja començada...

(En el Pamphilus ocupan 780 versos; su paráfrasis en el Libro de buen amor comprende 311 coplas (580-891), es decir, 1244 versos; pero como hay tres extensas lagunas que suman 70 coplas, esto es, 280 versos, abarca en realidad 1524 versos. )

Después de la entrevista, en que doña Endrina se muestra cortés, pero inconmovible, don Melón, en obediencia a los preceptos de don Amor y doña Venus (fundados, por supuesto, en las costumbres de la época), va a buscar medianera, y tiene la fortuna de topar con la sin par Trotaconventos, a quien caracteriza desarrollando los atisbos del modelo. En cambio, Juan Ruiz se aparta de su modelo par a evocar el escenario concreto; en el Pamphilus, las sumarias acotaciones están dadas en el diálogo o se infieren de él. Por ejemplo: acabado el trato entre el enamorado y la vieja, esta alaba a Panfilo en u n monólogo, y al cabo de 14 versos anuncia: En iuxta portam uideo stantem Galatheam. Debemos inferir, pues, que la escena ha cambiado, que la vieja ha tenido la suerte de hallar a Galatea sola a la puerta de su casa, que ha fingido no verla y ha pronunciado la alabanza de Panfilo pretendiendo hablar consigo misma. Juan Ruiz da las acotaciones en forma narrativa, y de ese modo su escenificación es mucho más rica y verosímil. Eliminando el azar feliz que en el Pamphilus pone a Galatea a mano de la vieja siempre que esta y el autor lo necesitan, el Libro de buen amor muestra a Trotaconventos, arreada como buhona, pregonando sus mercancías por la calle de doña Endrina, que la oye y la llama; una vez que ha picado la curiosidad de la joven, Trotaconventos entra hábilmente en materia fingiendo compadecer su encierro (coplas 725-727): "Ffija, sienpre estades en casa encerrada,

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 sola envejeçedes, quered alguna vegada salyr, andar en plaça con vuestra beldat loada: entre aquestas paredes non vos prestaré nada. "En aquesta villa mora muy fermosa mancebía, mançebillos apostados e de mucha loçanja, en todas buena« costunbres crecen de cada dj'a, nunca veer pudo orne atan buena conpañja. "Muy byen me rresçiben todos con aquesta pobledat, el mejor e el más noble de lynaje e de beldat es don Melón de la Verta, mançebillo de verdat, a todos los otros sobra en fermosura e bondat. Etcétera, etcétera. En la deliciosa escena que sigue, original del Arcipreste, la viudita no hace ascos a la posibilidad de un nuevo casamiento,y pregunta muy sesudamente (copla 737) : "Buena muger, dezid me: ¿quál es ese o quién que vos tanto loades, e quántos bienes tyen?

Pero cuando le identifica con el galán que la ha hablado en la calle, responde desconfiada, alegando preocupaciones más serias (copla742): "Dexa me de tus roydos, que yo tengo otros coydados de muchos que me tyenen los mjs algos forçados. Y aquí, en un nuevo acierto de caracterización, muestra Juan Ruiz cómo Trotaconventos saca partido de esa coyuntura imprevisible; con un talento para la improvisación típicamente español, aumenta los temores de la atribulada viuda y presenta a don Melón como el protector ideal, atribuyéndole una insospechada versación en asuntos legales (coplas 743, 755): "A la fe, dyxo la vieja, desque vos veen biuda, sola, syn conpañero, non sodes tan temjda; es la vyda sola más que vaca corrida; por ende aquel buen orne vos ternja defendida... "(Mas) éste vos défendra de toda ésta contienda, 24

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 ssabe de muchos pleitos e sabe de leyenda; ayuda e deffiende a quien se le encomienda: si el non vos defiende, non sé quién vos defienda." Pero doña Endrina vacila: no ha pasado el año reglamentario de luto y, si casa antes, perderá la honra y la herencia del primer marido. Trotaconventos es demasiado hábil para replicar con razones; lo que hace es esgrimir con mucho brío y elocuencia su argumento ad femi*nam (copla 762a): "¿Qué provecho uos tien vestir ese negro paño? ,.. La negativa de doña Endrina destaca la maestría psicológica de Juan Ruiz en lo que dice y en lo que calla (copla 764) : Respondió doña Endrina: "Dexat, non osaría fazer lo que me dezides njn lo que él querría; non me digas agora más desa ledawja, non me afinques tanto luego el primero dja ... " En la segunda entrevista con don Melón, Trotaconventos, en obediencia a un pedido de doña Endrina, pone a prueba la sinceridad del enamorado anunciándole que su dama casa con otro; don Melón hace tales extremos trovadorescos, apostrofando dolorido a su corazón, a sus ojos y a su lengua, que Trotaconventos, satisfecha, le consuela, confiándole que doña Endrina está enamorada y describiéndole los correspondientes síntomas: a solas, las dos hablan siempre y exclusivamente de don Melón; cuando alguien viene, cambian de conversación; la joven enrojece y palidece alternativamente, le tiemblan los labios, le salta el corazón, suspira al oír el nombre del amado. Permítaseme observar, primero, que aunque el tema de las señas del amor no es original del Arcipreste, sí lo es su elaboración, psicológica y estilística, particularmente el primoroso manejo del diminutivo. Y, segundo, que doña Endrina no ha mostrado tales síntomas en la entrevista previamente narrada; o sea. Juan Ruiz sugiere, con sabia vaguedad, escenas no desplegadas ante el lector, que hacen más verosímil la persuasión de la medianera y el cambio afectivo de la joven. La segunda entrevista con doña Endrina se abre con una pequeña peripecia original que vuelve a documentar la antipatía de Juan Ruiz por el funcionamiento convencional del azar feliz en su modelo. Pues en el Pamphilus, la doncella Galatea, que se dice muy guardada por sus padres, de hecho, está siempre accesible a las solicitaciones de la tercera; Juan Ruiz ha motivado cuidadosamente, como hemos visto, la primera entrada de Trotaconventos; a la segunda, la vieja topa muy naturalmente con la madre de doña Endrina, de quien ha de deshacerse con una improvisada mentira que, de paso, acredita su talento. En esta segunda entrevista, el poeta castellano aventaja decididamente al latino en pintar el doloroso vaivén de su heroína entre amor y honor, pero tampoco sabe trazar la trayectoria 25

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 cabal de su pasión hasta la entrega voluntaria. Y resuelve la dificultad a la zaga de su modelo, esto es, por engaño y violencia. Trotaconventos se trae a doña Endrina engañada a su casa, donde ha apostado a don Melón, y los deja solos so pretexto de acudir al llamado de una vecina; a su vuelta, halla a la joven deshecha en llanto. Con otro acertado toque psicológico original, Trotaconventos rechaza ahora con despego casi cínico los reproches de su víctima (copla 878). "Quando yo saijf de casa, pues que veyades las rredes, ¿por qué fyncauades con él sola entre estas paredes? A m¡ non rebtedes, fija, que vos lo merescedes; el mejor cobro que tenedes, vuestro mal que lo calledes. Pero, ante la desesperación de la joven, propone al fin el casamiento, y todo acaba en paz y regocijo... y setenta y dos versos de moralización para desaconsejar vehementemente a las "señoras dueñas" la conducta de doña Endrina.

Nuevas aventuras amorosas, riña con Trotaconventos en la que, con fruición verbal digna de Rabelais, Juan Ruiz enumera 41 apodos que no deben decirse a la medianera, a quien aplaca llamando por broma "Buen amor", como al Libro·, la moraleja del curioso episodio encarece las ventajas de pensar antes de hablar y de reservarse prudentemente los juicios desfavorables. Luego, al amparo del mismo precepto dé San Pablo que encabezaba la novela autobiográfica (copla 76cd), el poeta narra sus encuentros con cuatro vaqueras en la Sierra de Guadarrama, agregando al final de cada uno la correspondiente versión lírica, que es en los cuatro casos una pastorela burlesca. Como poeta de ciudad, no de corte, Juan Ruiz no es propenso a idealizar la vida de campo; sus vaqueras son interesadas y lascivas, mucho más fornidas y emprendedoras que el viajero; una, goyescamente fea; otra es una serrana lerda, muy dispuesta a casarse con el poeta, el cual se zafa bonitamente so pretexto de ir a comprar los presentes requeridos por ella; en la graciosa cántica correspondiente, la enumeración de quehaceres y prendas rústicas sin duda provocaría la carcajada del público urbano (coplas 997-1005). Después de rendir tributo en la sierra al loco amor, Juan Ruiz rinde tributo en el valle al buen amor, haciendo sus devociones en el santuario de Santa María del Vado, para el que compone tres cánticas piadosas a la Virgen y a la Pasión. A continuación, se sitúa otro largo episodio de tema tradicional (y, por consiguiente, no autobiográfico), De la pelea que ouo don Carnal con doña Quaresma. La recurrencia anual de las épocas de hartura y escasez ha sido, según creen muchos estudiosos, resorte importantísimo para la religión primitiva y para la tragedia griega. En la Edad Media inspiró disputaciones, poemas paródicos y prosa retórica. En los últimos años 26

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 del siglo XV, el poeta y músico Juan del Encina escribió su rústica Égloga de Antruejo o Carnestolendas, con un villancico final cuya música se ha conservado. A mediados del siglo siguiente, Peter Brueghel el Viejo pinta su "Combate entre Carnaval y Cuaresma", en que representa una celebración popular de la fiesta.

Comienza con una parodia del estilo curialesco en las cartas con que doña Cuaresma se dirige a los fieles (especificando, con burla enderezada al poeta mismo, "a todos los arciprestes e clérigos con amor", copla 1069a) y desafía a don Carnal. Este recluta una hueste numerosa, es decir, una lista de las distintas clases de carne presentadas como animales vivos en el orden en que aparecían en una comida medieval, y armadas de las correspondientes piezas de menaje. Por ejemplo (copla 1086 s.), en la retaguardia del ejército van faisanes y pavones con yelmos, (que son ollas de cobre) y adargas (que son calderas y sartenes). Mientras don Carnal y los suyos duermen después de una opípara cena, doña Cuaresma penetra por sorpresa en el real y traba la batalla; así, en lugar de un segundo catálogo de manjares, los alimentos de cuaresma están indicados en la acción y acompañados de su procedencia, de suerte que constituyen una verdadera carta gastronómica de los pescados y mariscos de España. Forzosamente, la tropa de doña Cuaresma arrolla a la de don Carnal, que es hecho prisionero. Un fraile predica y confiesa a don Carnal (y aquí el poeta discurre muy en serio sobre "cómo el pecador debe confessar e quién ha poder de lo absoluer"), imponiéndole en penitencia una dieta mortificante. El Domingo de Ramos, mientras doña Cuaresma se ocupa en obras piadosas, don Carnal burla la vigilancia de su guardián, don Ayuno, y se refugia en la judería, que no observa la cuaresma. Jinete en el caballo que le proporciona el rabino, don Carnal recorre la región ganadera de España, con gran espanto de los rebaños y, a su vez, envía desde allí cartel de desafío a su rival. Pero las semanas de cuaresma han pasado. La "dueña", no dispuesta a sostener el reto, huye disfrazada de peregrina, como el héroe del Roman de Renard. Y llegamos a abril, el mes primaveral de la resurrección de la naturaleza; Juan Ruiz celebra la entrada triunfal de los dos emperadores, don Carnal y don Amor, reelaborando con visión muy personal una larga tradición poética que se remonta a Ovidio. Reciben al monarca árboles y aves cantoras, instrumentos de música personificados a medias y largas procesiones de todas las jerarquías y órdenes religiosas, que agasajan a don Amor acomodándole burlescamente frases de la liturgia ("te Amorem laudamus", por ejemplo). Los distintos estados sociales se disputan el honor de hospedar al ilustre visitante, y con ese motivo los unos satirizan a los otros y todos a las monjas (coplas 1247-1258). Para evitar bandos, don Amor aloja en la casita del Arcipreste los instrumentos de música — graciosa propaganda del poeta—, y hace levantar en un prado su rica tienda.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Con brevedad rara en un poeta medieval, el Arcipreste detalla un solo motivo de su ornato, la alegoría de los meses y, en lugar de describir las distintas figuras alegóricas, narra dinámicamente las faenas propias de cada mes. A pedido de su huésped, refiere don Amor sus andanzas por España, su éxito en la alegre Andalucía y su fracaso en la austera Castilla: claro que Juan Ruiz es castellano y compone para castellanos. El poeta, retomando su supuesta autobiografía, vuelve a solicitar los oficios de Trotaconventos, y luego de dos breves aventuras desfavorables, ella le recomienda cortejar monjas, que, sobre confeccionar golosinas y electuarios, vencen a todas las mujeres en gracia y cortesía (copla 1332 ss.). Va, pues, Trotaconventos a visitar a una monja a quien ha servido antes. La monja no lleva nombre cristiano; se llama doña Garoza, que en árabe quiere decir 'desposada' y, como en el caso de doña Endrina y de Trotaconventos, el nombre significativo encierra la esencia moral del personaje: bajo la cubierta del nombre "infiel", insinúa el poeta, se esconde la fiel desposada del Señor. Por otra parte, Trotaconventos y doña Endrina confirman, particularizándolos, los tipos que les dan nacimiento (la medianera, la dama); en cambio, doña Garoza cobra existencia particular desmintiendo el tipo de monja anticipado, en una línea quebrada de constantes sorpresas, que estructura el episodio en la forma más detenida y compleja del zigzagueo humorístico grato a Juan Ruiz. En efecto: Juan Ruiz ha estado satirizando a las monjas en general a lo largo de todo el Libro y en particular en el chusco panegírico (discursos de alabanzas) que encabeza este episodio y, por añadidura, doña Garoza comienza por acoger amistosamente a Trotaconventos, pero — primera sorpresa—muy lejos de mostrarse fácil, como lo han hecho esperar las promesas de la medianera, inicia un largo debate por fábulas. Por otra parte, el tono amistoso de la monja y su autorización a la mensajera de volver al día siguiente inducen al lector, predispuesto por tanta copla satírica, a creer que su resistencia no será cosa mayor, y al día siguiente, Trotaconventos, más osada, se mofa de la vida monjil y el poeta subraya maliciosamente la complacencia con que las monjas galantes dejan el coro para ir al locutorio; pero —segunda sorpresa—doña Garoza responde mucho más resuelta que la víspera, al punto de que Trotaconventos se reduce a reclamar para su protegido no más del saludo que a nadie puede negarse por cortesía. La monja, tras oír el retrato verbal del Arcipreste, condesciende al fin a hablarle; Trotaconventos sale esperanzada, y el poeta acumula versos que crean la impresión de que las prevenciones y dilaciones solo servirán para realzar "l a buena cima" (copla 1498d) de la conquista amorosa.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 La entrevista de los amantes comienza con un verso solemne que a la luz de los siguientes parece irrisión sacrílega (copla 1499 ss.): Ein el nonbre de Djos fuy a mjsa de mañana, vy estar a la monja en oración: loçana, alto cuello de garça, color fresco de grana, ¡desaguisado fizo quien le mandó vestir lana! ¡Val me, Santa Marja, mjs manos me aprieto! ¿Quién dyo a blanca rrosa abito e velo prieto? Más valdrie a la fermosa tener fijos e njeto, que atal velo prieto nin que ábitos ciento. Pero que sea errança contra nuestro Señor el pecado de monja a orne doñeador, ¡ay Djos! ¡e yo lo fuese aqueste pecador que feziese penjtençia deste fecho error! Oteóme de vnos ojos que paresçian candela, yo sospiré por ellos; diz mj coi-acón: ¡helaí fuyme para la dueña, fablóme e fabléla, enamoróme la monja, e yo enamórela.

Pero un vuelco súbito —tercera sorpresa— pone en salvo el verso inicial de la entrevista, nada sacrílego en verdad: doña Garoza, la desposada del Señor, es fiel a sus votos, y "la buena cima" anunciada es el "lynpio amor", de veras contraído en nombre de Dios (copla1503 s.): Rescibió me la dueña por su buen serujdor, ssyenprel fuy mandado e leal amador; mucho de bien me fizo con Djos en lynpio amor: en quanto ella fue byua, Dios fue mj guiador. Con mucha oración a Djos por mj rogaua, con la su abstinencia mucho me ayudaua, la su vida muy lynpia en Djos se delèytaua, 29

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 en locura del mundo nunca se trabajaua. Y, por último, un nuevo viraje vuelve a brindar una generalización maligna sobre los defectos de las monjas, en irónico contrapunto con el panegírico que comienza el episodio (copla 1505): Para tales amores son las religiosas, para rrogar a Djos con obras piadosas, que para amor del mundo mucho son peligrosas, e son muy escuseras, perezosas, mentirosas. Ya se ve cómo el poeta se goza en encaminar al lector en una dirección para sorprenderle inmediatamente con la opuesta. En este caso, el más largo y elaborado ejemplo de esa arquitectura en el Libro. La sorpresa gira entre la categoría general y el personaje particular, que la desmiente.

La sorpresa juguetona es recurso favorito de Juan Ruiz. Así, después de tanto insistir en que, para hacer justicia a la obra, debemos atender a su sentido profundo, el lector, al encontrarse con el verso' 64d, que comienza: "Entiende bien mi libro .. .", espera que a continuación se le diga algo como: ".. . verás cuan cierto es"; pero lo que en cambio se le ofrece es un chiste inesperado: "avrás dueña garrida". Un ejemplo más sutil, en la copla 109 ss.: después de un elogio de las mujeres en estilo cortés, el Arcipreste narra su aventura con la panadera, el más bajo de los episodios amorosos situados en ambiente ciudadano. Veremos otros casos (el llanto por Trotaconventos, la alabanza de las mujeres chicas, el retrato de don Hurón) en las páginas que siguen; la historia de doña Garoza es el ejemplo más complejo y desarrollado de esta estructura zigzagueante que recorre el Libro entero.

Las coplas que describen a la bella doña Garoza parecen tener en cuenta cierta canción medieval (de la que ha quedado muestra en latín, francés, alemán, italiano, catalán) donde la monja de vocación forzada se nos aparece quejosa de la vida monástica, maldiciendo a quien la ha puesto en ella y ansiando goces mundanos. Juan Ruiz ha preservado estas tres notas de la canción de monja pesarosa, pero ha introducido dos cambios fundamentales. El tono de la canción suele ser más burlón que sentimental y, a veces, francamente libertino; el de Juan Ruiz es tan grave como apasionado: ¿Quién dyo a blanca irosa abito e velo prieto? Además, Juan Ruiz se guardó de exhibir a la monja sin vocación, lamentable criatura, que resulta inferior al papel que le ha deparado el destino, antes bien expresó por su propia boca, como espectador, la natural piedad hacia la hermosa que ha renunciado al siglo, realzando así el mérito de la monja, a quien deja intacta en su pedestal de perfección.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Pero doña Garoza muere a los dos meses; en la breve aventura siguiente, De cómo Trotaconventos fabló con la mora de parte del Arcipreste e de la respuesta que le dio (coplas 1508-1512), Juan Ruiz, desasiéndose de toda previa forma literaria conocida, recorta en su ambiente cotidiano un trozo de vida que vierte en forma de un pequeño debate, y aquí la esencia estática del debate cuadra íntimamente con la oposición irreconciliable de la muchacha mora a las solicitaciones pecaminosas del mundo cristiano. Con taimada garrulería, Trotaconventos prodiga los nombres amistosos a la muchacha; finge dolerse del largo tiempo pasado sin verse, y regocijarse con su buena fortuna; encarece los dones del galán, y trata de insinuarse en su ánimo acumulando léxico y giros arabizados. La mora ataja tan variado juego con cuatro lacónicas respuestas en su lengua —lesnedrí 'no sé'; legualá 'no, por Alá'; ascut 'cállate'; amxí 'vete'—, hábilmente colocadas al final de cada copla, como sonoros acordes que marcan su inexpugnable voluntad. El breve episodio de la moral contrasta sabiabiamente en contenido, estructura y extensión con el largo episodio de la monja y es, si no me equivoco, el único horro de moralización en todo el Libro, aunque no de moral, pues el último verso de la es trofa introductoria contrapone soberbiamente la amada silenciosa e intachable al poeta verboso y pecador (copla 1508d) : ella íizo buen seso, yo fiz mucho cantar. No parece casual el contraste entre la apariencia de la monja, equivoca hasta el final, y la inequívoca postura de la mora desde el principio, contraste que se refleja también en la afición de la primera a lucir su bella palabra, frente a las cuatro frases descarnadas de la mora, cuya lengua extraña simboliza su deliberado alejamiento. La delicada figura de doña Garoza, a la vez frívola y virtuosa, surge lentamente de los preliminares de su episodio, de sus variadas reacciones a lo largo del largo debate, de las reacciones de la vieja y del enamorado, de la sorpresa de la entrevista final. La recia figura de la mora brota de una pieza de sus cuatro negativas, que deshacen la astuta verbosidad de Trotaconventos. Creo que la singularidad de haber elegido a una mora por heroína de la más vigorosa versión de la amada zahareña solo puede explicarse como voluntario embellecimiento, en lo moral, del mundo musulmán, de igual sentido al que operan otros autores castellanos del siglo XIV que evocan la pompa y sabiduría de las cortes hispanoárabes, iniciando la idealización nostálgica del pueblo derrotado. En una pausa en la narración, Juan Ruiz da noticia —ya citada— sobre su actividad de poeta lírico y enumera los instrumentos que no se prestan a acompañar canciones árabes; luego anuncia la muerte de Trotaconventos. Con este pretexto, ' ' el Arcipreste faze su planto", muestra de un género medieval que en la poesía española ha alcanzado varias veces rara excelencia: basta pensar en las Coplas de don Jorge Manrique a la muerte de su padre y en el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca. Por muy universal que fuese desde luego este tema, y por muy convencionalizado que ya estuviera su desarrollo, Juan Ruiz se muestra aquí altamente original.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 El sentimiento que le guía es un profundo horror a la muerte, no mitigado por ninguna consideración teológica ni moral, y solo cede a lo que, bien mirado, no es sino otra faceta del mismo sentimiento: la exaltación producida por el triunfo de Jesús sobre la muerte. Después de la apasionada gravedad de estas coplas (Í520-1564), el poeta, con característico cambio de rumbo, canta burlesca y rapsódicamente la ascensión de Trotaconventos al Paraíso, y añade, en fin, su epitafio —en el tono contrito que la ocasión exige, pero no sin disparar un verso (copla 1578b) cargado de malicia— La muerte recuerda al poeta los pecados capitales y los tres enemigos del hombre: diablo, mundo y carne; la defensa moral contra estos enemigos está presentada según el llamado tema de la loriga(armadura) —cada virtud simbolizada por una pieza de la armadura medieval—tema que tiene su punto de arranque en la Biblia y es acogido con entusiasmo por la piedad medieval porque responde al concepto de la vida devota como milicia de Dios.

El verso que sigue a este sermón (copla 1606a: "Quiero vos 'abreujar la mi predicación") es una fórmula que Juan Ruiz ha empleado con cierta frecuencia, pero el término "abreviar " introduce el asunto del nuevo troz"-, De las propiedades que las dueñas chicas han, que se disimula todavía como simple ejemplo en los tres versos siguientes. Es esta una muestra más del gusto de Juan Ruiz por la estructura zigzagueante para lograr efecto humorístico. Predispuesto por el sermón anterior, el lector cree hallarse ante otra prédica edificante. Con rápido viraje, el poeta se engolfa en el delicioso elogio, que concluye parafraseando las palabras iniciales; pero precisamente al volver al punto de partida, cuando parecería confirmar el elogio, lanza el silogismo burlón que demuestra cómo todo lo anterior venía preparando desde el principio la distensión cómica (copla 1606 ss.): Quiero vos abreujar la mj predicación, ca sienpre me pagué de pequeño sermón e de dueña pequeña e de breue rracón, ca lo poco e bien dicho finca en el coracón... En pequeña girgonça yaze grand rresplandor, en acucar muy poco yaze mucho dulçor, en la dueña pequeña yaze muy grand amor: pocas palabras cunple al buen entendedor... Como en chica rrosa está mucha color e en oro muy poco grand precio e gran valor, como en poco bálsamo yaze grand buen olor, ansy en chica dueña yaze muy grand amor. 32

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Como rroby pequeño tyene muncha bondad, color, vertud e precio, nobleza e claridad, asy dueña pequeña tyene muncha beldad, fermosura e donayre, amor e lealtad. Chica es la calandria e chicó el rroysyñor, pero más dulce canta que otra ave mayor: la muger, por ser chica, por eso non es pisr; con doñeo es más dulce que acucar njn flor.. . Ssyenpre quis' muger chica más que grand' njn mayor: non es desaguisado de grand mal ser foydor. Del mal, tomar lo menos: dízelo el sabidor. Por end' de las mugeres la menor es mjjor.

La última aventura del Libro es, como una de las primeras, una malograda mensajería; contiene el retrato moral del mandadero del poeta, don Hurón, "v n apuesto doncel, / sy non por quatorze cosas nunca vy mejor que él"; el retrato consiste en una acumulación de tachas ("Era mjntroso, bebdo, ladrón e mesturero.. ." ) conforme a un esquema jocoso que se halla también, como se ha visto, en el Libro de delicias de Yosef ben Meir ibn Zabarra y en muchos humoristas posteriores. La versión de 1343 agrega todavía, sin conexión con la novela autobiográfica, un episodio sobre el revuelo ocasionado en Talavera por la carta que el Papa Benedicto XII había enviado en 1342 a las autoridades eclesiásticas españolas conminándolas a estrechar la disciplina del clero. Los esfuerzos del Papado en este sentido habían dado origen durante el siglo anterior y, al parecer, en Inglaterra, a varias brillantes sátiras goliardicas que fustigaban la resistencia del clero bajo a los preceptos severos de sus superiores. El Arcipreste, con su destreza en el toque concreto y actual y su don de hacer hablar a los personajes en lenguaje directo, vierte dramáticamente su realidad coetánea en el molde heredado. El Libro concluye con cuidadosa simetría: a los Gozos de Santa María del comienzo corresponden nuevos cantares devotos a la Virgen, entre otros, la joya mariana de Juan Ruiz (coplas 1678-1683): Quiero seguir a ty, flor de las flores, sienpre dezjr cantar de tus loores, non me partir de te serujr,

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 mejor de las mejores. Grand fyança he yo en ty, Señora, la mj esperance en ty es toda ora, de tribulançâ syn tardança ven me librar agora .. . Sufro grand mal syn meresçer a tuerto, esquiuo tal por que pienso ser muerto; mas tú me val, que non veo ál que me saque a puerto. Hay algunas canciones más —de ciegos, de escolares mendigos, a la Ventura—, a manera de apéndice de composiciones sueltas. La verdadera conclusión del Libro, simétrica con la larga introducción, copla 44 ss., es el epílogo titulado De cómo dice el Arcipreste que se ha de entender este su libro. En él, Juan Ruiz vuelve a insistir en el título, materia y recta interpretación de su poema, particularmente en su sentido recóndito, que solo se revelará a la meditación atenta de los lectores del futuro: una vez más, pues, y con gravedad casi solemne, Juan Ruiz expone el curioso concepto medieval del libro no como un todo concluso entregado al lector pasivo, sino como el texto cuya virtualidad total ha de realizar el lector mediante su esfuerzo activo: la glosa. Y el poeta se despide, excusándose modestamente por su actuación de juglar y, a la vez, pidiendo, no como juglar, sino como poeta docente —como Cynewulf o Gonzalo de Berceo—, la recompensa espiritual de las oraciones del oyente. Contradictorio, pues, hasta el final (para el lector moderno y para sus nociones, grecorromanas al cabo, de unidad y categorías artísticas) es este libro mudéjar, escrito por un sacerdote cristiano al término de una tradición árabe y judía, que acoge en sus vibrantes coplas toda la variedad del mundo bajo el título de Buen temor, "que es el de Dios", autor de todo.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 CLASE 24-5 EL BUEN AMOR Durante mucho tiempo se pensó que no tenía título y se discutía si Juan Ruiz existió, se decía que solo era un personaje dentro del libro, que era ficción. Pero se encontraron varios documentos alrededor del 1330- 1340 confirmando la existencia de un arcipreste en la ciudad de Hita (TAMBIEN SE DICE FITA YA QUE LA H SE ASPIRO DESPUES). Este Juan Ruiz se supone que nació en 1300. En 1351 el cargo de arcipreste ya estaba en mando de otro. Por tanto, él pudo haber muerto o lo habrían destituido del cargo. Estos cargos no se pueden desheredar solo si este se “porte mal”, como suponemos por lo escrito en el libro donde se explicita que fue preso varias veces. En la edad media no había el interés por la autoría, el nombre del autor no importaba. En este caso, el “yo” aparece todo el tiempo explicitado al estar en primera persona, da la idea de autobiografía (existe si es una autobiografía totalmente ficticia o es una autobiografía soñada). La tradición dice que era un clero y también un juglar, un poeta. ¿Qué significa El buen amor? Aparentemente es amor a dios. Y después habla de otro amor, es el loco amor. Pero el loco amor es el pecado y sobretodo el pecado carnal y se supone que hay una oposición entre ambos (esto está en discusión). Don Gil de Albornoz (obispo de Toledo) es enemigo de Juan Ruiz y es quien lo pone preso. Juan Ruiz es un clérigo poco ortodoxo. LAS INFLUENCIAS (DOS CORRIENTES) Américo Castro Para él, el factor que España sea diferente al resto de Europa es por la convivencia con lo semítico ya que hubo un mestizaje cultural de influencia árabe y judía en España y que luego el repudio a estas raíces también los hizo diferentes. Claudio Sánchez Albornoz El, en oposición, opina que en España durante siglos estuvieron los árabes y hubo comunidades judías muy importantes sobre todo en los centros urbanos , pero no interactuaban solo apenas se toleraban y en cuanto existió un conflicto (en el caso de los árabes fueron expulsados por las armas y el de los judíos fueron primero masacrados y luego expulsados de España en 1492), muchos árabe como judíos se transformaron al cristianismo por lo tanto existió un mestizaje étnico, PERO LO QUE NO QUEDA CLARO PARA SANCHEZ ALBORNOZ ES QUE SEA CULTURAL, SINO PARA EL LO ESPAÑOL VIENE DE LO VISIGODO(LO ROMANO) Y LO SEMITICO ES ALEATORIO. 35

Literatura Española I – Primer parcial - 2018

SOBRE TEXTO DE RAFAEL LAPESA Existe algo extraño hay criticas como la de María Rosa Lida que dicen que es un texto didáctico con un fin moralizador. Luego tenemos los que dudan de esto y dicen que es un elogio del placer carnal y que tiene que ver con la poesía de los goliardos. Pero Lapesa apunta al cinismo al utilizar los sermones religiosos como herramienta moral, pero dice que su fin es sobrellevar la censura. *Semítico: Familia de la Lengua Afroasiática *Goliardos: Clero que se revelo contra la castidad CLASE 30-5 Introducción del libro del buen amor (LBA) Clase pasada- artículo de Lapesa. La problemática del autor: Por mucho tiempo se creyó que Juan Ruiz no existió realmente, y que el libro del buen amor es una autobiografía ficticia. Siempre se leyó a Juan Ruiz como un personaje dentro de un texto, escrito por un autor anónimo. Sin embargo, se hallaron documentos que afirman que efectivamente existió un tal Juan Ruiz que ejerció el arciprestado en Hita. También se sabe que estudio en Toledo, y en 1351 ya no figuraba en el arzobispado de Hita. Por tratarse de un cargo vitalicio se supone que para esa fecha ya habría muerto. Cien años después, un juglar o un copista, coloca en el final de su copia del LBA ‘’este libro fue realizado por el Arcipreste de Hita, Juan Ruiz, que estuvo preso por Gil de Albornoz’’. Hoy se sabe que estuvo preso, incluso hay quienes afirman que estuvo trece años preso. Hay una teoría en la que encontraron un Juan Ruiz de Cisneros, nacido en 1295 en una zona aun ocupada por los árabes. Este hombre seria el hijo de unos cristianos raptados por árabes, que creció hasta los 10 años en un mundo totalmente árabes, pero que luego volvieron a zona cristiana debido a que pagaron su rescate. Quizás, puede ser que este Juan Ruiz haya sido el mismo que trabajo en el arciprestado de hita. Un hombre del que si esta fehacientemente comprobada y documentada su existencia fue Gil de Albornoz, un obispo de Toledo que tenía una obsesión con que los curas no podían ‘’amancebarse’’, concubinarse, una práctica que en el siglo XIV se había extendido. Aparece problematizada la práctica del celibato, el voto de castidad hecha por los religiosos cristianos.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Gil de Albornoz era un gran militante a favor de la castidad de los curas, que se había disipado. Esta descontracturalización de las practicas cristianas puede haberse dado por la influencia de las otras religiones monoteístas (judíos y musulmanes). Pero también puede ser que, mientras que los cristianos luchaban contra los moros, el dogma cristiano tuviera mucho más peso. Pero a partir del siglo XIV, el moro ya era un enemigo vencido. Ya que los cristianos no tenían un enemigo común que los uniera, los dogmas de la iglesia se respetan mucho menos. También hay otro factor a tener en cuenta: el mayorazgo. Cuando un noble fallecía, su título era heredado al hijo mayor. El resto de los hijos usualmente se dedicar a la guerra. Sin embargo, en el siglo XIV, cuando básicamente la guerra estaba terminada, los nobles solían meterse dentro del clero. Estos ‘’nobles enclerecidos’’ seguramente querían vivir con mujeres, pero, en teoría, el dogma se los impedía. La clase aristócrata escapaba a toda costa del trabajo manual. Por otro lado, muchas veces, al no poder estar amancebados con las mujeres, se producía la sodomía en la interna de los monasterios. El sexo entre hombres o entre mujeres. Todo esto, más tarde, conduce a la reforma protestante. Toda Europa se encuentra en un periodo de turbulencias. Hay una lucha entre los nobles contra el intento de los reyes de centralizar. También cae la peste negra sobre el viejo continente y diezmo entre el 30 y el 60 por ciento de la población (pero eso ultimo no lo vio el Arcipreste). Retomando la problemática de los votos de castidad, en el concilio de Valladolid, en 1332, donde se estableció la condena en prisión de los clérigos amancebados. Hay una persecución de los clérigos amancebados. Hay una crisis de valores. Pero es un mundo donde está lleno de curas, monjas y frailes. Se accedía a estos cargos mediante el estudio, se necesitaba mucho conocimiento. Juan Ruiz era un clérigo, por lo tanto, había estudiado durante años. Durante años estudiaban teología y latín y eran grandes conocedores de la Biblia (de hecho, el LBA está repleto de citas en latín) y los evangelios. Evidentemente también era muy ducho en las prácticas culturales religiosas y la liturgia cristiana (de donde extrae varios personajes alegóricos). Estas son grandes fuentes de la obra, pero no son las únicas. FUENTES DEL LIBRO DEL BUEN AMOR Al estudiar latín todo clérigo no solo debía leer a biblia en latín, sino también literatura en latín: los padres de la iglesia, que decían como se debía interpretar los textos religiosos. Ellos también constituyen una fuente. Otras fuentes son la literatura romana, pagana, como también mucha literatura clásica, conservada por los árabes. Todas estas fuentes, pese a ser paganas, son leídas desde una perspectiva cristiana.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Un autor latino que era leído mucho en la edad media era Ovidio. Es evidente que ejerció una gran influencia sobre el arcipreste pese a que en ningún momento se hace referencia explícita a él. También eran leídos otros textos en latín escritos en la propia edad media. Un ejemplo de ellos es el Phampilus: una novela erótica anónima escrita en latín. El arcipreste va a tomar ‘’prestado’’ parte del Phampilus y lo va a extender, en un episodio que visto desde una perspectiva actual seria plagio, pero que era una operación común en la edad media. Otro autor que es influencia de J.M es Esopo, un esclavo griego, jorobado, creador de muchas de las fabulas más conocidas hasta el día de hoy (la liebre y la tortuga, la zorra y la cigüeña entre otras). El libro anónimo indio Calila e Dimna, leído mucho en la edad media, también ejerció su influencia en el LBA. Encontramos 32 cuentos insertados en el LBA, aunque ninguno de ellos es de la autoría de Juan Ruiz, sino que pertenecen tanto a la cultura popular como a la cultura culta. Incluso aparecen muchos aspectos del folclore (refranes, dichos, chistes). Juan Ruiz también parece haber tenido contacto con los goliardos: curas errantes y hedonistas del siglo XIII, un movimiento de rebelión del propio clero contra la ortodoxia. Preferían los bares, el alcohol y la compañía de las mujeres, incluso practicaban el amor libre. Pero también eran muy cultos y escribían en latín, muchas veces textos en primera persona exaltando el vino, el amor libre y la libertad. Hay una gran incidencia de ellos tanto en Inglaterra como en Francia. Sin embargo, dicen que no hubo goliardos en España. Por supuesto se ha dicho que Juan Ruiz es el goliardo español. Pero los goliardos exaltaban el vino, y Juan Ruiz, por su influencia árabe, lo censuraba. Pero Juan Ruiz no era solo un clérigo: en el LBA el “yo” lirico se jacta de conocer muchos instrumentos musicales, habla de su conocimiento de música, y de su capacidad de hacer poesía. Música y poesía se entrecruzaban en la figura del juglar. ¿Qué clase de hibrido es entonces Juan Ruiz? ¿Un clérigo ajuglarado? Hay quienes dicen que Juan Ruiz, antes de ser clérigo fue juglar. Otros afirman que fue un clérigo que escribió para juglares. Lo que es evidente es que, durante la obra se dirige innumerables veces a los juglares, incluso permitiéndoles ampliar o modificar su obra, siempre y cuando sepan trovar. ¿Cuál es el público de esta obra? Esta permanente invocada por el autor. También el autor habla mucho de su libro. Habla de los que pueden leer su libro y de los que pueden oír su libro. Tenemos la posibilidad de un público que lee en voz alta, del público que lo lee en silencio, y el público que inculto. Se dirige así al público de noble, de palacio, pero también a otros juglares o el público en una plaza, un público plebeyo. Pese a que el LBA presenta materiales muy heterogéneos (narrativa, poesía, dichos, alegorías) posee una gran unidad de estilo y del yo lirico (salvo en el episodio de doña Endrina)

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 PARATEXTOS Era un tópico en la edad media empezar una obra con un rezo para que Dios inspire al poeta. El primer rezo que encontramos en el libro está dedicado a Jesús de Nazaret trata básicamente de sentimientos de sufrimiento de personajes bíblicos, como también de situaciones de prisión. Durante diez estrofas el “yo” lirico ruega de que lo saquen de la prisión. Según las interpretaciones moralistas, esta prisión a la que se hace referencia no es más que la prisión de la carne, prisión común de toda la humanidad a causa del pecado original. Los que están en contra de esta interpretación señalan que en la copla 10 reza: 10 Dame graçia, señora de todos los señores, tira de mí tu saña, tira de mí rencores: faz que todo se torne sobre los mescladores

El ‘’mezcladores’’ de esta última estrofa nos remite enseguida a los ‘’mestureros’’ maldecidos por Ximena en el cantar del mío Cid, los calumniadores. Da la impresión de que el que escribe esto realmente está en una prisión física. Los calumniadores a los que hace referencia, dicen, son Gil de Albornoz. Más adelante sigue un prólogo en prosa, simultaneo con la cruzada del obispo de Toledo. Este prologo en prosa es muy confuso. En su comienzo simula un sermón dado por un padre en una iglesia. Más adelante, entre citas bíblicas, aparece la idea de que debemos cuidar el alma, que en este contexto es sinónimo de consciencia. 6 En el qual verso entiendo yo tres cosas, las quales dizen algunos doctores philósophos que son en el alma e propriamente suyas, que son éstas: entendimiento, voluntad, et memoria. El autor también va a apelar al entendimiento del público: la consciencia no es nada sin el entendimiento. El autor se va a ver sumamente preocupado porque su obra sea entendida correctamente. 25 et desque está informada et instruida el alma que se ha de salvar en el cuerpo limpio, e piensa, e ama, e desea omen el buen amor de Dios, e sus mandamientos. E esto a tal, dise el dicho profeta: Et meditabar in mandatis tuis quae dilexi: et otro si desecha, et aborresçe el alma el pecado del amor loco d'este mundo Entre páginas llenas de los sermones aparece planteada la gran dicotomía: Buen amor, por un lado, loco amor por el otro. Ambos son opuestos e irreconciliables. El buen amor está definido claramente: es amor hacia Dios y sus mandamientos, la ley cristiana. Por otro lado, está el loco amor, que el alma debe aborrecer, el amor que incita a pecar. Enseguida se asocia al loco amor con el pecado. En un principio, como era de suponer, parece que el autor se inclina unívocamente por el buen amor, exaltándolo con todas las virtudes. Pero más adelante aparece algo distinto. 90 Onde yo de mi poquilla çiençia et de mucha et grand rudeza entiendo quántos bienes fasen perder el alma e el cuerpo, et los males muchos que les aparejan e dan el amor loco del pecado del mundo. Escogiendo et amando con buena voluntad salvaçión et gloria del paraíso para mi ánima, fis' esta chica 39

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 escritura en memoria de bien: et compuse este nuevo libro, en que son escritas algunas maneras e maestrías et sotilesas engañosas del loco amor del mundo, que usan algunos para pecar. Primero nos había dicho que iba a enseñar cómo distinguir el buen amor del loco amor. Pero ahora reconoce que su libro va a mostrar maneras, maestrías y sutilezas del loco amor. El libro parece tratar más del loco amor que del buen amor (pese a que una técnica pedagógica sea enseñar por el contrario) 99Las quales leyéndolas et oyéndolas omen o muger de buen entendimiento, que se quiera salvar, descogerá, et obrar lo ha: Los hombres y las mujeres podrán elegir: verán el loco amor, el pecado y elegirán no cometerlo. Puede ser una apuesta al libre albedrio. Por ahora no hay un quiebre radical con la ortodoxia cristiana. Pero no todo el mundo tiene la capacidad para entender su libro. Por ello nos dice más adelante: 102 Otrosí los de poco entendimiento no se perderán: ca leyendo et coydando el mal que fasen o tienen en la voluntat de faser, et los porfiosos de sus malas maestrías e descobrimiento publicado de sus muchas engañosas maneras, que usan para pecar et engañar las mugeres, acordarán la memoria e non despreçiarán su fama(…) et desecharán et aborreçerán las maneras et maestrías malas del loco amor, que fase perder las almas et caer en saña de Dios, apocando la vida et dando mala fama, et desonra Los que no entienden que es el bien y la salvación por ser cortos de entendimiento, aquí van a tener ejemplos de lo que no hay que hacer para no perder la fama. 117 en pero, porque es humanal cosa el pecar, si algunos (lo que non los consejo) quisieren usar del loco amor aquí fallarán algunas maneras para ello, Encontramos una fisura en el planteamiento ortodoxo y macizo del autor. El pecado ya no es cuestión de locos o insensatos, sino que es una cuestión humana. Encontramos de esta manera tres posibilidades: los inteligentes entenderán el objetivo de esta obra y se mantendrán lejos del pecado por el amor a Dios, los cortos de entendimiento hallaran en este libro ejemplos de lo que no deben hacer y se mantendrán lejos del loco amor para no perder la fama. Por último, aquellos humanos que deseen pecar (ya que el pecado es parte de la naturaleza humana) encontraran en este libro las formas de llevarlo a cabo. Podemos interpretar esta ambigua pluralidad en cuanto al objetivo de la obra como una estrategia para poder hablar del pecado. 119 e ansí este mi libro a todo omne e muger, al cuerdo e al non cuerdo, al que entendiere el bien et escojiere salvaçión, e obrare bien amando a Dios: otrosí al que quisiere el amor loco en la carrera que andubiere puede cada uno bien deçir: Intelleclum tibi dabo Esta apelación extrema al libre albedrio es absolutamente incompatible con la moral cristiana. Es una apología al libertinaje: todos tienen derecho de hacer que le da la gana. Pero en seguida se ataja, diciendo que: 40

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 lo primero que quiera bien entender e bien judgar la mi intençión El autor quiere dejar la puerta abierta para poder decir que su obra fue malinterpretada y así poder escapar de la condena por hereje o pecador. Se justifica para no ser censurado. 130 Et Dios sabe que la mi intençión no fuer de lo faser por dar manera de pecar ni por mal desir, más fuer por reduçir a toda persona a memoria buena de bien obrar et dar ensiempro de buenas costumbres e castigos de salvación La contradicción entre este pasaje y lo dicho anteriormente es evidente. Pero a continuación, en la mitad del sermón moral laberintico y ambiguo, el autor dice: 141 Et compóselo otrosí a dar algunas lecçiones e muestra de metrificar et rimar, et de trobar: con trovas et notas, et rimas, et decades, et versos, que fis' complidamente segund que esta çiençia requiere.

También parece que este libro es un manual, una lección de cómo metrificar, rimar, metrificar. No solo te demuestra el bueno o el mal amor, sino que también demuestra sus habilidades juglarescas. Aquí diso de cómo el arçipreste rogó a Dios, que le diese graçia qu podiese faser este libro. Dios Padre, Dios Fijo, Dios Spíritu Santo:11 Es un tópico tan antiguo como la Ilíada que el poeta pida fuerzas para emprender su obra. 12 Él me done su graçia, e me quiera alumbrar, que pueda de cantares un librete rimar, que los que lo oyeren, puedan solás tomar. Hay dos expresiones relevantes: primero, el autor llama a su obra ‘’librete’’, librito, utilizando un diminutivo. Realmente no es una forma muy seria de llamar a un tratado sobre la moral cristiana. Segundo: el autor habla de un solaz: un despeje, un descanso. Es también extraño que se tome un descanso en el medio de un ruego. 13 Tú, Señor Dios mío, qu'el omen crieste,13 enforma e ayuda a mí, el tu açipreste, que pueda faser un libro de buen amor aqueste, que los cuerpos alegre, e a las almas preste

Nuevamente se plantea un objetivo de la obra el cual dista mucho del objetivo que se supone que debe tener un tratado sobre la moral cristiana. También hace referencia a ‘’alegrar el cuerpo’’ lo que es de suma extrañez si tenemos en cuenta que la cosmovisión cristiana la carne era el origen del pecado. Dentro de la tradición musulmana, esta dicotomía entre el cuerpo y el alma no existe: hay un pasaje natural del uno al otro. Si queredes, señores, oír un buen solás,14 escuchad el romanse, sosegad vos en pas, non vos diré mentira en quanto en él yas', ca por todo el mundo se usa et se fas'.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Aparece nuevamente el Solaz y el relax. ‘’Yo le contare todas las mentiras que se hacen en el mundo, y todo el mundo las usa y las hace’’. En este fragmento el autor universaliza, y por lo tanto normaliza, el pecado. No es ninguna excepción: es la naturaleza humana, y no parece ser tan grave. Un elemento muy interesante en esta pérdida de gravedad es la musicalidad. Parte del placer de hablar del cuerpo alegre es cantarlo. El yo lirico toma una preponderancia inaudita. Esto es una biografía ficticia en donde el narrador cuenta lo que se supone vivió. Es un narrador-personaje-protagonista-escritor. Todo junto. Disputa entre los griegos y los romanos. Palabras son de sabio, e díxolo Catón,44 que omen a sus coydados, que tiene en coraçón, entreponga plaseres e alegre la raçón, que la mucha tristeça mucho coydado pon';

Aquí se da una extraña identificación entre la tristeza y el pecado. Por ende, hay que ser alegre, hay que sentir placer. El dolor lleva al pecado, y el placer a la rectitud. Es totalmente heterodoxo, proponiendo un anti ascetismo. et porque de buen seso non puede omen reír,45 avré algunas burlas aquí a enxerir: Ya que el hombre no puede reírse de cosas serias y solemnes, por ello hace algunas burlas. Luego viene un cuento acerca de griegos y romanos que se intentan poner de acuerdo, usando un pillo como interprete. Al final cada cual entiende algo diferente, pero se van convencidos de que entendieron todo. 64 Por esto dise la patraña de la vieja ardida non ha mala palabra, si non es a mal tenida; verás, que bien es dicha, si bien fuese entendida, entiende bien mi dicho, e avrás dueña garrida. La vieja ardida es una vieja curtida por la vida. Encontramos un relativismo moral muy fuerte en este fragmento. El problema no es lo que diga, sino como esto sea interpretado. Si se entiende el libro, el lector podrá encontrar una ‘’dueña garrida’’, una mujer joven con ganas de tener sexo.

65 La bulra que oyeres, non la tengas en vil, la manera del libro entiéndela sotil, que saber bien e mal, desir encobierto e doñeguil tú non fallarás uno de trovadores mil. El autor se autodenomina un trovador capaz de decirte el bien y el mal. Sabe decir las cosas malas de una buena manera, asi logra hablar al entendimiento acerca del mal, sin que sea evidente. El arte del poeta es ‘’doñeril’, engañoso. La misoginia en este pasaje es evidente. En general a todos fabla la escritura,67 los cuerdos con buen seso entenderán la cordura, los mançebos livianos goárdense de locura, escoja lo mejor el de buena ventura.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 El lector es el que debe elegir según su ‘’buenaventura’’, un concepto enraizado en la cosmología musulmana. ¿Que hay aquí? ¿Cinismo? ¿Ocultación ambigua de lo que es una sola opción? ¿Justificación de la antítesis entre el título y el contenido? En la copla 71 terminan los paratextos y empieza finalmente el libro propiamente dicho.

71 Como dise Aristóteles, cosa es verdadera, el mundo por dos cosas trabaja: la primera, por aver mantenençia; la otra era por aver juntamiento con fembra plasentera Y lo hace con una cita modificada de Aristóteles: el mundo tiene dos móviles: el instinto de supervivencia, y el de reproducirse (pero no cualquier mujer, sino con ‘’hembra placentera’’). Y ninguno de los dos móviles parece tener un atisbo de espiritualidad

CLASE 7-6 ANALISIS LIBRO DEL BUEN AMOR La autobiografía Es un yo muy impactante, además es un yo asociado a un nombre, al topónimo Hita y al oficio arcipreste. Es una presencia inquietante. ¿Es todo ficción? Hoy está muy cuestionado en el siglo XXI que la literatura es pura y exclusiva ficción que fue un concepto muy querido en los 60 por los estructuralistas. La idea surge porque mucha de esta literatura antigua no fue concebida como ficción Un ejemplo de los más paradigmáticos es la biblia que sin duda es poesía y narrativa fue escrita (la antigua biblia) como la historia del pueblo hebreo y luego los evangelios para testimoniar que Jesús existió y que para que sus enseñanzas no se perdieran. Pero la voluntad está basada en la verdad, en que eso que se cuenta es fidedigno. Esto de la ficción está muy cuestionado. Actualmente hubo un cimbronazo con un libro de Philippe Lejeune que estudia las literaturas del yo (Autobiografías-Memorias-Diarios Íntimos-Epistolarios-Los testimonios que generalmente tienen una carga política y de denuncia) Y ocurre que hay todo un sector de textos que no son concebidos como literatura. De pronto pueden ser de un escritor que haya escrito su auto biografía y sea lo más interesante de lo que escribió. Lejeune estudia mucho de estas literaturas y dice que son literatura, pero no ficción independientemente de que quizás no sea totalmente verdadero lo que dice (“ejemplo: diferencias de opinión en fechas ya que la memoria puede hacerle trampas al autor”) .

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 El afirma que existe un pacto entre el escritor y el lector en donde el escritor le interesa decir la verdad. Lo que él cree que es verdad, lo que le paso y siente. Y el lector elige el libro para leer esa verdad. Ahora, ¿Qué pasa en el caso del arcipreste de Hita? Hace un tiempo que se habla de Auto ficción. Este tipo de literatura es donde el autor utiliza materiales de su vida explícitamente, aunque todos los autores pueden utilizar material de su vida mucho los camuflan, pero estos buscan hacerlo notar. Es el auto referencial, pero elabora libremente. No hay textos de referencia para afirmar que el libro del buen amor pertenece a la auto ficción porque es un concepto muy reciente en la literatura. Pero es evidente que toma fuentes heterogenias y entre otras su propia vida, ¿Qué sabemos de su vida?, nada. Pero podemos encontrar coincidencias de lo que se dice de él en la obra con lo pocos datos que tenemos de él. También existe influencia de textos insertados dentro de la obra y transformados. Por ejemplo: El Pamphilus que era una comedia popular en la época, y él la toma insertándola en el texto. Esta obra anónima, aunque él se la adjudica a Ovidio, fue muy popular por aquellos que podían leer (lectores del latín) durante la edad media. Durante tres siglos se reedito y eso quiere decir que mucha gente la leía, ahora ¿qué gente? Los que estudiaban Teología ya que era uno de los medios de vida más estables y para ejercer esta se estudia en latín. En el capítulo de los consejos de doña venus, que es un personaje alegórico que sale del Pamphilus, le da al arcipreste consejos para conseguir una mujer y el ya ahí le dice que está enamorado de una viuda y en el capítulo siguiente se topa con ella. La adaptación que en realidad se le llamaba amplificación (algo muy habitual en la edad media) Que es tomar una fuente en donde luego el autor genera una obra nueva. Al autor no le importa disfrazarlo, era una tradición medieval utilizar fuentes latinas y después escribir en base a ellas con una misma estructura, la misma historia, pero amplificando. Y es lo que hace Juan Ruiz con el Pamphilus, aunque en realidad lo que es paráfrasis o sea en lo que cuenta el Pamphilus y lo alarga va desde la estrofa 576 a 652 es el dialogo con doña venus una asesora sentimental y después entre la estrofa 653 hasta 891 este es el episodio de doña endrina y don melón con trota conventos en el medio (ósea que hablamos de 1500 versos del Pamphilus Los antis biográficos hablan de plagio por la cantidad de versos del Pamphilus Pero es evidente que, para estos versos, utilizo materiales que provenían de algunas zonas de su vida como por ejemplo la geografía (los topónimos). El “yo” con Doña Venus es uno que además en la última estrofa del comienzo de la paráfrasis del Pamphilus dice cerrando lo anterior: 575 Yo Joan Ruis, el sobredicho arçipreste de Hita, porque mi coraçón de trovar non se quita, nunca fallé tal dueña como a vos Amor pinta, nin creo que la falle en toda esta coyta 44

Literatura Española I – Primer parcial - 2018

Ósea que antes de empezar el Pamphilus se exalta su imagen como poeta y músico y expone su mala suerte en el amor. Previo a esto hay un episodio con un personaje alegórico que es Don Amor. En el cual lo interpela diciéndole: que él era culpable del sufrimiento en el mundo y el peor pecado sale de ti y es el pecado de cupiditas (la lujuria) Y es bien un discurso de un clérigo. El amor argumenta a favor de porque es necesario el amor pero se pelean tanto que el amor se va y el queda solo y ahí empezaría la zona del Pamphilus. De cómo Amor se partió del arcipreste, et de cómo doña Venus lo castigó

576 Partiose Amor de mí, e dexome dormir desque vino el alba començé de comedir en lo que me castigó; et por verdat desir, fallé que en sus castigos siempre usé vevir.

Esta estrofa se encuentra en un español muy antiguo. En él explica que luego que se fue don Amor el decidió dormir y en el alba se encontraba despierto pensando sobre lo hablado. En la estrofa 578 toma una decisión: 578 Contra mi coraçón yo mismo me torné, porfiando le dixe: «Agora yo te porné »con dueña falaguera: e d'esta ves terné, »que si bien non avengo, nunca más averné.»

El habla con su corazón y le dice: insiste, actúa y ya encontraras dueñas falagueras (expresión del árabe que expresa dulzura y amabilidad). Busca una mujer y ya la encontraras. 580 Fasaña es usada, proverbio non mintroso, más val' rato acuçioso que día perezoso: partime de tristeza de cuydado dañoso, busqué et fallé dueña de qual só deseoso.

En este se utiliza un refrán (en esta obra encontramos muchos refranes ya que son profundamente didácticos, pero no así moralizantes). más val' rato acuçioso que día perezoso (debo actuar y no ser perezoso) partime de tristeza de cuydado dañoso, (insiste con la idea de condenar la tristeza porque de ella surgen todos los pecados por tanto había que ser alegre) busqué et fallé dueña de qual só deseoso. (se despierta el deseo que luego en las dos estrofas siguientes pasa a describir) En la 581 realiza una descripción física y psicológica.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 581 De talle muy apuesta, de gestos amorosa doñeguil47, muy loçana, plasentera et fermosa, cortés et mesurada, falaguera, donosa, graçiosa et risueña, amor de toda cosa.

Luego que tiene el objetivo en mente va a llegar Doña Venus que era la esposa de Don Amor y le va a contar como seducir a una mujer (este personaje pertenece al Pamphilus). Existe una enumeración, una acumulación de adjetivos. En la que se hace una descripción de la mujer en la literatura española. Es la primera vez que nos encontramos en español, la descripción de una mujer con ojos amorosos. Es muy lozana y joven. Doñeguil (femenina) . Plasentera: la palabra placer o deseo siempre está orbitando reiteradas veces encontramos el énfasis en la relación cercana del placer. graçiosa, et risueña de amor en toda cosa Es típico encontrar en el que luego de una enumeración se observe un cierre en el que englobe la idea. Una síntesis. Luego en 582 su descripción es social. 582 La más noble figura de quantas yo aver pud', viuda rica es mucho, et moça de juventud et bien acostumbrada, es de Calataúd, de mí era vesina, mi muerte e mi salud Repite primero las etopeyas, pero luego dice que es noble por tanto tiene estamento social Luego rica y viuda por tanto es una buena partida y va a tener muchos rivales Otro dato es que esta viuda pertenece a Calatayud que pertenece a Castilla la nueva (región al sur de Madrid) Es interesante que el Arcipreste de Hita hereda la cuaderna vía, que era la forma de escribir en forma de cuatro versos con mono rima que viene de Gonzalo de Berceo y de poetas clérigos. Es el mester de Clerecía que empezó en el siglo XIII que no empezó alabado mujeres sino a la Virgen María y a los santos. (culto Mariano) EL arcipreste toma la forma del mester de clerecía, pero hace lo que quiere. La cuaderna vía y el mester de clerecía tienen su origen en Castilla la vieja. Esta zona que vivió el arcipreste de Hita esta hace apenas 100 años en poder de los cristianos. Es una zona donde convivieron tres culturas y el inserta esa tradición y lo mete en la vida civil y aparecen los lugares recientemente conquistados como Calatayud o Toledo. En la última estrofa que era su vecina dato muy interesante y luego agrega una antítesis mi muerte y mi salud ya que el deseo de tenerla cerca es una forma de morir, pero también verla lejos es un placer.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 598 »A persona de este mundo yo non la oso fablar, »porque es de grand linage, et dueña de grand solar, »es de mejores parientes que yo e es de mejor lugar, »en le desir mi deseo non me oso aventurar.

Aquí en esta estrofa reafirma y da un panorama más amplio de sus riquezas hablando de su linaje y sus solares. Dando entender que es mucho más rica de lo que se podía suponer

607 »El color he perdido, mis sesos desfallesçen, »la fuerza non la tengo, mis ojos non paresçen, »si vos non me valedes, mis membrios desfalleçen.» Respondió doña Venus: «Servidores vençen.

Aquí con expresiones hiperbólicas explicita su deseo a lo que doña venus le contesta “Servidores vençen” que es la clásica idea persevera y triunfaras. (El Arcipreste es muy supersticioso y cree en venus y en los astros ya que el nació bajo ese signo esto comparándolo con como reacciono con don amor) 610 »Toda muger que mucho otea, o es risueña, »dil' sin miedo tus coytas, non te embargue vergüeña, »a penas de mil una te despreçie, más desdeña, »amarte ha la dueña, que en ello piensa e sueña. Uno de los versos más famosos. Aquí expresa el rol de la mujer, el silencio de las mujeres, el lugar recatado pero que al mismo tiempo existe pensamientos sexuales, aunque lo callen. Después de los concejos de doña venus el personaje ya está en condiciones de ser activo y arremeter hacia Doña Endrina 653 ¡Ay Dios, y quán fermosa viene doña Endrina por la plaça! ¡Qué talle, qué donayre, qué alto cuello de garça! ¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, que buenandança! Con saetas de amor fiere quando los sus ojos alça. Otro de los pasajes famosos. La exclamación no tiene que ver con dios de la misa sino con una manera de expresar lo que siente. Luego existe una oposición la mujer y la plaza. La plaza es el espacio público donde el amante se topa con Doña Endrina y donde otros hombres y mujeres asechan, ya que era el corazón de la ciudad. Todos circulaban por ahí, al mismo tiempo todas las ventanas rodeaban la plaza y la gente observaba. Luego aparece una metáfora “qué alto cuello de garça” como en muchos pasajes dentro del buen amor encontramos alusiones a aves, en este caso se refiere a un pájaro elegante con un cuello largo y esto es un tópico Romano en el que la bella debe tener el cuello largo. Si uno observa los retratos del renacimiento veremos este punto. Al mismo tiempo el cuello se toma como punto medio entre mente y corazón. Además de modo seductor es un lugar donde se expone la piel.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Después se detiene en la cabeza y exclama por su cabello dando a entender que no lleva pañuelo como tal se acostumbraba en la época y por ende tendría criadas que le lavaran el pelo. Que boquilla: la boca pequeña era otro de los tópicos de ideal. Ya que sus dientes son menudos y no deformes. 654 Pero tal lugar non era para fablar en amores, a mí luego me vinieron muchos miedos e temblores, los mis pies e las mis manos non eran de sí señores, perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores Se genera tención entre ellos y su entorno hay deseo y censura. Expone su fragilidad Luego intenta decirle algo, pero se le olvida En La 656 insiste en hablar en la plaza y luego aparece una metáfora donde da a entender situaciones sociales con metáforas extremas. A veces mal perro atado (mal perro por lo malo y por estar mal atado). Tras mala puerta abierta (y detrás de la puerta están los ojos del pueblo que hablaran mal de esta mujer). Y el símbolo del perro que en este tipo de literatura se ve como una amenaza y que representa la represión social. 656 Fablar con muger en plaça es cosa muy descobierta, a veses mal perro anda tras mala puerta abierta, bueno es jugar fermoso, echar alguna cobierta, a do es lugar seguro es bien fablar cosa çierta.

Pero no obstante va perdiendo el miedo y el poeta le dice una estupidez

657 «Señora, la mi sobrina que en Toledo seía »se vos encomienda mucho, mil saludes vos envía: »si avies' lugar e tiempo por quanto de vos oía, »deseavos mucho ver, et conoçer vos querría. 658 »Querían allá mis parientes casarme en esta saçón »con una donçella rica, fija de don Pepión, »a todos di por respuesta que la non quería, non, »de aquella sería mi cuerpo que tiene mi coraçón.»

Luego empieza a contarle sobre las posibilidades que tienen de casamiento y aparecen nombres vegetales. Don Pepion : es el nombre de una moneda pero a la vez significa pepino. Le dice que lo quieren casar con una mujer que no ama, pero él quiere casarse con una mujer que le corresponda su corazón. Doña Endrina: Fruta jugosa, dulce y que se deja la huella. 48

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Doña rama: una vieja seca madre de Doña Endrina. El yo se transforma en Don Melón de la Huerta. Se puede pensar que se le atribuye porque esta es una fruta grande, aunque como a los curas se los representaba gordos y panzones al ser los únicos que comían se asocia que puede ser que esa imagen caricaturesca se la apropie. Aunque para mi de las teorías la más interesante es la del melón partido, jugoso que sacia la sed. Doña Urraca/ trota conventos: medianera (trotar tiene la acepción sexual) y conventos es porque se encargaba de sacar monjas de los conventos para juntarla con hombres Este aspecto de nombres frutales es lo que más llama la atención ya que es pura creatividad del arcipreste y lo separa del Pamphilus. Ejemplos: En el P. La Dama se llama Galatea ella es doncella virgen pasa a ser Doña Endrina que no es Virgen. Pamphilus es su enamorado pasa a ser Don Melon alguien mas gustoso. Doña Venus pasa a ser Doña Urraca (La alusión a las frutas alude a un contenido erótico) 659 Abajé más la palabra, díxel' que en juego fablava, porque toda aquella gente de la plasa nos mirava, desde vi que eran idos, que omen aí non fincava, començel' desir mi quejura del amor que me afincava. Le dijo que habla en broma porque toda la gente de la plaza los miraba y luego que la gente se fue le declara su amor. Aparecen Censura de dos versos Luego aparece las declaraciones de amor pletóricas, llena de lugares comunes de la poesía amatoria en latín, por ejemplo: 661 »En el mundo non es cosa que yo ame a par de vos, »tiempo es ya pasado de los años más de dos» que por vuestro amor me pena, ámovos más que a Dios. »Non oso poner persona que lo fable entre nos. Esto es tópico de la poesía amorosa que estaría en el Pamphilo que es sufrir de Amor. La asociación de amada y dios viene del amor cortes. Y luego se va volviendo más corporal en la 662. 662 »Con la grant pena que paso vengo a vos desir mi quexa.»Vuestro amor he d'esto que me afinca e me aquexa »non me tira, non me parte, non me suelta, non me dexa: »tanto me da la muerte, quanto más se me alexa. 49

Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Estos versos acumulados son claramente del Arcipreste (acumulación de verbos y anáforas internas). Insiste en que necesita de su amor para curase de su enfermedad y en la 664 Habla Doña Endrina: 664 »Señora, yo non me trevo a desir vos más rasones »fasta que me respondades a estos pocos sermones, »Desitme vuestro talant, veremos los coraçones.» Ella dixo: «Vuestros dichos non los preçio dos piñones

Deja claro que no le importa lo que hablo muestra su firmeza que luego explicara sus razones 665 »Bien así engañan munchos a otras munchas Endrinas,»el ome tan engañoso así engaña a sus vesinas,»non cuydedes que só loca por oyr vuestras parlinas »buscat a quien engañedes con vuestras falsas espinas.»

Expone su “conciencia de Genero” 666 Yo le dixe: «Ya, sañuda, anden fermosos trebejos, »son los dedos en las manos, pero non son todos parejos, »todos los omes non somos de unos fechos nin consejos, »la peña tiene blanco et prieto, pero todos son conejos Le responde con una metáfora con humor sobre sus dedos de la mano. Este lenguaje no solo se repite en el cómo autor, sino que también debemos de comprender que su cargo eclesiástico también lo obligaba a ejecutar este tipo de metáforas para que en sus sermones pudiera llegar al pueblo. Le propone ir al portal y en la 669 no dice nada más Doña endrina y se dispone a avanzar junto a él. 669 Paso a paso doñ' Endrina so el portal es entrada, bien loçana e orgullosa, bien mansa e sosegada, los ojos bayo por tierra en el poyo asentada, yo torné en la mi fabla que tenía comenzada Poco a poco Doña Endrina va cediendo a la seducción y esto va cumpliendo con los consejos de Doña Venus. Pero fundamentalmente se ve a Doña Endrina tranquila va a escuchar la Fabla (Chamuyo). Importante: El Arcipreste hizo muchos sermones y también escucho muchas confesiones. Dicen los Críticos que parecería que tiene mucha confianza con su poder de convicción, en la palabra, en el dialogo. Y hace una apología de la Fabla en la relación hombre mujer 677 »Por la fabla se conosçen los más de los coraçones, »yo entenderé de vos algo, et oyredes las mis rasones, »yt, et venit a la fabla que mugeres et varones »por las palabras se conosçen et son amigos et compañones.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Es interesante como se insiste en el hablar y poder mantener esa relación que en la 679 acepta 679 Esto dixo doña Endrina, esta dueña de prestar: «Onra et non desonra es cuerdamiente fablar, »las dueñas et mugeres deven su respuesta dar »a qualquier que las fablare o con ellas raçonar

Acepta y afirma que no es deshonra hablar con un hombre y no tiene por qué estar encerrada en el silencio. Aunque luego el insiste e intenta seducirla diciéndole que no tiene que estar encerrada. 681 »Estar sola con vos solo esto yo non lo faría, »non deve la muger estar sola en tal compañía, »naçe dende mala fama, mi desonra sería »ante testigos que nos veyan fablar vos he algún día.» En la 688 pide estar solos y poder abrazarla 684 «Señora, que me prometedes de lo que de amor queremos »que si oviere logar et tiempo cuando en uno estemos, »segund que yo deseo, vos e yo nos abraçemos: »para vos non pido mucho et con esto pasaremos.»

Pero ella le contesta 685 Esto dixo doña Endrina: «Es cosa muy probada »que por sus besos la dueña finca muy engañada, »ençendimiento grande pone el abrazar al amada, »toda muger es vençida desqu'esta joya es dada.

Expone sus conocimientos de viuda y aplica una metáfora refiriéndose a la pasión como joya. Ella se va y el arcipreste decide tener una medianera (Don Melón): 697 Busqué trotaconventos qual me mandó el Amor, de todas las maestrías escogí la mejor, Dios e la mi ventura que me fue guiador, açerté en la tienda del sabio corredor

Es paradójico en el personaje de Trota Conventos que parece que la pusiera dios en el medio para que él pueda conseguir el amor y la felicidad. Describe a Trota Conventos: 698 Fallé una vieja qual avía menester, artera e maestra e de mucho saber, doña Venus por Pánfilo non pudo más faser de quanto fiso aquésta por me faser plaser 699 Era vieja buhona destas que venden joyas: éstas echan el lazo, éstas cavan las foyas, non hay tales maestras como éstas viejas troyas, éstas dan la maçada: si as orejas, oyas. 700 Como lo an de uso estas tales buhonas, andan de casa en casa vendiendo muchas donas, non se reguardan d'ellas, están con las personas, fasen con el mucho viento andar las ataonas.

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Literatura Española I – Primer parcial - 2018 Aquí detalla también cómo se maneja para generar los encuentros amorosos. Primero entra en las casas vendiendo joyas a las damas del pueblo y después pacta los encuentros. Y así sucedería posteriormente, pero Trota conventos es muy artera y al arcipreste le va a dar celos, le va pedir plata y luego de idas y vueltas entra a la casa . 725 «Fija, siempre estades en casa ençerrada, »sola envegeçedes, quered alguna vegada »salir andar en la plaça con vuestra beldat loada, »entre aquestas paredes non vos prestará nada. En la 727 le habla de don Melon. 727 »Muy bien me resçiben todos con aquesta pobledat, »el mejor e el más noble de linaje e de beldat »es don Melón de la Uerta, mançebillo de verdat, »a todos los otros sobra en fermosura e bondat. Luego según los teóricos ese abrazo existiría y lo tomarían como un encuentro sexual. Aparece nuevamente la censura y cuando vuelve el texto endrina llora por haber perdido su honor (ya que era viuda hace menos de un año y eso la iglesia no lo ve con buenos ojos). Pero la vieja consigue que se casen y la última estrofa dice:

891 Doña Endrina e don Melón en uno casados son, alégranse las compañas en las bodas con raçón, si villanías he dicho, haya de vos perdón, que lo feo del estoria dis' Pánfilo e Nasón Aquí según algunos teóricos esta la explicación de porqué el cambio de nombre: Ya que el cargo que ocupa Juan Ruiz no permite el casamiento por tanto por verosimilitud existe el cambio del nombre por Don Melón. También se habla de la tristeza que hay en el Arcipreste en la imposibilidad de casarse y de amar ya que para él es un acto de felicidad tanto amar como casarse. Pero como Dice Colin Smith: “Todo es precario y provisorio en la literatura medieval

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