4 Trastornos Por Separacion

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Artículo científico

Trastornos relacionados con la separación Jaume Fatjó, Marta Amat, Xavier Manteca Servicio de Etología Clínica Facultad de Veterinaria de la UAB

Introducción Si se revisan textos o resúmenes de congresos de etología previos a la década de los 80, con grandes dificultades se encuentran referencias claras a la ansiedad por separación, a pesar de que lógicamente muchos perros ya la padecían. Desde esta perspectiva histórica, la ansiedad por separación es un claro reflejo de dos aspectos que han caracterizado la evolución de la etología aplicada a los animales de compañía en los últimos años. Ilustra, en primer lugar, el paso de una aproximación basada en las manifestaciones externas a una fundamentada en las causas de la conducta y, en segundo lugar, la aceptación de la existencia de estados emocionales en los animales en general, y en el perro en particular. En nuestro país la difusión del conocimiento de la ansiedad por separación en la comunidad veterinaria se produjo fundamentalmente a finales de la década de los 90. En la actualidad constituye un problema médico al que el veterinario se enfrenta con normalidad y para cuyo tratamiento existen en el mercado diversos complementos, desde fármacos ansiolíticos a feromonas sintéticas. Sin embargo, durante los últimos años existe la percepción entre veterinarios especializados en etología y educadores caninos nacionales e internacionales de que la ansiedad por separación podría ser en muchas ocasiones un problema sobre-diagnosticado. En efecto, existen muchas otras condiciones con manifestaciones clínicas similares a la ansiedad por separación, pero con un origen muy distinto. Por ello, muchos especialistas prefieren utilizar la categoría de problemas relacionados con la separación para aglutinar a todos aquellos comportamientos inadecuados cuya aparición se relaciona de algún modo con la separación del perro de sus propietarios.

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Asimismo, la propia ansiedad por separación se muestra cada vez más como un problema heterogéneo, en cuyo origen intervienen diversos factores, que pueden afectar al tratamiento empleado y a su pronóstico. El propósito del presente artículo es, por un lado, analizar de forma breve los elementos que provocan la aparición de la ansiedad por separación y, por otro, repasar los aspectos más interesantes de su diagnóstico diferencial.

Origen de la ansiedad por separación La ansiedad por separación podría deberse, como decíamos, a diversos factores, que en ocasiones concurren de forma simultanea.

Naturaleza social del perro El perro muestra una marcada tendencia a mantenerse próximo a sus compañeros de grupo, ya sean humanos o caninos. Este rasgo fundamental de carácter, heredado de su ancestro salvaje el lobo, ha sido moldeado por la evolución durante generaciones y se encuentra por tanto en todos los perros, con independencia de su raza o sexo. Tanto en los lobos como en los perros, un aislamiento del grupo provoca la aparición de una reacción más o menos marcada de estrés, que suele manifestarse con intentos del animal de reunirse con los suyos y con la aparición de vocalizaciones. La importancia del pasado evolutivo del perro en la génesis de la ansiedad por separación se ve reforzada por los datos epidemiológicos. Diversos estudios indican que la prevalencia de la ansie-

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Teoría del hiper-apego El origen de la ansiedad por separación suele ser atribuida a un apego excesivo, o hiper-apego, del perro hacia uno o más de sus propietarios. Esta hipótesis se inspira en las teorías sobre el apego procedentes de la psicología y de los estudios realizados en primates no humanos. De acuerdo con esta idea, el vínculo materno-filial posee un fuerte componente instintivo, y se habría desarrollado a lo largo de la evolución como un sistema básico para garantizar la supervivencia de las crías. Las reacciones de estrés por separación son frecuentes en especies sociales como el lobo. Foto cortesía de la Dra. Dorit Feddersen-Petersen

dad por separación es alta, y que podría afectar en mayor o en menor grado a un 15-20 % de la población canina total. Estos datos contrastan con los relativos al gato, derivado de una especie salvaje de hábitos claramente solitarios. En la especie felina, la ansiedad por separación es un problema que aparece de forma esporádica, hasta el punto de no ser considerada por algunos especialistas como una categoría de diagnóstico.

Neotenia del perro Las reacciones de estrés por separación en los mamíferos son en general más pronunciadas en las crías que en los adultos. A lo largo del proceso de domesticación, el perro ha sufrido un proceso de neotenia, por el que los individuos adultos retienen rasgos físicos y de comportamiento propios de la etapa de cachorro. Dicho con otras palabras, la mayoría de perros no llegaría nunca al grado de maduración de la conducta de un lobo adulto. La posibilidad de que aquellas razas con una neotenia mayor sean más propensas a padecer ansiedad por separación es una idea interesante. Sin embargo, hasta ahora no conocemos ningún estudio que haya demostrado una predisposición racial clara al padecimiento de la ansiedad por separación. De hecho, los últimos datos sobre la filogenia de las razas caninas demuestran que la divergencia genética entre ellas es mucho menor de lo que se suponía.

Inicialmente, el contacto con la madre le proporciona un entorno seguro al cachorro, que de ese modo refuerza todavía más su tendencia a buscar el contacto con la figura materna. Una vez que las crías adquieren suficiente autonomía, la madre deja durante el destete de reaccionar a sus demandas de forma gradual. Para algunos especialistas, el origen de muchos problemas de ansiedad por separación estaría en la incapacidad de los propietarios del perro de imitar el modelo natural hasta ahora descrito. En lugar de reaccionar con indiferencia, la mayoría de propietarios prestarían atención a las vocalizaciones y señales de estrés del cachorro, y de ese modo impedirían el proceso normal de desapego. Aunque se trata de la explicación más difundida, no todos los especialistas en etología clínica la comparten plenamente. En su opinión, la objeción más importante a la teoría tal vez sea la incapacidad hasta la fecha de establecer una relación clara entre un determinado patrón de actuación de los propietarios, que fomente un apego patológico, y la aparición de un cuadro de ansiedad por separación.

Miedos y fobias La interacción con un ser humano en general y con sus propietarios en particular resulta reconfortante para la mayoría de perros. Cuando el animal experimenta miedo por cualquier motivo, el contacto con una persona parece tranquilizarlo y reducir su nivel de estrés. Si un perro padece una fobia, podría desarrollar de forma secundaria un hiper-apego hacia sus propietarios, en un intento de reducir su estrés cuando aparece el estímulo al que teme. De forma parecida, si el estímulo fóbico

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Artículo científico Fatjó J,., Amat M. y Manteca X.

Diagnóstico diferencial Los síntomas típicos de la ansiedad por separación son las vocalizaciones, la eliminación inadecuada y la conducta destructiva. En ocasiones pueden aparecer otros síntomas clínicos, como vómitos, diarreas, salivación excesiva, dermatitis acral por lamido, anorexia y depresión.

Los destrozos, así como la vocalización excesiva y la eliminación inadecuada, no son síntomas exclusivos de la ansiedad por separación. aparece accidentalmente durante la ausencia de sus propietarios, podría aprender a relacionar esa experiencia traumática con la soledad y mostrarse ansioso cada vez que sus propietarios se ausentan. En los últimos años diversos estudios parecen constatar una correlación epidemiológica entre el miedo a diferentes estímulos, como las tormentas, y la incidencia de ansiedad por separación. Para algunos autores, la manifestación de ansiedad por separación debida a un proceso incompleto de desapego debe diferenciarse claramente de la secundaria a una fobia. La primera correspondería a la categoría clínica de ansiedad por separación, mientras que la segunda se denominaría hiper-apego secundario. Otros expertos se refieren a todos estos problemas como ansiedad por separación, esté complicada o no con una fobia.

Implicaciones prácticas Más allá de diferencias de nomenclatura, la identificación en la historial clínico de los mecanismos responsables de la aparición de un problema de ansiedad por separación es importante desde el punto de vista de su tratamiento. Aquellos problemas de ansiedad por separación sin la presencia concomitante de una fobia deberían ser tratados mediante una terapia orientada a reducir el exceso de apego del perro hacia sus propietarios. Si se identifica una reacción de miedo a un estímulo concreto, esta debería ser tratada mediante desensibilización antes o en todo caso de forma simultánea al exceso de apego.

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En cualquier caso, los síntomas mencionados deben seguir un patrón de presentación muy concreto para ser atribuidos efectivamente a un problema de ansiedad por separación. Debemos recordar que no se trata de señales exclusivas de un cuadro de ansiedad, y que de hecho son típicos de otros muchos problemas de conducta (Tabla 1). Tabla 1. Diagnóstico diferencial de la ansiedad por separación SíNTOMA Vocalización excesiva

Eliminación inadecuada

Conducta destructiva

CATEGORIAS DE DIAGNÓSTICO Ladrido de alarma Agresividad territorial Falta de estimulación ambiental Aprendizaje inadecuado Marcaje territorial Confinamiento (imposibilidad de acceder a la zona de eliminación) Micción por excitación Micción por sumisión Problemas médicos Exceso de conducta exploratoria y/o de juego Falta de ejercicio físico o de estimulación ambiental Agresividad territorial

Las manifestaciones de ansiedad del perro deberían aparecer siempre que y sólo cuando el perro se ve separado de sus propietarios. En muchas ocasiones estos informan de la presencia de señales de ansiedad, como jadeo, excitación y vocalizaciones de intensidad moderada tan pronto como el perro detecta alguno de los indicios de una inminente salida. Algunos podrían incluso reaccionar con agresividad, en un intento por evitar que sus dueños abandonen el domicilio. Además, muchos especialistas creen que la identificación de señales de hiper-apego es necesaria para emitir un diagnóstico de ansiedad por separación. El perro con exceso de apego intenta mantenerse siempre cerca de sus propietarios y los sigue de forma constante por toda la casa.

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Aunque la distinción entre ansiedad por separación y otras categorías de diagnóstico parece sencilla si disponemos de una historia clínica detallada, en ocasiones el proceso puede complicarse (Tabla 2). Uno de los elementos que en nuestra experiencia complica más comúnmente el diagnóstico es el efecto supresor del castigo del dueño sobre determinadas conductas. Tabla 2. Elementos que sugieren un diagnóstico distinto a la ansiedad por separación Observación clínica Interpretación más probable Los síntomas no se manifiestan en todas las ocasiones en que el perro se queda solo, pero cuando lo hacen su intensidad es marcada.

• El problema se relaciona con una fobia a un estímulo que aparece de forma intermitente (p.e. una tormenta)

Los síntomas aparecen de vez en cuando también en presencia de los dueños o lo han hecho en el pasado

• Los propietarios han castigado la conducta, que el perro aprende a no mostrar cuando está frente a ellos

Los destrozos o las vocalizaciones aparecen sólo en salidas de larga duración

• Falta de estimulación ambiental y/o social

La micción y/o la defecación aparecen sólo en salidas de larga duración

• Oportunidades insuficientes de acceso a la zona de eliminación o de paseo

Imaginemos un problema de vocalización excesiva, por ejemplo, debido a un ladrido de alarma. El perro ladra al detectar diversos estímulos exteriores, como la cercanía de otro perro, de una persona o un simple ruido ambiental. Si los propietarios castigan esta conducta cuando aparece, el perro podría aprender a no mostrarla mientras ellos están presentes, y a hacerlo cuando está solo en casa. Una vez ocurrido este aprendizaje nos encontraríamos con un problema de ladrido que ocurre sólo en ausencia de los propietarios del perro, y que podría ser atribuido de forma precipitada a una reacción de ansiedad por separación.

tario de diagnóstico muy útil que, contrariamente a lo que podría parecer, muchos propietarios se muestran dispuestos a llevar a cabo. Finalmente queremos hacer referencia a un problema cada vez más frecuente, sobre todo en zonas residenciales situadas en la periferia de grandes núcleos urbanos. Muchas familias que viven en casas con jardín o terraza, adoptan un perro y lo confinan al exterior de la vivienda. Como resultado, el animal dispone de muy poco tiempo de interacción social, en ocasiones apenas unos minutos al día. El resultado de esta situación, denominada por algunos especialistas síndrome del perro de jardín, puede dar lugar a la aparición de vocalización excesiva, conducta destructiva y estereotipias, que se presentan como problemas relacionados con la separación. En estos casos es importante recordar a los propietarios la naturaleza del comportamiento de los perros, y que para ellos el contacto social constituye una verdadera necesidad para gozar de un mínimo grado de bienestar. Como veterinarios debemos, además de solucionar las demandas de nuestros clientes, participar de forma activa en su formación, para mejorar el conocimiento que deben tener del comportamiento, la naturaleza biológica y en definitiva las necesidades de su mascota.

Bibliografía: Appleby D, Pluijmakers AS (2003). Separation anxiety in dogs. The function of homeostasis in its development and treatment. Veterinary Clinics: Small Animal Practice. 33; 321-344. Bradshaw JWS, McPherson JA, Casey RA, Larter IS (2002). Aetiology of separation related behaviour in domestic dogs. Veterinary Record, 151: 43-46.

El proceso descrito en el párrafo anterior podría también ocurrir en determinados problemas de conducta destructiva y de eliminación inadecuada. En cualquier caso, una historia clínica y una anamnesis detallada son las mejores armas para vencer estas complicaciones de diagnóstico.

Horwitz D (2002). Separation-related problems in dogs. En: Horwitz D, Mills D, Heath S (eds). BSAVA Manual of Canine and Feline Behavioural Medicine. BSAVA, Gloucester, pp. 154-163. Lindsay SR (2001) Handbook of Applied Dog Behavior and Training: etiology and assessment of behavior problems (vol. 2). Iowa State University Press, Iowa, pp. 93-129. Manteca X (2002) Etología Clínica del Perro y del Gato, 2ª

En caso de duda, la grabación en video y posterior análisis del comportamiento del perro al quedarse sólo constituye un método complemen-

edición. Multimédica, Sant Cugat del Vallés. Pageat P (1998) Patología del comportamiento del perro. 2ª ed. Pulso ediciones, Barcelona.¥

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