236664545-el-reparto-de-papeles-y-la-naturaleza-en-la-metropoli-ian-macharg.pdf

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Todos los afios me enfrento a una nueva promociOn de alumnos de segundo ciclo, seguros de su propia valia, alevines de profesionales, mas o menos decididos, que piensan trabajar en alguno de los campos que abarcan Ia planificaci6n o Ia elaboraci6n de proyectos. El principal objetivo que persigo en el primer encuentro es desvelar su miopia profesional, socavar sus puntas de vista estrictamente antropocentricos, comenzar par considerar algunos valores b8sicos y centrar nuestra atenci6n, de manera especial, en el Iugar que ocupa Ia naturaleza en el mundo de los humanos -el Iugar del hombre en Ia naturaleza-. Oesde hace afios me he valido de forma reiterada de dos historias con el fin de ir revisando los valores recibidbs.

La primera se trata de una reelaboraci6n a partir de una imagen concebida par Loren Eiseley:* AI hombre situado en e/ espacio exterior le ha sido dada Ia facuftad de poder observar desde Ia distancia e/ planeta Tierra, orbe celeste, esfera en movimiento sabre su propio eje. Observa que tiene color verde, proveniente del verdor de las tierras y del de las algas de los oceanos, es como una truta verde co/ocada en el cie/o. Si mira mas de cerca descubre unas manchas negras, marrones y grises de /as que patten unos tentacu!os que se extienden por esa epidermis de color verde. Cae en fa cuenta de- que estas manchas son las ciudades, las estructuras crea_d?S por ef hom-

bre, y se hace esta pregunta: -c_que es ef hombre sino una enfermedad planetaria? El silencio que imponen estas palabras ofrece el escenario apropiado _para Ia Siguiente ~istoria; esta es mia, se me ocurri6 pensando en 18 expansiOn de_ las armas nucleares. La hecatombe at6mica se ha .consumado. La Tierra esta en· si/encio, envuelta en un sudario gris. Todo signa de vida ha sido borrado, menos en un profunda resquicio en e! que, habituada desde hace tiempo a Ia radiaci6n, persiste una pequefla colonia de algas. Son con$cientes de que constituyen e! Unico _signa de vida c/ue Perdura y de que Ia en01:me tai"ea de Ia evo/uci6n habra de reco-

• Conferencia de Loren Eiseley dentro de Ia serie: The House We Live ln. WCAU-1\1. 5 de febrero de 1961

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menzar de nuevo: miles de mil/ones de aiios de vida y muerte, de mutaci6n y adaptaci6n, de cooperacf6n y competencia, y todo esto para volver a Ia situaci6n de Ia .vfspera. De forma inmediata, espontanea y un:!lnime /Iegan a una conclusiOn: --'-Ia prOxima vez, fuera cerebros.

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respeto nacido de Ia comprensi6n, y se empeP\a en Ia bUsqueda de su papel creative. Si somas capaces-de-abail-donar esa p~nosa arrogancia que se funda Sn Ia ignorancia y de,' adoptar, en su Iugar, ·-unap_g_~!i:Jrc,u;te indag~ci6n · _!:.~Q_nC!.b!_e, entonces Ia moderaci6n atenuara' nuestra acusaci6n y podremos reinterpretar esas IMi auditorio,.como ocurre en las sociedades ochistorias. Si asumimos_quf?_el hombre esun agen-::: cidentales en general, cree que el mundo, sino el te beneficioso y cons_tr0ctiv0 en elffiUndO:Podr9universe, consiste s61o en el dialogo de los hommos imaginar esa frut8. -~erde Sit-uadaen· el cielo bres entre sf o entre elias y un dios antropom6rficomo una gran epidermis, ciertamente, pero conco: el resu!tado de esta postura es que, de forma , siderando Ia pelfcula verde como el citoplasma y exclusiva, s61o el hombre se piensa a semejanza los centres negros, marrones y grises, no como de Ia divinidad; se le ha dado dominic sabre toda defectos en Ia piel de esa fruta, sino como los nUforma de vida, el encargo, entre todas las criatucleos y los plastidios -los que dirigen, producen, ras, de someter Ia Tierra. La naturaleza es (micaalmacenan y hacen circular los materiales par el mente un irrelevante te\6n de fonda ante el que el citoplasma: los centres creadores de Ia vida-. Sin hombre representa Ia funci6n denominada Proembargo, adoptando esta interpretaciOn mas greso o Beneficia. Cuando se pone a Ia naturaleamable, tendremos que preguntarnos si estes centros desempefian en realidad el papel de nU~ za en un primer plano es Unicamente para ser conquistada -el hombre frente a Ia naturaleza-. cleos y de plastidios dentro de Ia biosfera. Me En este contexto, resulta beneficioso poner temo que, en general, tendriamos que responder negativamente. de relieve que Ia trayectoria y Ia direcci6n de Ia evoluci6n quiz
oxlgeno que vueJve al aire para que lo respire el hombre, con lo que se asegura el ciclo del oxfgeno y del di6xido de .carbona. El hombre siente sed, bebe agua, orina y con esto pasamos al media acuoso en el que existen las algas y las bacterias; las algas consumen el.agua, transpirando y condensandola, el hombre bebe las condensaciones y asf se cierra el ciclo del agua. Cuando tiene hambre, el hombre come algas, las digiere y luego defeca. A continuaci6n los descomponedores reducen -el excremento a formas utilizables par las algas y ella posibilita que se desarrollen. El hombre come mas algas y asf hemos creado una cadena tr6fica. El Unico elemento trafdo de fuera, exterior al sistema, es Ia luz del tuba fluorescente: luz solar f6sil; lo Unico que· sale del sistema es calor. Desgraciadamente, los experimentos de este tipo no han durado mas de veinticuatro horas, lo que dice muy poco a favor de nuestra comprensi6n de las relaciones hombre-naturaleza. En todo caso, proporcionan al observador esplendidos e instructivos materiales. El sistema depende en primer Iugar del Sol,. Ia producci6n fotosintetica neta despues de Ia respiraci6n, del agua y del recic!aje continuo de los materiales que integran el sistema par parte de los descomponedores. Parece clara que el proc~_~o _e~ige que Ia sustancia o los desperdiciO~:", Ia que CUarquier·Cri-8.t!ira PrOduCe.:d~espren_de a \·i·bera cOr1StitUj"a"Uri-:8."POrte Paralas-CTe-mas·. ET oxfgeno de deSeCho para ia Planta pasaaThombre, el di6xido de carbona del hombre pasa a Ia planta; Ia sustancia de Ia planta pasa al hombre, los desechos del hombre pasan a Ia planta; los desechos del hombre y de Ia planta pasan a los descomponedores, los restos de estos a Ia planta y, mientras tanto, el agua circula una y otra vez dentro de su ciclo permanents. L,Es asf como funciona el mundo? Efectivamente, al menos si lo reducimos a sus elementos mas esenciales. Estamos unidos par nuestra condici6n de hombres, como parB.sitos de las plantas, felizmente consumimos el oxfgeno desechado del metabolismo de las plantas, rescatado de los desperdicios que nos rodean par Ia acci6n del descomponedor y de !a planta que alimenta, querna Ia energfa y asf sostiene Ia vida desde Ia energfa del sol, convertida par Ia fotosintesis. Ahara bien, antes de que nos apresuremos a caer en Ia autocomplacencia par los servicios que prestamos a plantas y bacterias, detengamonos a considerar que elias ya existfan antes de que apareciera el hombre y que Ia presencia del hombre no

CLOROPLASTO"

SECCI6N DE UNA HOJA" • Micrografla, NAVICULA PELLICULOSA (Breb.) Hilse; 26.000:1, Electron Mtcroscopy of Diaton Cells de R. W. Drum, H. S Penkratz y E. F. Stoerner, J. Cramer, Lehre, 1966, lamina 563.

•• SegUn S1not y Wilson, Nature: Earth-Pian!s-Animals, Doubleday & Company Inc., Nueva York, 1960, p. 62

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les hace falta para nada. Nuestros desperdicios son Utiles, pero no imprescindibles. Cuando, por primera vez, me detuve a pensar acerca de este experimento, descubrf que yo tenia que modificar mi visiOn del hombre en Ia naturaleza. En Iugar de un parafso en el que AdEm y Eva ocupaban un Iugar destacado en un jardin dotado de algunas plantas y animates inofensivos, hermosas·y Utiles, el experimento demostraba que esta multitud de hermosas criaturas, consideradas como una especie de regalo af\adido a Ia vida, eran en realidad, indispensables; eran Ia fuente de Ia vida. Si el astronauta hubiera viajado a Ia Luna con todos esos acompafiantes, no sabemos si hubiera considerado que las algas y los descomponedores eran hermosos, Ia que es seguro es que habrfa llegado a conslderar!os indispensables. Mas aUn, cualquiera que fueran las ideas, antes de partir, de nuestro viajero lunar sabre el hombre y su entorno como entidades separadas, seguramente se le habrfa pasado par Ia cabeza que, contando con el tiempo suficiente, existfa Ia probabilidad de que todo aquello que hubiera side en un momenta alga podria llegar a ser hombre y todo aquello que hubiera side hombre podr[a convertirse en alga. La Lmica diferencia existente entre elias, en tanto que materia, radicarla en Ia plantiHa de sus c6digos gen8ticos. f,Oue es entonces el media ambiente? (,Que es entonces el hombre? Como no llegue a obtener un titulo de primer grade y entre en el segundo ciclo sin este requisite, nunca he sufrido el espejismo de considerarme una persona formada, tfpico de aquellos que han obtenido alguno de esos diplomas. La erisefianza es para mf el instrumento mediante el cual voy consiguiendo una formaci6n trag mentaria, tardia y no muy refinada. Puesto que no perjudica al alUmna y no concluye en Ia obtenci6n de un tftulo, presenta sin duda ciertas ventajas. Perc tambi6n tiene sus mementos inc6modos, uno- de los cuales, y noel menos importante, es Ia consternaci6n de enfrentarme, a una edad avanzada, a lugare~ _comune_s del conocim_iento_ comQ_§_j_ __Q_e iJ:O-v~Oades se tratara. ReCUercio perfectamente Ia 'ocasi6n en-qi.ie-01 Pa-r primera vez que Ia vida, en todas sus formas, y con contadas excepciones, depende completamente ahara, y lo ha heche siempre, de Ia fotosintesis y de las plantas. Recuerdo c6mo miraba a nii alrededor en busca de otros ojos igualmente abrumados par aquella afirmaci6n reveladora. Pero s61o veia los rostros inmutables de quienes hacfa ya mucho tiempo

habian asimilado esta informaciOn y para quienes carecfa par complete de todo poder de conmoci6n. Y esc no era todo. No es s6lo que el cloroplasto sea el mecanisme rotundamente dominante par el cual Ia luz solar se transforma en sustancias que sostienen Ia vida, los azUcares y los hidratos de carbona, sino que hay razones para creer que Ia atmOsfera con oxfgeno se ha formado a partir de las exhalaciones producidas par las plantas a lo largo del tiempo. Ciertamente, todos los ali mentes, todos los combustibles f6siles, las fibras, todo el oxigeno atmosf8rico, Ia estabilizaci6n de Ia superficie de Ia Tierra y de los sistemas hidrol6gicos, Ia mejora del clima y del microclima, todo ella ha side producido par Ia planta. IQ9_gs [g~_a11i_rr1ales y par tanto todos los hombres~ no

~~-_piJ:.~~~t~~-~~~r~---R!~f~;Ju-~-~a:--planta-·ia

que coloniz6 Ia tierra posibilif
z6 como sosten en su crecimiento y evoluci6n, y en las demas criaturas, antes de que esa energla, degradada, diera paso al desorden. Consternaci6n es Ia palabra apropiada para describir mis frecuentes encuentros con informac\6n de sabra conocida pero sin embargo sorprendente. El segundo de estes casas se produjo no par una clase sino par Ia !ectura del libra de Lawrence Henderson The Fitness of the Environment. La primera afirmaci6n del prefacio resulta sorprendente:

El concepto darwiniano de adecuaci6n presupone una relaci6n mutua entre el organismo y el media. Para esta relaci6n, Ia adecuaci6n del media es un componente tan importante como Ia adecuaci6n que surge del proceso de evo/uci6n orgimica; y; en el caso de cierlas caractenSticas fundamentafes, e/ media, tal y como ha llegado a constituirse, es el mejor asiento posibfe para fa vida. Esta concepciOn precede a Ia teoria de Darwin porque postula !a evoluci6n de Ia materia para crear adecuaci6n a Ia vida y a su evo!uci6n. Complementa Ia selecci6n natural, ya que no s6Jo esta el organismo superviviente adaptado al media, sino que el media es el adecuado para el organismo. ~Adecuado' quiere declr aqu[ gu_e.el medip_ ofrece Una oportU';;Tdad para el organisn]_o y que ~te""es una ~;~_P.uest;-~~dunidiid. Hen~­ Cleison fundamenta su propuesta abundando en las caracteristicas del carbona, del hidr6geno y del oxigeno, a los que George Wald ai'iadiria el nitr6geno, con Ia que abarcamos los elementos que constituyen el 99% de todos los oroanismos.

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La exposici6n sabre Ia materia y los ciclos quizas haya parecido una incursion innecesaria en el terrene de Ia biofisica. 1,Se justificaba de verdad? Pensemos. Los razonamientos que se presentan cuando se adopta abiertamente una postura de victimismo quejumbroso no suelen valer de mucho para detener el avance de Ia destruccion insensata. Hay que buscar mejores argumentos. La acumulaci6n de datos referentes al modo de funcionar del mundo nos coloca en un punto de partida efectivo. En los anos iniciales de mi batalla contra Ia barbarie, notoriamente improd uctivos, descubri qu e exponiendo abiertamente mis emociones conseguia escasos resultados, sin embargo, Ia capacidad para diagnosticar y aportar las soluciones de una ecologia rudimentaria terminaba siendo mas respetada y valorada. Si damos por supuesto que el lector ha abandonado esa metaf6rica capsula espacial, con el mismo grado de comprensi6n que el astronauta de algunas leyes fisicas y biol6gicas fundamentales, asumiremos que su interes porIa naturaleza no tiene, en absoluto, nada de senti mental. Podemos incluso pensar que su preocu pacion por estos procesos tan necesarios es inteligente y obedece a su propio interes. Tambien podemos confiar en que Ia idea ini cial encuentre ahora mayor comprensi6 n y aceptacion: Ia naturaleza puede ser considerada como un proceso de interacciones que responde a leyes, que constituye un sistema de valores y que ofrece oportun idades y limitaciones intrinsecas para su utilizaci6n por el hombre. Mejor pertrechados, podemos valernos de nuestro conocimiento de

Ia naturaleza como proceso y aplicarlo a un problema: discernir el Iugar de Ia naturaleza en una reg ion metropolitana. Hace unos anos me pidieron que diese mi parecer acerca de que terrenos de Ia zona metropolitana de Filadelfia habria que elegir para destinarlos a espacios libres. Desde un principia estaba clara que Ia solucion no haria mas que complicarse si el espacio libre se limitaba a ser unicamente un sudadero organizado; parecia mas productive considerar el papel de Ia naturaleza en Ia metropoli . Para decidir esta cuestion, parecia razonable ap untar que Ia naturaleza desempenaba una funcion para el hombre al margen de su intervencion y que esta funcion representaba claramente un valor. lgualmente parecia razonable deducir que ciertas zonas y procesos naturales eran inh6spitos para el hombre -zonas afectadas par terremotos, o en Ia trayectoria de huracanes, o en tierras bajas inundables, etc.- y que estos deberian ser prohibidos o regulados para garantizar Ia seg uridad de Ia poblacion. Podriamos admitir que se trata de una aproximacion razonable y prudente, pero reconozcamos que resulta bastante poco corriente . Consideremos que nos llaman para proyectar unas escaleras o una acera, existen normativas claras y rigurosas ; hay restricciones para Ia venta de cigarrillos y de alcohol a los menores de edad , Ia sociedad reacciona contundentemente ante Ia venta y el consumo de narcoticos, y tam bien hay leyes rigurosas como medida disuasoria ·c ontra el atraco, Ia violaci6n y ei asesiF1ato. Ciertamente tenemos que agradecer todas estas protecciones.

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Pero no hay una preocupaci6n similar, plasmada legalmente, que garantice que una casa no haya sido construid a en una zona inundable, o sabre sedimentos sin consolidar, o en zonas de movimientos sismicos, o de huracanes, o en un bosque donde proliferan los incendios, o en zonas susceptibles de padecer hundimientos b corrimientos de tierras. AI tiempo que se realizan grandes esfuerzos para que no nos rompamos un tobillo, apenas hay medidas para atajar el vertido de sustanc ias venenosas en las corrientes de agua que suministran el agua potable a Ia poblacion , ni tampaco que impidan Ia contam inacion de las aguas subterraneas. Estamos protegidos frente a t odo tipo de ataques, ya sea con los punos, con arma blanca o arma de fuego, y sin embargo, nada nos protege ante las amenazas iguaimente peligrosas de los hidrocarburos, el plomo, los oxidos nitrosos, el ozona o el di6xido de carbona de Ia atmosfera. No hay proteccion !rente a las. agr.esiones del ruido, el exceso de luminosidaa o el estr~s. Asi que, mientras un gobierno considerado nos proporciona una barandilla para nuestra mayor comodidad y seguridad, podemos ahogarnos en una llanura de inun daci6n, perder Ia vida y nuestras propiedades por inundaci6n en zonas costeras, por terremotos o por huracanes. Estos danos y estas perdida~ d~_ vid_a podrian deberse, en el pear de los casos, a una negligencia punible, y en el mejor, a una ignorancia imperdonable, sin que par ello tengamos Ia protecci6n de normativas gubernamentales ode leyes.

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Es evidente ·que liofs casas no deberian ser de otra alternativa, si que resultan adecuados. asf; existe una necesidad de normativas simples Pero sabemos que Ia naturaleza situ ada Iuera del que sirvan para que Ia sociedad proteja los valecinturon no es diferente de Ia que se encuentra dentro, que el cintur6n verde no tiene porque ser res de Ia naturaleza y se proteja a sf misma. Y es posible pensar que los esp'acios caracterizados el Iugar mas adecuado para actividades relacionadas con Ia agricultura o el ocio. El metoda eeoc por estos valores y restricciones intrfnsecos son logico nos dirfa que los terrenos destinados a Ia fuente de los espacios libres que necesitan las areas metropolitanas. Si asf Iuera, servirfan a una 1 ~pac~::J.llir~~~::~cE;~~fi::f!:ie£f9"e~~ar1a-so'ili doble finalidad: asegurar el funcionamiento de l qu:J?_~?.S:.::.?.E.:.'l.•.9.~ --~P.- ~C::l9.~~ car~!~~~dos _p,.9r procesos naturales \litales y emplear aquellos tesus procesos naturales, intrinsecamente id6neos rrenos que no son idoneos para Ia· urbanizacion !-p-a:r~'i'Tas-activiC!a'd'es- -;;v~rCTe§:::; es_e_es eTTugarde de forma que no se vean envl.ieltos en procesos a ~Tanaiur8JeZ'a- -en· ~;,;,; ·;;:;~t;-6potr. veces violentos. TambTen podemos presumir que Una gota de agua en las zonas mas altas de una cuenca hidrografica puede aparecer y reapaIa urbanizacion se producirfa en zonas intrfnsecamente id6neas, carentes de peligros y donde los recer como nube, precipitacion, en un arroyo o en procesos naturales no se vieran dafiados. un rio, !ago y charca o como agua subterranea; - No es precise recurrir a ninguna nueva cienpuede participar en el metabolismo de plantas y cia para Ia formulacion de estas normativas; no animates, en Ia transpiracion, condensacion, desnecesitamos ir mas alia del umbra! del canoe composici6n, combustion, respiraci6n y evaporacimiento que tenfamos a finales del-' siglo x1x. cion. Esta misma gota de agua puede aparecer en consideraciones sabre el clima y el microcliPode ~~-crib !Llr1.i 9J_'1)me f'lte. Jos _prin.cipales. ma, el abastecimiento, Ia inundaci6n, Ia sequfa procesos natura]_e_~_.Y. .§WS. interaccio.D.Eil~LP-?li:h-1!. §'ii!iD_~c@n:ci~ci_dir .hasJa.q ll8.P.WJJ.!.q~~~ y Ia erosion, Ia industria, el comercio, Ia agricultura, las actividades forestales y recreativas, Ia beil1_1po,;l_Q!lita!} _Q.E?Jermioadas_utilizac.i.ooe.:'i-deLsuelo. Una vez superada ·esta lase, sera cuestion Q.el lleza escenica; en nube, nieve, corriente, rio o ~C?tJi.§r.f9·Y_ d~JQ!?_ trib'~rill~:P[o~ul-ii~;;trg_;;._o.:c mar. Llegamos a Ia conclusion de que Ia naturateccion manteniendo IQ:> sistemas de vigilancia leza es un unico sistema interactive y que una a~~~Q.iiii.:ireciso examinarlos aunque s6lo sea racci6n existente entre los procesos naturales, para descartarlos.- El primero es el del economis- 1 nos dames cuenta de que Ia tala de bosques en ta que considera Ia naturaleza como una mercantierras altas puede tener, en cuanto a Ia incidenofa fundamental mente uniforme, valorada con cricia de inundaciones se refiere, una repercusi6n terios de tiempo y distancia, precio del suelo y identica a Ia que tiene Iugar si se rellenan las maurbanizacion, que se distribuye por unidad de surismas de un estuario. La contaminaci6n de perficie frente a unidad de poblaci6n. Evidenteaguas subterraneas puede afectar a las aguas sumente, Ia naturaleza no es uniforme sino que vaperficiales y a Ia inversa; Ia urbanizaci6n afecta a ria en funciori de su historia geologica: el clima, Ia Ia tasa de escorrentia, de erosion y de sedimengeomorfologia, los•suelos, las plantas, los animataci6n, enturbiando el agua, disminuyendo los ortes y, en consecuencia, de sus recursos intrfnseganismos acuaticos y reduciendo Ia depuraci6n cos y de los usos del suelo.- Los lagos, los riGs, natural. Todo esto generara castes en el dragado los oceanos y las montafias no estan donde le de canales , en Ia potabilizaci6n de las aguas y, gustarfa al economista; estan donde estan por raposiblemente, inundaciones y sequfas. zones claras y perfectamente explicables. La naPor lo tanto, podemos afirmar que los proceturaleza es intrfnsecamente variable . sos terrestres necesitan del agua y que los proEl planificador geometrico nos ofrece otra al- · cesos del agua dulce son inseparables de Ia tieternativa distinta: donde Ia ciudad quede rodeada rra. Se deduce, entonces, que Ia gesti6n de Ia por una franja verde en que ciertas actividades tierra afecta al agua y que Ia gestion del agua denominadas verdes -Ia agricultura, algunas insafecta a los procesos de Ia tierra. No es posible tituciones y otras semejantes- se preserven o, inseguir Ia pista a cada gota de agua, pero podecluso , se introduzcan. Estos cinturones verdes, mos seleccionar determinados aspectos identifialii donde esten previstos por ley, asegurarfan Ia cables: precipitacion y escorrentia, agua superficonservacion del espacio libre y, ante Ia carencia cial en corrientes y rfos, marismas y llanuras de

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inundacion, aguas subterraneas en los acufferos y Ia lase mas crftica de estes, su recarga. Es-

tamos en condiciones de formular ahara algunas ideas. Es verdad que son muy simples, hasta rayar con lo elemental, pero se trata de novedades muy sofisticadas en el proceso de planificaci6n y en Ia mayorfa de las administraciones locales. La calidad y Ia cantidad de agua tienen que ver con los modos de explotaci6n de Ia tierra y de los recursos hfdricos. Las inundaciones son fenomenos naturales y presentan frecuencias cfclicas; las masas de agua en perfecto estado reducen Ia materia organica que, a su vez, varia segun Ia estacion , Ia turbidez, el oxigeno disuelto, Ia alcalinidad, Ia temperatura y Ia poblaci6n bi6tica; Ia erosion y Ia sedimentacion son naturales y se ven aceleradas por casi todas las adaptaciones hechas por el hombre; en un suelo uniforme, normalmente, cuanto mayor es Ia pendiente mayor es Ia erosion. Las aguas subterraneas y las su perficiales interaccionan mutuamente, en los perfodos de precipitaciones escasas, el agua de los rfos es normalmente agua subterranea; Ia productividad agricola de los suelos varia en funci6n de Ia textura, Ia materia organica, Ia com posicion qufmica, Ia altitud, Ia pendiente y Ia orientacion. Los humedales son areas de acumulaci6n de aguas de inundacion, que actuan con frecuencia como recarga de los acufferos, como habitat para las aves salvajes y como terrenos favorables para Ia reproduccion animal tanto en el agua como en las zonas colindantes; el hinterland de una ciudad es fuente de aire limpio que remplaza las sustancias contaminantes que genera Ia ciudad. El hinterland rural tambien contribuye a un clima mas templado durante el verano. i,Somos capaces de emplear esta informacion para diferenciar aquellas zonas que deben preservarse en estado natural, aquellas que tolerarian ciertos usos pero no otros y aquellas que tolerarfan mejor Ia urbanizaci6n , sin correr riesgos, sin perjudicar otros valores? Pero, en primer Iugar, wodemos permitirnos el lujo de reservar tierras caracterizadas por sus procesos naturales y de regular su desarrollo para retener su valor? Claro que sf; Ia tierra es abundante. Segun Jean Gottman, especialista frances en geograffa urbana, es posible que s6lo un 1 ,8% de Estados Unidos se encuentre urbanizado en Ia actualidad.' lncluso en las areas metropolitanas queda mucha tierra. En el Area Metropolitana de Filadelfia, con 3.500 millas cuadradas (9.060 km'), menos del 20 % esta urbanizado en Ia actualidad, *

Jean Gottman, M egalopolis, Ther Twentieth Century Fu nd , Nue-

va York, 1961 , p. 26.

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pero aunque Ia poblacion aumentara hasta los 6.000.000 de habitantes quedarfa todavia un 70% o unas 2.300 millas cuadradas (6.000 km') de tierra libre. Entonces, 1,donde radica el problema? Sencillamente en Ia forma de crecimi_~- La urbanizacion va avanzando par un Inc-remento de Ia densidad en el interior de las ciudades y par una ampliacion continua del perimetro, siempre ·a expensas del espacio libre. Como consecuencia, a diferencia de Ia que pasa con muchas otras infraestructuras y servicios, el espacio libre abunda alii donde hay menos gente. Ya hemos vista como este crecimiento es completamente irresponsable con los procesos naturales y sus valores. ldealmente, seria deseable que hubiera_Q,os sistemas dentro de Ia zona _fl1etrqf.:J9Iitana: uno bajo el patron de los procesos natural~_!~­ va os como espacio libre, el otro bajo el patron del desarroilo-urbanO:Si los combi~ra:riiOS,~a posible atender Ia demanda de mas espacio libre para toda Ia poblacion. La forma actual d~ci­ miento se aduefia continuamente d ~ las_z:onas c[e borde en rapei'iferia-cfe-la ciudad, po_ljQ_ _qu~e..Les­ pacio l~vaaiejan'Ci~q gel ceotr_o _g~ poblacron:-oesde'u n punta de vista geometrico, no es fmPensable una solucion. Si representaramos toda Ia superficie de Ia region de Filadelfia mediante un circulo, este tendria un radio de 33 mi llas (53 km). Las zonas urbanizadas hasta ahara quedarian comprendidas dentro de un circulo de 15 millas (24 km) de radio. Si abarcaramos todas las zonas ya urbanizadas, mas las propuestas para una poblacion potencial de seis millones de personas, y si incluyeramos ademas un acre (0,40 ha) de espacio libre par cada treinta personas, necesitariamos un circulo de 20 millas (32 km) de radio, solo cinco millas (Bkm) mas grande que el actual. Ahara bien, antes de proponer un criteria uniforme para cualquier espacio libre, preferimos descubrir aquellos aspectos diferenciales de los procesos naturales que aportan sus propios valores y prohibiciones: desde elias deberia seleccionarse el espacio libre, son elias los que proporcionan el modelo, no solo para el espacio libre metropolitano sino tam bien para un modelo positivo de desarrollo urbana. Mas adelante comprobaremos que existen regularidades en Ia geomorfologia, los suelos, las corrientes de agua, las asociaciones vegetales, los habitats para Ia fauna e, incluso, el usa del suelo, y que todos elias pueden examinarse mediante el concepto de region fisiografica. Es pre-

ESPACIO LIBRE EXISTENTE, AREA METROPOLITANA DE FILADELFIA

maturo emplear este concepto aqui. Baste con senalar que Ia naturaleza realiza trabajo para el hombre -en muchos casas se hace mejor en con diciones naturales- y, ademas, que ciertas zonas son idoneas intrinsecamente para ciertas utilizaciones, mientras que otras los son menos. Podemos empezar par esta sencilla propuesta. Ademas, Ia pcidemos -codificar. Si elegimos ocho aspectos d~ inant§l_S del proceso natural y loso~­ denamos segun su valor y su resistencia a Ia ~ion porel-hombre~-Y luego invertimosel arden, lle_gamos- a una jerarquia aproximada de ido~§.d_uJ_ba f!_a.

Valor del proceso natural; Grado de intolerancia

ldoneidad intrfnseca para uso urbana

Agua superficial Humedales Llanuras de inundacion Zonas de recarga de acuiferos Acufferos Pendientes pronunciadas Basques, zonas arboladas Terrenos llanos

Terrenos llanos Basques, zonas arboladas Pendientes pronunciadas Acufferos Zonas de recarga ' de acuiferos Llanuras de inundacion Humedales Agua superficial

Sin embargo, hay un conflicto evidente en esta jerarqufa. Los terrenos llanos, con tanta frecuencia elegidos para el desarrollo urbana, resultarian tam bien adecuados para Ia agricultura, categoria que . d_eberia estudiarse con mas detalle. Mientras que Ia superficie agricola de primera calidad se designara como inadecuada para Ia urbanizacion y portadora de gran valor social, el resto de los terrenos llanos se consideraran de escaso valor en Ia escala de los procesos naturales, pero de . gran valor par su potencialidad para el _c;lesarrollo urbana. Dentro de Ia regi.6n metropolitana, las caracteristicas naturales variaran, pero es _factible seleccionar algunas de elias que-son muy corrientes y determinar hasta que punta facilitan o _dificultan las utilizaciones del suelo previstas. Aunque esto es relativo, lo mejor se_ria que Ia .urbanizacion ocupara. terrenos con procesos naturales valiosos o peligrosos solo cuando con ella se crearan valores superiores o se asegurara su compensacion ._ Para llevar a cabo un estudio completo seria preciso Ldentifi_ca_r__Lo_s__proc;E)sos naturale? que realizan funciones para el hombre, los que le ofrecen proteccion y los que le son hostiles, los que son unicos o especialmente valiosos y los vulnerables. En Ia primera categoria se encuentran Ia purificacion natural del agua, Ia dispersion de Ia contaminacion atmosferica, Ia mejora del clima; .Ia acumulacion de agua, las inundaciones, Ia sequia y el control de Ia erosion, Ia acumulacion -de suelo fertil, asi como el incremento de Ia riqueza forestal y faunfstica. Entre las zonas .que proporcionarian proteccion o resultarfan peligrosas estarfan, entre otras, las marismas y las llcmuras de inundacion. Las zonas importantes de interes geologico, ecologico e historico estarian en Ia siguiente categoria, mientras que las dunascosteras, las zonas de desove y cria -de los animales acuaticos y las de recogida de aguas se incluirian entre las zonas vulnerables. En este estudio no hemos_intentado en absoluto un examen tan detenido. Sin embargo, hemas identificado ocho procesos naturales y los hemos cuantificado y representado en un mapa. Gada uno de elias se ha descrito teniendo siempre presente si eran favorables o desfavorables para ciertos usos del suelo. A partir de este _ analisis sera posible determiner el Iugar que Ia naturaleza ocupa en Ia l)letropoli.

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_]

Agua superficial (5.671 millas [9.126 km])

En principia, las riberas solo deben ser ocupadas por usos del suelo que sean in separables de elias; incluso estos usos deberian limitarse a los que no disminuyan el valor actual o potencial del agua superfici al para suministro de agua, recreo o como elemento paisajfstico. La demanda para instalaciones industriales en las "riberas se han calcu lado, un tanto exageradamente , del arden de uilas 50 millas lineales (80,5 km). Por tanto, incluso atendiendo a todas esas demandas, quedarfan todavfa cinco mil millas (8 .046 km) en es tado natural. Los usos del suelo en consonancia con este principia ,POdrian ser los de puertos y estuarios, puertos deportivos, plantas potabilizadoras y de tratamiento de aguas residuales y, en determinados casas, inaustrias con grandes necesidades de agua. En .Ia categoria de usos no perjudiciales para est6s recursos hidricos estal'l Ia agricultura, las explotaciones forestales, las actividades de ocio y recreo, los espacios libres tanto institucionales como residenciales

Humedales (1 73.984 acres [70.411 ha]; 8,09 %)

En principia, Ia polftica de utilizacion del suelo en este caso debe tener en cuenta Ia funcion de inundaci6n y de almacenamiento de agua, de espacio natural para Ia fauna y sus zonas de crfa. Las actividades que no perjudican esas funciones primarias son las nocreativas, ciertos tipos de agricultura (especialmente el cultivo de arandanos) y un desarrollo urb.ano aislado. ·

Llanuras de inundaci6n (339.706 acres [137.479 ha]; 15,8 %)

58

Se acepta cada vez mas que toda urbanizacion ha de quedar excluida de Ia zona de probable inundacion en los proximos 50 anos o del 2%: hay que exceptuar algunas funciones que no resultan perjudicadas por las inundaciones y todos aquellos usos que -sean inseparables de las llanuras de inundacion. En el primer grupo se encuentran Ia agricultura, las actividades forestales, actividades recreativas, zonas verdes institucionaies, zonas lib res en ·areas

residenciales. Entre las utilizaciones inseparables de estas llanuras se encuentran los puertos, los puertos deportivos, Ia industria relacionada con el agua y, en algunas circunstancias, Ia industria consumidora de agua. ._

Acufferos (181.792 acres [73.57 1 ha]; 8,3%)

Un acuifero es un estrato de roca, grava o arena que contiene agua; con esta definicion tan amplia abarcariamos grandes extensiones de terreno . En Ia region en cuestion, los grandes depositos de material poroso de Ia llanura costera se diferencian claramente de los demas acuiferos de Ia zona por su extension y capacidad . Puede que se trate del recurso menos explotado de Ia reg ion. Se calcula que el acuifero paralelo a Filadelfia en Nueva Jersey genera un rendimiento hidrico de mil millones de galones (3 .785 millones de litros) al dfa. Es evidente que este recurso tan valioso no solo debe ser protegido sino tambien explotado de forma planificada. Toda actividad que produzca vertidos toxicos, descargas biologicas y aguas residuales debe prohibirse. Ademas, hay que acabar con el empleo de pozos de inyecci6n que arrojan sustancias contaminantes en los acuiferos. Todo desarrollo urbana que emplee alcantarillado es mucho mas adecuado que el que emplea unicamentg fosas septicas que pueden provocar Ia contaminacion de los acuiferos; de todas maneras, hay que reconocer que tambien los alcantarillados tienen perdidas importantes y no dejan, por lo tanto, de plantear riesgos. Decidir cuales son los usos del suelo mas apropiados es mas dificil en el caso de los acuiferos que en cualquier otra categorfa, porque estos varian en su rendimiento y calidad, aunque es evidente que ni 'las actividades agricolas, ni las forestales, ni las recreativas, ni un de.sarrollo de baja intensidad planlean peligros sabre este recurso mientras que, en general, Ia industria y Ia urbanizacion sf. Cada uno de los posibles usos del suelo debe sopesarse teniendo en cuenta el grado de riesgo que impone al acuffero; aquellos que supongan un peligro deben prohibirse. Es importante darse cuenta de que los acuiferos pueden explotarse de forma efectiva mediante Ia retencion de rfos y corrientes de agua que los atraviesan. _. Como pasa en otras muchas ciudades, Filadelfia se abastece de agua potable de rios que estan

contaminados. Para poder usar el agua de estos rfos es necesario un complejo proceso de potabilizaci6n. En contra del criteria dominante segun el cual se debe seleccionar agua sucia para el consumo humano y dejarla lista para el consumo mediante un intenso tratamiento con elora, parece mas razonable comenzar eligiendo agua que este limpia desde un principia. Abunda en los acuiferos de que disponemos y debemos protegerla del destino que han padecido los rfos.

Zonas de recarga de acufferos (118.896 acres [48 .11 7 ha] ; 6 %)

Como su nombre indica, estas zonas son los puntas donde se produce el intercamb io entre las aguas superficiales y los acuiferos. En cualq uier sistema tienen que producirse intercambios crfticos. El desplazamiento del agua subterranea hacia Ia superficie aporta agua a los rios y demas corrientes de agua en los perfodos de estiaje. Evidentemente, Ia situacion contraria tambien se produce cuando los rios, normalmente contaminados, transmiten sustancias contaminantes al agua relativamente limpia, en muchos casas pura. de los acuiferos. Por lo tanto, estos puntas de intercambio son fundamentales para el control y Ia proteccion de los recursos hidricos subterraneos. En Ia region de Filadelfia el intercambio entre el rio Delaware y sus afluentes con los acuiferos colindantes es el punta de mayor importancia. El Delaware esta contaminado, con frecuencia se ha observado Ia !alta de oxigeno disuelto y su condicion de cloaca. Sin embargo, una gruesa capa de limo, de casi treinta pies [9, 14 m], hace de barrera y reduce a un minima el paso del agua contaminada del rio al acuifero. Donde el acuifero esta recubierto de material poroso se produce Ia recarga por percolacion . Por lo tanto, teniendo presentes estas dos consideraciones, podremos regular Ia explotacion de estas zonas. Con Ia separacion cuidadosa de los rfos contaminados del acuifero y con Ia retenci6n de las corrientes de agua limpia que lo atraviesan se puede gestionar y recargar. Si regulamos los usos del suelo en esas superficies permeables que aportan agua al acuifero permitiremos que el proceso de percolacion continue.

59 AGUA SUPERFICIAL

HUMEDALES

_j

CARACTER[STICAS DEL TERRENO Pendientes pronunciadas

60

Las laderas y las sierras existentes son fundamentales en relacion con los problemas de control de las inundaciones y de erosion. Las laderas con una pendiente superior a 12° no son adecuadas para el cultivo, tal y como lo .recoge el Soil Conservation Service. Segun esta misma tuente, debido a Ia erosion, estos terrenos tam poco se prestan a otro tipo de actividades. Siguiendo las recomendaciones del Soil Conservation Service, las laderas de gran pendiente deben dedicarse a bosques y debe abandonarse su cultivo. El problema principal esta relacionado con Ia disminucion de Ia velocidad de escorrentia y el control de Ia erosion. Los usos del suelo compati-

bles con estos objetivos son los forestales, los recreativos y, en ciertos lugares, Ia construccion con baja densidad de viviendas.

Suelos agricolas de primera calidad (248.816 acres [100.696 ha]; 11,7%) Los suelos agricolas de primera calidad representan el grado mas alto de productividad y son especialmente indicados para un uso intensivo sin que presenten riesgos ecologicos. Es muy dificil defender los suelos agricolas cuando su valor puede multiplicarse por diez si se convierten en edificables, aunque solo sea para Ia construccion de viviendas baratas. Y sin embargo, Ia explotacion agricola es Ia unidad fundamental, el agricultor es el mejor jardi-

nero del paisaje y el que mejor trabaja en su conservacion, el protector de Ia belleza paisajistica. El mero valor de mercado de las explotaciones agricolas no refleja el valor a largo plazo ni Ia naturaleza insustituible de estos suelos !Ienos de vida . Seria dificil defender una proteccion completa de toda Ia superficie agricola; pero Ia proteccion de los mejores suelos en una determinada region metropolitana no solo parece que puede defenderse sino que incluso es ciertamente deseable. La recomendacion de Jean Gottman es que "los suelos de primera calidad escasean lo suficiente en una megalopolis como para despilfarrarlos en usos no agricolas": Los suelos a los que se refiere Gottman son los mismos que hemos llamado suelos agricolas de gran calidad en Ia region metropolitana. •

Gottman, op. cit., p. 95.

SUELO AGRiCOLA DE PRIM ERA CAUDAD

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BOSQUES Y ZONAS ARBOLADAS

LAD ERAS

El agricultor que se ve desplazado de los mejores suelos por causa de Ia urbanizacion se marcha a otro Iugar con suelos de calidad inferior. Los suelos valiosos que se pierden a causa del desarrollo urbano solo pueden ser sustituidos por suelos de calidad inferior. Para ello se req uiere inversion de capital1 "La superficie que no se destina hoy a cultivos, se destinara manana, pero a costa de una gran inversion".* En 1980, en el area metropolitana de Filadelfia, solamente el 30% de Ia superficie estara urbanizada. El 70% restante seguira libre. La superficie agricola de gran calidad represent a solo el 11 ,7 % del total. Por lo tanto, si tenemos opcion, esta claro que los suelos de primera calidad deberian respetarse.

En principia, los suelos de Ia Categoria 1 del USDA deben preservarse del desarrollo (excepto por aquellas funciones que no disminuyan su productividad potencial). Los suelos mejores han de reservarse para bosques o espacios libres, para instituciones, para recreo o para construccion de viviendas con densidades no superiores a una vivienda por cada 25 acres (1 0,12 ha).

·

Edward Higbee, Capitu lo 6, en Gottman, op. cit., p. 326.

Basques y zonas arboladas La cubierta vegetal natural en Ia mayor parte de esta region es el bosque. Donde existe, mejora el microclima y realiza una importante funcion de equilibria en el regimen hidrico, de disminucion de Ia

erosion, de Ia sedimentacion, de las inundaciones y de Ia sequia. La funcion paisajistica de las zonas arboladas es evidente, asi como su valor como habitat para Ia caza; su potencial recreative esta entre los mas destacados de todas las categorias. Por lo demas, el bosque es un paisaje que requiere poco esfuerzo de mantenimiento y que se conserva a si mismo. Los bosques se emplear> para Ia produccion de madera, para gestionar los recursos hidricos, como habitat de Ia fauna, como purificadores del aire, como zonas de recreo o cualquier combinacion de estos usos. Ademas, pueden absorber cierto tipo de urbanizacion en concentraciones a decidir segun las condiciones del proceso natural que tengan que satisfacer.

61

J II

FENOMENOS

USOS DEL SUELO RECOMENDADOS

Agua superficial

Puertos, puertos deportivos, plantas para tratamiento de aguas, industria relacionada con el agua, espacio libre para usos institucionales y residenciales, actividades agricolas, forestales y recreativas.

y riberas

~~ Marismas y humedales

Llanuras de inundaci6n en menos de 50 afios

Puertos, puertos deportivos, plantas para tratamiento de aguas, industria relacionada con el agua y consumidora de agua, agricultura, actividades forestales, actividades recreativas, espacio libre institucional, espacio libre para viviendas.

Acufferos

Agricultura, actividades forestales, industrias que no producen vertidos t6xicos o perjudiciales. Cualquier uso del suelo dentro de los limites que marque Ia percolaci6n.

Zona de recarga de acufferos

Como en los acuiferos.

Suelo agricola de gran calidad

Agricultura, actividades forestales, recreativas, espacio libre para instituciones, zona residencial, densidad max.: 1 viv./25 acres (1 0 ha).

Laderas

Actividades forestales, recreativas, zona residencial, densidad max.: 1 viv./3 acres (1 ,21 ha), siempre que se trate de zonas arboladas.

Bosques y zonas arboladas

Actividades forestales, recreativas, zona residencial con densidades no superiores a una vivienda por acre (0,40 ha).

CARACTER[STICAS HIDROLOGICAS



62

Actividades recreativas.

CARACTERfSTICAS DEL TERRENO

MAPA RESUMEN DE CARACTERfSTICAS HIDROLOGICAS Y DEL TERRENO EN PARTE DEL AREA METROPOLITANA

_I

64

La resolucion de los problemas de .contaminacion atmosferica depende principalmente de Ia reduccion de las fuentes de Ia contaminacion. Aunque Ia discusion acerca del lema ha ido aumentado en intensidad, no parece que se haya producido una ace.leracion semejante en.lo que a soluciones se refiere, y puede que resulte oportuno considerar un hecho que, si se acepta, puede al menos acercarnos a una posible solucion. La contaminacion del . aire Ia produce Ia ciudad , El aire puro procede del campo. Si somos capaces de identificar las direcciones de los vientos dominantes, especialmente de aquellos que intervienen en el fenomeno de Ia inversion, y procuramos que las industrias contaminantes no se instalen en estos sectores criticos del hinterland urbano, habremos contribuido, por lo menos, a no empeorar Ia situacion. La lase central de Ia contaminacion del aire esta relacionada con Ia inversion de temperatura por Ia cual el aire cercano al suelo no se eleva y, por lo tanto , no se renueva. Durante Ia inversion termica, tipica de las noches despejadas casi sin viento, Ia tierra se enfria por Ia radiacion de onda larga y, en consecuencia, el aire contiguo se entria. Mientras esto dura, las capas de aire proximas a la_superficie son muy estables, el movi~ miento del aire es muy reducido; en las ciudades, Ia contaminacion se va concentrando progresivamente. En el caso de Filadelfia se producen inversiones "relevantes" una df:l cada tres noches. Paralelamente, y en relacion con Ia inversion termica, se producen altos niveles de contaminacion que,. entre 1957 y 1959, produjeron veinticuatro "episodios" de 2 a 5 dias de duracion . Por lo tanto, las inversiones son habituales, como lo son los "altos" niveles de contaminacion. La conjuncion y Ia persisten.c;ia de ambas cosas suponen un peligro. El alivio de esta situacion, siempre que no se aborde Ia eliminacion de las fuentes de contaminacion, depende del . movimiento del viento para dispersar Ia contaminacion de las ciudades y, en segundo Iugar, de Ia pureza del aire que II ega para reemplazar al aire contaminado. La coricentracion de fuentes de contaminacion en Filadelfia abarca una zona de 15 millas por 1 0 milla:s (24 km x 16' km) , con su eje longitudinal aproximadamente en direccion noreste. Supongamos que el dioxide de sulfuro es un indicador de contaminacion (830 toneladas de produccion diaria), con una altura de 500 pies (152,4 m) de radio de accion y un volumen de aire de aproximadamente 15 millas cubicas (62 ,5 km 3 ), con un viento de 4 millas por hora (6,44 km/h) para re-

novarlo, elegida esta como velocidad critica. En ese caso , cada milia (1 ,61 km) de velocidad del viento proporciona una milia cubica (4, 17 km 3) de ventilacion y se considera que hacen falta 3 horas y 3/4 para que el viento ventile el eje longitudinal, y2 horas y 1/2 para el eje transversal. Asf, Ia zona de.donde procede el aire que sirve para asegurar el aire limpio en el eje longitudinal es aquella que se encuentra 15 millas (24,14 km) mas alia de Ia zona contaminad
CUENCAS AEREAS

-- I

Para atemperar el calor del verano y Ia humedad es fundamental que estas cuencas aereas se encuentren principalmente en zonas de cubierta vegetal, en lo posible arbolada. Si se cumplieran estos dos requisitos en Ia creacion de cuencas aereas urbanas, como respuesta para controlar Ia contaminacion atmosferica y el microclima, se crearfan cufias de espacio libre que, desde el hinterland, penetrarfan de forma radial en Ia ciudad. Quizas sea esta Ia concepcion mas amplia de proceso natural para el crecimiento urbana y Ia distribucion del espacio libre metropolitano. Esta propuesta orienta claramente el crecimiento hacia los intersticios de los corredores de aire y nos revela que el espacio libre metropolitano puede situarse ahf: Las adaptaciones humanas conllevan tanto beneficios como costas, pero a los procesos naturales no se les suele atribuir valores; tampoco existe un sistema de contabilidad generalizado que refleje todos los castes y los beneficios de dichas adaptaciones. Los procesos naturales son unitarios, mientras que las intervenciones humanas suelen ser fragmentarias y van aumentando progresivamente. Las repercusiones del relleno de las marismas de estuario o de Ia tala de bosques situados en tierras altas no se consideran relacionadas con el regimen hfdrico (inundaciones, sequfa); tampoco se considera que ambas actividades repercutan por igual. Normalmente no se entiende que exista relacion alguna entre Ia construccion de zonas residenciales alrededor de las ciudades y Ia acumulacion de sedimentos limosos en los cursos de los rfos, como tampoco se considera que el vertido de residuos a los rfos este relacionado con Ia contaminacion de pozos que se encuentran a cierta distancia del cauce de los mismos. Observemos varios factores. El crecimiento normal de las ciudades va siempre en aumento y de espaldas a los procesos naturales del Iugar. Pero las consecuencias acumuladas de ese desarrollo urbana nose calculan, como tampoco se contabilizan como castes en cada una de las actuaciones individuales. Aunque se produzcan beneficios en ciertas actuaciones que son perjudiciales para los procesos naturales en general (por ejemplo, Ia tala completa de bosques o Ia conversion de suelo agricola en parcelas urbanizables), estos beneficios son particulares (relaciona-

dos con el propietario que decide talar los arboles o esterilizar el suelo), mientras que las consecuencias y los costas son generales. Por eso, los costas y los beneficios se atribuiran probablemente a un gran numero de personas, corporaciones y niveles del gobierno distintos e inconexos. Es poco probable que se obtengan beneficios a largo plaza si desden·amos el proceso natural; sin embargo, es bastante seguro y demostrable que se produciran costas como consecuencia de ese desden. Por ultimo, y en general, los beneficios que se producen (generalmente economicos) suelen ser del sector privado, mientras que las soluciones y los castes de mas largo alcance entran de lleno dentro de Ia esfera de Ia responsabilidad publica. La finalidad de toda esta exploracion es de_rnostrar ~J..g roceso natural'-cuyo caracter ~s ynj:!_qdo, debe ser considerado como tal en el proceso de planificacion; es decir, que los cambios realizados en partes del sistema a~ecesa­ riamente al sistema entero;- ·ue los_Qrocesos naTuraTes representan- valores y q~e_e~o~ val ores han de contabilizarse medianteJ!.Q sist~ma unico. besgraciadamente, Ia informacion de que disponemos sabre las proporciones de costas y beneficios en determinadas intervenciones en el proceso natural es insuficiente. Sin embargo, hemos mostrado ciertas relaciones muy generales y propuesto ciertas suposiciones previas como punta de partida para emitir juicio. Parece clara que Ia legislacion referente a Ia utilizacion del suelo y al desarrollo urbana debe ampliarse para que tenga en cuenta los costas publicos y las consecuencias de Ia accion privada. La reglamentacion actual ni tiene en cuenta Ia repercusion de los procasas naturales en el bien publico, en lo que tiene que ver con las inundaciones, Ia sequfa, Ia calidad del agua, Ia agricultura, el potencial paisajfstico o recreativo, ni atribuye responsabilidad a los aetas del propietario o del promotor. Ya hemos vista hasta que punta existe suelo disponible incluso en las regiones metropolitanas que se enfrentan a un desarrollo acelerado. Existe, par tanto, al menos hipoteticamente, Ia oportunidad de elegir el emplazamiento de las zonas a urbanizar y de las zonas destinadas a espacios Iibras. La-hipotesis central de este estudio es que Ia distribucion de espacios Iibras debe respon-

der al pr
c

Este estudio procede de Metropolitan Open Space from Natural Process, un proyecto de investigaci6n subvencionado porIa Urban Renewal Administration, .los Estados de Pensilvania y Nueva Jersey. El autor era el investigador principal y los daios publicados aqui proceden unicamente de su 'investigacion. El primer director del proyecto fue W. L. C. Wheaton. Con posterioridad, desempefi6 este papel David A. Wallace. Entre otros ·investigadores intervinieron: Anne Louise Strong, William Grigsby, Anthony Tomazinas, Nohad Toulon y William H. Roberts. Los ayudantes responsables de los mapas fueron Donald Phimis-

ter y Frank Shaw.

65 *

Estudio de Ia cuenca aerea de Filadelfia real izado, bajo Ia direc-

ci6n del autor, par Hideki Shimizu, Department of Landscape Architecture, University of Pennsylvania, 1963, in9dito.

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