2 Do Integrador Haya Ii.docx

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Universidad Nacional de Misiones- Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Licenciatura y Profesorado en Historia con Orientación en Ciencias Sociales. Trabajo Práctico Integrador N°2: El origen del estado y la nación modernos en América Latina. Abordaje teórico y análisis del caso del litoral rioplatense. Cátedra: Historia Argentina y Americana II Titular: Schvorer, Lucía E. Estudiante: Scotti, Eva Mariette. Introducción Este trabajo es presentado con el objetivo de identificar el proceso del Estado Nación en los focos latinoamericanos en lo que va del siglo xix, para hacer hincapié en el caso del litoral rioplatense teniendo en cuenta los siguientes interrogantes: ¿El período de emancipación supuso una transición inmediata entre la colonia y el Estado Nacional en los términos de Oszlak? ¿Qué características adquirió el proceso de conformación del Estado Nacional en Argentina? ¿Qué características tuvieron las provincias-región del litoral rioplatense desde período post independencia hasta mitad del siglo xix y que impacto tuvieron sobre el proceso estatal?; Los cuales pretendo responder en el siguiente desarrollo teniendo en cuenta los aportes del economista Oscar Oszlak –en su estudio sobre la formación histórica del estado en América Latina-, del historiador José Carlos Chiaramonte en su Introducción de su célebre “Mercaderes del litoral” y, finalmente el politólogo Benedict Anderson en “Comunidades imaginadas”. En primer lugar hare un esbozo sobre la conceptualización del término “nación” según Anderson para describir, a continuación, la propuesta de Oszlak y su estudio por caso. En segundo lugar, referiré al estudio por Chiaramonte particularmente sobre el caso del litoral rioplatense y finalmente expresaré un punto de vista reflexivo sobre el tratamiento de la temática en general.

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Desarrollo

Los procesos de conformación y consolidación del Estado Nacional en los casos de América Latina tienen el particular rasgo de que fueron sucedidos –inmediatamente o no- luego del período de guerras por la de independencia, es decir, momento en el cual las distintas fuerzas insurgentes demostraron el profundo desacuerdo por el proyecto colonial vigente de integración a la metrópoli y, en respuesta a ello, declararon su independencia marcando un hito en la historia de América Latina dando paso a una nueva etapa, que como veremos más delante de manera detallada, que fue distinta en cada caso pero en cierto sentido similar. Nada de esto fue lineal e inmediato ni mucho menos poco complejo, sino que se trató de un proceso, como se ha mencionado, lleno de retrocesos y rupturas de tipo estructural que culminan – en el caso del litoral rioplatense, o bien Argentina- recién a finales del siglo xix, en parte gracias al aparato ideológico homogeneizador de la sociedad, es decir la escuela como parte del “proceso”, y en parte por el previo “orden” de la misma mediante las campañas que lograron suprimir las fuerzas insurgentes, es decir aquellos sectores que no estaban de acuerdo con el proyecto estatal-nacional. Semejante repercusión externa adquirió el proyecto mundial de incorporación de las economías regionales al Mercado Mundial (Oszlak1, 2007), englobado por el sistema económico del capitalismo y sus variables formas que adoptó. Antes de continuar, resulta pertinente comentar que el concepto de “nación” así como el de nacionalismo son difíciles de definir por los múltiples significados que se les ha adjudicado a tales conceptos en la modernidad y sobre todo en la actualidad por lo que conviene hablar, como señala el político Benedic Anderson2, de calidad de nación entendida como un artefacto cultural creado por un determinado grupo de personas que atraviesan un proceso histórico y comparten rasgos culturales del mismo, por lo que se reconocen como iguales dentro de ese “algo en común”. Desde esta perspectiva la nación puede ser interpretada como imaginada, no solo porque todos los individuos que se sientan parte de ese algo en común no se conozcan entre ellos, desde un punto de vista personal, sino porque esconde perversamente la jerarquización y desigualdad que existe entre los miembros, un claro ejemplo de ello es la pobreza como una problemática social ignorada por las señaladas comunidades imaginadas. En definitiva, la imagen de una nación es construida para 1

Graduado de Contador público y licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires actualmente Oscar Oszlak es reconocido a nivel mundial como uno de los economistas más influyentes en lo que respeta a los estudios sobre el Estado Nacional en América Latina ya que no solo obtuvo su doctorado en Ciencias Económicas en el año 1992 también por la UBA sino que fue reconocido por la Universidad de California –por su maestría en economía- en la Universidad de Harvard –por su graduación en el Programa Internacional de tributación-, entre otras entidades académicas. 2 Fue un político e historiador Graduado por la Universidad de Cornell, especialista del nacionalismo.

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demostrar y para esconder la ideología –entendida ésta última como acción más que como algo ideal o abstracto-. Hay que tener en cuenta que, por lo menos en la introducción de su obra más célebre, la matiz del autor hace hincapié en la crítica en relación a la escasa producción sobre la temática por parte del materialismo histórico y del liberalismo por lo que particularmente su trabajo se enfoca en los tres últimos siglos, ubicando el surgimiento del nacionalismo a fines del siglo xviii. Por otro lado, la producción de Oscar Oszlak apunta al análisis de una de las formas específicas del estado, es decir el estado nacional. Desde su perspectiva, la construcción de la categoría aglutinada de estado-nación puede ser entendida como resultado de un proceso cuya dinámica puede saltar del estancamiento a los bruscos movimientos de acuerdo a la formación de sus partes constitutivas y que concluye cuando estos dos conceptos “estado” y “nación” coexisten como una unidad. El estado nacional es, entonces, el resultado de un proceso convergente, aunque no unívoco, de constitución de una nación y de un sistema de dominación3 que incluye la complementariedad de dos elementos diferentes, a saber: el elemento material y el elemento ideal que pueden asentarse en un territorio y sociedad de manera alternada. En este sentido el autor incluye en su producción el concepto de estatidad para hacer referencia “al grado en que un sistema de dominación social ha adquirido el conjunto de propiedades –expresado en esa capacidad de articulación y reproducción de relaciones sociales- que definen la existencia de un estado”4, uno de los atributos a destacar es la constitución de instituciones burocráticas que materializan tales relaciones sociales para resolver las cuestiones sociales demandadas por el contexto interno y externo. En efecto, para analizar dicho proceso en los casos de América Latina Oszlak propone que la existencia concreta de cierto engarce entre la adquisición de los atributos de la estatidad y las cuestiones sociales del momento es pertinente ya que permite identificar la concreta correlación entre una y otra, teniendo en cuenta que no siempre fue así y que existieron momentos de contradicción y coyunturas de por medio con lo que será posible identificar inicialmente la existencia del estado. En relación a ello, las guerras por la independencia en todos los casos marcaron una ruptura inicial para la construcción de los estados nacionales modernos; no obstante “el acto de ruptura con el poder imperial no significó la automática suplantación del estado colonial por un estado nacional”5 ya que la esencia del movimiento emancipador fueron las economías regionales fuertes que a la vez que intentaban zafarse de un poder centralizador, reivindicaban su independencia individual. Como se mencionó en un principio, estos procesos no fueron lineales, paralelos, ni mucho menos poco 3

Op. cit., pág. 4. Op. cit., pág. 4. 5 Op. Cit., pág. 13. 4

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complejos. Brasil, por un lado, logró constituirse como estado nacional en un breve período gracias a la Corona como agente social y militar y la alianza entre la burguesía militar y burguesía productora del café. En México el inicio de un estado nacional se dio a partir de la segunda mitad del siglo xix con el período histórico conocido como el Porfiriato. En Perú, aun que discute la existencia o no de una nación nacional o de una nación en sí (Oszlak, 2005). En contraposición, tanto en Colombia como en Argentina el proceso nacional tardó más porque según este autor las precarias economías regionales, las dificultades de transporte y comunicación y sobre todo la extensión territorial retrasaron dificultaron la inmediata instalación del Estado nacional. En este sentido habría que volver a plantear la etapa histórica de la fundación de las ciudades 6 en el espacio concerniente a Argentina, iniciada a comienzos del siglo xvi en respuesta al proyecto colonial de control territorial y social, como un antecedente de la problemática territorial esbozada por Oszlak. En efecto, las ciudades cumplieron la función de organizar la economía interregional colonial, se trataba de focos administrativos pequeños en medio de un extenso territorio inhóspito7 ocupado por los nativos insurgentes cuya resistencia y perseverancia son clave para entender porque el orden en esos territorios no llegaría a instalarse sino hasta el proceso nacional estatal de finales del siglo xix. En definitiva, Argentina para mitad del siglo xix atravesaba una etapa histórica en que las clases sociales o actores sociales que fueron adquiriendo más relevancia gracias al proceso de independencia veían una oportunidad para hacerse con el control del poder socio político y económico. Una etapa histórica caracterizada por la puja por el poder y sobre todo por ejercer el control a lo que se suma la resistencia de los indígenas –entre las tribus más intransigentes se destacaron los ranqueles-, las rebeliones campesinas y el caudillismo local; todo esto da como resultado un panorama de luchas civiles y coyunturas que se inclinan al anarquismo social. Relacionado a ello se puede apreciar la idea de que “Un estado capaz de imponer el orden y promover el progreso era, casi por definición, un estado que había adquirido como atributos la capacidad de institucionalizar su autoridad, diferenciar su control e internalizar una identidad colectiva”8; no obstante para aplicarlo a nuestro caso habría que esperar que el orden realice su cometido, ¿Qué significó esto?, significa que fue necesario contrarrestar las insurgencias de todos los agentes sociales que impedían que se instalara la centralización del poder, bajo una matriz capitalista que impulsaba la incorporación al orden económico mundial9. De esta breve explicación surge el 6

Sobre este punto véase, Carlos S. Assadourian, Guillermo Beato y José C. Chiaramonte, Argentina: de la independencia a la conquista (Buenos Aires- Barcelona- México, Editorial Paidos, 1985). 7 Para el contexto, el viaje de una ciudad a la otra implicaba para los españoles el riesgo de ser atacados por los malones, cuyo ultrajes básicamente consistían en secuestras mujeres, robar las pertenencias y asesinar a los hombres. 8 Op. cit., pág. 16. 9 El contexto externo del siglo xix como debemos recordar era de revolución en los transportes, revolución industrial, era de nacionalidades-, entre otros.

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interrogante ¿Cómo se llevó a cabo este cometido? represento una enorme inversión para la materialización del orden, a través de los recursos externos ya que la capacidad extractiva en este espacio territorial local no fue efectiva por la misma problemática planteada anteriormente. El estado debió recurrir, inevitablemente siguiendo al autor, a la inversión mediante empréstitos y préstamos para la configuración de un aparato fuerte que promoviera el orden y el progreso en simultáneo10. Paralela a tal configuración, se iniciaba lo que actualmente se conoce y se vive como “deuda externa” –punto de investigación que este trabajo no pretende esbozar-. En definitiva, el estado nacional necesito de recursos, recurso incapaz de producir, para la organización, regulación y distribución de los flujos económicos en la sociedad bajo la base del capitalismo; es decir bajo un nuevo orden radicalmente diferente al anterior, marcado por la diferenciación entre las regiones y la carente subordinación de una sobre la otra. Hasta aquí traté de esbozar en pocas palabras la propuesta de Oszlak en relación a la conformación y consolidad del Estado nacional en América Latina y el caso rioplatense, por lo que conviene hacer un comentario sobre la propuesta de José Carlos Chiaramonte en relación a esta temática. En primer lugar, hay que reconocer que los dos investigadores argentinos coinciden en que inmediatamente después del proceso de independencia no se dio una configuración estatal de carácter nacional, sino que ésta aparece recién a finales del siglo xix. Sin embargo, a diferencia de Oszlak, Chiaramonte afirma que el proceso de independencia se da elementalmente por la crisis de los imperios ibéricos y la emergente potencia mundial -Inglaterra- y no fundamentalmente por los descontentos e insurgencias de las distintas capas sociales rioplatenses, porque aunque fueran un factor que contribuya no componía un elemento sustantivo. Relacionado a ello, otra comparación entre los autores resulta de la característica que hace posible la afirmación del primer enunciado, es decir la inexistencia de un Estado Nacional inmediatamente posterior al proceso emancipador; ya que coinciden en que la economía precaria de las regiones y la falta de un mercado íntegro fue el factor clave del resultado. No obstante, Chiaramonte hará hincapié en que el “problema nacional fue la inexistencia de una clase social dirigente de amplitud nacional […] capaz de ser el sujeto histórico de ese proceso11; así es como inevitablemente desvela que: “la independencia de las ex colonias ibéricas [no] había sido fruto de una clase social, generalmente denominada burguesía a lo largo del período colonial tardío”12. Por lo demás, teniendo en cuenta que la producción de Chiaramonte es previa a la de Oszlak, ambos siguen una línea teórica similar. 10

Si bien se pretende que una operación preceda a la otra, hay que volver a insistir en que el proceso latinoamericano de los estados nación fue muy diferente al producido en Europa y que por lo tanto la fórmula del positivismo no se dio de la misma manera, ni siquiera dentro de los estados nacionales latinoamericanos. 11 Op. cit., pág. 22. 12 Op. cit., pág. 22.

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El discurso introductorio de Chiaramonte hace énfasis en la cuestión regional como cuestión provincial, ya que la región-provincia es una unidad fragmentada y articulada posible de ser analizada a partir de la guerra de la independencia, momento en el que se transforma y evoluciona hacia una forma más rígida. El autor analiza la relación entre las regiones antes y después de la independencia. Este último proceso “sobreviene cuando el grado de maduración de los principales sectores sociales de las colonias estaba aún muy lejos de permitir trascender los particularismos regionales”13, particularismo que si bien hacían posible la interdependencia, no lograron hacer frente a la centralización del poder por parte de Buenos Aires. El autor se centra también en el análisis de las economías provinciales contemplando la inexistencia de un Mercado a causa del predominio del capital comercial como forma de comercialización vigente. En efecto, los únicos beneficiados eras quienes sacaban provecho por sus conocimientos mercantiles adquiridos en el pasado reciente, me refiero específicamente a los burgueses mercantilistas. Una característica taxativa de este período es la instalación del sistema monopólico como forma de negociación entre productores directos y mercaderes a partir de las “habilitaciones” basadas en el intercambio no equivalente. Uno de los factores por los cuales se manifiesta la inexistencia de un plan de Estado que regule el Mercado de manera uniforme estableciendo precios –entendiendo que la esencia del mismo es la relación entre oferta y demanda- cuya orientación de éstas últimas determinarán la el valor de la primera a fin de mantenerse o no en el Mercado. Nada de esto ocurrió en la primera mitad del siglo xix, bien señala el autor “la consideración de la expansión de la ganadería bonaerense en la primera mitad del siglo (…) suele incurrir en el anacronismo de otorgarle a ese proceso histórico las características del segundo”14, es decir que distintas posturas, bien retrógradas u obsoletas, adjudican la aparición del capitalismo al proceso de producción y exportación pecuaria. En efecto, la aparición del capitalismo se da con el reemplazo del capital comercial por el capital industrial recién en la segunda mitad del siglo xix. Todo lo expuesto hasta el momento refleja que no hubo un Estado con carácter de amplitud nacional, la tardía llegada de este momento no se da exactamente por un retroceso sino que más complejo que ello. Chiaramonte analiza los particularismos regionales para dar cuenta que por muchos años constituyeron unidades provinciales fuertes, luego del período independentista, porque lograron resolver la cuestión económica con su propia producción – teniendo en cuenta que la necesidad de otros bienes ajenos fue solventada mediante el intercambio interprovincial-. Sin embargo, como se mencionó previamente, esa unidad era articulada y a la vez fragmentada, esto 13 14

Op. cit. pág. 23. Op. cit. pág. 42

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quiere decir que a pesar de los fuertes vínculos comerciales que mantenían, se dejaron absorber por el centralismo, que no es lo mismo que unitarismo, entendiendo que este último alude a la unión de todas las provincias, para dejar de lado la idea de la subordinación de la una con la otra. Por otro lado, vale resaltar que el nexo fundamental para comercial con el exterior era la aduana15 bonaerense desde el período colonial hasta el post-independencia. La diferencia era que, en éste último, la estructura mercantilista y monopolista beneficiaba a la resistencia centralista con los impuestos por lo que una característica del período es justamente la resistencia entre una y otra tendencia. Las luchas civiles por la autonomía económica entre las provincias-región fueron característica fundamental del período –la producción pecuaria rioplatense frente a las economías productoras de las regiones-. Así es como, por ejemplo, Corrientes implanta un fuerte proteccionismo hasta la segunda mitad del siglo xix donde merma esta tensión en favor del emergente Estado Nacional. Hay que destacar también que para mitad de siglo la Argentina solamente cuenta con grupos dominantes locales, burguesías mercantiles o rurales y carece de delineaciones físicas entre una región y otra. A raíz de todo lo expuesto hay que recalcar que dos de los tres autores propuestos por la cátedra apuntan a que la conformación y consolidación del estado nacional en el litoral rioplatense no se dio sino hasta finales del siglo xix y que los años desde la declaración de la independencia hasta aquel momento fue un período complejo por diversos factores, entre ellos la deficiencia –por parte de la burguesía mercantilista- y resistencia por parte de las regiones y la puja por la independencia interprovincial. Estos hechos, así como las demás coyunturas que atravesó el período son cruciales para comprender el proceso. En relación a ello, finalmente Shumway en relación a la temática, afirma que sus propias divisiones les hacían imposible una resistencia unida a Buenos Aires16, y continúa: “(…) Mientras tanto, Buenos Aires aumentaba su contacto con viajeros europeos, comerciantes y científicos […] Mediante viajes por el extranjero, los hijos de la oligarquía emergente se familiarizaron con las costumbres europeas, a menudo al punto se sentirse más extranjeros en la Argentina que en Europa (…)”17 Este autor analiza la cuestión nacional en Argentina de acuerdo a las influencias europeas y el proceso de aculturación que ello supuso para la construcción del Estado. Esta visión de los hechos si bien es diferente, resulta pertinente y útil para entender la Feliz Experiencia como parte de la etapa que nos incumbe. Esto no es cerrado, sino que está abierto al debate.

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En un principio a modo de contrabando para transformase, en la primera mitad del silo xvi, en un puerto legislado. Op cit., pág. 103. 17 Shumway, 2015, p. 103. 16

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Conclusión

De acuerdo a lo desarrollado se puede concluir que la conformación y consolidación del Estado Nacional, en los distintos puntos de América Latina, se dieron mediante procesos similares ya que esta apertura se presenta como el resultado de la declaración de la independencia como primera coyuntura hacia dicha construcción; pero a su vez diferentes porque el grado de complejidad fue distinto esto es, de acuerdo a las condiciones materiales e inmateriales del contexto de cada caso. Como se ha visto el caso del litoral rioplatense fue diferente porque entre un proceso y otro hubo un período en el que si bien muchos autores lo consideran una “anarquía social” en realidad se caracterizó por la puja entre las provincias-región en pos de obtener la autonomía en relación a las políticas centralistas planteadas por el litoral rioplatense, lo que finalmente sucedió. En efecto, el “centralismo” triunfó frente al “unitarismo” entendido como un proceso de unificación que carece de un tinte de jerarquización entre un sector y otro. Hemos visto también que la construcción del Estado Nacional Argentino fue más europea que “gaucha”, entendida esta última apreciación como aquellas tendencias no consolidadas que aunque se las recuerde como tradicionales no primaron al construir la ideología nacional que se plasmó posteriormente con la instauración de la educación.

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Bibliografía

ANDERSON, Benedict: Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. México, Fondo de Cultura Económica, 1993. -------------------------------Introducción pp. 17 a 25 ASSADOURIAN Carlos. S., BEATO Guillermo y CHIARAMONTE, José C.: Historia Argentina, De la conquista a la independencia. Buenos Aires, Paidós, 1985. Capítulo 3 pp. 39 a 59 CHIARAMONTE, José C.: Mercaderes del litoral. Economía y sociedad en la provincia de Corrientes. Primera mitad del siglo XIX. Bs. As., Fondo de Cultura Económica, 1991. -----------Introducción: La cuestión regional en el proceso de gestación del estado nacional argentino pp. 21-54 OSZLAK, Oscar: Formación histórica del Estado en América latina: elementos teóricometodológicos para su estudio. Estudios CEDES, Volumen 1, Nº 3, 1978, Buenos Aires, Argentina (Extraído de los materiales de la cátedra de Historia latinoamericana de Waldo Ansaldi, UDHISAL, UBA). Pp. 1 a 33 SHUMWAY, Nicolás: La invención de la Argentina: Historia de una idea. Buenos Aires, Booket, 2015. Capítulo 4: Los rivadavianos pp. 101-131

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