Propuesta para las cartillas de apocalipsis.
1. Las cartillas. - Justificación - Apertura semiótica 2. Introducción apocalipsis - Introducción a la literatura apocalíptica - Apocalipsis de Juan 3. Textos apocalípticos: contexto y semiótica. - los cuatro jinetes - los dos testigos - las dos bestias - Nuevo cielo y Nueva tierra 4 Aplicación hermenéutica
1. Cartillas. Propósito: Estas cartillas se han desarrollado con el fin de acercar a los lectores actuales, al contexto sociopolítico y al contenido simbólico-literario que el texto apocalíptico precisa. Es necesario entonces, acercarse al conocimiento del lector primero, con herramientas históricas, modelos exegéticos que clarifiquen el texto Juanino; es decir, el apocalipsis de Juan va dirigido a una comunidad concreta y contiene claves hermenéuticas que ésta comunidad conoce, también, símbolos con un contenido contextual de gran importancia. Sin embargo, el paso del tiempo y la distancia sociocultural, nubla la vista de cualquier lector moderno, introduciendo grandes falencias en la interpretación de este texto tan controversial. La meta es propuesta aquí, es develar (αποκάλυψις) el contenido de algunos textos de apocalipsis como propuesta hermenéutica para las comunidades de fe contemporáneas. “El Apocalipsis es una revelación hecha a la iglesia para hacerle descubrir el sentido de su historia. Una historia en la que está ya presente el Cristo resucitado y victorioso, pero en la que también se han desencadenado las fuerzas del mal por medio de las potencias humanas.” (Equipo "Cahiers Evangile", 1990, pág. 22) “Juan el profeta no es un futurólogo ni un especialista del año 2000, sino un creyente y un testigo de los años 90. Sepamos apreciar el inmenso servicio que hizo a sus contemporáneos, para inspirarnos a continuación en la fuerza que le animaba y proseguir el combate que tan bien supo
llevar. Se nos dará entonces vivir en la esperanza y preparar la transformación del mundo presente, para que vaya adquiriendo cada vez más el colorido de aquella «creación nueva» prometida por el profeta de Patmos.” (Prévost, 1994, pág. 32) “Estas y muchas otras evidencias justifican una doble conclusión. En primer lugar, todo el libro del Apocalipsis es un mensaje directo para sus primeros lectores. En segundo lugar, Juan describe aun los acontecimientos futuros en los términos inmediatos de la vida de sus contemporáneos. Nunca les hace entender que está vaticinando cosas que ellos no podrían comprender tales como aviones, bombas y cohetes, computadoras, petróleo o explosiones atómicas. Les habla claramente de temas y objetos que entienden, aun cuando describe realidades venideras. Interpretar el Apocalipsis en términos de cosas que ni Juan ni sus lectores hubieran entendido, y que tampoco señalan las palabras del texto, es caer en un grave anacronismo. ¿Cómo podría Juan al escribir acerca del "666" estar pensando en una computadora cuando ni siquiera conocía la electricidad? ¿Algo de lo que el Espíritu reveló a Juan podría sugerirle la idea de una computadora? Recordando que Juan y sus lectores creían entender el mensaje del libro, ¿el Espíritu no se burlaría de ellos y de casi diecinueve siglos de lectores cristianos, si les hablara de una computadora de la cual no tenían la menor idea? Es cierto que el Apocalipsis es un mensaje inspirado por Dios para los fíeles del siglo 20, pero sólo es así porque primero fue un mensaje claro y poderoso para los creyentes del fin del siglo 1. Para entenderlo acertadamente hoy, tenemos que tratar de escuchar primero el mensaje dirigido a ellos, y recién entonces buscar desde ahí "el mensaje de ese mensaje" para nosotros en el continente americano en el umbral del siglo 21.” (Comentario Biblico Iberoamericano, Juan Stam, 1999, pág. 18) “Hacer entonces una lectura simbólica del Apocalipsis no es quitarle su verdad, intentando imponerle un sentido misterioso, oculto, que no tiene. Es sencillamente ponerse al servicio del texto, confiando en la inteligencia del autor y en la coherencia de sus ideas.” (Prévost, 1994, pág. 36) “Algo raro ha pasado con este libro. Fue escrito para quitarles el miedo a los cristianos de Asia Menor en el siglo 1, pero ahora tiene el efecto opuesto: llena de miedo a muchos lectores. Ellos, que vivían amenazados, lo recibían como esperanza; nosotros, que vivimos tranquilos, lo recibimos a menudo como amenazante. Algunos hasta sufren pesadillas con las dantescas imágenes de Juan, y predicadores oportunistas las explotan para ejercitar un terrorismo apocalíptico. ¡Al contrario: el Apocalipsis es un mensaje de esperanza en Cristo que debe llenarnos de gozo!” (Comentario Biblico Iberoamericano, Juan Stam, 1999, pág. 17) Estas cartillas están divididas en cuatro temas iniciando con la presentación de la semiótica, para hacer una fácil divulgación del contenido. Con un lenguaje preciso y claro. Con el fin de exponer el tema en una sola reunión. -
Semiótica
(En esta parte se expone, como debemos leer textos con contenido simbólico y el porqué es importante no alegorizar o leer literalmente, textos que contienen símbolos propios de una cultura y un contexto) recuerdo que va dirigido a las iglesias.
2. Introducción a Apocalipsis. - Literatura apocalíptica. En este apartado temático, se explicará que significa la palabra apocalipsis, y se hablará brevemente de algunos escritos judíos y cristianos presentes en los siglos anteriores y posteriores
a la era común. Se hará énfasis, en las esperanzas reflejadas en el apocalipsis; esperanzas en el gobierno de Dios (teonomía) que está al tanto de toda situación y la transforma. “Tres vertientes esenciales del lenguaje apocalíptico son la simbólico-mitológica (en especial, la concerniente a los sueños, como desvelamientos del destino del mundo y de la historia, que se someten, inderogablemente, al poder divino), la sociológica (esto es, el lenguaje como vehículo de resistencia frente a la opresión) y la estrictamente teológica.”…“La carga simbólica de los sueños en la literatura apocalíptica se orienta, fundamentalmente, hacia el futuro, aunque se refiera a eventos que, en el orden cronológico, hayan acaecido con anterioridad a la redacción del libro en cuestión. El lenguaje apocalíptico, gracias a su comunicación de sueños y de visiones que pretenden revelar lo arcano, fantástico y recóndito del mundo celestial, así como el inexorable destino de la historia, tiene como objetivo transmitir esperanza en situaciones de extrema dificultad, cuando el individuo se ve acosado, sin piedad, por el sufrimiento y la injusticia. Permite, por ello, edificar, performativamente, un mundo nuevo, donde desterrar la amargura y la angustia que ahora imperan.” (Blanco, 2013, pág. 68) “Gran parte de la apocalíptica concibe la historia como una gigantesca trama, cuyas numerosas vicisitudes no son sino expresión de un destino manifiesto: el triunfo del Señor del universo. En esta «visión telescópica de la historia», el sufrimiento actual anticipa la bienaventuranza venidera” (Blanco, 2013, pág. 70) “El Apocalipsis es un libro atormentado, y con razón: los acontecimientos que rodearon a la persecución de los cristianos y a la caída de Jerusalén trajeron consigo suficientes horrores para inspirar un discurso semejante. No es posible minimizar el testimonio de Juan sobre todo esto.” (Prévost, 1994, pág. 28) “También debe recordarse que la literatura apocalíptica es un género literario generalmente muy estético. En contraste con los profetas, quienes solían pronunciar sus mensajes oralmente, los autores apocalípticos redactaban su mensaje de manera conscientemente pulida. Es una literatura muy elaborada, con reglas propias y artificios literarios que, a menudo, ofrecen las claves de interpretación indispensables para entenderla fielmente. La mayoría de las veces parece que los autores no tuvieron intención de que se los tomara al pie de la letra.” (Comentario Biblico Iberoamericano, Juan Stam, 1999, pág. 21) -
Apocalipsis de Juan.
“Lo cierto es que la cristología del Apocalipsis ofrece una cosecha excepcional. Cuando alguien nos pregunte: ¿para qué leer el Apocalipsis?, podemos responder sin vacilar: para conocer mejor a Cristo. Sólo él tiene la clave de este libro, y toda interpretación que prescinda de él no podrá menos de llegar a un contrasentido. Al contrario, si optamos por entrar en el Apocalipsis con la clave cristológica, todo recibirá su verdadera luz y quedará situado en su adecuada perspectiva.” (Prévost, 1994, pág. 21) “la primera parte del Apocalipsis acaba con la evocación de las tres mayores manifestaciones de la presencia de Dios entre su pueblo en el Antiguo Testamento, a saber, el templo, el arca y el Sinaí... ¿Qué objetivo se busca con todo esto? Por una parte, se ve bien que Juan introduce la dimensión de la novedad. Todas estas realidades reciben una luz nueva y una superación en el acontecimiento Jesucristo.” (Prévost, 1994, pág. 29) “En dos ocasiones se saluda a Cristo como «Rey de reyes y Señor de señores» (17,14 y 19,16), y la primera parte del libro termina con una aclamación que reconoce el establecimiento definitivo de la «realeza de Cristo»: «Ha llegado el reinado, sobre el mundo, de nuestro Señor y de su Cristo; y reinará por los siglos de los siglos» (11,15). Semejante designación de Cristo en este lugar adquiere todavía mayor relieve por el hecho de que la segunda parte (12-18) nos desvelará los
esfuerzos monstruosos de la Bestia por imponer su dominio sobre el conjunto del mundo. Para Juan, se trata de una empresa abusiva e insensata, en contradicción directa con la convicción de los cristianos, para los que no puede haber más que un solo Señor: el Cristo resucitado.” (Prévost, 1994, pág. 20) “Ningún tema es más central y enfático en el Apocalipsis que el señorío de Cristo. Todo en este libro está subordinado a él. Pero Cristo aparece rodeado de una profusión tan abundante de imágenes, sujetos y símbolos, que corremos el peligro de perder la visión de Jesús y clavar la mirada en tanta otra cosa secundaria. Para interpretar bien el libro necesitaremos en todo momento una mente sujeta a la cautividad de Cristo y una imaginación rigurosamente disciplinada para no ver nada "sino a Jesucristo, y éste crucificado". Leído con los ojos clavados en la bestia, el Apocalipsis inevitablemente será un libro morboso y lúgubre. Si el dragón y sus secuaces son el centro de la historia, somos los más miserables sobre la faz de la tierra. ¡Pero Jesucristo es el centro de la historia y el Señor del futuro! Este glorioso mensaje del Apocalipsis da un gozo que ninguna circunstancia puede apagar ni ningún tirano puede aplastar. ¡Jristos Kuriosl Porque Cristo vive, el llanto se convierte en canto (Ap 5) y la endecha en doxología.” (Comentario Biblico Iberoamericano, Juan Stam, 1999, pág. 29) “La repetición insistente de este tema al final del libro: «Mira, pronto vendré» (22,12; cf. también el v. 7), nos proyecta sin remedio hacia el porvenir. Es incluso la espera de esta vuelta la que subyace a toda la esperanza de la Iglesia: «El Espíritu y la Novia dicen: "¡Ven!"» (22,17)... Antes del saludo final del autor, las últimas palabras de la comunidad son una imploración vibrante dirigida al Cristo que ha de venir: «¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!» (22,20)” (Prévost, 1994, pág. 21) Nota:(aquí se hablará de algunas lecturas y también del cambio paradigmático de la actualidad, al explorar el texto bíblico con las herramientas exegéticas) recuerdo que es un texto eclesial.
3. Textos apocalípticos -
Cuatro jinetes.
¿Qué dice el texto?, ¿hay detalles que iluminen su identificación?, ¿a qué aluden? ¿Cómo lo entendieron los primeros lectores?, ¿qué significan hoy?
-
Según la crítica textual: fue añadido el texto (και ιδε) Nota: (es probable que ese ¡ven! Sea clamando la presencia del cordero ya que al final el autor se une al clamor que tanto los seres como las almas, la iglesia y el espíritu hacen. También es interesante notar la insistencia del Jesús a las iglesias al decir vengo pronto) “Los vivientes dice ¡Ven!, palabra que algunos manuscritos interpretan, añadiendo ¡y mira!, como si estuviera dirigida al mismo Juan (o al lector) que debe acercase al centro de la escena, donde se abren los sellos, para ver lo que sucede. Pero la mayoría ponen simplemente Erkhou! ¡Ven! (6,1.3.5.7) como si los vivientes llamaran (cf. 22,17.20) solo a Jesús, el cordero que abre los sellos, poniendo en marcha el final de la historia.” (Ibarrondo, 1994, pág. 94)
-
Tiene una estructura paralela, 2 ---------- 5 ------------ 7 3 y 4 ------ 6 ------------ 8 Características
-
El primer sello, desata a un caballo blanco y su jinete tiene un arco y una corona. “El jinete blanco parece representar los partos—prototipo de los pueblos belicosos—, como se ve por el arco, que era el arma característica de sus guerreros 3. El color blanco del caballo y la corona son signos de victoria y de dominación. Los partos instalados sobre el Eufrates constituían una amenaza continua contra el Imperio romano. En el año 62 d.C, el rey parto Vologesis había logrado vencer a las legiones romanas junto al río Tigris. Esta victoria presagiaba otras.” (Salguero, 1960, págs. 379-380) también lo dice (Wikenhauser, 1969, pág. 100) Nota: (la identidad de este jinete es la más discutida.) opinión: (es dudoso que se trate de Jesús)
-
El segundo sello, desata el caballo bermejo le fue dado poder, y tiene una espada “El Cordero abre ahora el segundo sello, y un segundo ser viviente emplaza al siguiente jinete apocalíptico a comenzar su cabalgada. Sale ahora un caballo de un rojo encendido a cuyo jinete se le ha dado una gran espada y el poder de quitar la paz de la Tierra, permitiendo que las personas se maten unas a otras. El color del segundo caballo se corresponde con la misión de su jinete y simboliza la mortandad y el derramamiento de sangre. Si el primer sello sugería una invasión desde afuera, el segundo podría ser una alusión a un conflicto interno. La espada que se le dio al jinete era la romana, muy apropiada para esta clase de contiendas intestinas. Su misión es quitar la paz de la Tierra y permitir que las personas queden a merced de sus destructivos instintos los unos para con los otros.” (Mounce, 2007, pág. 211)
-
El tercer sello, desata al caballo negro y su jinete tiene una balanza en su mano. “el denario era el jornal de un obrero. Pues bien, para comprar dos quénices (Χοινιξ) de trigo o seis quénices de cebada, que era, naturalmente, más barata y constituía el alimento de los pobres, había que pagar un denario. Para darnos cuenta de lo elevado del precio,
hay que tener en cuenta que el quénice equivalía a 1,079 litros. Además, se sabe que en tiempos normales por un denario se podían comprar 12 quénices de trigo o 24 de cebada. El aumento tan exorbitante del precio del pan sirve para dar una idea del hambre que habría de venir. En cambio, el vino y el aceite abundarían sobremanera 10. Esta especie de paradoja se explica bien si tenemos presente que el Estado romano, con el fin de que costase menos el pan, hacía compras masivas de trigo en Egipto y en África. Con esto, el precio del trigo bajaba y su cultivo se hacía poco remunerador; en consecuencia, los agricultores romanos creyeron que les resultaría más rentable el convertir sus tierras en viñas. Este fue el motivo de que hubiese una gran sobreabundancia de vino en Italia principalmente. Por eso, Domiciano se vio obligado a dar un decreto en el año 92 con el fin de restringir el cultivo de las viñas. En él ordenaba que «no se plantasen más viñas en Italia y que en las provincias se destruyesen la mitad o más»” (Salguero, 1960, pág. 381)
-
Cuarto sello, desata al caballo amarillo el nombre del jinete es muerte, lo sigue el hades, le es dado poder con espada, hambre mortandad y fieras para hacer daño a la cuarta parte de la tierra.
“El color claro verdoso del jinete es el color del cadáver en putrefacción. Por eso, el jinete es llamado Mortandad, o mejor, Muerte, ó θανατος. Pero aquí muerte hay que entenderla de la peste, que los LXX traducen frecuentemente por θανατος. Como el hambre, era la peste compañera inseparable de las guerras en los tiempos antiguos, a causa del poco o ningún cuidado de enterrar los cadáveres y de la suciedad en los campos y en las ciudades ”
(Salguero, 1960, pág. 381) ¿Que evoca? El texto recordado es Zacarías 6: 1-6 Aproximación al posible entendimiento de la comunidad ¿qué significa hoy? 4. Hermenéutica Después de conocer el contexto socio-político, cultural y económico. También, luego de tener herramientas semióticas y un bagaje histórico. Se procede a la aplicación actual del mensaje apocalíptico y al reconocimiento de la importancia de una lectura exegéticamente responsable de este texto para las comunidades de fe.
Trabajo de carpintería. -
Traducción de textos y crítica textual Reconocimiento de símbolos y su evocación.
-
Comprensión de los textos resaltando lo que el símbolo significó en su momento Enfatizar la relación política, social y cultural, entre otros. Del texto apocalíptico en su momento y en la actualidad. Buscar material visual para acompañar los textos todo debe ser didáctico y participativo. Con claridad en el lenguaje.
La bestia.
“Difícilmente podría encontrarse una crítica más virulenta del totalitarismo de los emperadores romanos que la que nos ofrece, en forma de imágenes, el autor del Apocalipsis… De hecho, el Apocalipsis es una verdadera carga contra el culto al emperador. Con todas sus imágenes monstruosas, el autor presenta al emperador bajo unos rasgos que no pueden ser más desfavorables” (Prévost, 1994, pág. 31) “El culto imperial amenazaba con sumergir entre sus aguas ponzoñosas a todas las cristiandades del Asia Menor. Este culto idolátrico, que había comenzado a desarrollarse en tiempos de Augusto, adquirió proporciones gigantescas en el reinado de Domiciano, el cual se hacía llamar en las actas oficiales: «dominus et deus noster»” (Salguero, 1960, pág. 307) Nota: Falta terminar el trabajo de los jinetes e iniciar el resto. Lo aquí expuesto son solo aportes, no hay nada escrito uniformemente.
Bibliografía Blanco, C. (2013). El pensamiento de la apocalíptica judía. Madrid: Editorial Trotta. Comentario Biblico Iberoamericano, Juan Stam. (1999). Apocalipsis. Bueno Aries: Editorial Kairos. Equipo "Cahiers Evangile". (1990). El Apocalipsis. Navarra: Editorial Verbo Divino. Ibarrondo, X. P. (1994). Apocalipsis. Navarra: Editorial Verbo Divino. Mounce, R. H. (2007). Comentario al libro del Apocalipsis. Barcelona: Editorial Clie. Prévost, J.-P. (1994). Para leer el apocalipsis. Navarra : Editorial Verbo Divino. Salguero, J. (1960). Biblia comentada Texto de la Nácar-Colunga, ep´stolas católicas y Apocalipsis . Salamanca: Biblioteca de autores cristianos. Wikenhauser, A. (1969). El apocalipsis de san Juan. Barcelona: Editorial Herder.